Hace algunos días vi en televisión a unas atletas muy jóvenes ─la mayoría de ellas pertenecientes a países del Este─ que ejecutaban maravillosos ejercicios de gimnasia artística. Eran magníficas: en sus repetidos saltos mortales, en las volteretas y en todos sus movimientos. ¡Qué perfección! ¡Cuánta armonía y cuánta gracia! Dominaban perfectamente su cuerpo, hasta el punto de que los ejercicios más difíciles parecían naturales. Son las mejores del mundo.
Mientras las admiraba, sentí varias veces dentro de mí una insistente invitación ─quizás del Espíritu Santo─. Era como si Alguien me dijese: Tú también, ustedes también, tienen que llegar a ser campeones del mundo. ¿Campeones en qué? En el amor a Dios. Pero, ¿sabes cuánto entrenamiento han necesitado estas jóvenes? ¿Sabes que día tras día, hora tras hora, repiten los mismos ejercicios sin rendirse nunca? Tú también, ustedes también, tienen que hacer lo mismo.¿Cuándo? En el momento presente, siempre, sin detenerse nunca. Y en mi corazón nació un grandísimo deseo de trabajar, momento por momento, para llegar a la perfección.
San Francisco de Sales dice que no existe ninguna índole tan buena que a fuerza de repetir actos viciosos no llegue a adquirir el vicio. Y, por consiguiente, se puede pensar que no hay índole tan mala que, a fuerza de repetir actos virtuosos, no llegue a adquirir la virtud. Por tanto, ¡ánimo! Si nos ejercitamos, llegaremos a ser campeones del mundo en amar a Dios
(…)
¿Cuál es la Palabra que Dios ha dado a nuestro Movimiento? Lo sabemos: Unidad. Entonces, tenemos que llegar a ser campeones de unidad con Dios, con su voluntad en el momento presente, y de unidad con el prójimo, con cada uno de los prójimos que encontremos durante el día.
¡Ejercitémonos sin perder ni un minuto que puede ser precioso! Lo que nos espera no es una medalla de oro, sino el Paraíso.
En 112 hectáreas de terreno, 23 organizaciones – comunidades católicas e institutos – han elegido vivir una experiencia de comunión entre carismas. Desde hace 24 años, esta experiencia que se desarrolla en Fortaleza (Brasil) se conoce como Condominio Espiritual Uirapuru (CEU), acrónimo que significa “cielo” en portugués.
Margaret Karram e Jesús Morán, Presidente e Copresidente del Movimento di Focolari, in queste settimane in viaggio in Brasile per incontrare le comunità dei Focolari, hanno fato tappa anche Fortaleza. Qui hanno potuto partecipare a vari incontri con diverse realtà carismatiche della Chiesa. Al CEU hanno incontrato leader di altre comunità, tra i quali Nelson Giovanelli e Fra Hans della Fazenda da Esperança, Moysés Azevedo della Comunità Shalom e Daniela Martucci di Nuovi Orizzonti.
También hicieron escala en Fortaleza Margaret Karram y Jesús Morán, presidenta y copresidente del Movimiento de los Focolares, que viajaron a Brasil en las últimas semanas para encontrarse con las comunidades de los Focolares. Aquí pudieron participar de diversos encuentros con diferentes realidades carismáticas de la Iglesia. En el CEU se reunieron con líderes de otras comunidades, entre ellos Nelson Giovanelli y fray Hans de la Fazenda da Esperança, Moysés Azevedo de la Comunidad Shalom y Daniela Martucci de Nuovi Orizzonti.
“El CEU es la realización del sueño que Chiara Lubich prometió al Papa Juan Pablo II en 1998, de trabajar por la unidad de los Movimientos y de las nuevas comunidades”, recuerda Nelson Giovanelli, fundador de la Fazenda da Esperança y recién elegido presidente del condominio. El carisma de la unidad, difundido por Chiara Lubich, inspira el cumplimiento de la misión para las diferentes comunidades presentes. Jesús Morán añade: “Si hay un lugar donde se puede entender la experiencia de la Iglesia es aquí en el CEU. Esta es la Iglesia, muchos carismas, pequeños o grandes, pero todos caminan juntos por la realización del Reino de Dios”.
Son 230 habitantes del CEU, entre niños y adolescentes, jóvenes y adultos en recuperación y más de 500 voluntarios. El fin de semana pasado, la comunidad Obra Lumen organizó el encuentro “Con Deus Tem Jeito” (Con Dios hay camino), que rescató a 250 toxico dependientes de las calles y los envió a un tratamiento terapéutico en varias comunidades asociadas, como la Fazenda da Esperança. El espacio es también escenario de actividades culturales que permiten la resocialización a través del arte, como el Festival Halleluya de la Comunidad Shalom, que reúne cada año a más de 400.000 personas.
