Movimiento de los Focolares
Chiara Lubich en el Genfest 1990

Chiara Lubich en el Genfest 1990

Imaginemos que ante nuestros ojos pasen algunas escenas sintomáticas del mundo de hoy. […]

Observamos […] en naciones que han visto los recientes cambios, gente que exulta de alegría porque recuperó la libertad, junto a personas asustadas y decepcionadas, deprimidas por el derrumbe de sus ideales […]

¿Y si viéramos imágenes de luchas raciales con estragos y violaciones de derechos humanos…? ¿O interminables conflictos como los de Oriente Medio, con el derribo de casas, heridos, muertos y la constante y mortal caída de bombas o de otras armas homicidas? … Preguntémonos todavía: ¿Qué diría Jesús ante estos muchos dramas? «Les había dicho que se amaran. Ámense como yo los he amado”.

Sí, así diría ante estos y ante las más graves situaciones del mundo actual.

Pero su palabra no es solo un lamento por lo que no se ha hecho. Él la repite hoy realmente. Porque Él murió, pero resucitó y ─como había prometido─ está con nosotros todos los días hasta el fin del mundo.

Y lo que dice tiene una importancia inmensa. Porque este «Ámense los unos a los otros como yo los he amado» es la clave principal para la solución de todos los problemas, es la respuesta fundamental a cualquier mal del ser humano. […]

Jesús el mandamiento del amor lo definió «mío» y «nuevo», porque es típicamente suyo, habiéndolo colmado de un contenido singular y nuevísimo. «Ámense ─dijo─ como yo los he amado». Y Él dio la vida por nosotros.

Entonces, en este amor se pone en juego la vida. Y un amor dispuesto a dar la vida por los hermanos es lo que Él también nos pide.

Para Él no es suficiente la amistad o la benevolencia hacia los demás; no le basta la filantropía y tampoco la solidaridad. El amor que pide no se agota en la no-violencia.

Es algo activo, muy activo. Pide que no vivamos ya para nosotros mismos, sino para los demás. Y esto exige sacrificio, esfuerzo. Nos pide a todos transformarnos […] en pequeños héroes cotidianos que, día tras día, están al servicio de los hermanos, dispuestos a dar incluso la vida por ellos. […]

Este amor recíproco entre ustedes, de hecho, provocará consecuencias de un valor ─digamos─ infinito, porque donde hay amor allí está Dios y, como Jesús dijo: «Donde dos o tres están unidos en mi nombre, es decir, en su amor, yo estoy en medio de ellos» […]

Será Él mismo quien actuará con ustedes en sus países, porque Él volverá en cierto modo al mundo, a todos los lugares donde ustedes se encuentren, estará presente por su amor recíproco, por su unidad.

Y Él los iluminará en todo lo que tengan que hacer, los guiará, los sostendrá, será su fuerza, su ardor, su alegría. […]

Entonces, amor entre ustedes y amor sembrado en muchos rincones de la tierra, entre las
personas, entre los grupos, entre naciones, con todos los medios, para que sea realidad la invasión de amor de la cual a veces hablamos, y adquiera consistencia, también gracias a su contribución, la civilización del amor que todos esperamos.

A esto están llamados. Y verán cosas grandes.

Chiara Lubich
Foto © Archivio CSC Audiovisivi

Proyecto Together WE connect

Proyecto Together WE connect

En octubre de 2024, comenzó en Belén el proyecto Together WE Connect, un programa de formación del Movimiento de los Focolares que involucra a adolescentes con el objetivo de construir un futuro mejor fortaleciendo el tejido social deteriorado. El programa, de tres años de duración, comenzó con la participación de cinco escuelas en los distritos de Belén y del este de Jerusalén y abarcó a aproximadamente 300 chicos de entre 13 y 15 años.

Se planificaron sesiones de capacitación y actividades interactivas para involucrar y estimular a los estudiantes a través de sus propios lenguajes, como teatro, música, fotografía y talleres deportivos. Durante el primer año se desarrollaron tres temas: autoconciencia, autoestima y desarrollo personal. A continuación, se abordaron la gestión de conflictos, la apertura al encuentro en el trabajo en grupo. Finalmente, el diálogo intergeneracional. Cada tema se asocia a una acción específica del dado de la paz, de modo que cada tema se pone en práctica y se crean relaciones nuevas.

