Paraná: Salir hasta las barrancas

 
Una acción conjunta de las focolarinas del Centro Mariápolis de Paraná en colaboración con otras instituciones de la Iglesia y amigos, en las barrancas del río Paraná.

Con la idea de salir al encuentro de nuestros hermanos y vecinos, de los cuales muchos viven en la barranca y costa del río, nos 11150729_591338721008698_6988846546299134832_nencontramos por primera vez juntos los miembros del centro social Casita Estrella, las focolarinas que viven en el Centro Mariápolis de Paraná, jóvenes de ACA y el P. José Carlos Badano, sacerdote de la capilla Nuestra Sra. de la Esperanza, quien acompaña al grupo de catequesis del barrio.

Convocamos a quienes les gustaría compartir con estas familias de isleños y con gran sorpresa y alegría se conformó un grupo de misioneros al que se sumaron miembros de Cáritas, jóvenes y adolescentes del Movimiento de los Focolares, chicos que participan en la Palabra de vida, amigos del Centro Mariápolis.

SAM_3680Durante tres sábados hicimos la experiencia de visitar casa por casa a todos los vecinos “costeros”, compartiendo nuestra fe y sobre todo escuchando sus historias de vida. A cada familia entregamos cuadritos con la imagen de Nuestra Sra. de la Esperanza, realizados durante la Mariápolis del territorio y rosarios donados por la capilla. Los jóvenes organizaron juegos para los niños, en una canchita donde habitualmente se convocan.

Si bien hay un contacto de años con estas familias era la primera vez que nos acercábamos en una “variedad muy armonizada”​ como dijo el sacerdote, una experiencia de salida con apertura a nuevas formas de comunicar la fe y de hacer juntos.

Concluimos con una celebración en la canchita, donde el P. Badano bendijo a cada persona, las herramientas de trabajo y otros objetos.

SAM_3667Como un gesto simbólico se armó un dibujo con huellas de nuestras manos, significando el deseo de ser “comunidad”.

Algunos dijeron que desde hace tiempo esperaban esta visita, otros el deseo de seguir en contacto; alguien expresó la alegría de volver a ver a la Iglesia en su barrio, hubo quienes reencontraron lo que desde niños recibieron de la espiritualidad del Movimiento: “lo que soy se lo debo a lo que ustedes me enseñaron y es lo que trato de darle a mis hijos” y varios niños se sumarán a la catequesis.

Significativa esta experiencia en tiempo de Pentecostés, donde el Espíritu nos hace Iglesia. Agradecemos a todos los que participaron y rezaron para que esto sea realmente de Dios.

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