Movimiento de los Focolares
Estados Unidos: recuperar la unidad en un mundo polarizado

Estados Unidos: recuperar la unidad en un mundo polarizado

La violencia, incluso la verbal, parece ser cada vez más una característica de nuestra época. En las redes sociales, además, las divisiones se vuelven virales y crean aún más odio, acentúan las polarizaciones y cierran el diálogo. No es fácil salir de este círculo vicioso. Phil y Laura son estadounidenses: Phil vive en Tucson, Arizona, y Laura es de Boston. Políticamente están en bandos opuestos, pero comparten el carisma de la unidad y el compromiso de vivir el Evangelio cada día. Aquí cuentan cómo han experimentado que no solo la palabra, sino también la escucha sincera puede abrir brechas en los muros de las convicciones más obstinadas.

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François-Xavier Nguyen Van Thuan: Testigo de la esperanza

François-Xavier Nguyen Van Thuan: Testigo de la esperanza

François-Xavier Nguyên Van Thuân nació en Huê (Vietnam) el 17 de abril de 1928, en una familia profundamente católica. Ordenado sacerdote en 1953, se dedicó con fervor a la formación de los seminaristas, distinguiéndose como profesor, rector y guía espiritual. En 1967 fue nombrado Obispo de Nha Trang, y allí promovió una pastoral misionera, al lado de los pobres y atenta al apostolado de los laicos.

En 1975 San Paulo VI lo eligió como Arzobispo Coadjutor de Saigón, pero pocos meses más tarde fue arrestado por el régimen comunista. Transcurrió trece años en prisión, nueve de los cuales en aislamiento. En esa prueba supo unirse íntimamente a Cristo crucificado, transformando el sufrimiento en entrega y la soledad en comunión con la Iglesia. Durante esos años nacieron sus “Pensamientos de esperanza” que pasaron a ser un auténtico testamento espiritual, capaz de iluminar la fe de millones de personas en todo el mundo.

Hacia mediados de la década de 1970, un encuentro decisivo fue el que tuvo con Chiara Lubich y la espiritualidad del Movimiento de los Focolares, con el carisma de la unidad y la centralidad de Jesús Abandonado –Jesús que experimenta el abandono del Padre en la cruz, expresión máxima del amor– que representó una fuente de fortaleza, incluso en los momentos más oscuros.

Fue liberado en 1988 y debió exiliarse; se estableció en Roma, en donde San Juan Pablo II lo llamó a servir a la Iglesia como Vicepresidente (1994) y luego Presidente (1998) del Pontificio Consejo de la Justicia y la Paz. Desde esa función anunció incansablemente el Evangelio de la paz y de la justicia, viajando por todo el mundo.

En el año 2000 fue invitado por San Juan Pablo II a predicar los ejercicios espirituales para la Curia Romana. Fue creado Cardenal en 2001; vivió el último período marcado por la enfermedad con serenidad y total abandono a Dios. Murió en Roma el 16 de septiembre de 2002, dejando una herencia espiritual de fe inquebrantable, esperanza luminosa y amor misericordioso.

Hoy su figura sigue hablando a la Iglesia y al mundo. Su vida, plasmada por la cruz y por la esperanza, da testimonio de que el amor de Cristo puede transformar toda noche en aurora.

Vivir la esperanza
Pensamientos de François-Xavier Nguyen Van Thuan
escritos durante los primeros meses en prisión (*)


979. Tú quieres desencadenar una revolución: renovar el mundo. Podrás cumplir esa preciosa misión que Dios te ha confiado sólo con la “potencia del Espíritu Santo”. Cada día, allí en donde vives, prepara un nuevo Pentecostés.
980. Comprometido en una campaña que tiene como objetivo hacer felices a todos. Sacrifícate continuamente, con Jesús, para llevar la paz a las almas, desarrollo y prosperidad a los pueblos.
981. Sigue siendo fiel al ideal del apóstol: “dar la vida por los hermanos”. De hecho, «nadie tiene un amor más grande que éste» (Juan 15, 13).
982. Grita un solo lema: «Todos uno», que quiere decir: unidad entre los católicos, unidad entre los cristianos y unidad entre las naciones. «Como el Padre y el Hijo son uno» (cf. Juan 17, 22-23).
985. Debes atenerte firmemente a un único principio-guía: la oración. Nadie es más fuerte que la persona que reza.
986. Observa una sola regla: el Evangelio… No es difícil, ni complicada o legalista como las demás. Por el contrario es dinámica, amable y estimulante.
994. Para tu apostolado usa el único método eficaz: el contacto personal. Con él entras en la vida de los demás, los comprendes y los amas. Las relaciones personales son más eficaces que las prédicas y que los libros.

