Sep 22, 2016 | Focolare Worldwide, Senza categoria
Después de seis años desde el inicio de la guerra en su país y en la región, ¿cuáles son según Vd. los efectos más duros sobre la sociedad? Seis años de guerra han acabado por hacer tambalear el baluarte de la sociedad siria: la familia, la célula base que ha absorbido los golpes y las desgracias de esta violencia sin fin y que ha sido el salvavidas del país y de la Iglesia hasta el 2014. Pero la falta de seguridad, la intolerancia, la violencia y la destrucción caótica ya han arrancado de cuajo a dos millones de familias. Carentes de una vivienda y dispersas por todo el mundo, ¿cómo podrían llevar todavía a cuestas este calvario tan gravoso? Desde el principio de la guerra (15 de marzo del 2011) resulta bastante normal ver que la familia gravita sobre una mamá. Los hombres van a la guerra y allí a menudo mueren. Un dicho popular dice así: “un huérfano sin padre no es un huérfano”. La familia sigue reuniéndose alrededor de la madre que asegura la unidad y la sobrevivencia del hogar. En este largo y pesado sufrimiento, las madres heroicas viven en la pobreza y entre lágrimas. Ellas han hecho honor realmente a su vocación, viviendo en tiendas de campaña y muriendo ahogadas. ¿Existe un sacrificio mayor que éste? Destrucción de la célula natural de la sociedad, ¿y los jóvenes? ¿Se puede contar con ellos para mirar al futuro? La movilización general decretada en el mes de octubre del 2015 invitó a todos los hombres menores de 45 años a enrolarse en el servicio militar. Ésta es una decisión que ha turbado también a los demás miembros de la familia que por ello ya no podían partir y que se quedaron en el lugar, a la espera del final de esta guerra interminable. Esta franja de edad que ha desaparecido, representaba la columna vertebral de las actividades económicas que todavía quedaban. Algunos se han ido a los cuarteles y otros han preferido huir siguiendo el camino de la emigración clandestina, muchas veces irreversible, desestabilizando el mercado laboral y la modesta vida familiar a la que se privaba de recursos. ¿Qué futuro existe para una comunidad sin jóvenes? ¿Cuáles han sido los efectos de la guerra por lo que se refiere a la Iglesia? Estas situaciones han debilitado a la Iglesia. Las familias a menudo deciden alcanzar al hijo que se fue. De aquí viene el éxodo de las familias con la consecuente vertiginosa disminución de fieles en todas las parroquias. Desequilibrio demográfico: en ausencia de jóvenes, nuestras muchachas, al quedarse solas, se casan con musulmanes polígamos. Por lo tanto, menos matrimonios, menos bautismos. Por primera vez la Iglesia se ve obligada a enfrentar otro problema crucial: un sacerdote de cada tres presentes en Damasco ha decidido trasladarse a otro país más tranquilo. ¿Cómo hacer para que los sacerdotes se queden en Damasco? ¿Qué sucederá a la Iglesia sin sacerdotes? Según Usted, ¿cuál es el desafío y la esperanza de los cristianos hoy en Siria? Las ciudades muertas en el norte de Siria son la inquietante fotografía de lo que podríamos llegar a ser. ¿Cómo evitar que nos reduzcamos a ser guardianes de piedras? A los cristianos de Oriente les queda la tarea de reconsiderar su vocación y vivir siguiendo los pasos de la pequeña y minoritaria Iglesia primitiva que vivía sin garantías ni protección. ¿Estaremos dispuestos a responder a este desafío apostólico? El Evangelio nos reconforta: “No temas, pequeño rebaño” (Lc 12, 32).
