Movimiento de los Focolares

La puerta de al lado

Vivir en el mismo edificio y ser extraños. Es lo que sucede en la mayor parte de los casos. Basta un poquito de valentía y un gesto sencillo para encontrarse realmente, algo como lo que hizo la familia Scariolo. “El encuentro con el otro es una riqueza recíproca, más allá de las culturas, de las religiones y de las ideologías. Cada vez descubrimos que el otro ha sido creado como un don de amor para mí y yo para él”. Con estas palabras Adriana y Francesco Scariolo, focolarinos suizos, casados hace 42 años, cuentan una experiencia que, hace algunos meses, los enriqueció de forma especial. “Vivimos en el Cantón de Ticino, en la Suiza italiana, y desde hace un año y medio vivimos en un edificio de 13 apartamentos. Los días antes de Navidad 2021, pensamos en hacer la vuelta de las felicitaciones, puerta a puerta. La sorpresa y la gratitud de todos los vecinos fue grande: “Yo fui el primer inquilino de este edificio y nunca me sucedió que nadie viniera a felicitarme” dijo uno de ellos. “Nosotros somos musulmanes, pero queremos desearles también a ustedes Feliz Navidad”, agregó otro. También le distribuimos a todos una invitación para un momento de fiesta por el fin de año y para desearnos un Buen 2022 en nuestra casa. Así el 19 de diciembre tuvimos un refrigerio-cena con tres familias, una musulmana y dos cristianas, de las cuales una era evangélica y la otra católica, respetando las normas de seguridad y utilizando rigurosamente el cubreboca. Fue un lindo momento en el que cada uno se dio a conocer espontáneamente. “Es bello saber que hay vecinos con quienes darse la mano, saludarnos -afirmó el marido de la señora musulmana- nos sentimos menos solos”. ¿Es algo que ya habían hecho en el pasado? “Sí, no es la primera vez que tratamos de crear relaciones con las personas del condominio. Todo surgió hace muchos años cuando escuchamos hablar de la “fiesta de los vecinos”, una iniciativa propuesta para darle a las personas la posibilidad de encontrarse. Nos dimos cuenta de que se necesitaba un poco de valentía y de fantasía de nuestra parte y lo intentamos. Al inicio, aprovechando el año nuevo, poniendo en sus casilleros del correo las felicitaciones, después, dependiendo de la reacción de las personas, haciendo más amistad, intentando organizar antes del verano un almuerzo en el jardín con todos. Después nos mudamos de ese barrio para hacer un período de voluntariado en el extranjero que duró 7 años, pero regresando, desde que estamos en este nuevo edificio, hemos querido mantener la tradición”. ¿Qué les sorprendió más de sus reacciones? “Ver sus rostros sonrientes. No se lo esperaban, sobre todo en un período delicado como este debido a la pandemia. Además nos pareció un regalo poder terminar los últimos días del 2021 con un momento de socialidad después de tanto aislamiento, un signo que da esperanza y no frena el deseo de amar a los demás y de construir relaciones fraternas. El 2 de enero de 2022 acogimos a otras familias que se habían anotado pero que, por la sana distancia, no pudimos recibir junto a las otras. Algunas se habían contagiado de COVID y por lo tanto no pudieron venir, pero la cena con ellos solo la postergamos para tiempos mejores”. ¿Qué quiere decir para ustedes salir a encontrar al hermano? “Quiere decir salir al encuentro de la humanidad de hoy a través de simples gestos de amor cotidianos. Por ejemplo, ayudar a la vecina que cada tanto tiene problemas con su TV, escuchar a la pareja que recién tuvo un bebé, disipar los muros de la indiferencia, del anonimato que caracteriza las relaciones y que ha crecido con la pandemia. La frase de Jesús “todo lo que hicieron a uno de estos hermanos míos más pequeños a mí me lo hicieron” nos interpela. Entonces cada prójimo realmente es la persona que Él pone a nuestro lado para ser acogida y amada. Y ¿quién es más próximo que los vecinos de la casa?”.

Maria Grazia Berretta

Hombre Mundo: artesanos de paz y de unidad

Hombre Mundo: artesanos de paz y de unidad

Del 25 al 27 de febrero de 2022 más de 3000 chicos dieron testimonio de la fraternidad universal a través de acciones locales y globales, desarrollando una ciudadanía activa.  El compromiso en los grandes retos del planeta, como la paz, el medio ambiente y la lucha contra el hambre y la pobreza.   Ganas de estar juntos, encontrarse para construir la paz, vivir la fraternidad universal, hacer acciones en favor del ambiente y por los sectores más vulnerables de la sociedad. Tres días, del 25 al 27 de febrero en los cuales los Gen3, los adolescentes del Movimiento de los Focolares, vivieron el  laboratorio planetario  Hombre Mundo. Más de 3000 chicos en más de 600 puntos esparcidos por el mundo vivieron acciones concretas y se conectaron por video-conferencia online para dar testimonio del mundo unido. Además, a través de las redes sociales de teens4unity pudieron compartir videos y fotos de sus experiencias. Fueron muchas las declaraciones de paz y solidaridad. Entre ellas, la de los  Gen3 siberianos, desde la ciudad de Krasnojarsk en Russia. Durante su  Hombre Mundo enviaron un mensaje: “nosotros vivimos por la Paz”. Un mensaje cargado de esperanza sobre todo en estos días de conflicto entre Rusia y Ucrania. El programa del laboratorio planetario se dividió en tres etapas. 25 de febrero: nuestro estilo de vida es el arte de amar: ¿cómo lo hemos vivido y lo podemos vivir durante la pandemia? ¿Cómo seguir amando en el mundo virtual de las redes sociales? “Hemos comprendido –cuenta Samira de Congo– que tenemos que aceptarnos recíprocamente a pesar de nuestras diferencias, que son una enorme riqueza. Es una manera de promover los valores y al mismo tiempo desterrar los anti-valores”. Y Élise de Francia: “durante un encuentro nos impactó mucho ver algunas cifras sobre la mortalidad infantil en el mundo, sobre todo a casusa de la falta de agua potable. Entonces organizamos un concierto para recolectar fondos para la perforación de un pozo en Camboya, que proveerá de agua limpia a unas doce familias para toda la vida”. El 26 de febrero los chicos profundizaron su compromiso en la ecología integral y en el Objetivo “Hambre Cero”. Mejorar eficazmente la salvaguarda del planeta y reducir drásticamente el hambre y la pobreza, hasta hacerlas desaparecer. Entre las varias experiencias que se contaron, mencionamos la de los Gen3 de Austria,  sobre un proyecto de reforestación. “El dinero invertido para realizar el proyecto de los árboles lo recolectamos durante el torneo Fair play que se llevó a cabo en Viena –cuentan–.  El tema era ‘Fair play contra el cambio climático’. Ese día participaron alrededor de 120 jugadores y 100 colaboradores. Con el dinero recolectado conseguimos comprar alrededor de unos 1500 árboles”. El 27 de febrero estuvo dedicado a la belleza del encuentro entre los pueblos y el compromiso común por construir un mundo de paz y unidad. Una conexión mundial en video-conferencia live permitió a más de 3000 chicos, conectados en 600 puntos, encontrarse y rezar por la paz. Luego se contaron muchas experiencias de paz y de unidad a pesar de las numerosas dificultades.  Como la de una chica de Myanmar, país que vive una situación política muy difícil.  Muchas familias tienen que dejar sus casas y refugiarse en los centros de acogida.  Ella quería fuertemente poder hacer algo por ellos.  “Entonces me puse a disposición para ayudar a los refugiados que habían sido recibidos en una iglesia. Por más que estaba muy cansada creía que Dios estaba conmigo, me miraba y me daba la fuerza para ir adelante y ayudar a los demás. Ahora puedo decir que fue un período maravilloso y precioso para mí, del que guardo un recuerdo inolvidable”. En el  Líbano, en cambio,  Maria Sfeir, embajadora de paz del Medio Oriente junto con Fouad Sfeir contaron cómo “hemos incorporado la cultura de la paz, educando a nuestros niños y criándolos con los buenos valores del amor y del dar para construir una sociedad mejor, en un ambiente de no violencia y justicia”. Entre las muchas intervenciones, destacamos también la del  Gen Rosso, conectado desde la isla de Lampedusa, Italia, famosa por la acogida a los migrantes: “Estamos en Lampedusa para sostener a estas maravillosas personas que reciben y acogen a quienes por la guerra, el hambre o la violencia están obligados a dejar su propia tierra.  Lampedusa es una isla de fraternidad, puerto abierto, gente que mira al horizonte y se lanza al mar para llegar hasta los que están a merced de las olas y salvarlos. Lampedusa: lámpara, faro luminoso que dice tierra.  Tierra que dice casa. Desde aquí queremos decir: tengamos siempre abiertas de par en par las puertas de nuestro corazón”.   Luego el mensaje de Margaret Karram presidente de los Focolares: “El laboratorio ustedes lo han construido con su testimonio de vida –afirma–. (…) No se sientan solos, sepan que el Movimiento en todo el mundo está con ustedes y los sostiene. (…) A menudo yo también me siento impotente frente al mal del mundo: guerras, injusticias, destrucción de la naturaleza.  En estos momentos me ayuda hablar con Dios.  Me da fuerza y valentía saber que él está con nosotros. La certeza de su amor reconforta mi corazón, me hace capaz de amar, de perdonar, de tender la mano para construir la unidad con los que encuentro día a día. Siento que sólo así puedo tomar la iniciativa en ser una artesana de paz”.

