Movimiento de los Focolares

Roma se convierte en “capital de la paz”

Martes 20 de octubre, en Roma, el Encuentro Internacional de Oración por la Paz entre algunos líderes de distintas religiones promovido por la Comunidad de San Egidio. Presente también la Presidente del Movimiento de los Focolares. Será posible seguir el evento vía streaming. “Estamos muy felices que este encuentro se pueda realizar, porque necesitamos palabras de paz, palabras de esperanza, palabras que nos indiquen un futuro para la humanidad tan trastornada por la pandemia”. Con estas palabras Marco Impagliazzo, presidente de la Comunidad de San Egidio presentó la edición 2020 del Encuentro Internacional de Oración por la Paz entre las grandes religiones mundiales, en el espíritu de Asís, promovido precisamente por San Egidio. El evento tiene el título “Nadie se salva solo – Paz y fraternidad” y se realiza hoy 20 de octubre en Roma (Italia) en la Plaza del Campidoglio donde reunirán líderes de distintas religiones y representantes de las instituciones en una “Oración por la Paz”, será un momento solemne de reflexión que quiere ofrecer un mensaje de esperanza para el futuro. Durante esta cita habrá un espacio de oración, cada uno según su propia tradición. Después tendrá lugar la intervención de los líderes que pondrán en evidencia el aporte de las religiones a la construcción de un futuro mejor, de paz y fraternidad, sobre todo ahora que la pandemia está provocando una gran crisis económica y social y que ha hecho que todos se vuelvan más pobres. En la manifestación participará también la presidente del Movimiento de los Focolares, María Voce. El inicio está previsto para las 4.30 p.m. (utc+2) cuando los representantes religiosos se encontrarán para rezar en lugares diferentes. La oración ecuménica de los cristianos tendrá lugar en la Basílica de Santa María de Aracoeli (haz clic aquí para ver el programa). A continuación, hacia las 5.20 p.m. (utc+2) será el encuentro en la plaza del Campidoglio. Durante la ceremonia tomarán la palabra el presidente de la República Italiana, Sergio Mattarella, el fundador de la Comunidad de San Egidio, Andrea Riccardi y, a través de un video-mensaje, la presidente de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen. Proseguirán con las intervenciones del patriarca de Constantinopla, Bartolomé I, del rabino Jefe de  Francia, Rav Haim Korsia, del secretario general del Comité Superior de la Fraternidad Humana, Dr. Mohamed Abdelsalam Abdellatif, del ven. Shoten Minegishi (Budismo Soto Zen), del Dr. Karmaljit Singh Dillon (Comité Nacional Sikh Gurdwara Parbandhak), de la Sra. Divya Punchayil Prashoban (Hinduismo) y, como conclusión, la del Papa Francisco. La ceremonia proseguirá con un minuto de silencio en memoria de las víctimas de la pandemia y de todas las guerras, la lectura de un apelo de paz 2020, que será entregado por un grupo de niños a los embajadores y a los representantes de la política nacional e internacional, y el encendido del candelabro de la paz por parte del Papa Francisco. El Encuentro de “Oración por la Paz” entre las religiones será transmitido integralmente en directa streaming en el sitio del evento y en las redes sociales de la Comunidad de San Egidio.