Sep 20, 2016 | Focolare Worldwide
Desde el 22 al 25 de septiembre, se celebrará el “Forum Mundial por la Paz” en Brasil, en la ciudad de Florianópolis. http://worldpeaceforum.org/events/world-peace-forum-2016/ La ceremonia de apertura será transmitida en streaming el 22 de septiembre a las 18:00 hs. (de Brasil). Para seguir la trasmisión LIVE: http://live.flars.net/worldpeaceforum2016 Quien desee seguir la conferencia que los jóvenes del Forum llevarán a cabo con jóvenes de todo el mundo, el 23 de septiembre a las 11:15 hs. (de Brasil), puede inscribirse aquí: worldpeaceyouth.org/registration
Sep 20, 2016 | Focolare Worldwide
He prevista la llegada a Roma de una delegación de 40 personas, procedentes de Camerún, con nueve Fon, (Reyes) nativos del pueblo Bangwa de Lebialem, Camerún sur/oeste (Fon-Fontem, Fon-Nwametaw, Fon- Nwangong, Fon-Esoh Attah, Fon-Akum, Fon-Lewoh, Fon-Nkar, Fon-Bamenda y Fon-Douala), acompañados por Mafuas (Reinas), dos alcaldes y notables de sus reinos. El Motivo de su viaje a Italia es celebrar el Jubileo de la Misericordia con el papa Francisco y dar gracias a Dios por el 50° aniversario del primer encuentro entre el pueblo Bangwa en Fontem y el Movimiento de los Focolares. Esta “peregrinación” comenzará en el Vaticano saludando al papa Francisco durante la audiencia general del miércoles. Los Fon (Reyes) podrán saludarlo en nombre de toda la delegación y de sus pueblos, ofreciéndole regalos típicos de su cultura y dándole las gracias por lo que la Iglesia ha hecho por sus poblaciones. Los días siguientes serán huéspedes del Movimiento de los Focolares y visitarán los lugares donde nació, vivió y está enterrada Chiara Lubich: Trento, Loppiano (Florencia) y Rocca di Papa (Roma). En efecto, fue ella, con los Focolares quienes dieron respuesta a la oración del pueblo Bangwa, que llegó a ella a través de monseñor Peters, obispo de Buea, a inicios de los años ‘60, cuando la endémica enfermedad del sueño y otras enfermedades tropicales provocaban una tasa de mortalidad infantil del 90%, amenazando con la extinción de la población.
Hoy en día, estas enfermedades han casi desaparecido y el hospital, con los consultorios externos, laboratorios, sala de operaciones, reparto de medicina interna masculina y femenina, sala de cirugía, maternidad, pediatría y el nuevo reparto de enfermedades infecciosas, representan un centro de excelencia en el cuidado de la población de toda la región. A principios de los años ‘70, también se construyó una central hidroeléctrica, una carpintería, una guardería y un colegio, con más de 500 estudiantes, una de las instituciones preuniversitarias más prestigiosas de Camerún. Estos 50 años de compromiso evangélico, fundado en los hechos, han involucrado a toda la región de Lebialem valorizando la cultura de este pueblo; en el don recíproco, muchos han acogido el mensaje cristiano en su vida personal y social. A lo largo de los años, fruto de la labor conjunta con misioneros y religiosas de varias congregaciones, se han creado varias parroquias, la diócesis de Manfi, otras escuelas y estructuras públicas y administrativas del Estado. Esta historia es el bagaje que la delegación encabezada por los nueve Fon trae. Una historia por la cual se sienten obligados a dar gracias a Dios y a “Mafua Ndem Chiara Lubich” (reina enviado por Dios) como el pueblo Bangwa le gusta llamarla.
Está prevista una reunión de la delegación Bangwa con la prensa, el miércoles 21 de septiembre a las 12:30 (después de la audiencia con el papa Francisco) en la sala J.H. Newman, de la Universidad Urbaniana.
