Abr 14, 2017 | Sin categorizar
Primer paso: predisponerse En la mañana, así como es posible al despertar, a mime dispongo así: “Hoy Lo quiero esperar”. No sé qué me traerá la jornada pero sé que, de forma imprevisible, Jesús abandonado vendrá a mí: en las dificultades, en las desilusiones, quizás incluso en mis faltas, en noticias malas o dolorosas. Le declaro que Él puede venir tranquilamente, que lo espero. Segundo paso: reconocerlo Durante el día encuentro, casi siempre distinto de lo que esperaba, lo negativo a mí alrededor y en mí. En ese momento es importante reconocerlo enseguida y sin titubeos. No existe necesidad o culpa en la no esté presente Él en su abandono: de esta forma cada dolor es un “sacramento suyo”, y lo que importa es reconocer, dentro del signo de este dolor, su rostro de Crucificado y Abandonado y, amando, adorarlo enseguida. Tercer paso: llamarlo por su nombre Al encontrarLO, no sólo registro algo, sino que Lo observo, Lo saludo. Lo llamo por su nombre. Y el hecho de darle un nombre a cada rostro de Jesús abandonado es un ejercicio precioso, es mucho más que un reconocimiento superficial. Ya no es “una cosa” sino un “Tú”. Precisamente así cada una de mis acciones se vuelve contemplación. Cuarto paso: celebrar Preparar una fiesta a Jesús abandonado. Con esto quiero decir acogerlo, no sólo no titubear, como si se tratara de un hecho inevitable, o como cuando se recibe a alguien que, aun siendo amigo, aparece inoportunamente. En cambio quiero que Él no se quede sentado en la sala de espera ni siquiera un instante, sino quiero acogerlo enseguida, como centro de mi amor, de mi alegre disponibilidad. Éste es el paso (pasaje) del dolor al amor, del abandono a la Pascua. Solo quien ama así al Abandonado dará alegría al mundo. La fiesta que nosotros preparamos al Abandonado es ese día de fiesta que no conoce el ocaso, porque su sol, el Amor, no se oculta nunca. Klaus Hemmerle Publicado en la Revista Gen’s 36, Roma 2006, n. 1, p. 3.
Abr 13, 2017 | Sin categorizar
¿Quiénes “forman a los formadores”? ¿Quiénes y cómo, en especial, acompañan la delicada misión de seminaristas y sacerdotes en la trayectoria de su formación pastoral? ¿Cómo ayudar a seminaristas, diáconos y sacerdotes a ser “ministros capaces de enardecer el corazón de la gente, de caminar con ellos en la noche, de entrar en diálogo con sus ilusiones y desilusiones, de recomponer su fragmentación” (Discurso del Papa a los Obispos de Brasil, 27 de julio de 2013)? Preguntas válidas para todas las comunidades cristianas que ya habían surgido en el Concilio Vaticano II, y abren y exhortan a la creación de escuelas de formación a la espiritualidad de comunión. Historia. En 1966 nació en Grottaferrata (Roma), la Escuela sacerdotal del Movimiento de los Focolares, que luego, en 1974, se trasladó a Frascati, para finalmente establecerse, en 1984, en la ciudadela internacional de Loppiano, hoy con el nombre de Centro de espiritualidad Vinea Mea. La intención es ofrecer una formación unificada para sacerdotes, diáconos y seminaristas que ponga en el centro la fraternidad vivida. Una escuela de vida para hombres de todo el mundo llamados a anunciar el Evangelio, para formarse en una vida de comunión con los propios Obispos, con los demás sacerdotes, con los laicos de las respectivas parroquias, con hombres y mujeres de todo credo y cultura, según el deseo expresado en 1966 por Chiara Lubich, fundadora de los Focolares, ante los participantes en la escuela de Grottaferrata: «… Saber posponerlo todo, despojarse de cualquier pretensión de poder, para asegurar la presencia de Jesús entre ustedes, viviendo como niños por el Reino de Dios. De esta forma [nacerá] una pastoral “nueva” y unos sacerdotes “nuevos”: sacerdotes-Cristo por la humanidad, dispuestos a dar la vida por todos». En sintonía con lo que el Papa Francisco varias veces ha subrayado hoy a los sacerdotes: salir hacia las “periferias existenciales”. Desde 1966 hasta hoy, bajo la guía de muchos sacerdotes, empezando por el Padre Silvano Cola, se formaron más de 4.000 sacerdotes y seminaristas entre los 20 y los 75 años, de varias iglesias y de unos sesenta países de toda parte del globo. Una experiencia que, por el compromiso de vivir cada día el amor evangélico, quiere ser una experiencia que forma “sacerdotes de comunión” al servicio de los demás.
