May 17, 2021 | Sin categorizar
Chiara Lubich habla del momento presente: viviendo bien cada momento se pueden adquirir óptimos hábitos, crece nuestra caridad, el amor recíproco y la unión con Dios y el alma está todo el día invadida de serenidad, de paz y de alegría. […] Todos nosotros vivimos el momento presente con las variantes que nos ofrece el pasapalabra. […] Pues bien, podemos observar que uno de los resultados de este modo de vivir, si lo hacemos fielmente y con bastante intensidad, es que adquirimos hábitos muy buenos que antes no teníamos. Pongamos algunos ejemplos. Es muy frecuente ofrecerle a Jesús las acciones que realizamos con un «por ti», que transforma nuestra jornada en una oración ininterrumpida, porque viviendo el momento presente tenemos una gracia actual que nos recuerda el decir «por ti» ante cada acción. Otra cosa: si vivimos así, cuando llegan las tentaciones nos sentimos preparados para defendernos con más rapidez que antes. […] Se da el lugar apropiado a las acciones que debemos realizar, sin anticiparlas cuando nos gustan ni posponerlas cuando nos cuestan; cosa que sucede a menudo. Además nos brotan espontáneamente del corazón palabras de aliento, de aprecio y de elogio a los hermanos con los que vivimos o con los que entramos en contacto de distintos modos, por teléfono, por ejemplo, por carta o al preparar discursos, temas para ellos, etc. Y cada vez con más frecuencia vemos en ellos a Jesús, de modo que al crecer nuestra caridad y haciéndose cada vez más refinada, también nuestra unión con Dios se hace más profunda. Otra cosa: no nos olvidamos de saludar y adorar a Jesús, que está vivo en el sagrario, cada vez que pasamos a su lado o que nos lo recuerda una cruz o una imagen. […] Además, nos damos cuenta de que somos capaces de mantener con más facilidad el amor recíproco durante todo el día, lo cual es importantísimo para los que somos cristianos. De hecho la Escritura dice que poner en práctica el mandamiento nuevo nos hace perfectos: «Si nos amamos unos a otros, Dios permanece en nosotros y su amor ha llegado en nosotros a su plenitud»*. Debemos reconocer que antes, incluso con muy buena voluntad, la caridad recíproca sufría altibajos; aunque rectificábamos continuamente, pero tenía interrupciones. Otra: al ser más perfectos en las cosas pequeñas, sabemos cumplir mejor también las grandes, y durante todo el día el alma se siente invadida de serenidad, de paz y de alegría. Estos son algunos de los hábitos adquiridos que alimentan distintas virtudes en nuestra alma. Y es precisamente una buena cosecha de virtudes […]. Pues bien, si podemos verificar en nosotros todo esto y más cosas viviendo con perseverancia el momento presente, tenemos que concluir que vamos por el buen camino. […]
Chiara Lubich
(En una conferencia telefónica, Castel Gandolfo 23 de octubre de 2003) Cf. Chiara Lubich, Unidos hacia el Padre, Ciudad Nueva, Madrid, 2005, pp. 140-142. * 1 Jn 4, 12.
May 16, 2021 | Sin categorizar
Del 16 al 25 de mayo de 2021 el evento contará con la participación de más de mil millones de personas en el mundo para dar testimonio de que aún algo se puede hacer por el planeta.
El 9 de mayo pasado, concluyendo la Semana Mundo Unido de los Focolares, se ha lanzado una nueva acción para el año 2021-2022: #daretocare para las personas y para el planeta, proponiendo una “conversión ecológica” a través de iniciativas que puedan involucrar asociaciones, entes e Instituciones, y también a través de nuestros simples gestos cotidianos, para romper la lógica de la violencia, de la explotación y del egoísmo, típica de la cultura del descarte. El Movimiento de los Focolares es miembro del Global Catholic Climate Movement (Movimiento Católico Global por el Clima) y colabora con asociaciones, entes, organizaciones, instituciones, movimientos de distintas Iglesias y con varias religiones y culturas con la finalidad de cuidar el planeta. Una red global de personas que anhelan profundamente ocuparse del cuidado del planeta.