(*) De: El camino de la esperanza. Dar testimonio de la pertenencia a Cristo con alegría, Città Nuova, 6° edición, Roma 2004.

a cargo de Waldery Hilgeman e Hubertus Blaumeiser

El “pensamiento del día”: una motivación para la vida

El “pensamiento del día”: una motivación para la vida

Son dos o tres palabras. Nada mas. Pero son suficientes para orientar toda la jornada. De hecho, se publican apenas comienza el día y al amanecer llegan al WhatsApp o por mail e “iluminan” todo el día. Expresan un pensamiento del Evangelio o un valor universal y motivan a ponerse en acción, a involucrarse, a mirar más allá de las propias ocupaciones o preocupaciones.

Una idea genial, por su simplicidad y su facilidad de difusión, surgida de Chiara Lubich para ayudar a vivir el momento presente a quienes colaboraban con ella en el Centro internacional de los Focolares. Pero como suele ocurrir, viendo que la idea y los efectos eran muy positivos, se difundió como las ondas en el agua cuando arrojamos una piedra, atravesando fronteras, idiomas, costumbres y lenguajes.

La fundadora de los Focolares, en los años siguientes se refería con frecuencia al “passapalabra” y las experiencias que provocaba en las personas que lo ponían en práctica. Alguna vez para alentar a no disminuir la intensidad, o proponer alguna nueva comprensión, como cuando sugirió agregar tacitamente al pensamiento propuesto cada día la intención de vivirlo “sobre todo en contacto con los hermanos”. Marcó un cambio profundo, no solo ya para buscar la perfección personal, sino para situarnos constantemente en el hermano o la hermana que tenemos a nuestro lado, en sus necesidades, como destinatarios de nuestro amor concreto.

Poco a poco fue creciendo y desarrollándose. En la actualidad el “pensamiento del día” recuerda algún aspecto de la Palabra de vida propuesta para el mes o las lecturas de la liturgia. Se traduce en 23 idiomas. Algunos, al reenviarlo, o publicarlo en las redes sociales, le agregan un pensamiento personal, una pista para ponerlo en práctica. Otros lo ilustran con una imagen o crean un “short” de Youtube. Y hasta hay quien crea cada día una breve canción. Todos los medios de comunicación y todas las redes sociales son útiles para difundirlo entre amigos y conocidos tomando la precaución de preguntar antes si se tiene interés en recibirlo.

No son palabras dichas al viento. Por el contrario provocan, motivan a la acción, sobre todo en la relación con el entorno y con las personas que encontramos durante la jornada, como cuenta Marisa, de Brasil: “Hoy iba a dar clase a la Universidad casi sin ganas de seguir. Tengo la edad para jubilarme, pero perdí algunas promociones y por el momento tengo que trabajar porque mis hijas todavía necesitan mi ayuda económica. Entonces renuevo mi ‘Por ti, Jesús’ cada vez que voy a la Universidad. Justamente el pensamiento de hoy es: ‘Cumplir con nuestros deberes’”.

Desde Senegal, Don Christian escribe: “Gracias por el passapalabra. Me ayuda a nutrir mi vida espiritual y a iluminar mi relación con Dios y con mis hermanos y hermanas cada día”. Mientras que para Maria Teresa, de Argentina, recibirlo cada día es una respuesta de Dios. “Trabajo en la pastoral de inmigrantes y ayer acompañé a uno de ellos en la presentación de un libro que escribió sobre neuroconducción. Me pareció importante estar junto a él en estos momentos en los que podía compartir y ayudarlo a difundir sus talentos. Fue una nueva y hermosa experiencia de unidad con él y con las personas que fueron y que acogieron su conferencia como un don que tenía para ofrecer”.

