Movimiento de los Focolares
Margaret Karram al finalizar el Sínodo

Margaret Karram al finalizar el Sínodo

“Ha sido una gracia inmensa para mí, un don de Dios no solo personal, sino que lo considero así para todo el Movimiento de los Focolares”. Con estas palabras la Presidente Margaret Karram abre algunas reflexiones sobre la experiencia sinodal y el documento final de la XVI Asamblea General Ordinaria del Sínodo de los Obispos (2-27 octubre 2024) “Por una Iglesia sinodal: comunión, participación, misión”.

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Un laboratorio de sinodalidad

Un laboratorio de sinodalidad

Dentro de pocos días empezará la tercera edición del curso de formación a la sinodalidad organizado por el Centro Evangelii Gaudium del Instituto Universitario Sophia. ¿Qué balance se puede hacer?

Estamos en la tercera edición y hasta ahora este curso ha visto a cientos de participantes de todo el mundo y decenas de docentes de varias disciplinas. Es un curso multicultural e interdisciplinario, ofrecido en varios idiomas. Las mismas clases son pequeños laboratorios o talleres, ya que los encuentros de grupo son parte integrante de ellas.

Gracias a las plataformas online es posible seguir el curso desde cualquier parte del mundo. El horario para Europa es por la tarde-noche (desde las 18.00 hasta las 21.00 horas de Roma) pero también hay gente que se conecta a las 3 de la mañana, como Singapur o Malasia; otros a la hora del almuerzo como en el continente americano.

Hemos tenido una buena participación. En total ha habido 380 inscriptos. Los estudiantes pueden seguir las clases o bien integrarse a través de aportes finales y conseguir créditos académicos por parte del Instituto Universitario Sophia. Trabajamos en sintonía con la Secretaría General del Sínodo, que es uno de los promotores del curso.

Fue interesante para nosotros y un gran estímulo que durante la rueda de prensa de presentación delInstrumentum Laboris para la fase de la Asambleasinodal que acaba de comenzar el 1 de octubre de 2024, el cardenal Hollerich dijera:“Quisiera recordar las numerosas iniciativas de formación sobre la sinodalidad (…) A nivel internacional recordamos el MOOC del Boston College que ha contado con la colaboración de muchos expertos del Sínodo o también el curso universitario propuesto por el Centro Evangelii Gaudium de la Universidad Sophia aquí en Italia”.(Rueda de prensa del 09-07-20249)

Después de dos años, ¿cuáles son las perspectivas que se abren en esta tercera edición?

Nos parece que el curso ha dado un pequeño aporte para ayudar a crear comunidades de personas comprometidas en vivir y difundir la sinodalidad allí en donde están. Algunos la proponen a la propia diócesis, organizando acciones de formación; otros la viven en la propia parroquia o en su comunidad religiosa… Muy importante es el efecto multiplicador del curso y las redes que se están creando. Son redes que se entrelazan con muchas otras de varios movimientos eclesiales, o de universidades o de la misma Iglesia.

En particular, son muy interesantes los talleres que se llevan a cabo durante el curso y que se pueden seguir a través de zoom o en modo presencial.

Después del primer año, una estudiante de los Estados Unidos propuso en su parroquia que se asistiera a un curso al año siguiente: se inscribieron 12 personas. A finales de año pidieron que se hiciera un taller presencial en San Antonio. Participaron 40 personas de varias diócesis y de la Oblate School of Theology de San Antonio.

Las acciones de formación realizadas son numerosas, dado que los mismos estudiantes las llevaron a cabo usando el contenido y el método de las clases: en Irlanda para toda una parroquia, en Italia en distintas diócesis, como así también en Australia, en Sidney; en la República Democrática del Congo recientemente se desarrolló una acción para más de un centenar de sacerdotes de 8 diócesis, y en Angola para todo el clero de la diócesis de Viana.

¿Sobre qué temas se desarrollará el curso que empieza dentro de pocos días?

El próximo curso comenzará el 4 de noviembre de 2024, al día siguiente de la Asamblea, con intervenciones del mismo Secretario General del Sínodo, Monseñor Mario Grech y de los subsecretarios, Monseñor Luis Marín y Sor Nathalie Becquart, del teólogo Piero Coda y de Margaret Karram, Presidente del Movimiento de los Focolares e invitada especial a la Asamblea sinodal.

Los temas del curso serán los que surgieron de la misma Asamblea: pistas abiertas de la XVI Asamblea ordinaria del Sínodo: nuevas prácticas en una Iglesia sinodal y misionera; iniciación cristiana y transmisión de la fe con estilo sinodal. Se concluirá con un taller presencial.

