Ago 29, 2019 | Sin categorizar
El lunes, 2 de septiembre, a las 10.45, la presidenta y el copresidente del Movimiento de los Focolares, María Voce y Jesús Morán, serán recibidos por el Papa Francisco en audiencia privada. Se acerca un año importante para los Focolares: del 7 de diciembre de 2019 al 7 de diciembre de 2020, el Movimiento recordará el centenario del nacimiento de Chiara Lubich. Con exposiciones, publicaciones y eventos, quiere ofrecer a muchos la posibilidad de conocer más a la fundadora y su “Carisma de la Unidad”. El lema oficial del centenario, “celebrar para encontrar”, demuestra que no se trata de un recuerdo nostálgico, sino que el mensaje original de Chiara Lubich es actual y atractivo más que nunca. En la reciente “Mariápolis Europea” en las Dolomitas, los participantes provenientes de todo el continente, invitaron vivamente a todos los pueblos europeos a establecer un pacto de fraternidad entre ellos. Es un ejemplo de la actualidad del mensaje de Chiara también en política. El año del centenario será también de gran importancia para la vida interna del Movimiento: en septiembre de 2020 se celebrará la Asamblea General de los Focolares que -además de elegir a la presidenta y al copresidente- establecerá las directrices para el Movimiento en los próximos seis años. Estos son motivos suficientes para informar al Papa Francisco sobre la vida actual del Movimiento, sobre los proyectos en curso, sobre los retos que afrontar. La solicitud de María Voce, dirigida al Vaticano el 18 de junio de 2019, de encontrarse con el Papa en audiencia privada, ha obtenido respuesta en breve tiempo. Por lo tanto, el Pontífice acogerá a la presidenta y al copresidente el próximo lunes, 2 de septiembre, a las 10:45 horas. María Voce nos invita a rezar por este encuentro “para que dé alegría al Papa y sea una gracia para todo el Movimiento de los Focolares”.
Joachim Schwind
Ago 28, 2019 | Sin categorizar
Campus en Bolonia (Italia) sobre legalidad, promovido por Jóvenes por un Mundo Unido del Movimiento de los Focolares. Un espacio de formación, participación y acciones sociales para activar procesos de cambio y reconstitución del tejido social.
Del 20 al 28 de julio, unos cuarenta jóvenes de casi todas las regiones de Italia se reunieron en Bolonia (Italia) para dar vida a un Campus durante el cual podían involucrarse concretamente en favor de los demás. Han conocido y trabajado con asociaciones y grupos que se dedican en el ámbito civil, como la integración de inmigrantes y la lucha contra los juegos de azar. Colaboraron con centros de verano y juveniles, comedores, encontrando formas diferentes y originales de hacer las cosas. “El Campus – explica Francesco Palmieri, uno de los organizadores – nació de una primera experiencia en Siracusa, hace algunos años, que tuvo éxito y luego se repitió en Roma y Turín. Este año, en Bolonia, los jóvenes han identificado el barrio de Cirenaica, un barrio multiétnico en el que la situación social es muy compleja. “El Campus es una experiencia de compromiso civil que parte de jóvenes para otros jóvenes como nosotros, para responder a la pregunta: ¿podemos hacer algo?”. Se habla de compromiso personal, por tanto, también durante los momentos de formación con varios expertos, desde magistrados hasta profesores universitarios, desde voluntarios hasta sacerdotes y laicos involucrados en primera línea en el ámbito civil. El tema de la legalidad se explicita en varios aspectos, como la acogida de migrantes, la lucha contra las mafias y juegos de azar. “Esta experiencia del Campus – dice Francesco – nos enriquece y regresamos a casa con muchas respuestas a preguntas que quizás nunca nos habíamos hecho”. Entre los expertos estuvo la profesora Adriana Cosseddu, responsable de la red internacional de Comunión y derecho. Le hicimos algunas preguntas: Los jóvenes de los Focolares lanzaron “Caminos para un mundo unido”, en 2018. Son seis itinerarios para un mundo unido, con acciones y estudios sobre seis temas principales. Después del primero dedicado a la economía, la comunión y el trabajo, este año con el segundo quieren profundizar en derechos humanos, justicia, legalidad, paz. ¿Cuáles son los objetivos?