El año pasado el Papa Francisco había lanzado la Semana Laudato Si’ con ocasión del 5° año de la encíclica sobre el ambiente. Al concluir, Francisco convocó a todos para el Año Especial Laudato Si’ a fin de profundizar la encíclica sobre la ecología, poniéndole fecha a la próxima “Semana Laudato Si”, del 16 al 25 de mayo de 2021, que coincide con el sexto aniversario (24 de mayo) de la encíclica. El evento está organizado por el Dicasterio para el Servicio del Desarrollo Humano e Integral junto con Renova, CIDSE, Caritas Internationalis, Jesuitas –Compañía de Jesús, Unión Internacional Superior Generales, GPIC– Curia General Franciscanos OFM, Unión Superiores Generales, U.S.G., y facilitado por el Movimiento Católico Mundial por el Clima en colaboración con alrededor de 150 organizaciones católicas, entre las cuales los Focolares. El objetivo es provocar una conversión ecológica sobre todo a través del diálogo y está previsto también un evento en donde habrá testimonios de líderes religiosos en países de todo el mundo, incluyendo a los devastados por la pandemia COVID-19, como India, Estados Unidos y Filipinas. La “Semana Laudato Si’” también servirá para planificar ulteriores acciones en vista de la Conferencia de las Naciones Unidas sobre la Biodiversidad (COP15), la 26° Conferencia de las Naciones Unidas sobre los Cambios Climáticos (COP26), y otras actividades para la próxima década. La “Semana Laudato Si’” tendrá un programa rico de acciones, webinars y testimonios para dialogar, intercambiar opiniones y proponer acciones concretas para el planeta. El tema es “Porque sabemos que las cosas pueden cambiar” (Laudato Si’ 13), para poner de manifiesto la esperanza en el mundo que aún algo se puede hacer para cambiar el rumbo. La Semana mostrará también el impacto transformador de la “Laudato Si’” en la educación mundial y preverá el festival “Canciones para la Creación”, la jornada de acción mundial y el lanzamiento de la Plataforma de Iniciativas “Laudato Si’”. Todos los eventos mundiales serán traducidos simultáneamente en inglés, castellano, italiano, portugués, polaco y francés. Contando con líderes de varias religiones de todo el mundo, relatores y autores de fama mundial, más de mil millones de personas se reunirán para celebrar, además, la conclusión del Año Especial Laudato Si’ al final de este mes. “En un momento en el que el grito de la tierra y el grito de los pobres se vuelven cada vez más intensos, la “Semana Laudato Si’’ es la oportunidad perfecta para cuidar nuestra casa común –afirma Tomás Insúa, Director Ejecutivo del Movimiento Católico Mundial por el Clima–. El tiempo no se detiene. Todos están invitados y a todos se los espera para participar en la celebración y en la acción, a través de actividades locales, eventos online y muchas otras cosas más”.
Lorenzo Russo
https://www.youtube.com/watch?v=iwQbXuIvWuE
May 14, 2021 | Sin categorizar
Para Oscar, apasionado por el canto y la música, fue duro aceptar la noticia de que podría quedarse sordo. Pero con la ayuda de los jóvenes de los Focolares, en Bolivia, comenzó una nueva aventura que lo ayudó a superar esta dificultad. En 2014 pasé por un período muy difícil, a tal punto que incluso pensé en el suicidio. Todo empezó una mañana en que me desperté con un fuerte zumbido en la cabeza. A los pocos días el zumbido se había vuelto insoportable. ¿Me estaba enloqueciendo? Un día en el que ya no conseguía tolerar ese ruido, fui a la guardia médica. El otorrinolaringólogo me explicó que ese zumbido seguiría estando siempre, y que, más aún, me quedaría sordo… ¡Fue muy duro para mí! Traté de afrontar la situación con decisión pero, en algunos momentos, la desesperación parecía ganarme. Pedí ayuda a la comunidad de los Focolares y creo que fueron sus oraciones las que me salvaron. Una tarde conseguí aceptar esa situación y encontré la fuerza para ir adelante. Seguir luchando por Carminia, mi esposa, y por nuestros seis hijos, pasó a ser un fuerte reto. Empecé a acostumbrarme al zumbido y, pensando en Jesús Abandonado, me vi parecido a él, a su lado. Todas las mañanas lo saludaba con un “Hola, Jesús”. Ese período fue precioso. Puede parecer raro, pero fue justamente en ese dolor donde sentí más cercana la presencia de Dios. Tras muchas consultas médicas y los tantos medicamentos me he estabilizado, aunque el zumbido me sigue acompañando. Una noche pensé: llegará el momento en el que ya no podré ni cantar ni tocar un instrumento… Fue difícil de aceptar, pero dije otro “sí” a Dios, aunque le puse condiciones: “Acepto el hecho de no cantar ya en esta tierra, pero te pido que en el paraíso pueda formar parte de tu coro”. Vivíamos en El Alto (La Paz), a 4.150 metros de altura. Los médicos me aconsejaron que me trasladara a una ciudad más baja. En 2015 nos mudamos a Cochabamba (2.500 metros) y la comunidad local del Movimiento nos recibió con los brazos abiertos.