¿Por qué este compromiso del centro Evangelii Gaudium con la sinodalidad? Anteriormente ustedes se dedicaban a otros temas, como la formación sobre los abusos o la formación de los operadores pastorales.

Nos parece que la sinodalidad no es un slogan destinado a pasar de moda. La sinodalidad forma parte del ser de la Iglesia desde siempre, como se puede captar muy bien leyendo los Hechos de los Apóstoles. Por otra parte, también es una actualización de esas reformas que el Concilio Vaticano II ha indicado para la Iglesia pero que –como puede entenderse– ha costado y cuesta poner en práctica.

El mismo Papa Francisco ha afirmado en la celebración de los 50 años de la institución del Sínodo de los obispos, el 17 de octubre de 2015: “El camino de la sinodalidad es el camino que Dios espera de la Iglesia del tercer milenio”. Y el 9 de octubre de 2021 él mismo inició el proceso sinodal que hoy trata de hacerse camino en toda la Iglesia.

Desde ese momento, nos hemos comprometido en la formación y en la promoción de la sinodalidad a través de becas de investigación, seminarios, cursos de formación y la creación de redes en el mundo con otras facultades y asociaciones.

La sinodalidad es también un estilo que condice mucho con la espiritualidad de comunión en la que se inspiran el Centro y el Instituto Universitario Sophia. El Cardenal Petrocchi, presidente del Consejo Científico del Centro Evangelii Gaudium, afirma que tenemos que llegar a “sinodalizar” nuestra mente, ya sea en forma individual o como grupo eclesial; pero también como grupo de la sociedad civil. Tratamos de hacer nuestra parte, pequeña pero que esperamos sea efectiva.

Carlos Mana

Info: ceg@sophiauniversity.org

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7 de octubre de 2024: jornada de oración y ayuno para implorar la paz en el mundo

7 de octubre de 2024: jornada de oración y ayuno para implorar la paz en el mundo

En medio de las crecientes tensiones en el polvorín de Oriente Medio, en medio de las bombas y misiles que siguen cayendo sobre la «martirizada» Ucrania, en medio de los numerosos pequeños y grandes conflictos que laceran y matan de hambre a los pueblos de África, mientras en definitiva «los vientos de guerra y los fuegos de la violencia siguen trastornando pueblos y naciones enteras», el Papa Francisco llama a las «armas» del ayuno y la oración -las que la Iglesia señala como poderosas- a millones de creyentes de todos los continentes para implorar a Dios el don de la paz en un mundo al borde del abismo.

Como ya había hecho por los conflictos de Siria, República Democrática del Congo y Sudán del Sur, Líbano, Afganistán, Ucrania y Tierra Santa desde 2013 hasta 2023, el Papa Francisco convocó una nueva jornada de oración y abstención de alimentos para invocar el don de la paz para el lunes 7 de octubre de 2024, anunciando también una visita suya el domingo 6 de octubre de 2024 a la Basílica de Santa María la Mayor de Roma para rezar el Rosario y orar a la Virgen, pidiendo la participación de todos los miembros del Sínodo.

«No podemos dejar de hacer un nuevo llamamiento a los gobernantes y a quienes tienen la grave responsabilidad de las decisiones», escribió el Card. Pierbattista Pizzaballa, Patriarca de Jerusalén de los Latinos, en una carta a su diócesis en la que se adhiere al llamamiento del Papa: «al compromiso por la justicia y el respeto del derecho de todos a la libertad, la dignidad y la paz». El Patriarca reiteró la importancia del compromiso de todos para construir la paz en el propio corazón y en los contextos comunitarios, apoyando «a los necesitados, ayudando a quienes trabajan para aliviar el sufrimiento de los afectados por esta guerra y promoviendo toda acción de paz, reconciliación y encuentro. Pero también necesitamos rezar, llevar a Dios nuestro dolor y nuestro deseo de paz. Necesitamos convertirnos, hacer penitencia, implorar perdón».

Eitado por Carlos Mana
Fuente: vaticannews.va

Foto: © Pixabay

Hacia la celebración de la Pascua juntos

Hacia la celebración de la Pascua juntos

Estamos convencidos de que la cooperación del mundo cristiano es esencial. La celebración común de la Pascua de 2025 por parte de todos los cristianos, junto con los eventos del aniversario del Primer Concilio de Nicea, puede servir como un punto de partida significativo para asumir juntos los desafíos de la humanidad y promover acciones conjuntas. Esperamos poder organizar un encuentro de representantes del mundo cristiano, con la presencia de ustedes, en el lugar donde originalmente se celebró el concilio de Nicea ”.

