May 27, 2018 | Sin categorizar
El enfermero Soy albanés. Tras mucha búsqueda de trabajo me habían tomado como enfermero en un hospital de Macedonia. Un día, para ser coherente con mis principios religiosos, rechacé el pedido de asistir durante un aborto, con gran sorpresa de mis compañeros, porque si hacía así corría el riesgo de que me echaran. Siendo bien consciente de que mi familia, que vive de mi sueldo, iba a sentir el efecto, permanecí fiel a mi posición. Después de algunos días, en privado, el director del hospital me transmitió su admiración por ese gesto. Él también pensaba que había que luchar contra la práctica de los abortos, pero no tenía el coraje de arriesgar su trabajo. S. E. – Macedonia El gallinero Queríamos montar una empresa que fuera al encuentro de la necesidad de los pobres. Juntamos un poco de dinero y empezamos a criar gallinas ponedoras. El primer trabajador que contratamos era un joven de veinte años que, como se demostró después, tenía un comportamiento deshonesto. Una vez, de hecho, desapareció una gran cantidad de huevos y él había sido el único que se había ausentado durante el horario de trabajo. Todas las veces que me disponía a despedirlo, sin embargo, me frenaba: “Es fácil despedir a alguien – me decía yo –; ¿no sería mejor ayudarlo?”. Le pedí ayuda a Dios, y traté de darle confianza a ese joven. Hace algunos meses se estaban muriendo muchas gallinas y el veterinario no conseguía entender qué pasaba. Ese joven, observándolas, se dio cuenta de que dependía de una equivocada disposición de los nidos: las gallinas que iban a poner los huevos no quedaban protegidas de los picotazos de las otras. Cambiamos entonces la disposición y desde ese momento ya no hubo más problemas. P. L. – Camerún Turno nocturno Un colega que hace el turno nocturno en el centro electrónico del banco en donde trabajo, después del enésimo inconveniente, me llama por teléfono desesperado para pedirme que vaya en su ayuda. Aunque me cuesta salir de casa y dejar a mi familia, decido ir a darle una mano. Como primera cosa, trato de absorber su enojo, luego, poco a poco se va calmando, y juntos logramos reconstruir todos los datos que se habían perdido. En ese momento, mi tarea había terminado, pero recordando las palabras de Jesús: “Si alguien te pide que lo acompañes una milla, acompáñalo dos”, le propongo que vuelva a su casa y que yo podía cubrir su turno. Él prefiere quedarse y entonces lo acompaño hasta la medianoche. Más allá del cansancio, experimento también una gran alegría. F. S. – Suiza Incomunicación Después de años de matrimonio, con mi esposa habíamos llegado a una situación de grave incomunicación. Cualquier cosa que dijésemos para aclarar nuestras posiciones y las motivaciones de nuestro comportamiento, era como ponerle más combustible al fuego, hasta incluso llegar a echarnos en cara que entre nosotros, en el fondo, nunca había existido una verdadera comunión. Fueron días de infierno que llenaban toda nuestra vida. Nuestros hijos, por más de que vivieran fuera de casa, se daban cuenta, ellos también, del gran malestar que reinaba entre nosotros. Un día, en el que me sentía particularmente con una gran opresión interior, pedí ayuda a Dios. Después de un rato, me encontraba hojeando una revista en el tranvía y me llamó la atención un artículo sobre la importancia de dar confianza al otro. ¡Era exactamente lo que estaba necesitando! Comprendí que más que analizar acciones y palabras, tenía que volver a darle confianza a mi esposa, demostrándole que creía en ella. Hice la prueba y ese cambio de actitud en mí dio sus frutos. Tras días de silencio, mi esposa y yo volvimos a retomar un nuevo diálogo. F. T. – Hungría
May 25, 2018 | Sin categorizar
El Instituto Universitario Sophia inaugurará el próximo mes de junio el primer módulo del curso: “Las transformaciones globales y Europa”. El curso, con un total de 18 horas, conducido por Léonce Bekemans, titular de la Cátedra Jean Monnet Ad Personam “Globalización, Europeización y Desarrollo Humano”, se propone indagar el rol de las ciudades como laboratorios de integración y de los ciudadanos como primeros actores en el proceso de relanzamiento del proyecto europeo. Las clases presentarán el estado del proceso de integración reflexionando sobre conceptos como autonomía, inclusión y ciudadanía europea. Particular atención será puesta en los sistemas de governance y en su dimensión local y regional. El curso se abrirá con una prelusión de Romano Prodi cuyo título será: “Europa hoy. ¿Qué Europa mañana?”. El módulo está dirigido a profesionales, docentes de escuelas primarias y secundarias, estudiosos, administradores y comunicadores. Docentes y dirigentes pedagógicos podrán hacer uso de la Carta del docente (MIUR 170/2016). Están a disposición 15 becas de estudio, para jóvenes hasta los 30 años. Para información e inscripciones: www.sophiauniversity.org, globalstudies@iu-sophia.org.
