Jul 27, 2018 | Sin categorizar
«La mujer de Nazareth, una mujer de su casa, es un enorme desafío para nosotros: nos impulsa a ser conscientes de una espiritualidad basada en el atractivo extraordinario en encontrar una mística de lo cotidiano. Por suposiciones teóricas y por una realidad palpable en la simplicidad de lo cotidiano…. Dios camina en él» (Ermes Ronchi: Las preguntas simples del Evangelio, p. 176) «…Nosotros tenemos real necesidad de la casa. La casa es importantísima. […] Ésta debe ser cuidada como María Santísima habría cuidado su casa, que hospedaba nada menos que a Jesús. Por lo tanto, había que hacer cada cosa en armonía con El que era el Verbo de Dios, es la belleza de Dios, es la irradiación, es la gloria, gloria quiere decir irradiación de Dios. Imagínense a Dios como un sol que se oculta en el ocaso y los rayos que suben son el Verbo, y por lo tanto el Verbo de Dios hecho carne es Jesús. Por lo tanto Él es justamente la gloria, por lo tanto, el máximo de la belleza, del esplendor. Y por lo tanto María […], esa casita […] ella sabía mantenerla bien, de forma que alojara bien a Jesús […]. Nuestra vocación, que es una vocación mariana, es la de la casa. No se comprende a María si no es como ama de casa, además de ser sede de la Sabiduría, y por lo tanto Alguien que sabe mantener bien una casa» (Chiara Lubich, Loppiano, 30 de mayo de 1996, inauguración de la casita Gen) «La mamá se maneja más con la intuición del corazón que con la especulación del intelecto, más con la poesía que con la filosofía, porque es demasiado real y concreta, cercana del corazón humano. Así es María, la Madre de las madres, y la suma de todos los afectos, de toda la bondad, de toda la misericordia de las madres del mundo, no puede igualarla. María es pacífica como la naturaleza, pura, serena, tersa, templada, bella […]. Y es fuerte, vigorosa, ordenada, constante, inflexible, rica de esperanza. María es demasiado simple y demasiado cercana a nosotros para ser “contemplada”. […]. Trae lo divino a la tierra suavemente como un plano celeste inclinado que desde la altura vertiginosa de los Cielos desciende a la infinita pequeñez de las criaturas» (Chiara Lubich, Designios de luz, pp. 84,85)
Jul 26, 2018 | Sin categorizar
«Cincuenta años después de la publicación, la Encíclica Humanae vitae de Pablo VI se presenta a los ojos de los hombres de hoy de un modo completamente distinto. En 1968 era un documento valiente – y por lo tanto controversial- que iba contra el ambiente de la época, la época de la revolución sexual, y para vivir lo que en ella se decía, era fundamental utilizar un anticonceptivo seguro y aunque se usara podía existir también la posibilidad de abortar. Era la época en que los economistas hablaban de “bomba humana”, es decir del peligro de una super población que amenazaba a los países ricos y podía disminur su prosperidad», escribe en el Avvenire Lucetta Scaraffia. Pero hoy el mundo cambió, concluye, por lo tanto sería necesario re leerla con una mirada distinta y como un “evento profético”. La Encíclica fue publicada el 25 de julio de 1968, en el sexto año de pontificado de Pablo VI, despertando muchas reacciones controversiales.
Jul 24, 2018 | Sin categorizar
Conscientes de las crisis ecológica y social que afronta nuestro planeta, cientos de personas en todo el mundo trabajan constantemente para encontrar soluciones creativas a estos grandes problemas y lo hacen, en su vida de todos los días, a través de acciones grandes y pequeñas. Acciones que, sin embargo, a menudo crecen y mueren en total aislamiento. “Juntos podemos hacer mucho más” es uno de los lemas propuestos por Prophetic Economy, una iniciativa que trata de crear redes de colaboración entre todos aquellos que, en su propio contexto, trabajan en favor del desarrollo humano, independientemente de edades, nacionalidades y creencias. El evento principal de Prophetic Economy se llevará a cabo en Castel Gandolfo (Roma), desde el 2 al 4 de noviembre de 2018. Contará con la presencia de expertos de varios ámbitos, como Jeffrey Sachs, economista y ensayista norteamericano, uno de los mayores expertos mundiales en materia de cuestiones ambientales y sustentabilidad, o Luigino Bruni, economista italiano, coordinador del proyecto Economía de Comunión. «La experiencia –afirma Florencia Locascio, coordinadora general de Prophetic Economy– se dirige a todas las personas, organizaciones y empresas que están proponiendo soluciones sustentables y creativas al problema de la pobreza, la desigualdad, la crisis social y ambiental que estamos viviendo. Queremos identificar a los change-makers, los “innovadores”, para darles visibilidad».
