Movimiento de los Focolares

Restablecer el diálogo entre EE. UU. e Irán

El Movimiento Político por la Unidad y Nueva Humanidad promueve el establecimiento de un comité trilateral de alto nivel entre representantes especiales de los Estados Unidos, la Unión Europea e Irán con el mandato de restablecer el diálogo entre los Estados Unidos e Irán. El llamamiento fue enviado a Josep Borrell, (Alto Representante de la UE), Seyed Mohammad Ali Hosseini (Embajador de Irán en Roma) y a Lewis M. Eisenberg (Embajador de los Estados Unidos en Roma). Este es el texto: El Movimiento Político por la Unidad expresa su grave preocupación por el conflicto cada vez mayor entre Irán y los Estados Unidos. La política internacional, con sus instituciones, pero también con sus organizaciones no gubernamentales, tiene una responsabilidad especial en poner su acción al servicio de la paz y los derechos de los pueblos. Solo el diálogo internacional y la diplomacia, la residual, la que da esperanza contra toda esperanza, aún puede tomar iniciativas en la lógica de la paz. Este es uno de nuestros mayores desafíos del siglo XXI. Debe haber un camino para llegar a una solución y nos lo demuestran los valores humanos y la docilidad de los corazones. “Ya no vemos el rostro del hombre: el hombre que sufre, que es limitado, atormentado y finalmente asesinado en los campos de batalla”, dijo el político Igino Giordani, en un sincero discurso en el Parlamento italiano. Estamos llamados a ver, a redescubrir el rostro del hombre para decir no a la guerra, a cada acto de guerra. Sin embargo, para lograr la paz, la diplomacia y la negociación son necesarias, sin descanso, porque la guerra y el terrorismo son la gran derrota de toda la humanidad. Es por eso que proponemos e instamos al establecimiento de un comité trilateral de alto nivel entre representantes especiales de los Estados Unidos, la Unión Europea e Irán, con el mandato de restablecer un diálogo significativo y finalmente lograr una solución pacífica al conflicto. Mario Brun                                                                                      Marco Desalvo Presidente – New Humanity NGO                                           Presidente – Mppu Movement contacto: Mario Bruno +39 334 998 0260 el texto pdf

Trento (Italia): 7 de diciembre de 1943 – 7 de diciembre de 2019

Han pasado 76 años desde aquel 7 de diciembre de 1943, Paolo Balduzzi nos lleva a Trento para visitar algunos de los lugares de los primeros tiempos de Chiara y de la comunidad de los Focolares. Hoy la ciudad de la cual inició todo lleva en su tejido civil y social signos y prácticas de una mentalidad de fraternidad que desde allí ha alcanzado los confines del mundo. https://vimeo.com/378563792