 Lorenzo Russo

La invención de los jóvenes, la obra maestra de Chiara

La invención de los jóvenes, la obra maestra de Chiara

Un Webinar para recorrer la historia del Movimiento Gen, una de las más revolucionarias agrupaciones juveniles del siglo pasado, que continúa su carrera en el siglo XXI también. En el año del centenario de Chiara Lubich, sin lugar a dudas había que retomar la aventura del Movimiento Gen, que vio la luz en 1967, y que involucró en su idealidad de un mundo unido a cientos de miles de jóvenes, en todo el mundo.  Un Webinar, el pasado 18 de octubre, moderado por el periodista de la RAI Gianni Bianco, recorrió la historia de una agrupación juvenil que, aun con altibajos, supo formar a hombres y mujeres que se hicieron un espacio en la vida, y no a través de actos de fuerza o de la ambición desenfrenada, sino a través del ideal evangélico del hacerse uno con todos. Gente que, tanto la que ha quedado en el álveo del Movimiento, como la que se alejó de él, ha seguido “viviendo” de las intuiciones carismáticas de Chiara Lubich, cada uno de ellos en su propia dimensión espiritual y profesional. Uno de los presentes era Franz Coriasco, autor del libro publicado en italiano Generazione nuova. La storia del Movimento Gen raccontata da un testimone (Generación nueva.  La historia del Movimiento Gen contada por un testigo), de la editorial Città Nuova.  Su visión era muy personal, pero al mismo tiempo colectiva, no sólo por la búsqueda apasionada y profunda que llevó a cabo, sino también por la coincidencia de los cientos de intervenciones que sostienen su narración. También estaba presente Luigino De Zottis, quien, junto con Virgo Folonari había sido elegido en 1966 por la misma Chiara Lubich para iniciar el Movimiento Gen.  En su intervención recordó a aquellos que permitieron el nacimiento de la nueva agrupación de jóvenes vinculados al focolar: «La inspiración de Chiara fue inesperada –dijo– pero nos involucró de una manera más que radical.  Mi vida y la de una infinidad de otros jóvenes tuvieron un desarrollo inusitado.  Recuerdo que a nosotros, los adultos que debíamos hacer nacer el Movimiento Gen, Chiara nos dijo: “Ustedes, adultos, no tienen que hacer nada para que nazca el movimiento de los jóvenes.  Tienen que ser para ellos como ángeles custodios”». Esta “regla”, la de la relación intergeneracional, ha hecho historia y sigue siendo innovadora. Il Cardenal Joao Braz de Aviz, prefecto de la Congregación para la vida consagrada, participó también, pues él había sido uno de los primeros “Gens”, o sea los Gen seminaristas. Focalizó la atención en el elemento central del carisma de Chiara Lubich: «Jesús abandonado no es algo pequeño, es el reconocimiento de una verdad y es lo que permite ir adelante cuando las dificultades parecen insuperables». Y con palabras fuertes invitó al Movimiento a redescubrir su propio espíritu de comunión originario. Intervinieron también algunas personas que han quedado trabajando activamente dentro del Movimiento. Una de ellas tuvo palabras muy significativas; se trata de Margarita Karram, de Tierra Santa, que sintetizó así su aventura con Chiara: «La revolución del amor evangélico es la que ama incluso a los enemigos.  Por un lado quiero mencionar la palabra “identidad”: mi tierra me dejó la convicción de que mi verdadera identidad es la de Jesús de Nazaret.  Y por otro lado, la palabra “corazón”, porque el Evangelio hay que vivirlo con radicalidad, con un corazón de carne, no de piedra, sin erigir muros». «¿Estamos en el comienzo del final, o en el final del comienzo?», se preguntaba Franz Coriasco cuando habló.  Le respondió Jesús Morán, actual copresidente de los Focolares: «Hoy ya no estamos en la fase de la utopía de la unidad, la conciencia de la unidad en la humanidad es trágica. O nos volvemos uno o nos destruimos.  Las posibilidades para los Gen son enormes, porque hay una conciencia más clara de lo que es la unidad.  Estoy convencido de que estamos en el comienzo de nuevos desarrollos, que mostrarán un carisma encarnado».

Laura Salerno

La conclusión del webinar fue confiada a los Gen de hoy –en nombre de todos, hablaron  Laura Salerno, Conlet Burns y Anna Aleotti− y tenía que ser así, porque la aventura continúa.  El Movimiento Gen nació en el período de la exuberancia juvenil de los años 1967-1968, y los Gen de la época tenían una mirada revolucionaria.  Pero hoy también la tienen, como por ejemplo dan testimonio de ello los jóvenes  Gen libaneses que salieron a las plazas un año atrás, a partir del 17 de octubre de 2019, para propugnar una sociedad menos corrupta, más fraterna, más justa y más inclusiva. Makran, Salim, Mia y sus amigos muestran que el impulso revolucionario de 1967 sigue siendo válido en 2020.

