Oct 27, 2016 | Focolare Worldwide
«Siempre habíamos deseado tener una familia amplia», dicen Corrado y Elisabetta Ferri. Pero para quien ya tiene cinco hijos, de edades comprendidas entre los 10 y los 21 años, ampliar la familia adquiere otro valor: significa abrir el corazón a los problemas del mundo, y esto no se hace sin sacrificios. Corrado y Elisabetta están casados desde hace 24 años y, viendo crecer a sus hijos rodeados de ese amor que sólo el calor familiar sabe donar, han deseado ayudar a quien no tiene ese afecto. “Por eso – nos cuentan – apenas lo permitieron nuestras condiciones económicas, hemos adherido a uno de los proyectos de Ayuda a Distancia (SAD) de la Asociación AFNOnlus y hemos acogido a Athiphong, un niño tailandés”. Después de veinte años de sostenerlo y de una intensa correspondencia con él, Athiphong, ya adulto, encontró un trabajo y, gracias a los estudios emprendidos, hoy ya puede sostener a su nueva familia y también a la de origen. «Un año pudimos redondear un poco la cantidad que enviábamos como aporte, poca cosa en realidad, pero fue conmovedor saber que, con aquel pequeño extra, la familia de Athiphong había podido “pavimentar” con cemento el interior de su modesta vivienda, levantando la admiración y la aprobación también de los vecinos». Ahora que Athiphong se ha independizado, la familia Ferri ha decidido sostener a una muchacha tailandesa. Después de haber vivido esta experiencia y habiendo crecido en un ambiente en que se vive la solidaridad y el compartir, los hijos de Corrado y Elisabetta han decidido juntar todos los ahorros obtenidos con los cumpleaños y las fiestas de cada uno, para concentrarlos en un nuevo proyecto. Esto ha hecho posible la llegada de Maleta, un estupendo niño congolés. «¡Qué sorpresa y que carcajadas hemos dado cuando, hace algunas Navidades, nos llegó la habitual cartita con foto, en la cual Maleta, junto con un simpático grupo de coetáneos, lucían orgullosos las camisetas del equipo de futbol italiano, del que todos nosotros somos hinchas en nuestra familia». De esta forma, el vínculo familiar no conoce distancias y todos comparten las vivencias, incluso dolorosas, de Maleta, el cual, al trasladarse a otra ciudad con su tía, ha sido acompañado por el recuerdo y las oraciones de sus papás y hermanos lejanos. «Ahora nuestros hijos, todos juntos, sostienen al pequeño Nzata». Quien ha continuado esta extraordinaria cadena de solidaridad, ha sido Eduardo, el segundo hijo. “Cuando se diplomó con la nota máxima, participó en un concurso. Ganó el primer premio y una beca de estudios en dinero de una cierta importancia: Nosotros en la familia – cuenta Corrado y Elisabetta – estábamos tan orgullosos de él y del excelente resultado obtenido con gran esfuerzo, que insistíamos para que se quedara esa suma para él, pues la había merecido. Pero él quiso pensarlo durante algunos días y, después, con una cierta sorpresa por nuestra parte, nos dijo que con gusto iba a destinar la suma a un niño, en un nuevo proyecto de ayuda a distancia, suyo personal. Fue así que ahora ha llegado a nuestra familia una niña de Jordania». Y terminan con convicción: «Creemos que este corazón dilatado nos ha hecho bien a nosotros y a nuestros hijos y que el amor que se da, siempre vuelve con abundancia».
Oct 26, 2016 | Focolare Worldwide, Senza categoria
Los jóvenes estudian sentados en troncos de árbol, usando como banco sus rodillas. Es lo que ocurre en la isla de Idjwi, en el centro del lago Kivu, en la zona oriental de la República Democrática del Congo. Por su ubicación, fue usada como plataforma para movimientos secretos de distintas tropas militares, en los recientes conflictos que afectaron al país. En la isla faltan muchos servicios entre ellos la conexión de corriente eléctrica y el transporte público. Los traslados de la población entre la isla y la tierra firme se realizan principalmente con piraguas que, por su inestabilidad, son causa de numerosos accidentes y muertes por naufragios. Esto marca un alto porcentaje de mortandad: las estadísticas expresan que existe una viuda o un huérfano en una familia cada cinco. La economía de la isla está basada en la agricultura y la pesca, En especial se cultivan frijoles (porotos), mandioca, cacahuetes (maníes), soja y café. Existen también criaderos de pollos, cabras; pavos y cerdos . En los últimos años, sin embargo, la producción agrícola disminuyó por varios motivos entre ellos el desgaste de la calidad del suelo, la escasa formación de los campesinos, la ausencia de semillas y de variedades de cultivos más resistentes a las plagas. Dada la situación económica, muchos jóvenes de la isla no tienen trabajo y perspectivas de futuro profesional. Las cuatro parroquias que existen tratan de responder a esta necesidad de la población local. En especial la de Bumpeta, en la parte septentrional de la isla, que cuenta con unos 76.000 habitantes. Es muy activa en la gestión de las escuelas primarias y secundarias y por ello recibieron un reconocimiento por parte del Estado congolés.
