Movimiento de los Focolares
Balance de Comunión 2024: los proyectos y las obras del Movimiento de los Focolares en el mundo

Balance de Comunión 2024: los proyectos y las obras del Movimiento de los Focolares en el mundo

El Balance de Comunión (BdC) es una herramienta que surge en la línea de los Balances Sociales de las Organizaciones no gubernamentales y sin ánimo de lucro: expresa un estilo inspirado en el Evangelio y es una invitación a promover relaciones de reciprocidad y comunión, a contribuir a la realización de sociedades donde las personas y los pueblos puedan vivir con dignidad, justicia y en paz. Para 2024, el Movimiento de los Focolares ha analizado los datos relativos a las obras, proyectos y acciones estables y continuativas presentes en muchos países. Los datos reportados no representan un mapa completo ni exhaustivo de todas las iniciativas en curso, pero son una muestra significativa que expresa el compromiso de más de un centenar de obras para responder a las necesidades de la humanidad, sostenidas por la espiritualidad de los Focolares, para generar confianza, cohesión social y sentido de comunidad.

DESCARGA el Balance de Comunión en italiano clicando aquí o en la imagen. La traducción a otros idiomas estará disponible en breve.

Asamblea General 2026: Aportaciones de las nuevas generaciones

Asamblea General 2026: Aportaciones de las nuevas generaciones

La participación de las nuevas generaciones en el camino hacia la Asamblea general del Movimiento de los Focolares de 2026 se concibe como un proceso integral que se desarrolla a través de diversas formas de inclusión. Se ha invitado a los adolescentes y jóvenes del Movimiento de todo el mundo a participar de forma activa y plena en sus comunidades. Por ello, se ha elaborado un documento que resume las conclusiones de la última Asamblea celebrada en 2021. Este documento invita a adolescentes y jóvenes de todo el mundo a reflexionar sobre tres preguntas fundamentales: 1: ¿Qué hemos logrado realizar en nuestro entorno local a partir de las propuestas de la última Asamblea? 2: ¿Qué deseamos lograr en el futuro y a qué nos comprometemos? 3: ¿Qué anhelo o sueño tienes para el Movimiento en los próximos cinco años?

Un proceso fundamental para unir generaciones y asegurar la continuidad en su camino hacia la unidad. Se ha invitado a las comunidades a crear momentos de comunión que fomenten el diálogo y la elaboración de propuestas, potenciando así el papel de los jóvenes, arraigado en sus vidas concretas y sus sensibilidades.

También se tuvo en cuenta la participación de las niñas y los niños del Movimiento de los Focolares, a quienes se les pidió que respondieran con dibujos a la pregunta: ¿Qué podemos hacer para ayudar a que el mundo esté más unido? Los dibujos se exhibirán en las salas donde se reunirán los participantes de la Asamblea, para que inspiren y hablen al corazón de muchos.

Activar los subtítulos en español – El original está en varios idiomas.

«Bienaventurados los que trabajan por la paz, porque ellos serán llamados hijos de Dios» (Mt 5, 9).

«Bienaventurados los que trabajan por la paz, porque ellos serán llamados hijos de Dios» (Mt 5, 9).

Recientemente, un observatorio creado por tres universidades italianas ha señalado que en un año ha habido más de un millón de mensajes de odio en la red, y cada vez son más violentos los dirigidos a extranjeros, a judíos y sobre todo a mujeres.

Está claro que no podemos generalizar, pero cada uno de nosotros ha experimentado en la familia, en el trabajo, en el ámbito deportivo, etc. comportamientos conflictivos y ofensivos y rivalidades que dividen y ponen en peligro la convivencia social. Además, más globalmente, hay en el mundo 56 conflictos armados, la cifra más alta desde la Segunda Guerra Mundial, con un altísimo número de víctimas civiles.

Ante este panorama, resuenan más provocadoras, verdaderas y fuertes que nunca las palabras de Jesús:

«Bienaventurados los que trabajan por la paz, porque ellos serán llamados hijos de Dios».

«Todo pueblo y toda persona tiene un profundo anhelo de paz, de concordia y de unidad. Pero a pesar de los esfuerzos y la buena voluntad, después de milenios de historia nos vemos incapaces de mantener una paz estable y duradera. Jesús vino a traernos la paz, una paz –nos dice– que no es como la que “da el mundo” [1] , porque esta no es solo ausencia de guerra, de luchas, divisiones y traumas. Su paz es también todo esto, pero es mucho más: es plenitud de vida y de alegría, es salvación integral de la persona, es libertad, es justicia y fraternidad en el amor entre todos los pueblos»[2].

