De una pequeña idea de compartir nace una gran cadena de solidaridad, un puente aéreo con destino a Beirut que transporta medicinas para los enfermos crónicos y leche en polvo para los recién nacidos. En la acción –que ha acogido el llamamiento del Vicariato Apostólico de Beirut de los católicos de rito romano y de la Nunciatura Apostólica del Vaticano en Líbano– participan el Movimiento de los Focolares, la Fundación Juan Pablo II y muchísimas personas de Italia y Líbano que se han unido para apoyar este proyecto, como en una gran familia.

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