Ago 1, 2019 | Sin categorizar
El “corazón” es lo más íntimo que tenemos, lo más escondido, lo más vital; el “tesoro” es lo que tiene más valor, lo que nos da seguridad para hoy y para el futuro. El corazón es la sede de nuestros valores, la raíz de las opciones concretas; el lugar secreto en el que nos jugamos el sentido de la vida: ¿a qué le damos realmente el primer lugar? En el metro Mientras iba en el metro, repasaba un tema que me parecía muy importante para el examen que estaba por rendir. En una estación más adelante, entró otra estudiante, que conozco. Tenía que dar el mismo examen y me preguntó un tema que para mí era de muy poca importancia. Viendo su nerviosismo, “me olvidé” de mi programa y me dediqué al tema que ella me proponía. Cuando más tarde me presenté a dar el examen, el profesor me preguntó justamente el tema que le había explicado poco antes a mi compañera. (M.L. – Alemania) Una vida encendida por Dios Soy turca, musulmana. Cuando le dije a mi esposo, Sahib, que creía estar embarazada por cuarta vez, él empezó a hacerme una lista de todos los sacrificios que deberíamos afrontar de allí en más. Quedé muy confundida y entonces le pregunté a mi ginecóloga si aún estaba a tiempo de abortar. Me dijo que lo único que tenía que hacer era ponerme en la lista. Pero dentro de mí advertía que nadie en el mundo tenía la autoridad de apagar una vida que Dios había encendido. Los meses siguientes fueron muy duros, pero yo ya estaba decidida a luchar. Varias amigas, cristianas y musulmanas, estuvieron a mi lado. Leyendo el Corán sentía el calor de Dios, que me daba fuerza. Sahib poco a poco volvió a encontrar la paz. Nunca habíamos sido tan felices como ahora con este niño. Con él, Dios ha venido a vivir bajo nuestro techo. (F.O. – Alemania) Enfermo terminal En los días que pasé en el hospital por un tumor irreversible, experimentaba la cercanía de Dios y sentí que me invadía una grande e inexplicable felicidad. Trataba de estar cerca de los otros enfermos, y nos sentíamos hermanos, no sólo en nuestra habitación, sino también con los demás. Cada vez que alguno se iba por el alta, la separación era un dolor. Parecía que la enfermedad era una ocasión para ir en profundidad en nuestras relaciones. Ahora que las fuerzas disminuyen, siento que la fraternidad construida en el hospital me acompaña y me sostiene en este último trecho del camino. (M.J. – Francia) Solidaridad Desde un hospital nos había llegado el pedido de hacer algo por una chica albanesa de 19 años que acababa de dar a luz. Junto con su marido y un hermano vivían en un coche. Mi esposo fue a pedirle al director del hospital si podía tener a madre e hijo hospitalizados aún durante unos días más; y tras su consentimiento les pregunté a mis padres si estaban dispuestos a alojar a la familia en un viejo apartamento de su propiedad. Con la ayuda de dos chicos albaneses y otros amigos, mi marido se puso a pintar las habitaciones. Un amigo puso a disposición algunos muebles, un fontanero hizo gratuitamente trabajos que eran necesarios. Cuando salió del hospital, L. encontró una casa acogedora. Los servicios sociales del Municipio le consiguieron una comida al día, mientras no tuviera un trabajo. (A.A. – Italia)
Recopilado por Chiara Favotti
Jul 31, 2019 | Sin categorizar
“¿Qué te parece?, “¿qué harías en mi lugar?”. Cuántas veces alguien nos pide una mano o entendemos que tendría necesidad, o bien estamos seguros de que para ayudar a ese amigo, hermano, a esa persona, realmente se debería “hacer así”. En pocas líneas tomadas de “Meditaciones”, el libro que recoge sus primerísimos escritos espirituales, Chiara Lubich nos invita a cambiar de perspectiva y a ponernos del lado de Dios para tener, no el nuestro, sino Su amor hacia quien quiera que sea. Hay quien hace las cosas «por amor». Hay quien hace las cosas tratando de «ser el Amor». Quien hace las cosas «por amor» puede que las haga bien, pero, creyendo por ejemplo que presta un gran servicio al hermano, quizá enfermo, puede aburrirle con sus charlas, con sus consejos, con sus favores: con una caridad poco acertada y molesta. Pobrecillo; él tendrá mérito, pero el otro tiene una carga. Y esto sucede porque hace falta «ser el Amor». Nuestro destino es como el de los astros: si giran existen, si no giran no existen. Nosotros somos –en el sentido de que en nosotros vive la vida de Dios y no la nuestra– si no dejamos de amar ni un instante. El amor nos sitúa en Dios, y Dios es el Amor. Pero el Amor, que es Dios, es luz, y con la luz se ve si nuestro modo de acercarnos y de servir al hermano es conforme al querer de Dios, como el hermano lo desearía, como lo soñaría si tuviese al lado a Jesús y no a nosotros.