Son solo algunas pinceladas de la vida que genera en los cientos, miles, cientos de miles de personas o quizá muchos más con o sin una creencia religiosa que se despiertan cada mañana con el anhelo de vivir las dos o tres palabras del “pensamiento del día”.

Carlos Mana
Foto: © Pixabay

Evangelio vivido: buscando al que se ha extraviado

Evangelio vivido: buscando al que se ha extraviado

En mis años juveniles, estando en desacuerdo con mi párroco a quien consideraba demasiado autoritario y rígido en las estructuras, poco a poco me había alejado incluso de la práctica religiosa; hasta que el testimonio de un grupo de cristianos que ponían en práctica el mandamiento nuevo de Jesús (Juan 13, 34-35) me permitió volver a creer y en el cambio de conducta que había derivado de ello me sentí impulsado, como primera cosa, a reconciliarme con la persona que yo había juzgado. Le pedí disculpas y pusimos en claro nuestra relación. Detrás de cierta forma que él tenía de moverse y que no me gustaba, encontré un corazón capaz de comprender. Años más tarde, tras haber hecho una elección radical de Dios, fui a compartirla con el párroco que ya se había vuelto mi amigo. Él no se la esperaba y conociendo mis capacidades pictóricas, me pidió que decorara un cartel en el que se exponían los avisos de las peregrinaciones que solía organizar para los parroquianos. Era un aporte en realidad modesto, pero para él fue muy significativo. Era el sello de la nueva armonía que existía entre nosotros.

(F. – Italia)

Michel seguía la formación humana y espiritual de un grupo de adolescentes. Durante las vacaciones de Pascua los llevó a una especie de retiro en un colegio que había quedado vacío en ese período de receso escolar. Los chicos eran unos treinta, todos muy inquietos. La primera velada la transcurrieron jugando y fue bien. Lo difícil era el descanso nocturno, porque había que esperarse alguna travesura de los muchachos. Por ello, una vez que los mandó a dormir y apagó las luces, Michel esperó. Silencio. Después de las 22, oyó que algunas puertas de las habitaciones se abrían delicadamente. Dejó que salieran todos, después apareció repentinamente y encendió las luces del pasillo. Los chicos se quedaron petrificados, esperando un discurso de reprobación. Pero en cambio Michel exclamó: “Y ahora… vamos todos al centro a comernos unas frites (las patatas fritas belgas, hechas con una técnica particular y que son una especialidad). Los chicos no se lo imaginaban. Estaban felices, salieron y cada uno recibió su porción de frites. Luego, todos contentos, volvieron al alojamiento muy tranquilos. Conquistados por Michel, el retiro tuvo excelentes resultados.

(G.F. – Belgio)

Antes de descubrir el Evangelio como un código de existencia, cuando era chico pensaba que el que seguía a Jesús tenía que renunciar a muchas cosas. Ahora sé que la única cosa a la que debe renunciar es al propio egoísmo. Todo el resto es ganancia. Después de ese cambio de rumbo, cada vez más se ha ido haciendo presente en mí la exigencia de profundizar el conocimiento, mediante estudios teológicos, de ese Dios que ha cambiado mi vida. Para mí ahora enseñar religión en algunos grupos en donde no faltan alumnos vulnerables es una misión que nace del deber de comunicarles el don que yo he recibido. No es fácil: por lo general, dado el contexto social del que provienen, la situación de pobreza y la falta quizás de modelos en los que reflejarse, son tabula rasa en lo que se refiere a la religión. La Iglesia con sus preceptos es algo distante para ellos, algo superado. Ante todo, tengo que hacerme amigo de ellos, entrar en sus intereses. En todos hay algo positivo para destacar; y entonces, partiendo de allí, es más fácil que se abran y reciban el mensaje cristiano.

