Movimiento de los Focolares

Chiara Lubich: mi único bien

La Palabra de vida de junio de 2022 “Tú eres mi Señor, mi bien, nada hay fuera de ti” nos propone reconocer a Jesús en todas las circunstancias de la vida, sobre todo en los momentos más difíciles, de dolor físico o espiritual. Jesús, en el abandono, se convirtió para nosotros en acceso al Padre. Su parte está hecha. Pero para aprovechar tanta gracias cada uno de nosotros también tiene que hacer su pequeña parte, que consiste en acercarse a aquella puerta y pasar al otro lado. ¿Cómo? Cuando nos sorprende la desilusión o estamos heridos por un trauma o por una desgracia imprevista o por una enfermedad absurda, siempre podemos recordar el dolor de Jesús, que personificó todas estas pruebas, y mil otras más. Sí, Él está presente en todo aquello que tiene sabor de dolor. Cada dolor nuestro tiene uno de sus nombres. Tratemos, pues, de reconocer a Jesús en todas las tribulaciones y estrecheces de la vida, en todas las oscuridades, en las tragedias personales y de los demás, en las llagas de la humanidad que nos rodea. Son Él, porque Él las ha hecho suyas. Bastará decirle, con fe: “Eres Tú, Señor, mi único bien”[1], bastará hacer algo concreto para aliviar “sus” sufrimientos en los pobres, en los desdichados, para ir más allá de la puerta, y encontrar en el otro lado un gozo jamás experimentado, una nueva plenitud de vida.

Chiara Lubich

(Chiara Lubich, en Parole di Vita, Città Nuova, 2017, pag. 605) [1] Cf. Sal 16, 2

Los sueños de Dios pueden ser ralentizados, ¡pero no detenidos!

Los sueños de Dios pueden ser ralentizados, ¡pero no detenidos!

 La V Cumbre de Halki, organizada conjuntamente por el Patriarcado de Constantinopla y el Instituto Universitario Sophia, se inauguró ayer, 8 de junio de 2022, en Turquía. Tuvimos un sueño… Sí, era enero del 2019 y una delegación del Instituto Universitario Sophia (IUS) visitaba al Patriarca Ecuménico Bartolomé en el Fanar, el histórico barrio griego de la actual Estambul, Turquía. En aquellos días, también nos acogió con fina cordialidad el metropolita Elpidophoros de Bursa, entonces abad del Monasterio de la Santísima Trinidad en la isla de Halki y profesor de la Escuela de Teología de la Universidad de Tesalónica (más tarde, en mayo siguiente, se convertiría en arzobispo de América). Sentimos una profunda comunión con él, de la que surgió el deseo de organizar juntos una Escuela de Verano en Halki con estudiantes y profesores católicos y ortodoxos, sobre el tema ecológico, tan apreciado por ambas Iglesias hermanas de Roma y Constantinopla. La pandemia solo consiguió retrasarlo, pero hoy ese sueño se ha hecho realidad. Es miércoles 8 de junio del 2022, son las 18:30, y estamos de nuevo en la “reina de las ciudades” -como se denominó, no sin razón, a la espléndida ciudad de Constantinopla- y el Patriarca Bartolomé dirigió un intenso e iluminante saludo a los participantes, estudiantes y conferencistas de todos los continentes con muy variadas experiencias interdisciplinarias y ecuménicas. Cerca de él están a la escucha,  Mons. Marek Solczynski, nuevo nuncio apostólico en Turquía, Mons. Vincenzo Zani, secretario de la Congregación para la Educación Católica, el propio arzobispo Elpidophoros y Margaret Karram, presidenta del Movimiento de los Focolares y vicecanciller de la IUS. “Todo está en una relación de amor”, dijo, entre otras cosas, Margaret Karram, recordando el destino de unidad custodiado en el universo que el hombre y la mujer están llamados a fomentar con la acción y el pensamiento, hoy más que nunca, audaces, proféticos. El título de la V Cumbre de Halki, organizada conjuntamente por el Patriarcado de Constantinopla y la IUS, que comenzó el miércoles 8 de junio, lo revela claramente: “Sostener juntos el futuro del planeta”. No es casualidad que el Patriarca Bartolomé haya querido destacar dos palabras de este título: “futuro” y “juntos”. La primera recuerda el fuerte vínculo intergeneracional inherente al respeto del medio ambiente en el que vivimos; la segunda, en cambio, el ineludible enfoque interdisciplinario que hay que adoptar ante la amplitud y la complejidad de los problemas ecológicos. “Se vuelve evidente, dijo el Patriarca, que solo una respuesta cooperativa y colectiva, por parte de líderes religiosos, científicos, autoridades políticas, instituciones educativas y organizaciones financieras, podrá abordar eficazmente estas cuestiones vitales de nuestro tiempo”. Al final de su discurso, retomó dos conceptos muy apreciados por la teología y la espiritualidad ortodoxa: “eucaristía” (en el sentido de “acción de gracias” por el don de la creación) y “ascesis” (entendida como “autocontrol” de las pasiones consumistas). El Patriarca, sin embargo, nos invitó a considerar estos conceptos no solo en un sentido litúrgico o monástico, sino como diferentes formas de hablar de la comunión. “Y es aquí donde la visión de nuestro hermano el Papa Francisco -admitió emocionado- coincide con la visión del mundo que venimos proponiendo y promulgando desde hace más de treinta años. Ambos estamos convencidos de que lo que hacemos a nuestro mundo, “lo hacemos al más pequeño de nuestros hermanos”(Mt 25,40), al igual que lo que hacemos a los demás lo hacemos a Dios mismo (cf. Mt 25,45). No es casualidad que inmediatamente después de publicar la encíclica sobre el medio ambiente Laudato Si‘, la siguiente encíclica del Papa Francisco fuera Fratelli Tutti’.” De hecho, son muchas las declaraciones conjuntas del Papa y el Patriarca, junto con el Arzobispo de Canterbury, sobre la urgencia de la sostenibilidad ambiental, el impacto social y la importancia de la cooperación global. Es lo que escribe también el Papa Francisco en la Laudato Si‘: “Cuando no se reconoce en la realidad misma la importancia de un pobre, de un embrión humano, de una persona con discapacidad…, difícilmente se sabrán escuchar los gritos de la naturaleza misma. Todo está conectado” (n. 117). Y el Patriarca lo aclara contextualizando: “Conexiones entre nosotros y toda la creación de Dios, entre nuestra fe y nuestro accionar, entre nuestra teología y nuestra espiritualidad, entre lo que decimos y lo que hacemos; entre la ciencia y la religión, entre nuestras convicciones y cada disciplina; entre nuestra comunión sacramental y nuestra conciencia social; entre nuestra generación y las generaciones futuras, entre nuestras dos iglesias, pero también con otras iglesias y otras comunidades de fe”. Sí, todo está conectado por un vínculo que solo el amor recíproco entre las personas puede hacer visible a cada hombre y mujer de este maravilloso planeta tierra.

Vincenzo Di Pilato

(Foto: Alfonso Zamuner)

Programa de financiamiento “Seed Funding Program”: una oportunidad para actuar localmente

Programa de financiamiento “Seed Funding Program”: una oportunidad para actuar localmente

Convocatoria para presentar proyectos de impacto ecológico dirigida a las comunidades locales del Movimiento de los Focolares. Bases y condiciones para participar. Se reciben propuestas hasta el 30 de junio de 2022. https://youtube.com/shorts/h0aZ59F5FgA El proyecto “The Seed Funding Program” (Programa de Financiamiento Semilla) tiene como objetivo sostener y alentar iniciativas significativas y prometedoras en diferentes partes del mundo para la creación de planes ecológicos locales/nacionales para las personas y el planeta dentro de las comunidades del Movimiento de los Focolares. El objetivo principal es construir planes ecológicos locales dentro de las comunidades del Movimiento de los Focolares para caminar juntos hacia una ecología integral. Nuestra inspiración El mundo se enfrenta a una compleja crisis social y medioambiental. La Encíclica Laudato Si’ del Papa Francisco explica cómo el grito de los pobres está completamente interconectado con el grito del planeta. No podemos considerar nuestra relación con la naturaleza como algo separado de la fraternidad, la justicia y la fidelidad a los demás. Chiara Lubich, fundadora del Movimiento de los Focolares, sostuvo que es a partir de los pequeños problemas locales que se forma una conciencia moral capaz de abordar los problemas a escala global. De hecho, continúa Chiara, lo que falta no son recursos técnicos y económicos, sino dar un alma extra, es decir, un nuevo amor por la humanidad, que nos haga sentirnos responsables hacia todos. ¡Participa! El SFP busca iniciativas intergeneracionales que sean lideradas por jóvenes (en curso o futuras) que tengan como objetivo un cambio en nuestro estilo de vida personal y comunitario, promoviendo una relación sostenible entre la naturaleza y los seres humanos, y trabajando en un contexto local. Se seleccionarán 10 proyectos que serán financiados con hasta 1000 euros. Un jurado internacional e interdisciplinario seleccionará los proyectos de acuerdo con los siguientes criterios:

  1. El proyecto debe estar orientado a la ecología integral (a favor de las personas y del planeta);
  2. El proyecto debe implicar esfuerzos intergeneracionales con los jóvenes desempeñando un papel importante en el liderazgo y la ejecución de cada proyecto;
  3. El proyecto debe involucrar a la comunidad local (posiblemente a nivel nacional); y
  4. El proyecto debe mostrar cómo los valores espirituales motivan la acción ecológica (posiblemente con una dimensión ecuménica e interreligiosa).

¡Presenta tu ecoplan y forma parte de este camino juntos! https://www.new-humanity.org/fr/project/seed-funding-program/  Para participar en esta convocatoria, es necesario completar algunos datos cruciales. No te pierdas el modelo para hace el plan y la encuesta de la convocatoria de proyectos.

La fecha límite para completar tu solicitud es el 30 de junio de 2022.  El 15 de julio de 2022 se comunicará si tu proyecto ha recibido la financiación inicial. Una vez que hayas obtenido la financiación, te comprometes a dar los primeros pasos de tu proyecto entre julio y septiembre de 2022 y nos gustaría ver tu primer informe a finales de octubre de 2022. Para más información, no dude en ponerse en contacto con nosotros en ecoplan@focolare.org. Más información sobre el Faith Plan for People and Planet at https://www.faithplans.org/  

Los jóvenes y el ecumenismo

Los jóvenes y el ecumenismo

En América Latina la mayoría de la población pertenece a la Iglesia Católica romana, pero desde hace ya tiempo el conocimiento entre las varias Iglesias se va abriendo camino. El trabajo compartido en lo social, permite que los cristianos  puedan encontrar cada vez más espacios de verdadera unidad. Uno de los momentos más fuertes es la Semana de oración por la unidad de los cristianos, que en el hemisferio sur se celebra en torno a la fiesta de Pentecostés.  Cada vez más, los jóvenes son los protagonistas, realizando acciones concretas.   Los jóvenes siempre se han sentido atraídos por lo desconocido, por lo que es distinto, por todo lo que representa una novedad. Incluso en el ámbito religioso, siempre están abiertos a los que no son de la propia iglesia. Es una experiencia que está realizando Ikuméni, un taller para jóvenes cristianos de América Latina que pertenecen a distintas iglesias y tradiciones cristianas. “Desde el primer día me di cuenta de que iba a ser un reto personal para cada una de las personas presentes, empezando por mí que todos los días estoy en contacto sobre todo con personas católicas, como yo. En este curso todo era nuevo y cada uno de los participantes provenía de una iglesia diferente”, dice Carolina Boyacá, una joven colombiana de los Focolares. Los jóvenes cristianos de distintas tradiciones se hacen compañeros de camino en este recorrido de formación, que es una verdadera experiencia inédita en el campo ecuménico. Partiendo de la fe común en Cristo cada uno se prepara para ponerse al servicio, tanto en el campo del desarrollo sustentable, como de la paz o de la asistencia humanitaria. “En agosto de 2021 asistí en forma virtual  –nos sigue contando Carolina– al curso para jóvenes sobre las buenas prácticas ecuménicas e interreligiosas.  Ya desde el comienzo se creó un clima muy bonito entre todos y sentíamos fuertemente el anhelo de construir relaciones y conocernos mejor… Al afrontar cada una de las temáticas también nos dimos cuenta de que, para ir adelante, muchas veces teníamos que dejar a un lado prejuicios o preconceptos que a menudo se crean dentro de una comunidad, y que no nos permiten abrir la mente y el corazón a recibir al otro. Sólo así es posible descubrir la belleza que nos une, y también las diferencias que nos hacen ser lo que somos como iglesia o realidad eclesial, sin que sea un impedimento trabajar juntos por un mundo más fraterno. Con el trascurso de los meses nos fuimos conociendo y tuvimos nuestro primer encuentro cara a cara. Realmente fue constatar que nuestra relación se había afianzado, que nos podíamos abrazar, rezar, dialogar y descubrir la diversidad y la riqueza de cada uno, la mía también”. Los jóvenes que siguen este taller se preparan para el servicio en común. Como dice el documento Servir al mundo herido del Consejo Ecuménico de las Iglesias y el Pontificio Consejo para el diálogo interreligioso, los cristianos tienen que sentir ahora la urgencia de un testimonio común: cristianos juntos en el servicio, incluso comprometiéndonos con personas de otras religiones en una solidaridad interreligiosa. Carolina y su grupo también se pusieron manos a la obra: “En diciembre, con otra joven del movimiento de los Focolares que participaba en el curso, queríamos llevar regalos a una comunidad indígena desplazada por la violencia y que viven en los suburbios de Bogotá.  Les propusimos a todos la idea y hubo una hermosa respuesta: muchos donaron algo y aseguraron sus oraciones demostrando que, por más que pertenezcamos a iglesias diferentes, lo que nos motiva es ese amor inspirado en Jesús que es nuestro modelo común. Para terminar nuestro aprendizaje –sigue diciendo Carolina– cada uno de nosotros tuvo que relatar las actividades llevadas a cabo durante un encuentro presencial que se hizo en Buenos Aires (Argentina). El encuentro era  con los participantes del curso Ikuméni, pero también contamos con la presencia de miembros de otras religiones que con alegría compartieron su pensamiento y sus actividades concretas. Fue un momento especial para podernos abrir también al diálogo interreligioso”. Una experiencia completamente nueva; un testimonio de la fraternidad que se construye a partir del esfuerzo de cada uno y el fuerte anhelo de conocerse y hacer cosas grandes, todos juntos. “El curso ha terminado –remarca Carolina–, pero es sólo el primer paso para responder a un llamado personal y continuar consolidando nuestras relaciones, podernos ayudar en esas actividades que nos permiten ampliar nuestro horizonte y seguir trabajando para que el mundo unido sea cada vez más una realidad”.

Carlos Mana

Chiara Lubich: “Mi noche no tiene oscuridad”

En 1976, durante la primera Escuela Gen, Chiara Lubich respondió a las preguntas de los jóvenes de los Focolares de todo el mundo. Refiriéndose a lo que estaba viviendo en esos días dijo lo siguiente Leí […] una paginita − que tal vez ustedes ya conozcan − breve, […] que decía así: “Jesús Abandonado, abrazado, estrechado a sí, […] consumado en uno con nosotros, consumados en uno con Él, hechos Dolor con Él, dolor: he aquí como nos hacemos Dios, el Amor”. Esta frase me impactó de un modo muy especial, porque son escritos que hice cuando estaba en una vía iluminativa. Por consiguiente, escribía cosas más grandes de las que podía vivir, o también las vivía, pero en menor medida. Cuanto más voy adelante, más descubro su valor y profundidad. […] Me gustó y el Espíritu Santo me marcó el no ser dos: Jesús Abandonado y yo, es decir, yo y el dolor que sobreviene, yo y la duda que me llega, yo y descubrirlo y luego, poco a poco abrazarlo, y decirle a Jesús… después de algunos minutos… ¡No, zas! [de inmediato]. “Hechos dolor con Él, dolor”, querer solamente eso. “Así es como se llega a ser Dios”, como se llega a ser Dios, “el Amor”, el Amor. Luego − […]apenas había recibido una tarjeta de Loppiano, que nuestro don Mario Strada me mandó, acompañando su cartita con algunas fotos de su nueva iglesia de Cappiano, me parece, con hermosas pinturas. En uno de los cuadros estaba escrita debajo esta frase: “Nox mea −mi noche− obscurum non habet“, “Mi noche no tiene oscuridad”. Entonces, me gustó muchísimo. Fue como si el Señor me la hubiera mandado. Porque dije: esto es lo que quiero vivir, es decir, apenas llega el dolor, debo abrazarlo con tanta rapidez, debo estrecharlo a mí, consumarlo en uno […] hecho dolor con Él, el dolor, es así como llegamos a ser no dolor, sino el Amor, Dios. […] Y he visto, gen, que viviéndola todo el día es un tratamiento reconstituyente de Ideal inimaginable, inimaginable. Porque empezamos por la mañana, tal vez estás algo cansada, no dormiste bien durante la noche… Entonces, el cansancio: ¡Ah! ¡Qué estupendo! Mi noche no tiene oscuridad. Es decir, ese dolor no existe porque lo amo. Me levanto y tal vez encuentro algunas dificultades o problemas enseguida, porque me dicen: “Chiara, tendría que decirte algo”. “¡Ah! −me digo− ¡Qué estupendo! Jesús, estoy dispuesta, bien, te abrazo, te estrecho a mí, me hago dolor contigo” enseguida… “Mi noche no tiene oscuridad”. Y así durante todo el día. Creo que si… creo que se progrese espiritualmente más en una semana viviendo de esta única forma, que en meses viviendo de otra manera. […] Pero para todo lo que causa dolor: te duelen un poco los pies, te hace daño el frío; te duele una respuesta desairada; te hace sufrir tener que hacer una cosa; te da dolor… Entonces, inmediatamente, ahí está […] de manera de poder decir siempre por la noche, antes de dormir: “Jesús, mi noche no tuvo oscuridad” […] realmente se siente… podemos decir –ahora que Dios lo confirme–, que no somos nosotros los que vivimos, sino que el Amor vive dentro, es Dios […].

Chiara Lubich

(Grottaferrata, 2 de junio de 1976, a la Escuela Gen) https://www.youtube.com/watch?v=bKOiE7sF0g4

Música en acción. El Gen Rosso en Bosnia- Herzegovina 

Música en acción. El Gen Rosso en Bosnia- Herzegovina 

Un viaje para llevar solidaridad a los migrantes que dejan su país debido a la guerra y las persecuciones. La música del Gen Rosso siguiendo la estela del compartir y de la fraternidad. “Estamos afrontando muchos problemas pero con ustedes, con este tipo de actividades, nos sentimos empujados a ir adelante”. Son las palabras de un migrante que escapó de Pakistán debido a los problemas que afligen a su país. Hoy él, con otros miles de migrantes, se encuentra en un campo de refugiados de Lipa y Borići en Bosnia Herzegovina y pudo encontrarse con el Gen Rosso. De hecho, del 4 al 8 de mayo de 2022, el grupo artístico internacional regresó por segunda vez a la “ruta balcánica”, donde todos los días transitan los migrantes que escapan de su país debido a las guerras y persecuciones. Solidaridad y dignidad hacia los migrantes, hacer crecer la esperanza en un mundo mejor, reforzar la autoestima y respirar juntos un clima de familia, éste es el objetivo del viaje organizado con la ayuda del Jesuit Refugee Service (JRS) que ofrece alojamiento y ayuda de primera necesidad a quienes la solicitan. “Ya habíamos estado aquí en octubre de 2021 -cuenta Michele Sole, uno de los cantantes- y me ha dejado una linda sensación regresar a lugares familiares. La otra vez fuimos al campo de refugiados más grande de Lipa donde encontramos a otros migrantes y lo que siempre nos sorprende es ver que ¡la sonrisa y la acogida sin prejuicios marca la diferencia y hace brillar sus rostros!”. Gestos de acogida, pequeños regalos en los breves momentos vividos con ellos, les han abierto una espiral de alegría y de luz. La otra etapa fue la visita al instituto escolar “Juan Pablo II” de Bihać y el encuentro con un centenar de chicos que pudieron participar en los talleres de danza y canto y asistir a dos conciertos del Gen Rosso. Durante estos días, junto a los alumnos y a sus padres, también algunos migrantes provenientes de Pakistán, Afganistán e Irán pudieron participar activamente en las manifestaciones artísticas. “Era nuestra forma de intentar integrar a todos y permitirles experimentar cuán importante e inimaginable es el don de compartir fraternalmente con esta parte de humanidad que sufre” agregó Michele. “No sé qué me pasó esta mañana -cuenta una mujer musulmana presente- pero sentía que vuestra música penetraba dentro de mí y me sentía conmovida y afortunada de estar aquí”. “Gracias, verdaderamente gracias, por la pasión y la esperanza que no han dado -dice un chico afgano-, el canto ha sido muy bello”. Al coro de mensajes de alegría y esperanza se sumó el del director escolar del Instituto de Bihać: “El concierto ha sido algo especial. Sinceramente esperamos encontrarnos nuevamente. Ha sido un gran honor y un placer para nosotros tenerlos aquí en nuestra escuela”.

Lorenzo Russo