Un verdadero capitán – La despedida de Albert Dreston

El 30 de agosto de 2019, en uno de los últimos días soleados del verano, nos dejó Albert Dreston, profesor, teólogo, focolarino y protagonista –por generaciones– también del fútbol de Loppiano, la ciudadela internacional de los Focolares, en Italia, en donde vivió 52 años. Su historia, desde los primeros años de vida, no es nada simple. Nace en la Renania, Alemania, en 1939, cuando tenía seis años pierde a su padre durante la Segunda Guerra Mundial. A pesar del dolor, entre las lágrimas, hace el primer descubrimiento de Dios: “De pronto –cuenta– una fuerza y una voz dentro de mí, como si Dios me dijera: ‘No has quedado huérfano, yo soy tu padre’. Desde ese momento nunca sentí la ausencia de mi padre, nunca experimenté que estaba solo”. Siendo aún joven le tuvieron que extirpar un riñón y parecía que no iba a poder vivir por mucho tiempo. Como a menudo sucede, sin embargo, el paso de quien está dispuesto a dejarlo todo es también el primero hacia la revelación de un gran “tesoro”. Así en 1957, en la ciudad de Münster, durante un encuentro con algunos focolarinos queda impactado por “Jesús en medio como fruto del amor recíproco”. Su vida emprende en ese momento el camino del Ideal que lo ayudará a vivir las tribulaciones y las dificultades de salud con una nueva conciencia. Al año siguiente el Padre Foresi y Chiara dan el consentimiento para que entre a formar parte de la comunidad del focolar y algunos años más tarde el mismo Padre Foresi le comunica que, cuando termine los estudios de Antiguo Testamento, irá a enseñar Sagrada Escritura en Loppiano, la primera Mariápolis permanente. Era el año 1967, Albert tenía 28 años, sus condiciones físicas mejoraron, en Loppiano vivió el deporte como un elemento imprescindible para su relación con los demás, la acogida y el conocimiento recíproco. En ese marco exterior empezó para él un período nuevo: joven formador en medio de jóvenes de todo el mundo. En los años de servicio en la ciudadela nunca dejó de ser un punto de referencia. Enseñaba en el aula y en el campo de deportes, con la dedicación de quien es un apasionado del fútbol, con la inteligencia del maestro y el afecto del focolarino. Por cierto no puede decirse que haya sido un futbolista excepcional, con jugadas refinadas, y tampoco un gran goleador. Era algo más. En los últimos años, habiendo ya superado las 75 primaveras, podía suceder que no se sintiera en condiciones de jugar, pero igualmente se lo veía allí, 30 minutos antes del horario estipulado, recibiendo a los jugadores y acomodando ese mismo campo de fútbol que a los pocos meses llevaría su nombre. Era algo más, sí, defensor tempestivo, en un solo partido era capaz de hacer de custodio de la cancha, entrenador, árbitro, juez de línea, y sobre todo director técnico… porque como primera cosa había que armar los equipos y él siempre conseguía un par de buenos defensores (no importaba que fueran africanos, brasileños o asiáticos). Por todo ello Albert Dreston “era” el fútbol de Loppiano, un verdadero capitán, porque era un compañero de equipo de todos, incluso del adversario. Una auténtica… “leyenda”. Pronunciar su nombre hoy es abrir el gran libro del Movimiento de los Focolares, rico de personas queridas, vidas preciosas. Es detenerse en el capítulo de un hombre que en las formas más variadas supo donar su tiempo para ayudar a los demás. En los últimos años alguno se preguntaba si todavía podía seguir jugando al fútbol, pensando que tal vez había llegado el momento de hacer un partido de despedida, colgar el calzado deportivo en el clavo y cerrar gloriosamente esa historia. Alguno tuvo el coraje de susurránselo con respeto. Todos éramos ingenuos, y lo intentamos. Albert, con testaruda y teutónica coherencia respondía: “Yo pasaré del campo de deportes al campo santo” Y así, de alguna manera, ha sido. Nos despidió un viernes. Como siempre en los tiempos justos: para las últimas convocatorias en vísperas del partido, para formar los equipos y seguir jugando… en los Campos Elíseos. Que tengas un hermoso paraíso futbolístico, capitán… y ¡gracias!

Andrea Cardinali

Un año revolucionario

Chiara Lubich ha afirmado en repetidas ocasiones que trabajar para establecer relaciones de paz en el mundo es un hecho revolucionario. Se abre una nueva década que también coincide con el centenario del nacimiento de la fundadora del Movimiento de los Focolares. “¿Sabes quiénes son los portadores de paz de los que habla Jesús?”. Comienza Chiara Lubich en su comentario sobre la Palabra de vida de febrero de 1981. Una pregunta que también nos dirige hoy más que nunca, en la Jornada internacional de la paz. Quien trabaja por la paz crea y establece vínculos, alivia las tensiones, explica Chiara. Así descubriremos que hay infinitas oportunidades para ser portadores de paz. https://vimeo.com/333694432