Chiara Lubich
Jul 30, 2019 | Sin categorizar
¿Tiene sentido aún esforzarse por la fraternidad en política? En la Mariápolis Europea, el 10 de agosto próximo se renovará el pacto por la fraternidad de los pueblos, estipulado por primera vez 60 años atrás. Hemos hablado al respecto con Marco Titli del Movimiento Político por la Unidad de los Focolares. Era el 22 de agosto de 1959, los ecos de la guerra aún se hacían oír, pero al terminar la Mariápolis, en el valle de Primiero, en los Alpes Dolomitas, representantes de los cinco continentes realizaron un pacto de unidad: rezaron en nueve idiomas, consagraron sus pueblos a María. Quisieron significar que la unidad era posible. A distancia de 60 años, viendo la actualidad política, esa propuesta de realizar un pacto de unidad por la fraternidad de los pueblos pareciera utópica; ya sea que provenga “de abajo”, como sucedió en 1959, o bien que nazca de una iniciativa de los gobiernos. ¿Tenemos que resignarnos o tiene sentido aún comprometerse y esforzarse por la fraternidad en política? Hemos hablado con Marco Titli, 33 años, colaborador parlamentario, comprometido en el Movimiento Político por la Unidad de los Focolares, miembro de la junta de distrito en su ciudad, Turín: Frente a una Europa dividida entre integración y particularismos, ¿qué mensaje ofrece la Mariápolis Europea? “La tarea de la Mariápolis no es la de entrar en la dialéctica política. El mensaje que queremos dar es que la unidad de Europa es un valor que hay que custodiar, en el respeto de las identidades de cada país. Si Europa se quiebra volvemos a las fronteras fortificadas, mientras que los puentes y los caminos amplían la mirada y dan bienestar. El Movimiento de los Focolares se pone en red con otras instancias de la Iglesia Católica, como en lo referente a la moción en contra de las exportaciones de armas a Yemen, o bien respecto de la batalla contra los juegos de azar”. La crisis de confianza para con los partidos se ha agudizado y los ciudadanos renuncian a participar activamente. ¿Cómo se puede reconstruir esa confianza? “Al lado de la crisis de la política veo la de los medios de comunicación que enfatizan las malas noticias. Muchos alcaldes arriesgan su vida para combatir la criminalidad organizada o ponen en riesgo su reputación actuando con mucha valentía en su ciudad. A nivel nacional también hay políticos que luchan por el bien común. Salgamos de la apatía: hay mucha gente que quiere hacer bien las cosas hoy en política”. Ser coherentes con sus propios ideales a veces puede dejar descontento a alguien. ¿Cuál es el criterio para actuar en política? “Si se hace política hay que estar dispuestos a contemporizar, porque vivimos en una realidad compleja, pero no cualquier tipo de concesión. Frente a prácticas ilícitas o hechos graves hay que decir que no, y ello también significa arriesgar: muchos administradores cayeron porque dijeron que no y no fueron comprendidos ni siquiera por su propia gente. Pero si se rechaza el poder contemporizar y se entra a la política para defender las propias ideas se introduce la división. Es un camino difícil que encuentra resistencias, pero el político está llamado a escuchar los intereses particulares, a componerlos en un mosaico”. ¿Puedes contarnos alguna iniciativa de colaboración entre partidos en tu ciudad? “Estaban construyendo un puente cerca de una estación ferroviaria de la ciudad de Turín, que une dos partes de la ciudad que antes estaban separadas por el ferrocarril. Junto a algunos otros de mi distrito y del distrito que se uniría del otro lado del puente, propuse ponerle como título a esa estructura “Unión Europea”, símbolo de la unidad entre pueblos diferentes. El proyecto fue votado y aprobado por unanimidad, y varias fuerzas políticas estaban presentes cuando colocamos el nombre. Fue un momento de esperanza: yo espero y deseo que signos como éste puedan reconstruir en los ciudadanos la confianza en la política”.