Con estas palabras, el grupo ecuménico “Pasqua Together 2025” (PT2025), que reúne a realidades y comunidades de diferentes confesiones cristianas, viajó primero a Estambul (Turquía), para una audiencia con el Patriarca Ecuménico de Constantinopla, Bartolomé I, y luego al Vaticano con el Papa Francisco, respectivamente el 14 y 19 de septiembre pasados.

A los dos líderes cristianos, el grupo les pidió que la celebración común de la Resurrección el próximo año no sea una excepción, sino que se convierta en una costumbre para todas las Iglesias cristianas: un paso más hacia la unidad, en preparación para el próximo Segundo Milenio de la Redención en 2033, en el que se cumplirán los 2000 años de la resurrección de Cristo.

“Pasqua Together 2025” nació precisamente en vista del próximo aniversario excepcional que, en 2025, verá coincidir la fecha de la Pascua en los calendarios Gregoriano y Juliano: cristianos de las iglesias de Occidente y ortodoxos, por lo tanto, la celebrarán el mismo día. Además, se recordarán los 1700 años del Concilio Ecuménico de Nicea que promulgó el Símbolo de la fe (el Credo) y trató el tema de la fecha de la Pascua.

El grupo está compuesto por representantes de diferentes Iglesias cristianas y Movimientos políticos y sociales cristianos, como la Asamblea Interparlamentaria Ortodoxa (I.A.O.) que ha sido la promotora; el proyecto “Juntos por Europa”, el Movimiento “Jesus Christ 2033” y el “Centro Uno” del Movimiento de los Focolares. Desde hace dos años, el grupo está recorriendo un camino común que los ha llevado a firmar una declaración conjunta que establece el compromiso de trabajar para que todas las Iglesias cristianas lleguen a celebrar juntos el evento pascual. Además del Patriarca de Constantinopla y del Santo Padre, el documento ha sido entregado previamente al Secretario General del Consejo Mundial de las Iglesias, el Rev. Jerry Pillay y al ex Secretario General de la Alianza Evangélica Mundial, el Obispo Thomas Schirrmacher. Se están preparando contactos con otros líderes cristianos.

El Patriarca Bartolomé I ha anunciado que una comisión conjunta, compuesta por cuatro miembros ortodoxos y cuatro católicos-romanos, ya está trabajando en la redacción del programa para la celebración del 1700 aniversario del primer Concilio ecuménico precisamente en Iznick – nombre turco de la antigua Nicea– donde ha ido ya para examinar su factibilidad. Ha informado que el alcalde de la ciudad está a favor y dispuesto a colaborar. Por supuesto, la invitación se extendió al Papa Francisco y este sería su decimotercer encuentro.

El Patriarca también señaló que la fecha de la Pascua no es una cuestión de dogma o de fe, sino que es el resultado de un cálculo astronómico.

También el Papa Francisco, en su discurso, reiteró que “la Pascua no sucede por iniciativa nuestra o por un calendario u otro. El acontecimiento Pascual tuvo lugar porque Dios «amó tanto al mundo que dio a su Hijo unigénito, para que todo el que crea en Él no se pierda, sino que tenga vida eterna». No olvidemos la primacía de Dios, su ‘primerear’, su haber dado el primer paso. No nos encerremos en nuestros esquemas, en nuestros proyectos, en nuestros calendarios, en ‘nuestra’ Pascua. ¡La Pascua es de Cristo!”.

También el Papa invita a compartir, proyectar y “caminar juntos” y lanza una invitación: la de
“volver a partir, como los apóstoles, de Jerusalén, lugar desde el cual el anuncio mismo de la Resurrección se difundió al mundo”. El Papa exhorta a volver allí “a rezar al Príncipe de la Paz para que nos dé, hoy, su paz”.

Una invitación que se hace eco de lo que ya había expresado el Patriarca ecuménico Bartolomé I, que había exhortado al grupo PT2025 a promover acciones para defender los derechos humanos y una convivencia pacífica para todos los pueblos, rezando así: “Imploramos al Señor que ilumine los corazones de los responsables y los guíe por el camino de la justicia y del amor, para que podamos sanar estas divisiones y restablecer la unidad que está en el centro de nuestra fe”.

