Grupo de trabajo Cono Sur COVID19

 
Los Focolares en el Cono Sur constituyeron un Grupo de Trabajo para ponerse al servicio de todas las iniciativas locales para recurrir a las consecuencias de la Pandemia. Los primeros pasos

Ante el escenario sumamente complejo que estamos viviendo a partir de la pandemia del COVID 19 se conformó el Grupo de Trabajo Cono Sur COVID19.

Este grupo está conformado por miembros de Argentina, Chile, Paraguay y Uruguay, es interdisciplinario y de diferentes grupos de influencia. Se constituyó con el fin de ponerse al servicio de todas las iniciativas que como Obra se están llevando adelante por las comunidades, muchas desarrolladas por los comités de emergencia zonales.

En esta primera etapa se requiere del desarrollo de un mapeo de los recursos, capacidades, necesidades, iniciativas y redes de articulación.

A partir de este relevamiento el objetivo es movilizar los talentos, las redes y los bienes para poder potenciar y dar escalabilidad a acciones en ejecución o nuevas, que respondan tanto a la situación de emergencia actual como en el escenario post pandemia.

Para realizar el mapeo se envió un formulario a los comités de emergencia, a los centros sociales de la Obra y a todas las personas que están de algún modo involucradas en una respuesta a la emergencia de la pandemia y post pandemia.

El formulario releva acciones en ejecución o con posibilidad de ejecución correspondientes a las siguientes cuatro áreas identificadas:

  • Respuestas inmediatas a problemáticas sanitarias y de emergencia social.
  • Integración y consolidación de redes de cuidado para poblaciones vulnerables.
  • Protección del trabajo y recuperación de la actividad productiva y de servicios.
  • Acciones colectivas para la incidencia a niveles gubernamentales.

Durante el mes de junio se realizaron dos capacitaciones o instancias de consulta online para despejar dudas. Ahora el trabajo del grupo será analizar los datos recibidos para identificar las acciones que reúnan en principio tres requisitos:

Escalabilidad: que tenga potencial para extenderse a un mayor número de personas en situación de necesidad.
Impacto (económico, social, ambiental): que la obtención de mayores recursos sean materiales, humanos, relacionales, espirituales, etc, impulse una transformación entendida como una mejora en las condiciones de vida digna de las personas con necesidades.
Sostenibilidad futura: continuidad de la acción para el mediano y largo plazo, particularmente por el involucramiento de otras organizaciones, iglesias y todo tipo de actores de la sociedad civil, sector privado y gubernamental.
De las primeras respuestas recibidas (alrededor de 40) podemos destacar:

Distribución por áreas prioritarias

56% respuestas inmediatas a problemáticas sanitarias y de emergencia social.
42% integración y consolidación de redes de cuidado para poblaciones vulnerables.
14% protección del trabajo y recuperación de la actividad productiva y de servicios.
14% acciones colectivas para la incidencia a niveles gubernamentales.

Distribución por ciudades/países

9 provincia de Córdoba, 7 Chile, 6 provincia de Mendoza y el resto de Montevideo, Asunción, Rosario, Trelew, Buenos Aires y Posadas.

Dentro de las necesidades relevadas la más recurrente es la alimentación, seguido por salud y trabajo. Se relevaron 20 casos en los que la Obra está actuando con acciones comunitarias, dentro de los cuales hay 6 en que se articula con otras organizaciones.

Ante la pregunta: ¿Qué se necesitaría para poder potenciar o darle mayor escalabilidad? Algunas de las respuestas más salidoras fueron: Generar un enlace con organismos gubernamentales. Promover la articulación con las iglesias locales y Ong. Participar de plataformas y redes de cooperación e incidencia. Visibilizar la acción con mayor apoyo comunicacional.

Ante la pregunta: ¿Qué capacidades se podrían ofrecer, fortalecer, desarrollar para contribuir a dar respuesta a la necesidad concreta indicada? Algunas de las respuestas fueron: Articulación con organismos nacionales e internacionales. Personas con capacidad de gestión, expertos en nutrición, ambientalistas, personal de la salud. Herramientas para desarrollar actividades remunerativas. Mayor comunicación, plataformas, páginas web. Profesionales del área de Proyectos y análisis de contextos. Sensibilización. Personas atentas a escuchar y dar esperanza.

El desafío ahora es categorizar bien las acciones, relevar más información sobre algunas para poder analizarlas mejor, promover el envío del formulario de todas las comunidades y a partir de la identificación de las acciones con las características de escalabilidad, impacto y sostenibilidad, delinear los próximos pasos a seguir.

Inspirados en la espiritualidad de la unidad, queremos trabajar junto con otros, como Iglesia en salida, abiertos a la novedad de una fidelidad creativa.

Abrazando las dificultades de este tiempo, se quiere brindar la posibilidad de engendrar espacios generativos para dinamizar acciones concretas, procesos transformadores y buenas prácticas que brinden a una humanidad sufriente y fragmentada, calidez de hogar y destellos de esperanza de mundo unido.

 

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