Claudia Di Lorenzi
Immagine:© Ufficio stampa Mariapoli Europea
Jul 29, 2019 | Sin categorizar
Andrea Cardinali, joven escritor italiano, cuenta acerca de la cuarta edición del Summer Camp de los chicos de “Armonía entre los Pueblos”, que se llevó a cabo en Tierra Santa. Es la narración personal de una experiencia y de una tierra capaces de impactar en el alma como pocos sitios en el mundo. Hay viajes de los que se vuelve descansados, porque han sido verdaderas vacaciones; otros después de los cuales hay que tomarse algunos días de reposo ulteriores por el sueño acumulado, y luego están esos viajes a cuyo retorno nos preguntamos: “Pero… ¿en dónde estuve?”.
A veces se vive todo tan intensamente que falta el momento de la pregunta, la fase en la que el hombre se interroga acerca del sentido, del dónde, del porqué. No está mal necesariamente. Todo lo contrario. Sobre todo cuando se trata de transcurrir la mayor parte del tiempo con niños que aún no son conscientes de que están “prisioneros” en su lugar de nacimiento, la Palestina. El hecho que falte el momento de la pregunta no es síntoma de poca reflexión. En algunos viajes, tal vez los más grandes, funciona exactamente así, partes cuando dices un “sí” casi sin darte cuenta y entras con fuerza en la aventura plena. Ya no es posible pensar el sentido desde afuera, estás tan fuera de ti mismo que vives el sentido desde adentro.
Estuve 18 días en Palestina, arrastrado hasta allí por Antonella Lombardo y por las maravillosas chicas de la escuela Dance Lab de la ciudad de Montecatini (Italia), algunas de las cuales había conocido en el inolvidable Genfest Let’s Bridge de 2012. “Armonía entre los Pueblos” nació en 2005 con la intención de utilizar el arte y la danza como instrumentos de unidad entre pueblos y culturas. Después de varias ediciones italianas y talleres con chicos de varios países, hace algunos años nació, gracias a la colaboración con el Padre Ibrahim Faltas, el proyecto “Children without borders”
(Chicos sin fronteras) que este verano llegó a su cuarta edición en Palestina. Yo he sido el último en unirse a esta comitiva de artistas-educadores y con Luca Aparo de Sportmeet empezamos a movernos también en el ámbito deportivo que sabemos que es igualmente precioso para aprender a divertirse respetando diversidades de todo tipo. Tras dos semanas de workshops artísticos estuvimos actuando con los niños el 14 de julio en el Teatro Notre Dame de Jerusalén, y el 16 de julio en la Fundación Juan Pablo II de Belén, donde hicimos la representación del encuentro histórico de San Francisco de Asís con el Sultán de Egipto Malik Al-Kamil acaecido hace 800 años, en 1219. La presencia del cantante Milad Fatouleh (conocido sobre todo en Italia por la canción “Una estella de Belén”, que fue elegida la mejor canción extranjera en el Festival Zecchino d’Oro de 2004), durante las dos veladas, dio un toque enriquecedor al espectáculo. Fueron muchas las personalidades políticas y religiosas presentes en los dos espectáculos para celebrar el encuentro del Cristianismo y el Islam, signo profético del diálogo interreligioso y de una paz posible.