Stefania Tanesini
Fotos: © Vatican Media e Centro Uno

Congo: experiencia de sinodalidad

Congo: experiencia de sinodalidad

Llegaron en moto, de dos en dos, porque ésta es la forma más común de llegar a la ciudad de Manono, en la provincia de Katanga, en el sureste de la República Democrática del Congo. En esta ciudad se reunieron 92 sacerdotes procedentes de 8 diócesis de la provincia eclesiástica de Lubumbashi para uno de los retiros periódicos organizados por el Movimiento de los Focolares. La invitación para hacerlo allí había sido hecha por el obispo de Manono, monseñor Vincent de Paul Kwanga Njubu, impactado por el testimonio de sus sacerdotes que en el pasado habían participado en este tipo de retiros en Lubumbashi.

También el obispo de Kongolo, monseñor Oscar Ngoy wa Mpanga, diócesis a 300 kilómetros de Manono, involucrada por el mismo acontecimiento – jóvenes sacerdotes que habían participado en retiros similares organizados para seminaristas – pidió a todos los sacerdotes de su diócesis que se unieran a este retiro. Llegaron 43. La prensa local definió al retiro como “inolvidable”. Al final, el Obispo quiso ofrecer a todos un almuerzo que los participantes compartieron después con el hospital de la ciudad, para gran alegría de los enfermos.

Los miembros de la comunidad de los Focolares de Lubumbashi se encargaron de toda la parte organizativa (transportando incluso las ollas para cocinar) y el programa fue confiado a algunos miembros del Centro Internacional del Movimiento.

La ciudad de Manono se encuentra a 800 km de Lubumbashi, es la tercera ciudad más grande del Congo y representa un recurso mineral de importancia mundial debido a la presencia de litio y otros minerales. Lamentablemente, sin embargo, la población no se beneficia de estos recursos. Familias enteras pasan sus días buscando minerales, los niños abandonan la escuela para dedicarse a este trabajo. Hay una gran explotación y los materiales se compran a precios muy bajos. Incluso hay un pueblo en el que las casas se están cayendo porque también se buscan minerales debajo de ellas. La situación en la región es crítica: devastada en el pasado por un conflicto que destruyó infraestructuras civiles y religiosas, tiene instalaciones sanitarias y escuelas en ruinas, con una tasa de asistencia escolar inferior al 30%. La desnutrición y la inseguridad alimentaria afectan gravemente a los niños: el 15% de ellos padece desnutrición. El obispo de Manono quiso realizar este retiro en este mismo lugar: es la primera vez que llegan allí sacerdotes de otras diócesis. Por esta razón, la presencia de un gran número de prelados fue recibida con aire de celebración. Durante la misa dominical, el párroco de la catedral pidió a todos los feligreses que llevaran agua, un bien escaso y precioso aquí, a los participantes del retiro como signo de amor y acogida. Luego comenzaron los días de encuentro: temas espirituales, meditaciones sobre los consejos evangélicos y reflexiones sobre la sinodalidad. Divididos en pequeños grupos, hubo muchos momentos de comunión de vida, de intercambio de testimonios, de conocimiento, de compartir, de fraternidad.

La espiritualidad de comunión, el descubrimiento de Dios Amor, un nuevo estilo de pastoral “sinodal” que “libera de esquemas prefabricados y nos abre al amor recíproco“, como decían algunos, fueron algunos de los puntos que más impactaron a todos.

Al regresar a Lubumbashi, algunos miembros de los Focolares pudieron saludar a algunos obispos de las distintas diócesis, presentes en una reunión de la Conferencia Episcopal, quienes les agradecieron calurosamente la contribución que estos retiros dan a la vida de sus diócesis. En particular, el obispo de Manono agradeció “la contribución dada a la vida espiritual de los sacerdotes y laicos, y a una comunión entre los sacerdotes que desborda la vida de los laicos y les permite vivir el amor mutuo y poner en práctica la palabra de Dios”. También el arzobispo de Lubumbashi, monseñor Fulgence Muteba Mugalu, recién nombrado presidente de la Conferencia Episcopal, agradeció calurosamente estos retiros que se vienen realizando desde hace varios años, esperando que continúe esta formación que da muchos frutos.

Después del retiro, algunos miembros del Centro internacional se dirigieron a Goma, en el noreste del Congo, donde los focolarinos organizaron dos escuelas de formación en las que participaron 12 jóvenes seminaristas y 12 sacerdotes, y estuvo presente en una celebración litúrgica también el obispo de Goma, monseñor Willy Ngumbi Ngengele. Varios de los invitados no pudieron asistir debido a la intensificación de los enfrentamientos cerca de la ciudad. Hay 7 millones de refugiados en el Congo, incluidos 1,7 millones en la provincia de Kivu del Norte, donde se encuentra Goma. Durante el encuentro se profundizó en el conocimiento de la espiritualidad de la unidad y la sinodalidad. El programa incluyó una visita a una parroquia rodeada de miles de refugiados donde el párroco da un testimonio muy fuerte del Evangelio vivido. También la visita al “Centro Père Quintard”, llevado adelante por el Movimiento y situado en medio de dos grandes campos de refugiados, donde se presta un servicio de promoción, educación y desarrollo social, fue un fuerte testimonio para todos los presentes. Varios lo vieron como un rayo de esperanza y pidieron que se llevaran a cabo actividades similares también en sus parroquias.