La palabra de vida de este mes es la séptima de las bienaventuranzas, con las que inicia el discurso de la montaña (Mt 5-7). Jesús, que las encarna todas, se dirige a sus discípulos para instruirlos. Hay que señalar que las ocho bienaventuranzas están formuladas en plural. De ello podemos deducir que no se pone el acento en un comportamiento individual o en virtudes personales, sino más bien en una ética colectiva que se practica en grupo.

«Bienaventurados los que trabajan por la paz, porque ellos serán llamados hijos de Dios».

¿Quiénes son los que trabajan por la paz? Esta «bienaventuranza es la más activa y explícitamente operativa; la expresión verbal es análoga a la que se utiliza en el primer versículo de la Biblia para la creación, e indica iniciativa y laboriosidad. El amor es por naturaleza creativo […], busca la reconciliación a cualquier precio. Son llamados hijos de Dios aquellos que han aprendido el arte de la paz y lo practican, quienes saben que no hay reconciliación sin dar la vida y que hay que buscar la paz siempre y en cualquier caso. […] No se trata de una obra autónoma fruto de las capacidades que uno tiene: es una manifestación de la gracia que hemos recibido de Cristo, que es nuestra paz, que nos ha hecho hijos de Dios» [3].

«Bienaventurados los que trabajan por la paz, porque ellos serán llamados hijos de Dios».

Entonces, ¿cómo vivir esta palabra? Ante todo, difundiendo por todas partes el amor verdadero. Luego, interviniendo cuando la paz esté amenazada en nuestro entorno. A veces basta escuchar a las partes enfrentadas con amor, hasta el fondo, para ver una salida.

Además, no nos rendiremos mientras no se restablezcan las relaciones interrumpidas, en muchos casos debido a una pequeñez. Podríamos poner en marcha –en la entidad, asociación o parroquia de la que formamos parte– iniciativas concretas dirigidas a desarrollar una mayor conciencia de la necesidad de paz. Hay en el mundo miles de propuestas, grandes y pequeñas, que actúan en esta dirección: marchas, conciertos, encuentros; y también el voluntariado activa una corriente de generosidad que construye la paz.

Hay además programas de educación a la paz, como Living Peace. A día de hoy, más de 2.600 colegios y grupos se adhieren a este proyecto, y más de dos millones de niños, jóvenes y adultos de los cinco continentes participan en sus iniciativas. Entre ellas está el lanzamiento del «dado de la paz» –inspirado en el dado del arte de amar de Chiara Lubich[4] – en cuyas caras están escritas frases que ayudan a construir relaciones de paz; y también una iniciativa que se desarrolla en todo el mundo, el Time-out: cada día a las 12.00 se hace un minuto de silencio, de reflexión o de oración por la paz.

Augusto Parodi y el equipo de la Palabra de Vida


Foto: © De Rezende Maria Clara – Sito Living Peace – Copertina Guida 2025-2026

[1] Cf. Gv 14, 27

[2] C. LUBICH, Palabra de vida de enero de 2004, en Ciudad Nueva n. 405 (1/2004), 22.

[3] FRANCISCO, Audiencia general, 15-4-2020: La ley de Dios. Catequesis sobre los mandamientos y las bienaventuranzas, Ciudad Nueva, Madrid 2020, pp. 155-156.

