¿Se puede perdonar la traición en una pareja?

 
Uno puede ser infiel por muchas razones, pero es importante, si uno decide volver a elegir a su pareja e ir a por ella, hacerlo de verdad.

¿Qué significa etimológicamente la palabra traicionar? Significa “entregar al enemigo”, en un sentido amplio: “violar o romper un pacto”. Se puede traicionar de muchas maneras en una relación de pareja. Cada vez que uno rompe el pacto de confianza y amor mutuo. Se traiciona cuando se prefiere el trabajo, la carrera, incluso los hijos o los compromisos sociales a la pareja. En nuestro imaginario, sin embargo, la traición por excelencia es la aventura extramatrimonial y sabemos que su descubrimiento puede causar un fuerte trauma en la pareja. Las emociones más frecuentes son las de fuerte desconcierto, desorientación, consternación. “Ya no le reconozco, parece hechizado”, me dice María sobre su marido. “¡Nunca imaginé que me pudiera hacer esto!”, dice Juan de su mujer. Uno se siente herido en la confianza y la seguridad, y ésa es la mayor herida.
Pero, ¿se puede evitar una traición? ¿Hay señales de crisis que puedan leerse como premonitorias? La literatura dice que el comportamiento de una pareja está fuertemente influenciado por varios factores, por ejemplo, la etapa en la que se encuentra la pareja en su ciclo vital, la dinámica individual y de pareja, el sistema de valores y el entorno sociocultural en el que se vive, la insatisfacción sexual.
El psicólogo estadounidense David Lusterman ha observado específicamente cómo las parejas pueden abordar el engaño de cuatro maneras:

  • Relación exploratoria: en la que uno pone a prueba la solidez y conveniencia de su relación matrimonial yendo a averiguar si puede encontrar mejor compañía, mejor conversación, mejor sexo o quizás mejor cocina en otro lugar.
  • Relación trípode: en la que se utiliza un acto de infidelidad para minimizar el miedo a una intimidad psicológica excesiva o el miedo a quedarse atascado y asfixiado dentro de una relación en la que uno se siente limitado.
  • Relación de represalia: infidelidad como medio de vengarse de la pareja de la que uno se siente perjudicado.
  • Relación de salida: en la que el engaño es la plataforma de lanzamiento para liberarse definitivamente de una relación que ahora se considera insoportable.

Pero una vez que el engaño sale a la luz, ¿puede superarse? Si una pareja quiere trabajar sobre la aventura extramatrimonial que les ha desbordado, debe tener mucha paciencia y ser consciente de que queda mucho trabajo por hacer: no puede dejarse de lado como un “mero incidente”, sino que debe trabajarse para comprender su significado y evitar recaídas. A la hora de procesar la traición, algunos autores hablan de distintos niveles, como pasos a alcanzar.
El nivel 1 consiste en elegir a la propia familia en lugar del amante. El cónyuge infiel puede elegir volver por diversas razones, pero esto no significa necesariamente que renuncie a su amante, es decir, que opte inequívocamente por romper la relación, tanto material como emocionalmente. En otras palabras, opta por su familia antes que por su cónyuge. Se trata de un nivel muy primitivo de elección y compromiso, y es muy probable que la aventura extramatrimonial se repita o vaya seguida de otra. “Elegí quedarme por los niños”, dice Marco, “pero sigo pensando en esa otra persona y charlamos a escondidas”.
El segundo nivel es elegir el matrimonio antes que una amante. Dice Filippo: “Cuando miro a mi alrededor me doy cuenta de que es la mejor opción para mí. Renuncio a mi aventura extramatrimonial si es realmente necesario para mantener el matrimonio. Quizá el amor no sea tan importante”. Incluso en este nivel, la probabilidad de que la aventura extramatrimonial continúe o tenga un nuevo comienzo aumenta en cuanto el nivel de frustración o insatisfacción en la relación matrimonial vuelve a subir.
El nivel 3 es la elección consciente de la relación conyugal. En este nivel, cada cónyuge reconoce que la relación básica tiene muchas cualidades buenas y la pareja intenta comprometerse a adquirir lo que le falta (por ejemplo, intimidad, pasión). Pero puede que siga existiendo la necesidad de mantener el contacto con el amante, al menos mentalmente, para dejar una puerta abierta, en caso de que no se consigan los objetivos de mejora de la pareja. Francesca me dice: “Terminé con mi pareja y estoy intentando ponerme al día con mi marido, pero sé que si las cosas no vuelven a funcionar volveré a sentirme halagada por las atenciones de mi pareja”.
El nivel 4 consiste en elegir al cónyuge en su totalidad. Sólo en este punto se dan todos los requisitos para un compromiso verdadero y completo. El cónyuge no sólo desea sinceramente poner fin a la relación, sino que también tiene la intención de cumplir la promesa de no comprometerse con una nueva.
Así concluye Riccardo una sesión de pareja: ” Me arrepiento profundamente de haber traicionado a mi mujer y quiero comprometerme de todo corazón a perdonarla. No puedo borrar lo que ha pasado, pero quiero vivir para que no vuelva a ocurrir”.