Fue la ocasión para conocer de cerca a los y las Gen, los jóvenes de los Focolares y con ellos empezó una aventura musical que nunca habría imaginado. Yo, que daba por perdido el sueño de seguir cantando, me vi envuelto en la energía y la vida de los Gen hecha música. Un joven me propuso organizar un conjunto musical. Me dio mucha alegría, pero estaba preocupado por mi oído, que ya no funcionaba tan bien como antes. Pero la vitalidad de los Gen, mi experiencia con grupos musicales de jóvenes, además de los instrumentos que teníamos en nuestra familia (ya que cuatro de nuestros hijos son músicos) me convencieron. Un día me llegó de regalo una batería y fue un gran festejo. Los jóvenes tenían muchos talentos. Uno cantaba bien, otro tocaba los instrumentos con pasión; había entre nosotros un genio de la informática y otro más que era un experto del sonido… Fue así como actuamos en seis manifestaciones organizadas por el Movimiento de los Focolares. Era muy bonito ver a los jóvenes tan contentos y a los adultos contagiados por su vitalidad. Dios, al final, no se dejó ganar en bondad, porque pude seguir cantando y sigo haciéndolo.
Óscar Condori (Bolivia)
Vea aquí un pequeño vídeo con la experiencia de Óscar:
May 12, 2021 | Sin categorizar
Desde compartir bienes materiales hasta el ofrecimiento de apoyo espiritual y afectivo, todos los esfuerzos parecen una gota en el vasto océano de la tragedia del Covid-19 en India. Sin embargo, las comunidades locales siguen luchando incrementando la fe en Dios y la confianza recíprocas.
“Ya pasó exactamente una semana desde que salimos positivos en el test. No estamos buscando ninguna información en Internet ni nos permitimos el tiempo para ver el noticiero, ni para quejarnos por nada. Estamos viviendo un día a la vez. Mejorando. Sus oraciones, mensajes, augurios, y la comida hecha con tanto amor nos dan la fuerza y podemos sentir su cercanía y el apoyo de cada uno de ustedes. Seguimos dando gracias por las pequeñas bendiciones que hemos recibido”. Este mensaje de Whatsapp enviado por una familia de la comunidad de los Focolares de Mumbai ha sido como un rayo de esperanza y de fuerza en estos tiempos oscuros. No hay día que no recibamos noticias del fallecimiento de colegas, amigos y, a veces, parientes. Todo esto se suma al bombardeos de los medios que hablan de la caída de los sistemas y de familias que no logran atender con dignidad a sus seres queridos enfermos o difuntos. Con una población de 1,3 billones de personas, era de esperarse una alta tasa de casos en India. Durante todo un año, hasta abril pasado, el país había logrado frenar la difusión mediante varias medidas, con un rígido confinamiento, el seguimiento de la traza de los contagios y con una vacunación masiva. Sin embargo ahora la situación está empeorando cada día, mientras el virus muta en varias partes del país el sistema de salud pública lucha por estar al paso de los requerimientos de medicinas, oxígeno y ventiladores.
