Genfest1985_ChiaraLubichCinco años antes, regresando del Genfest de 1980, Andrew Basquille, Eugene Murphy y yo, en esos tiempos estudiantes del University College de Dublín, empezamos a dedicar más tiempo, juntos, a la música. Empezó para nosotros un período de gran creatividad, que desembocó en la composición de muchas piezas, en conjunto e individualmente. Yes to you”, la canción que llevamos al Genfest de 1985, se remonta a esa época. Es así como nació.

En 1981 Chiara Lubich visitó la comunidad de Londres, y gran parte de las personas de los Focolares de Irlanda se pusieron en viaje hacia Inglaterra, para participar en el evento. Una tarde, mientras un grupo de nosotros irlandeses estaba almorzando cerca del lugar donde tenía que hablar Chiara, empecé a tocar algunos acordes en el piano y salió una melodía con una secuencia de acordes, Mi-Do minore-Fa, ligeramente inusual (en la guitarra no se me habría ocurrido utilizarla).

Joe McCarroll, cantautor muy talentoso, que estaba cerca de mí, se unió agregando a la melodía las palabras “So many times that I’ve said maybe” (“Muchas veces he dicho quizás”). Entonces yo continué con las palabras “So many times that I said no” (“Muchas veces he dicho no”), cuando se sumó también Andrew, y completó el primer párrafo.

En los días siguientes Andrew y yo escribimos otros tres párrafos, pero todavía no nos había venido ninguna inspiración para el coro. Al final fue Eugene quien lo agregó –el texto y la música, y le dio a la canción un énfasis especial, haciendo cantar el coro en Do mayor y después, con un maravilloso intermedio entre el mayor y el menor, en Fa, para expresar y enfatizar el nuevo nivel de convicción en la elección de Dios, con las palabras “Yes to you”.

Genfest1985Nos pidieron que tocáramos la canción en el Genfest, que sería un mes después. Ensayamos y ensayamos, y dedicamos mucho tiempo a perfeccionar nuestra canción. Ese día, tras bambalinas, mientras esperábamos pacientemente nuestro turno de cantar, empezamos a darnos cuenta de que el tiempo se estaba acabando. Nos dijeron que habían cortado nuestra pieza. ¡Qué desilusión! Mientras guardaba mi guitarra en el estuche, pensaba en los meses de ensayo y en el esfuerzo que se habían cancelado en un instante. Después, repentinamente, la decisión fue revocada y nos encontramos en el palco, enorme, sin siquiera el tiempo de probar el sonido y sin poder mirarnos entre nosotros. No tuve ni siquiera el tiempo de agarrar mi guitarra, que había guardado en la funda, y me encontré entre las manos una guitarra española con cuerdas de nylon, ¡un instrumento al que no estaba para nada acostumbrado!
Fue así que cantamos “Yes to You” en el Genfest 1985: completamente privados de puntos de referencia ni de certezas, obligados a depender sólo de la fuerza de la relación de amor recíproco entre nosotros y del deseo de merecer por eso la presencia de Jesús entre nosotros.

Mi experiencia en el Genfest de 1985 fue la prueba y la contraprueba de mi elección de vivir por la unidad, y la verificación de que es posible. Participé en muchos otros grandes eventos –festivales, partidos de fútbol, conciertos- pero ninguno como el Genfest. Allí no había ni odio, ni hostilidad, ni enemistades, como cuando los equipos rivales pelean en los partidos de fútbol, y tampoco la euforia fugaz provocada por el alcohol o la droga, que a menudo acompaña los conciertos o las grandes manifestaciones. Allí, en esa gran concentración de jóvenes, sólo había una alegría profunda y duradera.

Padraic Gilligan

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