
Burundi, el perdón que detiene el odio

Foto: stocksnap.io
A.M.N.
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A.M.N.
Cuando se eligió Ecuador como sede central de la Semana Mundo Unido 2016 (SMU), nadie imaginaba que el 16 de abril el país suramericano sufriría uno de los más graves terremotos de los últimos años: 660 muertos, 4600 heridos, 22mil personas sin techo. «Fueron momentos realmente terribles – recuerda Herminia, una ‘joven por un Mundo Unido’ ecuatoriana –. Actualmente, son miles las familias que no tienen casa, la solidaridad mundial nos ha conmovido y ¡no ha dejado que nos sintiéramos solos!». En este contexto de la emergencia humanitaria, las acciones de la Semana Mundo Unido han tomado un nuevo rumbo: «Pensábamos cancelar el Festival por la Paz (previsto para sábado 7 de mayo), pero juntos entendimos que es necesario seguir adelante, ser fuentes de luz, respuesta a quienes viven sumidos en el dolor. Muchos se sienten frustrados por no poder hacer nada; les damos la posibilidad de ayudar», escriben los jóvenes de los Focolares, quienes decidieron redoblar la apuesta: «Habíamos elegido evidenciar la fraternidad, y es precisamente lo que nuestro pueblo está testimoniando. Quisiéramos hacer de manera que éste sea el estilo de vida no sólo en las emergencias, sino siempre». El Festival por la Paz del 7 de mayo en Quito tiene como título “La solidaridad es un camino hacia la paz”. Habrá espacio para compartir experiencias, expresiones artísticas, y también una recolección de fondos para la reconstrucción. «Queremos transmitir a nuestra gente un mensaje: hay una vida sola y tenemos que gastarla bien». En la página Facebook de los Jóvenes por un Mundo Unido de Ecuador es posible publicar un video saludo que testimonie la fraternidad y sea motivo de esperanza. El evento ya se está desarrollando, con la presencia de unos 300 jóvenes procedentes de Suramérica y 60 de otras naciones: de Italia a Corea, de Burundi a Filipinas. La experiencia que están haciendo no es la de una gira turística,, sino la de un viaje en la “relación” consigo mismos, con los demás, con la naturaleza, con lo trascendente. Una ocasión para conocer desde adentro las numerosas culturas que conforman hoy el Ecuador. Una zambullida en la historia precolombina de Quito y de las comunidades andinas, preparó a los jóvenes presentes para empezar la escuela itinerante, con la ayuda del pueblo Kitukara (hijos del sol recto), una de las comunidades indígenas más antiguas de Ecuador, reconocida oficialmente en 2003, conformado actualmente por 9.000 familias. «El corazón pulsante de nuestra tradición es el respeto a la Madre Tierra», explica Sami, también es fuerte el sentido de comunidad: «Cuando llega alguien, lo recibimos como si fuera parte de nuestra familia desde siempre. Porque acogiendo a los demás, nos acogemos a nosotros mismos». Del 1° al 6 de mayo han recorrido 1200 kilómetros, en dos rutas del viaje. En cada etapa se descubre una riqueza, una característica, un talento especial. De la Sierra a la Costa: en Esmeraldas, con la comunidad ancestral de los Chachis, el origen de la música y de la danza del pueblo Afroesmeraldeño; en Otavalo, con las comunidades de Agato y Gualapuro, conocerán el arte del dar según su antigua filosofía de vida.
De la Sierra al Oriente, hasta llegar a la Amazonía. En Puyo, primera etapa de esta ruta, la comunidad indígena de los Shiwacocha, esperó a los jóvenes por varias horas, recibiéndolos con danzas, cantos, y… dando a cada uno un nombre Kichwa. Ha sido un momento de encuentro entre culturas. A partir de ese momento la comunidad celebra cada vez que se pronuncia solemnemente el nuevo nombre. Se aprende el gran sentido de responsabilidad ante lo creado, la atención a los espacios para escuchar al otro. La ruta proseguirá con la etapa en Tungurahua, donde líderes juveniles de Kisapincha mostrarán el valor del trabajo en equipo de las “MINGAS” y enseñarán a comunicar con la naturaleza, y luego Bolívar, donde en Salinas de Guardanda, los jóvenes serán testigos del fruto del trabajo y de la cooperación entre varios grupos con miras a un modelo económico de desarrollo más respetuoso de la naturaleza y de los productores. Seis días de un verdadero intercambio de dones entre culturas. La experiencia vivida se compartirá en el Festival por la Paz, el 7 de mayo, como testimonio de la riqueza de la vida en armonía entre las distintas culturas.
