“Tuvimos la oportunidad de presentar un libro de Chiara Lubich traducido al maltés y estamos ¡contentísimos!”. Así se expresan Marisa y Mario, responsables de la comunidad de los Focolares de la Isla, al día siguiente de la presentación de “L-Arti tal-Imħabba”, o sea, “El arte de Amar”.

El 17 de enero, frente a una sala atestada de gente, se sucedieron en el palco cinco relatores de diferentes ámbitos: la profesora Marie Alexander del Instituto de Lenguas de la Universidad de Malta; Natalino Camilleri, superior general de la Sociedad de la Doctrina Cristiana (M.U.S.E.U.M); el padre Karm Debattista, conocido en Malta en el mundo de la música y de las comunicaciones; el reverendo Canónigo Simon Godfrey, canciller de la Iglesia Anglicana y el doctor J.Mifsud, abogado, periodista y locutor de programas de televisión.

Las intervenciones pusieron de relieve que el arte de amar, propuesto por Chiara Lubich, tiene su fuente directamente en el Evangelio y se articula en algunos puntos: amar a todos, sin ningún tipo de  discriminación, dar el primer paso, reconocer en el hermano la presencia de Jesús, y “hacerse  uno con todos”, tal como lo indica San Pablo. El compromiso consiste en hacer propio este modo de vivir que exige un ejercicio constante, cotidiano, pero produce una nueva disposición de ánimo que es el primer paso de una revolución pacífica, capaz de cambiar el corazón de los individuos y de construir una civilización del amor. El reverendo Simón Godfrey y el doctor J. Mifsud quisieron  expresar también el paralelismo que existe entre los conceptos expresados por el Papa Francisco y por Chiara.

Al finalizar las intervenciones, una familia, una joven y un muchacho quisieron contar experiencias del arte de amar vivido y se presentó también el “Dado del Amor”.

Concluyendo la velada, muchos de los presentes expresaron su alegría por haber descubierto un nuevo modo de enfrentar la vida cotidiana: “El mensaje es fuerte, lindo, y sencillo –afirma el Padre Silvestro. Está al alcance de todos, todos pueden vivirlo”. Otros captaron diversas facetas: “Dostoevskij escribe que será la belleza la que salvará al mundo –recuerda Stephani. Hoy hemos vivido un momento armonioso y lindo, porque lo que se decía estaba en consonancia con Dios Belleza”. Miriam, en cambio,  subraya: “No existía creyente o no creyente. En el amor nos hemos sentido todos una familia y se podía hablar con libertad”. Y Ezio dice: “Conocía este libro en italiano, pero ahora descubrí su valor. Deseo vivir cada vez mejor el arte de amar, y elegir, con el corazón y con la mente, mil maneras para hacerlo más lindo, más eficaz en su esfuerzo, más intenso, más contagioso, más creativo y nunca darlo por descontado”

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