(Gerardo – Italia)

Maria Grazia Berretta

(extraído de Il Vangelo del Giorno, Città Nuova, año X– n.1° septiembre- octubre 2025)
Foto: © Pixabay

Evangelio vivido: con el tesoro en el corazón

Evangelio vivido: con el tesoro en el corazón

Mi suegra se había quedado insatisfecha con el trabajo que le había hecho el obrero que su hijo le había mandado. Cuando le hicimos ver que nunca se contentaba con nada, reaccionó con fuerza. Más tarde, durante la cena, mantenía aún la cara larga, y cuando traté de minimizar lo que había sucedido, empezó a achacarme cosas de las que no me sentía culpable en absoluto.

Hasta el extremo de levantarse de la mesa e irse a refugiar en su habitación. ¡Ay, si cada uno se hubiera quedado en su casa!… Pero dentro de mí la voz de la caridad que cubre como un manto defectos y debilidades me impulsó a ir a hablar con ella. La encontré llorando. Cuando le pedí perdón, a las quejas contra mí asoció también al hijo. No me quedó otra salida que irme; me parecía que ya había hecho lo suficiente… pero la voz de antes me sugirió volver a intentarlo. Una vez que levanté la mesa, volví a su lado para convencerla de que realmente yo lo lamentaba mucho, la abracé como habría hecho con mi madre. Y la dejé sólo cuando noté que la tensión se había calmado y vi que ella se serenaba y se quedaba dormida. Agradecí a Dios, y al día siguiente mi saludo sonriente le quitó a mi suegra la última sensación de incomodidad.

María Luisa – Italia

Me había internado por una operación a la nariz en el hospital de Ribeirão Preto. No era la primera vez, pues tengo una enfermedad rara y necesito cuidados frecuentes. Por ello no me gusta el hospital y tenía mucho miedo, pero me puse a hacer todo por amor de Jesús.

Por ejemplo, bebí la leche con nata, que no me gusta para nada; el día de la intervención me coloqué sin quejarme la ropa del hospital; me quedé sin almuerzo para poder tomar el anestésico; esperé con amor el retraso de cuatro horas para operarme y traté de amar a los otros niños hospitalizados conmigo. Después de la intervención, esperé otras horas más al médico que tenía que llamarme para el control.

Ya tenía hambre, estaba cansada y me puse nerviosa, y entonces tiré la silla por el suelo y protesté. Pero enseguida me acordé de lo que le había prometido a Jesús y me arrepentí. Al ratito se abrió la puerta y era el médico que me llamaba.

Paulinha, 7 años – Brasil

Una mañana oigo que tocan el timbre de mi casa. La persona se anuncia como B., que es la inquilina que vive en el piso de abajo, y que tiene Alzheimer. Me pide el favor de dejarla entrar porque se ha quedado bloqueada fuera de su casa sin llaves, al estar ausente el marido. Le abro y la invito a quedarse un rato conmigo, a la espera de que él llegue.

© svklimkin-Pixabay

Al verla triste y confusa (a veces se da cuenta de su situación), para no hacerle pesar la cosa le hago presente que ese imprevisto nos puede suceder a todos, por falta de atención. Empezamos una conversación, hasta cuando ella recuerda que se ha quedado sin llaves y de nuevo se deja invadir por la ansiedad.

Me doy cuenta de que no es conveniente dejar a este prójimo en ese estado y, por más que me encuentro en una silla de ruedas, para tranquilizarla la acompaño al ascensor hasta el piso de abajo.

Pero antes, B. también se ha hecho prójimo para mí: ha tenido la delicadeza de arreglar el felpudo que está delante de mi puerta de entrada de manera que ésta no se cierre. Así le hago compañía hasta la llegada del marido.

