Movimiento de los Focolares
Chicos por la unidad: 40 años en camino por la fraternidad

Chicos por la unidad: 40 años en camino por la fraternidad

“Nosotros estábamos felices porque finalmente entendíamos, y Chiara nos lo confirmaba, que no estábamos hechos para quedarnos encerrados en nosotros mismos, sino que estábamos llamados a salir al mundo e ir al encuentro de todos los chicos de la Tierra”.

Era un verdadero mandato –éste del que habla María Chiara Biagioni, hoy periodista– el que recibían directamente de la fundadora de los Focolares 40 años atrás; el nacimiento de una realidad, la de los Chicos por la unidad, que cambió su vida y la de muchos chicos.

Era el año 1984, y durante los días de Semana Santa, cerca de Roma, más precisamente en la zona conocida como Castelli Romani, se realizaba por primera vez la escuela de formación para los chicos y chicas del Movimiento, los gen 3 y las gen 3. Eran unos 80 más o menos, y provenían de varias regiones de Italia, con alguna representación de otros países (Alemania, España, Portugal, Países Bajos, Bélgica y Filipinas). Ninguno de ellos nunca habría imaginado que estarían presenciando el comienzo de una “nueva era”.

Chiara Lubich, justamente el día de Pascua, a las 5 de la tarde, los invitó al Centro de los Focolares en Rocca di Papa, muy cerca de Roma. Pero, ¿qué les esperaba allí?

Les daba la bienvenida un gigantesco huevo de Pascua de parte de Chiara para ellos, que contenía, como si fuese una matrioska o muñeca rusa, varios envoltorios y, al final, la sorpresa de las sorpresas: un mensaje con el anuncio de la fundación del Movimiento Chicos por la Unidad.

“En 1984 fue muy importante para mí vivir ese momento (…) –cuenta Federica Vivian– Chiara Lubich nos mandó ese regalo con una larga carta y yo sentí que ello correspondía perfectamente a lo que estábamos viviendo con nuestros amigos y con muchos otros. Nosotros hacíamos muchas cosas para decirles que creíamos en la fraternidad (…) y esa semilla dio sus frutos generando en mí el deseo de nunca poner límites y de construir siempre puentes con todos”.

En su mensaje Chiara Lubich exhortaba a los chicos a vivir concretamente el Evangelio y a llevar a muchos otros ese ideal que tenían en el corazón, con un único gran objetivo: la unidad del mundo. Las respuestas no tardaron en llegar. El “sí” a esa misión resonó en toda la sala y, a partir de allí, irían llegando muchas otras reacciones afirmativas desde las distintas ciudades del mundo.

“Tenía 12 años –nos dice Fiammetta Megli, docente– y cuando se abrió ese gran huevo de Pascua sentí una alegría inmensa, pero ni siquiera me daba cuenta realmente de lo que estaba sucediendo. Percibí que yo pertenecía a una gran familia, una familia más grande que la que yo conocía. Todo lo que entró en mí en esos años, cuando era joven, no sólo está todavía, sino que es la base de la que parto para todo lo que hago hoy, incluso en el trabajo que realizo hoy con los chicos, en el colegio”.

Hoy, a distancia de 40 años los Chicos por la unidad, los adolescentes del Movimiento de los Focolares, están presentes en 182 países del mundo, hablan diferentes idiomas, pertenecen a muchas religiones y algunos no se reconocen en un credo religioso; pero lo que los une sigue siendo ese objetivo común: trabajar para realizar la fraternidad universal. Están comprometidos en distintos tipos de acciones y en todas las latitudes para que caigan barreras y divisiones, a fin de que un mundo unido y de paz sea pronto una realidad para todos los pueblos de la tierra.

Desde ese día, continúa María Chiara Biagioni “ya no hubo sitio en mi corazón para la indiferencia. Todo lo que veía a mi alrededor y todo lo que sucedía en el mundo me pertenecía; de alguna manera me involucraba y yo me esforzaba para ir al encuentro de las necesidades, los problemas y los retos con los que me iba enfrentando en la vida. La segunda cosa fue creer (…) que el bien es más fuerte que el mal. Creer pese a todo, no obstante las lágrimas de la gente y las bombas que siguen cayendo en muchos países del mundo, no obstante la maldad que encontramos alrededor de nosotros (…), que la luz es más fuerte que las tinieblas, siempre”.