Michele Zanzucchi

El más directo

Los cristianos saben cuál es el  examen que deberán superar al final de su vida. De hecho, Jesús nos reveló las preguntas que nos hará cuando nos presentemos ante Él. Son más actuales que nunca – como explica Chiara Lubich. Es urgente transformar todas nuestras relaciones con los hermanos, padres, parientes, compañeros, conocidos y hombres de todo el mundo en relaciones cristianas. E, impulsados e iluminados por el amor, dar origen a obras individuales y sociales, recordando que, si un vaso de agua tendrá su recompensa, un hospital, una escuela, un orfanato, un centro de reinserción, etc.,  hechos como medio de expresar nuestra caridad, nos prepararán para un brillante examen final de nuestra vida. Dios, de hecho nos dirá: “Tenía hambre en tu marido, en tus hijos, así como en la población de la India, y tú, reconociéndome en ellos, me diste de comer”. “Tenía sed, estaba desnudo en tus niños cada mañana, así como en tus hermanos de muchas naciones en donde las condiciones de vida eran inhumanas, y tú, reconociéndome siempre en todos, me vestiste con todo lo que tenías”. “Estaba huérfano, hambriento, enfermo en el niño de tu barrio, como en la población de Pakistán destruida por los cataclismos, y tú hiciste todos los esfuerzos posibles para socorrerme”. «Soportaste a tu suegra o a tu esposa nerviosa, así como a tus obreros provocadores o a tu jefe en el trabajo, poco comprensivo, porque estabas convencido de que una perfecta justicia social existirá solo si florece de la caridad social; y esto lo hiciste porque me viste en todos». «Visitaste a tu pariente en la cárcel, socorriste en lo posible a los que viven oprimidos y dominados en lo más íntimo de su espíritu y rezaste por ellos…». Entonces nosotros, atónitos, dejaremos escapar de nuestros labios una sola palabra: gracias. Gracias, Dios mío, por habernos abierto en la tierra un camino, «el más directo», el más breve para llegar pronto y directamente al destino celestial

Chiara Lubich

Cf. Chiara Lubich, Hacia un nuevo humanismo, en: Chiara Lubich, Lo esencial de hoy. Escritos espirituales /2, ed. Ciudad Nueva, Madrid, 1999, pp. 139-140.

#daretocare en Nigeria

Un viaje por distintos puntos de Nigeria, donde algunos de los miembros de la comunidad del Movimiento de los Focolares nos hacen ver sus iniciativas y proyectos de cuidados, sostenibilidad, educación y espíritu empresarial en sus localidades.   https://vimeo.com/465815851

