Dic 31, 2016 | Sin categorizar
[…] La historia no está hecha más que de guerras, y nosotros de niños, en los pupitres de la escuela, puede decirse que aprendimos que las guerras son buenas y santas, que son casi como la salvaguardia de nuestra propia patria […] Pero, si nosotros sentimos resonar en nuestro espíritu las llamadas de los Papas, […] percibimos cuánto temieron la guerra para la Humanidad y cómo descendieron, llamados o no, entre los gobernantes para tratar de aplacar las “iras” y los intereses, y para alejar la terrible desgracia de la guerra, con la cual todo se pierde, mientras que con la paz todo se gana. Y esto porque la historia es una serie de luchas fratricidas entre pueblos hermanos, a los que el único Dueño del mundo les ha dado un trozo de tierra para cultivarla y vivir en ella. Él bendice la paz porque ha encarnado la paz. Nosotros que vemos cómo el Señor está conquistando uno a uno los corazones de sus hijos de todas las naciones, de todas las lenguas, transformándolos en hijos del Amor, de la Alegría, de la Paz, de la Audacia, de la Fuerza; nosotros esperamos que el Señor tenga piedad de este mundo dividido y desbandado, de estos pueblos encerrados en su propio cascarón contemplando la propia belleza – única para ellos – limitada y que no satisface, defendiendo con los dientes sus propios tesoros -incluso aquellos bienes que podrían servir para los demás pueblos en los que se muere de hambre – y haga caer las barreras y fluir ininterrumpidamente la caridad entre una tierra y otra, como un torrente de bienes espirituales y materiales. Esperamos que el Señor componga un orden nuevo en el mundo; Él, que es el único capaz de hacer de la Humanidad una familia y de aprovechar esas diferencias entre los pueblos, para que en el esplendor de cada uno puesto al servicio de los demás, resplandezca la única luz de la vida que, embelleciendo la patria terrenal, hace de ella una antecámara de la Patria eterna. Quizás todo lo que vamos diciendo pueda parecer un sueño. Sin embargo – aparte del hecho que si la relación entre los cristianos es el amor mutuo, la relación entre los pueblos cristianos no puede ser otra que el amor mutuo, por esa lógica del Evangelio que no cambia – hay un vínculo que ya une a los pueblos fuertemente y que la voz del pueblo, de cada pueblo, ha proclamado ya; esa voz del pueblo que tan a menudo es voz de Dios. Este vínculo escondido y custodiado en el corazón de cada nación es María. ¿Quién logrará disuadir a los brasileños de que María es la Reina de su tierra? ¿Y quién podrá negar a los portugueses que María es “Nuestra Señora de Fátima”? ¿O quién no reconocerá a los franceses la “hermosa y pequeña Señora de Lourdes”? ¿Y a los polacos la Virgen de Czestochowa? ¿Y a los ingleses, que su tierra es “feudo de María”? ¿Y quién podrá negar que María es la “Soberana de Italia”? […] Todos los pueblos cristianos la han proclamado ya su Reina, de ellos y de sus hijos. Pero falta una cosa, y ésta no puede hacerla María, tenemos que ayudarla nosotros: falta nuestra colaboración para que los pueblos católicos, como hermanos unidos, vayan a Ella y juntos la reconozcan como Madre y Reina. Nosotros podemos coronarla como tal si, con nuestra conversión, con nuestras oraciones, con nuestra acción, quitamos el velo que todavía cubre su corona […] Tenemos que depositar a sus pies esa porción del mundo que está en nuestras manos […] todo a los pies de la Reina más grande que Cielo y Tierra conozcan: Reina de los hombres, Reina de los santos, Reina de los ángeles; porque, cuando estuvo en la Tierra, supo inmolarse totalmente a sí misma, como Sierva del Señor, enseñando así a sus hijos el camino de la unidad, del abrazo universal de los hombres, para que sea en la Tierra como en el Cielo. De Chiara Lubich, Escritos Espirituales/1, págs. 211-214
Dic 30, 2016 | Sin categorizar
