Mar 5, 2018 | Sin categorizar

Nelson Vanegas y Stella Marilene Nishimwe
Una semana de trabajo para conocer de cerca la realidad de los chicos y de los jóvenes de todo el mundo, sus ambiciones, esperanzas, temores, expectativas y para escuchar su voz. Saldrá un documento compartido, que confluirá, junto con los otros aportes que han llegado, al “Instrumentum laboris” en vista del Sínodo de octubre, definido por el Papa como “no sobre, sino de los jóvenes”. «En esta reunión pre-sinodal –explicó el Secretario General del Sínodo, el Card. Lorenzo Baldisseri – trataremos de comprender mejor lo que piensan de sí mismos y de los adultos, cómo viven la fe y qué dificultades encuentran para ser cristianos. Cómo planifican su vida y cuáles problemas encuentran en el discernimiento de su vocación; cómo ven a la Iglesia hoy y cómo la querrían ver». Estarán presentes católicos, de otras confesiones cristianas y de otras religiones, representantes de asociaciones y Movimientos, pero también no creyentes, y personas provenientes de situaciones precarias como la cárcel o la drogadicción. Stella Marilene, de 24 años, y Nelson, de 29 años, del Movimiento de los Focolares, participará en el trabajo (con ellos estará también Noemi Sánchez, una joven de Paraguay). Mientras con emoción esperan que llegue el día, nos reunimos con ellos en el Centro Internacional de los Gen, donde se está trabajando intensamente para las citas mundiales del 2018:el Sínodo de octubre y el Genfest de Manila en julio.
¿Cuál es la situación de los jóvenes de su país? «En El Salvador –responde Nelson- la situación general de los jóvenes es distinta dentro y fuera de la ciudad. Fuera, la vida es más difícil, no hay servicios, la educación está garantizada sólo hasta la escuela primaria. A pesar de ello los jóvenes tienen grandes aspiraciones y una mayor determinación a realizar sus sueños». «En Burundi – explica Marilene – estamos viviendo una grave crisis política. La desocupación es alta y también la incertidumbre ante el futuro. A menudo los jóvenes abandonan el país para buscar otras perspectivas». En la Reunión, cuentan, tendrán la tarea de ser facilitadores lingüísticos para el español y el francés. «Será nuestro “granito de arena”, un pequeño aporte – explica Nelson – pero lo haremos con todo el corazón». Y Marilene agrega: «A través del sitio oficial del Sínodo y de las redes sociales conectadas, todos los jóvenes, aún aquéllos que no estarán en persona, podrán participar a distancia, hacer escuchar su voz y enviar propuestas». A propósito de comunicación, más allá de los temores con los que a menudo los adultos miran a los jóvenes, por el riesgo de salirse de la “realidad” y sumergirse en el mundo virtual, ¿qué significa para ustedes comunicar? «Los tiempos han cambiado –responde Nelson- estamos sumergidos en la tecnología, que efectivamente ayuda a acortar las distancias. Pero tenemos que tratar de hacerla lo más humana posible. El celular y la Tablet nos acercan, pero comunicarnos “cara a cara” con quien realmente tenemos delante es otra cosa. En esto, nosotros los jóvenes podemos dar el primer paso». «Para alcanzar una comunicación auténtica tenemos que pensar en “qué” comunicamos», subraya Marilene.
En su mensaje para la jornada de la juventud, que se cerrará la Reunión pre-sinodal el Papa Francisco hace referencia a los “temores” de los jóvenes. «A menudo los jóvenes tienen miedo de ir adelante, de hacer elecciones definitivas. Personalmente – explica Marilene – yo trato de vivir la voluntad de Dios en el momento presente. Cada uno tiene su historia y yo me confío en Él con confianza». Y Nelson: «En un mundo tan materialista, a menudo el mensaje que los adultos pasan a los jóvenes es que estudien, trabajen, ganen, que se compren una linda casa. El diálogo entre la primera y la segunda generación es importante, pero no debe destruir los sueños. Juntos, nuestra energía y su sabiduría pueden hacer mucho». Ser escuchados significa asumir la responsabilidad. «Es una gran responsabilidad ser portavoces de los jóvenes. Es una oportunidad que nos ofrece la Iglesia, que quiere dialogar con todos, no sólo con los católicos. En esto nosotros, los gen, podemos ofrecer nuestra experiencia, porque ya hemos empezado a caminar juntos, cristianos, fieles de otros credos y también no creyentes. Por eso renuevo el llamado a todos los jóvenes: ¡participen! Hagamos que se escuche nuestra voz». Chiara Favotti
Mar 3, 2018 | Sin categorizar
https://vimeo.com/258422297 Hemos preguntado a María Voce de qué modo Chiara Lubich sigue inspirando su vida. La presidente del Movimiento de los Focolares da un pequeño adelanto de su intervención y explica que – como decía Chiara – María, Madre de Dios, es la forma y el modelo de toda acción social en el Movimiento. Maria Voce: Veo a Chiara siempre a mi lado, no con los ojos naturalmente, pero la siento presente siempre, realmente. A veces me preguntan: ¿Tú te inspiras en lo que Chiara dijo? Verdaderamente digo: no. No me inspiro en lo que Chiara dijo; me inspiro en ella y me pregunto: ¿Qué diría Chiara ahora? ¿Qué haría Chiara ahora? ¿Qué respuesta inventaría para este problema que se le presenta? Trato de escuchar al Espíritu Santo, intento hacerlo con la misma atención y profundidad que lo hacía ella, y reacciono. Chiara nos decía que conoció a María de un modo muy especial cuando descubrió su grandeza como Madre de Dios. Descubrió así una María que – como ella misma decía –no había conocido nunca antes: no era la jovencita o la niña pura de Nazaret, o la sencilla mujer de su casa, sino una María grande, una María tan grande que Dios la eligió para ser madre de su Hijo, del Verbo hecho carne, por tanto, de Dios mismo. Y esta María, que le ha gustado a Dios por su humildad, puede darle gloria por lo que obra en Ella, y en Ella realiza esas cosas grandes que Dios quiere obrar como son: la igualdad de todos los hermanos de la familia humana, la distribución justa de las riquezas de este mundo, que todos puedan beneficiarse de los bienes que Dios creó para todos, que todos se reconozcan hermanos entre sí; María sabe hacer esto porque es madre. Pienso que las características de estas obras sociales que nacen del carisma de Chiara tienen precisamente la particularidad de estar hechas por una madre que ama a todos sus hijos, para los que desea el máximo bien y, en primer lugar, quiere que todos se unan entre ellos, que estén unidos por el amor recíproco y que sea este amor el motor de sus relaciones sociales. En fin, una nueva sociedad animada por el amor evangélico con una madre que es Ella, María.