Andrea Cardinali
Jul 28, 2019 | Sin categorizar
Los desafíos del presente y del futuro de la humanidad a la luz de las intuiciones y experiencias de Chiara Lubich en el verano de 1949. El teólogo Hubertus Blaumeiser cuenta el reciente seminario de la Escuela Abbá en Tonadico (Trento, Italia). ¿Quiénes somos? ¿Cómo nos realizamos y nos relacionamos con los demás? ¿A dónde vamos y dónde están nuestras raíces? Estas son preguntas que hoy afrontamos con una nueva urgencia, cuando el ser humano ante la ciencia puede aparecer como un simple fruto de la evolución, determinado por sus genes y la actividad de su cerebro; y cuando con las nuevas tecnologías se puede mejorar cada vez más pero también manipular; cuando masas de personas viven huyendo o reducidas a la pobreza en barrios marginales y la intervención del hombre corre el riesgo de comprometer irreversiblemente el equilibrio del planeta.
Estos son desafíos futuros demasiado complejos para ser abordados de manera sectorial, necesitan nuevos enfoques, de “luz”. Con esta convicción, 65 estudiosos de unas veinte disciplinas se reunieron en Tonadico, en las Dolomitas, del 14 al 16 de julio. Un seminario de la “Escuela Abbá” (el centro interdisciplinario de estudios del Movimiento de los Focolares), el Instituto Universitario “Sophia” (Loppiano, Italia) y el “Centro Chiara Lubich”. ¿El objetivo? Dejando a un lado la pretensión de llegar a conclusiones rápidas, estaba destinado a abrir pistas de investigación para recorrer juntos. La ocasión fue ofrecida por el lugar y la fecha: entre esas montañas, hace exactamente 70 años, comenzó un período de arrolladoras experiencias e intuiciones para Chiara Lubich y algunas personas del primer núcleo de los Focolares. Sintiéndose transportados hacia Dios, se encontraron mirando al mundo no desde lo “alto” o desde “abajo”, sino desde el “interior”, por así decirlo. Una experiencia que ha dejado una huella indeleble, decisiva para el desarrollo del Movimiento de los Focolares, pero como se entendió más adelante, también es una fuente de desarrollos culturales inéditos que concierne a todo el arco de las disciplinas científicas. La visión del ser humano que surgió de este encuentro ha sido variada y, sin embargo, convergente. Es necesario – explicó el decano del Instituto Universitario Sophia, Piero Coda – desarrollar cada vez más una autoconciencia universal, «pan cósmica y panumana», citando a Chiara Lubich: «mi yo es la humanidad, con todos los hombres que fueron, son y serán». No es una visión estática de la persona y de la sociedad, destacó la francesa Anouk Grevin, economista y estudiosa de las dinámicas del don. «Tanto dar como recibir se basan en la capacidad de verse en el otro, de hacer propio lo que es suyo, para que pueda comunicarse totalmente y recibir plenamente al otro en sí». Con referencia a las cuestiones ambientales, el politólogo Pasquale Ferrara y el científico de la naturaleza, Sergio Rondinara han abierto un horizonte adicional: «La política mundial adopta una visión antropocéntrica del mundo, mientras que la dimensión socio-natural de la vida del planeta permanece en la sombra». Hay una necesidad urgente de pasar de un antropocentrismo “despótico” a «una antropología no hegemónica sino oblativa». Como coordinador de la Escuela Abbá, Fabio Ciardi sacó las conclusiones: «A medida que pasaban las horas, entrábamos cada vez más en las realidades de la existencia. Es necesario avanzar en esta dinámica: trabajar en nuestro propio ámbito y confrontar con las otras disciplinas». Por su parte, Jesús Morán, copresidente del Movimiento de los Focolares, indicó una doble tarea: una adecuada hermenéutica del carisma de la unidad y «el servicio a la humanidad, afrontando al menos algunas cuestiones decisivas de nuestro tiempo».