Los conjuntos internacionales Gen Rosso y Gen Verde aportaron su experiencia a través del arte, la música, la danza y el teatro.

Durante la primera semana de mayo de 2025, se celebró un evento para celebrar estos meses de trabajo. Gen Verde y Gen Rosso, junto con un centenar de estos jóvenes, participaron en tres días de talleres antes del evento final, celebrado en Belén unos días después. “Fue una experiencia extraordinaria, y agradecemos a Dios y a los muchos que colaboraron, por sus frutos”, cuentan los participantes.

Desde Tierra Santa nos cuentan: “Desde hace tiempo, deseábamos aportar nuestra contribución para que nuestra labor tuviera impacto en la sociedad, promoviendo actividades continuas. Tiempo atrás, el Patriarca de Jerusalén, cardenal Pierbattista Pizzaballa, había dicho: “Debemos comprometernos de verdad para que el nombre de Dios, hermano y compañero de vida, resuene en las escuelas, las instituciones, los medios de comunicación y los lugares de culto”. Esto nos animó a centrarnos en las escuelas, con los jóvenes. Todos conocemos la situación en la que nos encontramos, la situación que enfrenta la humanidad hoy. Tantas dificultades, tanto dolor: queremos aportar para que los jóvenes puedan tener una perspectiva diferente a la que ven a diario”.

Foto: https://www.focolare-hl.org/

Así nació el proyecto Together We connect. El objetivo era reavivar la esperanza, alimentar la fe y promover una espiritualidad arraigada en el Evangelio entre las generaciones más jóvenes, y formar a las mujeres y los hombres del mañana, capaces de ser promotores de reconciliación y de diálogo. Jóvenes líderes de una nueva cultura de cooperación, fraternidad, de compartir y una ciudadanía activa. Una cultura del cuidado y del encuentro.

Estas son algunas de las impresiones de los estudiantes: “Les agradezco de todo corazón porque lo que hacemos nos hace sentir importantes, y que nuestra existencia y nuestras opiniones son importantes”. “Lo primero que aprendimos fueron valores: amor, humildad, perdón y ayuda mutua. En clase, nos sentíamos como una familia, nos entendíamos mejor y nos ayudábamos más. También comprendí cómo podía ser una luz para los demás y que el focolar no es solo una palabra, sino una forma de vida”. “Me gustó mucho la actividad Together We connect; había gente nueva, fue bonito y me he fortalecido”. “A través de este proyecto, me he conocido mejor a mí misma y a los demás”. “He aprendido métodos para la resolución de conflictos, la escucha y el diálogo”. “Soy muy sensible, y este proyecto me hizo amar más la vida”. “Ha sido un proyecto útil y divertido; por ejemplo, el diálogo entre generaciones. Cuando lo puse en práctica con mi abuela, he conocido cosas que no sabía”.

Lorenzo Russo

Jubileo de los jóvenes: “Aspiren a cosas grandes”

Jubileo de los jóvenes: “Aspiren a cosas grandes”

Mirando la transmisión en directo de la vigilia en Tor Vergata, en la periferia de Roma, y viendo esas imágenes de una inmensa multitud, puede surgir una pregunta: ¿qué han venido a buscar aquí este millón de jóvenes? ¿Estar cerca del Papa León XIV? No me parece suficiente como motivación. ¿Conocer Roma? Podría ser, pero seguramente no habrían escogido estas condiciones de alojamiento, comida y transporte. Pues bien, en el silencio profundo y prolongado durante la hora de adoración se encuentra la respuesta. Estos chicos y chicas que han venido de todo el mundo, se vieron atraídos por Jesús, incluso sin que ellos lo supieran tal vez, para este encuentro personal y comunitario, en donde él sin duda ha hablado al corazón de cada uno, que vuelve a su casa cambiado, con una fe más sólida, con una esperanza de lo divino que no olvidará.

La semana del Jubileo dedicada a los jóvenes empezó el 28 de julio y concluyó el domingo 3 de agosto. Se han organizado muchísimas actividades para recibir a los que llegaban a Roma para vivir estos días: visitas a lugares históricos, a las Basílicas, eventos culturales, conciertos, catequesis.

