Mariàpolis – Inaugurando el fruto de un sueño compartido

 
Reseña de la inauguración de la planta de paneles solares en la Mariápolis Lía
De Honorio Rey

 

Hay un clima de expectativa, regocijo y reencuentro entre los que se agolpan, protocolo mediante, en la tarde primaveral del pasado Sàbado 9 de octubre, ubicándose al fondo de la avenida de fresnos y frente a la flamante planta de paneles solares.

“Bienvenidos a este momento histórico para nuestra Mariápolis”
abre el acto de inauguración Angela Correia y, con una cita de Elder Camara continúa:

Cuando sueñas solo, es sólo un sueño,
pero cuando sueñas con otros es el comienzo de una realidad

“y si estamos aquí es para inaugurar un sueño hecho realidad por el  amor concreto de muchos que, como nosotros, anhelamos un mundo mejor donde el medio ambiente sea respetado, valorado y cuidado también con el uso de energías renovables y limpias”.

“Por mi parte” – continúa Norberto Cartecchini, que acompañó esta iniciativa desde el principio – “dado que ésta es una historia de pequeños pasos y metas altas, me permito citar un hayku, poema japonés, inspirado en la montaña más alta de Japón

al Fuji subes, lentamente, pero subes, caracolito

La idea del cuidado del ambiente, el respeto a la naturaleza, han estado presentes desde el nacimiento de la Mariápolis Lía, pero hubo un punto de inflexión en el 2013 con la visita Christian Röser, que de joven había hecho un período de vida comunitaria en la ciudadela a comienzos de los ’90. Esta vez, ya con su experiencia de ing. agrónomo alemán especializado en el cuidado del ambiente, y el deseo de retribuir de alguna manera lo que había recibido en la ciudadela, nos hacía a todos la misma pregunta: “¿qué necesitan?”. Le planteamos las dificultades con la energía eléctrica, el costo del gas envasado, los residuos que terminaban en un basural a cielo abierto…

Christian partió y ese momento quedó como una linda visita, pero al año recibimos una invitación suya a participar, junto a otros 6 países, en un proyecto, PRESET, para energías renovables y cuidado del ambiente, que duraría 2 años y sería auspiciado y sostenido por la Unión Europea.  Fue así como, en abril del 2015 la Mariápolis se vio revolucionada por el trabajo de 30 jóvenes y adultos que analizaban, programaban y soñaban.

En esos días construimos un biodigestor para proveer gas para la cocina de una familia, utilizando residuos orgánicos. Se hizo un estudio sobre aislamiento térmico del Auditorio, y el cálculo de una primera planta fotovoltaica.

Pasos a seguir

Al concluir elegimos 3 líneas de acción:

  1. Dar pasos pequeños pero concretos para difundir entre los habitantes, en quienes nos rodean y a todos los que nos visitan el cuidado del ambiente y el uso de energías renovables, limpias
  2. Privilegiar la difusión entre las nuevas generaciones
  3. No hacer nada solos, sino involucrando al pueblo de O’Higgins

A decir verdad, no sabíamos cómo empezar, pero para nuestra sorpresa, en 3 meses tuvimos la visita del Delegado comunal que nos pedía una mano con los residuos domiciliarios; de la municipalidad de Chacabuco para ver si podían traer a las escuelas primarias a visitar “un lugar donde se respeta el ambiente” y, por último, la Sociedad de Fomento de O’Higgins que nos pedía iniciar juntos un proyecto con energía fotovoltaica. Era evidente que Dios conducía también este pedacito de historia y, por si hacía falta una confirmación de que íbamos por el camino correcto, ese mismo año el papa Francisco escribía la ‘Laudato Sí’.

Con el pueblo de O’Higgins trabajamos junto con la Soc. de Fomento y codo a codo con la Delegación se logró poner paneles solares en el Jardín de Infantes (como estrategia para formar a las nuevas generaciones), y, en 2020 la construcción de un parque fotovoltaico de 400 Kw de potencia, que genera energía limpia desde agosto 2020. En este caminito se inserta hoy esta planta fotovoltaica aquí, en la ciudadela.

A mediados de 2018 lanzamos la operación “Doná 1 Kw”. Se apuntaba a una planta pequeña, de 24 Kw. Junto al entusiasmo comenzaron a llegar donaciones, hasta sumar más de 17.000 dólares, pero faltaba mucho. Nuestros amigos de Starkmacher, además de darnos el asesoramiento técnico, también se pusieron en campaña hasta encontrar la ONG “Ut Unum”, de Alemania, que ofreció su apoyo financiero, no ya para 24 Kw sino para una planta de 70 Kw.

