Mar 22, 2019 | Sin categorizar
Se han visto afectadas por las inundaciones en África sudoriental también algunas comunidades de los Focolares En los días pasados un violento aluvión azotó al África sudoriental, sobre todo la parte central de Mozambique. Estamos en contacto con miembros del Movimiento de los Focolares en las zonas de Beira y Chimoio. Algunos de ellos dirigen una misión de alrededor de 500 personas que hospeda un centro de recuperación (Fazenda da Esperança), una escuela, dos colegios y un hospital. En este momento toda la misión está sumergida debajo del agua y se encuentra aislada, sin agua potable, luz ni alimento. Afortunadamente no ha habido muertes, pero en las cercanías hubo muchas víctimas. Caritas y las autoridades están trabajando para llegar hasta las zonas aisladas y proveerles allí de alimento y artículos de primera necesidad. Pero el reto más importante llegará cuando el agua haya descendido y cuando – como afirma Mons. Dalla Zuanna, obispo de Beira, “haya que iniciar la reconstrucción y las luces de emergencia se hayan apagado.” Para todo ello la Coordinación Emergencias del Movimiento de los Focolares está abocada a recoger aportes y utilizarlos para ayudar a la población in situ. Para quien quisiera colaborar, he aquí algunas modalidades para transferencias bancarias: Azione per un Mondo Unito ONLUS (AMU) IBAN: IT58 S050 1803 2000 0001 1204 344 Banca Popolare Etica BIC: CCRTIT2T Emergenza Mozambico O bien: Azione per Famiglie Nuove ONLUS (AFN) IBAN: IT55 K033 5901 6001 0000 0001 060 (presso Banca Prossima) Código SWIFT/BIC: BCITITMX Emergenza Mozambico
Mar 20, 2019 | Sin categorizar
Descubrir que el propio hijo tiene una discapacidad cognitiva es un shock que puede paralizar física y mentalmente a los padres. O bien puede prevalecer el deseo de escuchar, acompañar, perseverar, donarse. Vivir la discapacidad creciendo juntos. Es el camino que eligieron Natalija y Damijan Obadic, eslovenos, casados desde hace 14 años, padres de cuatro hijos. Lovro, hoy tiene seis años y hace tres años se le diagnosticó un déficit atencional. Parecía que no había alternativas con los fármacos y tratamientos estandarizados. En cambio la pareja ha experimentado que la relación cura. Potencia el tratamiento. A veces permite encontrar soluciones originales. Pero ningún resultado es adquirido definitivamente, todo lo contrario el itinerario presenta cada día un desafío. La unión de la familia y la unión con Dios sostienen el camino. Natalija, ¿cómo reaccionaron ante la noticia de que su hijo sufría déficit atencional? Vi ante mí a los niños con esta discapacidad que había encontrado en mi trabajo como educadora y sus enormes problemas. Ese día Damijan y yo entendimos que el acto de amor más grande que podíamos hacer por Lovro y por todos nosotros era que uno de los dos dejara el trabajo. Teníamos un préstamo que pagar y sueldos modestos, pero sabíamos que para ayudar a Lovro adecuadamente teníamos que darle mucho amor, tiempo y energías. Fue muy doloroso, y sentíamos una gran incertidumbre, pero estábamos seguros de que el amor de Dios por nosotros nos habría sostenido.
¿Qué les enseña la experiencia con Lovro? Aprendimos a escuchar profundamente. Cuando les das instrucciones tienes que verificar que las haya captado, seguirlo en todo lo que hace y hacerlo regresar continuamente a lo que debe hacer, de lo contrario, se pone a jugar. Para él concluir una acción es como escalar la cima de una montaña inalcanzable y por lo tanto se rebela para no hacerlo. A veces entra en crisis, con un llanto incontenible, tira todo lo que ve, da patadas y puñetazos. Entonces, con calma y gentileza, debes encontrar la forma para reorientarlo a hacer lo que tenía que hacer. Hemos aprendido que con nuestro amor recíproco es posible ayudarlo y que el amor por Lovro nos guía para entender qué hacer por él. ¿Cómo afrontar las dificultades cotidianas? Todos los días rezamos con él para que logre hacer frente a sus dificultades. Él es consciente de que tiene una discapacidad y esto le ayuda a afrontar las dificultades. Sólo con nuestro amor recíproco logramos seguir las indicaciones de los especialistas. Hemos entendido que Lovro debe sentir nuestro amor incondicional siempre. Hablando con él tratamos de encontrar la forma de mejorar cada día. También los otros hijos están involucrados en este “cuidado especial” a Lovro. ¿Cómo es la relación entre ellos? Con los otros hijos hemos hablado acerca de que hacer por él, de qué se puede pretender y cómo perseverar para poderlo ayudar. Como se trata de algo muy comprometedor hemos decidido dividirnos los días de la semana. Les hemos explicado a los hijos que deben ser firmes cuando le piden a Lovro que complete una tarea, porque así le ayudan a aprender que tiene deberes que tiene que llevar a término. Nos han ayudado mucho y después de tres meses vimos los primeros resultados. Una noche le dijimos a Lovro que se pusiera el pijama y viniera a la mesa. Por primera vez lo hizo solo sin distraerse. ¡Hemos festejado!