May 24, 2018 | Sin categorizar
https://vimeo.com/271706391 (2403M) Copyright 2018 © CSC – P.A.F.O.M. – All rights reserved
«Hace dos semanas estábamos con el Papa en Loppiano. Han pasado dos semanas y nos preguntamos: “¿De verdad sucedió esto?”. ¡Sucedió realmente! Y no sólo sucedió sino que nos dejó una tarea para vivirla. Por ello, en este momento me pregunto: “¿Hemos comprendido profundamente lo que ha sucedido?”. Tal vez lo vamos descubriendo poco a poco, conforme vamos profundizando su maravilloso discurso, porque el Papa nos lanzó un desafío, nos dijo que estamos al inicio de nuestra historia, al inicio de Loppiano, al inicio de todo, digamos. Y si estamos al inicio, significa que debemos mirar adelante, que algo hay que hacer para seguir adelante. Pero el Papa nos dijo lo que tenemos que hacer: debemos transformar la sociedad, no sólo debemos contentarnos –dijo cosas fuertes– con favorecer las relaciones entre las personas, entre las familias, entre los grupos, entre los pueblos, sino más bien ponernos juntos para vencer el desafío de esta sociedad que va mal y que tiene necesidad del Evangelio, que tiene una necesidad enorme de semillas de vida evangélica que luego florezcan y la transformen. En esto nos sentimos realmente al inicio y verdaderamente estamos al inicio, pero no podemos detenernos, precisamente porque el Papa al decirnos esto nos retó y nos dijo: “Ustedes pueden hacerlo”. Y también nos indicó cómo, porque nos dijo: “…transmitiendo a los demás esta espiritualidad del ‘nosotros’, esta ‘cultura del nosotros'”, que puede favorecer una alianza global, universal, una nueva civilización, una civilización que nazca de este “nosotros”. Y nos dijo también que tenemos una ayuda y un estímulo potente en el carisma. El carisma es un don de Dios, por ello no tenemos que enorgullecernos de haberlo recibido, sin embargo, con la humildad que él nos recordó, tenemos que ser conscientes de este carisma y hacer todo lo posible para transmitirlo a la sociedad que nos rodea. Éste es un camino largo, arduo, pero el Papa dijo: “Tenemos necesidad de hombres y de mujeres capaces de hacer esto”. Entonces: ¿Queremos responder a la apelación del Papa? Pienso que sí, queremos responder, y nos ponemos con todo nuestro ser a ir descubriendo, allí donde estamos, el modo para transformar la sociedad que nos rodea. Éste es, creo yo, un compromiso que asumimos hoy pero que durará toda la vida».