«Así es la lujuria, así es la ira, ellas nacen del “rajas”, de la pasión de los sentidos que devora todo…» (Bhagavad Gita 3, 37). Ésta fue una de las frases que citó Paramahamsa Svami Yogananda Ghiri, presidente honorario de la Unión Hindú italiana (UII), en su discurso de saludo en la 1ª Conferencia cristiano-hindú que tuvo lugar el 6 de diciembre en el Aula Magna de la Universidad Gregoriana (Roma) que ese día estaba desbordante de personas. Quien inició los trabajos fue el Card. Jean-Louis Tauran, presidente del Pontificio Consejo para el diálogo interreligioso. Él fue el promotor del encuentro, en colaboración con la UII, la Conferencia Episcopal Italiana, Religions for Peace y el Movimiento de los Focolares. El prelado, expresando su alegría por ese momento de diálogo, auspició con confianza: «Con nuestra luz interior que arde e ilumina, seremos capaces de orientar cada paso nuestro por el camino de la Paz» Cristianismo e hinduismo, ambas religiones estuvieron representadas en igual cantidad por 300 personas animadas por un profundo deseo de conocimiento y de comunión recíproca. Dos emblemas notorios en el aula: la Lámpara y el Crucifijo, ambos son símbolos de luz. “Luz de Paz”, fue, en efecto, el título de la jornada transcurrida en el diálogo y en la búsqueda de construir juntos la Paz. Fueron significativas las palabras del obispo Paul Gallagher, secretario de las relaciones del Vaticano con los Estados, que, después de haber recordado los numerosos conflictos presentes en el planeta, hizo un llamado a la comunidad internacional a «superar la lógica del individualismo, de la competitividad, del deseo de ser los primeros» y pidió que lo más pronto posible se promueva “una ética de la solidaridad”. Fueron también muy interesantes los análisis del Prof. Naso de la Universidad La Sapienza (Roma). Él, después de haber referido los tristes datos de la conflictividad generada por motivos religiosos, recordó los numerosos casos en los cuales son justamente las comunidades de fe las que se convierten en mediadoras de procesos de paz (por ejemplo, Irlanda del Norte, Sudáfrica, Mozambique). Esto hace esperar que «las religiones puedan verdaderamente jugar un rol constructivo en las situaciones de conflicto».
Vivaz y sustentada con experiencias personales fue la relación de la psicóloga hindú Sangita Dubey, quien habló sobre las diferencias culturales y sobre los costos psíquicos de las migraciones, debido a la alimentación, el idioma, la mentalidad, completamente diferentes…. Afirmó, por lo tanto, que es necesario multiplicar los eventos interreligiosos, de modo de penetrar en las tradiciones del otro, acogiendo las respectivas diversidades. “La derrota del diálogo”, subrayó Svamini Hamsananda Ghiri (UII), en su intervención sobre la perspectiva hindú, «es el miedo, la indiferencia, el fundamentalismo, la desconfianza en el otro». Para perseguir el bien común es necesario «ver al otro como un hermano, porque fue generado por un Dios Padre». Y Paolo Trianni, del Ateneo de S. Anselmo, a quien se le pidió que expresara la perspectiva cristiana, concluyó: «Cuando se encuentran dos civilizaciones milenarias, dos espiritualidades tan profundas, no pueden más que aparecer grandes riquezas». Dos experiencias de diálogo presentaron concretamente las perspectivas trazadas: Fray. Cesare Bovinelli, monje de Camaldoli (Italia), recordó la gran sintonía sobre los temas del ambiente en los encuentros de Asís. Una joven de los Focolares, Aileen Carneiro, de India, describió las múltiples actividades desarrolladas en su país por jóvenes hindúes y cristianos. En particular, la sinergia con el grupo gandhiano Shanti Ashram de Coimbatore, del cual nació un proyecto que tiende a resolver la pobreza a través de la Economía de Comunión. Aileen explicó que se le da prioridad al diálogo de la vida, poniendo en práctica la llamada Regla de Oro: «Haz a los demás todo lo que quisieras que fuese hecho a ti» La Conferencia concluyó con un espacio cultural de poesías, cantos y danzas sagradas hindúes, en las cuales el arte se convirtió en un ulterior motivo de comunión, digno marco para la lectura del Comunicado que se redactó entre todos. Anna Friso