Burkina Faso: misionando en la tierra de los hombres íntegros

Burkina Faso: misionando en la tierra de los hombres íntegros

Una de las cosas más bellas de nuestro trabajo en la redacción de focolare.org es la relación con las personas y las comunidades de los Focolares en el mundo y -a propósito- quisiéramos aprovechar de estas fiestas navideñas para agradecer a todos aquellos que nos mandan noticias, permitiendo de ese modo que la vida del carisma de la unidad sea inspiración para muchos. En este espíritu, el correo electrónico del Padre Domenico De Martino -de 36 años, originario de Nápoles, ahora en misión en Burkina Faso- ha sido un verdadero regalo porque nos abre las puertas a un pedazo de humanidad que está viviendo un tiempo difícil, en donde la paz, la dignidad y la libertad religiosa están gravemente amenazadas y que está fuera de los radares mediáticos internacionales. En los últimos años Burkina Faso ha sido afectado por la violencia de grupos extremistas que han causado la muerte de cientos de personas, una oleada de secuestros y el cierre de muchas escuelas e iglesias. Una violencia que ha generado un masivo y continuo traslado de poblaciones de las regiones afectadas hacia la capital y los grandes centros urbanos. Según las últimas informaciones de las Naciones Unidas, a inicios de octubre se registraron 486.360 desalojados dentro del país, más del doble respecto de julio y las cifras están en constante crecimiento. Hay incluso quien habla de un millón de desplazados internos. El Padre Domenico forma parte de la Comunidad Misionera de Villaregia y tuvo los primeros contactos con el focolar cuando tenía 12 años, al leer por primera vez la Palabra de Vida, el comentario mensual a las escrituras en el espíritu del carisma de la unidad, iniciado por Chiara Lubich hace más de cuarenta años. Encontraba el comentario cuando iba a visitar a los misioneros. “Luego, cuando tenía 17 años le escribí a Chiara Lubich para pedirle que me indicara una palabra del Evangelio que fuera luz para mi vida y porque quería compartir con ella mi recorrido de búsqueda vocacional. Guardo aún su respuesta en mi biblia y cada tanto la retomo. La palabra que me dio es: “Si uno me ama, observará mi palabra y mi Padre lo amará, vendremos a él, y en él haremos morada.” (Jn 14.23). Una Palabra exigente y fuerte, cuyo sentido para mi vida trato de comprender cada vez mejor. En 2012 fui ordenado sacerdote después de una experiencia de un año en Perú, en la ciudad de Lima”. Desde hace dos años, el Padre Domenico está en misión en Ouagadougou, la capital de Burkina Faso y está encargado de proyectos de promoción humana. “Burkina Faso significa literalmente ‘tierra de los hombres íntegros’ y entre los valores del pueblo están la familia y el sentido de comunidad. Hemos iniciado una escuela de alfabetización que hoy cuenta con 160 inscriptos; la mayor parte son chicas y jóvenes madres que no han podido estudiar. Hemos activado también un proyecto para mujeres que empezaron pequeñas empresas con las que se ganan el pan: las solicitudes para seleccionar son muchas y esto no siempre es fácil. El Evangelio y el deseo de estar dentro de este pueblo nos guían en nuestras opciones”. En estos últimos meses han recomenzado las clases en los colegios de la capital; lo mismo, lamentablemente, no se puede decir para otras zonas del país. En el Norte, Noreste y Noroeste del país grupos terroristas quemaron muchas escuelas y terminando el año lectivo pasado varios profesores fueron asesinados. “Las modalidades son siempre las mismas: los bandidos o terroristas llegan a las aldeas, se llevan todo –ganado y cosecha– vacían los pequeños negocios y luego buscan a los profesores y les dicen que si no se marchan serán las próximas víctimas, a menos que enseñen la lengua árabe o la que ellos definen como ‘la religión verdadera’. Tuve ocasión de hablar con algunos profesores que a pesar de esta situación de crisis tienen que llegar hasta el lugar de trabajo en esas provincias porque el Estado no puede permitir que cesen las actividades, pero el miedo es grande. Por más de que nuestra zona es tranquila, tratamos de estar cerca de nuestra gente, compartiendo con ellos miedos y angustias. En septiembre del año pasado, en un ataque a una base militar, perdieron la vida 40 soldados, de los cuales 3 eran jóvenes de nuestra parroquia. Éramos muy amigos particularmente de uno de ellos, primogénito de una familia que conocemos muy bien. Cuando fuimos a su casa para las condolencias, frente a la viuda y a los dos hijos destruidos por el dolor, yo no conseguía dar una respuesta al porqué de tanto odio y horror. Cruzando mi mirada con la de Jean, el padre del joven muerto, que me dice siempre: ‘ustedes, sacerdotes, son el signo de Dios para nosotros; a ustedes podemos pedirles todo porque nos dan la palabra de Dios, su alivio y su voluntad’, no pude hacer otra cosa que estrecharle la mano impotente, sin pronunciar palabra, intenté sólo hacerle sentir que Dios estaba cerca de él”. En esta situación de grave inestabilidad, un signo de esperanza es la comunión creciente entre las distintas iglesias cristianas y con personas de otras religiones, particularmente los musulmanes, con los cuales nos reunimos en oración e invocamos la paz. Otro signo de esperanza que el padre Domenico nos cuenta es el proyecto para poder sostener la cuota escolar de algunos niños, a través de una beca. Hasta ahora son 96 los niños que la han usufructuado. “Nos desconcertó darnos cuenta de que muchísimos niños no tienen ninguna partida de nacimiento y por lo tanto para el Estado y para el mundo no existen. Las situaciones que encontramos son muy complejas y requieren un acompañamiento en distintos frentes. Es hermoso constatar que un proyecto hecho poniendo a Dios en el centro conduce a una comprensión y una gestión de las cosas más profundas, porque se mira a la persona en su globalidad. Para los certificados de nacimiento nos estamos organizando y ello permitirá darles dignidad a los niños de nuestros barrios”. Leemos entre líneas que el Padre Domenico podría contarnos muchísimas cosas más y sus palabras densas de amor por el pueblo burkinabé nos acercan a esa tierra. “La comunión –concluye el Padre Domenico– nos ayuda a ser Iglesia en el verdadero sentido del término, con los pies sobre la tierra y los brazos arremangados para trabajar por todos los hijos de Dios que están en la prueba y en la necesidad”.

