Movimiento de los Focolares
Dilexi te: el amor a los pobres, fundamento de la Revelación

Dilexi te: el amor a los pobres, fundamento de la Revelación

Dilexi te , “te he amado” (Apocalipsis 3,9) es la exhortación de amor que el Señor hace a una comunidad cristiana que –a diferencia de otras– no tenía ningún recurso y se encontraba despreciada y expuesta a la violencia. Al mismo tiempo, la cita que da el título a la primera Exhortación apostólica del Papa León XIV, ha sido firmada el 4 de octubre, fiesta del Santo de Asís. El documento nos recuerda el tema profundizado por el Papa Francisco en la Encíclica Dilexit nos sobre el amor humano del Corazón de Cristo y es un proyecto que el actual Pontífice considera propio, compartiendo con el Predecesor el deseo de hacer comprender y conocer el vínculo entre la que es nuestra fe y el servicio a los vulnerables; el ligamen indisoluble entre el amor de Cristo y su llamado a estar cerca de los pobres.

En la rueda de prensa de presentación de «Dilexi te» participaron (de izquierda a derecha): Fr. Frédéric-Marie Le Méhauté, provincial de los Frailes Menores de Francia/Bélgica, doctor en teología; Em.mo Card. Konrad Krajewski, Prefecto del Dicasterio para el Servicio de la Caridad; Em.mo Card. Michael Czerny S.J., Prefecto del Dicasterio para el Servicio del Desarrollo Humano Integral; p.s. Clémence, Pequeña Hermana de Jesús de la Fraternidad de las Tres Fuentes de Roma (Italia).

Consta de 121 puntos en los que “hacer la experiencia” de la pobreza va mucho más allá de la filantropía. “No estamos en el horizonte de la beneficencia –afirma el Papa agustino– sino de la Revelación: el contacto con los que no tienen ni poder ni grandeza es una manera fundamental de encuentro con el Señor de la historia. En los pobres él tiene aún algo para decirnos” (5).

León XIV invita a reflexionar acerca de los varios rostros de la pobreza: la de “los que no tienen medios de sustento material”, de “los que están marginados socialmente”; la pobreza “moral”, “espiritual” y “cultural”; la pobreza “de los que no tienen derechos, no tienen lugar y no tienen libertad” (9). Pero ningún pobre – prosigue– se encuentra “allí por casualidad ni por un destino ciego y amargo” (14). “Los pobres son una garantía evangélica de una Iglesia fiel al corazón de Dios” (103).

“Digamos enseguida que no es fácil para la Iglesia, y para los papas, hablar de pobreza. En primer lugar, porque la forma y la sustancia de la Iglesia no son las de la ONU ni las de los Estados. La palabra pobreza –nos explica el Profesor Luigino Bruni, economista e historiador del pensamiento económico, Profesor titular de Economía Política en la Universidad Lumsa (Roma) y director científico de Economy of Francesco– tiene en el cristianismo un espectro muy amplio, que va desde la pobreza mala porque no es elegida y es padecida, hasta la pobreza evangélica, la de esos pobres que Jesús llamó “bienaventurados”. La Iglesia debería moverse dentro de ese espectro amplio pues si deja de lado una de las dos formas de pobreza, se sale del Evangelio”.

El documento denuncia particularmente la falta equidad definiéndola como la raíz de los males sociales (94), así como el accionar de sistemas político-económicos injustos. La dignidad de toda persona humana debe respetarse ahora y no mañana (92) y, no por casualidad, durante la conferencia de prensa de presentación, realizada en el Vaticano el 9 de octubre de 2025, el Cardenal Michael Czerny S.J., Prefecto del Dicasterio para el Servicio del Desarrollo Humano Integral, con referencias específicas al texto, reflexionó mucho sobre las llamadas ‘estructuras de pecado’: “el egoísmo y la indiferencia se consolidan en los sistemas económicos y culturales. La economía que mata (3) mide el valor humano en términos de productividad, consumo y beneficio. Esta ‘mentalidad dominante’ vuelve aceptable el descarte de los débiles y de los improductivos, y por lo tanto merece la etiqueta de ‘pecado social’”.