En estos días, también en Brasil, se está celebrando el Genfest, un evento de los jóvenes del Movimiento de los Focolares. “Juntos para cuidar” es el lema de esta edición que contará con un evento internacional en Brasil y más de 40 Genfests locales en varios países del mundo. Cada uno comenzará con una primera fase en la que los jóvenes tendrán experiencias de voluntariado y solidaridad en diversas organizaciones sociales. Entre ellos también el CEU. Aquí, entre el 12 y el 18 de julio, un grupo de 60 jóvenes, participantes del Genfest, pudieron conocer las diferentes comunidades y realizar diversas actividades. “Todas estas comunidades ya realizan labores de cuidado con personas marginadas y en situación de vulnerabilidad. Nuestra propuesta fue unirnos a ellas, como un vínculo de unidad. Cuanto más nos entregamos, más nos abrimos a los demás, más descubrimos nuestra esencia”, dice Pedro Ícaro, participante del Genfest que vivió en el CEU durante 4 meses con jóvenes de diferentes países.
“Cuando esta comunión de carismas enciende el corazón de nuestros jóvenes, son capaces de transformar el mundo. Ésa es la finalidad de estos eventos que realizamos en el CEU, como el Genfest”, dice Moysés Azevedo, fundador de la Comunidad Shalom.
Acabamos de escuchar historias de paz expresadas en los más variados matices: canciones, oraciones, experiencias, proyectos concretos.
Todo esto refuerza en nosotros la confianza y la esperanza de que es posible ser constructores de paz. El Papa Francisco dice que tenemos que ser cada día “artesanos de la paz”. Y para esto necesitamos perseverancia y paciencia para poder mirar con amor a todos los hermanos y hermanas que encontramos en nuestro camino.
En este Genfest hemos aprendido que la paz empieza en mí con pequeños gestos de atención a las personas, a nuestros pueblos y a la creación.
¿Entonces por dónde podemos empezar?
Lo hemos dicho varias veces en estos días: derrumbando todas las barreras que nos dividen, para vivir la fraternidad. Y esto podemos hacerlo:
descubriendo que nuestra humanidad común es más importante que todas nuestras diferencias;
– después estando dispuestos a perdonar y a hacer gestos de reconciliación. Porque perdonar significa decirle al otro: “Tú vales mucho más que tus actos”.
Y como hicimos en la primera fase del Genfest, continuemos, también cuando regresemos a casa, siendo artesanos de paz en nuestras relaciones, dando el primer paso hacia los demás. Será el amor el que nos inspire qué hacer, hacia quién dirigirnos.
Perdonemos sin esperar a que sea la otra persona la que nos pida perdón.
Que este Genfest sea el momento de nuestro SÍ A LA PAZ.
No debemos sentirnos nunca más solos: en estos días hemos visto y ciertamente experimentado la fuerza de la “unión”, Juntos.
Unámonos a todos los que viven y trabajan por la paz. Las communities que construiremos en la Fase Tres ya son un posible camino a seguir.
¡Abran los ojos a visiones de paz! ¡Hablen un lenguaje de paz! ¡Hagan gestos de paz! Porque la práctica de la paz lleva a la paz. La paz se revela y se ofrece a los que la realizan, día tras día, todas esas formas de paz de las que son capaces. (*)
Abrir, hablar y actuar.
Entonces: ¡no nos demos paz hasta que no hayamos logrado la paz!
Iniciada el 19 de julio de 2024, la segunda fase del Genfest 2024, el evento juvenil del Movimiento de los Focolares, concluyó su programa el 21 de julio de 2024 con la celebración de la Santa Misa en la Basílica del Santuario Nacional de Aparecida, en Aparecida (São Paulo), Brasil. El evento central del Genfest, que por primera vez tuvo su versión internacional en el continente latinoamericano, reunió a unos 4.000 participantes de más de 50 países y, desde el principio, se caracterizó por una alegría contagiosa. Además, miles de personas de todo el mundo siguieron parte del programa vía streaming.
Bajo el lema “Juntos para Cuidar”, los jóvenes reunidos en el “Centro de Eventos Padre Vítor Coelho de Almeida” promovieron un intenso programa que combinó celebración, arte, creatividad y testimonio, expresión de la convicción de que la construcción de la fraternidad universal requiere iniciativas concretas para cuidar la vida en el planeta, especialmente en lo que se refiere al cuidado de las personas en diferentes condiciones de vulnerabilidad y de la naturaleza, como ha pedido insistentemente el Papa Francisco.
Ceremonia de apertura
En la ceremonia de apertura, los jóvenes fueron recibidos por el Arzobispo de Aparecida, Mons. Orlando Brandes; el Nuncio Apostólico en Brasil, Mons. Giambattista Diquattro; el Rector del Santuario de Aparecida, Padre Eduardo Catalfo y la Presidenta del Movimiento de los Focolares, Margaret Karram, entre las personalidades presentes. El obispo Orlando Brandes leyó un mensaje enviado por el cardenal Pietro Parolin, secretario de Estado del Vaticano, en nombre del papa Francisco. “Seamos capaces de reaccionar con un nuevo sueño de fraternidad y amistad social que no se limita a las palabras”, dice el telegrama. En sus palabras de saludo a los jóvenes, Margaret Karram subrayó que “juntos, nuestros sueños se harán realidad”. A continuación, los jóvenes fueron recibidos por una “fiesta latinoamericana” con actuaciones artísticas típicas de distintos países. Fue una explosión de alegría que involucró a todos.