Maria Grazia Berretta

En Argentina: prepararse para votar a los 16 años

En Argentina: prepararse para votar a los 16 años

El domingo 27 de octubre se vota en toda Argentina y por primera vez son admitidos al voto los adolescentes a partir de los 16 años. Los Chicos por un mundo unido de la Ciudad de Buenos Aires quisieron prepararse para este paso fundamental en el ejercicio de ciudadanía. Para ello invitaron a candidatos de distintos partidos políticos. Respondieron tres: María Eugenia Estenssoro (UNEN), Laura Alonso (PRO) y Liliana Piani (Frente Progresista Cívico y Social). La cita fue el sábado 19 de octubre en un lugar emblemático de la ciudad: la “Manzana de Las Luces”, precisamente en la Sala de Representantes construida en 1821, cuando comenzaba a forjarse la Argentina.

El encuentro fue moderado por cuatro de los chicos que pidieron a las candidatas que contaran su historia personal y el por qué del compromiso político. En un clima de confianza e intimidad, las candidatas se animaron a compartir su trayectoria, algo poco común en encuentros políticos tradicionales.

En un segundo momento, las políticas, presentaron sus respectivos partidos políticos y explicaron por qué formaban parte de los mismos. Las tres coincidieron en la necesidad de que en la política argentina existiera una alternativa al bipartidismo que se afirmó en las últimas décadas del siglo pasado. Casualmente, los partidos que ellas representan surgieron luego del estallido social de diciembre del 2001.

Finalmente, los chicos plantearon a las candidatas su agenda de temas y las invitaron a exponer sus propuestas con respecto a los mismos. Los chicos habían trabajado previamente en la elección de temas y la generación de las preguntas. Los argumentos elegidos fueron Seguridad, Medio Ambiente y Educación. Las preguntas, planteadas desde la perspectiva de los jóvenes, de acuerdo a sus propias vivencias, y el diálogo que fue surgiendo, estuvo regido por el espíritu de fraternidad: escuchar sin prejuicios, estar dispuestos a aprender del otro y -la regla de oro- “hacer al otro lo que quisieras que te hagan a ti”. De ese modo las candidatas pudieron plantear sus diferencias de manera respetuosa y casi no hubo interrupciones durante las exposiciones.

A lo largo del encuentro, las candidatas resaltaron la importancia de que los jóvenes se involucraran en política y que se generaran espacios de diálogo como ese. Coincidieron en que si bien la política requiere sacrificio, también da muchas satisfacciones al constituirse como vehículo para construir un país más justo. “Mi deseo es que los jóvenes no nos acompañen, sino que nos reemplacen“, señaló Liliana Piani. María Eugenia Estenssoro les dijo que no debían acostumbrarse a la pobreza que hoy parece estructural, porque en el pasado no era así. Laura Alonso, por su parte, dijo que “la política ha sido generosa conmigo“.

En Argentina: prepararse para votar a los 16 años

Argentina: en Córdoba “Héroes de hoy, santos del mañana”

El martes 25 de octubre Chiara Luce Badano visitó la ciudad de Córdoba. Ese día estuvo en la ciudad mediterránea el autor del libro recientemente publicado por la Editorial Ciudad Nueva “Entre Cielo y tierra”, Franz Coriasco. Por la mañana tuvo oportunidad de encontrarse con 300 adolescentes de 11 escuelas secundarias. Después de conocer la vida de Chiara Luce trabajaron en distintos workshop. Después de poner en común los resultados de los trabajos cada uno dejó sus impresiones, como pequeños twiter a la nueva amiga: “Quisiera pedirte tantas cosas pero lo único que te pido es que me contagies esa energía imparable que dicen que tenías con la que afrontabas cada día y poder contagiarla”; “Chiara Luce: ojalá que tu modelo de vida me ayude a mí y a todas las personas para construir un mundo mejor y más fraterno”; “Admiro tu fuerza… Gracias por demostrarme que se puede”. Siguieron otros momentos: con adultos en el ámbito de una parroquia y finalmente con jóvenes del movimiento gen. Es clara y fuerte la invitación de Chiara Luce para ir contracorriente viviendo el Ideal de la unidad, siendo plenamente jóvenes de hoy,  del siglo XXI.