“Este es un tema antiguo de la doctrina social de la Iglesia –agrega a tal propósito el Profesor Bruni– e, incluso antes, de los Padres y de muchos carismas sociales, por no hablar de los franciscanos. En esos pasajes se percibe la mano del Papa Francisco y el espíritu de San Francisco (64); pero asimismo de los carismas más recientes –fue el Padre Orestes Benzi el primero en hablar de las “estructuras de pecado”– y también de la Economía de Comunión y la Economy of Francesco. Además es importante la referencia –una vez más en plena continuidad con el Papa Francisco– a la meritocracia, definida como una “falsa visión” (14). La meritocracia es una falsa visión, porque atribuye la existencia de muchas pobrezas a la falta de mérito de los pobres. Luego, a los pobres demeritorios se los define también como culpables. La ideología meritocrática es una de las principales “estructuras de pecado” (número 90 y subsiguientes) que generan exclusión y luego intentan legitimarla éticamente. Las estructuras de pecado son materiales (instituciones, leyes…) e inmateriales, como las ideas y las ideologías”.

Lógicamente el documento dirige la mirada al tema de las migraciones –Robert Prevost hace suyos los famosos “cuatro verbos” del Papa Francisco: recibir, proteger, promover e integrar– sin olvidar a las mujeres, que están entre las primeras víctimas de la violencia y la exclusión; subraya la importancia de la educación para la promoción del desarrollo humano integral, el testimonio y el vínculo con la “pobreza” de muchos santos, beatos y órdenes religiosas y propone un retorno a la limosna como un camino para poder realmente “tocar la carne sufriente de los pobres” (119).

En Dilexi te el Papa León nos “exhorta” a cambiar el rumbo, pensar en los pobres no como un problema de la sociedad ni, mucho menos, únicamente como “objeto de nuestra compasión” (79) sino como actores reales a los que hay que darles voz y como “maestros del Evangelio”. Es necesario que “todos nos dejemos evangelizar por los pobres. Ellos –escribe el Papa– son una cuestión familiar. Son de los nuestros”. Por lo tanto “la relación con ellos no puede reducirse a una actividad o a una oficina de la Iglesia” (104).

“Tomar en serio la pobreza evangélica significa –agrega Luigino Bruni– cambiar el punto de vista, hacer una metanoia, decían los primeros cristianos. Y luego, hoy, intentar responder a algunas preguntas radicales: ¿cómo llamar “bienaventurados” a los pobres cuando los vemos en la miseria, morir en el mar, buscar su alimento entre nuestros desechos? ¿Qué bienaventuranza conocen? Por ello, muchas veces los primeros y más severos críticos de esta primera bienaventuranza han sido justamente los que han dedicado su vida a estar junto a los pobres, sentados a su lado, para liberarlos de su miseria. Los amigos más cercanos a los pobres terminan siendo, paradójicamente, los mayores enemigos de la primera bienaventuranza. Y nosotros tenemos que entenderlos y agradecerles por haberse escandalizado de ello. Y luego intentar llevar el discurso a terrenos nuevos y osados, siempre paradójicos. ¡Cuántos “ricos epulones” encontraron en la bienaventuranza de los pobres una coartada para dejarlo a Lázaro (con referencia a Lucas 16,19-31) feliz en su condición de privación y miseria, y acaso autodefiniéndose como “pobres de espíritu” porque daban las migajas a los pobres! Ha de haber algo estupendo en ese “bienaventurados los pobres”. Nosotros ya no lo entendemos, pero por lo menos tratemos de no empequeñecer su profecía paradojal y misteriosa. El Papa León ha tratado de indicarnos algunas dimensiones de esa belleza paradojal de la pobreza, sobre todo en los largos párrafos dedicados a la fundamentación bíblica y evangélica. Pero aún hay mucho que descubrir y decir. Desearía que los futuros documentos pontificios también incluyeran el magisterio laico sobre la pobreza, que por lo menos desde hace 50 años nos dan personajes como Amartya Kumar Sen o Esther Duflo, galardonados con el Premio Nobel de Economía, o Muhammad Yunus, Premio Nobel de la Paz. Estos estudiosos, como muchos otros, nos han enseñado que las pobrezas no son falta de dinero e de réditos (flujos) sino falta de capitales (stock) –sanitarios, educativos, sociales, familiares, capabilities (capacidades, habilidades)…– que luego se manifiesta en una carencia de rédito; pero sólo trabajando en los capitales hoy es como mañana podremos hacer salir a los pobres de las trampas de la pobreza. Como ha explicado Sen, la pobreza es encontrarse en la imposibilidad objetiva de “poder realizar la vida que quisiéramos vivir”, y por lo tanto es una falta de libertad. Los carismas siempre lo han intuido, ya que en las misiones o incluso antes en Europa y en todo el mundo han llenado el mundo de escuelas y hospitales, para mejorar los ‘capitales’ de los pobres. Incluso la limosna, de la que habla al final del documento el Papa León (número 76 y subsiguientes), tiene que orientarse hacia la ‘cuenta capital’, y no debe dispersarse en ayudas monetarias que a menudo terminan por aumentar esas pobrezas que quisieran reducir. La Dilexi te es un punto de partida, para un camino que es todavía es muy largo para los cristianos en un terreno, en parte desconocido aún, de las pobrezas (de las feas que hay que disminuir y de las bellas que hay que aumentar).