“Se trata de itinerarios que, junto con las comunidades de los Focolares de todo el mundo, los jóvenes y los adolescentes se comprometen a vivir como protagonistas, para ayudar a hacer de la humanidad una familia. Los caminos son muchos, y este año hemos elegido cuatro: abrir las puertas al diálogo y a la aceptación para que los derechos humanos sean reconocidos e implementados. Trabajar con todas las fuerzas por la paz, para que se pueda superar la lógica de la confrontación con el encuentro, y la paz se persiga universalmente como derecho de la humanidad. Pero para una paz auténtica necesitamos practicar la justicia, guardiana de las relaciones, que son la base de nuestra convivencia. Y esta es la importancia de la legalidad, que exige también a través de normas y comportamientos la activación de procesos capaces de romper la lógica del beneficio y del privilegio, de la corrupción generalizada, para promover la imparcialidad y equidad”. ¿Cuál es el “algo más” que el carisma de la unidad da al derecho? “El carisma de la unidad genera una nueva mirada sobre el otro: no el extraño o un enemigo, del que me defiendo, sino que es un regalo para mí, en la riqueza de su diversidad. La reciprocidad, que según la ley se traduce en derechos – deberes, se convierte por el “algo más” del amor mutuo en un llamado a la responsabilidad hacia el otro, del cual debo ocuparme. Así, si hoy la ley tiende a proteger los derechos de las personas, el horizonte que Chiara Lubich nos ha abierto es el de una “herramienta” de comunión. Y la comunión indica un objetivo: trabajar para que las relaciones humanas concretas, también las que tienen lugar bajo el signo de la ley, ayuden a las partes involucradas a mirar más allá de sí mismas y reconocerse mutuamente, en su dignidad y en sus respectivas necesidades, para abrirse a la colaboración. De esta manera se generan fragmentos de fraternidad”. Próxima etapa del itinerario:
- Seminario internacional “De los derechos humanos al derecho a la paz: en camino con la humanidad”, promovido por la red internacional “Comunión y derecho”, en Loppiano (Italia), del 19 al 21 de septiembre de 2019.
Ago 25, 2019 | Sin categorizar
Con la jornada mundial de oración por la custodia de la creación, el 1 de septiembre comenzará un mes lleno de iniciativas para el cuidado del medio ambiente y no solo. Entrevista con Cecilia Dall’Oglio del Global Catholic Climate Movement. ¿Qué tienen en común el tema ambiental y el ecumenismo? Mucho, es más muchísimo, si consideramos que en 1989 fue el patriarca de la Iglesia Ortodoxa de Constantinopla, Dimitrios, que dio el impulso decisivo a las diferentes Iglesias cristianas para declarar conjuntamente el 1 de septiembre el Día Mundial de Oración por la custodia de la creación. Este año, el aniversario está enmarcado en un año lleno de acciones globales por el clima, gracias también a la aceleración dada por los millones de jóvenes que, con Greta Thunberg, se han movilizado y sacudido las conciencias y llamado a los parlamentos. “No solo las personas sino también nuestras comunidades deberían preguntarse sobre la sostenibilidad ambiental de sus actividades”, dice Luca Fiorani, físico y coordinador internacional de EcoOne, un movimiento cultural inspirado en la espiritualidad de los Focolares en el campo ambiental. “Y para comenzar a cambiar la mentalidad y adoptar un estilo de vida ecológico, primero es necesario informarse”. Me hago publicidad: acabo de publicar un pequeño libro de menos de 80 páginas: Il sogno (folle) di Francesco. Piccolo manuale (scientifico) di ecologia integrale. Llevo de la mano al lector entre los conceptos clave de la encíclica Laudato Si‘, los resultados recientes de las negociaciones internacionales sobre el cambio climático y los datos científicos más actualizados sobre el estado de salud de nuestro planeta”. Luca Fiorani también explica que EcoOne colabora desde hace unos diez años con el Global Catholic Climate Movement. Cecilia Dall’Oglio es responsable de los programas de la organización y le hemos hecho algunas preguntas. – ¿Cuál es su compromiso personal con el medio ambiente? El deseo de no abandonar a mis hermanos y hermanas en el mundo que sufren por las mismas causas que sufre nuestra madre tierra. El deseo de dar mi contribución para que otros puedan tener la experiencia directa de encuentro, que he podido hacer yo, con testigos de esperanza, de una Iglesia viva comprometida con la justicia social. En la Laudato si’ el papa Francisco, de hecho, nos recuerda que “no hay dos crisis separadas, una ambiental y otra social, sino una sola y compleja crisis socio-ambiental (…) que requieren una aproximación integral para combatir la pobreza, para devolver la dignidad a los excluidos y simultáneamente para cuidar la naturaleza” (LS 139). Trabajé durante más de veinte años con el FOCSIV en la coordinación de campañas por la justicia social junto con las oficinas del CEI y las asociaciones católicas laicas y me gustaría mencionar de manera especial al querido Marco Aquini del Movimiento de los Focolares. Este anuncio, esta resistencia activa, debe ser verdaderamente eficaz y liberar a los pobres que lloran y, por esta razón, ahora estoy feliz de aceptar el desafío actual al servicio del Movimiento Católico Climático Global del cual el Movimiento de los Focolares es miembro activo. – ¿Cuál es el “plus” que la fe puede aportar al movimiento ecologista? La fe es esencial para llevar el enfoque de la ecología integral al campo ambiental. La conversión ecológica y la adopción de nuevos estilos de vida son propuestas para una alegría plena, esa “sobriedad feliz” de la que también habla el Instrumentum laboris del Sínodo Especial de la Amazonia, la plenitud de la vida, la verdadera libertad. Todos los cristianos están llamados a ser custodios de la Creación de Dios porque “vivir la vocación de ser protectores de la obra de Dios es parte esencial de una existencia virtuosa, no consiste en algo opcional ni en un aspecto secundario de la experiencia cristiana” (LS 217). El Global Catholic Climate Movement nació en 2015 para apoyar a las comunidades católicas de todo el mundo a responder al llamamiento urgente del papa Francisco en Laudato Si’ a través de una conversión ecológica a nivel espiritual que conduzca a estilos de vida renovados y a una participación conjunta de los católicos en las movilizaciones por la justicia climática. – ¿Qué es el “Tiempo de la creación” y qué podemos hacer para adherirnos?