Stefania Tanesini

Romaamor: sirviendo a los pobres para construir fraternidad

Romaamor: sirviendo a los pobres para construir fraternidad

Una organización sin fines de lucro que ha operado en la capital italiana durante trece años, recuperando el excedente de alimentos o que quedaron sin vender, prepara 250 comidas para los pobres todos los días y también trabaja para promover su inclusión social. La acumulación y el derroche son las plagas de nuestro tiempo y de muchas de nuestras sociedades, pero también hay quienes recogen silenciosamente los alimentos que se desecharían y lo dan a las personas más pobres. Y lo hace no solo para ofrecer asistencia, sino como un gesto concreto de acompañamiento hacia un camino de redención. Es la historia de Dino Impagliazzo y de Romaamor, la organización sin fines de lucro a la que dio vida en la capital en respuesta a la invitación de Chiara Lubich, quien en 2000, recibiendo la ciudadanía honoraria de Roma, pidió hacer una “revolución del amor”, en la ciudad. Desde hace 13 años, Romaamor ofrece 250 comidas al día a las personas sin hogar que se encuentran en las estaciones Tuscolana y Ostiense y en la Plaza San Pedro. Y Dino, que ahora tiene 90 años, experimenta la misma alegría todos los días al entregarse a los demás: “Al ayudar a estas personas a veces hay muchas dificultades – explica – tienes que sacrificarte, pero luego sientes una gran alegría por haber hecho el bien”. Cristo nos enseñó que la esencia del cristianismo es amar a Dios y al prójimo, y Chiara Lubich nos invita a vivir por la fraternidad universal: este es el fundamento de nuestro servicio a los pobres”. Por su compromiso, Dino recibió el Premio Internacional Cartago 2018, porque “su trabajo de sensibilización y capacitación restituye ética a la ciudad y crea concretamente alternativas viables que devuelven el valor a las personas y a las cosas”. Lo entrevistamos: ¿Cómo comenzó la experiencia de Romaamor? Comencé solo, por casualidad, llevándole un sándwich a una persona pobre que conocí en la estación, y lentamente pensé en involucrar a la mayor cantidad de personas posible. Comenzando con mi esposa, luego en el condominio, y el vecindario. Siempre nos hemos referido a los pobres con la conciencia de que en el próximo, ya sea rico, pobre, sano o enfermo, está mi hermano y cuando mi hermano está en dificultades debe ser ayudado y considerado como tal. En el Día de la Alimentación de 2019, el Papa destacó que es necesario un retorno a la sobriedad en los estilos de vida, para cultivar una relación saludable con nosotros mismos, nuestros hermanos y la Creación… Es una elección esencial. Si eres cristiano y sabes bien que cada persona es tu hermano, porque Jesús te lo dijo, si vives no solo para ti mismo sino en relación con los demás y sabes que entre nosotros hay personas que están bien y personas que están mal, entonces, ¿cómo puedes pensar lo contrario? Tu disponibilidad siempre debe ser completa y ofrecida con alegría. Frente al dominio de la “cultura del descarte”, ustedes que eligen servir a los pobres van contra la corriente… Esto es importante, pues no solo aprovechamos los alimentos que caducan, sino que los cocinamos y se los llevamos a las personas que los necesitan. También tratamos de relacionarnos con ellos para hacer algo más que alimentar. Tratamos de adaptar las comidas a las personas a las que ayudamos: los niños, los ancianos, las mujeres y los enfermos tienen diferentes necesidades, y para nuestros huéspedes musulmanes preparamos comidas sin usar carne de cerdo. Nuestro objetivo es promover la inclusión: invito a voluntarios para que intenten establecer una relación cercana con al menos una de estas personas. Al ofrecer la comida, les pido que traigan dos bandejas, una para los pobres y otra para ellos, para sentarse y comer juntos. ¿Cuál es el valor del grupo? Es fundamental, estamos juntos en todo, en decidir el menú, cocinar, compartir las tareas. Si uno piensa en ver si hay enfermos, otro está se ocupa de aquellos que necesitan relacionarse con organismos públicos, y uno da fuerza al otro. Las horas que pasamos juntos son muchas: comenzamos a cocinar por la tarde, terminamos a las ocho, salimos y estamos afuera dos horas. Todo se comparte, también alegrías y dificultades. ¿Alguna de las personas a las que ayudas se volvió voluntaria? ¡Por supuesto! Entre los voluntarios, un tercio son extranjeros que, por ejemplo, se encuentran en centros de acogida y esperan ser reconocidos como refugiados políticos. Los jueces nos señalan a algunos para que presten servicios sociales y hay seminaristas enviados por las diócesis. Venimos de diferentes lugares, pero todos trabajamos con el mismo propósito. ¿Por qué un joven debería venir a Romaamor? Entre los voluntarios hay una avalancha de jóvenes que están en constante crecimiento. Hacen esta experiencia con alegría, son felices y tratan de traer a sus amigos.

