Palabra de Vida – Marzo 2020

 
“Todo lo que deseen que los demás hagan por ustedes, háganlo por ellos: en esto consiste la Ley y los Profetas.” (Mateo 7, 12)

¿Cuántas veces, en las opciones importantes de la vida, hemos buscado una brújula segura que nos indicara el camino a seguir? Y, como cristianos, ¿nos hemos preguntado cuál es la síntesis del Evangelio, la clave para entrar en el corazón de Dios y vivir como hijos suyos, aquí y ahora?

La frase de Jesús responde a ello, es una afirmación clara, que puede comprenderse y vivirse de inmediato. La encontramos en el Evangelio de Mateo: forma parte del gran sermón de la montaña, donde Jesús enseña cómo vivir en plenitud la vida cristiana. Resume todo el anuncio en esta concisa afirmación.

Hoy, que necesitamos mensajes ricos de significado pero breves y eficaces, podríamos tomar esta palabra como un precioso tweet para recordar en todo momento.

“Todo lo que deseen que los demás hagan por ustedes, háganlo por ellos: en esto consiste la Ley y los Profetas.”

Para comprender mejor qué hacer por los demás, Jesús nos invita a ponernos en su lugar; tal como él, que para amarnos se hizo hombre.

Preguntémonos qué esperamos nosotros de nuestros padres, de los hijos, de los colegas de trabajo, de los responsables del gobierno, de los guías espirituales: ser bien recibidos, escuchados, incluidos, ayudados en las necesidades; pero también esperamos sinceridad, perdón, aliento, paciencia, consejo, orientación, instrucción… Para Jesús esta actitud interior, con las acciones concretas que se derivan, realiza todo el contenido de la Ley de Dios y toda la riqueza de la vida espiritual.

Es la “regla de oro”, una enseñanza universal contenida en las diversas culturas, religiones y tradiciones que la humanidad ha desarrollado en su camino¹. Es la base de todos los valores auténticamente humanos, los que construyen una convivencia pacífica con relaciones personales y sociales justas y solidarias.

“Todo lo que deseen que los demás hagan por ustedes, háganlo por ellos: en esto consiste la Ley y los Profetas.”

Esta Palabra nos impulsa a ser creativos y generosos, a tomar la iniciativa, a tender puentes hacia quien no es nuestro amigo, como Jesús mismo hizo. Nos exige la capacidad de salir de nosotros para ser testigos creíbles de nuestra fe.

Así nos estimula Chiara Lubich: “Probemos. Un día empleado así vale una vida. Nos inundará una alegría nunca antes experimentada. Dios estará con nosotros porque es con él que amamos. A veces quizás nos detengamos, tentados de desanimarnos y abandonar. ¡Pero no! ¡Ánimo! Dios nos da la gracia. Recomencemos siempre. Perseverando veremos cambiar el mundo a nuestro alrededor poco a poco. Comprenderemos que el Evangelio comporta la vida más fascinante, enciende la luz del mundo, le da sabor a la existencia, tiene en sí el principio de la resolución de todos los problemas. No descansaremos hasta poder comunicar nuestra extraordinaria experiencia a otros: a los amigos que pueden comprendernos, a los parientes, a todo aquel que sintamos poder ofrecerla. Renacerá la esperanza”².

“Todo lo que deseen que los demás hagan por ustedes, háganlo por ellos: en esto consiste la Ley y los Profetas”.

Ramiro, experto en su lugar de trabajo, se entera de que llegarán nuevos colegas.

Se pregunta: “Si yo entrara por primera vez en esta oficina ¿qué me gustaría encontrar? ¿Qué me haría sentirme a gusto?”. Entonces comienza a hacer espacio, busca otros escritorios, involucra a otros colegas. Juntos preparan nuevos puestos de trabajo, acogedores y los recién llegados encuentran un clima alegre y una comunidad más unida.

Letizia Magri

1 Algunos ejemplos: “Lo que no quieres que se te haga a ti, no lo hagas a los demás. Esta es toda la Torah. Lo demás son comentarios” (Judaísmo); “Ninguno de ustedes es un fiel hasta que no desea para su hermano lo que desea para sí” (Islam); “No hacerles a los demás lo que tú sientes como dañino” (Budismo).
2 C. Lubich, Palabra de vida, abril 1978.

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