Andrés trabajó desde joven en una fábrica en Comodoro Rivadavia. Luego, ya en Rosario, tomó la profesión de peluquero para ayudar a su esposa Corina, también peluquera. Después fue viajante de diferentes productos. También vendía platos Verbano personalizados para empresas e instituciones.
Tuvieron 3 hijos que lo acompañaron hasta sus últimos días junto a sus nietos y bisnietos.
Voluntario, dedicó sus últimos años al diálogo ecuménico que tenía confiado en el Movimiento de los Focolares. Una característica de Andrés era interesarse por todos, especialmente por quien estaba solo o necesitado. Falleció a los 92 años.
(En la foto Andrés junto a Sergio Shöne en un paseo en la plaza frente a su departamento)