Después de casi dos años de reestructuración, la escuela volvió a abrir sus puertas en octubre de 2013. Ahora el Centro de Espiritualidad acoge el desafío de conjugar lo antiguo y lo moderno, la dimensión comunitaria y la tradición secular de la iglesia, tanto en las modalidades de formación de la comunidad como en la misma arquitectura. “Vinea Mea – explica el Padre Imre Kiss, actual responsable del Centro – ofrece una formación permanente a la luz de la espiritualidad de comunión del Movimiento de los Focolares. La escuela, que dura un año, prevé cursos de espiritualidad, teología, antropología, eclesiología, además de talleres sobre temas de actualidad (jóvenes, familia, comunicación, diálogo con las culturas y religiones). Compartiendo la vida en pequeñas comunidades, tratamos de responder a la exigencia expresada por muchos sacerdotes, es decir, la de experimentar, en lo concreto, una espiritualidad fundada en la comunión, para luego transmitirla a los hombres y las mujeres de nuestro tiempo”. El Centro trabaja en sinergia con estructuras parecidas presentes en otras ciudadelas del Movimiento de los Focolares: en Polonia, Alemania, Kenia, Brasil, Filipinas y Argentina. Además promueve a menudo cursos y talleres anuales dirigidos a los educadores de los seminarios para sostener y difundir un estilo de vida sacerdotal basado en la comunión. En noviembre de 2016, el Centro Vinea Mea dio su aporte para la inauguración del Centro Evangelii Gaudium (CEG). El mismo, proyectado y realizado en colaboración con el Instituto Universitario Sophia, constituye una propuesta como respuesta a la invitación del Papa a dar un nuevo impulso a la obra de renovación necesaria a la nueva etapa de evangelización de la Iglesia, llamada a salir hacia las periferias existenciales de nuestro tiempo. Una de las primeras iniciativas del CEG es el curso de estudio sobre la Exhortación apostólica Evangelii Gaudium, organizado por el Centro de espiritualidad Vinea Mea.
Abr 12, 2017 | Sin categorizar
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¡Cristo ha resucitado! Cada dolor, separación, división, todo fracaso y hasta la misma muerte pueden llegar a ser para nosotros, gracias a Él, fuente de luz y de paz. Llamados a testimoniar el gran anuncio de la resurrección, renovemos el común compromiso de donar esperanza y alegría a la Humanidad en este tiempo de transformaciones epocales. ¡Con mis mejores deseos para una Santa Pascua!
Maria Voce
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Abr 11, 2017 | Sin categorizar
El tema “Evangelio y culturas” es muy complejo y delicado. Se habla de ello desde hace siglos, en el ámbito teológico, sociológico, pastoral, político, educativo. Hay documentos, como el Evangelii nuntiandi de Pablo VI (8 de diciembre de 1975) y el Evangelii gaudium del papa Francisco (24 de noviembre de 2013), que constituyen unos puntos de referencia imprescindibles. Si, además, a este binomio se le agrega la palabra “carismas”, término que hoy en día se le atribuye también a figuras y realidades no eclesiales, entonces cualquier intento de llegar a un acuerdo se convierte en un desafío, especialmente si se reúnen expertos procedentes de distintas culturas. Sin embargo fue precisamente ésta la característica del congreso-intercambio “Evangelio – carismas – culturas” que se desarrolló el 6 y 7 de abril en el Centro de los Focolares en Rocca di Papa (Roma). María Voce, en su saludo inicial, indicó el objetivo de fondo: favorecer «una cultura de paz, una cultura de la resurrección» que incida a una escala cada vez más amplia. Expertos de Asia, África, América, Europa (presentes o en conexión por internet) dialogaron en tres sesiones temáticas. Carismas y evangelización de la cultura. La primera sesión arrancó con dos preguntas – «¿Cómo responder a la urgente exigencia de que el Evangelio se vuelva cultura?» (Mons. Zani) y «¿Cómo acelerar la comunión entre los carismas ante los desafíos del presente?» (Sor Motta) –, y de una frase provocadora: «Hoy muchos “carismas” nacen en ámbito no religioso, mientras que en la Iglesia a menudo no hay suficiente profecía» (Bruni). Durante el diálogo que surgió después, los expertos, presentes y en conexión, subrayaron, entre otras cosas, que «cada interacción con el otro es el encuentro con una historia, familiar, social y cultural» (Gaudiano); que «los medios de comunicación poseen un carisma propio para favorecer el mundo unido, si mantienen su autonomía» (Zanzucchi); que «la evangelización de la cultura no pasa por la autoridad, sino por el testimonio» (Mons. Zani). Hasta la