Durante el evento, además de workshops, actividades de inteligencia colectiva, intercambios y conferencias de personalidades y expertos internacionales, se desarrollará la premiación del concurso “Prophetic practices award 2018”. Es un concurso que quiere premiar, dar visibilidad y poner en contacto experiencias ya existentes de “economía profética”, todas esas buenas prácticas ya en curso y que contribuyen al bien común. Paolo Matterazzo, responsable de la comunicación de la Comunidad de Nomadelfia, explica: «Los adolescentes y las nuevas generaciones tienen algo importante que decir, y aportan ya desde ahora con un fuerte entusiasmo, dando ejemplos concretos muy estimulantes». Los primeros tres ganadores del concurso recibirán un premio en dinero y serán invitados también a presentar sus proyectos durante el evento de noviembre. Además, los diez primeros clasificados tendrán la oportunidad de presentar sus buenas prácticas. La fecha tope para presentarse al concurso está prevista para el 1 de agosto. Para mayores informaciones consultar la página http://www.propheticeconomy.org Fuente: United World Project
Jul 24, 2018 | Sin categorizar
Jul 22, 2018 | Sin categorizar
En el comedor Había un colega que nunca venía al comedor. Por su carácter beligerante casi no tenía amigos. Un día le insistí que vinera y como respuesta me confió el drama que estaba viviendo con su hijo drogadicto. Lo escuché profundamente, después vino conmigo a comer. Los colegas, viendo la cordialidad con la que hablábamos entre nosotros, desde entonces asumieron hacia él una actitud de respeto. O.F. – Eslovaquia Un regalo En la oficina donde trabajo me ofrecí junto con otra colega, a recoger el dinero para comprar un regalo para un empleado que estaba por pensionarse. Cuando había que comprar el regalo, la colega me dijo que bastaba gastar la mitad de la cifra y que el resto nos lo podíamos dividir entre nosotros. Le contesté que no me parecía justo, pero ella replicó que esa era la costumbre. Me quedé en silencio, haciéndole entender que no pensaba de ese modo. Poco después vino a pedirme disculpas, y desde ese día nos hicimos amigas. F.M. – Italia Una rosa y una promesa Desde hace tiempo me ocupo de mantener abierto el oratorio de la parroquia para que los chicos tengan un lugar donde reunirse cuando están libres de la escuela. El compromiso no es poca cosa. A veces entre los chicos se desencadenan peleas y no siempre es fácil devolver la calma. Una vez, por separar a dos que estaban peleando, recibí un golpe destinado a uno de los dos. Por el susto ambos se escaparon. Pero poco después, el que involuntariamente me golpeó regresó con una rosa y la promesa de ser más bueno. F.B. – Suiza Pasantía Mientras yo estaba haciendo la práctica en el hospital me llamó la atención un paciente. Leí su expediente clínico y me entere que, debido a la diabetes, le habían amputado un dedo y medio pie. Lamentablemente la situación se había agravado y los médicos habían decidido amputarle toda la pierna. Asumí la situación y decidí hablarle de la próxima operación. Él se desesperó y yo traté de consolarlo. «Mira – le dije – tengo un regalo para ti, no es algo material». Juntos leímos la Palabra de Vida. Al día siguiente, cuando lo estaban llevando a la sala de operaciones, me vio y me dijo: «Tengo fe. ¡Creamos juntos!». C. – Argentina En voz baja Quería restablecer la relación con mi hermana con quien habíamos tenido una diferencia, pero nunca encontraba el valor y no me decidía. Al día siguiente de una noche de lucha, la encontré en la cocina y le dije “hola”, pero tan bajo que ella no escuchó. Pensé para mí mismo: «Ahora tengo que repetirlo más fuerte», pero también pensé pero no, y «mi amor propio…». Volví a decir “hola” con voz fuerte y convencida. Ella se quedó sorprendida y nos sonreímos. D.B. – Italia
Jul 20, 2018 | Sin categorizar
«Para seguir a Jesús hay que ser jóvenes, o hacerse jóvenes. Él nos pide incluso que nos volvamos como niños: todos los días, en todo momento, liberándonos de la enfermedad de la senilidad espiritual. Que si el espíritu envejece, de alguna manera se anquilosa, y como tal no se presta ya a volar. Por lo tanto, cada vez hay que renacer, recomenzar, hacerse un hombre nuevo: Jesús. Se dice a menudo, como un lugar común, que la juventud de nuestro tiempo es escéptica, o incluso cínica… Si ello es cierto, se trata sólo de una pose, o tal vez de una moda, en las que pesa el asombro, mezclado con el estupor, de una generación que ha nacido a la vida en medio de un derroche inhumano y enorme de energías para fabricar la muerte. Un asombro que aumenta al ver la ignorancia con la que se insiste en el error, mientras se siguen introduciendo en la convivencia los explosivos de un maquiavelismo especulativo y ruin. Es el materialismo que asusta o desilusiona, o frena a esta juventud, que, por naturaleza, reacciona frente a un tenor de vida hecho sólo de cálculos económicos, sólo de diversiones sensoriales, sólo de lucha por el estómago… Ésta es la lección divina de esta crisis humana, en la que derramamos ríos de lágrimas, de tinta y de coca-cola: no se puede vivir sin lo absoluto. Jesús pasa, y los jóvenes lo siguen si lo ven: si el verlo no está impedido por el surgimiento de criaturas humanas, soberbias, o sea que se sienten más que los demás por dinero o poder político… Si los jóvenes descubren, tan sólo apenas, el rostro juvenil, puro y divino de Jesús, dejan padre y madre, noviazgo y dinero, comodidades y lisonjas, y lo siguen, primero por los senderos del apostolado y después por los del calvario. Ellos quieren a Cristo, y a Cristo crucificado. A Cristo entero, todo en todos: un único ideal. Y quieren su espíritu, que es la caridad: esa sangre divina, que vence a la muerte; que es inteligencia y sabiduría y vínculo de unidad.» Igino Giordani