«Un hombre de gran estatura moral y de una cultura excepcional: ¡fue un privilegio haberlo conocido!» Son innumerables los ecos que llegan de todas partes del mundo al enterarse de su fallecimiento, personas que, llenas de gratitud, testimonian que cada encuentro con Azir fue un “momento de Dios”. Originario de Kosovo, profesor, casado y padre de tres hijos, Azir Selmani (9.5.1947-17.4.2016) es el primer musulmán que en Skopje (en Macedonia, lugar a donde tuvo que trasladarse por motivos políticos) conoce a los Focolares. «En 1990 – cuenta él mismo – daba clases en un grupo donde todos eran musulmanes, había solamente un católico y yo sentí la necesidad de protegerlo. Como signo de gratitud sus padres me invitaron a la Mariápolis en Eslovenia. Cuando estaba con ellos me preguntaba: pero ¿quiénes son estas personas? Probé abrir mi corazón y el amor lentamente me transformó. El último día me llené de coraje y frente a una sala de 300 personas admití que gracias a ellos había encontrado el amor, ¡el Dios Uno, el Omnipotente! A la luz de Dios vi mi pasado lleno de fracasos. Me disgustaba yo mismo por haber explicado a todas las generaciones de alumnos que había tenido que en el mundo la fuerza más grande era la fuerza atómica, mientras que ahora estaba convencido de que la fuerza más grande es la del amor. Poco a poco delante mío se fue abriendo una vida nueva, comencé a leer el Corán y a conocer a Dios. Traté de transmitir mi descubrimiento a los colegas y amigos y pronto éramos una veintena los musulmanes que queríamos vivir la espiritualidad del Movimiento». Azir abre su casa para que en ella se realicen encuentros. Está siempre dispuesto para dialogar y dar su testimonio, y se ofrece para traducir los textos de Chiara Lubich a los amigos albaneses. Impresionadas por el testimonio de Azir y de Behije su esposa, parejas con dificultades de relación se dirigen a ellos que con sabiduría y delicadeza los acompañan hacia la reconciliación. Azir y Behije participan en varios encuentros interreligiosos del Movimiento, en su país y también a nivel internacional, durante los cuales Azir establece relaciones de unidad y amistad con personas de todo el mundo. En Roma tiene modo de conocer personalmente a Chiara a quien inmediatamente le comunica sus sentimientos más profundos. Le escribe a Chiara hermosas cartas que comienzan siempre con: «Queridísima mamá, te escribo con alegría y libertad… no puedo agradecerte lo suficiente…». En una de estas cartas le confiesa: «Durante el último Ramadán leía atentamente el Corán y el Evangelio. Estoy cada vez más convencido de que el islam y el cristianismo esconden un tesoro común que se puede descubrir con la buena voluntad y el amor». En 2007 adhiere enseguida a la invitación de Chiara de estrechar con ella y entre los musulmanes del Movimiento, el pacto del amor recíproco «de forma de poder experimentar – augura Chiara – Dios que se hace presente entre nosotros. Y Él nos guiará por el camino de la unidad». Viendo los efectos de este diálogo lleno de coraje y rico de comunión que se practica en el Movimiento, Azir testimonia: «Puedo decir que el sueño de Chiara se está realizando». Él no se conforma nunca con la mediocridad y la diversidad no le da miedo. Al contrario, quiere enfrentarla, convencido de encontrar en todos lados la semilla de la Verdad. Cuando hubo un simposio interreligioso en Roma, en el 2014, Azir logra saludar personalmente al papa Francisco: «¡Se cumplió el sueño de mi vida!», comentó feliz. En los últimos seis meses Azir lucha con la enfermedad, pero nunca deja de vivir por la unidad. Y, de acuerdo con su exquisita sensibilidad por el otro, nunca niega una visita que cada vez se convierte en un momento sagrado. Sus palabras sobre la Libertad, sobre lo Esencial, sobre la Eternidad, sobre la Verdad – valores que siempre persiguió auténticamente – permanecen indelebles en los corazones de sus interlocutores. Este “maestro del diálogo”, de mirada profunda y amplios horizontes, con su alma rica de poesía, nos deja muchas cartas, escritos, poesías sobre la misericordia, sobre María de Nazareth en el islam y sobre puntos de encuentro con el cristianismo.