[4] LUBICH, El arte de amar, Ciudad Nueva, Madrid 2006, 2012

Trabajar por la paz

Trabajar por la paz

Vivimos un tiempo en el que las tensiones, los conflictos y los mensajes de odio parecen multiplicarse: en las redes sociales, en el trabajo, en la política, incluso en las familias. También a escala global los conflictos armados alcanzan cifras que no veíamos desde hace décadas. Todo esto nos recuerda que la paz nunca está garantizada, sino que necesita ser construida cada día.
Ante esta realidad, las palabras de Chiara Lubich en 2004 son también para hoy: «Todo pueblo y toda persona tiene un profundo anhelo de paz, de concordia y de unidad. Pero a pesar de los esfuerzos y la buena voluntad, después de milenios de historia nos vemos incapaces de mantener una paz estable y duradera. (…) porque la paz no es solo ausencia de guerra, de luchas, divisiones y traumas». La verdadera paz «es plenitud de vida y de alegría, es salvación integral de la persona, es libertad, es justicia y fraternidad en el amor entre todos los pueblos».
Trabajar por la paz requiere ponerse en acción,tomar la iniciativa, a veces con creatividad. También cada uno de nosotros puede ser un “artesano de paz”: en lo pequeño del día a día y también en lo grande, uniéndonos a iniciativas globalesque promuevan la concordia y la colaboración.
El proyecto Living Peace donde el deseo personal de hacer algo en favor de la paz, se ha convertido en un programa de educación a la paz. Actualmente más de 2.600 colegios y grupos se adhieren a este proyecto, y más de dos millones de niños, jóvenes y adultos de los cinco continentes participan en sus iniciativas. Entre ellas está el «dado de la paz» en cuyas caras están escritas frases que ayudan a construir relaciones de paz y que cada uno trata de poner en práctica.
Recientemente en un webinar titulado “perdón y paz el coraje de las decisiones difíciles” se ponía en evidencia la importancia del perdón y de la reconciliación para ser artífices de paz reconstruyendo aquello que se había roto.
Por último, otro ejemplo es el del Método Rondine: un laboratorio a cielo abierto para salir de la lógica del enemigo. Israelíes y palestinos, serbios y bosnios, armenios y azeríes, pero también malienses, nigerianos y colombianos, y últimamente rusos y ucranianos, han construido un camino viable para reparar las relaciones destruidas por el odio y construir vínculos sólidos a favor de la paz. Entre todos los jóvenes que se han acercado en estos treinta
años a la Ciudadela de la Paz, un pequeño pueblo medieval a las puertas de Arezzo (Italia), hoy encontramos políticos, embajadores, empresarios, jóvenes líderes que ponen su vida al servicio de sanar las heridas de esos conflictos dolorosos, sentando las bases de un futuro que entrelaza relaciones pacificadas y desarrollo.
Para vivir esta Idea, propongámonos sembrar paz allí donde estemos, porque cada paso hacia la paz nos hace más plenamente humanos y acerca a toda la sociedad a un horizonte de justicia y fraternidad.

Foto: © Livingpeaceinternational.org


LA IDEA DEL MES, es elaborada por el «Centro para el diálogo con personas de convicciones no religiosas» del Movimiento de los Focolares. Se trata de una iniciativa nacida en 2014 en Uruguay para compartir con amigos no creyentes los valores de la Palabra de Vida que es la frase de la Escritura que los miembros del Movimiento se esfuerzan por poner en práctica en su vida cotidiana. Actualmente LA IDEA DEL MES es traducida a 12 idiomas y se distribuye en más de 25 países, con adaptaciones del texto según las diferentes sensibilidades culturales. www. dialogue4unity.focolare.org

Evangelio vivido: “La ayuda me viene del Señor, que hizo el cielo y la tierra”.

Evangelio vivido: “La ayuda me viene del Señor, que hizo el cielo y la tierra”.

Simplemente amar

En estos días fui a visitar a mi madre para llevarle algunas cosas, como suelo hacer. Hacía calor y ella estaba aún durmiendo la siesta, por lo cual le dejé todo en el lavadero para no despertarla. Cuando estaba por volver a casa, noté que habían cortado el césped de la acera (en nuestra localidad esa tarea es incumbencia del Municipio) y todo había quedado un tanto sucio y desprolijo. Enseguida pensé que cuando ella se despertara iba a ver la acera en ese estado y empezaría a barrerla, aunque sabe que no debería hacerlo pues le produce dolor de espalda. Volví para buscar una escoba, porque sé dónde las guarda, y empecé a barrer. Esa simple experiencia me dio la misma alegría que sentía cuando era un gen 3, un adolescente del Movimiento de los Focolares, por más de que hayan pasado tantos años.

(D. C. – Argentina)

Mientras hacía las compras

Ayer estaba en el supermercado. Mientras miraba los productos en una góndola, me di cuenta de que alguien me estaba observando con insistencia; era un señor. Como no era una persona que yo conociera, seguí mi recorrido, pero él siguió haciendo lo mismo. Un rato más tarde, cuando yo salía, vi que me estaba esperando; entonces me saludó: “Pero realmente, ¿no se acuerda usted de mí?”. Su rostro seguía siendo desconocido para mí, entonces le sugerí que me diera algún elemento que pudiera hacerme recordar. “Soy Stefan –respondió– y hace algunos años usted me ayudó mucho con un documento que yo estaba tramitando y finalmente me consiguió. Mire, todavía lo conservo”, y abriendo su mochila, con mucha alegría en su rostro, me mostró una ficha de reconocimiento que se les concedía a los extranjeros. Busqué la fecha y vi que es del año 1993, pero la guardaba en muy buen estado. Stefan prosigue diciéndome: “Han pasado treinta y dos años, pero nunca me olvido su dedicación por hacer lo imposible por mí, y lo que significó este documento en ese momento. Por ello, siempre he guardado esta ficha, como para recordarla a usted, ¡gracias!”. Luego me dijo: “Usted está igual a como era en ese entonces”. No había visto mis arrugas, pero recordaba el amor. Y el amor es lo que queda.

(A.P. – Italia)

A cargo de Maria Grazia Berretta
(extraído de “Il Vangelo del Giorno”, Città Nuova, año X– número 1, septiembre-octubre de 2025)

Foto: © Pixabay