Durante la pandemia la comunidad de los Focolares ha trabajado sin descanso y ha promovido una comunión de bienes a nivel nacional para apoyar y ofrecer ayuda económica a quien ha perdido el trabajo o tienen necesidad de recursos para sus provisiones cotidianas. El proyecto Udisha de los Focolares de India ha podido ayudar a casi 80 familias en algunas comunidades de escasos recursos de Mumbai, ofreciéndoles alimentos, medicinas, el pago de la matrícula de la escuela, libros, la cuota para el alquiler de la casa, la factura de la electricidad, etc. En medio del recrudecimiento de la segunda oleada, algunos jóvenes siguen trabajando en el proyecto #DaretoCare distribuyendo comidas a las personas que viven en la calle una vez cada dos semanas. Con el objetivo de salvar vidas humanas, gran parte de los esfuerzos y de las energías de la comunidad de los Focolares ahora están enfocadas en la atención sanitaria. Cuando llegó una solicitud urgente del Holy Family Hospital de Mumbai que necesitaba concentradores de oxígeno para las 160 camas del reparto Covid, la comunidad enseguida encontró patrocinadores para dos equipos y ahora está buscando otros. Mientras la segunda oleada sigue martillando con toda su fuerza, las familias de los Focolares han sentido la necesidad de sostenerse recíprocamente y por eso empezaron a conectarse todos los días para rezar juntos durante media hora, de este modo sienten el apoyo tan necesario ante el dolor, la impotencia y también ante la soledad de algunos. Como en los primeros tiempos del Movimiento, cuando la comunidad de Trento (Italia) descubrió que Dios es amor aun cuando arreciaba la Segunda Guerra Mundial, la oración online con la comunidad de India se está convirtiendo en una forma potente para expresar su ser una sola familia, todos iguales y unidos en el amor de Dios.
Annabel Dsouza desde Mumbai, India
May 11, 2021 | Sin categorizar
Si la Semana Mundo Unido ha cerrado sus puertas, el compromiso no se detiene. Los jóvenes de los Focolares, junto al resto de los promotores y colaboradores de la campaña #daretocare, renuevan su movilización para los años 2021-2022, en “atreverse a cuidar”, concentrándose en el cuidado del planeta y de las personas, fomentando así un verdadera y propia conversión ecológica, sumiendo la responsabilidad de cambiar sus estilos de vida, haciéndolos más sostenibles y tratando de involucrar al mayor número de personas en esta revolución. Más de 800 eventos, más de 400 las “Rum4Unity” que se corrieron alrededor del mundo, cerca de 2.016 horas de transmisión con profundización sobre política, migración, justicia, derechos, economía, salud, ecología, diálogo, arte. No sólo expertos. Sino muchas buenas prácticas que se están llevando adelante, acciones de sensibilización y solidaridad que involucran grupos de jóvenes, parroquias, asociaciones, familias, religiosos, comunidades enteras, incluso periódicos. Todas las generaciones representadas, con especial protagonismo de los niños, que han participado con acciones de ciudadanía activa. Precisamente el día de la Fiesta de Europa, finalizó en Bruselas la Semana Mundo Unido 2021, titulada “#daretocare”, esta fiesta de la fraternidad que durante 9 días involucró miles y miles de personas en todos los rincones del planeta, que han presenciado y promovido la urgencia del “atreverse a cuidar”, es decir la necesidad de hacer del “cuidado” el común denominador que puede orientar nuestro actuar de ciudadanos y el de los políticos. Si el corazón de la manifestación, el evento central, fue en Bruselas, se organizaron muchas citas en el resto del mundo, a las que todos han podido participar, gracias a un calendario interactivo: de Francia a Corea, de Bolivia a Sierra Leona, de las Filipinas a Tierra Santa. “#daretocare, las personas, el planeta y nuestra conversión ecológica” Y ahora, vendría de preguntarse, ¿se acabó todo? ¿Qué pasa con tanta movilización? El compromiso ciertamente no se termina con el final de la Semana Mundo Unido. De hecho, los jóvenes de los Focolares, junto con todos los promotores y los colaboradores de la campaña #daretocare, renuevan su compromiso de “atreverse a cuidar”, centrándose en las personas y en el planeta, proponiendo y realizando una conversión ecológica integral, a través de iniciativas que puedan involucrar