«Debemos seguir adelante, ser fuentes de luz, respuesta a los que viven en el dolor. Muchos se sienten frustrados por no poder hacer nada. Les damos la oportunidad de ayudar». Estas palabras de una joven ecuatoriana, en el contexto de la emergencia humanitaria en el país después del terremoto del pasado 16 de abril, indican la nueva ruta de las acciones de la Semana Mundo Unido 2016, que precisamente en Ecuador ve su punto central. En el camino plurianual de la Semana Mundo Unido, nacida de los jóvenes de los Focolares después del Genfest de 1995 y que involucra a todo el Movimiento, la edición del 2016, durante mucho tiempo en preparación centrado en Ecuador y en la interculturalidad, tan inherente en los países andinos. El objetivo de la iniciativa: dar voz a la cultura de la fraternidad presente en el mundo, capaz de activar lo mejor de cada uno. «Haremos un Festival por la Paz el 7 de mayo en Quito, para expresar la interculturalidad, con el título “La solidaridad es un camino por la paz”. Participa y da esperanza: es lo que más necesitamos ahora y lo que cada uno seguramente puede dar». Con esta convocatoria los jóvenes de Ecuador ofrecen una respuesta mundial a los que quieran adherirse, participando en la actual recaudación de fondos, así como publicando en la página de Facebook un video saludo que testimonie la fraternidad y sea motivo de esperanza (fb.com/JMUEcuador). El Festival por la Paz es sólo una de las muchas acciones implementadas desde el mismo día del terremoto, cuando inmediatamente pusieron al servicio de la difusión de información oficial de emergencia sus redes sociales. Los chicos, en muchas partes del mundo, llevarán a cabo otra acción de la Semana Mundo Unido: el Run4unity, en todas las latitudes, de 11:00 a 12:00. Realizarán una carrera a pie, en bicicleta, roller, canoa. En la conclusión un time-out, un minuto de silencio o de oración por la paz. Recorrerán algunos lugares símbolos: Mexicali, en México, ciudad fronteriza con Estados Unidos, el Run4unity se llevará a cabo a lo largo del muro que divide los dos países, como muestra de unidad y paz; en Bari, Italia, se realizará en el Instituto penal de menores Fornelli; en Sopron, Hungría, una ciudad en la frontera con Austria, Run4unity participa en la carrera que cruza la frontera, con la participación de jóvenes de un campamento de refugiados en Austria (http://www.run4unity.net/2016/es/). También hace parte de la Semana Mundo Unido el proyecto Living Peace, promovido por El Rowad American College del Cairo y por la ONG de los Focolares New Humanity: red de escuelas secundarias de 103 países con más de 50 mil chicos, que promueve en diferentes ambientes de aprendizaje el compromiso de vivir para la paz (http://living-peace.blogspot.it/p/espanol.html).
