Nov 28, 2017 | Sin categorizar
La palabra clave es camino. Porque «la verdad se busca caminando». Se entusiasma Emmaús, como la llaman sus compañeros de movimiento, cuando describe la visión del Papa Bergoglio sobre el ecumenismo. Le brillan los ojos delante de una realidad eclesial cuya vocación es la unidad. En los derroteros marcados por su fundadora, Chiara Lubich. Uno de los poquísimos movimientos nacidos en la Iglesia católica que acepta como miembros a fieles de otras iglesias. Una rareza en tiempos de fragmentación. «Pienso que el catolicismo verdadero es el que Dios piensa, un conjunto de comunidades cada una con su identidad. Pienso que se llegará, porque se debe llegar, a que todos sean uno. Lo pidió Jesús. No una sola Iglesia católica; católica en el sentido universal sí, pero no una sola Iglesia romana o una sola Iglesia de Constantinopla». Sus palabras suenan provocadoras. «¡Claro, es provocador!», responde. En su «provocación» parece sentirse confirmada por el Papa argentino. En la última vigilia de Pentecostés, el 3 de junio, el Pontífice convocó a los movimientos carismáticos, católicos y no. Antes del comienzo, el Papa preguntó especialmente por María Voce. Un sacerdote la fue a buscar. Ella se sumó al grupo de líderes sentados en el escenario. Al final de su intervención, el Papa se le acercó y, ante su completa sorpresa, la tomó de la mano exclamando: «Ven, María…». No dijo más. Y juntos dejaron el lugar. «Desde el primer momento, cuando escuché al Papa asomado al balcón saludar a la multitud y presentarse como Obispo y no como Pontífice había ya un signo evidente de esta capacidad suya de relacionarse en pie de igualdad con las otras iglesias». Jorge Mario Bergoglio –recuerda Voce– ya tenía una experiencia vivida de ecumenismo con contactos fluidos con otras Iglesias en Buenos Aires. En aquel pasado, María Voce identifica el germen de lo que vino después, en su pontificado, y que llegó a la máxima expresión con la presencia del Papa en los actos conmemorativos del quinto centenario de la Reforma protestante de Martín Lutero en Lund (Suecia), hace casi un año. «En Lund ocurrió una cosa enorme, porque dos jefes de Iglesia del mismo nivel de autoridad se encontraron, firmaron una declaración». El desafío es replicar la actitud del Papa y sumarse al «espíritu de Lund». «Si Juan Pablo II será siempre recordado por el “espíritu de Asís”, yo creo que el Papa actual debe ser recordado por el “espíritu de Lund”».
Aunque ese optimismo tiene limitaciones. María Voce reconoce que, «por desgracia», aún existen actitudes del pasado entre los católicos. Aquellos que piensan «la Iglesia somos nosotros» y los demás están afuera. Una actitud perpetuada que ha llevado a una cierta fatiga espiritual. «Hemos ralentizado la historia. No hemos caído en un inmovilismo en el sentido concreto, pero quizás hemos ralentizado procesos históricos por miedo. No diría la Iglesia toda, sí muchos de sus miembros». «Somos hermanos ligados por el Bautismo, también ellos viven el mismo Evangelio que vivo yo. ¿Quién soy yo para permitirme decir que él vale menos que yo ante Dios? El Papa está dando un gran impulso en este sentido». ¿Cómo avanzar? Para María Voce, de muchas maneras. Entre ellas revalorizando a los grandes personajes en la historia de las Iglesias, como Lutero; apreciando el martirio de los cristianos que ofrecen sus vidas sin importan cuál sea su Iglesia, y buscando modos para expresar el propio credo en modos «más aceptables para todos». Pero, sobre todo, viviendo concretamente la fe compartida. Porque la nueva etapa de diálogo empujada por Francisco se realiza en el camino, no estando detenidos. La apuesta lleva implícita sus riesgos. Uno de ellos es la falta de formación. Como líder de un movimiento ampliamente extendido y enraizado a nivel mundial, Voce constata un evidente defecto en la catequesis de los católicos. «Es justo estar atentos a la formación, pero se necesita arriesgar, porque si no se arriesga no se va adelante. Ese es el camino de ecumenismo extraordinario que el Papa está llevando adelante. Nosotros sentimos que debemos ayudarlo a convertir esto en una realidad del pueblo, en un ecumenismo vital, concreto». No se trata de caer en la confusión. O de perder la propia identidad. Sino de compartir los momentos, incluso las ceremonias litúrgicas, evitando las mezclas extrañas, alzando la voz de la oración compartida. Por eso subraya: «¿En este camino existe algo más por hacer? Mientras existan en el mundo lugares donde los cristianos combatan entre ellos o busquen prevalecer los unos sobre los otros, o estén divididos, hay mucho por hacer».