asociaciones, entidades, instituciones pero también a través de simples gestos cotidianos, para romper la lógica de la violencia, de la explotación, del egoísmo, típico de la cultura del descarte. Compromiso Planeta Recoger la basura diferenciada, no adquirir la moda low cost, participar en iniciativas de solidaridad para los más pobres, evitar el uso de objetos de plástico, cocinar solo lo que se puede comer, tratar con cuidado los demás seres vivientes, usar el transporte público, apagar las luces inútiles… con la nueva campaña #daretocare todos estamos invitados a tomar un compromiso con las personas y con el planeta y a firmarlo “públicamente” a través del sito web: http://www.unitedworldproject.org/daretocare2021/ Pequeñas acciones pueden contribuir a generar grandes cambios. Internalización de las vacunas Y luego, gran espacio para la salud. Fuerte y sonoro el llamamiento, la urgencia, durante toda la Semana Mundo Unido, a hacer de la vacuna Covid-19 un bien común para todos, compartido más allá de las fronteras. Los jóvenes, de hecho, reafirmaron su compromiso de estimular a los gobiernos de sus respectivos países a practicar el internacionalismo de las vacunas: “Pedimos a los líderes de la Unión Europea aquí en Bruselas y a todos los líderes del mundo a que realmente hagan accesibles las vacunas Covid-19 a todos, sin importar dónde se encuentren. Estamos comprometidos a seguir impulsando el acceso a la vacuna para todos”. Paralelamente, precisamente como parte de la nueva campaña #daretocare, nació el deseo de “ensuciarse las manos”, llegando a aquellas periferias del mundo que difícilmente tienen acceso a tratamientos y asistencia, especialmente en este tiempo de pandemia. La cita, para el desarrollo de la esta iniciativa, es para el próximo 20 de mayo, en vísperas de Global Health Summit (la Cumbre Global de Salud), a las 13:00 (UTC +2), nuevamente en plataforma: www.unitedworldproject.org
Tamara Pastorelli
Hierro fundido: www.unitedworldproject.org
May 10, 2021 | Sin categorizar
Nuestro amor tiene necesidad de ser continuamente reavivado con actos de amor cada vez más perfectos, más profundos. Chiara Lubich compara el amor al prójimo con un fuego alimentado con la leña, para demostrarle a Dios y al prójimo nuestro empeño. Volver […] a centrarnos con mayor convicción en nuestro Ideal, ya que se puede ver que todo está allí, en el amor recíproco; consolidar nuestra unidad, impulsarnos a llevarla lo más lejos posible. […] Porque el fuego —y de fuego se trata— no se mantiene si no está alimentado continuamente con leña, con paja, etc. Así, nuestro amor tiene necesidad de ser continuamente reavivado con actos de amor cada vez más perfectos, cada vez más profundos. Y tienen necesidad de proceder así, no solo los que están al principio de la vida espiritual o han llegado a la mitad. También quien ha tratado de practicar durante largos años la caridad, puede caer en una cierta «rutina» de la caridad, que así pierde el brillo y el calor de la llama, y lentamente va retirándose y escondiéndose cada vez más bajo las cenizas. Sucede así, por ejemplo, cuando en nuestra vida de cada día ya no nos resulta espontáneo declararnos entre los hermanos la unidad. O bien, cuando comprobamos que nuestra caridad no produce ya efecto, se reduce cada vez más su irradiación, somos poco útiles para el Reino y los frutos disminuyen: nos volvemos tibios. Por esto, es necesario acordarse de reavivar continuamente el fuego, de volver una y otra vez a hacer que esté vivo en nosotros el amor. Sí, porque a Dios no le gustan en absoluto los tibios. Dice la Escritura: «No eres ni frío ni caliente. ¡Ojalá fueras frío o caliente! Ahora bien, puesto que eres tibio, y no frío ni caliente, voy a vomitarte de mi boca» *. Esto es terrible. Esto nos indica la urgencia de volver siempre a ser calientes, a una caridad verdaderamente ferviente. […] Adelante, pues, examinémonos con frecuencia: ¿Hemos echado leña al fuego? ¿Es tibio nuestro amor o es ardiente? ¿Hemos aprovechado todas las ocasiones para demostrar a Dios y al prójimo nuestro ardor? Si es así, Dios llevará adelante Su-nuestro proyecto. […] también debido a nuestro esfuerzo.
Chiara Lubich
(En una conferencia telefónica, Rocca di Papa, 28 de febrero de 1991) Cf. Chiara Lubich, Santificarse juntos, Ciudad Nueva, Madrid 1994, pp. 74-77 * Ap 3, 15-16.