Maria Grazia Berretta

Un primer importante paso hacia la paz

Un primer importante paso hacia la paz

Margaret Karram
Imagen © Pixabay

Con fuertes compromisos asumidos concluyó Raising Hope

Con fuertes compromisos asumidos concluyó Raising Hope

El tercer y último día de la Conferencia Raising Hope se desarrolló con nuevas ponencias, momentos de reflexión, oración, música y un momento clave: las contribuciones de los participantes y los compromisos asumidos, como ejes clave para tomar acción en torno a la justicia climática.

En la web raisinghope.earth/es/accion/ se ha invitado a los participantes de la conferencia, tanto presenciales como virtuales, a hacer sus aportaciones: ¿Cómo responderás al grito de la tierra y al grito de los pobres?. Estas Contribuciones Determinadas por el Pueblo (PDC, por sus siglas en inglés), son una audaz iniciativa global de la sociedad civil para presentar los compromisos de personas y comunidades de base hacia la transformación ecológica

La conmovedora apertura que el pasado miércoles 1 de octubre protagonizó el Papa León XIV, al bendecir un trozo de glaciar de Groenlandia, tuvo su momento culminante esta tarde cuando, los participantes recogieron el agua, fruto del hielo derretido, para llevar a sus hogares y comunidades.

La Dra. Lorna Gold, directora ejecutiva del Movimiento Laudato Si’, expresó con emoción: “Un bloque de hielo bendecido por el Papa se ha viralizado estos días”. “Ahora, esta agua bendita se transformará en algo muy poderoso, porque llegará a la COP30, en Brasil”, aseguró.

Cada uno de los participantes pudo llevarse, en un cuenco, un poco de agua bendita, parte proveniente del hielo glacial, mezclada con el agua de los ríos del mundo que al inicio de la conferencia fue ofrecida por diversos representantes. Esto no fue solo un obsequio sino un signo de la urgencia que demanda la crisis climática, al mismo tiempo, marcado por la esperanza que imprime la bendición papal.

Otro de los momentos clave del cierre del evento ocurrió cuando la Dra. Lorna Gold puso en común algunos de los compromisos asumidos por los participantes. Entre lo más destacable estuvo el poder de la colaboración y la importancia de las alianzas; y el compromiso de volver al corazón y promover el Programa de Animadores Laudato Si’, que desarrolla el MLS.

Asimismo, habló de la importancia de la implementación: “No podemos esperar a que otros lo hagan. Tenemos que implementar los cambios que están en nuestras manos”, afirmó la Dra. Lorna. Y animó a levantar la voz juntos en Belem, Brasil (próxima COP), al tiempo que se hará una nueva alianza para la no proliferación de combustibles fósiles.

Un momento emotivo ocurrió al dar gracias por los diez años de historia del Movimiento Laudato Si’, fundado en enero de 2015. La Dra. Gold recordó cuando el mismo año conoció a Tomás Insua, co-fundador, y quedó sorprendida por su entusiasmo y energía al querer propagar los valores de la encíclica.