propuesta: «Es necesario un nuevo potencial narrativo; los jóvenes de hoy ya no comprenden el lenguaje del ‘900» (Bruni). De la inculturación a la interculturalidad. La segunda sesión empezó con la relación de Jesús Morán: «Las elaboraciones culturales europeas no agotan todo lo que se puede decir sobre Cristo. En el encuentro con las demás culturas se expresa algo que todavía no se había expresado». La meta, recordó el filipino Andrew Recepcion, «no es un cristianismo no occidental, sino trans-occidental». María Magnolfi identificó en la vivencia de África valores que «hay que tomar en consideración también a nivel académico, para salir de ciertos atascaderos». Soni Vargas, de Bolivia, pidió con pasión que se pasara del paradigma de la “inculturación”, que no expresa la “reciprocidad activa” propuesta por Chiara Lubich, al de la “interculturalidad”: «Ya no “misión” sino inter-don, en una dinámica trinitaria en la que no existe superioridad de una cultura sobre la otra». En el debate, Vania Cheng, china, dijo: «Asia pide escucha, respeto y silencio, porque la parte interior revela más que la palabra». Raphael Takougang, camerunés, recordó que «en la interculturalidad el saber no se comunica, se intercambia experimentando juntos». Roberto Catalano subrayó cuánto Chiara fue visionaria cuando invitó a «hacer nacer a Cristo del corazón de las culturas». Lucas Cerviño, en conexión desde México confirmó: «Debo crear las condiciones para que pueda florecer la semilla de Dios que ya está dentro de una cultura, pero sin imponer de qué manera». Morán concluyó diciendo: «Es correcto que no haya control o superioridad de una cultura sobre otra, pero esto no significa que no hay un centro: Cristo es el corazón del mundo». Jóvenes – fe – discernimiento vocacional. La ponencia de Italo Fiorin abrió la tercera sesión, centrada en el tema del próximo Sínodo de los Obispos: «Educar significa ayudar al otro para que encuentre el sentido de su propia vida. Educar es el arte de acompañar». Sor Jenny Favarin dio un testimonio de cómo «el descubrimiento de la vocación al amor hace que se abran hermosas flores». María Rosa Logozzo contó del contacto de grupos de jóvenes de varias culturas (creyentes y no) con el focolar en Dublín: «Los atrae la posibilidad de hacer una experiencia de Dios en la comunidad». Luego de un diálogo fecundo, Fiorin concluyó subrayando la importancia de la “pedagogía de la realidad”, en especial del service learning: «aprender sirve, servir enseña». En la tarde conclusiva intervino el teólogo Piero Coda sobre la pregunta: ¿qué significa que la Iglesia nació del abandono de Jesús en la cruz? «Una vida en el éxodo: la capacidad de desapegarse de las propias raíces para vivir el otro. Testimoniar la locura del amor de Dios». El diálogo de estos dos días, recordó en la conclusión Francisco Canzani, se transformará en artículos para las revistas Gen’s, Unità e Carismi, Nuova Umanità, Città Nuova, además de contribuir a reflexionar sobre la actualidad eclesial y cultural.
Abr 10, 2017 | Sin categorizar
Convivencia cívica, ciudadanía global, ecología, migraciones y refugiados, diálogo interreligioso, educación a la paz: son éstos algunos de los temas afrontados durante el seminario promovido en Roma por la ONG New Humanity, que contó, entre otros, con la presencia de sus representantes en las sedes internacionales de las Naciones Unidas de París, Ginebra y Nueva York. New Humanity es una organización no gubernamental que representa al Movimiento de los Focolares ante la ONU, trabaja desde hace treinta años para promover y proponer, mediante aportes teóricos y buenas prácticas, una cultura del diálogo e itinerarios de paz. En estos días los participantes tuvieron la oportunidad de confrontarse sobre las actividades y las propuestas que este observatorio privilegiado tiene la posibilidad de llevar al debate internacional. La presencia de los jóvenes en los equipos de trabajo se caracterizó por la vivacidad del diálogo y por el aporte de propuestas muy interesantes para desarrollar un camino de comunión entre las múltiples actividades, proyectos futuros y eventos de promueve la ONG. Las pasantías que muchos jóvenes realizan en las sedes internacionales de New Humanity dejan una huella imborrable en su camino de formación cultural y humana. Ellos tienen la posibilidad de estar en contacto con las problemáticas actuales, especialmente aquellas que se refieren al derecho internacional, siguen las reuniones de las Naciones Unidas y dan también aportes escritos a los documentos que se proponen sobre las distintas temáticas.