Ver video: General Hospital, Fontem Fuente: Comunicado de prensa
Sep 20, 2016 | Sin categorizar
La ciudad de Atlanta, en Georgia, es la novena área metropolitana de los Estados Unidos, sede de la Coca Cola y ciudad natal de Martín Luther King. I have a dream, yo tengo un sueño, gritaba en el ‘63 el líder de la no violencia, pidiendo la igualdad entre blancos y negros, y esperando que un día se realizara el credo de la nación norteamericana “que todos los hombres fueron creados iguales”, como se lee en la Declaración de Independencia de 1776. Desde entonces se dieron muchos pasos, por lo menos formalmente. Lo atestigua Celi Fuentes Montero, costarricense, “blanca” que vivió durante 20 años en Los Ángeles y ahora está en el focolar de Atlanta. «Había oído que en el sur de los Estados Unidos ocurrían episodios de discriminación, pero me parecía que eran relatos exagerados. Pero lamentablemente tuve que creer que realmente eran verdaderos». Es una historia reciente. En el 2015, justamente en Atlanta, se produjo el asesinato de un joven afro desarmado. También hubo violencia en Baltimore, en Ferguson y se manifestó el crecimiento del movimiento Black Lives Matter (La Vida de los negros es importante), que denuncia pobreza y malestar de las comunidades negras y también la violencia de la policía. Recientemente en Luisiana y en Minnesota… En una de las muchas protestas, en la ciudad de Dallas, el odio acabó con la vida de 5 policías e hirió a otros 7. La tensión se palpa también en Atlanta, donde la población afroamericana supera el 50%. Allí la comunidad de los Focolares, que refleja la demografía, se ha comprometido a tejer redes de reconciliación y a reconstruir desde adentro el tejido social. «Nuestros amigos afroamericanos temen salir de casa – continúa Celi Fuentes- porque dicen que tienen miedo de poner en riesgo su vida. Cuando los choques eran más frecuentes, una amiga sentía miedo de ir a hacer las compras. “Pero como creo en el mundo unido, me llené de ánimo y salí para amar a todos los que encontrara”, me dijo. En el supermercado se encontró con una mujer blanca que presentaba un producto y se detuvo a escucharla. La mujer comprendió su gesto y se intercambiaron un abrazo». Es una situación latente, que a menudo se agudiza con el “tam tam” de las redes sociales. Después de años de lento progreso, del “Civil Rights Movement” de los años ’60, en el sur se experimenta aún disparidad social y económica. «Algunos de mis amigos jóvenes afroamericanos se sienten desfavorecidos con respecto a los jóvenes blancos, en el momento de acceder a la Universidad o al mundo laboral». «Cuando llegué a Georgia me puse a buscar trabajo junto con una amiga negra – cuenta Celi- . Fuimos a una agencia de empleo- ella está más calificada que yo para este trabajo específico – pero a mí me dijeron que me llamarían en un futuro próximo mientras que a ella le dijeron que volviera a estudiar y a prepararse mejor. Estaba clara la discriminación por el color de la piel. Me sentí desanimada: abrí los ojos ante este problema que muchos viven cada día. Este dolor de mi amiga era mío. En lo que a mí respecta, trato de poner mi granito de arena para construir puentes más allá de la tensión que experimentamos». «Con muchos amigos afroamericanos musulmanes trabajamos juntos en pequeñas acciones que movilizan cada vez a más personas. Preparamos la comida o las frazadas para los que no tienen techo de nuestra ciudad, o preparamos también las mochilas cuando la policía los hace cambiar de lugar. Alguno de nosotros movilizó a su parroquia, que está situada en una zona rica de la ciudad, para cubrir lo que precisan 300 personas. Son cosas mínimas, pero testimonian el amor concreto, tanto que los musulmanes dicen: antes dialogábamos, ahora somos hermanos. Entre nosotros el tema de la raza está superado. El día en que hubo un tiroteo, estábamos en el encuentro de la Palabra de Vida. Nos comunicamos recíprocamente nuestros miedos, la incomprensión, nos dijimos uno al otro “¡estoy aquí por ti!”». «En el corazón tengo mucha esperanza – concluye Celi. Es verdad que somos pocos en medio de estos problemas y la tensión racial es uno de ellos, pero no el único. Se me ocurre pedir ayuda a Dios para entrar más profundamente en esta cultura para dar, juntos, nuestra típica contribución, la de la unidad, allí donde existe tanta división».