La jornada del 1° de mayo engloba diversas citas ya tradicionales para los jóvenes en Loppiano, Italia y en Abrigada, Portugal. «Muchas personas en un único planeta, somos hermanos. Vivir y trabajar para que la fraternidad se vuelva concreta en política, economía, en lo social y cultural. Para llegar a un mundo mejor en el que somos familia porque somos seres humanos», es la idea que anima la preparación del programa de Loppiano. En Abrigada, la jornada se centra en la idea de la paz como punto focal, que permite ver la realidad en “alta definición”. El ámbito de la Semana Mundo Unido es el mundo y las iniciativas locales se viven con este horizonte. Desde el concierto por la paz en Medan, Indonesia, a las visitas a una casa de ancianos en Nueva Zelanda en medio del debate sobre la legalización de la eutanasia. Desde el Festival Amani de Goma, en la República Democrática del Congo, al taller ecuménico querido por jóvenes y sacerdotes de las Iglesias católica, rusaortodoxa, armenia, luterana y evangélica «para ir más allá de prejuicios». Significativo el saludo video enviado por los chicos de Alepo, Siria, a sus pares de Argentina (fb.com/focolaresconosur). Se pueden seguir muchas de las iniciativas a través de http://www.unitedworldproject.org/en/ y fb.com/uwpofficial. También se puede participar a través de las redes sociales publicando post, fotos y vídeos con el hashtag #4peace, para dar voz a todas las iniciativas, grandes y pequeñas, que cada día «construyen puentes de fraternidad entre las personas». Fuente: Comunicado de prensa SIF Foto galleria: https://flic.kr/ps/2NHsu5 https://vimeo.com/164901348 https://vimeo.com/164386643
Melbourne, Australia – Latitud: 37°52’S Longitud: 145°08’E En el 2005, Tom, un señor alto y, según sus amigos, simpático, se vio obligado a mudarse, con su familia, a un barrio de Melbourne recién edificado, donde escaseaban las estructuras y los programas recreacionales. Podía decidir irse, en cambio buscó la manera de hacer algo por su comunidad, para que la gente del barrio tuviera la oportunidad de reunirse, compartir, encontrarse. «No hay nada mejor que el deporte para congregar a las personas y a las distintas generaciones. En ese nuevo barrio – cuenta – había un parque vacío. Empecé entonces a divulgar la idea que se me había ocurrido: crear un espacio donde se pudiera jugar fútbol. No sabía quién hubiera aceptado mi propuesta y corría seriamente el riesgo de quedarme solo. En cambio me di cuenta que eran muchas las familias que tenían el mismo deseo y entusiasmo. Así muy pronto, los participantes fueron tan numerosos que pudimos conformar un equipo y luego, ¡incluso un soccer club! Ahora somos 38 equipos con más de 400 niños y 40 ancianos. Cada semana nos encontramos para jugar. El parque fue restructurado y ahora hay varias canchas con su propia iluminación. Pero esto no es todo, porque se añadieron también los vestuarios, una cocina y un comedor. En fin, se volvió realmente un punto de agregación». Fuente: uniitedworldproject
«Al ser humano le fue impuesto el trabajo como castigo; pero también como redención. Mientras tiene la finalidad inmediata de la obtención del pan de cada día, concurre también a la finalidad última de la consecución del Reino eterno. Concierne entonces tanto a la economía, como a la teología; de hecho, el ser humano es hijo de Dios, destinado a Dios, también cuando trabaja. Si el problema se redujera a pura economía, el trabajador se convertiría en pura máquina; su dignidad de persona se reduciría a la de un utensilio. Hoy en día se habla mucho de la dignidad del trabajo, hasta el punto que se ha vuelto un tópico. Pero no está asegurado que la mentalidad esclavista se haya extinguido, ni que falten empresarios, de pronto bautizados, a los cuales les parece que, porque pagan un sueldo, tienen el derecho a humillar a quienes viven de ese sueldo, tratándolos con desprecio y desconfianza, así sea un trabajador intelectual o bien una empleada doméstica casi analfabeta. Pero el trabajo no sirve sólo para conseguir una retribución en dinero. El trabajo realizado con un deseo de redención moral, de participación con los sufrimientos de Cristo, se convierte en producción de santidad, entra en la economía de las cosas eternas, de lo que deriva una dignidad que transforma a los constructores de maquinarias, a los agricultores, a los estudiantes, a los profesionales, a los empleados y a las amas de casa, en constructores del Cristo integral. «Cada buen obrero – escribió San Ambrosio – es una mano de Cristo». Es decir, Cristo trabaja en la sociedad con las manos de sus obreros. En otras palabras, quien obra bien edifica en la tierra una construcción celestial, es el artífice humano de una arquitectura divina. Y esto eleva a una dignidad inmensa a quien hace y a lo que hace, si lo hace en el espíritu y bajo la ley de Cristo. Así se ve que lo divino obra en la sociedad por medio del ser humano, asociado a participar del prodigio