Dic 29, 2016 | Sin categorizar
Dic 28, 2016 | Palabra de vida, Sin categorizar
«Ayer fui a cenar fuera con mi madre y una amiga suya. Pedí como guarnición un plato de guisantes, que decidí dejarme para comerme el postre, que me apetecía más. Pero mamá dijo que no. Estaba a punto de ponerme de morros, pero recordé que Jesús estaba justo al lado de mamá, así que me puse a sonreír». «Hoy he vuelto a casa cansado y, mientras veía la tele, mi hermano me ha quitado el mando de las manos. Me he enfadado mucho, pero luego me he calmado y le he dejado ver la tele». «Hoy mi padre me ha dicho una cosa y yo le he respondido mal. Le he mirado y he visto que no estaba contento. Entonces le he pedido perdón y él me ha perdonado». Son experiencias de la Palabra de vida contadas por niños de 5º de Primaria de un colegio de Roma. Puede que no haya una relación directa entre esas experiencias y la Palabra que vivían en ese momento, pero este es precisamente el fruto de vivir el Evangelio: que incita a amar. Independientemente de la Palabra que nos propongamos vivir, los efectos son siempre los mismos: nos cambia la vida, nos pone en el corazón el acicate a estar atentos a las necesidades del otro, hace que nos pongamos al servicio de los hermanos y las hermanas. No puede ser de otro modo: acoger y vivir la Palabra hace que nazca en nosotros Jesús y nos lleva a actuar como Él. Es lo que deja entender Pablo cuando escribe a los corintios. Lo que apremiaba al apóstol a anunciar el Evangelio y a trabajar por la unidad de sus comunidades era la profunda experiencia que había hecho con Jesús. Se había sentido amado y salvado por Él; había penetrado tanto en su vida, que nada ni nadie podría separarlo nunca de Él; ya no vivía Pablo, porque Jesús vivía en él. Pensar que el Señor lo había amado hasta dar la vida lo volvía loco, no lo dejaba tranquilo, y lo incitaba con una fuerza irresistible a hacer lo mismo con el mismo amor. ¿Nos apremia también a nosotros el amor de Cristo con la misma vehemencia? Si de verdad hemos experimentado su amor, no podemos no amar a nuestra vez y entrar con valentía donde hay división, conflicto u odio para llevar concordia, paz y unidad. El amor nos permite proyectar el corazón por encima del obstáculo para ponernos en contacto directo con las personas, comprenderlas, compartir con ellas y buscar juntos la solución. No se trata de algo optativo. La unidad hay que perseguirla a toda costa, sin dejarnos frenar por una falsa prudencia, por dificultades o posibles enfrentamientos. Esto se demuestra especialmente urgente en el campo ecuménico. Esta Palabra ha sido elegida en este mes en que se celebra la «Semana de oración por la unidad de los cristianos» de distintas Iglesias y comunidades, para que nos sintamos todos estimulados por el amor de Cristo a ir los unos hacia los otros y así recomponer la unidad. Afirmaba Chiara Lubich el 23 de junio de 1997 en la apertura de la II Asamblea Ecuménica Europea en Graz (Austria): «Será un auténtico cristiano de la reconciliación solo quien sepa amar a los demás con la misma caridad de Dios, esa caridad que nos hace ver a Cristo en cada uno, que está destinada a todos –Jesús murió por todo el género humano–, que toma siempre la iniciativa, que es el primero en amar; esa caridad que lleva a amar a todos como a uno mismo, que nos hace uno con los hermanos y las hermanas en los dolores y en las alegrías. Y también las Iglesias deberían amar con este amor». Vivamos también nosotros la radicalidad del amor con la sencillez y la seriedad de los niños de ese colegio de Roma. FABIO CIARDI Palabra elegida por un grupo ecuménico de Alemania que viviremos junto con muchos hermanos y hermanas de distintas Iglesias para dejarnos acompañar por esta promesa de Dios a lo largo de todo este año, en que se conmemoran el 500º aniversario de la Reforma.