Lorenzo Russo

Ucrania: acuerdo con Caritas-Spes para la asistencia a la población

Ucrania: acuerdo con Caritas-Spes para la asistencia a la población

Las contribuciones recaudadas por la Coordinación de Emergencias del Movimiento de los Focolares a través de las ONG Azione per un Mondo Unito (AMU) y Azione per Famiglie Nuove (AFN), se destinarán a apoyar las actividades de asistencia a la población que realiza Caritas-Spes Ucrania. Las acciones bélicas en Ucrania no cesan y entre la población hay miles de evacuados que huyen y muchos tratan de sobrevivir en albergues y refugios de emergencia, donde pueden recibir un ayuda inicial. Con las contribuciones recaudadas a través del llamamiento lanzado por la Coordinación de Emergencia del Movimiento de los Focolares, AMU y AFN apoyan en primer lugar las acciones de Caritas-Spes Ucrania, que brinda una primera asistencia a miles de personas obligadas a abandonar sus hogares para huir hacia la frontera o refugiarse en los refugios subterráneos habilitados donde es posible. El compromiso de Caritas-Spes es ofrecer refugio, alimentos, medicamentos y productos de higiene, así como apoyo psicológico a unas 500 madres con niños evacuados y alojados en sus propios centros. Más de 2500 personas también están recibiendo ayuda a través de Caritas parroquial y 14 comedores que permanecen activos en las áreas de Kiev, Lutsk, Berdiansk, Kamianets-Podil’skyi, Zhytómyr, Járkov, Leópolis, Odesa, Vínnytsia y en varias ciudades de la región de Transcarpatia. Las imágenes de la guerra en Ucrania que llegan cada día desde los medios de comunicación internacionales y los testimonios de nuestros referentes en la zona, como Mira Milavec, una focolarina eslovena que vive en Ucrania y colabora con Caritas-Spes, describen el estado de emergencia de una población sitiada, indefensa ante los bombardeos, aglomerada a lo largo de las rutas para llegar a las fronteras o en sótanos y refugios donde se han colocado camas improvisadas a la espera de una comida caliente, agua potable y electricidad. En la frontera con Polonia, la fila de personas desesperadas que quieren cruzar la frontera alcanza decenas de kilómetros. Caritas-Spes de Leópolis ha organizado una asistencia específica especialmente para las madres que intentan escapar con niños, incluso muy pequeños, en brazos. Para ellos se necesita de todo, sobre todo agua caliente para poder preparar papillas o cambiar pañales. En Odesa, bajo ataque, se están instalando refugios, incluso debajo de la catedral, marcado por el sonido de sirenas que anuncian la llegada del peligro o su cese temporal. En Vínnytsia, un psicólogo está organizando reuniones de formación online para voluntarios y operadores sobre la ayuda psicológica que pueden proporcionar en situaciones de estrés como esta: más de 120 personas ya han asistido a la primera. Actualmente, la recaudación de fondos para la emergencia relacionada con la guerra en Ucrania, realizada por la Coordinación de emergencias del Movimiento de los Focolares (AMU y AFN) ya ha alcanzado los 100 mil euros y ya se ha realizado una primera transferencia de fondos en el lugar, que se utilizará para apoyar las acciones de Caritas-Spes para la primera asistencia a las familias ucranianas. También estamos evaluando la posibilidad de apoyar los costos de acogida de los numerosos refugiados ucranianos que están llegando a los países vecinos, como Eslovaquia y Polonia, acogidos por la generosidad de las familias del lugar que les abren sus casas. Lamentablemente, las acciones militares no se detienen y, como lo confirman los referentes locales, las necesidades aumentarán. Las actualizaciones constantes sobre las intervenciones de asistencia que estamos realizando en el lugar están disponibles en la web y en las redes sociales de AMU y AFN. Para apoyar la acción en Ucrania y la asistencia a las familias devastadas por la guerra, es posible donar en línea en los sitios: AMU: www.amu-it.eu/dona-online-3/ AFN: www.afnonlus.org/dona/ o por transferencia bancaria a las siguientes cuentas corrientes: Azione per un Mondo Unito ONLUS (AMU) IBAN: IT 58 S 05018 03200 000011204344 presso Banca Popolare Etica Codice  SWIFT/BIC: ETICIT22XXX Azione per Famiglie Nuove ONLUS (AFN) IBAN: IT 92 J 05018 03200 000016978561 presso Banca Popolare Etica Codice SWIFT/BIC: ETICIT22XXX Motivo: Emergencia en Ucrania

Noticias del focolar de Ucrania

Donatella Rafanelli cuenta a Maria Chiara Biagioni, de la agencia SIR, la vida de la comunidad de los Focolares en Ucrania en los últimos días. Un viaje de 29 horas desde Kiev. “Ahora nuestro sueño es volver allá”. Un viaje de 29 horas desde Kiev hasta una ciudad del oeste del país, Mukachevo. El tráfico en las calles, las largas filas en los cajeros automáticos y en la gasolinera, los tanques y la gente a lo largo de la carretera pidiendo que los lleven. Una italiana de Pistoia, Donatella Rafanelli, focolarina, que vive en Kiev en la comunidad del Movimiento fundado por Chiara Lubich desde 2019, cuenta a SIR lo que está pasando en estas horas en el ‘camino’ de los refugiados. ‘Estábamos en Kiev cuando nos llamaron muy temprano el jueves por la mañana para decirnos que hiciéramos las maletas rápido porque estaban disparando a 70 kilómetros de la capital’, cuenta Donatella. ‘No sabíamos qué hacer también porque para todas nosotras era la primera vez que estábamos en una situación similar. Luego fuimos a buscar el refugio más cercano a nuestra casa y nos indicaron un estacionamiento subterráneo. Fuimos a casa y llamamos a la embajada de Italia a un número gratuito de emergencia y nos dijeron que nos quedáramos en casa y que fuéramos al refugio solo si daban la alarma’. Todo parecía normal. La gente había estado hablando durante días sobre la posibilidad de un ataque en Kiev ‘pero cuando sucedió, lo primero que hicimos fue mirarnos a los ojos. Dijimos: aquí estamos, estamos en guerra. Y oramos. Le pedimos a Jesús que nos diera fuerza y ​​que nos diera paz’. A partir de entonces todo fue una carrera contra el tiempo. ‘Tomamos algunas cosas y las pusimos en una maleta. Llevamos muy poco, solo lo necesario y los documentos personales. Inmediatamente buscamos un boleto de tren para poder movernos hacia el oeste, pero estaban agotados. El aeropuerto estaba cerrado. Por lo tanto, elegimos viajar en coche’. Las carreteras que salían de Kiev estaban bloqueadas. ‘Había largas filas frente al banco para retirar dinero y en los supermercados. Nos llevó mucho tiempo, especialmente para salir de la ciudad. Paramos dos veces por el combustible. En la primera estación de servicio hicimos cola durante una hora. Y allí mismo, mientras esperábamos, escuchamos los disparos. Fue muy fuerte. Nos quedamos quietos, en silencio’. Reanudando el viaje, a lo largo del camino se podían ver los tanques y la gente haciendo autostop para pedir un pasaje. En el camino, los teléfonos enviaban y recibían continuamente mensajes y llamadas: quién se había ido, quién había decidido quedarse. Para dar noticias y poner en contacto a la gente que huía con las comunidades de los focolares de Eslovaquia y Polonia que se han mostrado dispuestas a acoger. ‘Solo mientras viajábamos – confiesa Donatella – nos dimos cuenta de lo que nos había pasado. No estábamos en el coche para cumplir con un compromiso o para hacer un viaje. Estábamos dejando una ciudad, nuestra casa. Nunca hubiéramos querido irnos. Pero nos dimos cuenta de que era imposible quedarnos’. En Mukachevo, Donatella y sus compañeros de viaje fueron acogidos por un sacerdote de una parroquia y por la comunidad de focolares de esa ciudad. ‘Estamos aquí en Ucrania. Y esto es muy importante para nosotros. No nos escapamos. Queremos vivir y quedarnos en este país. Nos ofrecieron mil lugares para ir. El hecho de que nos hayamos mudado de Kiev es solo porque es peligroso en este momento. No tenía sentido quedarnos bajo los bombardeos. Pero ahora nuestro sueño es volver allí’. ‘¿La guerra? Es pura locura’, responde Donatella sin dudarlo. ‘Porque nadie tiene el derecho de quitarle la vida a otra persona, así como la posibilidad de vivir una vida normal. Aquí la gente ha hecho muchos sacrificios para comprar una casa, para tener algunos ahorros. Y ahora, con la guerra, los planes futuros se hacen añicos, los sueños se esfuman. Estamos orando para que esta locura termine pronto. Seguimos las noticias de las conversaciones entre las delegaciones y los esfuerzos que se realizan a nivel de diplomacia internacional. Creo que lo único que nos puede ayudar es un milagro. Y todas las noticias que nos llegan de la gente que reza por nosotros y se manifiestan en la plaza por la paz nos hacen mucho bien. Se necesita un milagro’.