M. – Italia

(extraído de “Il Vangelo del Giorno”, Città Nuova, año X– número julio-agosto de 2025)
Foto: © Pixabay

Una red de familias: el diálogo crea comunidad

Una red de familias: el diálogo crea comunidad

Desde hace más de trece años, estamos comprometidos en un diálogo concreto con un grupo de familias musulmanas turcas que viven en nuestra ciudad, Liubliana (Eslovenia). Una experiencia que ha empezado de una forma del todo casual. Yo trabajaba como dentista y una de las primeras familias turcas que habían llegado a Eslovenia estaba entre mis pacientes. De ese primer encuentro nació una relación profunda, que con el tiempo involucró a otras familias de la misma comunidad. Tras el fallido golpe de estado en Turquía en 2016, de hecho, muchas personas fueron acusadas de pertenecer a un movimiento hostil y se vieron obligadas a huir, encontrando refugio en nuestro país. Desde ese momento, el número de familias con las que empezamos a interactuar creció rápidamente, llegando a ser alrededor de 50 personas en pocos meses.
Enseguida entendimos que no se trataba de un simple intercambio cultural, sino que esa relación se transformó en un vínculo de verdadera ayuda recíproca. Les dimos una mano para aprender el idioma, para realizar trámites burocráticos, inscripciones en colegios, hasta incluso un apoyo en lo que son las necesidades de la vida cotidiana. En definitiva, una amistad que poco a poco dio vida a un diálogo profundo, incluso en valores y espiritualidad.

Con el tiempo, tuvimos la oportunidad de presentarles el Movimiento de los Focolares y el ideal del mundo unido. Todo eso hizo que compartiéramos muchos puntos en común entre el carisma focolarino y la espiritualidad de ellos.

Uno de los aspectos más significativos de este camino ha sido participar en las festividades religiosas los unos de los otros. Hemos participado en cenas de iftar durante el Ramadam, mientras que las familias musulmanas han mostrado interés por las festividades cristianas. Durante cuatro años consecutivos, hemos celebrado juntos la Navidad. Las familias musulmanas estaban sorprendidas en un primer momento por la profundidad espiritual de esa fiesta, porque solían tener una visión principalmente consumista, influenciada por los medios occidentales.

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De este deseo de profundizar ulteriormente el diálogo, nació el proyecto Pop the Bubbles en colaboración con la Asociación para el Diálogo intercultural y la Social Academy, en donde trabajo. El objetivo era superar prejuicios y barreras entre las comunidades, favoreciendo el encuentro entre familias turcas y eslovenas. El proyecto involucró a un grupo de familias durante todo un año, en el que hemos trabajado juntos para individualizar valores comunes entre las dos culturas. Al final de este recorrido, surgieron seis valores fundamentales: familia, ciudadanía activa, diálogo intercultural, democracia, libertad e inclusión. Para concluir el proyecto, hemos organizado dos campamentos de convivencia, uno de tres días y otro de cinco días, en donde participaron 73 personas. Además de los encuentros de intercambio cultural, el proyecto condujo a iniciativas concretas de solidaridad, como la ayuda a los refugiados ucranianos. Ello demostró que trabajar juntos por un objetivo común puede reforzar los vínculos entre comunidades diferentes. Además, en los últimos años, empecé a trabajar en una ONG (Social Academy) que se ocupa de jóvenes y las familias turcas me pidieron que los ayudara con sus hijos adolescentes, transmitiéndoles esos valores comunes que juntos habíamos descubierto. Este paso fue muy significativo, porque demostró la confianza que se había creado entre nuestras comunidades.

En el mismo período nació un proyecto innovador: la creación de una aplicación para favorecer el diálogo entre personas de opiniones opuestas – hardtopics.eu. La app funciona poniendo en contacto a dos personas que han respondido de forma divergente a un cuestionario sobre temas que pueden crear polarización. El sistema las relaciona y las invita a un diálogo en un ambiente preparado, con el objetivo de superar la polarización social y promover una cultura del diálogo. Esta aplicación será utilizada pronto en las escuelas secundarias y en las universidades de Liubliana. El entusiasmo demostrado por los jóvenes durante la fase de prueba confirmó el valor de esta iniciativa.

Creo que es fundamental crear redes de diálogo interreligioso a nivel europeo. El camino que hemos emprendido demuestra que con paciencia y dedicación se pueden construir relaciones auténticas basadas en la confianza, en el respeto y compartiendo valores comunes.

Andreja Snoj Keršmanc (Slovenia)