Dic 27, 2016 | Sin categorizar
Memoria, agradecimiento, responsabilidad. Éstas son las palabras clave que describen la serie de festejos para celebrar la llegada de algunos focolarinos médicos a la selva camerunense hace ya 50 años. Dieron así comienzo a una obra realizada en estrecha sintonía con los Bangwa, los habitantes del lugar. En el saludo de las autoridades civiles y tradicionales y del copresidente de los Focolares Jesús Morán, se recordó la importancia – según la competencia de cada uno – desde el comienzo, gracias a la cual la región vio a lo largo de estos años un impensado y evidente desarrollo bajo todo punto de vista. Se reafirmó también la validez del método con el cual los focolarinos dialogaron con la población que tenía su religión tradicional. Este típico acercamiento de los Focolares, dio vida, aquí y en el mundo, a muchas experiencias positivas de diálogo interreligioso, como recordó en su intervención Rita Mussallem del Centro para el diálogo interreligoso de los Focolares. El corazón de esta primera jornada fue la intervención de Mons. Nkea Andrew, Obispo de Mamfe, quien, a través de su personal experiencia como Bangwa, confirmó la belleza de este diálogo y su plena afinidad con el Evangelio. Un joven sacerdote austríaco, presente en el evento, comentó: «Impresiona la armonía con la cual los valores de la cultura africana y los valores cristianos se conjugan». En el segundo día, dedicado a los testimonios, un médico y un enfermero, que se encuentran dentro del grupo de los primeros que llegaron a este lugar, subrayaron que la estrecha colaboración con las personas del lugar fue muy sabia al poder dar a los enfermos una atención que consideraba las exigencias del cuerpo y del espíritu. De este modo nacieron nuevas amistades perdurables y resultados de sanación. Fueron impresionantes también los testimonios de acompañamiento en la fase final de la vida. Prosiguieron también los testimonios de algunos ex-estudiantes del Colegio: un comisario de policía, un joven sacerdote, una enfermera. De sus historias emerge que al lado del conocimiento científico de excelencia, existía para ellos la posibilidad de descubrir los valores humanos y espirituales que ahora los hacen personas felices y apreciadas en la sociedad y en la Iglesia. Como signo profético de una nueva economía, se presentaron los primeros pasos, en Camerún, de la Economía de Comunión: proyecto que en breve será lanzado en una conferencia internacional. El tercer día estuvo dedicado al agradecimiento. Algunas intervenciones significativas recordaron a muchos, que entre los primeros, dieron la vida por Fontem, como el Ing. Piero Pasolini, el Dr. Lucio Dal Soglio, etc, quienes como consideraban al otro como un igual a ellos mismos, realizaron su trabajo en la reciprocidad y no en el asistencialismo. Continuaron con las danzas tradicionales de los 5 territorios (Fondoms) que componen la División de Lebialem y que dieron colorido y vitalidad la fiesta. A todos los presentes, más de 2.500 personas, se les sirvió el almuerzo, fruto del amor de muchas madres que incansablemente trabajaron en los días y noches precedentes. De noche, un alegre y conmovedor musical que, con cantos y prosas presentados por los niños y los estudiantes, cuenta la historia de Fontem.
El cuarto día se celebró la presencia en Fontem, del Colegio “Our lady seat of wisdom”. A los numerosos exalumnos que llegaron del extranjero y que forman un asociación esparcida en muchos países del mundo, el obispo de Mamfe los exhortó a que tomaran conciencia de los dones que recibieron y que ahora los hacen capaces de ser embajadores de unidad en el lugar donde viven. Charles Tasong, entre los primeros Bangwa en conocer a los Focolares, dijo: «Durante el “Cry-die” (conmemoración de Lucio dal Soglio, del Padre Lino D’Armi y Doris Ronacher, recientemente fallecidos, que dedicaron todas sus energías en Fontem) vi que no existía más el Movimiento de los Focolares y los Bangwa; no más blancos de un lado y negros del otro lado; sino una sola familia. Lo mismo durante la Misa en Menji: no existe más la parroquia y el Movimiento, sino una sola familia. Quiero recoger el desafío de llevar adelante con mi vida la fuerte realidad de unidad vivida en estos días aquí en Fontem» Biagio Sparapano
Dic 26, 2016 | Sin categorizar
https://vimeo.com/195193687 Al principio había unas cuantas chicas, una batería verde y… La chispa que encendió al Gen Verde no fue tanto la mítica batería verde sino aquella consigna original: “hagan mucho ruido”. Exactamente así. Hacer que se oiga fuerte, ofrecer a todos -por medio de la música y los espectáculos- el Ideal de la unidad que es el alma de toda nuestra vida. Aquella chispa se propagó por el mundo encendiendo a muchos, muchos más… La unidad se puede cantar sólo a coro. Es lo que queremos expresar con esta nueva canción y con las imágenes que la traducen en rostros, gestos, colores de la vida. Vale también hoy: cada uno, una chispa. Subamos juntos, donde quiera que estemos, el volumen de la unidad. Gen Verde – International performing arts group Gen Rosso website