Chiara Lubich en una meditación escribe que “la misericordia es la última expresión de la caridad, aquella que le da cumplimiento”[1]. No es un sentimiento, por lo tanto, sino una acción concreta, que unida a la intención interior, nos impulsa a alejarnos de nosotros y dirigir la mirada del otro. Un impulso revolucionario que sana y genera vida.

No perder la ocasión
Había comprado un boleto ida y vuelta para una ciudad en la estación. Llegué sin aliento a la parada del tren, pero para mi decepción constato que el tren se acaba de ir.  Regreso a la boletería para tratar de que me hagan una devolución y obtener más informaciones, pero la señora me hace notar que con tanta gente que tiene que atender no puede perder tiempo conmigo. Contrariado, estoy por marcharme muy enojado cuando, en el momento que estoy guardando el boleto dentro de la agenda, leo una frase que había escrito en la mañana: “No perder ninguna ocasión”. Me detengo y reflexiono. Después decido: “¡No debo perder la ocasión de amar!”. Regreso donde la señora de la boletería, y cuando es mi turno le digo que lamento si fui demasiado exigente con ella y que comprendo su reacción. Ella cambia su cara y su tono de voz y, sin necesidad de que le pida nada, se pone a resolver mi situación. No sólo, encuentra una alternativa de viaje que me permita llegar a mi destino. En el fondo, basta poco para volver a encontrar la armonía en las relaciones.
(R.J. – Rumania)

La lista de los enemigos
Jesús quiere que nosotros, sus seguidores, amemos a nuestros enemigos, quiere que los perdonemos. Por mucho tiempo pensé que era algo que no tenía que ver conmigo. Tengo una vida tranquila, una buena posición social, una familia serena. No le hacemos mal a nadie y tratamos de protegernos de lo negativo que hay en la sociedad. Sin embargo esa frase no me dejaba en paz.  ¿Enemigos? Pensándolo bien, los había tenido y todavía los tenía, pero los tenía relegados en una zona del cerebro donde no pudieran molestarme. Una a una, volvieron a mi mente situaciones donde, más que afrontar la contrariedad debida a un “enemigo”, escapaba. La fuga se había convertido en una auténtica costumbre. Pero Jesús exige algo muy distinto. Entonces me hice una lista de “enemigos” por los cuales comprometerme a hacer algo: llamarlos por teléfono, mandarles un mensaje, visitarlos, para decirles que cada uno de ellos existía en mi vida. No fue fácil, continuamente los obstáculos y los razonamientos me frenaban. Ahora que me he vencido a mí mismo, puedo decir que ese mandamiento de Jesús ha alcanzado su objetivo, el de hacerme sentir un hombre vivo.
(G.R. – Portugal)

A cargo de Maria Grazia Berretta

(tomado de Il Vangelo del Giorno (El Evangelio del día), Città Nuova, año VIII, n.1, enero-febrero 2022)

[1] C. Lubich, “Quando si è conosciuto il dolore”, in  La dottrina  spirituale, Città Nuova, Roma 2006, pp. 140-141

3 Comments

  • I read the word of life and pondered the story of the enemies in our lives, but forgiveness requires courage and perseverance. I liked the idea of ​​writing on the list of people’s names and taking the first step, as the lady did at the ticket station.
    The word is the key to everything.

  • Ho sempre avuto una doppia personalità, chi mi conosce lo sa che appaio dolce e gentile ma quando la giornata è quella sbagliata divento aggressiva e irrascibile, l’altro giorno ero ad un incontro tra focolari e ho verbalmente demolito due mie sorelle …mi sono sentita subito una nullità, accompagnata da un dolore quasi fisico ,andata a casa mi sono rivolta a Gesù le ho chiesto di essere Gesù in mezzo alla mia vita al centro non in un angolino, le ho detto di far sì che abbandoni il mio stuppido orgoglio e Abbondi di umiltà e AMORE per le mie sorelle e fratelli che incontro allora senza tergiversare ho deciso di inviare un messaggio di sentite scuse alle mie sorelle Focolarine….mi sono sentita amata da Gesù che mi permette di fare i miei scivoloni e trovare e vivere il mio essere in stato grazia, oggi le vedo con altri occhi e la gioia di incontrarle mi rende gioiosa.Grazie

    • Che bello! Sono anche io cosi, in eterna atesa per non lasciare l’uomo vecchio venire fuori, mas di alimentare la vita de Gesù in me… Grazie!

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *