Movimiento de los Focolares
Laboratorio planetario Hombre Mundo

Laboratorio planetario Hombre Mundo

Del 25 al 27 de febrero de 2022 un proyecto global ideado e implementado por adolescentes con el objetivo de la fraternidad universal. Acciones locales y globales para fomentar el conocimiento entre diferentes culturas y religiones, desarrollar una ciudadanía activa, concretar el compromiso de los adolescentes con los grandes desafíos del planeta, desde el ambiental hasta la eliminación del hambre y la pobreza. “Hemos comprendido que tenemos que aceptarnos a pesar de nuestras diferencias que son una riqueza enorme. Es una forma de promover los valores y prohibir los antivalores”. Claire Mulimbi es una gen 3 – chicos de 10 a 17 años del Movimiento de los Focolares – y vive en la República Democrática del Congo. Con estas palabras relata su experiencia tras organizar dos días de “Hombre Mundo” en septiembre de 2021. “Ha sido una experiencia muy bonita de intercambio de culturas a través de canciones, bailes, poesías y adivinanzas. Con unos ambientalistas aprendimos nociones de ecología, luego plantamos algunos árboles”. Hombre Mundo es un proyecto que involucra a miles de chicos y chicas del Movimiento de los Focolares en todo el mundo. El objetivo es formarse en la fraternidad universal promoviendo el conocimiento de chicos de otras culturas y religiones, descubriendo y compartiendo las riquezas de cada pueblo, comprometiéndose juntos por los grandes desafíos del planeta. De hecho, Hombre Mundo no es solo una oportunidad de encuentro y conocimiento, sino que se basa en acciones concretas para desarrollar una ciudadanía activa para el bien común de la comunidad donde los niños están insertos o asociados con otros. Hombre Mundo prevé, por tanto, acciones a nivel local y mundial junto a eventos planetarios, como el que se celebrará del 25 al 27 de febrero de 2022. El primer laboratorio de Hombre Mundo tuvo lugar en 2014 en Argentina, luego en 2017 en Europa del Este se realizaron tres (en Croacia, Serbia y Polonia): son talleres internacionales para aprender a conocer, amar, respetar la patria de los otros como la propia. El programa es concebido y creado directamente por los chicos a partir de la elección de los temas a abordar hasta los testimonios, desde los textos hasta las canciones. Esta edición debería haber tenido dos eventos centrales en Kenia y Costa de Marfil y muchos eventos locales en muchos países del mundo. Sin embargo, por primera vez, debido a la pandemia, será completamente online. La web también fue de gran ayuda en la preparación. Gašper Jošt, gen 3 de Eslovenia dice: “Nos dividimos en grupos más pequeños por zona horaria e idioma. Nosotros de Eslovenia nos reunimos con algunos chicos de Malta e Irlanda. Así que escribimos una canción. Miha escribió la letra y Anja escribió la melodía. Con esta canción queremos alentar a las personas a seguir construyendo un mundo más bello y decir que mientras haya una sola persona que intente hacerlo, esto animará a otros y les dará esperanza”. Los gen 3 de todo el mundo también han iniciado varias acciones concretas para vivir y difundir una cultura de dar y compartir. Así, los chicos algunos países de África centro-oriental, Vietnam, Indonesia y Myanmar recibieron material útil para su formación. En India, por otro lado, se han destinado fondos para prevenir el trabajo infantil, para construir lugares seguros donde los niños puedan participar en actividades para recuperar su autoestima, socializar con otros, desarrollar sus talentos. Ser cada vez más hombres y mujeres-mundo, es decir, personas con el corazón abierto a toda la humanidad con sus riquezas y sus desafíos por afrontar y superar, es el objetivo de los tres días de este año. Cada día se profundizará en un tema. Partiremos de la vida personal para luego ampliar nuestra mirada a las comunidades en las que viven los chicos y el planeta. El 25 de febrero estará dedicado al estilo de vida que caracteriza a estos chicos, el arte de amar propuesto por Chiara Lubich estará en el centro de sus reflexiones y testimonios, con especial referencia al período que estamos viviendo: ¿cómo vivirlo durante la pandemia? ¿Cómo seguir amando en el mundo virtual y las redes sociales? La segunda jornada, en cambio, profundizará en su apuesta por la ecología integral hasta el Objetivo “Hambre Cero”, el segundo de los 17 objetivos de desarrollo sostenible de las Naciones Unidas para 2030. La tercera jornada llevará por título “Que todos seamos uno” y la atención se centrará en la belleza del encuentro entre los pueblos y el compromiso común de construir un mundo de paz y unidad. El conjunto internacional Gen Verde también participará en el Laboratorio 2022, con un taller de percusión que involucrará a 60 niños y niñas del área interamericana y el Gen Rosso con un concierto por la paz el 26 de febrero a las 12:30 (hora italiana), en vivo desde la isla italiana de Lampedusa, famosa por recibir inmigrantes. Antes del concierto, a las 12 horas (hora del meridiano de Greenwich) habrá una conexión mundial para rezar todos juntos por la paz. “Cada hombre en el planeta Tierra está dotado de facetas, facultades, habilidades y capacidades que lo convierten en una obra de arte inimitable – dice Granville de Bangalore (India) – Por eso, cada vez que nos encontramos uno al lado del otro, sostenidos por un espíritu de unidad, construimos una impresionante galería de arte. ¿Qué significa Hombre Mundo para mí? Creo que una palabra responde perfectamente a esta pregunta: unidad. No puede haber unidad sin amor. El amor es el puente sobre el abismo de la división. El amor derriba los muros que nos fragmentan y nos unen. Es solo a través del amor por mi prójimo que puedo hacer mi parte para crear un mundo en el que cada uno de nosotros, obras de arte, nos unimos para crear una galería de arte sinérgica”. Para obtener más información, visite teen4unity.org

Lorenzo Russo

Chiara Lubich: construir la civilización del amor

Las palabras de Chiara Lubich, que nos proponemos meditar hoy, son de extraordinaria actualidad y no nos dejan indiferentes y, sin duda, nos llevan a mirar a nuestro alrededor para actuar en favor de cada hermano. (…) Jesús durante su vida en la tierra acogió a todos, particularmente a los marginados, a los más necesitados, a los más alejados. Es el amor con el que Jesús ofreció a todos su confianza, su lealtad, su amistad, abatiendo una a una las barreras que el orgullo y el egoísmo humanos habían erigido en la sociedad de su tiempo. Jesús fue la manifestación del amor plenamente acogedor del Padre celestial hacia cada uno de nosotros y del amor que, en consecuencia, tendríamos que tener los unos para con los otros. Esta es la primera voluntad del Padre sobre nosotros; por lo que no podríamos dar al Padre una gloria mayor de la que le damos cuando intentamos acogernos los unos a los otros como Jesús nos acogió a nosotros. (…) Llama la atención sobre uno de los aspectos más frecuentes de nuestro egoísmo y, digámoslo también, más difíciles de superar: la tendencia a aislarnos, a discriminar, a marginar, a excluir al otro en cuanto que es distinto de nosotros y podría perturbar nuestra tranquilidad. Trataremos de vivir entonces (…) ante todo, en nuestras familias, asociaciones, comunidades, grupos de trabajo, eliminando en nosotros los juicios, las discriminaciones, las prevenciones, los resentimientos, las intolerancias hacia este o ese próji­mo, tan fáciles y tan frecuentes, que tanto enfrían y comprometen las relaciones humanas e impiden, bloqueando como la herrumbre, el amor mutuo. Y luego en la vida social en general, proponiéndonos dar testimonio del amor acogedor de Jesús hacia cualquier prójimo que el Señor ponga a nuestro lado, en especial a aquellos que el egoísmo social tiende más fácilmente a excluir o a marginar. Acoger al otro, que es distinto de nosotros, es básico en el amor cristiano. Es el punto de partida, es el primer peldaño para la construcción de esa civilización del amor, de esa cultura de comunión, a la que Jesús nos llama sobre todo hoy.

Chiara Lubich

(Chiara Lubich, en Parole di Vita, Città Nuova, 2017, pag. 512-514)

Evangelio vivido: La fuerza creativa de la misericordia

Chiara Lubich en una meditación escribe que “la misericordia es la última expresión de la caridad, aquella que le da cumplimiento”[1]. No es un sentimiento, por lo tanto, sino una acción concreta, que unida a la intención interior, nos impulsa a alejarnos de nosotros y dirigir la mirada del otro. Un impulso revolucionario que sana y genera vida. No perder la ocasión Había comprado un boleto ida y vuelta para una ciudad en la estación. Llegué sin aliento a la parada del tren, pero para mi decepción constato que el tren se acaba de ir.  Regreso a la boletería para tratar de que me hagan una devolución y obtener más informaciones, pero la señora me hace notar que con tanta gente que tiene que atender no puede perder tiempo conmigo. Contrariado, estoy por marcharme muy enojado cuando, en el momento que estoy guardando el boleto dentro de la agenda, leo una frase que había escrito en la mañana: “No perder ninguna ocasión”. Me detengo y reflexiono. Después decido: “¡No debo perder la ocasión de amar!”. Regreso donde la señora de la boletería, y cuando es mi turno le digo que lamento si fui demasiado exigente con ella y que comprendo su reacción. Ella cambia su cara y su tono de voz y, sin necesidad de que le pida nada, se pone a resolver mi situación. No sólo, encuentra una alternativa de viaje que me permita llegar a mi destino. En el fondo, basta poco para volver a encontrar la armonía en las relaciones. (R.J. – Rumania) La lista de los enemigos Jesús quiere que nosotros, sus seguidores, amemos a nuestros enemigos, quiere que los perdonemos. Por mucho tiempo pensé que era algo que no tenía que ver conmigo. Tengo una vida tranquila, una buena posición social, una familia serena. No le hacemos mal a nadie y tratamos de protegernos de lo negativo que hay en la sociedad. Sin embargo esa frase no me dejaba en paz.  ¿Enemigos? Pensándolo bien, los había tenido y todavía los tenía, pero los tenía relegados en una zona del cerebro donde no pudieran molestarme. Una a una, volvieron a mi mente situaciones donde, más que afrontar la contrariedad debida a un “enemigo”, escapaba. La fuga se había convertido en una auténtica costumbre. Pero Jesús exige algo muy distinto. Entonces me hice una lista de “enemigos” por los cuales comprometerme a hacer algo: llamarlos por teléfono, mandarles un mensaje, visitarlos, para decirles que cada uno de ellos existía en mi vida. No fue fácil, continuamente los obstáculos y los razonamientos me frenaban. Ahora que me he vencido a mí mismo, puedo decir que ese mandamiento de Jesús ha alcanzado su objetivo, el de hacerme sentir un hombre vivo. (G.R. – Portugal)

A cargo de Maria Grazia Berretta

(tomado de Il Vangelo del Giorno (El Evangelio del día), Città Nuova, año VIII, n.1, enero-febrero 2022) [1] C. Lubich, “Quando si è conosciuto il dolore”, in  La dottrina  spirituale, Città Nuova, Roma 2006, pp. 140-141

Una vida de fidelidad

Una vida de fidelidad

Darci Rodrigues es el ejemplo de aquellos que, de un modo “mariano”, supieron gastar su vida por la causa de la unidad. Desde el primer momento en que murió Darci Rodrigues, focolarina brasileña, el pasado 10 de febrero, y en las horas posteriores a su funeral, las redes sociales se inundaron de expresiones de agradecimiento. Fue una figura muy conocida tanto en Brasil como en el exterior por los numerosos cargos que ocupó en el Movimiento de los Focolares, lo que le permitió cultivar infinidad de relaciones. “Una vida comprometida y exigente como la suya nunca le impidió mantener una sana normalidad y, según muchos, una gran profundidad espiritual”. “Y por eso fue querida por todos”, ha escrito sobre ella Saad Zogheib Sobrinho, focolarino brasileño. Un comentario que parece resumir el pensamiento de muchas personas que han convivido con ella. Darci conoció el carisma de Chiara Lubich cuando aún era muy joven, en 1963, durante una “Mariápolis”, una reunión de varios días realizado en la ciudad de Garanhuns, en el estado de Pernambuco. “Fue una experiencia muy fuerte, quedé fascinada, sobre todo porque allí he visto ‘vivir’ el Evangelio”, cuenta la propia Darci, contando el primer contacto con los Focolares. En ese momento, ella era estudiante de historia en la Universidad de Recife, “un ambiente impregnado de ideas marxistas y de fuerte crítica a la Iglesia”, dice. Por eso su encuentro con Dios y su adhesión al carisma de la Unidad fueron tan irresistibles que decidió consagrarse y hacerse focolarina. Tras esta decisión, Darci dejó a su novio, su familia y sus estudios para asistir a la escuela de formación de focolarinos en Italia de 1964 a 1966. A su regreso a Brasil, comenzó a trabajar intensamente al servicio de los Focolares. De Belo Horizonte, se traslada a las afueras de la actual Vargem Grande Paulista, cerca de San Pablo, para dar vida a la Mariápolis Araceli (hoy Mariápolis Ginetta), uno de los tres centros del Movimiento de los Focolares en Brasil. De allí pasó a San Pablo, donde trabajó durante 20 años al frente del Movimiento en la región que, en ese momento, comprendía varios estados brasileños del sureste y centro-oeste del país. En 2002 fue elegida consejera del Movimiento por Brasil y posteriormente, tras la muerte de la fundadora, Chiara Lubich, en 2008, fue reelegida consejera y nombrada por la entonces presidente de los Focolares, Maria Voce, delegada central, con un papel importante en el gobierno del Movimiento a nivel internacional. “A veces tuve que enfrentar situaciones difíciles, pero siempre sentí paz en esos momentos y una ayuda especial del Espíritu Santo”, dice la propia Darci. “Muchas veces ya tenía una idea, pero en cierto momento Jesús me hacía entender, a través de alguien, que quería otra cosa, quizás lo contrario de lo que yo pensaba. Era importante para mí confiar en la presencia de Jesús entre nosotros, y no solo en mi sentido común”, dice. En mayo de 2012, le diagnosticaron una enfermedad pulmonar grave. “Después de algunos exámenes – dice – el diagnóstico era muy grave: el médico me dijo que tenía que armarme de mucha valentía para luchar y perseverar. Dentro de mí tenía la fuerte convicción de que nada sucede por casualidad y que Dios tiene un plan de amor para cada uno de nosotros”. El tratamiento tuvo un resultado sorprendente, para asombro de los médicos. De este periodo de tratamiento, su entonces secretaria, Gloria Campagnaro, dice: “La vida transcurría con la solemnidad y la paz de siempre, entre terapias, paseos recomendados por el médico y trabajo para el Movimiento, con horario reducido; una vida que daba fecundidad y unidad”. En mayo de 2020, de repente, hay una recaída de la enfermedad. Llegan nuevas hospitalizaciones, hasta que, en condiciones de salud irreversibles, Darci vive sus últimos momentos rodeada del cariño y la oración de toda la comunidad de los Focolares. En un video grabado en este periodo, antes de Navidad, ella misma reafirma la convicción que la ha guiado durante toda su vida: “Tenemos a Jesús en medio de nosotros”. “Deja una lección ejemplar de vivir plenamente el ideal de unidad y fraternidad que tanto necesita la humanidad”, declaró Luiza Erundina, diputada federal, al conocer la noticia de su muerte. En las múltiples expresiones de agradecimiento por el don de la vida de Darci, son comunes las referencias a la serenidad y la alegría acogedora que transmitió a todos a lo largo de su vida, dondequiera que estuviera. En una palabra, una presencia mariana.

Luis Henrique Marques

Redactor jefe de la revista Cidade Nova

Italia / Líbano | Un puente Italia – Líbano

De una pequeña idea de compartir nace una gran cadena de solidaridad, un puente aéreo con destino a Beirut que transporta medicinas para los enfermos crónicos y leche en polvo para los recién nacidos. En la acción –que ha acogido el llamamiento del Vicariato Apostólico de Beirut de los católicos de rito romano y de la Nunciatura Apostólica del Vaticano en Líbano– participan el Movimiento de los Focolares, la Fundación Juan Pablo II y muchísimas personas de Italia y Líbano que se han unido para apoyar este proyecto, como en una gran familia. https://www.youtube.com/watch?v=_nLSgSHmMrA

Chiara Lubich: Jesús habla en nuestro corazón

En el viaje de la vida a veces tenemos que aminorar la marcha durante algunos momentos y escuchar la voz que habla en nuestro corazón. Descubriremos nuevos retos como Chiara Lubich sugiere en este texto. Escuchar la voz de Jesús (…) no significa solamente escuchar su doctrina y asumirla, sino establecer relación personal con Jesús, que llama a cada uno por su nombre. Su voz se hace oír en la intimidad, su verdad (que es la Verdad) actúa en el corazón, aunque la respuesta a su invitación siga siendo libre para cada individuo. Con el ejemplo del buen Pastor, Jesús afirma que hay oposición entre el pastor legítimo, que entra por la puerta, y el ladrón o el bandido, que salta la tapia. A lo largo de los siglos han existido (y siguen existiendo) otros falsos mesías que tratan de atraer a los hombres con sus ideologías. Pero los que pertenecen a Jesús y conocen su voz no se dejan engañar por todas esas promesas y no se fían de otras voces. (…) Trata de escuchar la voz de Jesús que te habla en el corazón. Verás cómo te lleva fuera de tu egoísmo, de tu no-amor, del querer destacar, de tu soberbia, del deseo de violencia…: de todo lo que te esclaviza. Si pones tu vida en Jesús y Él es tu guía, sin duda te sentirás impulsado a salir de la tentación de un cristianismo fácil y cómodo, de la mediocridad de una vida sin sentido. Siguiéndolo a Él, que habla en ti, que te llama precisamente a ti (porque llama a cada uno), no conocerás caminos trillados, sino que emprenderás una aventura divina nunca soñada; todo será nuevo y bonito, aunque a tu naturaleza le cueste; constarás lo variada que es la fantasía divina y comprenderás que, siguiendo a un pastor así, la vida es plena, abunda en frutos e irradia por todas partes el bien. Y finalmente comprenderás que el Evangelio vivido es una revolución potente y maravillosa.

Chiara Lubich

 Chiara Lubich, en Palabras de Vida/1, preparado por Fabio Ciardi, Ciudad Nueva, Madrid 2020, pp. 212-215).