El Movimiento de los Focolares también propuso 4 recorridos especiales en Roma siguiendo la Peregrinación de las Siete Iglesias, ideada por San Felipe Neri. Es un itinerario histórico que ha acompañado a los peregrinos desde el siglo XVI. Un camino de fe y comunión fraterna, hecho de oración, cantos y reflexiones sobre la vida cristiana, con actividades de grupo, catequesis y testimonios, ayudados por un librito de meditaciones para una profundización espiritual a la luz del carisma de la unidad. El nutrido grupo que adhirió a la propuesta estaba compuesto por jóvenes de lenguas inglesa, húngara, holandesa, italiana, alemana, rumana, coreana, española y árabe.

Todo el “viaje” se basó en 4 ideas clave: peregrinación (un camino), puerta santa (una apertura), esperanza (mirar hacia adelante) y reconciliación (construir la paz).

“Esperanza” es la palabra que se transmite en el testimonio de Samaher, joven siria de 28 años: “Los años de mi infancia han sido dolorosos, oscuros y solitarios. La casa no era un lugar seguro para una niña por los conflictos, y ni siquiera la sociedad, por el bullying. Afrontando todo sola, sin poderlo compartir con nadie, llegando a intentos secretos de suicidio por la fuerte depresión y el miedo. El Evangelio me cambió, después que la vida dentro de mí se había apagado y todo se había vuelto oscuro… me devolvió la luz”.

Las catequesis se llevaron a cabo en el Focolare meeting point a cargo de Tommaso Bertolasi (filósofo), Anna Maria Rossi (lingüista) y Luigino Bruni (economista). “Una mirada que parte del amor y suscita amor, ¿no es acaso el rostro más concreto de la esperanza?” es la pregunta provocatoria dirigida por Anna Maria Rossi a los jóvenes peregrinos.

José, un joven de 18 años de Panamá, lo confirmó en el testimonio que compartió a propósito del período de su enfermedad: “Mi experiencia demuestra que, cuando pones en práctica el arte de amar que consiste en ver a Jesús en todos, amar a todos, amar a los enemigos, amar como a ti mismo, amarse recíprocamente…, no sólo cambia tu vida, sino que también cambia la de los demás. Justamente este arte de amar, que muchos han compartido conmigo, ha creado un equilibrio tan fuerte que me ha ayudado a no derrumbarme en los momentos difíciles, sosteniéndome y reforzándome a través de cada obstáculo con el que me encontré”.

También Laís de Brasil no escondió los retos que encontró al separarse sus padres: “Hubo momentos en los que no entendía por qué vivían separados y deseaba que estuvieran nuevamente juntos. Sin embargo, cuando tuve una mayor conciencia de lo que había pasado entre ellos, les pude plantear preguntas sinceras, y ninguno de los dos me ocultó la verdad. Ello me ayudó a aceptar la realidad de nuestra familia. Hoy tienen una relación de amistad y eso para mí es un ejemplo de madurez, perdón y amor verdadero, que va más allá de las dificultades y los errores. Recomenzar es posible cuando nos ponemos realmente en juego”.

El papa León, en varios momentos hizo intervenciones y saludos fuera de programa, como cuando, en la misa de bienvenida, quiso hacerse presente en la conclusión recorriendo, a bordo del “papamóvil” la Plaza San Pedro y la via della Conciliazione, repleta de jóvenes, para saludarlos. Hablando espontáneamente dijo: «Esperemos que todos ustedes sean siempre signos de esperanza (…) Caminemos juntos con nuestra fe en Jesucristo y nuestro grito tiene que ser también para la paz del mundo”.

Luego, el sábado 2 de agosto, mientras la naturaleza regalaba un magnífico atardecer, respondiendo a las preguntas de los jóvenes en Tor Vergata volvió a remarcar su llamado: “Queridos jóvenes, ¡quiéranse entre ustedes! Quererse en Cristo. Saber ver a Jesús en los demás. La amistad puede cambiar realmente el mundo. La amistad es un camino hacia la paz ”. Y luego agregó: “Para ser libres, hay que partir del cimiento estable, de la roca que sostiene nuestros pasos. Esta roca es un amor que nos precede, nos sorprende y nos supera infinitamente: es el amor de Dios. (…) Encontramos la felicidad cuando aprendemos a donarnos nosotros mismos, a donar la vida por los demás”. Indicó luego el camino para seguir a Jesús: “¿Quieren ustedes encontrarse verdaderamente con el Señor Resucitado? Escuchen su palabra, que es Evangelio de salvación. Busquen la justicia, renovando la forma de vivir para construir un mundo más humano. Sirvan al pobre, dando testimonio del bien que quisiéramos siempre recibir del prójimo”.