Viendo la participación activa de la población en la promoción de la instrucción de los niños y de los jóvenes de la isla, la AMU encaminó un proyecto que apunta con convicción al futuro del país y que se propone sostener la parroquia de Bumpeta en el equipamiento del Instituto Cikoma. Se trata de una escuela superior con dirección pedagógica y social que forma a los futuros maestros y profesores de la isla. Una escuela que apunta al futuro pero que tiene que luchar con un presente marcado por el atraso, con una población a la que le cuesta salir de la pobreza. Casi 900 chicos y chicas asisten a la escuela. Están divididos en 14 clases. En algunas de las clases hay escritorios estropeados, en otras no hay ninguno. El proyecto prevé proporcionar a la escuela 308 pupitres, dado que éstos no existen. En este momento muchos estudiantes usan todavía como asientos los troncos de los árboles y como mesa sus rodillas, lo que ocasiona serios disturbios de postura en la columna y en el cuello. Una fábrica congolesa fabricará los pupitres y de este modo el proyecto contribuirá también a sostener las actividades productivas locales. La población de Bumpeta participa activamente en la realización del proyecto y se ocupará en especial del traslado de los mismos a la isla. Fuente: AMU online
Oct 25, 2016 | Focolare Worldwide
Sensible a los problemas sociales, el joven Paulo de Lisboa (Portugal) se topó con la pobreza y la degradación humana de los barrios pobres de la ciudad. No pudiendo tolerar esa desigualdad, decidió luchar con un grupo de extremistas, pero muy pronto descubrió que no todo lo que ellos postulaban era digno de ser compartido y, si bien siempre estuvo abierto en su búsqueda, con amargura se alejó de ellos. Cuando conoció a los jóvenes de los Focolares, descubrió que también ellos querían una revolución, pero era la del Evangelio, que te hace salir de ti mismo y de tu comodidad para ponerse al servicio de los demás. Fue un itinerario que condujo a Paulo a realizar una elección todavía más valiente: concluidos sus estudios de economía, se sintió llamado a dejar todo para hacerse discípulo de Jesús y, después de un periodo de formación, entró en la comunidad del focolar. En 1997 se traslada a África: primero a Nairobi y más tarde a Kinshasa. Paulo comparte con estos nuevos hermanos alegrías, sufrimientos, desafíos y entusiasmos, con el amor y la sabiduría que lo caracterizan y observado por los congoleses que aprecian profundamente su obra. Un día de fiesta ellos lo compararon con el colibrí, pájaro totem que simboliza la alegría de vivir, la simpatía, la capacidad de adaptación y de saber responder rápidamente a los estímulos, la resiliencia y la ligereza con que sabía sacudirse de encima la negatividad. Paulo, hombre-mundo, logra inculturarse tan bien con el pueblo africano, que se convirtió él mismo en un hijo de África. Y es como tal que los congoleses, al conocer su muerte imprevista (12.9.2016), quisieron saludarlo y honrarlo.