Claudia Di Lorenzi

Colaborar juntos por el bien de la humanidad

Colaborar juntos por el bien de la humanidad

Fue firmado un acuerdo de colaboración entre la FAO (Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura) y New Humanity, la ONG internacional del Movimiento de los Focolares. El objetivo es seguir trabajando juntos para abolir el hambre en el mundo antes del 2030.

©FAO/Giulio Napolitano.

Un acuerdo firmado que refuerza la colaboración que ya está en curso, un documento que confirma el compromiso común de hacer desaparecer el hambre y la pobreza de nuestro planeta. Es éste el sentido del acuerdo de colaboración firmado el 19 de diciembre pasado en Roma entre la FAO, la mayor Agencia de las Naciones Unidas que se ocupa de la alimentación y la agricultura, y New Humanity, la ONG internacional del Movimiento de los Focolares. El acuerdo está dirigido a la promoción, en especial entre las nuevas generaciones, de acciones, actividades e iniciativas para realizar el proyecto Hambre Cero, según los objetivos de la Agenda 2030 de la ONU para el desarrollo sostenible. “Gracias por el trabajo que ya han desarrollado con nosotros como New Humanity, colaborando con los Objetivos para el Desarrollo Sostenible (SDG), por Hambre Cero y por el futuro del planeta y del mundo”. Con estas palabras la Dra. Yasmina Bouziane, Directora de la Oficina de Comunicación Internacional de la FAO, acogió en la sede de la FAO de Roma al Dr. Marco Desalvo, Presidente de la ONG New Humanity junto a una pequeña delegación de jóvenes de los Focolares. “Sabemos que tenemos sólo 10 años para alcanzar los Objetivos. Lo que ustedes hacen con jóvenes de todos los estratos sociales es extremamente importante, porque los jóvenes son la innovación, el cambio, son los que esperan las informaciones, sin ellos no podemos llegar a las acciones concretas que queremos realizar”. “Lo que firmamos hoy – agregó-es otra confirmación que es sólo colaborando como podemos ir adelante. Ya apreciamos mucho lo que el Movimiento de los Focolares y New Humanity han hecho a través de sus iniciativas, por lo tanto pienso que juntos seguramente podemos seguir avanzando y verdaderamente sostener a los países y al planeta entero para alcanzar los Objetivos de la Agenda 2030”. “Gracias. También para nosotros, esta firma es muy significativa –dijo Marco Desalvo hablando del acuerdo- Pienso en los miles de jóvenes que ya están trabajando en el Proyecto Hambre Cero. Pere éste es también para nosotros un nuevo compromiso. Ayer pensaba que Chiara Lubich, la fundadora del Movimiento de los Focolares empezó dirigiéndose a hacia quienes tenían hambre, en Trento, pensando en cómo resolver el problema social de la ciudad. Ahora estamos en todo el mundo y queremos seguir adelante y alcanzar el objetivo”. La colaboración entre la FAO y New Humanity empezó ya hace tiempo. Aceptando la invitación que la FAO dirigió a los chicos y a los jóvenes a comprometerse; especialmente a partir de Hambre Cero, se dio vida a muchas iniciativas. Un grupo de chicos de 11 países elaboraron la “Carta de compromiso” (http://www.teens4unity.org/cosa-facciamo/famezero/) de los Chicos por la Unidad hacia el Hambre Cero. Todos los años, en mayo, la “Semana Mundo Unido” y la carrera de relevos “Run4unity” están dedicadas a sensibilizar y a trabajar a favor de Hambre Cero. La revista bimestral Teens tiene una columna dedicada al tema de Hambre Cero (https://www.cittanuova.it/riviste/9772499790212/).- En junio del 2018 fueron acogidas en la sede de la FAO de Roma 630 chicas (entre 9 y 14 años) del Movimiento de los Focolares (https://www.focolare.org/news/2018/06/26/prime-cittadine-famezero/). Ante su compromiso con este objetivo se le entregó a cada una un pasaporte convirtiéndose así en “las primeras ciudadanas Hambre Cero”. Recientemente se realizó un libro (http://new-humanity.org/it/pdf/italiano/diritto-allo-sviluppo/214-new-humanity-e-fao-libro-generazione-fame-zero-ragazzi-in-cammino-verso-un-mondo-senza-fame/file.html), fruto de la colaboración entre la FAO y New Humanity dirigido a chicos (de 12 a  14 años) con el título “Generación #Hambre Cero. Chicos en camino hacia un mundo sin hambre”. En él se propone, a partir de testimonios verídicos, un nuevo estilo de vida que pueda colaborar a realizar un mundo unido y, por lo tanto, a abolir también el hambre y la pobreza. Se le entregó una copia a la Dra. Bouziane “¡Gracias, custodiaré este libro!”. Prosiguió afirmando que, como jóvenes y chicos, deben valorar juntos cuáles son las prioridades en las que se quieren comprometer. De ellos, explicaron los jóvenes presentes, se hablará en los próximos encuentros internacionales de formación para las nuevas generaciones que tendrán lugar en Trento (Italia) a principios del 2020 y en los talleres de los Chicos por la Unidad que se realizarán en Kenia y Costa de Marfil. “Nuestro compromiso –concluyó la Dra. Bouziane – es trabajar con ustedes en sus prioridades y alcanzar junto con ustedes el Hambre Cero”.