A cargo de Claudia Di Lorenzi
Mar 19, 2019 | Sin categorizar
Somos hijos de Dios y podemos asemejarnos en aquello que lo caracteriza: el amor, la acogida, el saber esperar los tiempos del otro. En el banco Trabajo en un banco, y siempre he tratado de ser un elemento de unión entre mis colegas; tal vez por eso me cayó muy mal descubrir, un día, que uno de ellos se valía de mí para desprestigiar a su jefe. Esa noche, en la iglesia, me volví a proponer que alejaría de mí todo pensamiento negativo para con ese colega y que me relacionaría con él como siempre. Luego, al encontrar otro trabajo, anunció su renuncia y me saludó agradeciéndome por haber sido siempre un amigo para él. No me lo esperaba, pero estaba feliz de saber que mi esfuerzo no había sido en vano. (F.S. – Suiza) Una fe madura Día tras día mi marido va perdiendo la memoria y sus capacidades, y yo misma ya no consigo agacharme para recoger algo… y me pregunto: ¿es ésta la vida? Escuchando al Papa Francisco cuando les habla a los jóvenes de los ancianos, me volvió la esperanza y una fuerza nueva para afrontar las dificultades de la vejez y las enfermedades. Siempre había rechazado la fe como la panacea de todos los males; fue necesaria toda una vida para llegar a una fe más madura. (F.Z. – Polonia) Dos horas preciosas Hoy era mi turno de voluntariado en el hospital, pero llovía y estaba cansada; es que ya tengo 62 años y sufro de artrosis. Pero pensando en esos enfermos fui de todos modos. Cuando llegué al hospital, me encontré con un paciente deprimido, desnudo, inmóvil, sin que nadie lo atendiera. Pasé dos horas con él, tratando de darle todo aquello de lo que yo era capaz. ¡Y pensar que anoche, haciendo un balance de la jornada, me había sentido una inútil! (M. – Italia) Sola Cuando murió mi marido, tras sólo cuatro años de matrimonio, me pregunté: ¿cómo podré criar yo sola a mis niñas? Encontré la respuesta en la Palabra de Dios, que es Padre de todos. Era sólo cuestión de que la pusiera en práctica. Lo comprobé muchas veces, sobre todo cuando los problemas se hicieron más complejos a medida que ellas iban creciendo: escoger el tipo de escuela, las amistades, las horas de esparcimiento… A veces experimento la misma desolación de muchas personas, solas como yo llevando adelante una familia. Es entonces cuando, al seguir creyendo en el amor de Dios, encuentro el equilibrio, la posibilidad de volver a reiniciar un diálogo con mis hijas, incluso en cuestiones delicadas. (I.C. – Italia)
Mar 17, 2019 | Sin categorizar
Historia de Marco Bertolini, educador de salud social en la provincia de Roma (Italia): “Incluso los educadores tienen que aprender de los estudiantes y es posible transformar las dificultades en oportunidades”. Diagnosticada cuando tenía unos pocos años, la polio no era una prisión para que Marco gritara su ira hacia el mundo, sino una oportunidad para captar la riqueza de su vida y el potencial que su “condición” ocultaba. Para luego ayudar, como adulto, a muchos niños “difíciles” a descubrir su propia belleza y la dignidad de ser persona. El encuentro con los jóvenes del Movimiento de los Focolares fue decisivo para él. A la edad de 59 años, hoy Marco Bertolini, casado y padre de dos hijos, trabaja como educador social y de salud en un suburbio de Roma. Hablamos con él en el reciente congreso sobre educación “EduxEdu”, celebrado en el Centro Mariápolis en Castel Gandolfo (Italia): Marco, tu historia habla de una dificultad inicial convertida en una oportunidad. ¿Qué te llevó a esta maduración? De niño tuve una clara percepción de mi diversidad física. Mientras mis hermanas y amigos vivían en la familia, yo estaba en un internado. Esto hizo crecer en mí rabia hacia aquellos que creía más afortunados. Y entonces