Maria Chiara Biagioni (SIR)

 

Caminar juntos: el recorrido sinodal en Tierra Santa

El Sínodo 2021-2023 convocado por el Papa Francisco es la ocasión para ponerse a la escucha y en diálogo con el otro y la oportunidad de volver a encontrar la verdadera identidad de la Iglesia,  “universal”, desde el principio. El recorrido involucra a todas las diócesis del mundo, la Tierra Santa también. “Mientras nos disponemos a iniciar este camino, somos más conscientes que nunca que nosotros, todos juntos, como discípulos de Cristo en esta Tierra, que es Su casa, estamos llamados a ser sus testigos. Recordemos que su deseo más grande es que seamos uno (cfr. Juan 17)”. Es lo que se lee en la carta del 26 de enero de 2022, enviada por los Ordinarios católicos a los jefes de las Iglesias cristianas en Tierra Santa respecto del Sínodo 2021-2023 convocado por el Papa Francisco, cuyo título es “Por una Iglesia sinodal. Comunión, participación, misión”. Con el deseo explícito de informar e integrar a los hermanos de las demás comunidades eclesiales locales respecto del articulado recorrido sinodal iniciado también en Tierra Santa, el patriarca de Jerusalén de los Latinos, Pierbattista Pizzaballa, quien firma el texto, destaca la importancia de la escucha recíproca en este camino de comunión. Una mirada a la misión de una Iglesia “universal”, en particular a la de Jerusalén, de la que el patriarca había hablado el 9 de noviembre de 2021, durante un encuentro con los movimientos eclesiales y las nuevas comunidades presentes en Tierra Santa a raíz de la apertura del camino sinodal: “Nuestra Iglesia, la Iglesia de Jerusalén nació en el Cenáculo, en Pentecostés, y nació ya en ese momento como Iglesia universal y local al mismo tiempo. (…) Sobre todo en estos últimos años se ha enriquecido de muchos carismas más. Por este motivo la presencia de ustedes aquí no es solamente un regalo y un signo de la Providencia (…), sino que también forma parte de un deseo de Dios (…)”. En esa ocasión, los representantes de las varias realidades presentes pudieron escucharse, dar testimonio de la propia experiencia y, con la preciosa ayuda del patriarca, entender mejor cómo afrontar el Sínodo a nivel local. Mons. Pizzaballa, al responder a varias preguntas, compartió su pensamiento acerca de la sinodalidad, que “es un estilo –dijo– o un modo de estar en la vida, en la Iglesia, pero también fuera de la Iglesia. Es una actitud.  Y la escucha, el diálogo son expresiones de ello (…)”. Por tanto, es necesario que los varios movimientos y las varias realidades trabajen en “cross-platform” (multiplataforma), yendo al corazón de la experiencia de “comunión” de la Iglesia universal. Es una experiencia que más que otras parece realmente difícil vivir en Tierra Santa. “Por comunión –prosiguió– yo entiendo la conciencia de pertenencia, de un don recibido, de una gratuidad y de una vida insertada en el otro (…).Todo ello surge de la experiencia del encuentro con Jesús. (…) Tras haber encontrado al Señor y haber hecho la experiencia de la salvación, tú entiendes que esa experiencia se hace completa y profunda cuando se comparte en una comunidad (…)”. Un hondo deseo que se renueva en las palabras de esa carta enviada por los Ordinarios católicos a los jefes de las varias Iglesias cristianas en la Tierra Santa y que abre los horizontes, haciendo hincapié también en la voluntad de crecer en la fraternidad y enriquecerse con la sabiduría de los demás. La posibilidad de “estar juntos”: éste es el deseo del camino sinodal. Quiere ser un momento que tenga el sabor de una comida compartida, de un dolor que se abraza en grupo, de una alegría que no puede esperar a ser contada. Es la marcha de los discípulos de Emmaus que, aunque tristes y desilusionados, caminan juntos y se sostienen en la comunión, hasta que el Resucitado se acerca a ellos. Es una ocasión para no dejar pasar, es la ocasión de reconocerlo en medio de nosotros.