Anna Lisa Innocenti

Indonesia: la esperanza de una mayor armonía entre las religiones

Indonesia: la esperanza de una mayor armonía entre las religiones

El último viaje del Papa Francisco a Asia y Oceanía ha sido hasta ahora el más lejano, el más largo, y probablemente el más exigente desde el punto de vista físico, de los que el Papa haya emprendido hasta ahora. ¿Qué significado tiene esta visita para las comunidades locales? Se lo hemos preguntado a Paul Segarra, focolarino de la comunidad de Indonesia.

Paul, ¿qué significado ha tenido la visita del Papa a tu país?

“Este gesto heroico del Papa es para mí una imagen del amor de Dios que no conoce límites y llega hasta sus hijos más lejanos, que por cierto no son los menos apreciados delante de sus ojos –nos cuenta–. El Santo Padre dedicó su tiempo a mirarlos con amor, a sorprenderse por sus talentos, a compartir sus sufrimientos y sus deseos de justicia y paz; y luego les ha transmitido el coraje de afrontar juntos sus retos y superar sus limitaciones. Pero no ha pronunciado sólo palabras que inspiraron y alentaron. También ha demostrado, con su ejemplo, la fuerza en la fe, la apertura a la fraternidad y la cercanía en la compasión; e invitó a todos los que lo escuchaban a adquirir todo ello. Lo hizo a través de sus opciones programadas y sus gestos espontáneos; actuó y vivió con el corazón”.

“Con la rápida difusión de la noticia de su llegada –nos sigue contando Paul Segarra– muchos fueron los comentarios, en varias plataformas sociales, acerca del medio de transporte que él había escogido: una sobria berlina blanca, en donde prefirió sentarse al lado de su chófer en lugar de ocupar el clásico asiento posterior presidencial. Me imagino que fue así porque quería conversar con su conductor cara a cara. Viendo ese gesto, me di cuenta de que yo mismo podría haber hecho lo mismo con el taxista que me llevó a mi alojamiento en Jakarta ese día. Pero a partir de allí, mis viajes se volvieron mucho más placenteros, porque adquirí la costumbre de conocer a los choferes que me tocaron a través de una amistosa conversación”.

Paul, ¿cómo ha vivido la comunidad local de los Focolares este evento?

“Algunos miembros de las comunidades de los Focolares de Jakarta y Yogyakarta tuvieron el privilegio de participar en algunos eventos que contaron con la presencia del Papa. En la catedral de Jakarta (dedicada a Nuestra Señora de la Asunción) el Santo Padre reconoció el trabajo de los catequistas, definiéndolos “puentes del corazón que unen todas las islas”. Nos conmovimos cuando nos invitó a fijar nuestra atención en una estatua de la Virgen María, y nos la indicó como modelo de fe que acoge a todos, y también vela por el pueblo de Dios y lo protege como Madre de la Compasión”.

El Papa Francisco y el Imán Umar han firmado una Declaración conjunta. ¿Qué futuro ves para los cristianos y los musulmanes juntos tras esa firma?

“Tomy, uno de nuestros fotógrafos, que cubrió la visita del Papa a la Mezquita de Istiqal y resistió las largas horas de espera en el intenso calor de la ciudad, estaba visiblemente conmovido cuando el Santo Padre, finalmente, llegó y los saludó desde su coche. Adoptando una postura discreta, desde apenas fuera de la entrada del túnel subterráneo y peatonal que une físicamente la Gran Mezquita con la Catedral por el otro lado de la calle, consiguió capturar el momento cuando el Papa Francisco y el Alto Imán Umar firmaron la Declaración de Fraternidad frente a una nutrido grupo de obispos, imanes y otras personalidades religiosas, y decía que tenía grandes esperanzas de que esta visita pudiera crear una verdadera armonía entre todas las personas de fe. Pero ¿qué es la fe si no es ver, actuar y vivir con el corazón?”

Lorenzo Russo
Photo: © Paul Segarra – ©Tomy Wijaja