buscaba siempre pelea, ponía a prueba a mi familia para ver si me querían. Luego, a los veinte años, el punto de inflexión. Estaba buscando un sentido para mi vida cuando conocí a los jóvenes de los Focolares que vivían el Evangelio, estaban unidos y se respetaban. En mi barrio, en las afueras de Roma, hacía de todos los colores y no tenía una buena fama, pero ellos me aceptaban tal como era. Me hicieron sentir como una persona y no miraban mis defectos. Me explicaban que intentaban amar al prójimo, como dice el Evangelio. Estaba incrédulo, pensaba que el Evangelio era algo hermoso pero que en la vida es necesario abrirte paso a toda costa. Y en cambio, lentamente me mostraron que vivir el Evangelio es posible y puede cambiar la vida. ¿Cómo te convertiste en educador? Al principio estudié teología. Descubrí la relación con Dios y me pregunté si mi vocación era el sacerdocio. Así entré en el seminario participando en varios servicios. En Roma colaboré con Caritas y en el centro de escucha traté principalmente con las personas sin hogar: allí entendí que mi camino era el compromiso social. Las personas que más me importaban eran los chicos. Quería compartir con ellos el regalo que había recibido al conocer a los jóvenes del Movimiento para que ellos también pudieran descubrir el profundo valor de la vida. Luego salí del seminario y comencé a estudiar como trabajador social y educador. Cuando nos acercamos a “jóvenes difíciles” pensamos principalmente en “contenerlos”. Pero comprender la “herida” que llevan dentro es un desafío difícil. ¿Cómo la afrontas? A los chicos no hay que contenerlos sino escucharlos y comprenderlos. El enfoque que utilizo es aquel que Dios usó conmigo: él me aceptó tal como era. Y, en primer lugar, los acojo tal como son, con su lenguaje, sin querer cambiar nada, pero dejando claro que existe la oportunidad que alguien lo ame. Parto de mi experiencia con Dios y de sus emociones. Los chicos deben ser ayudados haciéndoles diferentes propuestas de vida. En cierto modo, es un poco como establecer un “pacto educativo” con ellos. ¿Puedes contarnos alguna experiencia al respecto? Desde hace años formo parte de un equipo que organiza un campo de trabajo llamado “stop’n’go”, donde los adolescentes reciben una oportunidad formativa a la luz del ideal de la unidad. Recuerdo a una madre soltera de 19 años, con una historia dolorosa, que alternaba actitudes adultas e infantiles. Nos preguntamos si su inclusión sería favorable para ella y para otros. Decidimos hacer un pacto con ella: ella podría turnarse con uno de nosotros, adultos, a cambio de respetar las reglas del campo y participar en las actividades. Ella aceptó y fue una competencia de amor del equipo para que se sintiera acogida y nunca juzgada. Experimenté que los educadores también tienen que aprender de los estudiantes y que es posible convertir una dificultad en una oportunidad.
Claudia Di Lorenzi
Mar 15, 2019 | Sin categorizar
Seis temas para seis años, un camino de profundización que parte del ámbito de la economía, de la comunión de trabajo. El mundo unido, una meta exigente pero no utópica, que se puede alcanzar si se actúa en muchos frentes diferentes. Las nuevas generaciones de los Focolares lo saben bien. Chiara Lubich les había sugerido emprender los muchos “caminos” que conducen a un mundo unido, conocerlos y ahondar en ellos para lograr este objetivo. Esta es la razón por la cual la idea de un camino mundial en seis años partió de los jóvenes, y que han llamado “Pathways for a united world”, caminos para un mundo unido. Un camino con acciones e ideas sobre seis temas principales. En los próximos meses propondremos testimonios y experiencias de vida sobre el primero de ellos: economía, comunión y trabajo.