El Metropolita Gennadios Zervos: hombre del diálogo y de la unidad

El Metropolita Gennadios Zervos: hombre del diálogo y de la unidad

Un breve perfil del Metropolita que fue gran amigo de los Focolares y la expresión de oración y cercanía de María Voce en nombre del Movimiento. Hoy 16 de octubre, la Arquidiócesis Ortodoxa de Italia y Malta anunció que el metropolita Gennadios ha “pasado al cielo” [1]. Vivió 57 años en Italia, primero como párroco en Nápoles, en 1970 como obispo de Kratea y luego desde 1996 como arzobispo de la diócesis de Italia y Malta y exarca del sur de Europa, con sede en Venecia. Tenía un gran amor por los fieles de su Arquidiócesis; lo expresa en una carta del pasado 3 de octubre, en la que escribía: “Están en mi corazón. ¡Son mi vida!”[2]. En 2007 el Patriarca Bartolomé dijo de él: “Con inmenso amor […] has trabajado durante muchos años de manera misionera por vuestro rebaño, distinguiéndote por muchos y diversos carismas, que expresan la personalidad de Vuestra Eminencia, entre los que destacan los más grandes y son la humildad y la dulzura, la tranquilidad y la sabiduría de tu carácter, pero lo más grande de todo es tu amor y fe hacia la Madre Iglesia” [3]. Ha sido un hombre de diálogo que participó activamente en la actividad ecuménica en Italia y más allá, como se puede ver en esta entrevista con Radio Vaticano en 2015: “Orar significa caminar juntos y, como me dijo una vez el papa Francisco, ‘caminar significa unión. Cuando caminamos juntos, la unidad está más cerca de nosotros’”[4]. Hablando de la división de los cristianos, dice: “Ahora debemos ser crucificados, los hombres debemos subir a la cruz, para hacer desaparecer nuestras pasiones, nuestros defectos, nuestros errores. Jesucristo ya no viene para ser crucificado sino que nosotros debemos estar en la cruz para borrar el fanatismo, el odio, el egoísmo”[5]. Gran amigo del Movimiento de los Focolares, el metropolita a menudo recordaba un diálogo con Atenágoras en 1970. “¡Me recibió durante 48 minutos! Numerosos obispos, sacerdotes, teólogos y otros estaban en el pasillo esperando la bendición del Patriarca. Todos estaban asombrados de que hubiera estado en audiencia durante tanto tiempo […] ¿Qué había pasado? ¡El Patriarca habló de mí durante 2 minutos, del Papa Pablo VI durante 5 minutos y durante 40 minutos de Chiara!” [6]. Participó en muchos eventos de los Focolares: desde las reuniones de los obispos amigos del Movimiento, hasta las escuelas del ecumenismo y las semanas ecuménicas organizadas por el Centro “Uno” [7]. Durante la última edición, en 2017, entregó a Maria Voce una medalla en agradecimiento por la labor ecuménica de los Focolares. Fue idea suya poner en marcha la “Cátedra Ecuménica Internacional Patriarca Atenágoras – Chiara Lubich”, de la que era co-titular, en la Universidad Sophia y en 2017 pronunció el discurso inaugural sobre el tema “El Patriarca Atenágoras y Chiara Lubich, protagonistas de la unidad” [8] El metropolita Gennadios pudo saludar a Chiara unos días antes de su muerte cuando la visitó junto con el Patriarca Bartolomé en el policlínico Gemelli. De ese último encuentro recordaba: “Estaba llena de alegría, sonriente como siempre, dulce, serena y su “carisma” estaba muy vivo. De hecho, sus últimas palabras antes de despedirnos fueron: “¡Siempre unidos!” [9]. Parece que el metropolita Gennadios cumplió lo que le dijo proféticamente el patriarca Atenágoras en 1960: “Irás a Italia, necesitamos nuevos sacerdotes para los tiempos venideros, tiempos de reconciliación y diálogo con la Iglesia católica” [10].

Joan Patricia Back

[1] Sitio ortodossia.it [2] Sitio ortodossia.it [3] Sitio ortodossia.it [4] Entrevistado por Radio Vaticana 23 de enero de 2015 en el sitio ortodossia.it [5] Entrevistado por Radio Vaticana 23 de enero de 2015 en el sitio ortodossia.it [6] 50° del Centro “Uno”, Trento, 12 de marzo de 2011. [7] El Centro “Uno”, para la unidad de los cristianos, se ocupa del diálogo ecuménico del Movimiento de los Focolares. [8]  www.sophiauniversity.org/it [9] 50° del Centro “Uno” Trento, 12 de marzo de 2011. [10] Sitio ortodossia.it

