Movimiento de los Focolares
Sara y su embarazo

Sara y su embarazo

Jully y Ricardo, esposos peruanos, y su empleada doméstica: una historia rica de sacrificios y dificultades que muy pronto se transformó en amor puro a través de las manos de Dios Después de haber vivido una experiencia familiar en Italia, en la “Escuela Loreto”, la escuela internacional para familias que se encuentra en Loppiano, la ciudadela de los Focolares en Italia, regresamos a Perú con el deseo de vivir el ideal evangélico que habíamos conocido ahí. Nos establecimos en Lambayeque, una pequeña y tranquila ciudad en el noroeste del país. Contratamos una empleada doméstica, Sara, quien después de poco tiempo nos dijo que estaba embarazada. Ella nos explicó que había escondido la noticia porque la habían despedido de sus trabajos anteriores precisamente por este motivo. Escuchándola nos vino a la mente algo que habíamos aprendido en la escuela de familias, que cada situación dolorosa Jesús la asumió y la rescató en su Abandono en la Cruz, transformando el dolor en amor. Pudimos ver en la situación que se nos presentaba un rostro del abandono y nuestra respuesta fue consolarla y darle la seguridad de que la habríamos ayudado con el nacimiento de su hijo. Además del embarazo, tuvo otras dificultades porque el padre del niño era un soldado del ejército que la había abandonado y también ella había escapado de la casa de sus padres por miedo. Descubrimos el cuartel de dicho soldado y nos dijeron que lo habían transferido a un cuartel más lejano, en la jungla amazónica. No había modo de contactarlo. Para permitirle dar a luz en un hospital, pedimos ayuda al servicio social de modo que pudiera seguir los controles prenatales y atendieran el respectivo parto. Pero ella estaba desesperada y pensaba dar al niño porque se sentía sola e incapaz de hacerla crecer. La ayudamos a entender que un hijo es un don de Dios y que Su Providencia la habría ayudado siempre. Con nuestros hijos la ayudamos a que se reconciliara con su papá y a que regresara a su familia, para que esperara a su hijo con esperanza y se preparara al parto con controles médicos. Sara se quedó con nosotros hasta que nació su hijo y después pudo regresar a su casa. En esta experiencia vimos la mano de Dios que nos guió para ayudar a la madre a no separarse de su hijo, a reconciliarse y recibir el apoyo de su familia. Aquí en Lambayeqye, siempre venía a visitarnos con el niño y pudimos ver cómo iba creciendo. Seguimos ayudándolo con ropa y útiles. Ella y su padre nos expresaron su gratitud y, la cosa más bella, la vimos feliz de su maternidad. Nos queda una inmensa alegría en el alma por haber amado a esta joven mujer como Jesús nos pide, viendo cómo una situación dolorosa se transformó en puro amor.

 Ricardo y July Rodríguez (Trujillo, Perú)

¡Ahora, en este momento!

El siguiente escrito de Chiara Lubich nos ayuda a ver nuestra realidad tal como es, a los ojos de Dios, prescindiendo de las circunstancias externas en las cuales podemos encontrarnos y que pueden incluso ser muy dolorosas. También Jesús, en la hora de su pasión, siguió dirigiéndose al Padre y adhiriéndose a su voluntad. Con esta actitud llegó a ser el Resucitado, el Salvador. (…)  Comprendimos que cada uno de nosotros es una Palabra de Dios desde la eternidad. Dice, en efecto, san Pablo: «En Cristo, el Padre nos ha elegido antes de la creación del mundo…»[1]. Y en otro lugar, hablando también de nosotros, añade: «Los que Él [Dios] desde siempre ha conocido…». Hemos comprendido, pues, que nosotros, siendo Palabra de Dios, hemos de tener una única actitud, la más inteligente: estar siempre, como la Palabra por excelencia, el Verbo, «vueltos» hacia el Padre, que significa hacia su voluntad. Así es como, entre otras cosas, podemos realizar nuestra personalidad; y es así como adquirimos nuestra plena libertad. De este modo, dejamos vivir a nuestro verdadero yo. Entonces, queriendo vivir bien todo eso, podemos preguntarnos: ¿cuándo hay que asumir esta actitud? Ya sabemos la respuesta: ahora, ya, en el momento presente. La voluntad de Dios hay que vivirla en el presente. En el presente es cuando hemos de vivir vueltos al Padre. En ese presente que es un aspecto esencial de nuestra espiritualidad, de nuestra «ascética». En efecto, no se puede prescindir de él. Este modo de vivir es típicamente evangélico. El evangelista Mateo recoge estas palabras de Jesús: «Así que no os preocupéis del mañana: el mañana se preocupará de sí mismo. Cada día tiene bastante con su propio mal»[2]. (…) Retomemos de nuevo el compromiso de vivir lo más posible la voluntad de Dios en el momento presente. (…) Además hemos de recordar que para nosotros, miembros del Movimiento de los Focolares, la voluntad de Dios que debemos hacer antes de cualquier otra, y en cada momento de nuestra jornada, es el amor recíproco: amarnos como Jesús nos ha amado. Con ella está asegurada nuestra constante renovación.