Hubertus Blaumeiser
Jul 25, 2019 | Sin categorizar
De viaje de Damasco a Alepo, pasando por Homs. Vemos con nuestros ojos lo que está sucediendo: la reconstrucción, la tenacidad de la gente para volver a la normalidad en un país en el que la guerra no ha terminado todavía y los escombros entorpecen las calles y la existencia. La presencia y el trabajo de los Focolares, a través de algunos proyectos de AMU y AFN. https://vimeo.com/343255510
Jul 23, 2019 | Sin categorizar
Entrevista a Lucia Abignente quien, junto con Giovanni Delama, reconstruye la historia de las primeras Mariápolis en el libro “Una ciudad toda de oro”, que será publicado en septiembre por la editorial Città Nuova. La primera se desarrolló hace 70 años en las Dolomitas trentinas. Era el verano del ’49 y Chiara Lubich, quien compartía su elección de vivir el Evangelio con algunas compañeras de Trento, fue a pasar un período de descanso a Tonadico de Primiero. Fue un momento decisivo en la historia del Movimiento de los Focolares: una experiencia mística que permitió a Chiara comprender el proyecto de Dios sobre la Obra naciente: la Obra de María. Desde entonces experiencias similares, llamadas Mariápolis, se repitieron cada año durante el verano, y con el tiempo se replicaron en todo el mundo. En la historia de las Mariápolis son especialmente significativos los primeros diez años, del ’49 al ’59. ¿Nos explica por qué? Esos años marcaron los orígenes de las Mariápolis, aquellos donde la fuerza del carisma de la unidad, donado por Dios a Chiara para la Iglesia, produjo frutos nuevos. Se experimentó una fortísima comunión, participativa, enriquecedora, entre personas de todas las edades y extractos sociales provenientes de distintos países del mundo (en el ’59 participaron en total 12.000 personas de 27 naciones). Se trató de una intensa experiencia de Dios, un camino de santidad recorrido juntos como hermanos. Se delineó en ella la realidad del pueblo de Dios que el Concilio Vaticano II puso después en evidencia. ¿De dónde viene el nombre Mariápolis? El nombre surgió sólo en el ’55, con los años fue creciendo esta convivencia que se configuró como una ciudad, un pueblo que se sentía bajo la mirada de María El amor evangélico vivido entre todos generaba la presencia de lo divino. Se realizan las palabras de Jesús: “Donde dos o más están unidos en mi nombre yo estoy en medio de ellos” (Mt. 18, 20). Es una realidad de luz que inspira el título del libro. ¿Cuáles son básicamente los rasgos de estas citas que con modos diferentes se desarrollan todavía hoy? Los resumiría en una palabra, comunión, o mejor, comuniones. La comunión en la Eucaristía, renovada cotidianamente; la comunión en la Palabra del Evangelio; la comunión con los hermanos. Y ésta característica es la que imprime un fuerte timbre a la experiencia del ’49 y que volvemos a encontrar los años siguientes. De allí brota el compromiso de seguir viviendo esta experiencia en los lugares de la vita cotidiana, para cooperar con el designio de Dios sobre la Creación y sobre las realidades sociales que nos acogen. ¿Qué fue lo que le impresionó de los relatos que quienes participaron en las primeras Mariápolis? Encontrándome esos testigos pude constatar que la experiencia de la Mariápolis no es un recuerdo sino una realidad que sigue viva todavía hoy. De los testimonios escritos pude captar la autenticidad de una vida vivida como cuerpo, a la búsqueda de la unidad. Las Mariápolis han producido también frutos de amplio alcance… Sobre todo la revista “Ciudad Nueva”, que nació durante la Mariápolis para mantener vinculados a los participantes después de que regresaban a sus casas. Después las Mariápolis “permanentes”, que son ciudadelas internacionales estables de las que Chiara ya hablaba en el ’56. Los caminos de diálogo encaminados con personas de otras iglesias cristianas, ya