May 24, 2018 | Sin categorizar
El Instituto Universitario Sophia inaugurará el próximo mes de junio el curso, con un total de 18 horas, conducido por Léonce Bekemans, titular de la Cátedra Jean Monnet Ad Personam “Globalización, Europeización y Desarrollo Humano”, se propone indagar el rol de las ciudades como laboratorios de integración y de los ciudadanos como primeros actores en el proceso de relanzamiento del proyecto europeo. Las clases presentarán el estado del proceso de integración reflexionando sobre conceptos como autonomía, inclusión y ciudadanía europea. Particular atención será puesta en los sistemas de governance y en su dimensión local y regional. El curso se abrirá con una prelusión de Romano Prodi cuyo título será: “Europa hoy. ¿Qué Europa mañana?”. El módulo está dirigido a profesionales, docentes de escuelas primarias y secundarias, estudiosos, administradores y comunicadores. Docentes y dirigentes pedagógicos podrán hacer uso de la Carta del docente (MIUR 170/2016). Están a disposición 15 becas de estudio, para jóvenes hasta los 30 años. Para información e inscripciones: www.sophiauniversity.org, globalstudies@iu-sophia.org.
May 23, 2018 | Focolare Worldwide
En 1956, invitado por Igino Giordani, un colega diputado, Tommaso participó en una de las primeras Mariápolis que se realizaron en Fiera de Primiero (Trento). Estaba casado con Assunta, a quien amaba tiernamente y quien lo hizo padre de cuatro hijos, pero allí, a las Dolomitas llegó solo, sólo para complacer al amigo. De hecho no pensaba que el evento sería tan comprometedor. Fue para él una fulguración. “El encuentro con el carisma de la unidad –cuenta él mismo-, me devolvió el cristianismo, la vida interior y quizás también aquella física, el sentido de la vida. Antes veía al prójimo como un nombre colectivo, una multitud, un grupo, sin que existiera un rostro específico; por lo tanto era nadie. Ahora el prójimo era un hermano o hermana que estaba o pasaba cerca de mí”. Y mientras Tommaso estaba todavía en la montaña, formuló este propósito: “Jesús, quiero ser tuyo, tuyo así como lo entiendes Tú; haz de mí lo que quieras”. Nacido en la provincia de Teramo, el 12 de octubre de 1921 en una familia de artesanos. En la Universidad se graduó con la nota más alta, -se convirtió en un estimado profesor de Sociología de la Universidad de su ciuda. Fue consejero comunal (1946-1964) y provincial (1960-1964), presidente de los Institutos y Hospitales asociados (1953-1972). Su inteligencia y su espíritu de servicio desde donde interpretaba su función pública le permitieron ganarse la confianza y el consenso electoral. Su iniciativa política –estuvo en el Parlamento de 1953 a 1972– se destacaba por su sensibilidad hacia los sectores más débiles, que se acentuó al poner en práctica el Ideal de vida que conoció en en la Mariápolis. Escribe: “Estoy experimentando que se puede ‘vivir a María’ también en el rumoroso mundo de la política”.
En 1985 con Assunta, quien también era una focolarina casada, se trasladó al centro del Movimiento para iniciar el “Centro Igino Giordani”, una tarea que le permitió profundizar y poner en evidencia múltiples matices espirituales y humanos y el modelo de vida del amigo y su modelo de vida, ahora Siervo de Dios. Inspirándose en la Palabra que Chiara Lubich le sugirió como guía de su camino espiritual: “Levántate y camina” (Jn. 5,8), se dedicó al desarrollo del Movimiento Humanidad Nueva, con numerosas iniciativas entre ellas el “Triple Pacto” –moral, programático y participativo- elaborado para favorecer la interacción entre elegidos y electores, y el “Llamamiento a la unidad de los pueblos”, presentado en la ONU en 1987. Escribió muchos libros y ensayos que van desde la Sociología a la Historia del cristianismo, de la Teoría Política a la figura y pensamiento de Igino Giordani.
Repasando las etapas de su larga vida (96 años) resaltan la constante tensión a la santidad, vivida en plena unidad con Assunta –quien lo precedió en la Otra Vida en el 2014- y al final, la vigilante espera “del encuentro total” con Dios quien lo llamó a Sí el 24 de abril pasado. En el funeral, entre los numerosos testimonios, fueron significativas las palabras de su hija Gabriella en nombre de sus hermanos: “Te agradecemos por el amor que nos has donado, por la energía ofrecida a la comunidad civil con competencia, honestidad y pasión. Por el compromiso donado al servicio de la Iglesia y de la humanidad en la Obra de María en vista del mundo unido. Por habernos transmitido un gran ideal y por tu coherencia de vida que te empujó a rechazar los privilegios, los cargos públicos y a preferir el dar que el tener. Gracias por los tantos dones recibidos de ti, de los cuales no siempre fuimos conscientes pero que hoy adquieren un valor y espesor nuevos para nosotros, para nuestros hijos y nietos”. El Movimiento de los Focolares en el mundo se une a la familia para dar gracias a Dios por el ejemplo de esta gran figura de hombre, de brillante político, de sencillo focolarino totalmente entregado a Dios, en la certeza de saberlo acogido por siempre por la inmensidad de Su Amor.