Chiara Lubich

(En una conferencia telefónica, Rocca di Papa, 21 de diciembre de 1996) Extraído de: “Cuándo dirigirnos al Padre?”, en: Chiara Lubich, Un pueblo de santos, Ciudad Nueva, Madrid, 2001 pp. 120-122 [1] Cf. Ef 1,4-5. [2] Mt 6,34.

Evangelio vivido: un amor que se vuelve acogida

“Jesús manifiesta la plena acogida del Padre celeste hacia cada uno de nosotros –escribía Chiara Lubich- y del amor que, consecuentemente, nosotros deberíamos tener hacia los demás. (…) Acoger al otro, distinto de nosotros, es la base del amor cristiano. Es el punto de partida, la primera gradita para la construcción de la civilización del amor, a la cual Jesús nos llama sobre todo hoy”[1]. Trabajo de investigación Estaba trabajando en una investigación para la que tenía una fecha de vencimiento, cuando mi vecina tocó a la puerta, me pedía el favor de acompañar a su esposo, que está muy enfermo, mientras iba a hacer las compras. Conocía la situación y no podía decirle que no. Él empezó a hablarme de su pasado, de sus años como profesor… Mientras lo escuchaba, cada tanto me distraía pensando en el trabajo que había interrumpido. Hasta que recordé el consejo de un amigo que decía que lograr escuchar a un prójimo por amor es un arte que exige el vacío de sí. Intenté hacer este ejercicio estando totalmente presente para el otro. A un cierto punto el enfermo por su parte se interesó en mí, y me preguntó de mi trabajo. Cuando supo en qué estaba trabajando, me sugirió que buscara en la librería un cuaderno suyo donde tenía los apuntes que había tomado en una conferencia precisamente sobre el tema que estaba tratando. Lo encontré y empezamos a hablar sobre el argumento. En poco tiempo adquirí nuevos elementos para ver más claramente como concluir mi investigación. ¡Y pensar que tenía miedo de perder el tiempo! (Z. I. – Francia) Prepararse a… vivir Cuando el médico me anunció que ya no había nada que hacer, fue como si apagaran la luz y me quedara en la oscuridad. Regresando a casa, tomé el camino de la iglesia. Me quedé allí en silencio, mientras los pensamientos daban vuelta en mi cabeza. Después, sentí como una voz, que se transformó en un pensamiento: “¡No debes prepárate a la muerte, sino a la vida!”. A partir de ese momento intenté hacer cada cosa bien, ser gentil con todos, sin dejar que mi dolor me distrajese para acoger a los demás. Empezaron días plenos. No sé cuánto tiempo me queda, pero el anuncio de la muerte ha sido como despertarme de un sueño. Estoy viviendo con inesperada serenidad. (J. P. – Eslovaquia)  Transfusión directa Soy enfermera. Por casualidad me enteré de la situación de una paciente que estaba internada en una condición desesperada. Para intentar salvarla era necesario sangre de un tipo que desde hacía varios días no se encontraba. Puse manos a la obra y con varios amigos y conocidos nos pusimos a buscar en el ambiente de trabajo. Pero nada. Estaba por desfallecer. En ese momento le pedí a Jesús: “Tú sabes que traté de hacer mi parte, pero si quieres, tú lo puedes todo”. Al terminar el horario del servicio de mi departamento, se presentó una mujer que necesitaba que la examinaran pero el médico acababa de irse. Me precipité a llamarlo y él, a diferencia de otras veces se mostró dispuesto a regresar al ambulatorio. No podía dejar que se fuera, quién sabe desde dónde venía. Estaba escribiendo su receta y para completarla le pedí un documento de identidad, la señora me dio un carné de la Asociación de voluntarios donadores de sangre. Casi sin aliento me vino a la mente una pregunta: ¿y si tuviera ese tipo de sangre? ¿y si estuviese disponible? Fue realmente así, pocas horas después la mujer estaba en la cabecera de la enferma para una transfusión directa. (A. – Italia)

