Con el sugerente título de “powertà” –la pobreza de las riquezas y la riqueza de las pobrezas– volvió a reabrir sus puertas LoppianoLab 2016, un espacio en el que nadie es sólo mero espectador. Siguiendo el hilo de la cultura de la unidad se entrelazan personas e instituciones, ideas y experiencias y juntos se intenta recoser desgarros y tejer un mañana más fraterno en los distintos ámbitos de la vida. “Este año como novedad propusimos “Jóvenes in action!”, workshop artisticos abiertos a quienes más que nadie, por motivos de edad, buscan un futuro distinto”, nos cuenta Mileni del Gen Verde. Hasta 160 jóvenes, la mayoría italianos pero entre ellos también unos cincuenta provenientes de otras partes del mundo, lanzados en una enriquecedora experiencia intercultural colaboraron unidos por un clima familiar de escucha, confianza, contacto sin prejuicios. “Trataron –sigue Mileni-“de comprender la exigencia de quien está al lado y no sólo la nuestra” como ellos mismos decían. Y continuaban: “Podemos elegir: o pasar de quien está en dificultad o ayudarlo” y, sobre todo, descubrieron el milagro que supone el “juntos” y encontraron riquezas para compartir en la pobreza de la vida diaria de cada uno. A la pregunta que se les dirigió: “¿Habéis descubierto algo nuevo con este trabajo?”, respondieron: “Hemos comprendido el valor de la solidaridad, de la ayuda recíproca en el trabajo en equipo, el sentido de responsabilidad ante el grupo y de confianza mutua para alcanzar un mejor resultado”. Y seguían: “la superación de la barrera del idioma o de quien es de otra ciudad buscando una comunicación sincera y atenta. Afrontar los momentos de desánimo, de errores, descubrir el valor de la alegría o del cantar, bailar y tocar juntos”. Y ¿qué aplicarás en tu vida diaria de todo lo que experimentaste aquí? Nos dicen los jóvenes: “Escuchar y fiarme de los demás sin mirarme a mí mismo”. Otro dijo: “Hemos adquirido mayor confianza en nosotros mismos y comprendido que las personas no son siempre como aparentan externamente. Podemos eliminar los prejuicios favoreciendo un clima de sociabilidad para integrarnos con los demás”. Extraordinario final la última noche en un Auditórium repleto con casi 900 personas en el que nadie se quedó sentado, con la performance ofrecida por el Gen Verde junto a los jóvenes. Una escucha profunda, gran participación y una explosión de alegría para todos. Alguien decía: “Me ha gustado el estilo fresco, actual, de compromiso del concierto” y añadía: “He sentido la fuerza que encierra la diversidad; ha sido precioso. Al final hubiera querido decir muchas cosas pero permanecí en silencio. Silencio para meditar todos los valores que nos habéis transmitido”. Ver video
Confiar en Dios
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