El Tiempo de la creación es un “tiempo favorable”, un Kairos, durante el cual rezamos y actuamos por el cuidado de nuestra casa común. Se celebra entre el 1 de septiembre, Jornada mundial de oración por el cuidado de la creación, hasta el 4 de octubre, fiesta de san Francisco, y es celebrado por miles de cristianos en todo el mundo. El tema de este año “La red de la vida: la biodiversidad como un regalo de Dios. Está estrechamente relacionado con el Sínodo de los Obispos para la región Panamazónica que se celebrará el próximo octubre. Miles de cristianos en todo el mundo celebran el tiempo de la creación llevando a cabo eventos. Una guía de celebraciones y otras herramientas en varios idiomas está disponible en el sitio Tiempo de la creación. Gracias al tema elegido para las celebraciones, los eventos harán sentir nuestra cercanía con los hermanos y hermanas en la Amazonía y con todos aquellos que sufren por la “mentalidad extractiva” que está destruyendo no solo la Amazonía sino toda la creación, por lo tanto, son un claro signo de comunión eclesial y apoyo en el itinerario de la Iglesia hacia el Sínodo.
Stefania Tanesini
Ago 23, 2019 | Sin categorizar
Antonio De Sanctisnos ha dejado el 21 de juniopasado. Encarnóespléndidamente la figura del “voluntario de Dios” que, para losFocolares, representan personas con unadestacadadedicación a lo social. Tonino, así lo llamabantodos, nosdejó el 21 de juniopasado. VivíaenFrascati, unabella ciudad de Los CastillosRomanos a las puertas de Roma (Italia). Encarnóespléndidamente la figura del Voluntario de Dios que, en el Movimiento de losFocolares, reúne a personas con un destacadocompromiso social, promotoras de acciones a beneficio de la humanidad. Son numerosas las iniciativasen las que élparticipó personal y comunitariamente y de algunas de ellasfue el inspirador. Fuetambiénesposofiel y premuroso de María; padre presente; trabajadorincansable; ciudadanocomprometido y capaz de crearrelacionesauténticamentefraternas, Toninoencontróen la colectividad el lugardondehacer visible la presencia de Dios y de la Iglesia, sin temor a romper unaetiquetainútil o convencionessociales. Atento a losúltimos, las palabras de las Obras de Misericordia que son preceptosimprescindibles para un cristiano, describenbiensuvida: “Porquetuvehambre y me dieron de comer; tuveser y me dieron de beber; era forastero y me hospedaron; estabadesnudo y me vistieron; enfermo y me visitaron; preso y vinieron a verme…”. Estásúltimas palabras caracterizanfuertementesuexistenciaprodigada al servicio de varias personas detenidas y de susfamiliares. El iniciofueporcasualidad. En la cárcelviómuchísimosjóvenes. Un díarecogió el dolor de unareligiosavoluntariaafligidapor “las carretillas de prensapornográfica” que entraban a ese lugar. “Regresé a la casa con ese pensamiento y en la plaza principal meencontré con el párroco de un pueblitocercano, un viejo amigo. Y le confiéenseguida mi perplejidad. Me contestó: “Ven el próximodomingo a contar a misparroquianos lo que me acabas de contar, asípodemosrecogerofrendas para mandarle a lospresos la Revista Ciudad Nueva”. Ese fue el inicio: durantemuchosañoslosdomingos, endistintasmisas de Roma Sur y de losCastillosRomanos, con suvozinconfundible, modesta y tímida, hablaba de sucompromiso a favor de lospresos y pedíadonaciones para suscribirlos a la revista de losFocolares. Enviabadecenas de números a las distintascárceles que élvisitaba. Enfebrero de 2012 Ciudad Nueva publicóen 4 capítulos la experiencia de Tonino y sufamilia, con el título: “El arcoiristraslosbarrotes”, experiencias con el sabortípico de las “florecillas de San Francisco”. Enalgunoscasos, aparentementearriesgados, no dudóenacogeralgúndetenidoensu casa. Para muchos de ellos se convirtióen un segundo padre tambiéncuandovolvieron a ser hombres libres. Un fragmento de la carta de MG esunaprueba: “Ensu casa, finalmente me sentí “en casa”. Enningúnotrolugarpercibíestesentido de pertenencia a un lugar, a unas personas. Han sido el planoinclinado a través del cual la piedad de Jesús llegó a mi corazón, haciéndomecomprender el lugar que Dios ocupabaen mi vida. En la mañanaes mi primer pensamiento y es el últimocuandovoy a dormir. Estoyfelizporque ha llegado a mi vidacomo un gran huracán que arrasa con todo. Antonio, tueres, con todatufamilia, un testimonioviviente del Evangelio, eresunaObra de Dios”. El día de su funeral en la catedral de Frascatihabíamuchas personas. Sustreshijos, Miriam, Gabriele y Stefano lo saludaron con estas palabras: “Puerto segurodondeatracar al final de un día de sol o después de unatempestad, túestabasahísiempre, dispuesto a escucharnos, a acogernos, a animarnos, empujándonos para que reemprendiéramos el camino sin temor”. Era el 22 de junio, y en la concelebraciónestabasucuñado el Padre Enrico Pepe y el CardenalJoãoBraz de Aviz.
