En su mensaje a los participantes de la Cátedra Ecuménica Internacional Patriarca Atenágoras-Chiara Lubich, el Patriarca Ecuménico de Constantinopla Bartolomé I define así al Papa Paulo VI,  al Patriarca Athenagoras y a  Chiara Lubich, protagonistas de esta tercera edición, organizada en sinergia entre el Instituto Universitario Sophia y el  Patriarcato Ecuménico de Constantinopla  el  25 y 26 mayo.

“El Papa Paulo VI, el Patriarca Atenágoras, Chiara Lubich – Profecía de unidad entre las Iglesias hermanas”. Éste es el título de la tercera cátedra ecuménica internacional instituita por el Instituto  Universitario Sophia en sinergia con el Patriarcado Ecuménico de Constantinopla, que lleva como título el nombre de dos gigantes del diálogo entre las “Iglesias hermanas”, que son el Patriarca Ecuménico de Constantinopla Atenágoras I y la fundadora de los Focolares, Chiara Lubich.

Muchos son los relatores que intervienen,  entre los cuales Su Eminencia el Metropolitano Policarpo, Arzobispo Ortodoxo de Italia y Exarca de Europa Meridional, Su Eminencia el Motropolitano Máximos de Selvyria, Co-titular de la Cátedra con el Profesor Mons.  Piero Coda, teólogo, el Profesor  Giuseppe Argiolas, rector del IUS, el presbítero Giuliano Savina Director de la Oficina Nacional para el Ecumenismo y el Diálogo Interreligioso de la Conferencia Episcopal Italiana, el Profesor  Augustinos Bairactaris, docente de Diálogo Ecuménico y de Teología Ortodoxa en la Academia Eclesiástica Universitaria Patriarcal de Creta, el Profesor Dimitrios Keramidas, docente en la facultad de Misionología de la Universidad Gregoriana, la Doctora  Sandra Ferreira, corresponsable del  Centro “Uno” para la unidad de los cristianos del Movimiento de los Focolares.

Proponiendo el estudio de tres personalidades de altísimo perfil ecuménico como el Papa Paulo VI, el Patriarca Atenágoras I y  Chiara Lubich, los promotores han querido presentar un recorrido profundo y clarividente, aunque acaso aún demasiado poco explorado, como el que relaciona el diálogo teológico y el  “diálogo de la vida”, que la fundadora de los Focolares promovió e impulsó.

El 25 de julio de 1967, cuando durante una de las históricas visitas de Paulo VI a Estambul, en el Fanar –histórica residencia de los Patriarcas de Constantinopla– el Patriarca Atenágoras I puso de relieve que el objetivo principal, de ellos como jefes de las respectivas Iglesias, era “unir lo que estaba dividido”, con mutuas acciones eclesiásticas, donde ello fuere posible, afirmando los puntos comunes de fe y gobierno, orientando de esa manera el diálogo teológico hacia el comienzo de una comunidad sana, sobre los cimientos de la fe y de la libertad de pensamiento teológico inspirados por nuestros Padres comunes y presentes en las distintas tradiciones locales”[1].

Fueron encuentros de una dimensión “epocal” que marcaron un cambio de ritmo en la historia moderna del diálogo entre las dos “Iglesias hermanas”. El primer encuentro entre Paulo VI y Atenágoras I se realizó en  1964; un encuentro que fue definido  “profético” por el actual Patriarca Ecuménico de Constantinopla Bartolomé I en su mensaje: “Los dos Primados percibieron que Occidente y Oriente no podían vivir aislados y con autosuficiencia, porque  ello era un daño para la unidad y la catolicidad del Cuerpo de Cristo y que un diálogo de amor y de verdad iba a poder conducir a la unidad, fundada en el sólido terreno del primer milenio”.

Palabras extremadamente actuales, que ofrecen una clara indicación y un horizonte también para lo que la humanidad está viviendo en este tiempo dividido por una pandemia mundial y por el encenderse de conflictos en muchos sitios del globo; sólo el diálogo y un camino común en el que todo está compartido salvará a la humanidad.

Bartolomé I es muy osado en su discurso y retoma una expresión del teólogo Florovsky, quien define a las dos Iglesias de Occidente y de Oriente como ‘hermanas siamesas’, que no pueden separarse la una de la otra”.

“Este Congreso de dos días  –prosigue Bartolomé I en su mensaje– consiste en recordar y  renovar el llamado a este bendito camino, trazado por el Papa Paulo VI y por el  Patriarca Atenágoras. Chiara Lubich apoyó este camino con su sensibilidad, su comunicación inmediata y la certeza de que no había que debilitar el dinamismo en las relaciones entre las dos Iglesias, creado por el abrazo de los dos Primados en Jerusalén, que había derribado el muro milenario entre Roma y Constantinopla”.

Margaret Karram, presidente de los Focolares, que en su saludo de apertura define a  Chiara Lubich como “un puente evangélico entre dos gigantes en la profecía de la unidad”, parece ser un eco de todo lo que se había dicho. “El deseo que formulo es que la Cátedra Ecuménica pueda continuar, con toda la Obra de María, siendo un puente con el amor, a través del recíproco conocimiento y el estudio, entre nuestras dos Iglesias hermanas, caminando juntos en la luz de Jesús, Camino, Verdad y Vida (cf. Juan, 14,6).

El Profesor Piero Coda, explica el alto significado y la necesidad de mantener aún hoy la expresión “Iglesias hermanas” porque –aclara– “Significa reconocer la dignidad igual de dos grandes tradiciones de familias eclesiales”. Y, recordando la expresión del Papa Francisco que concuerda con que  “La unidad es un camino”2 , un horizonte de diálogo entre las iglesias cristianas que redescubre en el amor el motor de la unidad, agrega:  “No basta con descubrir el tesoro precioso que puede yacer sepultado en el campo conflictual de las interpretaciones. Tampoco es ya suficiente apuntar simplemente a una “diversidad reconciliada” como el reconocimiento recíproco de las diversidades acercadas la una a la otra. No: es necesario captar –allí donde ella esté presente– la savia del Espíritu Santo que circula y florece y fructifica en los sarmientos distintos de la única vid que es Cristo, y cuyo  viñador solícito y rico en misericordia es el Padre (cfr. Juan, 15). Caminar juntos, entonces, como Pueblo del Resucitado: allí en donde está la división está aún la muerte; en donde está el amor, entre los discípulos de Jesús, está el Resucitado y, en él, está ya la unidad con y en Dios, al servicio de todos”.

Stefania Tanesini

 

El texto del mensaje del Patriarca Ecuménico de Constantinopla Bartolomé I en PDF

El mensaje de la Presidente del Movimiento de los Focolares Margaret Karram en PDF

El programa del congreso en PDF

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[1] De la intervención de S.S. Bartolomé I, Patriarca Ecuménico de Constantinopla “Unir lo que está dividido” – 24 de julio de 2017 http://www.vatican.va/content/osservatore-romano/it/comments/2017/documents/piccoli-passi-ma-balzi-da-gigante.html

2 Preghiera ecumenica comune nella cattedrale luterana di Lund (Svezia), Omelia del Santo Padre Francesco https://www.vatican.va/content/francesco/it/homilies/2016/documents/papa-francesco_20161031_omelia-svezia-lund.html

 

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