1 Estas palabras, referidas solamente por el evangelio de Mateo, son pronunciadas por algunos “sabios”, llegados de lejos para realizar una visita más bien misteriosa al niño Jesús.
Son un pequeño grupo que afronta un largo camino tras una pequeña luz, en la búsqueda de una Luz más grande, universal: el Rey ya nacido y presente en el mundo. De ellos no se sabe nada más, pero este episodio es rico en sugerencias para la reflexión y la vida cristiana.
En el hemisferio Norte, este año, los cristianos de Medio Oriente han elegido este texto para celebrar la Semana de Oración por la Unidad de los Cristianos2.
Una ocasión preciosa para retomar juntos el camino, abiertos al recibimiento recíproco, pero sobre todo al designio de Dios de ser testigos de su amor para cada persona y pueblo de la tierra.
“En Oriente hemos visto su estrella y hemos venido para adorarlo.”
Escriben los cristianos de Medio Oriente en el documento que acompaña las propuestas para esa semana de oración: “La estrella aparecida en el cielo de Judea constituye un signo de esperanza muy anhelado, que conduce a los Reyes Magos, y en ellos en realidad a todos los pueblos de la Tierra, al lugar donde se manifiesta el verdadero Rey y Salvador. La estrella es un don, un signo de la presencia amorosa de Dios para con toda la humanidad. Los Reyes Magos nos revelan la unidad de todos los pueblos querida por Dios. Viajan desde países lejanos y representan culturas diferentes, sin embargo están todos movidos por el deseo de ver y de conocer al Rey recién nacido; se reúnen juntos en la gruta de Belén, para adorarlo y ofrecerle sus regalos. Los cristianos están llamados a ser en el mundo un signo de la unidad que Dios quiere para todos. Si bien pertenecen a culturas, etnias y lenguas diferentes, los cristianos comparten una búsqueda común de Cristo, y un deseo común de adorarlo. La misión de los cristianos, por lo tanto, es la de ser un signo como la estrella para guiar a la humanidad sedienta de Dios y conducirla a Cristo, y para ser instrumento de Dios a fin de realizar la unidad de todas las gentes”3. La estrella que guía a los Reyes Magos es para todos, encendida en lo profundo de la conciencia que se deja iluminar por el amor. Todos podemos aguzar la mirada para descubrirla, ponernos en camino para seguirla y alcanzar la meta del encuentro con Dios y con los hermanos en nuestra vida cotidiana, para compartir con todos nuestras riquezas.
“En Oriente hemos visto su estrella y hemos venido para adorarlo.”
Adorar a Dios es fundamental para reconocernos frente a él tal como somos: pequeños, frágiles, siempre necesitados de perdón y de misericordia, y por ello sinceramente dispuestos en la misma actitud para con los demás.
Pueden ayudarnos estas palabras de Chiara Lubich: “¿Qué significa ‘adorar’ a Dios? Se trata de una actitud dirigida solo a él. Adorar significa decirle a Dios: ‘Tú eres todo’. Es decir: ‘Eres lo que eres’; y yo tengo el privilegio inmenso de la vida para reconocerlo. Significa también reconocer que yo soy nada. Algo que no se expresa solo con las palabras. Para adorar a Dios es necesario anularnos para que triunfe él en nosotros y en el mundo. Pero el camino más seguro para alcanzar la proclamación existencial de ese nada de nosotros y del todo de Dios es positivo. Para anular nuestros pensamientos no tenemos más que pensar en Dios y tener sus pensamientos que nos revela en el Evangelio. Para anular nuestra voluntad no tenemos más que cumplir la suya, que nos es indicada en el momento presente. Para anular nuestros afectos desordenados basta tener en el corazón el amor a Dios y amar a nuestros prójimos compartiendo las ansias, las penas, los problemas, las alegrías. Si somos ‘amor’ siempre, sin darnos cuenta ya somos nada para nosotros mismos. Y al vivir nuestro nada afirmamos con la vida la superioridad de Dios, su ser todo, abriéndonos a la verdadera adoración a Dios”4.
“En Oriente hemos visto su estrella y hemos venido para adorarlo.”
Podemos compartir las conclusiones de los cristianos de Medio Oriente: “Después de haber encontrado al Salvador y haberlo adorado juntos, los Reyes Magos fueron advertidos en el sueño y regresaron a sus países por otro camino. De la misma manera, la comunión que compartimos en la oración común debe inspirarnos a regresar a nuestras vidas, a nuestras iglesias y a todo el mundo a través de nuevos caminos. Ponerse al servicio del Evangelio requiere hoy el compromiso de defender la dignidad humana, en especial de los más pobres, los más débiles y los marginados. El camino nuevo para las iglesias es el de la unidad visible que seguimos con sacrificio, coraje, audacia… para que un día tras otro ‘Dios sea todo en todos’ (1 Corintios, 15, 28)”5.
Letizia Magri
Notas
1 La frase propuesta es una combinación de los textos Mateo 2, 1 y Mateo 2, 2.
2 Tradicionalmente, en el hemisferio Norte, se celebra la Semana de Unidad para los Cristianos del 18 al 25 de enero. En el hemisferio Sur se celebra en otras fechas del año.
3 Cf. http://www.christianunity.va/content/unitacristiani/it/news/2021/spuc-2022.html.
4 C. Lubich. Palabra de vida, febrero de 2005.
5 Ibidem,