Maria Grazia Berretta

Chiara Lubich: La actualidad del Evangelio

Acercarse al Evangelio hoy significa encontrar la Palabra viva de Dios. Chiara Lubich, a través de su experiencia con la primera comunidad del Movimiento en Trento, nos hace saborear los efectos de ponerla en práctica. Si un Dios nos habla, ¿cómo no acoger su Palabra? La Biblia repite nada menos que 1.153 veces la invitación a escucharlo. La misma invitación la dirige el Padre a los discípulos cuando la Palabra, su Hijo, viene a vivir en medio de nosotros: “Escúchenlo”.[1] Pero la escucha de la cual habla la Biblia se hace más con el corazón que con los oídos. Es adherir íntegramente, obedecer, adecuarse a lo que Dios dice, con la confianza de un niño que se abandona en los brazos de la madre y se deja llevar por ella. (…) Se siente aquí el eco de la enseñanza de Jesús que declara dichoso a aquel que, habiendo escuchado la Palabra de Dios, la observa[2], y que reconoce como madre y hermanos suyos a aquellos que la escuchan y la ponen en práctica[3]. (…) El buen oyente de la Palabra, afirma también Jesús al concluir el “sermón de la montaña”, es el que la pone en práctica, dando así consistencia a su vida como a una casa construida sobre la roca.[4] En cada Palabra suya Jesús expresa todo su amor por nosotros. Encarnémosla, hagámosla nuestra, experimentemos la potencia de vida que se desprende de ella, en nosotros y a nuestro alrededor, si la vivimos. Enamorémonos del Evangelio a tal punto que nos dejemos transformar en él y lo desbordemos sobre los demás. Este es nuestro modo de corresponder al amor a Jesús. Ya no seremos nosotros los que viviremos, Cristo se formará en nosotros. Experimentaremos la libertad de nosotros mismos, de nuestros límites, de nuestras esclavitudes, pero además veremos estallar la revolución de amor que Jesús, libre de vivir en nosotros, provocará en el tejido social en el que estamos inmersos. Lo experimentamos desde los inicios del Movimiento durante la Segunda Guerra Mundial, cuando, en Trento (Italia), debido a los frecuentes bombardeos corríamos a los refugios llevando con nosotros solo el pequeño libro del Evangelio. Lo abríamos, lo leíamos y, creo que por una gracia particular de Dios, esas Palabras que tantas veces habíamos escuchado, se iluminaban con una luz completamente nueva. Eran Palabras de Vida, se podían convertir en vida. (…) En pocos meses vimos nacer a nuestro alrededor una comunidad viva de 500 personas. Todo era fruto de la comunión con la Palabra, que era constante, era una dinámica de minuto a minuto. Estábamos embriagados de la Palabra, podemos decir que la Palabra vivía en nosotros. Bastaba decirnos: “¿Vives la Palabra?”, “¿Eres la Palabra viva?”, para aumentar en nosotros la premura por vivirla. Tenemos que volver a aquellos tiempos. El Evangelio es siempre actual. Depende de nosotros creerlo y experimentarlo.

Chiara Lubich

(Chiara Lubich, en Parole di Vita, Città Nuova, 2017, pag. 789-791) [1] Mt 17, 5. [2] Cf. Lc 11, 28 [3] Cf. Lc 8, 20-21. [4] Mt 22, 39.