May 22, 2018 | Focolare Worldwide
El 16 de mayo pasado, se desarrolló, en el Centro Mariápolis Arnold del Movimiento de los Focolares en São Leopoldo (en el sur de Brasil), la 18ª edición de “Noite Musical ecuménica”, en ocasión de la Semana de oración por la unidad de los cristianos. Participaron en este festival siete coros de varias confesiones cristianas provenientes de Vale dos Sinos y Porto Alegre. “La Velada musical – explica Marines Silva, responsable del Centro Mariápolis- representa un momento de comunión entre coros de distintas Iglesias cristianas, dentro del ámbito de diálogo ecuménico por el cual trabajamos cada día”. En un clima fraternal y alegre, el evento reunió a casi 400 personas, pertenencientes a la Iglesia Adventista del 7º día, la Evangélica Luterana, la Iglesia Católica, Bautista, al JUAD, a las Misioneras de Cristo Resucitado y a la Comunidad de alabanza y adoración Emanuel. Participó también la “Coral Integración”, escuela de canto para la Tercera Edad. El tema elegido para esta edición fue “La mano de Dios nos une y libera” (Ex. 15, 1-21). En el transcurso de los años, la velada musical ecuménica ha reunido a más de 5 mil personas.
May 22, 2018 | Focolare Worldwide

Foto: Federico Patti
En presencia de autoridades civiles y religiosas de la capital de Sicilia, con expositores del mundo de la cultura y de la información, se desarrolló el Congreso ecuménico “Juntos en la Caridad, desde el Diálogo a la Cooperación”. Los protagonistas fueron varios Pastores y responsables de distintas Iglesias históricas y de otras iglesias de reciente fundación, junto con María Voce y Jesús Morán (presidente y copresidente de los Focolares). He aquí algunos fragmentos de la intervención de María Voce: “Este Congreso bajo el lema “Juntos en la caridad, del Diálogo a la Cooperación”, es singular y nuevo en su género: aunque no se centra de manera explícita en el diálogo ecuménico, quiere crear las condiciones para ello trabajando juntos como Iglesias a partir de las relaciones personales construidas a lo largo del tiempo entre los miembros de las mismas. El Congreso pretende ser, así, una plataforma desde donde relanzar y valorizar esta reciprocidad, un espacio de reflexión y de estímulo para trabajar juntos por el bien de la humanidad. Veo en este especial compromiso de nuestras Iglesias, una respuesta concreta a uno de los imperativos de la declaración de la Comisión internacional luterano-católica, Del conflicto a la comunión (de 2013), confirmado sucesivamente por católicos y luteranos en Lund, el 31 de octubre de 2016. 