a cargo de Stefania Tanesini

 (Tomado de “Il Vangelo del Giorno”, Città Nuova, año VI, n.3, mayo – junio 2020) [1] Cf. C. Lubich, Parola di Vita dicembre 1992, in eadem, Parole di Vita, a cura di Fabio Ciardi (Opere di Chiara Lubich 5; Città Nuova, Roma 2017) pp. 513-514.

En la pandemia, pequeños pasos de fraternidad

En la pandemia, pequeños pasos de fraternidad

Seguimos compartiendo las historias de solidaridad de muchos de nosotros, de las comunidades de los Focolares en los países que aún están afrontando la batalla contra el Covid-19. Mientras en algunos países se ha regresado “casi” a la normalidad, en otros, en cambio, hay todavía un alto nivel de pandemia.  A pesar de ello siguen llegándonos historias de fraternidad de las comunidades de los Focolares de todas partes del mundo. Brasil  es actualmente el país más golpeado por el Covid.  Y la comunidad de los Focolares, al mismo tiempo, nunca ha dejado de pensar en los que están en dificultades y han nacido acciones y colaboraciones, algunas en red con otras organizaciones, para ayudar a las personas más afectadas. Las distintas comunidades de los Focolares esparcidas en todo el país han dirigido la mirada, ante todo, hacia adentro de sí mismas, a quienes entre ellos estaban sufriendo. Se realizó un censo rápido de los más necesitados y, a través de la comunión y el apoyo económico o material, se prevé conseguir ayudar a los que están en mayor necesidad durante al menos dos o tres meses. Además los empresarios por una Economía de Comunión iniciaron una recolección de fondos para las comunidades más pobres. Desde Estados Unidos   Mateo cuenta: “Cuando el Covid-19 empezó su terrible y rápida difusión, como equipo de la revista Living City y de la  New City Press nos preguntamos: ¿qué podemos hacer, además de seguir las indicaciones de las autoridades civiles? ¿Cómo podemos ayudar a las personas a superar la crisis? Fue muy claro desde el comienzo que “el distanciamiento social” no nos iba a impedir ni a nosotros ni a los demás de amar”. Por eso hemos creado una serie de videos, webinar y entrevistas con el hashtag #DareToCare, para inspirar y alentar a todos a ponerse en contacto durante estas semanas intensas. Les pedimos a las personas que compartieran en un video de uno o dos minutos mostrando cómo “se atreven a preocuparse por los demás”.  Por ejemplo, una mujer contó que, mientras iba de compras, vio a la gente llena de pánico. Entonces ella, en lugar de comprar dos grandes paquetes de pollo que acababan de llegar al supermercado, compró sólo uno, para dejarles a los demás la posibilidad de comprar ese alimento. Un farmacéutico decidió mantener el local abierto para atender a sus clientes, pero no tenía un dispositivo de protección: “Cuando empezó la crisis, no teníamos prácticamente ni mascarillas ni guantes”, dijo. Entonces, compartió sus preocupaciones con sus clientes, quienes luego llevaban ellos mismos las mascarillas. Y también una familia de cinco personas registró su nueva rutina cotidiana: trabajando y tomando clases online desde casa, la hija se entrena para mantenerse en forma para la competencia de atletismo del año próximo, mientras que todos intentan nuevas recetas para amar a los vecinos. Y los videos siguen llegando”. Ulrike, médica psiquiatra cuenta: “soy empleada en una oficina sanitaria de Augsburgo, Alemania. Actualmente me encargo del teléfono atendiendo a los ciudadanos. Una vez me dediqué de una manera especial a una señora que llamó por teléfono. Insistí para encontrar una respuesta para ella, hasta que al final conseguí darle una información importante. Por la tarde me llegó un correo electrónico: “Querida doctora, mi marido y yo queremos agradecerle una vez más, de todo corazón, por su compromiso extraordinario. Si todos actuaran tan bien y estuvieran disponibles como Usted en este período tan difícil, habría menos problemas”. Desde Buenos Aires, Argentina, Carlos cuenta que “Desde julio de 2019 la comunidad judía Bet El, tras la muerte de un sin techo a causa del frío, empezó una campaña de ayuda a los pobres, cuyo título es ‘no tengas frío frente al frío’.  Nuestros amigos cristianos, en particular nuestros hermanos focolares vinieron a ayudarnos para poder compartir alimentos con los que viven en la calle. Lo nuestro no es diálogo, es vida compartida.  A raíz del Coronavirus ya no podíamos salir a la calle. ¿Qué podíamos hacer?  Así nació el proyecto ‘Un plato más para las cuarentenas hambrientas’. Una vez más, juntos judíos y cristianos,  la Bet El Community y los Focolares se embarcaron en la sagrada tarea de amar a nuestro prójimo y no descuidarlo” concluye Carlos. En Montevideo, Uruguay, una directora de escuela cuenta: “A través de una co-participación con el Estado ayudamos a niños de 48 familias para darles el almuerzo.  Con la suspensión de las clases por el  Covid, surgió el problema de la alimentación para esos niños. Empecé a rezar y tener más confianza en Dios. Así, gracias a una fundación y a algunos amigos del Inda (Instituto Nacional para la Alimentación) llegaron recursos para repartir canastas de comida para un mes por lo menos”.