vivo de la Encarnación, la cual, si fue el milagro de la humanización del hijo de Dios, trae consigo también el milagro de cada día de una divinización de todos los hijos del hombre y por lo tanto, hijos de Dios. Un movimiento que va desde la tierra al encuentro de Cristo que viene del cielo. De tal manera que la vida en los caminos atormentados del planeta es, sí, totalmente humana, pero también, si se vive en el espíritu de la Redención, está plenamente injertada en lo divino, es totalmente divina. Esta dignidad no se limita sólo a las obras del espíritu, sino que abarca a toda la persona humana, cuerpo y espíritu, en todo lo que hace. El oficio, la profesión, la oficina…. estas cosas melancólicas y a veces trágicas y a menudo aburridas, se transfiguran, de golpe, en Valores insospechados, en elementos de nuestro destino. Se convierten en medios de nuestra redención. El trabajo era nuestro castigo; y, por la humanidad de Cristo, se vuelve nuestro rescate. Es nuestra contribución a la Redención. Se escala el cielo con los materiales de la tierra. Nada se pierde, ni una jornada mal pagada, ni una palabra dicha, ni un vaso de agua ofrecido por Cristo. Con estas simples cosas, la mayoría edifica el Reino de Dios. Porque la mayoría no se va de misión, ni se encierra en los yermos, ni escribe tratados de teología, sino que todos trabajan, todos sirven. Ahora bien, sirviendo a los demás, si se actúa en el espíritu de Cristo, se sirve a Dios, Quien no se nos presenta todavía en su luz, ya que encandilaría nuestra vista, sino a través de esa imagen suya, que son los seres humanos, su representación y hechura». Igino Giordani, La società cristiana, Città Nuova, Roma (1942) 2010, pp. 72-82
EdU (EducaciónUnidad), equipo interdisciplinar e internacional de estudio del área pedagógica y educativa, se encontró en España (Centro Mariápolis Luminosa, Madrid) en un seminario que tuvo la inclusión educativa como tema central. Educadores de Brasil, Croacia, Italia, Kenia, Burundi, Eslovenia, Corea, Polonia, Portugal y, por supuesto, España. Y se ha contado con contribuciones a través de internet desde Argentina, Méjico, España y Estados Unidos, han profundizado tres grandes temáticas: las relaciones, la comunidad y arte y deporte. La sala del Seminario se amplió al mundo entero gracias a la transmisión en directo por internet, permitiendo participar desde otros lugares de España o hasta desde Benín, con aportes de Argentina, México y EEUU. Muy interesantes y estimulantes las aportaciones teóricas, que servían de marco a las experiencias llevadas a cabo en los lugares más variados: viviendo el dado del arte de amar en Burundi, las relaciones creadas en la Escuela Rayo de Sol (Croacia), la Asociación Autismo Sevilla… o la implicación de la educación en la comunidad y de la comunidad en la educación, como en Argentina, donde se crea una escuela en una comunidad originaria con el objetico de educar a los niños sin recursos; al final, es la escuela la que rescata las tradiciones del lugar que estaban desapareciendo, a través de talleres de orfebrería, telares o instrumentos musicales.
La diversidad de experiencias mostradas ha sido uno de los puntos fuertes de un seminario pensado como laboratorio, ya que –según una participante en el mismo- “te dan la sensación de que no estás sólo en el mundo, luchando; sino que hay muchas personas que están junto a ti trabajando por lo mismo”. Se ha creado, de hecho, una red aún más amplia y estrecha entre todos los participantes, con la certeza de que “el verdadero trabajo, empieza ahora”, como decían muchos. También ha habido ocasión de conocer proyectos internacionales como Living Peace, Scholas Ocurrentes y Sportmeet. Y en el aspecto de la contribución del arte a la educación, la fotógrafa y educadora Concha Casajús mostró parte de sus trabajos, un diaporama denuncia a partir de fotografías realizadas a víctimas de abusos sexuales en Congo. Al concluir el Seminario, los participantes estaban aún más convencidos de que la inclusión es un estilo de vida, una necesidad en un mundo tan complejo y variado como el actual; y, más concretamente, la educación inclusiva es una prioridad en todos los ámbitos. El Seminario estuvo precedido por un Simposio que se desarrolló el 22 de abril en la Universidad Complutense de Madrid. También dedicado a la inclusión educativa, contó para su apertura con la presencia del Rector de la Universidad Nacional de Educación a distancia, Alejandro Tiana, quien se mostró como un apasionado de la inclusión. Kishore Singh, Relator Especial de Naciones Unidas sobre el Derecho a la Educación, ha enviado un mensaje de agradecimiento a la organización del Simposio. La próxima cita de EdU será en Polonia el 3 y 4 de junio, durante la Conferencia Interdisciplinar Internacional en ocasión del 20º aniversario de la entrega del doctorado h. c. a Chiara Lubich en Ciencias Sociales por parte de la Universidad Católica de Lublin “Juan Pablo II”.