En la Misa del domingo el papa León XIV les dijo a los jóvenes que estamos hechos “para una existencia que se regenera constantemente en la donación, en al amor. Y así aspiramos continuamente a un “algo más” que ninguna realidad creada nos puede dar; sentimos una sed grande y ardiente a tal extremo, que ninguna bebida de este mundo puede saciar”. Y concluyó la homilía con una apremiante invitación: “Queridísimos jóvenes, nuestra esperanza es Jesús. (…) Aspiren a cosas grandes, a la santidad, en cualquier lugar en donde se encuentren. No se contenten con algo menos”.

Saludándolos al final, definió estos días como “una catarata de gracia para la Iglesia y para el mundo entero”. Recordando una vez más su grito por la paz: “Estamos con los jóvenes (…) de todas las tierras ensangrentadas por las guerras. (…) Ustedes son el signo de que un mundo distinto es posible: un mundo de fraternidad, en donde los conflictos se afrontan no con las armas sino con el diálogo”.


Se concluye la experiencia única e irrepetible del Jubileo de los Jóvenes 2025. En este increíble viaje hemos: caminado, cantado, caminado, bailado, disfrutado, caminado, rezado, reído y caminado… arrastrados por una meta común y muchos compañeros de viaje. Sí, porque más allá del programa estupendo que nos enriqueció cultural y espiritualmente, quedará para siempre impresa en nuestros ojos la imagen de miles de chicos como nosotros que caminaban. Quizá si les hubiéramos preguntado a algunos de ellos cuál era su meta, habrían respondido algo como: “Estamos yendo a la iglesia de Santa María la Mayor” o bien “Estamos yendo a descansar finalmente”, pero estoy convencido de que si hubiéramos preguntado cómo lo estaban haciendo, habrían contado con los ojos llenos de energía sobre las canciones que cantaron, sobre los chicos con quienes hicieron amistad y sobre la plenitud de espíritu que este caminar les regaló. En el fondo, para nosotros el Jubileo ha sido eso, un camino como ningún otro, en una ciudad como

ninguna otra, en donde se unen sueños, esperanzas, alegrías y dolores de un mar de personas, en donde si caminas solo, tienes de todos modos un compañero a tu lado, en donde el mundo es al mismo tiempo minúsculo e inmenso, en donde todo grita Unidad. Volvemos a casa con un recuerdo que no se borrará fácilmente, el recuerdo de un Mundo Unido en el que nos tomamos de la mano y caminamos, con la cabeza bien alta y el corazón lleno de un espíritu más grande.

Mattia, Calabria (Italia)


Carlos Mana (con la colaboración de Paola Pepe)
Foto © Joaquín Masera – CSC Audiovisivi

Chiara Lubich a los jóvenes: la alegría de los primeros cristianos

Chiara Lubich a los jóvenes: la alegría de los primeros cristianos

(…)

La alegría de los primeros cristianos (como por otra parte la de los cristianos de todos los tiempos y de todos los siglos, cuando el cristianismo se vive radicalmente), la alegría de los primeros cristianos era una alegría realmente nueva, desconocida hasta entonces. No tenía nada que ver con la risa, con la euforia, con el buen humor. Ni ─como diría Pablo VI─ tenía nada que ver con «la alegría exaltante de la existencia y de la vida», con «la alegría tranquilizadora ─ continuaría ─ de la naturaleza y del silencio». (…) Aunque todas ellas sean hermosas…

La de los primeros cristianos era distinta: era una alegría parecida a la embriaguez que invadió a los Discípulos cuando vino el Espíritu Santo.

Era la alegría de Jesús. Porque Jesús, así como tiene su propia paz, tiene su propia alegría.

Y la alegría de los primeros cristianos, que brotaba espontánea del fondo de su ser, saciaba completamente su ánimo.

Ellos habían encontrado realmente eso que necesita y va buscando el hombre de ayer, de hoy y de siempre. Habían encontrado a Dios. Habían encontrado la comunión con Dios. Y esto los saciaba completamente y los llevaba a la realización. Eran hombres auténticos.

