Más allá de la polarización, Chile: una mesa con todos y todas

 

Navidad en la Calle Barrio Yungay 2021 

La mañana sabía a nostalgia. Nostalgia de sus ritos, novenas, abrazos y sabores. Orbis había llorado la lejanía de su entrañable Venezuela en esta navidad ajena y solitaria. Había llegado puntualmente a las 5 de la tarde después de que en la Olla Común Buena Esperanza le habían entregado una refinada invitación días atrás con su nombre y apellido. Se había sentado sorprendido por el mantel blanco, por las flores frescas tan adornadas que le recordaban a su madre, por las sonrisas honestas de quienes lo recibieron, por la sencilla belleza de una especie de escenario, por su pesebre. El barrio, Yungay, lo había recibido una vez más con sus colores multifocales. Por eso las lágrimas no se aguantaron la pena y esos cantos de sus tierras cometieron el mandato: “Es que tengo mucha pena de estar lejos de casa”. Sandra simplemente se sentó a su lado, Marcos simplemente lo escuchó. Luego llegó la cena hecha con elegancia y diligencia. Luego llegaron los regalos buscados con tenacidad y abrazados por delicados envoltorios. Hasta que la paridad de los encuentros, la verdad de cada brindis, las canciones llenas de promesas y toda esa dignidad junta engendraron un milagro. Orbis se sentía menos solo. Su resucitada sonrisa inauguraba el atardecer de la plaza. Y eso parecía valer todo, todo en este día. 

 La “Navidad en la Calle” del barrio Yungay este año convocó a su mesa a más de 300 personas e involucró la cooperación de unos 70 voluntarios y voluntarias, con una importante presencia de jóvenes, provenientes de distintas zonas del fragmentado Santiago. El Chile que encontraba esta cita anual era un Chile atravesado por grandes desafíos y anhelos. La reciente polarización política en las últimas elecciones presidenciales del 19 de diciembre había inquietado la vida de sus ciudadanos y así se lo dijeron explícitamente quienes, preparando este evento, quisieron marcar el sentido: nos necesitamos todos y todas en esta mesa, más allá de nuestros orígenes, de nuestras ideas políticas, más allá de nuestros temores y esperanzas: la fraternidad nos convoca por igual. No fue esta una Navidad “para” las personas en situación de calle o migrantes, sino una navidad “entre” hermanos y hermanas que no se ven hace tiempo y simplemente quieren encontrarse. Un día iniciado hace meses y que reflejó el vínculo que, en la Olla Común Buena Esperanza de la Parroquia san Saturnino, se ha ido robusteciendo durante esta pandemia. Llamaba la atención cómo varios de quienes generalmente son solo ubicados bajo la etiqueta de “destinatarios” o “vulnerables” estaban allí para dar también lo suyo y romper la asimetría entre quienes ayudan y quienes reciben. Jano, de hecho, uno de los habitantes más característicos de la plaza Yungay, impresionó con su declaración: “anoche traté de tomar menos para estar lúcido para hoy y ayudar lo más posible”. También Miguel, quien pasa por un momento muy difícil en la calle, al terminar todo con gran emoción remarcaba “nos salió todo excelente, menos mal que llegué temprano para ayudar en todo”. 

Un evento caracterizado también por el cuidado del medio ambiente y por las manifestaciones artísticas juveniles populares, que contemplaron también los gustos de los adultos mayores. Se llegó a este día por el aporte de muchas amistades, familiares, conocidos, sobretodo fruto de una naciente y creciente sinergia entre distintas organizaciones sociales vinculadas al territorio.  

Lucía, desde el equipo organizador, hace un balance: “Queremos agradecer especialmente a todos y todas quienes hicieron posible un momento así. La armonía y la organización en este tipo de instancias no siempre se dan.  Creo que los detalles hicieron la diferencia. Se veían vínculos y mucho calor de hogar. Para nosotros esos muchos gestos fueron un signo del deseo que cada uno traía de vivir realmente la fraternidad”. Daniel, por ejemplo, viene desde el ‘88 a dar una mano y ahora llegó con su hijo de 20 porque “quería trasmitirle algo de lo que a mí me marcó”. 

La Navidad en la Calle en el barrio Yungay es impulsada por miembros del Movimiento de los Focolares de Santiago desde hace más de 25 años y acompañada por amigos, familiares, vecinos y colegas. En los últimos años, cuenta con la amplia colaboración del Colegio Verbo Divino de Chicureo. Este año la generosidad de la red de clientes de Sturbucks garantizó los regalos para los niños y niñas presentes. Junto a la Parroquia San Saturnino, que puso a disposición la estructura y muchas manos para ayudar, como así también la Junta de Vecinos del Barrio Yungay jugó un rol fundamental, pues promovió y difundió el evento. 

 

Paula Luengo

 

Fotogalería

Normas(500)