Donar lo que tenemos de más. Desde que nos casamos, cada año sentimos que tenemos que compartir lo que tenemos con los demás. La experiencia comenzó durante los preparativos para la boda, cuando recibimos mucho, en amor y ayuda económica. Optamos por hacer una donación a una asociación de Timor Oriental que ayuda concretamente a los niños en dificultades, administrada por el sacerdote que nos casó a nosotros. Fue increíble recibir, justo después de la donación, exactamente diez veces más. Cada año, entonces, nos proponemos donar una parte de nuestras ganancias para alimentar la comunión de bienes que vivimos en el Movimiento de los Focolares. Justo esta mañana hice una transferencia para esto, y recibí un abrigo como regalo. Hermosa, a la moda y… de mi talle. (S. y C. – Italia) Los ahorros de mi alcancía. Tengo cinco años y vivo en Alepo (Siria). Hace algún tiempo, me enteré de que los jóvenes del Movimiento de los Focolares habían decidido pasar una tarde en un monasterio de monjas que cuidan a personas mayores y les llevan la cena. Yo también quería participar. El día anterior a la cita, sin embargo, no estaba bien y tuve que acudir al pediatra. Mientras me visitaba, aproveché la oportunidad para contarle sobre la iniciativa. “Doctora, mañana con mi familia queríamos visitar a algunas personas ancianas. Para contribuir también yo vacié mi alcancía. Pero yo mañana ¿puedo ir? Y ella: “Sí, puedes ir porque estás bien. Pero te devuelvo el dinero con el que pagaste la visita, porque a mí también me gustaría participar en vuestra iniciativa”. (G. – Siria) Involucrar a la ciudad. Conozco a muchas personas que ni siquiera tienen lo esencial para vivir. ¿Qué hacer? Hablando con colegas, nació espontánea la idea de compartir. Recibí muchas cosas que luego distribuía a familias en dificultad. La idea se extendió y las cosas se incrementaron, necesitaba más espacio y algo de ayuda. Una pareja de amigos pusieron a disposición una tienda, un colega con el que somos muy diferentes en cuanto a ideas y cultura, y dos jóvenes profesionales pusieron a disposición tiempo para esta iniciativa. Después de un mes inauguramos nuestro “Bazar Comunitario”, presentes el Asesor de Servicios Sociales y algunas Concejales municipales. Trabajando comenzamos a establecer contactos con las instituciones sociales de la ciudad y elaboramos una lista de correo para poner en contacto a aquellos que tienen algo que donar con quien necesita. Recibimos colaboraciones y objetos de todo tipo, de particulares y de empresas. El Bazar se ha convertido en un punto de referencia incluso para personas solas que encuentran aquí un modo de prestar ayuda. Un día, para ayudar a una lavandería social a comprar una máquina adecuada, le pedí a un colega que me acompañara: “Es la primera vez que termino el año haciendo algo por los demás, me dijo mientras regresábamos. Estoy feliz. ¡Gracias por haberme hablado de esta iniciativa!” (M.D.A.R – Portugal)
Mar 15, 2019 | Sin categorizar
Los chicos por un mundo unido del Movimiento de los Focolares y Prophetic Economy adhieren a «FridaysForFuture», la iniciativa mundial para la salvaguardia del ambiente promovida por Greta Thunberg
Esta mañana, en el jardín de la sede internacional del Movimiento de los Focolares en Rocca di Papa (Italia), la Presidente de los Focolares María Voce y el co-presidente Jesús Morán plantaron un árbol (facebook directo del evento) como apoyo a la iniciativa internacional #FridaysForFuture promovida por Greta Thunberg, la chica de dieciséis años, sueca, que en poco tiempo ha pasado a ser un símbolo del ambientalismo. El mundo empezó a darse cuenta de ella cuando, al iniciar el año lectivo, en el otoño septentrional pasado, Greta decidió hacer huelga del colegio todos los viernes por la mañana para hacer un sit-in delante del Parlamento de Estocolmo. Su objetivo era el de protestar por la falta de toma de posición por parte de los líderes políticos frente a lo que le está sucediendo al medio ambiente. Luego, a finales de enero, en Davos, Suiza, terminó en la mira de los medios de comunicación mundiales cuando habló delante de los grandes de la tierra en el World Economic Forum: “Están ustedes destruyendo mi futuro. No quiero que tengan esperanza, los quiero ver en el pánico”. Los Chicos por un mundo unido del Movimiento de los Focolares, junto a Prophetic Economy, decidieron, ellos también, adherir a la iniciativa internacional prevista para hoy, viernes 15 de marzo, para pedir con fuerza que se respeten los acuerdos internacionales para salvaguardar el planeta, que se deje de hablar y se actúe con decisión. “Las tomas de posición de muchos políticos demuestran que el enfoque top-down no es suficiente – explica Luca Fiorani, coordinador de EcoOne, la red internacional de los Focolares de los operadores en el ámbito de la ecología y la sustentabilidad. Las grandes conferencias internacionales sobre el clima de la ONU demuestran que es difícil tomar decisiones compartidas para combatir el calentamiento global. Y así entran en juego los enfoques bottom-up, o sea aquellos a través de los cuales la población presiona sobre los potentes para hacer tomar decisiones eficaces a fin de evitar el cambio climático. Entonces, la iniciativa de estos chicos es muy importante, porque son los que en un mañana pagarán en mayor medida los efectos del cambio climático. Es importante, por ende, que los chicos se muevan a nivel global y que muevan las conciencias de todos. Si no actuamos ahora, dentro de 20 o 30 años podría ser demasiado tarde. El Papa Francisco nos lo recuerda a menudo. Basta leer su carta sobre la Cuaresma, que está orientada a la conversión ecológica: rezar, ayunar, dar limosna, pero teniendo como fondo el cuidado de la creación”. Además, el esfuerzo de los chicos de los Focolares para alcanzar el objetivo “Hambre Cero”, va justamente en la dirección de la iniciativa de Greta Thunberg.
Lorenzo Russo