Lina Ciampi
Ago 22, 2019 | Sin categorizar
Desde el 2012 el festival de Salisburgo, es el evento más importante del mundo dedicado a la música clásica. Se inaugura con una obertura espiritual, es decir una serie de conciertos de música sacra y de conferencias dedicadas al diálogo entre las religiones. Participan muchos grandes de la escena musical y por primera vez, este año estubo presente también la Arquidiócesis de Salisburgo con una exposición del artista francés Michel Pochet. En la tarde, del sábado 20 de julio de 2019, el salón de ingreso del palacio arzobispal de Salisburgo se llenó de gente, entre otros estaban presentes la presidente del Festival Helga Rabl-Stadler y el Arzobispo de Salisburgo, Franz Lackner quienes inauguraron la exposición del artista francés Michel Pochet, titulada “Lacreme” (“Lágrimas”) . “Es la primera vez que la Iglesia católica de Salisburgo participa en la así llamada ouverture spirituelle del festival de música” -explicó Mons. Matthäus Appesbacher, vicario del Obispo, relatando la génesis de esta exposición. Cuando él se enteró de que el artista había tenido la posibilidad de regalarle al Papa Francisco un lienzo que representaba el rostro lloroso de Dios-misericordia decidió invitarlo a la ouverture spirituelle de este año, cuyo tema central eran precisamente las lágrimas. “La belleza – subrayó Michel Pochet en su breve intervención- es una necesidad primaria del ser humano”. Y para subrayar la necesidad de liberar a los artistas del complejo de su inutilidad social relató lo ocurrido a un chico de Amazonas quien con la música de su flauta trataba de sostener a sus familiares que padecían hambre. Las obras elegidas para esta exposición, que se concluyeron el 30 de julio pasado, estimulan el diálogo. La exposición se encuentra en el majestuoso marco de la ciudad de Salisburgo, donde resalta por doquier el pacto que en tiempos pasados, se estableció entre la Iglesia y el poder. Aquí el encuentro entre Iglesia y arte ha asumido un carácter fuertemente celebrativo, en cambio las obras de Pochet son decididamente anti-triunfalistas: en su materia, forma y contenidos. Sus lienzos lo demuestran, por ejemplo, uno en el que “cuenta” la presencia de Dios en Auschwitz, en el que utilizó trazos ligeros sobre una tela blanca reducida casi a trizas. Pochet dibuja el indecible dolor de la montaña de cadáveres observados por el rostro-corazón de Dios que llora. Un detalle sorprendente, que casi irrita, es que cada cadáver tiene un cartelito que lo identifica aunque esto no existía en los campos de concentración. Sin embargo son nombres que conocemos a través de las novelas televisivas, y aunque sea un procedimiento burocrático, de esta forma se puede arrancar a los muertos del anonimato de las fosas. En el lienzo ellos son un tímido recuerdo de la memoria de Dios, y aunque se hizo el intento de borrar innumerables nombres de la faz de la tierra, Él no los olvida. Junto a esta escena, como contrapeso, aparece un gran rostro de María con rasgos firmes, que tiene un aspecto casi viril; ese lienzo está hecho con colores tiernos y está lleno de poesía, las lágrimas de María son como perlas del rocío y reflejan la aurora de una nueva creación. La exposición está montada en el salón del ingreso y en una sala adyacente. Incluye un ciclo en blanco y negro, que es una ‘Via Crucis’ e incluye escenas de la pasión de Jesús y escenas del dolor de nuestros tiempos. Prosigue con una serie de meditaciones sobre otros “rostros de Dios” con los que Él se acerca a su pueblo a través de sus arcángeles. La exposición puede ser definida como “arte sacro”, si bien se distingue notablemente de otras representaciones a las que se le atribuye este nombre. No ilustra escenas tomadas de la sagrada escritura -como se hacía en el barroco o en el rococó- sin embargo trasmite conceptos teológicos, pero tiene la audacia de aportar una reflexión personal. La concentración en el rostro hace pensar en las palabras del filósofo Giuseppe M. Zanghí, según el cual “lo Sagrado emergente” del siglo XXI es “Uno sin rostro”, un “Poder sin rostro”. 1)
Peter Seifert, historiador de arte
1) Giuseppe Maria Zanghí, Notte della cultura europea, Roma 2007, pp. 46-47
Ago 20, 2019 | Sin categorizar