“Lo más extraordinario que tiene nuestro movimiento es la alegría”, aseguró, y animó a “llevar esta alegría a la COP”, recordando al Papa Francisco cuando llamó a “cantar a lo largo del camino”, porque “nuestra preocupación no debe quitarnos la alegría ni la esperanza”, agregó.

Por su parte, Yeb Saño, presidente de la Junta Directiva del Movimiento Laudato Si’, exhortó a los presentes a grabar lo vivido en la conferencia para que “todas estas razones nos empujen de la cama cada mañana”. “Tenemos mucho trabajo por delante pero el Papa León está de nuestra parte. No se trata de avanzar corriendo, sino avanzar todos junto”.

En el inicio de la mañana, se destacó la participación de Kumi Naidoo, Presidente del Tratado de No Proliferación de Combustibles Fósiles, quien se definió como un “prisionero de esperanza”, afirmando que debemos cuidar nuestro entorno porque “no hay trabajo ni seres humanos en un planeta muerto”.

“Las comunidades católicas, a través de Laudato Si’, han demostrado valentía”, afirmó Naidoo, por eso animó a que, con sabiduría y fe, se pueda debatir y actuar con urgencia. “La esperanza no es amor, la esperanza es resiliencia, la esperanza es una misión”, dijo con ánimo a los presentes.

El siguiente panel, titulado “La fe y la misión compartida por un planeta resiliente”, estuvo moderado por Josianne Gauthier, secretaria general de Cooperación Internacional para el Desarrollo y la Solidaridad (CIDSE). Entre los temas principales, se habló de la financiación para los países subdesarrollados, y de la resiliencia como motor para salir adelante.

La Dra. Maina Vakafua Talia, Ministra del Interior, Cambio Climático y Medio Ambiente de Tuvalu, dijo que aunque en su idioma natal no existe la palabra resiliencia, su pueblo ha aprendido a “pasar de la vulnerabilidad a la fuerza”, luego de sufrir múltiples catástrofes climáticas. Asimismo, señaló la importancia de la espiritualidad para construir un futuro resiliente.

También la Dra. Svitlana Romanko, fundadora y directora de Razom We Stand, habló de su país, Ucrania, y cómo el uso de combustibles fósiles como consecuencia de la guerra ha deteriorado a un pueblo. Mencionó que la resiliencia hoy los mantiene en pie, junto con iniciativas como las energías renovables y las economías verdes, porque vivir de energía limpia es posible.

Por su parte, Mons. Robert Vitillo, del Dicasterio para el Servicio del Desarrollo Humano Integral y la Plataforma de Acción Laudato Si’, brindó su aporte desde el Evangelio: “Se nos enseña sobre la solidaridad y tenemos que cambiar la perspectiva para involucrar acciones en nuestro compromiso”.

Por la tarde el último panel estuvo integrado por Bianca Pitt, fundadora de la Red de Mujeres del Medio Ambiente y cofundadora de SHE Changes Climate, como moderadora, y giró en torno a lo que nos dice el corazón sobre lo que hemos vivido en estos días.

Catherine Coleman Flowers, Becaria MacArthur para la Defensa de la Salud Ambiental, miembro de las juntas directivas del Consejo para la Defensa de los Recursos Naturales, aportó desde su perspectiva como la gente de las periferias es la que más sufre y a la que menos se le escucha.

A su tiempo, el obispo Ricardo Hoepers, Secretario General de la Conferencia Nacional de Obispos de Brasil, habló de la diversidad de su país y de cómo es necesario salir cada uno de su lugar para ampliar nuestros horizontes: “Mi sueño para Brasil es unir Laudato Si’ y Fratelli Tuti; y que la naturaleza y los seres humanos tengan la misma importancia: la naturaleza es el espacio que Dios nos ha dado para vivir como hermanos”.

Y Margaret Karram, presidenta del Movimiento de los Focolares, afirmó: «Estoy convencida de que la única manera de lograr un cambio duradero es adoptar el amor como principio rector de nuestra acción ecológica. En Laudato Si’, la palabra amor aparece ¡setenta veces! Una poderosa indicación de un camino por el que todos y cada uno de nosotros estamos invitados a caminar. Una invitación a recorrer un camino desde una auténtica fraternidad humana —como la que hemos experimentado en estos días— hacia una fraternidad cósmica.