Foto: Federico Patti
Es una llamada a “dar testimonio juntos de la misericordia de Dios en el anuncio del Evangelio y en el servicio al mundo”. El punto de partida tiene que ser, pues, el de la unidad y de la comunión, para testimoniar juntos la fe en Cristo y prestar un servicio útil a toda la humanidad. ¡El mundo espera este testimonio nuestro! […] ¿qué puede ofrecer la espiritualidad el Movimiento de los Focolares, llamada también “espiritualidad de la unidad” o “de comunión, para la realización de este objetivo? Dios utilizó con Chiara Lubich, fundadora de nuestro Movimiento, y con sus primeras compañeras desde 1943, una especie de pedagogía divina, enseñándoles paso a paso como realizar la unidad. Ante el desmoronamiento de todos los ideales, incluso de los más sublimes, las llevó a descubrir que el único que no pasa es Dios y Él es Amor. Para responder a su Amor, ellas quisieron vivir al pie de la letra las palabras de Jesús y Él mismo les enseñó que todos los hombres son hijos de un único Padre y, por consiguiente, son todos hermanos unos de otros. Al identificarse con cada criatura, Jesús les explica que hay que amar a cada prójimo, sin distinción, con hechos. Pero si las dificultades, los obstáculos, los dolores no faltan en el camino, Jesús le desveló a Chiara el secreto para transformar cada dolor en una nueva vida. Si nos unimos a Él, cuando crucificado y abandonado tomó sobre sí todos los males y divisiones de la humanidad para redimirla, experimentaremos que en nosotros renace la fuerza y la luz para recomenzar a amar siempre. Además, si este amor lo viven dos o más, se hace recíproco, actuando así el “ámense unos a otros como yo les he amado” (Cf. Jn 15, 12). Sucede entonces que Jesús se siente atraído por este amor y viene a establecerse en medio de esos “dos o tres reunidos en su nombre” (Cf. Mt 18, 20). Es así. Es Jesús mismo presente en medio de nosotros el que puede hacer de todos “una sola familia cristiana, una familia que nadie podrá separar, porque es Cristo quien los une a todos” Esta presencia suya entre cristianos de Iglesias diferentes ha abierto desde hace años un nuevo tipo de diálogo: el diálogo de la vida, el diálogo del pueblo, que incluye a todo el pueblo de Dios, laicos y responsables de las Iglesias, actuando como levadura en el gran Movimiento ecuménico para despertar y hacer crecer en los cristianos el deseo de la unidad. […] Si el mundo encuentra a Jesús presente entre nosotros por el amor recíproco, la fe renacerá en muchos, cambiará el modo de pensar y de comportarse, la búsqueda de la paz y de soluciones de justicia vencerá y florecerá el compromiso la solidaridad entre los pueblos. […] Mi deseo es que juntos podamos seguir caminando con Jesús entre nosotros “para que el mundo crea”. Lee la intervención completa
May 21, 2018 | Sin categorizar
«Fui a Budapest por sugerencia de mi tía. Nuevamente confié en ella, una persona especial, abierta y bien dispuesta, que siempre estuvo cerca de mí en esos años difíciles. Todo empezó en el primer año del liceo. La escuela era difícil, había entrado en una nueva fase, con los primeros problemas de la adolescencia, los amigos que tomaban otros caminos, incomprensiones en la familia, una transformación que quizás ocurrió demasiado de prisa. Había conocido a un chico, era mi único amigo verdadero. Sentí que en mi interior crecía un abismo de angustia. Siempre estaba sola, con excepción de algunos momentos en los que alguno, sin hacer preguntas, acogía mis silencios y compartía algo de ese dolor. Al concluir la escuela las amistades disminuyeron y aumentaron los conflictos en la familia. Yo adelgazaba. Tenía un problema emocional y con la alimentación que trataba de esconderle a todos, y que con el tiempo se estaba convirtiendo en una auténtica patología. Me estaba quitando la alegría de vivir, los colores, el amor, la luz. Estaba encerrada en mí misma y permanecía en una soledad que me había impuesto a mí misma. Fue en ese momento que mi tía, de la comunidad de los Focolares, me propuso que fuéramos juntas a Loppiano, la ciudadela de ellos en Toscana. Pensé: “Tres días quién sabe dónde, sin estudiar, sin escuela, lejos de mi realidad, tan cerrada. Tres días en los que sólo tengo que pensar en cómo esconder la comida. ¡Intentémoslo!”.