En la jerga internacional los llaman “expats”: son los jóvenes expatriados que han encontrado trabajo y hacen su vida en el extranjero. Cada uno tiene sus propios motivos, cada uno tiene su historia. Mitty, italiana, hace investigación con biosensores de glucosio en una universidad japonesa y vive en la comunidad del Focolar de Tokio. “Hoy la tecnologia tiene un enorme poder en todos los campos y también en el sanitario. Me siento llamada a trabajar en este campo para contribuir a dirigir la investigación técnica según criterios éticos y no comerciales. A veces somos precisamente nosotros los ingenieros biomédicos quienes inventamos cosas que hacen del ser humano un robot, y no estamos al servicio de la salud”. No hay duda, Maria Antonietta Casulli, para todos Mitty, tiene las ideas claras. Estudio ingeniería biomédica en Italia, pero para hacer su tesis se transfirió a Suiza, a la prestigiosa Ecole polytechnique fédérale de Lausanne (EPFL –Escuela Politecnica federal de Loussane) dónde posteriormente empezó una investigación a nivel doctoral. Por lo tanto tenía todos los requisitos para hacer una carrera exitosa: un sueldo consiste, una linda casa con vista al pago de Ginebra, estupendos amigos. ¿Qué más podría querer?. “Sin embargo -cuenta Mitty- algo no estaba funcionando, era el 2013, estábamos en plena crisis económica y yo tenía una vida perfecta. Pero más allá de los Alpes, en Italia, muchos de mis amigos estaban por entrar en depresión porque no encontraban trabajo y yo no quería encerrarme en una vida hecha de carrera y dinero. Pero el impulso definitivo me lo dió un viaje que hice a Filipinas donde me encontré en medio de uno de los tifones más potentes y devastadores del mundo, el tifón Yolanda. El contraste que experimenté fue enorme, este pueblo no tenía nada de aquello que mis amigos y yo teníamos, pero vivía con la “v” mayúscula, su vida era plena, rica de relaciones y gran dignidad. Paradójicamente ésta me parecía la medicina para la crisis que mi continente, Europa, estaba atravesando; no se trataba solo de una crisis económica, era mucho más, un vacío en los valores fundamentales de la vida”. Después del viaje Mitty ya no regresó a Suiza porque sentía el deber de devolver a Dios esa vida plena que Él le había dado. Y así, después de un periodo en la escuela de formación de los focolarinos, desde hace dos años se encuentra en Japón, donde vive en la comunidad del focolar de Tokio. El estudio de la lengua la absorbió y por lo estuvo fuera del mundo laboral durante cinco años. ¿Habría podido volver a hacer investigación sobre todo en una sociedad como la japonesa? “Precisamente mientras me hacía estas preguntas un amigo que estaba de paso me habló de un profesor japonés, católico, de una universidad de Tokio que estaba haciendo investigaciones ¡nada menos que en biosensores de glucosio, el argumento de mi tesis!”. Dado que la probabilidad de encontrar alguien en Japón que se ocupara de sus mismos estudios era prácticamente nula, Mitty comprendió que se trataba de Dios que intervenía en su vida y seguidamente le ofreció una continua prueba. El profesor le dió la posibilidad de hacer el.doctorado, pero seguía existiendo un problema: “En Japón ya no iba a tener un sueldo como en Suiza, por el contrario, era yo la que tenía que pagar”.
También en este caso la respuesta de Dios fue sorptende. Casi por casualidad Mitty fue a una entrevista con seis gerentes de varias empresas japonesas, era una situación bastante difícil para una joven mujer extranjera. “Sentí que Dios estaba conmigo y que, al final, todos ellos no eran otra cosa que personas para amar. Esto cambió mi forma de exponer el proyecto y de escucharlos en sus distintas intervenciones. Durante una hora hablé de mi proyecto y en la hora sucesiva respondí a sus preguntas sobre mi elección de vida como focolarina y por qué me encontraba en Japón. Recibí el 100% dei financiamiento para el proyecto y tengo que decir que he visto la potencia de Dios abrirse camino en esta cultura y en estos ambientes, en un mundo que jamás habría imaginado. Ni siquiera dos meses después del inicio de mi doctorado, mi ex-profesor suizo vino a Tokio y pude organizar un seminario en mi nueva universidad. Durante la cena, observando los dos profesores que hablaban juntos, me pareció entender lo que ahora Dios quiere de mi. No solo una investigación, sino que construya puentes, entre la universidad y las empresas, entre Oriente y Occidente. Yo tengo sólo que seguir siendo toda de Dios”.
Stefania Tanesini
Ago 18, 2019 | Sin categorizar
Para realizar su “laboratorio” los Chicos por un mundo unido” de la región italiana de Emilia Romagna este año fueron a Tierra Santa. Unieron el recorrido espiritual a una profunda experiencia de compartición con coetáneos que viven en esas tierras. Varios momentos significativos: la gruta de la Natividad, un trekking en el desiero de Judea, la visita al Sepulcro, un chapuzón en el Mar Muerto, la renovación de las promesas bautismales en el río Jordán, un excursión en barco por el lago de Tiberíades. Hasta aquí, sin embargo, no es más que un viaje o, como muchos dijeron, una peregrinación, por Tierra Santa tras los pasos de Jesús, recorriendo la vida de Aquel que dio sentido a nuestra vida de cristianos.
