Amoris Laetitia – Octavo episodio – Matrimonio cristiano: signo e instrumento del amor de Dios por la humanidad.

 
La familia fue creada por el Padre y redimida por Jesús.

Matrimonio cristiano: signo e instrumento del amor de Dios por la humanidad.

La familia fue creada por el Padre y redimida por Jesús.

Es esencial que el Papa vuelva su mirada a Jesús para encontrar en él la vocación de la familia:
“La boda natural… se entiende plenamente a la luz de su realización sacramental: sólo fijando la mirada de cristo es la verdad acerca de las relaciones humanas plenamente conocida” (AL 77).

En él, el convenio de los cónyuges se convierte en signo e instrumento del amor de Dios por la humanidad y por el amor de la novia de Cristo Brideg por la Iglesia:
“Jesús, que reconcilió todo en sí mismo, trajo el matrimonio y la familia de vuelta a su forma original (cf.  Mc10.1-12).  La familia y el matrimonio fueron redimidos por Cristo (cf. Ef 5,21-32), … El convenio conyugal, inaugurado en la creación y revelado en la historia de la salvación, recibe la revelación completa de su significado en Cristo y en su Iglesia. De Cristo a través de la Iglesia, el matrimonio y la familia reciben la gracia necesaria para testimoniar el amor de Dios y vivir la vida de comunión” (AL 63).

El sacramento del matrimonio no es una convención social, un rito vacío o el mero signo externo de un compromiso… es un don para la santificación y salvación de los cónyuges … es una vocación, ya que es una respuesta a la llamada específica a vivir el amor conyugal como un signo imperfecto de amor entre Cristo y la Iglesia… no es una “cosa” o una “fuerza”, porque en realidad Cristo mismo viene a encontrarse con cónyuges cristianos a través del sacramento del matrimonio. Él permanece con ellos, les da la fuerza para seguirlo a sí mismo tomando sobre sí su propia cruz, para levantarse de nuevo después de sus caídas, para perdonarse unos a otros, para cargar con los pesos del otro” (AL 71-73).

Jesús mismo experimentó la comunión familiar en Nazaret: es el maravilloso misterio de la Navidad, que comienza el viaje humano del hombre-Dios.
“La encarnación de la Palabra en una familia humana, en Nazaret, mueve la historia del mundo con su novedad. Tenemos que sumergirnos en el misterio del nacimiento de Jesús… penetrar en los treinta largos años en los que Jesús ganó pan trabajando con sus propias manos, susurrando las oraciones y creyendo la tradición de su pueblo y educándose en la fe de sus padres, hasta el punto de hacerlo dar fruto en el misterio del Reino. ¡Este es el misterio de la Navidad y el secreto de Nazaret, lleno de olor familiar! “ (AL 65).

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