Stefania Tanesini

 

Un acontecimiento casi escandaloso

Un acontecimiento casi escandaloso

Felicitación navideña de María Voce, presidenta del Movimiento de los Focolares Navidad es para todos los que la festejamos cada año un momento muy esperado, lleno de emociones, de alegría, de relaciones. Pero en medio de este clima natalicio tan gozoso y alegre a menudo olvidamos que en la base de esta fiesta hay un acontecimiento misterioso, diría casi escandaloso: el escándalo de un Dios que se abaja y se hace hombre, del Omnipotente que se convierte en un niño débil, del Infinito que entra en los límites de la carne humana. Y Dios no lo hace solamente por solidaridad, para estar cerca de nosotros y compartir nuestra existencia. Él entra en la condición humana para demostrarnos con nuestras palabras, con nuestros gestos, con nuestras emociones su misma vida: la de un Dios; una vida capaz de recomponer fracturas, resanar heridas, reconstruir relaciones. Lo hizo hace 2000 años y quiere hacerlo hoy también. Dentro de un mes, el 22 de enero, se conmemorará el centenario del nacimiento de Chiara Lubich, la fundadora de nuestro Movimiento de los Focolares. Y en esta ocasión no puedo dejar de recordar el núcleo de su mensaje, de su espiritualidad de la unidad: el descubrimiento de que Jesús puede nacer también hoy, allí donde dos o más se aman “con ese amor de servicio, de comprensión, de participación en los dolores, en los pesos, en las ansias y en las alegrías de nuestros hermanos, con ese amor que todo lo cubre, que todo lo perdona, y que es típico del cristianismo” . De aquí, la propuesta de hacer de nuestras relaciones humanas el pesebre, la cuna que acoja a Jesús en medio de nosotros, que quiere recomponer nuestro mundo, tan fragmentado hoy día. Mi deseo para esta Navidad es que sea una fiesta de alegría profunda para todos, con el compromiso de ejercitarnos cada día en el amor recíproco para atraer con él la presencia de Jesús entre nosotros, permitiéndole transformar el mundo.