Pero si luego añadimos una tarde en el orfanato Crèche de Belén, un encuentro con el obispo auxiliar Kamal Bathish del patriarcado de Jerusalén y un intercambio de experiencias con chicos y jóvenes del lugar que adhieren al Movimiento de los Focolares, todo esto se vuelve entonces el Laboratorio de los Chicos por un mundo unido de Emilia Romagna, que se llevó a cabo del 23 al 30 de julio en Tierra Santa. Los protagonistas son 45 chicos y animadores, un grupo deseoso de conocer más de cerca los lugares que son el centro de su fe cristiana. Este grupo ha hecho muchas experiencias, a partir de la JMJ de hace tres años en Polonia, luego una visita a la localidad de Amatrice, ciudad de la región italiana de los Abruzos destruida en 2016 por un violento terremoto, para donar una pequeña suma de dinero a los jóvenes del lugar, luego dos laboratorios con las bandas internacionales Gen Verde y Gen Rosso, además de numerosas actitividades ecológicas y de otro tipo, acciones en favor del proyecto Hambre Cero y una recolección de dinero para comprar baterías para aparatos acústicos para chicos sordomudos de Bielorrusia. Después de estas actividades nació el deseo de hacer una experiencia espiritual más profunda y los chicos no se acobardaron. “Caminar en el desierto –dice Giacomo– fue muy fuerte; los animadores nos propusieron quedarnos en silencio y experimentar lo que es tener un momento de diálogo personal e íntimo con Jesús, pero admito que después de un rato ese silencio me dio miedo porque en nuestra sociedad no estamos acostumbrados a ello”. Una experiencia típica es la vida en común, se comparte todo, desde el cansancio hasta lo que pasa por tu alma y si uno en el grupo tiene algún problema enseguida se percibe. “Dentro de algunos días –comenta Chiara– ya no recordaré ni el calor ni el cansancio para subir a pie el monte Tabor, ni la fiebre que tuve justo cuando teníamos que ir al orfanato, experiencia que para mí era muy importante concretar… recordaré, eso sí, para siempre este viaje porque lo hice con ésta que es mi familia por excelencia. Sí, suelo viajar también con mi familia natural, pero no es lo mismo. Los amigos de los Focolares para mí son una verdadera familia, muy especial”.
Como en todas las circunstancias no faltaron momentos de tensión u otros en los que el cansancio se llevó las de ganar, sin embargo “cuando oímos las experiencias de los chicos palestinos –comenta Giosuè– nuestra perpectiva cambió. Nosotros no sabemos qué es ser una minoría por motivos religiosos. No sabemos lo que es la vida de todos los días con un muro que divide Israel de Palestina. Todas estas cosas me hicieron reflexionar mucho”. “Conocer a los niños de la Crèche –sostiene Annamaria– me abrió los ojos. Si pienso en mi vida, ha sido toda un gran regalo”. Los siete días del viaje volaron, volvimos a Italia y más allá de las tantas palabras nos ha quedado impresa en el corazón de cada uno esta experiencia que sintetiza muy bien el gran misterio de dolor-amor que encuentra su plenitud en la Resurrección. Ese sepulcro vacío grita fuertemente un Aleluya.
Tiziana Nicastro
Ago 16, 2019 | Sin categorizar
#intimeforpeace – a tiempo por la paz: es el hashtag que expresa el compromiso de los jóvenes de los Focolares para el próximo año y que ya se encuentra en el centro de algunos campus universitarios, en workshops y cursos en distintas partes del mundo. A partir de Loppiano (Italia). Hasta mayo de 2019 se concentraron en acciones y campañas para una Economía más humana, de comunión, atenta a los que no tienen, pero desde hace un par de meses los jóvenes de los Focolares han empezado a trabajar también en los distintos ámbitos de la Justicia. Sí, porque Economía y Justicia con los primeros dos pasos de Pathways for a United World: seis recorridos de la duración de un año cada uno, en los que se está concentrando el compromiso y la acción de los Jóvenes por un Mundo Unido (JMU) en todas las latitudes. “Cada año afrontamos un desafío distinto, sin olvidar por ello el compromiso que nos hemos asumido el año anterior” – nos lo explica uno de los organizadores – “nuestro compromiso se refiere a la economía, la justicia, el arte, el diálogo entre culturas, el deporte, y estamos poniendo en movimiento acciones, colaboraciones y proyectos basados en la fraternidad, con un impacto local, pero que se abre a lo global”. “In time for peace” es entonces el lema que resume el compromiso de este próximo año que concluirá en Corea, del 1 al 7 de mayo de 2020. Mientras tanto hay varios momentos de encuentro para la formación, la profundización y el intercambio “mundial” de los Gen y los Jóvenes por un mundo Unido en temas de justicia, paz, legalidad y derechos humanos. Significativo fue el de Loppiano, en donde, desde el 7 hasta el 22 de julio pasados se llevó a cabo una Summer School con 40 jóvenes de muchos países, entre