Fue casi una caricia después de meses de aridez. Por doquier había personas que me acogían y abrazaban con respeto y delicadeza. Una de ellas, después de escucharme, me habló de Chiara Lubich. Me di cuenta de que me había olvidado de mí misma, de mis problemas, y sobre todo del tema de la comida. ¡Era libre! Durante el viaje de regreso, pensé en que me gustaría vivir siempre así, como en una gran familia. Pero volver a la cotidianidad no fue para nada fácil, me di cuenta de que estaba queriendo recaer. Y así sucedió. Con la cabeza siempre metida en los libros, y la mente lista para hacer programas y cálculos y engaños para que todos cayeran. Mi peso disminuía, mi familia no me reconocía. Pero había alguien que estaba rezando por mí, lo sabía. Empecé a ir a la misa los domingos, en parte con la excusa de salir a caminar, en parte para alejarme de casa. Siempre había sido creyente, pero sólo entonces empecé a creer que Jesús me podía comprender y acoger sin prejuicios. Durante el segundo y tercer año del colegio la situación empeoró todavía más. Cada vez era más intolerante con mis padres y con los demás. La terapia psicológica que había empezado no estaba dando el resultado esperado. Hábilmente lograba tejer muchos engaños que me llevaban cada vez más fuera del camino. El único período de distracción era el verano, lejos de la casa, con los amigos. Pero el verano era breve, y no podía estar bien sólo un mes al año. Al final de ese verano mi tía me hizo una nueva propuesta: Budapest, el Genfest 2012. Acepté, y partí con otros cinco chicos, entre los cuales estaba una compañera de clase. Para mí fue una emoción continua; miles de chicos daban voz a una sola alma. Un auténtico puente, no sólo entre naciones y culturas, sino también entre mí misma y la nueva vida que me esperaba. Tenía delante una mar de chicos, doce mil, dispuestos a compartir conmigo el inicio de una nueva vida. El “flashmob” con los pañuelos, en los que habíamos escrito mensajes, el intercambio con tantos chicos de otros países, en las filas para buscar la comida, la marcha de la fraternidad; me sentía parte de una unidad. Habría podido ir dondequiera y dondequiera me habría sentido en casa. Una vez que regresamos, con mi compañera de clase, nos pusimos en contacto con la comunidad de los Focolares en nuestra ciudad. El camino que quería recorrer era el de Jesús. No todo era fácil. Mi problema con la comida tenía raíces profundas, y las preocupaciones de mi familia no se habían terminado. Pero sentía que era portadora de una nueva luz. Viviendo una a una las palabras del Evangelio, poco a poco retomé las riendas de mi vida. Al donarme a los demás con todo mi ser descubrí que Dios me ama inmensamente y tiene un gran proyecto para mí».
May 20, 2018 | Focolare Worldwide
Nace un sueño, como las otras ciudadelas de los Focolares esparcidas por el mundo. En los años de la década de 1950, en Suiza, tras haber contemplado desde lo alto de una colina la maravillosa abadía benedictina de Einsiedeln, Chiara Lubich tuvo la idea de que un día la espiritualidad de la unidad también expresaría algo similar: «Una pequeña ciudad, con todos los elementos de una ciudad moderna, casas, iglesias, escuelas, negocios, empresas y servicios. Una convivencia de personas de distintas condiciones, unidas por el mandamiento de Jesús: “Amaos los unos a los otros como yo os he amado». Esas palabras se convirtieron en una realidad primero en Loppiano, Italia, luego en otras 24 pequeñas ciudades, las “ciudadelas” justamente. Entre éstas la “Mariápolis Lía”, en el medio de la “pampa” argentina. Carlos Becaría, uruguayo, actualmente uno de los responsables de la ciudadela, formaba parte del grupo de pioneros. «No había nada aún. Pero había, sí, una inspiración profética. Vittorio Sabbione, uno de los primeros focolarinos, nos dijo: “Estáis aquí porque habéis elegido a Dios. No faltarán las dificultades, entonces tendréis que pensar en Jesús en la cruz. No os ofrezco nada ya hecho, debéis construir todo vosotros”. Y nos quedamos, porque en esa utopía creíamos».