De hecho, el amor la caridad, con la cual Cristo, a través del bautismo y de los demás sacramentos, enriquece el corazón de los cristianos, se puede comparar a una planta. Cuanto más hunde sus raíces en el terreno, es decir, cuanto más se ama al prójimo, tanto más crece la planta, es decir, el tallo. O sea, cuanto más se ama al prójimo, más el corazón se inunda de amor a Dios. Este amor, esta comunión no es algo en lo que se cree solamente por fe, sino que es una comunión experimentada. Y esto es felicidad, es la felicidad: se ama y nos sentimos amados.

Esta era la alegría de los primeros cristianos, esta era la felicidad de los primeros cristianos, de grandes y jóvenes como ustedes, que después se manifestaba en forma de jubilosas liturgias maravillosas y rebosantes de himnos de alabanza y de acción de gracias.

(…)

Chiara Lubich

(Para acceder al texto completo: https://chiaralubich.org/archivio-video-it/la-gioia/)
Foto: © Archivio CSC Audiovisivi

Jubileo de los jóvenes: itinerarios de camino, esperanza, reconciliación

Jubileo de los jóvenes: itinerarios de camino, esperanza, reconciliación

Con motivo del Jubileo de los Jóvenes, del 29 de julio al 1 de agosto de 2025, los jóvenes del Movimiento de los Focolares ofrecen una propuesta a sus compañeros peregrinos que llegarán a Roma: ¡cuatro días de espiritualidad, intercambio, testimonios, oraciones, catequesis, alegría y caminar juntos!

Una oportunidad única para emprender un camino por lugares llenos de historia y espiritualidad, con muchas personas que se encontrarán en el camino, para crecer en la fe y la esperanza.

Cada día se propone una palabra clave, una etapa con un momento de reflexión y oración, una profundización espiritual vinculada al carisma de la unidad con testimonios y cantos, para vivir el Jubileo de los Jóvenes como un viaje basado en cuatro ideas clave: peregrinación (un camino), puerta santa (una apertura), esperanza (mirar hacia adelante) y reconciliación (hacer la paz). Para quienes lo deseen, habrá catequesis en el punto de encuentro Focolare meeting point a cargo de Tommaso Bertolasi (filósofo), Anna Maria Rossi (lingüista) y Luigino Bruni (economista).

La Peregrinación a las siete Iglesias

Esta oferta propone una ruta que sigue un itinerario histórico que ha acompañado a los peregrinos desde el siglo XVI: la Peregrinación a las Siete Iglesias, ideada por San Felipe Neri. Un viaje de fe y comunión fraterna, compuesto de oración, cantos y reflexiones sobre la vida cristiana.

Las etapas de esta peregrinación recorren siete lugares símbolo de Roma: la Basílica de San Sebastián, la Basílica de San Pablo Extramuros, la Basílica de Santa María la Mayor, la Basílica de San Pedro, la Basílica de San Lorenzo, la Basílica de la Santa Cruz de Jerusalén y la Basílica de San Juan de Letrán. 20 km de recorrido total, una experiencia vivida durante siglos por miles de jóvenes y adultos. Además, se prevé participar en los grandes eventos del Jubileo de los Jóvenes: el momento de reconciliación en el Circo Máximo, los encuentros con el Papa León XIV durante la vigilia y la misa final en la explanada de Torvergata, sede de la vigilia y la misa de los Jóvenes en el Jubileo del año 2000. Quienes puedan quedarse unos días más, el 4 de agosto podrán visitar el Centro Internacional de los Focolares en Rocca di Papa (Roma).

Hay muchos eventos para vivir el Jubileo, descubrir Roma y vivir juntos un momento de fe y espiritualidad. Durante el itinerario, los jóvenes recibirán una Credencial del Peregrino: en cada iglesia visitada, podrán describir, con una sola palabra, lo que experimentaron o lo que les impactó. Al final, tendrán un recuerdo único de esta experiencia.

¿Listos para partir? ¡Buen viaje!

Para más información: : sgmu@focolare.org – +39 338 159 3455.

Lorenzo Russo

Descarga el libro de meditaciones «Etapas de espiritualidad»

Descarga el programa del Peregrinaje

Up2Me Niños: una nueva oportunidad de formación

Up2Me Niños: una nueva oportunidad de formación

Up2Me es un programa de formación y educación sobre afectividad y sexualidad propuesto por el Movimiento de los Focolares. Nació en 2015 como respuesta a los retos educativos de las jóvenes generaciones del tercer milenio. Actualmente, está presente en 35 países de todo el mundo y ofrece cursos dirigidos específicamente a cada grupo de edad: niños y niñas con sus familias, preadolescentes y adolescentes (con un curso paralelo para sus padres) y jóvenes.