Davide Bilardi
avide Bilardi, representante agregado ante la sede de Ginebra, está comprometido desde hace siete años con New Humanity: «Formo parte del equipo de trabajo sobre el Derecho al desarrollo internacional en Ginebra y creo que una ONG como ésta puede incidir en el contexto de una organización internacional como la ONU. Se pueden encontrar respuestas comunes a los desafíos globales si, al mismo tiempo la sociedad civil refuerza cada vez más la sensibilidad ante cuestiones de interés planetario y pueden intervenir en los procesos, como por ejemplo en las acciones de solidaridad». También está convencida de ello Esther Salamanca, docente de Derecho internacional de la Universidad de Valladolid (España): «Trabajo en Ginebra con un grupo de expertos en una declaración sobre los derechos humanos y, en especial sobre la solidaridad internacional, se trata de un documento que se presentará próximamente a la Asamblea General de la ONU. Trabajamos junto con otras asociaciones, expertos, ONG, en un clima de colaboración y de fraternidad». 
Marco Desalvo, Cecilia Landucci
Marco Desalvo, Presidente de la ONG, afirma que la presencia de New Humanity en la ONU, debe representar al Movimiento de los Focolares y sus diversas expresiones, ser un trámite entre iniciativas a menudo poco conocidas, pero que aportan activamente al camino de paz, y las grandes instituciones mundiales. Recuerda el evento de noviembre pasado “Reinventar la paz” que tuvo lugar en la sede de UNESCO en París y fue promovido por New Humanity. Personalidades del mundo de la cultura, junto a cuantos trabajan cotidianamente a favor de la paz han dado testimonio de cómo es fruto de elecciones valientes, compartidas y perseverantes. Un importante momento para compartir y confrontarse fue el encontró con María Voce y Jesús Morán, presidente y copresidente del Movimiento de los Focolares. Animaron el trabajo de cuantos están comprometidos en New Humanity, poniendo en evidencia que su labor contribuye a llevar adelante una red que crea sinergias entre las oportunidades que se presentan y las distintas iniciativas que los Focolares promueven a distinto nivel, y las reflexiones y elaboraciones culturales. Es un proyecto que se quiere reforzar para contribuir a la construcción de un mundo más unido.
Abr 9, 2017 | Sin categorizar
En Jesús, el hombre se hace partícipe de la misma vida trinitaria, de la vida social de Dios. Esta socialidad sobrenatural, que la vida de la gracia llevará a los hombres, no destruirá, sin embargo, la vida natural. Por el contrario, entre ellas dos habrá una maravillosa relación. La socialidad sobrenatural, la gracia, dará lugar y permitirá una vida social también naturalmente perfecta, ya que Cristo fundará la Iglesia visible. […] Pero ¿cuál es el punto de paso de Cristo a la Iglesia? ¿Cómo se pasa de la presencia espiritual de la humanidad en Cristo a la presencia de Cristo en la humanidad? Para comprender bien esto, es necesario contemplar la naturaleza humana de Jesús, antes de su muerte y después de su resurrección. Es necesario meditar sobre su propia carne que después de su exaltación se hace vivificante. […] Antes de la crucifixión, el radio de acción de la humanidad de Cristo está circunscrito a los límites de su carne, susceptible de sufrir y morir; con su muerte y su resurrección, se hace espíritu vivificante. […] Por esto, el día glorioso del Domingo de Pascua, cuando el Espíritu penetra e ilumina cada parte del cuerpo de Jesús, también la Iglesia recibe el Espíritu Santo y se convierte en el Cuerpo de Cristo. Se puede decir: Cristo ha sembrado un Cuerpo particular y resucita Cuerpo místico, resucita Iglesia. El misterio de la socialidad humana emerge con evidencia también en estos acontecimientos maravillosos. Cristo, dado que quiso ser miembro de la comunidad humana, se convirtió en su Cabeza. Por eso, sufriendo en la cruz, rescata al género humano, porque éste está contenido espiritualmente en Él; y también su propia carne, por medio de la cual, asumiéndola, Él había querido obrar la redención, adquiere ciertas dimensiones de lo infinito: se espiritualiza y se convierte en la imagen misma de la nueva humanidad completa. Esa carne que fue para el hombre principio de limitación, y para Jesús, después de la resurrección, principio de universalización de la vida. […] La expresión «Cuerpo místico de Cristo», con una significación más precisa y determinada, indica la Iglesia, que continúa aquí en la Tierra la obra del mismo Jesús. […] Cristo, Hijo de Dios, era verdadero hombre, era perfecto hombre, así el Cuerpo místico es plenamente humano, perfectamente humano, además de ser divino. La encarnación está prosiguiendo cotidianamente su obra, hasta el final de los siglos, en la Iglesia visible. Pasquale Foresi Del volumen: Pasquale Foresi, “Teologia della Socialidad”, Città Nuova 1963, pag.85