Evangelio vivido: humildad

Como escribe Chiara Lubich: “Ser humildes no sólo quiere decir no ser ambiciosos, sino ser conscientes de la propia nada, sentirse pequeños delante de Dios y por lo tanto ponerse en sus manos, como niños”. Una escuela de vida Durante la pandemia también yo me vi obligado al confinamiento. Aunque seguí manteniendo la relación con algunas de las personas que asisto a través de Internet, el verdadero trabajo era conmigo mismo. No podía eximirme de ayudar a mis hijos a hacer las tareas, de adivinar cómo llenar su tiempo, de proveer a mis padres ancianos, de ayudar a mi esposa en la cocina, a inventar nuevos menús… había subvalorado la importancia que pueden tener los pequeños gestos cotidianos para el conocimiento de sí mismos y ahora tenía la posibilidad de descubrir dimensiones fundamentales de la existencia. Pero el descubrimiento más importante de este período ha sido la oración, la relación a tú a tú con Dios. La había descuidado, dejándola de lado junto con otras cosas, comprometido como estaba con mis investigaciones y mi trabajo. Al administrar un tiempo sin márgenes, reflexioné sobre la vida, sobre la muerte, sobre la esperanza… No sé cómo ha sido para los demás, pero para mí este exilio forzado se ha convertido en una auténtica escuela, más eficaz que muchos libros y cursos de especialización. (M.V. – Suiza) Envejecer juntos Después de décadas de vida matrimonial en el amor, me di cuenta de que me estaba volviendo insensible hacia mi mujer. Ella no estaba de acuerdo con tantas cosas que yo hacía y me repetía siempre el mismo sermón. Un día, después de escucharla una primera y una segunda vez, le respondí con rabia que sabía lo que tenía que hacer, que ya me lo había dicho. Naturalmente ella se quedó mal, pero también yo. Le pedí perdón, pero dentro de mí quedó el gran dolor de no haber respetado, aceptado su envejecimiento. Si esto sucede con ella, reflexioné, quien sabe cuántas cosas hago yo que le hacen daño a mi esposa. Le contamos este hecho a una nieta que había venido a visitarnos con su compañero, cuando ella, sin motivo aparente, empezó a llorar mientras él le tomaba la mano, acariciándola. Después de un silencio nos contaron que habían decidido separarse debido a la incompatibilidad de caracteres entre ellos. Pero escuchando nuestro relato les había conmovido la belleza de envejecer juntos e intentar reconstruir siempre el amor. (P.T. – Hungría) Escuchar, comprender Si vuelvo a pensar en los 25 años transcurridos haciéndome cargo de la salud de mis pacientes, me parece que no he hecho otra cosa que escucharlos. Siempre recuerdo, en mis primeros días como médico de familia, a una mujer que había pasado por no sé cuántos hospitales de Suiza hasta Italia. Me estaba describiendo un detalle de su historia personal que podía ser la clave de los disturbios que sufría desde hacía 15 años. Ante mi pregunta: “Pero usted, señora, ¿alguna vez le habló a los médicos de esto?”, me respondió: “Doctor, es la primera vez que lo recuerdo. Usted me escuchó y yo lo recordé”. Me sirvió tanto la experiencia de esa cita, más que una actualización profesional. Sí, porque escuchar, sobre todo hoy que hacemos todo de prisa, debería corresponder cada vez más a “comprender”. Todos estos años para mí han sido una escuela al respecto… y ¡seguramente no he terminado de aprender! Escuchar no es otra cosa que una expresión del amor del que Cristo nos ha dado ejemplo; hacer el vacío para poder acoger en sí mismos al otro. (Ugo – Italia) Saborear Cuando, después de los últimos exámenes, el médico me anunció que el cáncer había vuelto a aparecer, mi primer pensamiento fue para la familia, para nuestros hijos y nietos. Mi esposo y yo hablamos serenamente y decidimos vivir el período que me queda como el tiempo más bello que podíamos dejarles en herencia, de un amor fiel hasta el final. Así empezaron días que, aunque eran pesados por los dolores, tenían un color y un calor nuevos. No sólo aumentó el amor entre todos, sino que diría que estamos aprendiendo a “saborear” el tiempo. Cada gesto es único porque podría ser el último, y lo mismo cada llamada telefónica, cada palabra pronunciada. Desde la atención al otro, al tono de la voz, que sirven para crear armonía entre nosotros… todo ha asumido un valor. Mi esposo se sorprende de cuánta alegría están llenos nuestros días y a menudo me repite: “Es el único bien que podemos dejar a nuestros hijos”. En los momentos dedicados a la oración sentimos que el cielo se abre, porque se ha convertido solamente en un acto de agradecimiento. (G.C. – Italia)

a cargo de Stefania Tanesini

(Tomado de Il Vangelo del Giorno (El Evangelio de cada día), Città Nuova, año VI, n.5, septiembre-octubre 2020)