Ha fallecido el Gran Maestro Ajahn Thong

Figura de primer nivel en el budismo theravada tailandés, il Venerable Phra Phrom Mongkol Vi dejó de existir el 12 de diciembre pasado a los 97 años. Muy alta la experiencia de diálogo budista-cristiano vivida por él con Chiara Lubich. En la mitad de la década de 1990, gracias a Phramaha Thongratana, monje que había tenido la ocasión de encontrarse con Juan Pablo II y de conocer el Movimiento de los Focolares y Chiara Lubich, el Gran Maestro transcurrió un período en la ciudadela de Loppiano, junto a su joven seguidor, conocido en el ámbito católico también con el nombre de Luce Ardente. Tras los primeros encuentros que él tuvo con la fundadora de los Focolares, nació el deseo de un diálogo entre budismo y cristianismo en Tailandia que, en las palabras del monje debía realizarse «dulcemente, con una caridad exquisita, con mucho amor y dedicándonos a él con el corazón». A esto le añadía una consideración fundamental por el diálogo: «Estos dos términos –budismo e cristianismo– son solamente dos palabras […] el bien, el amor, es lo que une a todos los hombres de cualquier raza, religión, lengua y hace que todos puedan encontrarse y convivir juntos». Por eso su compromiso, decidido y, en algunos aspectos, sorprendente: «Mientras conserve un respiro, mientras viva, trataré de construir relaciones verdaderas y bellas con todos en el mundo». Con esta preparación el anciano y venerable monje llegó a la ciudadela de Loppiano y se alojó en el Centro de espiritualidad llamado Claritas, que acoge regularmente a religiosos de distintas congregaciones que desean vivir una experiencia de comunión de carismas. Dos monjes theravada junto a franciscanos, salesianos, jesuitas, dominicos y otros: una verdadera profecía. El Venerable Phra Phrom Mongkol quedó profundamente impactado por la acogida recibida y, encontrándose con Chiara Lubich, comentó: «El hecho que tú hayas invitado a monjes budistas a venir aquí a estar en medio de tu pueblo, es algo bellísimo». Todo ello no era simplemente formalidad y gentileza, aspectos que sin duda son típicos de la cultura tailandesa. Eran los primeros pasos de una profunda experiencia espiritual, de la que ambos monjes eran bien conscientes. Chiara Lubich confirmó su expectativa de ese primer encuentro, teniendo una actitud de escucha, de alguien que quería aprender más que enseñar: «estoy contenta por esta visita, porque quiero aprender algo bello. ¿Cuál es el corazón de la enseñanza de ustedes?» A partir de allí, empezó un recorrido imprevisible. A comienzos de 1997, en efecto, la líder católica fue invitada a Tailandia a encontrarse con esas personalidades del monaquismo budista, y no era sólo una visita de cortesía. Chiara fue invitada a dirigir su palabra y su testimonio cristiano a varios grupos de monjes, monjas y laicos budistas tanto en Bangkok como, sobre todo, en Chiang Mai. Allí, justamente, en el Templo Wat Rampoeng, el Gran Maestro la presentó con palabras sorprendentes: «Todos ustedes, seguidores míos, se estarán preguntando por qué la madre, que es una mujer, ha sido invitada aquí. Quisiera que ustedes, monjes y novicios, se olvidasen de esa pregunta y no pensasen que ella es una mujer. El que es sabio y está en condiciones de indicar el camino justo para nuestra vida, que sea mujer u hombre, merece respeto. Es como cuando estamos a oscuras: si hay alguien que viene a traernos una lámpara para guiarnos le quedaremos agradecidos, y no nos importa si esa persona que ha venido a traernos la luz para hacernos caminar por el camino justo es una mujer o un hombre, un niño o un adulto». En esas pocas palabras parece condensarse la gran sabiduría de este hombre capaz, junto con otros, de caminar en el sendero del diálogo sin miedos, arrastrando a otros en esta experiencia profética. La misma Lubich, impactada por esta apertura y sensibilidad, captó una presencia superior en esa relación y se dirigió al Gran Maestro con palabras que parecen una profecía: «Sigamos preparando el camino viviendo según la Luz que hemos recibido y muchos nos seguirán». Y ha sido así. Desde hace veinticinco años esta experiencia de diálogo sigue y se desarrolla. En la muerte también algo parece identificar a este anciano monje de la milenaria tradición theravada con la mujer católica fundadora de un movimiento eclesial reciente. El 7 de diciembre, en efecto, en Trento se dio apertura a los festejos para el centenario del nacimiento de Chiara Lubich, que concluirán con un evento interreligioso el 7 de junio de 2020. El Venerable Gran Maestro había expresado su deseo de estar presente para esa ocasión. Una amistad ahora destinada a continuar en la eternidad.

Roberto Catalano (Co-responsable del Diálogo Interreligioso del Movimiento de los Focolares)

En conversación con el Gran Maestre Ajahn Thong, un servicio del Collegamento CH del 13 de febrero de 2016 https://vimeo.com/155648244