Segundo día
Un momento para encontrar caminos, o más bien senderos, para un mundo unido. Así comenzó la segunda jornada de esta fase del Genfest 2024. Por un lado, jóvenes de todo el mundo contaron cómo intentan construir relaciones fraternas en sus entornos. Fue el caso, por ejemplo, de Adelina, de Rio Grande do Sul (Brasil), que tuvo que hacer frente a la tragedia causada por las lluvias que azotaron su estado en mayo de 2024, y de Joseph, de Sierra Leona, que fue separado de su familia cuando era niño y reclutado por los militares que combatían a las tropas gubernamentales del país africano con actos de violencia. Momentos artísticos llamaron la atención sobre algunos de los grandes temas del mundo actual, como la ecología y la ciudadanía, mientras que spark changers, especialistas en diferentes áreas, ofrecieron al público algunas breves reflexiones que podrían provocar cambios en el mundo.
El programa del sábado también incluyó un “avance” de la Fase 3 del Genfest: se celebraron talleres sobre diferentes temas, siempre con la mirada puesta en el “cuidado” de la vida en sus diversas expresiones. Por último, un viaje alrededor del mundo con historias de realización personal o acción social, pero todas con la fraternidad como motivación para “abrazar a la humanidad e iniciar el cambio”. Concluyeron el programa del segundo día en el escenario del Genfest jóvenes de Turquía, Australia, Zimbabue, Bolivia, Italia y Colombia que contaron cómo habían afrontado o ayudado a otros a afrontar el dolor cuando éste parece quitarle sentido a la vida. Las presentaciones, sin embargo, no se limitaron a historias personales. También se presentaron en el escenario iniciativas sociales muy diversas, como Rimarishun, un proyecto de acercamiento entre diferentes culturas en Ecuador. También de Brasil fueron el Proyecto Amazonas, el Quilombo Rio dos Macacos de Salvador (comunidad afro descendientes) y la Casa do Menor, cuya coreografía recibió una standing ovation.
Ceremonia de clausura
El programa de la jornada de clausura de la segunda fase del Genfest 2024 comenzó mirando al pasado para pensar en el futuro. Se recordaron algunos de los proyectos puestos en marcha en el último Genfest de 2018 y que ya han empezado a dar sus frutos, incluso de forma real, como es el caso de la plantación de árboles en zonas propensas a la degradación. Siguiendo el ejemplo de lo que se hizo en el último Genfest de Manila (Filipinas), se presentaron algunos proyectos que tendrán continuidad después de estas jornadas.
El primer proyecto comenzará con la tercera fase del Genfest. Se trata de las “Comunidades Mundo Unido”, que reunirán a jóvenes -incluidos los que no pudieron asistir al evento de Aparecida- en grupos por áreas de conocimiento, desde la economía al trabajo, desde la política a la ciudadanía. Los jóvenes interesados en las distintas áreas podrán unirse a estas comunidades en función de su “pasión”, como dicen los organizadores.
Una herramienta importante para la realización de estas comunidades es el Proyecto Mundo Unido. Lanzado en 2012 en el Genfest de Budapest (Hungría), se trata de hecho de un programa para difundir la fraternidad a gran escala y reunir acciones en este sentido, permitiendo compartir experiencias con muchos jóvenes de todo el mundo.
Otra acción derivada de este Genfest, pero más inmediata, es el lanzamiento de un cuestionario para recoger las propuestas de los jóvenes para el “Pacto por el Futuro”, un manifiesto que se presentará en la Summit of the Future, una cumbre internacional que organizará la ONU en septiembre de 2024.
Construir comunidades internacionales requiere diálogo. A este tema se dedicó gran parte de la sesión. Rabina Silvina Chemen y una joven líder musulmana, Israa Safieddine, contaron cómo intentan construir el diálogo.
Catorce jóvenes latinoamericanos de seis iglesias cristianas presentaron Ikuméni, un taller de buenas prácticas ecuménicas e interreligiosas. Todas estas iniciativas tienen como objetivo final la construcción de la paz, tema al que se dedicó toda la última parte del programa.
El uruguayo Carlos Palma presentó el proyecto Living Peace. Un vídeo de Chiara Lubich recordó cómo se puede construir hoy la paz: viviendo el amor mutuo.
Los jóvenes participantes en el Genfest desfilaron finalmente con banderas de todos los países pidiendo la paz en todas las naciones. En la conclusión, la presidenta del Movimiento de los Focolares, Margaret Karram, invitó a todos a ser constructores de paz, rompiendo las barreras que dividen a las personas y tomando la iniciativa de perdonar: “Que este Genfest sea un momento para decir sí a la paz”, concluyó.