El Movimiento de los Focolares adhiere al “Tratado de no proliferación de los combustibles fósiles”, suscrito por el Dicasterio vaticano para el Servicio del Desarrollo Humano Integral, por el Parlamento Europeo, por el Parlamento de las religiones mundiales y por más de 2900 entre científicos, académicos, asociaciones y representantes de los distintos credos religiosos.

“Nosostros, los que suscribimos, invitamos a los gobiernos de todo el mundo a adoptar y poner en práctica con urgencia un  Tratado de no proliferación de los combustibles fósiles,  para proteger la vida y los medios de subsistencia de las generaciones presentes y futuras a través de una gradual y equitativa eliminación de los combustibles fósiles en la línea del consenso científico de no superar el 1,5ºC de calentamiento”.

Éstas han sido las palabras de introducción a la carta firmada por más de 2900 entre científicos, académicos, asociaciones y representantes de los distintos credos religiosos, por el Dicasterio vaticano para el Servicio del Desarrollo Humano Integral y el Parlamento Europeo a la que también ha adherido el Movimiento de los Focolares para pedir a los líderes mundiales un Tratado de no proliferación de los combustibles fósiles.

Petróleo, gas y carbón son la causa principal de la crisis climática.  El mundo tiene ya suficiente potencial de energía renovable para expandir cómodamente el acceso a la energía por parte de todos.  Sin embargo, la dependencia de los combustibles fósiles continúa mientras los expertos lanzan la alarma acerca del daño que causan a nuestra salud pública, a la biodiversidad, a la paz en el mundo y a nuestro clima.

A pesar de que el acuerdo de París ha fijado un objetivo climático global crucial, muchos gobiernos han seguido aprobando nuevas extracciones de carbón, petróleo  y gas, por más que quemar esos combustibles fósiles implicaría emisiones siete veces superiores a las que son compatibles con el mantenimiento del calentamiento por debajo de 1,5°C.

Para alcanzar los objetivos del acuerdo de París, se requiere la cooperación internacional para detener explícitamente la expansión de los combustibles fósiles. Éste es el motivo por el que se está desarrollando un notable impulso a la propuesta de un Tratado de no proliferación de los combustibles fósiles.

El lunes 7 de noviembre de 2022 en Sharm-el-Sheikh, Egipto, se inició la COP27, la conferencia mundial sobre el clima, con la participación de más de  140 jefes de estado y de gobierno.  Durante ese evento se llevó a cabo un congreso cuyo título era “El derecho a un ambiente sano: fe y perspectivas éticas” organizado por el Parlamento de las religiones mundiales, en colaboración con la UNEP Al-Mizan (proyecto de las Naciones Unidas con distintas organizaciones islámicas sobre el ambiente).

El derecho a un ambiente sano se encuentra sostenido por las enseñanzas éticas de las tradiciones de fe del mundo sobre la justicia y la valoración de la naturaleza. Expertos y líderes religiosos intercambiaron ideas sobre este tema desde el punto de vista de la ética religiosa y de los valores compartidos, de la cultura y de la defensa, y les piden a los líderes mundiales reunidos en Egipto que suscriban el Tratado de no proliferación de los combustibles fósiles.

 Lorenzo Russo

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