Nov 25, 2017 | Sin categorizar
El día en que los hombres, pero no como individuos sino como pueblos, el día en que los pueblos sean capaces de posponerse a sí mismos, de posponer la idea que tienen de su patria, de sus reinos, y ofrecerlo todo como incienso al Señor, Rey de un Reino que no es de este mundo, Guía de la historia, y esto lo hagan por ese amor recíproco entre los Estados, que Dios pide, lo mismo que pide el amor recíproco entre los hermanos; ese día será el comienzo de una nueva era, porque ese día, lo mismo que se hace viva la presencia de Jesús entre dos que se aman en Cristo, se hará vivo y presente Jesús entre los pueblos, finalmente puesto en su verdadero lugar de único Rey, no sólo de los corazones, sino también de las naciones. Será Cristo Rey. Los pueblos cristianos, o sus representantes, tendrían que saber inmolar su yo “colectivo”. Éste es el precio. Por otra parte, no se nos pide menos a cada uno de nosotros para la consumación de nuestros espíritus en unidad. Éstos son tiempos en los que cada pueblo tiene que traspasar sus propio confines y mirar más lejos. Ha llegado el momento de amar la patria de los demás como la propia, de que nuestros ojos adquieran una nueva pureza. No basta el desapego de nosotros mismos para ser cristianos. Hoy los tiempos exigen al seguidor de Cristo algo más: una conciencia social del cristianismo, que edifique no sólo la propia tierra según la ley de Cristo, sino que ayude a la edificación de la de los demás con el gesto universal de la Iglesia, con la mirada sobrenatural que nos ha dado Dios Padre, que desde el Cielo ve las cosas de un modo muy diferente al nuestro. Es necesario vivir el Cuerpo místico de Cristo de manera tan excelente que podamos traducirlo en cuerpo místico social. […] El Señor tenga piedad de este mundo dividido y desbandado, de estos pueblos encerrados en su propio cascarón contemplando la propia belleza – única para ellos – limitada y que no satisface, defendiendo con los dientes sus propios tesoros – incluso aquellos bienes que podrían servir para los demás pueblos en los que se muere de hambre – y haga caer las barreras y fluir ininterrumpidamente la caridad entre una tierra y otra, como un torrente de bienes espirituales y materiales. Esperamos que el Señor componga un orden nuevo en el mundo, Él, que es el único capaz de hacer de la Humanidad una familia y de aprovechar bien esas diferencias entre los pueblos, para que en el esplendor de cada uno, puesto al servicio de los demás, resplandezca la única luz de la vida que, embelleciendo la patria terrenal, hace de ella una antecámara de la Patria eterna. Chiara Lubich – de “María transparencia de Dios” – pp. 113,114,115, Ed. Ciudad Nueva, Madrid, 2003.
Nov 25, 2017 | Sin categorizar
El “Día Internacional de la Eliminación de la Violencia contra la Mujer” ha sido instituída por las Naciones Unidas en el 1999 y se celebra cada 25 de noviembre, invitando a los Gobiernos, a las organizaciones internacionales y a las ONG a que se comprometan a sensibilizar a la opinión pública. Han pasado 18 años desde su institución: algo se ha hecho, pero lamentablemente queda aún mucho por hacer. Y no es necesario imaginar países lejanos para descubrir la violencia que se vuelve en contra de las mujeres, tal vez en la puerta de al lado y en el más sórdido silencio. Resuenan con fuerza las palabras de S. Juan Pablo II, en la Carta apostólica Mulieris dignitatem (MD, 15/08/1988), en donde evidencia que «Dios ha creado al hombre y a la mujer a su imagen, no sólo como individuos, sino, en su común humanidad, como “unidad de dos”. La mujer y el hombre, por lo tanto, son esencialmente uguales, son personas ambos, y como tales llamados a participar de la vida íntima de Dios y a vivir en recíproca comunión entre ellos, en el amor, según el modelo de Dios que es Amor, que es unidad en la Trinidad, y a reflejar en el mundo la comunión de amor que existe en Dios (MD 7)». Una meta con la cual confrontarse cada día, como individuos y como sociedad.