presentes en Fiera en el ’57, y con otras figuras carismáticas dentro de la Iglesia católica; son vías de comunión que se desarrollaron con el Concilio Vaticano II y con el Magisterio que siguió. Además hicieron visibles las primicias del compromiso del Movimiento en la realidad política y social. En las Mariápolis “permanentes” conviven personas de edades, países, culturas y denominaciones cristianas distintas, que ponen en práctica el Evangelio. En esta Europa fragmentada por los nacionalismos y populismos, ¿Qué mensaje proviene de estas ciudadelas? Es muy significativo lo que el Papa Francisco dijo en la ciudadela de Loppiano hace un año sobre la “mística del nosotros”, que permite caminar juntos a lo largo de la historia. Es una realidad que ya estaba muy viva en las primeras Mariápolis. En el ’59 por ejemplo, a pesar de los ecos de la guerra, italianos y alemanes, y personas de distintas nacionalidades, superando toda barrera, consagraron sus pueblos a María, quisieron hacerlo juntos, como un acto de amor recíproco que expresara la realidad de ser un único pueblo.
Claudia Di Lorenzi
Jul 21, 2019 | Sin categorizar
«A lo largo de todo el Evangelio, Jesús invita a dar –escribía Chiara Lubich en el 2006- dar a los pobres, a quien pide, a quién necesita un préstamo; dar de comer a quien tiene hambre, dar el manto a quien pide la túnica; dar gratuitamente… Él mismo ha sido el primero en dar: la salud a los enfermos, el perdón a los pecadores, la vida a todos nosotros. Al instinto egoísta de acaparar opone la generosidad; a la concentración en las propias necesidades, la atención al otro; a la cultura del tener aquella del dar” . Las nupcias Se casaba una de mis hijas, pero siendo nuestra familia de condiciones muy modestas, era difícil afrontar todos los gastos. Faltaban diez días y yo todavía no tenía un vestido apto para la ceremonia, pero incluso encontrar uno prestado no era fácil por mi talla. Precisamente en esos días llegó a Florencia un conteiner lleno de ropa y accesorios de casa, preparado y enviado por algunas familias italianas para nuestra comunidad. Una amiga se puso a buscar en medio de ese mar de cosas algo para mí. Con grandísima alegría encontró una tela muy bonita y pensó en el modelo de un vestido. El día del matrimonio, a quien me felicitaba por mi elegancia le respondía que la providencia de Dios se había servido de amigos lejanos y cercanos. (M.A. – Paraguay) En diálisis Desde hace tres años me tengo que someter a tres diálisis por semana, en espera de un trasplante. En la clínica donde voy convivo con situaciones difíciles y trato de construir una relación con cada enfermo. Si a alguno le gusta hablar de comida, hablo de comida; si a uno le interesa el deporte, hablamos de deporte. Pero un día estaba especialmente cansada de luchar y abatida. No tenía fuerza para sonreír y ni para saludar. Un enfermero que me conoce bien me dijo: “¿También tú, Araceli?”. La angustia y el desánimo desaparecieron y dejé de pensar en mí misma para pensar en los demás. (Araceli J. – Brasil) Adoptivo Siempre me avergoncé de no saber quiénes eran mis padres biológicos, a pesar de que la familia que me adoptó hizo todo lo posible para llenar mis vacíos. Cuando me enamoré y después me casé con K., mis problemas, que antes parecía que estaban superados, volvieron a flote. Al educar a nuestros hijos, de hecho, éramos lo opuesto. La dejé sin dar explicaciones. Quien ha tenido una familia no puede comprender a quien se siente existencialmente solo. Pero ahora, después de mucho tiempo, el tratar de hacer surgir el amor de un corazón árido me está ayudando a sanar. (T.A.F. – Hungría) El desafío Un día una colega me ofreció una hojita, diciéndome que se trataba de un comentario de una frase del Evangelio que ayudaba a vivirla. Leo: “Amen a sus enemigos”. Lo pensé y al día siguiente me sentí lista para aceptar el desafío. Encontré a mi madre en la cocina a quien hacía dos meses no le hablaba. Me senté a tomar el café con ella. “¿Durmió bien?”, le pregunté. En la tarde mi hermano vino a mi habitación y me pidió prestado un suéter. “¡Abre el armario y elige el que quieras!”, le contesté. Son pequeñas cosas, pero ya me siento distinta. (A.F. – Italia)