Micheline Mwendike
Siempre ha sido este el deseo de Dios: poner su morada entre nosotros, su pueblo. Ya las primeras páginas de la Biblia nos lo muestran descendiendo del cielo, paseando por el jardín y conversando con Adán y Eva. ¿No nos creó para esto? ¿Qué desea el que ama sino estar con la persona amada? El libro del Apocalipsis, que escruta el proyecto de Dios sobre la historia, nos da la certeza de que el deseo de Dios se realizará en plenitud. Él ya comenzó a poner su morada en medio de nosotros cuando vino Jesús, el Emmanuel, el «Dios-con-nosotros». Y ahora que Jesús ha resucitado, su presencia ya no está limitada a un lugar ni a un tiempo: se ha extendido al mundo entero. Con Jesús comenzó la construcción de una nueva comunidad humana muy original, un pueblo compuesto por muchos pueblos. Dios no solo quiere habitar en mi alma, en mi familia y en mi pueblo, sino entre todos los pueblos, llamados a formar un solo pueblo. Por otra parte, la actual movilidad humana está cambiando el mismo concepto de pueblo. En muchos países el pueblo está compuesto ya por muchos pueblos. Somos muy diferentes por color de piel, cultura y religión. Muchas veces nos miramos con desconfianza, recelo o miedo. Hacemos la guerra unos contra otros. Pero Dios es Padre de todos, nos ama a todos y a cada uno. No quiere habitar con un pueblo –«por supuesto, el nuestro», podríamos pensar– y dejar solos a los demás pueblos. Para Él somos todos hijos e hijas suyos, una única familia. Así pues, guiados por la Palabra de vida de este mes, ejercitémonos en apreciar la diversidad, en respetar al otro, en mirarlo como una persona que forma parte de mí: yo soy el otro y el otro es yo; el otro vive en mí y yo vivo en el otro. Comenzando por las personas con las que vivo cada día. De este modo podemos hacer sitio a la presencia de Dios entre nosotros. Y Él recompondrá la unidad, salvaguardará la identidad de cada pueblo, creará una nueva «socialidad». Así lo intuyó Chiara Lubich ya en 1959, en una página de extrema actualidad y de increíble profecía: «El día en que los hombres –pero no en cuanto individuos, sino en cuanto pueblos– […] sean capaces de posponerse a sí mismos, de posponer la idea que tienen de su patria, […] y esto lo hagan por ese amor recíproco entre los Estados que Dios pide (lo mismo que pide el amor recíproco entre los hermanos), ese día será el comienzo de una nueva era, porque ese día […] se hará vivo y presente Jesús entre los pueblos […].» Éstos son tiempos en los que cada pueblo ha de traspasar sus propias fronteras y mirar más lejos. Ha llegado el momento de amar la patria de los demás como la nuestra. Nuestros ojos tienen que adquirir una nueva pureza. No basta con desapegarnos de nosotros mismos para ser cristianos. Hoy los tiempos exigen al seguidor de Cristo algo más: una conciencia social del cristianismo […].» […] nosotros esperamos que el Señor tenga piedad de este mundo dividido y disperso, de estos pueblos encerrados en su propio cascarón contemplando su belleza –única para ellos– limitada e insatisfactoria, defendiendo con uñas y dientes sus tesoros –incluidos tantos bienes que podrían hacer falta a otros pueblos que se mueren de hambre– y haga caer las barreras y que fluya ininterrumpidamente la caridad entre una tierra y otra, como un torrente de bienes espirituales y materiales.»Esperemos que el Señor componga un orden nuevo en el mundo: Él, el único capaz de hacer de la humanidad una familia y de cultivar la diversidad entre los pueblos para que en el esplendor de cada uno puesto al servicio de los demás, resplandezca la única luz de vida que embellece la patria terrenal y la convierte en antesala de la Patria eterna»1. FABIO CIARDI 1 «María, reina del mundo»: C. LUBICH, Pensamientos (1961), en Escritos espirituales/1, Ciudad Nueva, Madrid 1995, pp. 211-213. Cf. también ID., La doctrina espiritual, Madrid 2002, pp. 300-301.