Conocemos más profundamente el curso para niños de 4 a 8 años, junto con Paolo y Teresa Radere, quienes llevan años comprometidos con la formación, en particular de las nuevas generaciones de los Focolares.

Paolo, Teresa, ¿en qué consiste Up2Me para niños?

Es una experiencia que los niños viven con sus padres, un itinerario de formación integral que parte del desarrollo de la afectividad, la emocionalidad y la sexualidad, estimulando también la esfera espiritual y la inteligencia existencial, para asumir una visión abierta y profunda del mundo y de las personas desde la infancia. El camino busca una relacionalidad positiva, creativamente abierta al diálogo, a la aceptación, al respeto por la singularidad e irrepetibilidad de la persona humana, para generar el marco necesario para una experiencia de crecimiento personal y comunitario, y para la apertura a los demás.

¿A quién va dirigido?

Está dirigido a todas las familias con niños, preferiblemente de 4 a 8 años. Si, como ocurre en todas las familias, hay niños mayores o menores, participar en Up2Me no es un problema, sino una oportunidad, ya que toda la familia vive una experiencia. El programa también se puede ofrecer a hijos de familias de acogida, familias monoparentales o separadas. En estos casos, los niños serán acompañados por la figura adulta que les sirva de referencia (uno de los dos padres biológicos o de acogida, o ambos, un tío, un abuelo, etc.).

El proyecto también puede proponerse y llevarse a cabo en grupos familiares, en la parroquia o en un ámbito escolar.

¿Cuáles son los objetivos?

Para los niños, el objetivo final es compartir experiencias con sus padres y otras figuras de referencia, necesarias para el desarrollo de su identidad y un crecimiento integral y armonioso. Reconocer, acoger y expresar emociones primarias con un valor positivo de forma adecuada al contexto; tener una comunicación positiva y efectiva con los padres; desarrollar la interioridad, el autoconocimiento, crecer en la dimensión espiritual — entendida como la capacidad de contemplar y trascender —, y aprender a cuidar el propio cuerpo, de los demás y a la naturaleza.

Para los padres, el curso es útil para favorecer el crecimiento de la capacidad de comunicarse entre generaciones dentro de la unidad familiar, entre familias y con la cultura contemporánea para valorizar su potencial latente; profundizar en el conocimiento del desarrollo sociocognitivo y psicológico del niño y el tipo de relaciones que lo favorecen; comprender cómo las formas en que los padres actúan y se relacionan con sus hijos influyen en su crecimiento y aprender buenas prácticas educativas para la regulación emocional; conocer la influencia de las nuevas tecnologías en la educación de los niños y el papel de los padres en ella.

¿Cuáles son los contenidos del camino?

A partir de la experiencia y el estudio de estos años, y para darle un carácter orgánico al camino, hemos elegido la metáfora de “un viaje juntos hacia la felicidad”. Decidimos trabajar en la educación afectivo-relacional de los niños porque esta constituye la base de su relación afectiva y sexual; las emociones permiten la articulación del cuerpo y la mente, lo que favorece el crecimiento personal integral. El método de formación experiencial permite a padres e hijos compartir sus experiencias diarias en reuniones comunitarias, dialogar, profundizar e iluminar, construyendo así nuevos saberes que surgen de la propia sabiduría y la de los demás.

Los contenidos se presentan a través de una pluralidad de lenguajes: el juego, el movimiento, la sensorialidad, la representación icónica, la narración, las imágenes, la danza como características del abordaje de las diferentes temáticas.

La idea es un viaje en avión que transmite al niño la imagen de la continuidad del itinerario, la sensación de espera y descubrimiento, y la necesidad de trabajar para prepararlo. Después de cada etapa, la experiencia continúa en casa, ya que cada núcleo familiar recibe una propuesta que ayuda a continuar el diálogo y el clima construido con el objetivo de buscar espacios de crecimiento familiar.

Para más información, clica aqui o envíe un correo electrónico a teresa.radere@focolare.org

Lorenzo Russo
Foto: © Archivio Up2Me