No solos!

Es de destacar el acompañamiento y apoyo de la Coop. Eléctrica de Chacabuco, que a pesar de no estar reglamentada en la Pcia. de Buenos Aires la ley de “Energía distribuida”, aceptó cooperar permitiendo la interconexión con la red eléctrica de dicha empresa a modo de “prueba piloto”. El 29 de abril de este año hicimos la conexión inicial y a partir del día siguiente está produciendo energía limpia”.

“Un logro compartido, un ejemplo de sinergia, O’Higgins tiene su parque y aquí ustedes, esta planta. Es un orgullo haber llegado a compartir esto con Mariápolis, sentando precedente para una nueva modalidad de consumo de energía”, agregó por su parte Liliana Gastaldi, en nombre de la Comisión de Fomento de O’Higgins. “Todo esto tiene como objetivo que se puede trabajar y llegar a tocar concretamente lo que va a salvar nuestro planeta”, añadió Alfredo Zuccotti, otro de los pilares de la iniciativa.

 

Christian Röser de Starkmacher

Entre las personas que seguían de distintas partes del mundo este momento inaugural, no podía faltar, lógicamente, Christian Röser, que se hizo presente desde Alemania con un mensaje vehemente que, sintetizando, decía:

Christian

“Queridos todos. Yo conocí en los ’90, casi 30 años atrás, una ciudad que por su forma de vivir, tan peculiar, me cambió la vida hasta el día de hoy, haciéndome sentir lo que significa vivir la unidad en la comunidad que me rodea. Pero al volver a mi vida en Alemania me quedó un fuerte dolor (…) por la falta de recursos económicos, sí, pero también por la falta de una conciencia hacia el mundo ecológico. Volviendo a encontrarme con los habitantes de la Mariápolis en 2015 (…) el tema de la ecología tenía una presencia enorme pero con el dolor de no saber cómo hacer, como empezar y cómo abrazarnos con ella y entre nosotros.

Bueno, ahora estamos aquí, ustedes que están allí pueden abrazarse entre ustedes primero y luego también con la planta fotovoltaica. A mí me gustaría abrazarla como símbolo de abrazar a todas las personas que han puesto su energía para hacerla posible (…). Abrazar a un pedazo de metal lógicamente no es lo mejor, un árbol ya es más simpático, pero buscar esta cercanía con la naturaleza, con las energías renovables y con la creación son una forma concreta de vivir por un mundo unido, integralmente.

Cada época tiene sus temas. Tal vez en los ‘90 no era el momento porque había sufrimientos humanos y sociales más grandes y urgentes para darles respuesta. Pero ahora ha llegado el momento de trabajar intensamente para llegar a la unidad integral entre nosotros humanos y la naturaleza. La planta fotovoltaica produce energía que nos ayuda de ponernos las pilas. Pero más allá de la energía eléctrica, por el solo el hecho de estar y ser bien visible crea energías de esperanza y ganas de ponernos manos a la obra”.

Al aplauso entusiasta que surgió de todos como respuesta conmovida, se sumó la propuesta sorpresa de homenajear también al “astro rey” que brinda su energía para la vida en la tierra. No podía ser más oportuna la presencia casual de un tenor que, frente a los paneles solares entonó magníficamente, en la llanura, ‘O sole mio’.

 

Pasando de la lírica a los números,

El ing. Roberto Ramacciotti concluyó reseñando concretamente:

“La potencia de la planta es de 70 Kw. Está formada por 154 paneles de 2,20 x 1 m, 3 inversores, 1 de 20 Kw y 2 de 25, tablero de control y protecciones. Tenemos una aplicación que nos informa en tiempo real la producción de energía y el equivalente de ahorro en emisiones de dióxido de carbono. Está funcionando desde el 29 de abril pasado. Hasta el día de hoy ha producido 42.600 Kwh. Producción que irá subiendo con el aumento de la intensidad y la cantidad de horas de sol diarias. La planta aporta aproximadamente el 30% de la energía que utilizamos, cálculo aproximativo por la cantidad de variables en juego: consumos variables por estaciones del año, pandemia… y producción también variable durante el año. Se estima que anualmente evitará la emisión de 81,3 tn de dióxido de carbono a la atmósfera”.

 

 

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