El fin de semana del 30 de septiembre, el 1 y 2 de octubre, se realizó la Mariápolis en Paraguay (estuvieron presentes de diversas ciudades y  algunos de la triple frontera). De los más de 250 personas, una gran cantidad de jóvenes y niños. El programa se desarrolló con momentos de reflexión sobre varios temas, talleres, se compartieron experiencias y se concluyó con una misa celebrada por el primer cardenal paraguayo,  Monseñor Adalberto Martínez.

El primer día se recibió a los primeros mariapolitas que llegaban desde distintos puntos del país, fue un momento para conocernos entre todos a través de los juegos y la historia del Movimiento. Después de dos años en los que la Mariapolis fue virtual, la emoción del reencuentro iba creciendo.

El segundo día, se inició conociendo las herramientas que la propia Chiara Lubich donó para construir una nueva humanidad, Escribía Chiara en 1968: “El amor es luz, es como un rayo de luz que, cuando atraviesa una gota de agua, se despliega en un arco iris, en el que se pueden admirar sus siete colores. Son todos colores de luz que, a su vez, se despliegan en infinitas gradaciones. Y así como el arco iris es rojo, naranja, amarillo, verde, azul, índigo/añil y violeta, el amor, que es la vida de Jesús en nosotros, asumiría distintos colores, se expresaría de varias maneras, diferente una de otra”. Las diferentes experiencias confirmaron que, sí, es posible una vida en armonía en Dios Amor.

Ángela y Matías, dos jóvenes de la ciudad de Caazapá nos contaron la vida de Pamela, una joven que, siguiendo los pasos de Chiara Luce Badano, vivió y murió confiada en el amor infinito de Dios, convencida que todo el dolor que tuvo que atravesar a su corta edad tenía un propósito. Hoy día Pamela es un ejemplo para cientos de jóvenes que siguen la historia de su vida marcada por el ideal de Chiara Lubich – La Unidad.

En la mariapolis se pudo conocer el proyecto “Basura Cero” (por parte del Centro Mariápolis “María Madre de la humanidad) y a través de la temática “Espiritualidad desde el Verde” (realizado por Luis Navarro de ECO ONE y Fátima Langbeck, Embajadora de Basura Cero para América Latina), se pudo mostrar  la preocupación del Papa por la situación que atraviesa nuestro planeta y la importancia de ser protagonistas del cambio que necesita nuestra casa común.

Este momento se concluyó con la invitación a todos los mariapolitas a participar de una ECO FERIA, en la que se pudo aprender varias formas de ayudar al planeta (eco ladrillos,  el compost, materiales reciclables) y a nosotros mismos para estar en consonancia con la tierra. Se pudo ofrecer espacios de meditación con la naturaleza  que disfrutaron grandes y chicos.

Una temática interesante fue el “Hacerse Uno” de Chiara Lubich y la propuesta de vivir los tiempos actuales con parámetros medidos por el amor, no por el éxito que exige la sociedad actual. La charla fue seguida de experiencias de amor concreto al hermano.

Cabe destacar el rico contenido de los programas paralelos para los niños y los Chicos por Un Mundo Unido.

El último día, Diana Durán compartió “El Compromiso Cristiano ante el Dolor de los Pobres” en el que expuso el trabajo realizado con una comunidad indígena de Paraguay, que fuera trasladada de un vertedero de basura hasta una tierra que hoy ya es propiedad de ellos. Recordó que estos nativos eran los excluidos de los excluidos ya que, además de su pobreza, sufren la discriminación por la raza. Recordó el mensaje de Jesús y su predilección por los más vulnerables, además del llamado del Papa Francisco de salir al encuentro de los hermanos más necesitados.

Como broche de oro toda la Mariapolis realizó un homenaje al Cardenal Adalberto Martínez, quien forma parte del Movimiento de los Focolares y nos compartió sus experiencias de este último período con calidez y simplicidad. El Cardenal tuvo a su cargo la misa de cierre de la Mariápolis, e invitó a todos a seguir caminando en el Ideal, paso a paso.

Silvia Cardozo