Desde Ciudad de México el testimonio de un encuentro entre cristianos de varias Iglesias, en donde participó también la comunidad de los Focolares

“El silencio es esencial en el camino de unidad de los cristianos.  De hecho, es fundamental para la oración, de donde el ecumenismo empieza y sin la cual es estéril”[1]. Así se expresaba el Papa Francisco el 30 de septiembre de 2023 cuando en la plaza San Pedro se encontraba rodeado por los hermanos cristianos de varias confesiones, adonde habían acudido para la vigilia ecuménica que precedió el Sínodo.  Y es ése el espíritu que anima también la Semana de oración por la unidad de los cristianos del 18 al 25 de enero de 2024, celebrada en todo el mundo, invocando unidad entre todas las Iglesias y comunidades eclesiales.

Pero la unidad no hay que buscarla sólo durante esta semana, sino que es un compromiso para vivir todo el año.

Lo saben muy bien los amigos de la comunidad del Movimiento de los Focolares de Ciudad de México. Ellos, algunos meses atrás, organizaron una jornada de diálogo entre cristianos de varias Iglesias vinculada a la jornada mundial de oración por el cuidado de la Creación en colaboración con la Comisión de Ecología Integral de la Arquidiócesis de Ciudad de México.

Después de un primer momento de oración en la hermosa capilla del Seminario Menor de la Arquidiócesis, los participantes hicieron un paseo ecológico guiado por algunas mujeres de distintas comunidades indígenas. Esas comunidades, de hecho, tienen una profunda relación con la Creación, que manifiestan con símbolos, cantos y oraciones en sus idiomas.

En particular, se puso de manifiesto que el agua es un elemento esencial para la vida de todos los seres vivientes sin distinción.  Y el símbolo del agua que corre –imagen ecológica, vivificante y sinodal– fue retomado cuando, sedientos tras la caminata, los líderes de las Iglesias presentes –obispos anglicanos de México y sacerdotes de la Iglesia ortodoxa de América– tomaron jarras de terracota para dar de beber a cada uno de los presentes, también en pequeñas tazas de terracota.

El ágape fraterno final  fue un momento de intercambio y cercanía, en donde se compartieron sueños y posibles proyectos futuros. Entre los presentes estaba también el Primado anglicano de México, el Obispo católico de Ciudad de México, una diaconisa anglicana, algunos miembros de la Iglesia ortodoxa antioquena, los sacerdotes católicos de las oficinas diocesanas para el Ecumenismo, de la Pastoral Juvenil y del Cuidado de la Creación;  un grupo de la Comunidad de San Egidio, algunos miembros de la Comisión para el Desarrollo Integral de la Conferencia de los Obispos Católicos de México, del Instituto Mexicano de Doctrina Social y de la Pastoral de los Indígenas.

Fue un momento de gran unidad en el que todos pudieron constatar que vale la pena no escatimar esfuerzos para un aporte a la generación del diálogo de la vida en México y en todas partes.

Lorenzo Russo

[1] Papa Francisco, Vigilia ecuménica por la paz, Plaza San Pedro, 30 de septiembre de 2023. https://www.vatican.va/content/francesco/it/homilies/2023/documents/20230930-vegliaecumenica.html

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