Recogido por Chiara Favotti
Jul 18, 2019 | Sin categorizar
La primera Mariápolis Europea promovida por el Movimiento de los Focolares acaba de comenzar en Tonadico, en las montañas Dolomitas, del 14 de julio al 8 de agosto. En el contexto histórico y político de una Europa dividida y en conflictos, el evento pretende testimoniar que el sueño de la fraternidad entre los pueblos no es una utopía. La intuición original de Chiara Lubich, fundadora del Movimiento de los Focolares, a finales de los años 40 y 50 del siglo pasado, se concreta en los diversos campos del conocimiento, como en el corazón de las relaciones entre los individuos y entre los pueblos. Lo hablamos con el p. Fabio Ciardi omi, responsable del centro de estudios interdisciplinarios del Movimiento “Escuela Abbá”: ¿Cuál es el vínculo entre las experiencias místicas que tuvo Chiara Lubich en los años 49 y 50, durante y después de la primera Mariápolis, y el nacimiento de la Escuela Abbá? “La Escuela Abbá nació para profundizar en lo que sucedió en aquellos años. Chiara tuvo la oportunidad de escribir sobre esa experiencia a medida que sucedía, consciente de que había allí una doctrina, unos valores tan profundos y ricos que habrían podido nutrir no solo a la Obra, sino también a la Iglesia. En un momento dado sintió la necesidad de retomar esos documentos y comenzó a llamar a personas de cierto nivel cultural para profundizar en su experiencia y extraer de allí la doctrina inherente a esta”. Entre las disciplinas estudiadas en la Escuela Abbá se encuentran la historia y la ciencia política. ¿Puede la reflexión de la Escuela en estos ámbitos ayudarnos a comprender los motivos fundadores de la Unión Europea? “La experiencia que Chiara tuvo en 1949 le permitió tener una visión desde los alto del designio de Dios para la humanidad y la historia. Allí encontramos valores que son también la base de Europa. La Escuela Abbá quiere resaltarlos y mostrar su relevancia. Hoy, Mariápolis nos ayuda a redescubrir ese diseño, a comprender cuál es el proyecto de Dios para nuestra historia, para nuestra identidad”. En aquellos primeros tiempos, Chiara intuyó de que Europa estaba llamada a estar unida – Igino Giordani, cofundador del Movimiento, deseaba el nacimiento de los Estados Unidos de Europa – y de actuar como una entidad federada de los pueblos en el contexto mundial. Pero hoy estamos lejos de esa visión y Europa está atravesada por nacionalismos y populismos. ¿Cómo encontrar ese impulso y hacerlo “contagioso”? “Me parece que en la experiencia inicial de 1949 están todos los componentes para ampliar el corazón, hacer que crezca el sentido de la fraternidad, la aceptación, el compartir y para promover un camino juntos. Al principio, la reflexión de Chiara se centró en Italia: hablaba de Santa Catalina y San Francisco como patrones de Italia. Pero pronto los horizontes se ampliaron porque personas de otros países europeos y de otros continentes se unieron al Movimiento y ella vio que el carisma de la unidad vibraba en todos y cada uno encontraba allí sus valores más profundos. Chiara veía a toda la humanidad en marcha hacia la unidad. Y me parece que este es el ideal fundamental que puede realizarse también hoy. Necesitamos una reflexión cultural que sepa cómo conjugar el gran proyecto de Dios sobre la humanidad con la situación política, histórica y económica actual”. ¿Qué mensaje puede enviar la experiencia de una Mariápolis europea a los ciudadanos de Europa? “La idea de que la unidad europea no es