Lorenzo Russo

Para dar GRACIAS

Para dar GRACIAS

Un nuevo video del Gen Verde dedicado a Chiara Lubich No hay que darlo por descontado, ni es algo superficial. Dar las gracias a alguien es sencillo y profundo al mismo tiempo. Con esta intención, el Gen Verde ha publicado en YouTube el nuevo video de la canción “Che siano uno” (“Que sean uno”). Una pieza dedicada a Chiara Lubich y a su ideal: la fraternidad universal. Un video que quiere recordarla en el año en que se celebra el centenario de su nacimiento. “Con este video –afirma Adriana de México– no queremos tan sólo conmemorar o recordar a Chiara Lubich como se hace en familia hojeando los álbumes que hablan de eventos e historias importantes sino, sobre todo, hoy nos importa más que nunca que muchas personas puedan encontrarla en la sociedad de hoy, en ese suyo-nuestro ideal que se encarna en los diferentes ámbitos de la vida civil, religiosa y política. La recordamos porque fue ella quien dio vida al Gen Verde, fue ella quien guió nuestros primeros pasos, fue ella quien nos regaló los primeros instrumentos de los que partió todo. Así como a muchas de nosotras nos fascinaron sus gestos, sus palabras y su vida, ahora sentimos que debemos ser testigos auténticos y creíbles de su mensaje”. Un fuerte ideal nacido bajo las bombas de la segunda guerra mundial, pero actualísimo aún hoy cuando la televisión y las redes sociales nos muestran oleadas de racismo y discriminación. Si bien se está logrando erradicar razonablemente la emergencia por el covid-19 en algunos continentes, no es menos cierto que en otros ha crecido la brecha entre ricos y pobres, negros y blancos, entre quien puede permitirse los cuidados médicos necesarios para sobrevivir y los que caen como fichas de dominó en medio de la calle. “Estamos absolutamente convencidas que la fraternidad universal –explica Beatrice de Corea– es posible y no es una utopía; es lo que experimentamos cotidianamente e intentamos transformar nuestras experiencias en música. Muchas veces se trata de cosas sencillas -aunque no hay que darlas por descontado- las que hacen caer prejuicios o barreras culturales”. Es lo que hizo Chiara Lubich desde 1943, año de fundación del Movimiento de los Focolares. Paso a paso, con constancia y tenacidad, junto a sus amigas, construyó relaciones nuevas, profundas y al mismo tiempo revolucionarias, al principio, dentro de su ciudad (Trento, Italia) y después en todo el mundo. El propio video del Gen Verde ha captado imágenes fotográficas importantes: Chiara junto a judíos, sijs, hindúes, musulmanes y con los líderes de dos tribus de Camerún. Imágenes que reflejan momentos históricos y que permanecerán para siempre en la historia de la humanidad. “Evidentemente el gracias más grande que podemos dar a Chiara –explica Nancy de Estados Unidos– es vivir por su ideal pero con este video queremos darle un inmenso gracias; fue ella quien nos creó, sin ella no existiría el Gen Verde”. Para ver el video ¡haz clic aquí! https://youtu.be/A3xuaqtkOj8

Tiziana Nicastro