los cuales Corea, Hong Kong, Malta, Escocia, Italia, Brasil, Cuba, Myanmar, Polonia, Colombia. Maria Giovanna Rigatelli, abogada, de la red de Comunión y Derecho, participó en calidad de experta, poniendo en claro la importancia de experiencias similares que permiten a los jóvenes sumergirse tanto en el patrimonio cultural como en las heridas de los distintos países con los cuales se contactan. «Viendo la situación mundial se constata una falta de conocimiento del valor de los derechos de los hombres. Durante la escuela surgió la importancia del compromiso personal para dar nuestra contribución, por ejemplo, en el drama de las dos Coreas, o en el problema de Hong Kong. En esos lugares del mundo se puede encender una luz a través de nuestro compromiso». «Nuestra nación está dividida en dos – comentó Y., coreana – y tenemos muchas heridas que, sin embargo, no justifican esta división. Para conseguir la paz debemos aprender a dialogar. Durante la escuela pensé: si seguimos amando, amando y amando, tal vez, al final, conseguiremos unir las dos Coreas». Y a propósito de la crisis que está viviendo su país, D. Explicó: «Antes de venir acá, sucedieron muchas cosas en Hong Kong que me hicieron pensar que la paz podría no ser el único modo para resolver los problemas y que, tal vez, tengamos necesidad de usar la violencia. Me sentía frustrado. Pero me gustó mucho lo que viví aquí y me quedé muy contento con las personas que hablaron conmigo sobre la paz. Este año, como jóvenes, profundizaremos y viviremos el “pathway” (sendero) dedicado a los derechos humanos, a la justicia y la paz. Entonces me pregunto: ¿está bien usar la violencia?, ¿está bien que la gente quede herida o muera? Aquí aprendí cómo amar a los demás y cómo enfocarme en el amor entre nosotros. Sé que recorrer el camino hacia la paz es difícil, pero creo que tenemos que tratar de recorrerlo sin usar la violencia. Cuando vuelva a casa, quiero poner en práctica lo que he experimentado en Loppiano, para amar a las personas de Hong Kong, incluso a las que odio».
Stefania Tanesini
Ago 14, 2019 | Sin categorizar
A veces, la riqueza material puede ocupar nuestro “corazón” y generar una creciente ansia de poseer más, una verdadera dependencia. La compartición de los bienes materiales y espirituales con quienes sufren necesidad, en cambio, permite experimentar una verdadera libertad: este estilo de vida da testimonio de la confianza en un Dios Padre y echa bases sólidas para la civilización del amor. Un don de Dios David, nuestro quinto hijo, parecía muy normal. Pero al poco tiempo los médicos nos dijeron que era Down. En ese momento, muy duro, junto con mi esposo nos acordamos que habíamos aceptado a David desde su concepción, como un don de Dios. La hermana mayor, cuando lo supo, escribió en su diario: “Quiero ser para David no sólo una hermana, sino también una madre”. Rodeado de un gran amor, David sigue haciendo muchos progresos. Va a la escuela y es muy afectuoso, siempre entusiasta de la vida. Esta felicidad que tiene es contagiosa. En definitiva, se ha revelado como un verdadero don de Dios. (Jacqueline – Escocia) En la cárcel En mi celda hay un muchacho que no tenía dinero y para comer se había apropiado del contenedor de otro recluso, que lo amenazó, y lo obligó a pagar tres nairas. Entonces él empezó a pedir ese dinero a los otros compañeros. Yo no tenía más que cinco nairas, que me servían para comprarme algo para comer. Pero me acordé del Evangelio y entendí que para amar a Dios tenía que amar a ese compañero. Le di mi dinero. Más tarde, alguien me trajo comida a mi celda. (Sylvester – Nigeria) La cena Esa noche, nada más salir de la universidad – como hago habitualmente – me senté delante del televisor esperando que mi madre, que estaba viendo su programa favorito, se levantara para prepararme la cena. Al rato vino a mi mente un pensamiento: hace unos días había oído hablar del Evangelio; eran tres estudiantes de medicina con los que había conversado, y subrayaban la importancia de hacer la voluntad de Dios durante la jornada. Entonces me levanté y fui a la cocina a preparar la cena. Fue mi primer acto de amor consciente. (T.C. – Italia) Las bases de nuestro matrimonio Después de habernos casado, a pesar de todo lo que nos queríamos, cada uno seguía siendo “el de antes”, cada uno con sus hábitos. Un día surgieron divergencias acerca de la preparación de un plato checo. En esa ocasión la distancia que se había creado era tan grande que tomamos una decisión: debíamos aceptarnos así como éramos, sin querernos cambiar. Tal vez fue en ese momento cuando pusimos las bases de nuestro matrimonio. Ahora que somos abuelos, tratamos de transmitir a nuestros nietos la misma experiencia, agradecidos a Dios porque nos abrió los ojos. (J. e T. – Boemia)
Recopilado por Chiara Favotti
Ago 13, 2019 | Sin categorizar