En Uruguay se apuesta a la paz

En Uruguay se apuesta a la paz

El Centro “Nueva Vida” de CO.DE.SO (Comunión para el desarrollo social, de los Focolares), en convenio con el Instituto del Niño y adolescente del Uruguay, desde hace 15 años lleva adelante una importante acción social de apoyo a los más jóvenes y a sus familias en situación de vulnerabilidad, en un barrio marginal de Montevideo. “Las historias y actos de amor son tantos y tan hermosos que se podría escribir un libro. Los jóvenes son el motor de Nueva Vida, una acción social que nos impulsa siempre a más, que nos interpela, que nos estimula a no perder de vista lo importante: que el amor recíproco sea la ley que rija nuestro Centro”. Así se expresa Luis Mayobre, presidente del Centro casi desde sus inicios, en el 2004, cuando el arzobispo de Montevideo pidió a los Focolares si podían hacerse cargo de una obra social comenzada por una religiosa en un barrio marginal de la capital uruguaya. Fue el nacimiento del “Centro Nueva Vida”, un nombre que indicaba ya su objetivo desde sus primeros pasos: abrir posibilidades de una “nueva vida” más digna para quienes se involucrarían con el Centro. “El año 2018 estuvo marcado por un clima de violencia en el barrio Borro –cuenta Mayobre–. Fueron meses de verdadera angustia, donde corrían riesgo nuestras vidas debido a un enfrentamiento entre dos familias narcotraficantes rivales. La gente, junto a los educadores y al personal de Nueva Vida, enfrentaron con valor y decisión las contínuas balaceras que se producían en horarios en donde la mayoría de las organizaciones funcionaban, agravándose aún más en la noche. Por lo que redoblamos nuestra presencia, ya que las familias nos necesitaban; muchas de ellas fueron sacadas de sus viviendas que fueron ocupadas por los narcos”. ¿Cómo actuaron en un clima tan complicado? “Junto con el Párroco, p. Ricardo Villalba, solicitamos una entrevista con el Ministro del Interior, encargado de la policía, para buscar las soluciones. Pero éstas demoraron en llegar, por lo que nos tocó proteger y acoger a familias que luego derivamos a distintos servicios del Estado que les procuraron nuevas viviendas. No a todas, por lo que tuvimos que buscar otras posibilidades para poder alojar a las familias amenazadas y desplazadas. Una de ellas, cuyos 2 hijos participan del Centro Juvenil, tenían que abandonar su precaria vivienda, ya que fueron amenazados de muerte, y desde las Instituciones del Estado no había respuesta. Es así que la coordinadora del Centro y su equipo se puso en campaña para conseguir una nueva vivienda. Buscaron durante meses, hasta que lograron que una de las hijas con la que no se llevaban bien, les cediera una parte del terreno donde vivía, también muy precariamente. Contactaron a la fundación ‘Un techo para mi País’ que construye casas de emergencia y lograron que aprobaran la construcción de una nueva modalidad de casas, mejor que las de emergencia. Es así que todo el equipo, junto a la familia, construyó la nueva vivienda. Y hasta el padre Ricardo, se puso a disposición con sus grandes dotes de pintor. Finalmente se logró que la familia tuviera una vivienda digna y segura. Otra experiencia importante fue la resolución de un caso de violencia familiar, detectado por nuestro equipo, que llevó a la intervención de las autoridades para salvaguardar la vida de los niños y su madre. A pesar de las amenazas e insultos recibidos, llevamos adelante nuestra causa permitiendo una situación mucho mejor de esa familia”. ¿Cuál es la población y los servicios que ofrece el Centro? “Llevamos adelante tres proyectos por edad: el CAIF, Club de Niños y Centro Juvenil. En este clima de violencia, nos propusimos, en cada uno de los proyectos, ser constructores de paz, de esperanza y sobre todo de alegría, para vencer el odio, miedo y violencia. Y como toda crisis, estuvo llena de oportunidades, crecimiento y de alianzas profundas. Un especial cuidado lo hemos tenido con nuestros niños del CAIF, los más pequeños, a quienes todas estas tensiones influyen más. Se logró generar el ambiente adecuado para que 48 niños (2 y 3 años), así como 60 bebes (0 a 2) con sus madres, pudieran realizar sus talleres con normalidad. También realizamos muchas salidas didácticas, para generara espacios de belleza, armonía y paz. Una experiencia interesante es que a muchos de los paseos venían miembros de las dos familias rivales y siempre se relacionaron bien. En el proyecto Club de Niños atendemos a 62 niñas y niños en edad escolar (6 a 11 años). Estamos abocados en seguir bajando la deserción escolar y la repetición, En estos últimos años hemos alcanzado valores inferiores al 5% del total, muy distante al 36% con el cual iniciamos por el 2004. Hemos incentivado los talleres de arte, música, recreación, para poder sensibilizar a nuestros niños a desarrollar valores culturales de convivencia, de amor por el otro y adquirir la ‘cultura del dar’. Hemos desterrado la violencia y el maltrato como forma de relación. También las clases de natación y paseos acuáticos, favorecen los hábitos de higiene y cuidado corporal que llevamos adelante. En el Centro Juvenil recibimos diariamente a 52 jóvenes (12 a 18 años). Este año el 95% de ellos participan a contra horario del sistema formal, meta que nos propusimos lograr desde que comenzamos. Seis de ellos ya están en niveles superiores de bachillerato, un enorme avance ya que el promedio del barrio no pasa de los primeros años. Además, mantenemos talleres complementarios a su formación secundaria: un taller de tejido y de carpintería y, este año, también de comunicación; todos llevados adelante en forma voluntaria por miembros del Movimiento”. ¿El Centro tiene relación con otras asociaciones que trabajan en la zona? “Sí, con los años se ha ido generando una red con todas las instituciones presentes en el Borro, con las cuales colaboramos y nos ayudamos. También participamos a la vida de la parroquia de la zona, Nuestra Señora de Guadalupe. El párroco y otro sacerdote vienen una vez por semana al Centro. El padre Ricardo lleva adelante un coro y en la fiesta de la primavera dibujó hermosos diseños en los rostros de niños y educadores.” ¿Vienen también, como voluntarios, miembros de los Focolares de otros países? “Siempre vienen. Este año ha sido muy importante el aporte de Elisa Ranzi y Mateo Allione, italianos, que dejaron sus huellas indelebles en nuestros corazones. Por esto, agradecemos a todos los que nos ayudan. Su colaboración es muy importante para sostener parte de las actividades que realizamos. Toda ayuda por pequeña que sea cuenta, por lo que les alentamos a continuar apoyándonos. Saben que cuentan con nuestras oraciones y todo nuestro amor”.

Stefania Tanesini