Antes de concluir, los participantes tuvieron una sesión de oración y reflexión final, encabezada por miembros de Trocaire. Luego de presentar un video resumen de todo lo vivido, se invitó a los presentes a traer a la memoria los momentos más destacados en los tres días pasados y a comprometerse solemnemente en la continuidad del camino, abogando por la casa común.

Oficina de prensa de Raising Hope
Foto: © Javier García-CSC Audiovisivi

Chiara Lubich en el Genfest 1990

Chiara Lubich en el Genfest 1990

Imaginemos que ante nuestros ojos pasen algunas escenas sintomáticas del mundo de hoy. […]

Observamos […] en naciones que han visto los recientes cambios, gente que exulta de alegría porque recuperó la libertad, junto a personas asustadas y decepcionadas, deprimidas por el derrumbe de sus ideales […]

¿Y si viéramos imágenes de luchas raciales con estragos y violaciones de derechos humanos…? ¿O interminables conflictos como los de Oriente Medio, con el derribo de casas, heridos, muertos y la constante y mortal caída de bombas o de otras armas homicidas? … Preguntémonos todavía: ¿Qué diría Jesús ante estos muchos dramas? «Les había dicho que se amaran. Ámense como yo los he amado”.

Sí, así diría ante estos y ante las más graves situaciones del mundo actual.

Pero su palabra no es solo un lamento por lo que no se ha hecho. Él la repite hoy realmente. Porque Él murió, pero resucitó y ─como había prometido─ está con nosotros todos los días hasta el fin del mundo.

Y lo que dice tiene una importancia inmensa. Porque este «Ámense los unos a los otros como yo los he amado» es la clave principal para la solución de todos los problemas, es la respuesta fundamental a cualquier mal del ser humano. […]

Jesús el mandamiento del amor lo definió «mío» y «nuevo», porque es típicamente suyo, habiéndolo colmado de un contenido singular y nuevísimo. «Ámense ─dijo─ como yo los he amado». Y Él dio la vida por nosotros.

Entonces, en este amor se pone en juego la vida. Y un amor dispuesto a dar la vida por los hermanos es lo que Él también nos pide.

Para Él no es suficiente la amistad o la benevolencia hacia los demás; no le basta la filantropía y tampoco la solidaridad. El amor que pide no se agota en la no-violencia.

Es algo activo, muy activo. Pide que no vivamos ya para nosotros mismos, sino para los demás. Y esto exige sacrificio, esfuerzo. Nos pide a todos transformarnos […] en pequeños héroes cotidianos que, día tras día, están al servicio de los hermanos, dispuestos a dar incluso la vida por ellos. […]

Este amor recíproco entre ustedes, de hecho, provocará consecuencias de un valor ─digamos─ infinito, porque donde hay amor allí está Dios y, como Jesús dijo: «Donde dos o tres están unidos en mi nombre, es decir, en su amor, yo estoy en medio de ellos» […]

Será Él mismo quien actuará con ustedes en sus países, porque Él volverá en cierto modo al mundo, a todos los lugares donde ustedes se encuentren, estará presente por su amor recíproco, por su unidad.

Y Él los iluminará en todo lo que tengan que hacer, los guiará, los sostendrá, será su fuerza, su ardor, su alegría. […]

Entonces, amor entre ustedes y amor sembrado en muchos rincones de la tierra, entre las
personas, entre los grupos, entre naciones, con todos los medios, para que sea realidad la invasión de amor de la cual a veces hablamos, y adquiera consistencia, también gracias a su contribución, la civilización del amor que todos esperamos.

A esto están llamados. Y verán cosas grandes.

Chiara Lubich
Foto © Archivio CSC Audiovisivi

León XIV inauguró la Conferencia Raising Hope: ¿qué queda por hacer en torno a Laudato Si’?

León XIV inauguró la Conferencia Raising Hope: ¿qué queda por hacer en torno a Laudato Si’?

En la tarde del 1 de octubre, en el Centro Internacional Mariápolis del Movimiento de los Focolares en Castel Gandolfo, Roma, se inauguró la Conferencia Raising Hope con la participación de Su Santidad León XIV y otras personalidades como Arnold Schwarzenegger, exgobernador de California, y la Honorable Marina Silva, Ministra de Medio Ambiente y Cambio Climático de Brasil.

La sesión combinó testimonios, momentos espirituales y artísticos, en acción de gracias por el décimo aniversario de la encíclica Laudato Si’. Representando al Movimiento Laudato Si’, Christina Leaño, directora asociada, e Igor Bastos, director de Brasil, presidieron la apertura de la jornada.

Un momento icónico fue cuando el Papa León XIV tocó y bendijo un trozo de hielo, de más de 20.000 años, desprendido, debido al cambio climático, de un glaciar en Groenlandia; y también bendijo agua traída de distintos rincones del planeta, como gesto simbólico que encarnó compasión y preocupación por el grito de la tierra y de los pobres.

“Esta encíclica ha inspirado profundamente a la Iglesia católica y a muchas personas de buena voluntad”, comenzó diciendo León en su discurso sobre Laudato Si’, “la cual abrió un fuerte diálogo, grupos de reflexión y programas académicos”. El Papa hizo mención a cuánto se extendió la encíclica de su predecesor “en cumbres internacionales, en el diálogo ecuménico e interreligioso, en círculos económicos y empresariales, en estudios teológicos y bioéticos”.

Dando gracias al Padre celestial “por este don que hemos heredado del Papa Francisco”, León se detuvo a mencionar que los desafíos ambientales y sociales hoy son aún más urgentes. Ante el aniversario debemos preguntarnos, “¿qué queda por hacer? ¿Qué hay que hacer ahora para garantizar que el cuidado de nuestra casa común y la escucha del clamor de la tierra y de los pobres no parezcan meras modas pasajeras o, peor aún, se vean y se sientan como cuestiones divisorias?”, indagó.

“Hoy más que nunca es necesario volver al corazón, lugar de la libertad y de las decisiones auténticas”, afirmó entonces el Pontífice, porque aunque este “incluye la razón”, también “la trasciende y la transforma”. “El corazón es el lugar donde la realidad externa tiene mayor impacto, donde se lleva a cabo la búsqueda más profunda, donde se descubren los deseos más auténticos, donde se encuentra la identidad última de cada uno y donde se forjan las decisiones”.

En este aspecto, señaló que “solo volviendo al corazón puede tener lugar una verdadera conversión ecológica”. “Debemos pasar de la recopilación de datos al cuidado; y del discurso medioambiental a una conversión ecológica que transforme los estilos de vida tanto personales como comunitarios”, afirmó.

León recordó a los presentes que esta experiencia de conversión nos orienta hacia el Dios vivo: “No podemos amar a Dios, a quien no vemos, mientras despreciamos a sus criaturas. Tampoco podemos llamarnos discípulos de Jesucristo sin participar en su visión de la creación y su cuidado por todo lo que es frágil y herido”.

Antes de concluir su discurso, el Papa miró con esperanza las próximas cumbres internacionales —la COP30 de 2025, la sesión del Comité de Seguridad Alimentaria Mundial y la Conferencia del Agua de 2026—, “para que escuchen el clamor de la tierra y de los pobres”.

Ha anche incoraggiato i giovani, i genitori e coloro che lavorano nelle amministrazioni e istituzioni a contribuire a “trovare soluzioni alle sfide culturali, spirituali ed educative di oggi, lottando sempre con tenacia per il bene comune.”

Finalmente reflexionó: “Dios nos preguntará si hemos cultivado y cuidado del mundo que creó y de nuestros hermanos y hermanas. ¿Qué responderemos?”.

El actor y exgobernador de California, fundador del Instituto USC Schwarzenegger de Políticas Estatales y Globales, de la Iniciativa Climática Schwarzenegger, Arnold Schwarzenegger, inició su discurso felicitando al Santo Padre por la instalación de paneles solares en los techos del Vaticano: “Estoy junto a un héroe”, afirmó.