En la Mariápolis Europea la historia de una amistad posible que lanza semillas de paz Abrirse y “elegir un estilo de vida inclusivo”. Abrirse a reconciliarse con el otro y descubrir la perla que está dentro de cada hombre. Abrirse como Jesús, que para todos se vuelve encuentro, y dejar actuar al Espíritu Santo “que se alegra en la diversidad pero persigue la unidad”. Es el camino que desde hace muchos años recorre el Reverendo Ken Newell, ministro presbiteriano de Belfast, capital de Irlanda del Norte. Una tierra que todavía hoy sufre por las heridas dejadas por el conflicto de finales de los años ’60, durante 30 años, donde entraron en conflicto unionistas y separatistas: los primeros, protestantes, que apoyaban la pertenencia al Reino Unido; los segundos, católicos, promotores de la reunificación entre el Norte y el Sur de Irlanda. Un conflicto de matriz política que envenenó el tejido social, transformando las ciudades en campos de batalla y llevó a la “segregación religiosa”: protestantes y católicos viven en barrios diferentes, las comunidades no se encuentran, hay desconfianza y prejuicios. No ha sido fácil para el reverendo Ken, intentar construir puentes. El primer trabajo lo tuvo que hacer en sí mismo: “Crecí en Belfast en una comunidad protestante y unionista –cuenta a la Mariápolis Europea- durante mis primeros años de vida fui plasmado por la cultura de mi comunidad (…); muchas cosas eran sanas, buenas y serenas; otros aspectos en cambio me influenciaron con actitudes negativas en relación con la comunidad católica, irlandesa y nacionalista, para superarlas necesité años”. Fue un camino que lo llevó a abrirse poco a poco y a descubrir la belleza de la diversidad. Como cuando estando en Holanda un sacerdote lo convenció de que participara en una Misa. O en Indonesia, donde siendo profesor en un seminario de Timor, pudo sumergirse en un país diferente, con un idioma, alimentación y cultura propios. “Empecé a darme cuenta que, así como el arcoíris tiene colores distintos, así Dios creó la raza humana con increíble diversidad; valorar la cultura de Timor me enseñó a valorar lo bueno de mi cultura”. Por el vínculo con el sacerdote Noel Carrel, descubrió que la amistad era posible: “nos dimos cuenta de que estábamos en Timor para servir al único Cristo, que teníamos el mismo Padre celestial y que éramos hermanos. Me preguntaba si sería posible tener un amigo así en Irlanda del Norte”. A partir de este momento tome clara conciencia: “El Espíritu Santo me hizo abrirme a la “diversidad” del otro lado del mundo y me empujó a buscar lo mejor en la cultura y en la espiritualidad católica irlandesa”. Regresando a Belfast, en el ’76, fue llamado a guiar la Iglesia presbiteriana de Fitzroy: con un estilo de vida incluyente y contracorriente. En uno de los momentos más duros del conflicto, su invitación a construir nuevas relaciones fue acogida por los miembros de un monasterio redentorista de Clonard; así nació la Asociación Clonard – Fitzroy. La amistad humana y espiritual con el Padre Gerry Reynolds, responsable de la Comunidad de Clonard, y “compañero en la construcción de la paz”, dio vida a muchas experiencias de comunión: “Empezamos yendo juntos a los funerales de los policías que habían sido asesinados por los terroristas y de los civiles inocentes asesinados por grupos de paramilitares lealistas; era raro ver ministros protestantes y sacerdotes católicos juntos en los funerales para confortar a los familiares de los fallecidos”. Después sucedió que empezaron a participar los unos en las celebraciones de los otros y también el Padre Gerry y el Reverendo Ken participaron juntos en matrimonios entre personas de Iglesias diferentes. Fue posible otro paso que antes habría sido impensable: el sacerdote y el ministro fueron invitados a encuentros con líderes políticos de las partes en conflicto, para buscar un cese al fuego y adoptar políticas de paz. Poco a poco los políticos de los principales partidos de Irlanda del Norte, el DUP, pro-británico, y el Sinn Fein, pro-irlandés, reconocieron en la Asociación Clonard – Fitzroy un “espacio seguro” donde confrontarse. Siguió creciendo el deseo de reconciliación que en el 2007 llevó al “milagro de Belfast”: “en Stormont, el palacio de gobierno de Irlanda del Norte –cuenta el Rev. Newell – el Rev. Ian Paisley, primer ministro del poder ejecutivo compartido, y el vice-primer ministro, Martin McGuinness, ex comandante del IRA, bajaron juntos la escalera de mármol, se sentaron uno al lado del otro ante la prensa mundial y se dirigieron al pueblo de Irlanda del Norte; hablaron de su determinación de conducir el país hacia un futuro mejor y más reconciliado”. Fue el alba de un nuevo día. La Asociación Clonard-Fitzroy, que trabaja desde hace 38 años y ha inspirado miles de iniciativas similares, en 1999 recibió el premio internacional de paz Pax Christi.
Claudia di Lorenzi