Mar 3, 2018 | Sin categorizar
« He aquí el gran atractivo de nuestro tiempo: penetrar en la más alta contemplación y permanecer mezclado con todos, hombre entre los hombres. Diría aún más: perderse en la muchedumbre para impregnarla de lo divino, como se empapa un trozo de pan en el vino. Diría aún más: Hechos partícipes de los designios de Dios sobre la humanidad, trazar sobre la multitud estelas de luz y, al mismo tiempo, compartir con el prójimo la injuria, el hambre, los golpes, las breves alegrías. Porque el atractivo del nuestro, como el de todos los tiempos, es lo más humano y lo más divino que se pueda pensar, Jesús y María: el Verbo de Dios, hijo de un carpintero, la Sede de la Sabiduría, ama de casa» Chiara Lubich (Del libro Escritos Espirituales/1 pág 27)
Mar 2, 2018 | Sin categorizar
Recomenzar de cero Mi padre nos abandonó cuando yo era muy chico. Mi madre sufrió una severa depresión y comenzó a beber. Fui educado por mi abuela materna. Cuando mi madre falleció, yo era adolescente y alimentaba dentro de mí un deseo de venganza. Casi enseguida conocí a una joven que me introdujo en su comunidad parroquial. A través de estas personas, poco a poco descubrí a Dios, la vida interior y reencontré la paz y el equilibrio. Cuando me casé, podía decir que esa comunidad era mi familia. Un día, en el lugar donde trabajaba, llegó un hombre que se presentó como mi padre. Él estaba desolado y tenía miedo de mi reacción. A pesar de la sorpresa, lo recibí cálidamente, le hablé de nuestra hija recién nacida y lo invité a casa. Después de una semana vino junto con su compañera. Mi esposa y yo los recibimos con gran alegría y afecto. Más que abuelos, ellos nos parecían dos hijos adoptados. Desde ese momento la vida de nuestra familia cambió, y también la de ellos. El pasado es como si no existiera. Existe sólo la voluntad de recomenzar desde cero. P.P. – Serbia La caricatura Un compañero dibujó mi caricatura; la fotocopió y después la repartió por toda la escuela. ¡Me hubiera gustado pegarle! Después decidí acercarme a él y hablarle con calma. Es más, le propuse que viniera a mi casa, que podíamos hacer juntos las tareas escolares y después ir a ver una película. Cuando me preguntó por qué había reaccionado de ese modo, le respondí que había aprendido a ver a Jesús en cada prójimo, sabiendo que todos nos podemos equivocar. Sorprendido, quiso saber más. Ahora también él trata de poner en práctica las palabras del Evangelio. Daniel – Brasil La humanidad de Jesús Los primeros síntomas de mi enfermedad, una esclerosis múltiple, aparecieron cuando mi esposa Susi esperaba a nuestra hija Tecla. Yo, que estaba acostumbrado a trabajar, a hacer deporte y me encontré que tenía una dificultad cada vez mayor para hacer las cosas, para moverme, hasta llegar a la total inmovilidad. Sin embargo, desde el comienzo de la enfermedad, advertí en mí, un despertar a una sed de valores verdaderos. Ya pasaron muchos años desde aquella época. Estar enfermo, ver que las piernas no responden más, depender de los demás en todo, sufrir, conocer la humillación, sentirme distinto. Todo esto lo he experimentado. Pero el sufrimiento me ha ayudado a comprender mucho más que antes la “humanidad” de Jesús. Renato – Italia La florista Era una tarde muy fría. Una aciana florista trataba de vender sus flores. Tenía encima una vieja frazada y parecía resignada a ver pasar a la gente, apurada e indiferente. Pensé que si estuviera en su lugar desearía tomar algo caliente. No había ninguna cafetería cerca, pero encontré a un joven que vendía postres dulces caseros. Compré uno para la señora. Cuando lo recibió me agradeció, sin decir muchas palabras, con la emoción en los ojos. Retomé mi camino, sintiendo durante mucho tiempo su mirada. Szidi – Rumania .