En varios lugares de Congo se han celebrado misas, “dueil (luto)” y vigilias de oración, contemporáneamente con los funerales en Portugal. «Queríamos testimoniar todo lo que Paulo nos ha enseñado con su vida –escriben desde Kinshasa – por eso, después de la misa celebrada en varios puntos del Congo, en el week end ya no se ha seguido llorando por Paulo, sino que se le ha festejado con misas de acción de gracias y presentando testimonios sobre él. Y así como la tradición y la cultura congolesas piden, lo hemos despedido también con danzas, con una bebida típica y con un pequeño dulce. En Kinshasa la ceremonia se organizó en el terreno de la escuela Petite Flamme (Llamita), una obra social a la que también Paulo dio un gran aporte. Después, muchos testimonios sobre él y una ceremonia tradicional que lo condujo simbólicamente ante los antepasados, a los ancestros, haciendo una fosa en el terreno – que normalmente se escava delante del salón de la casa del difunto – en la cual se echa vino de palma mientras se pronuncian estas palabras: ” (…) Aquí estamos para darte las gracias por el tiempo que hemos pasado juntos. Y dado que tú has vivido según las enseñanzas de los antepasados, nuestro clan te toma como modelo. Te prometemos vivir como has vivido tú. Sabemos que has llegado a la aldea de los antepasados. Ahora te pedimos que vengas a compartir con nosotros este vino de palma, como símbolo de nuestros hermosos recuerdos; te saludamos y te pedimos que saludes también a todos los nuestros que están contigo en la aldea de los antepasados (…)”». «¿Cómo es posible no sentir en estas palabras – subrayan los focolarinos del Congo – la expresión de una sabiduría antigua que recuerda la comunión de los santos que une tierra y cielo, y el amor que sigue uniéndonos también más allá de la muerte? Paulo se inculturó tan profundamente con los congoleses, que su extremo saludo quisieron que fuera expresión de las antiguas tradiciones y del Evangelio. En ellos ha prevalecido el amor, también considerando que no han hecho caso de los miedos ancestrales que atribuyen la muerte inesperada de un hombre, en el pleno vigor de su existencia, a las fuerzas maléficas, movidas por alguien que es su enemigo, un culpable del que hay que vengarse sin falta». Significativa la expresión de una pareja: «Con tu llegada allá arriba, sentimos que no nos hemos empobrecido, al contrario, nos hemos vuelto más fuertes. Has estado realmente a nuestro lado, un verdadero apóstol de la unidad, un gran buscador de Dios que sabía dónde encontrarlo: en el hermano».
Oct 24, 2016 | Sin categorizar
Este año se conmemora el sexagésimo de la revolución de Hungría de 1956. Es una conmemoración muy sentida en todo el país y vinculada también a algunos hechos importantes del Movimiento de los Focolares, en especial al nacimiento de una de sus ramas: los voluntarios. Pero los ideales del 56, ¿se han quedado vinculados a una situación coyuntural que ahora forma parte del pasado, de la historia de Hungría? ¿O bien celebrar este aniversario puede convertirse en una ocasión para reavivar y actualizar aquellos valores por los cuales millares de personas han dado su vida? Aquí presentamos algunos hechos históricos, a través del testimonio de personas que todavía hoy están comprometidas en ámbito social, fieles a los valores más genuinos del 56, a partir de una opción en consonancia con el Evangelio. Video multilingüe subtitulado https://youtu.be/F-m85VMcI8g https://youtu.be/bpxqy-fYHc8
Oct 23, 2016 | Focolare Worldwide
https://vimeo.com/121268206
Hacia la unidad de las naciones y la Unidad de los pueblos «Estamos aquí en la sede principal de un organismo mundial: la ONU, que ve simultáneamente presente entre sus miembros a 185 naciones, “unidas” con la finalidad de “mantener la paz y la seguridad internacionales”.
Una finalidad, como expresa su Carta de constitución, obtenida por medio del respeto de los derechos fundamentales de la persona y de los pueblos, la cooperación económica entre los Estados, el desarrollo social de cada país.
Un acción que mira a eliminar los muchos flagelos que afectan a la humanidad: guerras, la carrera armamentista, la negación de las libertades inherentes a cada miembro de la familia humana, y también el hambre, el analfabetismo, la pobreza.
Es este, lo sabemos, el nuevo concepto de “paz y seguridad” que, a las Naciones Unidas, se le ha confiado: la paz entendida no como ausencia de guerra, sino como el resultado de condiciones que generan la paz.
Una institución, pues benemérita que, además de contar con el consenso de la humanidadtambién tiene la bendición del Cielo si es cierto lo que afirmó Jesucristo, el Príncipe de la Paz:
“Felices los que trabajan por la paz, porque serán reconocidos como hijos de Dios” ( ).
Hoy, quien la visita, también representa a una realidad viva en 198 Naciones, y si bien es más humilde y menos conocida que la gran y famosa institución que la acoge, tiene mucho que ver con ella.»