uniformidad o imposición, sino una riqueza que proviene de una gran diversidad. No solo de los pueblos europeos históricos sino también de los nuevos pueblos que llegan. Europa se hace, está en construcción continúa desde sus orígenes, y debería saber combinar estos dos elementos: promover la fraternidad, el compartir, la comunión, la unidad y, al mismo tiempo, valorizar la gran diversidad cultural, la historia particular de cada pueblo. Creo que las Mariápolis pueden ser el nuevo crisol en el que se aprende a respetarse, a amarse, a vivir juntos”. La Mariápolis, por tanto, como un “laboratorio” de unidad para Europa. Podría objetarse que esta es una perspectiva utópica… “Los lugares de la utopía son lugares imaginarios en los que uno sueña con una realidad que, de hecho, no existe. La Mariápolis, en cambio, es un lugar diferente, no es utópico sino real, y creo que es necesario volver a proponer experiencias de este tipo, significativas, aunque pequeñas, que muestren cómo podría ser el mundo si se vive realmente la ley de la fraternidad, del amor y unidad”.
Claudia Di Lorenzi
Jul 15, 2019 | Sin categorizar
Fue ella misma, Chiara Lubich, quien hace setenta años definió así la experiencia mística con la que Dios le abrió –y a través de ella, al Movimiento naciente– la comprensión plena del carisma de la unidad y de la Obra que habría nacido. Experiencia que desde hace años es objeto de estudio y de profundización por parte de la “Escuela Abba”, el centro cultural de los Focolares, que precisamente durante estos días, está ocupado, junto con otros académicos, en un seminario de estudios sobre el “Paraíso ’49”. Participa también Jesús Morán, Copresidente del Movimiento de los Focolares, a quién le hemos pedido que nos explique la actualidad y las perspectivas. https://vimeo.com/348249423 “Lo que en el Movimiento de los Focolares –y no solo, sino también fuera de él– conocemos como “Paraíso ’49” es una experiencia mística, de alguna manera inédita, única –Dios nunca se repite–; inédita y única en la forma y en el contenido. Todo comenzó con un pacto de unidad entre Chiara Lubich e Igino Giordani: o sea una mujer y un hombre; una joven depositaria de un carisma que viene de Dios y un hombre político y comprometido en lo social; una virgen y una casado: esto ya nos dice muchas cosas. Ciertamente es necesario tener en cuenta el contexto que lo precede: es muy importante. Es decir, antecede esta experiencia una vida profunda de la Palabra –por lo tanto, el logos humano unido al logos divino–; Jesús crucificado y abandonado, que une el Cielo y la tierra y, por lo tanto, llena cada vacío; la comunión eucarística como símbolo de la fraternidad universal, de la comunión universal. Los estudiosos de esta experiencia nos dicen que todo nació de ello, todo nació en este contexto y es lógico que si las cosas se desarrollaron así, haya nacido un movimiento de amplio alcance eclesial y social, con una metodología de diálogo a 360°: diálogo en la Iglesia católica, diálogo ecuménico, diálogo interreligioso, diálogo con la cultura. Un movimiento capaz de dar vida a importantes movimientos sociales como la Economía de Comunión y el Movimiento Político por la Unidad; y también a importantes realidades culturales como la editorial Ciudad Nueva o el Instituto Universitario Sophia. Lo que estamos celebrando hoy es precisamente este evento particular en un contexto maravilloso donde la naturaleza se funde con la cultura; donde lo Divino resplandece en lo humano y lo humano resplandece en lo Divino y en las relaciones sociales. Ciertamente, en un mundo como el que vivimos hoy, fragmentado y marcado por una polarización extrema, creo que esta experiencia sea de una actualidad realmente importante y que pueda dar una contribución significativa al camino que la humanidad está haciendo”.
Foto: © Fabio Bertagnin – CSC Audiovisivi