“Hay 1.5 billones de católicos, ese poder y esa fuerza hay que usarlo para involucrarse en el movimiento climático”, mencionó Schwarzenegger al tiempo que hizo un llamamiento a hablar más de la contaminación: “La persona común y corriente no entiende cuando hablamos de carbón cero o de las temperaturas en aumento. En lugar de hablar a la cabeza, tenemos que hablar al corazón. Podemos poner fin a la contaminación si trabajamos juntos, porque Dios nos puso en la tierra para que la convirtiéramos en un lugar mejor”, indicó.

Posteriormente fue el turno de la honorable Marina Silva, Ministra de Medio Ambiente y Cambio Climático de Brasil, jefa de la presidencia conjunta de la COP30. En su discurso se mostró inspirada por los valores cristianos al participar de la conferencia.

Con ánimo, afirmó: “Estoy segura de que el Papa hará una gran aportación para que la COP30 pase a la historia y se convierta, como todos deseamos ardientemente, en la COP de la esperanza, para preservar y cultivar todas las formas de vida que son parte del hermoso jardín que Dios nos ha regalado”.

En el escenario, el Papa estuvo acompañado por la Dra. Lorna Gold, directora ejecutiva del Movimiento Laudato Si’ y presidenta del Comité Organizador de la Conferencia; Margaret Karram, teóloga y presidente del Movimiento de los Focolares; el sacerdote Jesús Morán; y Yeb Saño, presidente de la Junta Directiva del Movimiento Laudato Si’, que compartió con el Pontífice su propia historia, en Filipinas, en contacto directo con múltiples catástrofes climáticas, e introdujo a los testimonios principales.

Posteriormente, se produjo un momento simbólico espiritual en el que representantes de distintos países como Timor Oriental, Irlanda, Brasil, Zambia y México trajeron agua desde su tierra, para ponerla en común en un cuenco en el escenario. Ellos encarnaron el clamor de los pueblos originarios, de la vida silvestre, los ecosistemas, las generaciones futuras, los migrantes, los pobres y la tierra que gime.

De las lágrimas a la esperanza, y con una audiencia de pie, el Papa León se acercó a tocar el hielo glacial y proclamó la bendición sobre el agua y sobre todos los presentes: “Que trabajemos por el florecimiento de toda la creación”, exclamó. Los artistas Adenike, Gen Verde y los Pacific Artists for Climate Justice animaron con momentos musicales el encuentro.

Oficina de prensa de Raising Hope
Foto: © Javier García-CSC Audiovisivi

Nuestro compromiso por la paz

Nuestro compromiso por la paz

Castel Gandolfo (Roma), 27 de septiembre de 2025

A todos los que forman parte del Movimiento de los Focolares en el mundo

Nosotros, dirigentes del Movimiento de los Focolares, reunidos en Roma, en representación de cuantos pertenecen a él en los 140 países donde el Movimiento está presente, expresamos nuestro gran dolor por la continua escalada de los conflictos armados que están devastando Oriente Medio y muchas otras partes del mundo.

Manifestamos nuestra firme y concreta cercanía a las personas, a las poblaciones que sufren, condenando igualmente toda forma de violencia, injusticia y opresión.

Conscientes de que la paz comienza por nuestros gestos cotidianos, queremos invitar a todos a acoger y suscribir con la propia vida los siguientes compromisos:

• Ser “artesanos de la paz”, dispuestos a superar ideologías y confrontaciones;

• promover y sostener redes de solidaridad para brindar apoyo material, psicológico y espiritual a las víctimas de todas las guerras;

• hacer que cada una de nuestras comunidades sea una “casa de paz”, donde se aprenda a desactivar la hostilidad mediante el diálogo y la comprensión mutua, donde se practique la justicia y se construya el perdón;

• favorecer programas educativos para infundir, especialmente en las nuevas generaciones, la cultura de paz, la inclusión y la no violencia;

• alentar toda iniciativa local y global que genere el encuentro, el diálogo interreligioso e intercultural, fundamentales para la reconciliación.

Nos comprometemos a fin de que perdón, diálogo, fraternidad no sean palabras, sino que se transformen en vías maestras que abran el futuro e impidan que la violencia tenga la última palabra.

Que de cada rincón de la tierra se eleve una oración incesante y confiada al Dios de la paz, para que ilumine y mueva los corazones de quienes pueden actuar para detener todo conflicto.

Descargar el PDF con la Declaración y la Oración por la paz en el mundo