Cuando más das, más recibís…

 
"Hay que dar hasta que duela", decía Madre Teresa. Dar, compartir, pensar en el otro es un imperativo para toda persona que quiera transformar su entorno.

Cuando comenzamos con el proyecto de la fábrica de pastas, soñábamos junto con Fabiana, mi esposa, tener la posibilidad de colaborar con algún comedor de nuestra ciudad. Al principio, no lo podíamos llevar a cabo, porque no contábamos con los recursos necesarios.

El año pasado los jóvenes de Córdoba se sumaron a un proyecto para realizar viandas, para varios comedores de la ciudad de Córdoba. Esa fue la primera oportunidad que tuvimos de colaborar, desde nuestro emprendimiento.

Este año con motivo de la Semana Mundo Unido, en nuestra comunidad, surgió la propuesta de realizar una acción y nos contactamos con un merendero, que brinda cenas a las familias del barrio.

A la acción se sumaron varios vecinos, para cocinar unas cuantas docenas de empanadas, y llevarlas al merendero. No queríamos que fuera un gesto esporádico, queríamos concretar el sueño de dar, al menos un poco, de todo lo que Dios nos ha regalado en este tiempo. Le propusimos a los referentes de nuestra comunidad ofrecer, al menos, una comida al mes para el merendero.

Nosotros aportamos las pastas y otros de la comunidad se ocuparían de la salsa. Ya comenzamos y el primer mes llegamos a las 50 cenas.

Siento una gran alegría, por esta posibilidad de poder ayudar a quien lo necesita, porque lo podemos hacer junto con nuestra comunidad y también comprobar nuevamente, que cuando das, más recibís. Nuestro “socio” siempre se hace presente y nunca nos hace faltar nada.

Omar Sapag (Alta Gracia, Córdoba, Argentina)

Normas(500)