Nov 24, 2017 | Sin categorizar
«¿Un traslado justamente aquí?» Con un cierto temor, se le abren a Francesca las puertas de la cárcel. Es una serie de grandes portones de hierro, una decena. Alguien lo definió como “un descenso al infierno” Después de un curso para docentes que asisten a las cárceles, Francesca entra al salón de clase por primera vez. «Pensé que habría sido ayudada por un agente de policía, sin embargo el único agente que estaba de turno tenía que controlar a una decena de aulas y además, contemporáneamente debía hacer otras tareas. El segundo día pensé: “¡Así no puedo seguir!”. Si tengo miedo, no sirve de nada que Dios me haya enviado a este lugar!”. Desde ese momento comencé a sentirme libre de amar». Tratando de ver en los detenidos solo personas en quienes estaba Jesús, comenzó para Francesca un viaje. No se trataba tanto de ir y venir desde un lugar sin límites a un lugar de reclusión, sino ir al corazón de muchas historias, impregnadas de verdadera humanidad, con errores, miedos, angustias, pero también con la voluntad de querer retomar con sus propias manos el hilo de la propia vida. Comenzó un diálogo profundo, dentro del respeto de los roles. «Trataba de preparar lo mejor posible las clases, para que fueran cautivadoras. Sabía que Jesús estaba conmigo en la cárcel. En la hora de Ciencias comencé a explicar anatomía y la relación entre los órganos y los aparatos de nuestro organismo. Después de esa clase, algunos de los detenidos comenzaron a disminuir la cantidad de cigarrillos que consumían, fueron abandonando el uso de tranquilizantes y dejaron de exponerse al sol durante la hora de recreo». «Además de la dificultad de enseñar a estudiantes con distintos niveles de preparación – explica Francesca- se agregaban problemas de todo tipo, el retumbe de las puertas, la asistencia intermitente de los estudiantes, el ir y venir constante hacia otros establecimientos penitenciarios. Por esto, el que estaba delante mío en ese momento se convertía en algo más importante aún. Podría suceder que no lo volviera a ver nunca más». Ermal es un joven albanés de destacada inteligencia. Francesca le regala el texto de una entrevista del Papa Francisco que se refiere a su relación con los detenidos. Desde ese día comienza un diálogo profundo sobre Dios y sobre la oración. En poco tiempo, Ermal logra brillantes resultados en el estudio. “Profesora, disculpe, no logro hacer nada, ¡estoy lleno de problemas!”. Dice un joven de Túnez con su cabeza entre las manos, delante de la hoja en blanco de una tarea que había que hacer en clase. «Conseguí el permiso de llevarle unos auriculares para el PC y de ver con él alguna película en su idioma. Poco a poco se fue aflojando, comenzó a hacer deporte, recurrió a una apelación y ahora espera la reducción de su pena. Ahora, cuando me ve, me saluda sonriente, detrás de las rejas». «En Navidad – sigue el relato de Francesca- fuimos invitados a participar en la Misa de la Vigilia. Fui la única que asistió, los otros docentes habían ido a la que había sido celebrada para los “protegidos”. No nos habíamos puesto de acuerdo. Entre los presentes estaban no sólo los cristianos, sino también musulmanes y otros que no profesaban ningún credo religioso, algunos de ellos estaban presos por crímenes graves. El Obispo exhortó: “Ustedes no son los crímenes que cometieron, ustedes son personas. El crimen pertenece al pasado, ahora miramos hacia adelante con esperanza”. «En enero Ermal obtuvo el arresto domiciliario. Pero durante ese período se acercó a la banda que era el origen de sus problemas. No podíamos tener vínculo con él, y tampoco conocer su paradero. Lo confiaba todos los días a María, pidiéndole que lo hiciera volver por lo menos a la escuela. Después de dos meses, por evasión domiciliaria, ¡Ermal volvió a la cárcel! Para nosotros fue una “buena noticia” y para él fue la ocasión de continuar los estudios. En poco tiempo superó brillantemente el examen de fin de año. La Presidente de la comisión le dijo: “¿Sabes que eres una persona muy inteligente?” ¿Qué programa tienes para el futuro?”. Estudiar, respondió – y entrar en la Universidad». «Después de un año de trabajar en esta escuela, puedo decir que conocí otro mundo, casi un universo paralelo. Mi corazón se agrandó, mi modo de pensar cambió. Muchas cosas que “afuera” parecen necesarias, en una vida llena de privaciones no son necesarias, o se redimensionan». Y la transformación que Dios realiza en los corazones no conoce rejas ni límites.
Nov 23, 2017 | Sin categorizar
Al menos 235 personas murieron y 120 resultaron heridas en un grave ataque en una mezquita en el norte del Sinaí, donde militantes islámicos lanzaron una bomba y abrieron fuego contra los fieles. Es el último balance, destinado lamentablemente a crecer, de la agencia de noticias del estado egipcio Nile News. El Movimiento de los Focolares, rechazando todas las formas de violencia contra la humanidad, expresa su cercanía con el pueblo egipcio y especialmente con las familias de las víctimas.
Nov 23, 2017 | Sin categorizar
El Instituto Universitario Sophia tiene el agrado di invitar a la Prolusión de inizio actividad de la Cátedra Ecuménica Patriarca Athenagoras-Chiara Lubich a cargo de Su Eminencia Gennadios Zervos, Arzobispo Ortodoxo de Italia y Malta, del título: El Patriarca Athenagoras y Chiara Lubich, protagonistas de la unidad. Maria Stella Giannetti: Comunicación – Relaciones Externas Instituto Universitario Sophia Via san Vito 28, Loppiano – 50064 Figline e Incisa Valdarno (FIorencia – Italia) Tel. +39.055.9051521 – Cell. +39.349 62 72 045