Benoît y Chloé Mondou, una joven pareja francesa, han elegido iniciar su camino matrimonial participando juntos en la Jornada Mundial de la Juventud en Lisboa (Portugal).

“Al principio queríamos hacer el viaje de luna de miel por Europa, pero cuando se presentó la oportunidad de ir a la JMJ, ¡no lo dudamos ni un segundo!”. Benoît y Chloé Mondou, se casaron en Alta Saboya (Francia), una semana antes de la Jornada Mundial de la Juventud en Lisboa (Portugal). Veinticuatro años él y veintidós ella. Se conocieron hace siete años en un grupo scout en el que son muy activos, hoy son guías voluntarios. Benoît conoce la espiritualidad de los Focolares desde niño y, a través de él, Chloé también empezó a vivirla. Y fue precisamente con un grupo de jóvenes del Movimiento francófono de Francia, Bélgica y Suiza que partieron hacia Lisboa. “No dejamos de lado el viaje a Europa – explican – pero nos dijimos que era muy importante ir a la JMJ. Ahora podemos decir que marcó fuertemente una etapa en nuestro matrimonio».

Benoît y Chloé también participan en un proyecto social en su ciudad en el que visitan a personas alojadas en residencias de ancianos. “Somos afortunados de haber sido educados en la misma religión – explica Chloé – pero también somos afortunados de estar felices de rezar juntos. Como resultado, la participación en la JMJ ha dado una dimensión aún mayor a la fe que ambos tenemos. Muchas veces estábamos separados, luego nos volvíamos a encontrar para la alabanza o la adoración, encontrando así momentos para orar juntos”. “Y fue muy fuerte – confiesa Benoît – porque en la vida cotidiana realmente no tenemos la oportunidad de orar juntos. En Lisboa, pasar tiempo juntos, incluso en grupo, fue genial. Personalmente creo que es una experiencia que debes tener al menos una vez en la vida. Y si es en pareja, mejor”.

Momentos fundamentales los vividos con el papa Francisco. “Para mí lo más importante que dijo el Papa – dice Cloé – es cuando recordó que todos somos amados como somos, porque cuando formas parte de un grupo, a veces tiendes a crear tu propia personalidad para aparecer, para ser aceptado. Pero en lugares como ese te das cuenta de que así es como vivimos unos con otros, así es como somos naturales, y así es como Dios nos ama más”.

“Yo de las palabras del Papa – continúa Benoît – siento que me asumo un desafío, que me llegó muy profundo: tratar de ser Jesús. Ha invitado al millón y medio de jóvenes que estábamos en Lisboa a regresar a nuestros países, difundir la buena noticia, ayudar a los demás y hacer progresar a los demás con la palabra de Cristo”.

“En la JMJ – reflexiona Chloé – descubrí una nueva forma de vivir mi fe. Comprendí que hay tantas maneras diferentes de vivir la fe y no importa si una persona va cantando en la calle y otra prefiere estar sola en el fondo de una iglesia. Dentro de una familia, cada uno necesita encontrar su lugar y su propia manera de orar”.

“Hemos partido de Portugal con mayor fe – concluye Benoît. Esta experiencia ha acrecentado el deseo, que ya teníamos, de educar a nuestros hijos en la fe y en el Evangelio. Después de la boda religiosa necesitábamos esta JMJ, peregrinación, recogimiento, oración. Nos ha hecho mucho bien”.

Anna Lisa Innocenti

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