La “Mariápolis Lía”, en la localidad de O’Higgins (Provincia de Buenos Aires), lleva el nombre de Lía Brunet (25 de diciembre de 1917 – 5 de febrero de 2005), una de las compañeras de la primera hora de Chiara Lubich, invitada por ella misma a llevar “en primera persona” el carisma de la unidad a Latinoamérica. Originaria de la ciudad de Trento, como la fundadora de los Focolares, fue definida una “revolucionaria” por la pasión con la que vivió el Evangelio en un continente marcado por fuertes problemas sociales. Ciertamente no imaginaba, mientras daba un fuerte impulso al nacimiento y desarrollo de la ciudadela de O’Higgins, que un día ésta llevaría su nombre. “Lía”, como Loppiano en Italia, recientemente visitada por el Papa, y como las demás ciudadelas del mundo, quiere ser el signo tangible de un sueño que se está realizando, el de una humanidad más fraterna, renovada por el Evangelio.
Hoy alberga a alrededor de 220 habitantes estables, pero recibe cada año cientos de visitantes, especialmente jóvenes, por períodos más o menos largos de formación. Dentro de sus fronteras surge el polo industrial “Solidaridad”, inspirado en el proyecto de la Economía de Comunión. Más de 250 personas han participado a fines del mes de abril de los festejos, que proseguirán durante el año, por el 50° Aniversario de la fundación de la “Mariápolis”, en presencia de autoridades eclesiásticas, representantes de distintos movimientos, iglesias cristianas, fieles judíos y personas de convicciones no religiosas. «Llegamos de noche – recuerda Marta Yofre, una de las primeras chicas que “aterrizaban” adonde estaba surgiendo la ciudadela – .Tuve una sensación de impotencia, pero al mismo tiempo una certeza: María la construiría». Nieves Tapia, fundadora del Centro Latinoamericano de aprendizaje y servicio solidario, estuvo allí viviendo en los años ’80, en la escuela de formación para jóvenes: «Aquí aprendí a amar a mi patria como a la de los demás y a ampliar mi corazón a toda América Latina». Adrián Burset, músico y productor artístico, creció en la Mariópolis Lía. «Sin ser consciente de ello, recibí el regalo de vivir como si fuera normal algo que, en cambio, es revolucionario: el amor al prójimo». Para Arturo Clariá, psicólogo, máster Unesco en Cultura de la Paz, lo que vivió en la ciudadela hace veinte años es «una marca que jamás podré borrar, la demostración de que el amor trasciende la vida».
El obispo de Mercedes–Luján, Mons. Agustín Radrizzani: «Conmueve constatar el significado que ha tenido para nuestra país y para el mundo. Nos une la paz universal y el amor fraterno, iluminado por la gracia de este ideal». Mientras Eduardo Leibobich, de la Organización Judía para el diálogo interconfesional, recuerda las numerosas “Jornadas de la paz” realizadas en la Mariápolis, el pastor metodista Fernando Suárez, del Movimiento ecuménico de los Derechos Humanos, subraya que «la tradición metodista siempre ha trabajado por la unidad, tratando de realizar el mensaje de Chiara». Por último, Horacio Núñez, de la Comisión internacional del Diálogo entre personas de convicciones no religiosas: «Invito a unir las fuerzas, es demasiado bello el ideal de una humanidad libre e igual, hermanada por el respeto y por el amor recíproco». Gustavo Clariá
May 19, 2018 | Sin categorizar
La fiesta cristiana de la efusión del Espíritu Santo sobre María y los discípulos de Jesús se celebra en “Pentecostés”, o sea 50 días después de la Pascua. Se lee en los Hechos de los Apóstoles: «Al llegar el día de Pentecostés estaban todos reunidos en un mismo lugar. De repente vino del cielo un ruido como el de una ráfaga de viento impeuoso, que llenó toda la casa en la que se encontraban (…) y ellos quedaron todos llenos del Espíritu Santo» (Hechos 2,1-4). Escribe Chiara Lubich, refiriéndose al carisma de la unidad: «El Espíritu Santo es el don que Jesús nos hizo para que fuésemos uno como el Padre y él. Sin duda el Espíritu Santo estaba en nosotros antes también, porque somos cristianos; pero con este carisma hubo una nueva iluminación, una nueva manifestación suya dentro de nosotros, que nos hace partícipes y actores de un nuevo Pentecostés, junto con todos los movimientos eclesiales, que dan un nuevo rostro a la Iglesia».