Movimiento de los Focolares

Austria: profundizar el carisma de la unidad

Se está realizando en Seggau (Austria, del 24 de julio al 1 de agosto) el encuentro de los obispos miembros del Movimiento de los Focolares. Son 64 obispos (entre los cuales cardenales de la Curia romana y nuncios apostólicos) de 31 países y cuatro continentes, y vivirán “algunos días de experiencia de Iglesia universal entre obispos, en Estiria”, se lee en un comunicado publicado en la página de la diócesis austríaca. El anfitrión es el obispo Wilhelm Krautwaschl: “La tradición de estos encuentros episcopales tuvo inicio hace décadas ya, cuando la fundadora del Movimiento de los Focolares, Chiara Lubich (1920-2008), invitó a Suiza, durante el verano, a algunos obispos vinculados al Movimiento”, se lee en la nota. Luego, el ya fallecido obispo de Aquisgrán, Mons. Klaus Hemmerle, fue quien impulsó y moderó estos encuentros que tienen “un carácter deliberadamente privado” y se desarrollan todos los años pero en lugares distintos. Finalidad del encuentro es “profundizar el carisma de la unidad”, cultivar los intercambios entre obispos a nivel mundial y transcurrir algunos días en comunión fraterna”. El sábado 28 de julio, el obispo Krautwaschl celebrará junto a sus hermanos en el episcopado una misa en la basilica de Seckau, “a la que están invitados todos los que deseen participar”. En Austria el Movimiento cuenta con 1.300 miembros y más de veinte mil simpatizantes. Fuente: AgenSir

Gente, planeta y futuro

Gente, planeta y futuro

Conscientes de las crisis ecológica y social que afronta nuestro planeta, cientos de personas en todo el mundo trabajan constantemente para encontrar soluciones creativas a estos grandes problemas y lo hacen, en su vida de todos los días, a través de acciones grandes y pequeñas. Acciones que, sin embargo, a menudo crecen y mueren en total aislamiento. “Juntos podemos hacer mucho más” es uno de los lemas propuestos por Prophetic Economy, una iniciativa que trata de crear redes de colaboración entre todos aquellos que, en su propio contexto, trabajan en favor del desarrollo humano, independientemente de edades, nacionalidades y creencias. El evento principal de Prophetic Economy se llevará a cabo en Castel Gandolfo (Roma), desde el 2 al 4 de noviembre de 2018. Contará con la presencia de expertos de varios ámbitos, como Jeffrey Sachs, economista y ensayista norteamericano, uno de los mayores expertos mundiales en materia de cuestiones ambientales y sustentabilidad, o Luigino Bruni, economista italiano, coordinador del proyecto Economía de Comunión. «La experiencia –afirma Florencia Locascio, coordinadora general de Prophetic Economy– se dirige a todas las personas, organizaciones y empresas que están proponiendo soluciones sustentables y creativas al problema de la pobreza, la desigualdad, la crisis social y ambiental que estamos viviendo. Queremos identificar a los change-makers, los “innovadores”, para darles visibilidad». Durante el evento, además de workshops, actividades de inteligencia colectiva, intercambios y conferencias de personalidades y expertos internacionales, se desarrollará la premiación del concurso “Prophetic practices award 2018”. Es un concurso que quiere premiar, dar visibilidad y poner en contacto experiencias ya existentes de “economía profética”, todas esas buenas prácticas ya en curso y que contribuyen al bien común. Paolo Matterazzo, responsable de la comunicación de la Comunidad de Nomadelfia, explica: «Los adolescentes y las nuevas generaciones tienen algo importante que decir, y aportan ya desde ahora con un fuerte entusiasmo, dando ejemplos concretos muy estimulantes». Los primeros tres ganadores del concurso recibirán un premio en dinero y serán invitados también a presentar sus proyectos durante el evento de noviembre. Además, los diez primeros clasificados tendrán la oportunidad de presentar sus buenas prácticas. La fecha tope para presentarse al concurso está prevista para el 1 de agosto. Para mayores informaciones consultar la página http://www.propheticeconomy.org Fuente: United World Project

Project Lía: transformar vidas

Project Lía: transformar vidas

Imaginen descubrir en los materiales de descarte la posibilidad de una forma nueva, ya presente en potencia, de transformarlos en “algo” lindo, útil y precioso, que antes no existía. Después, involucrar en este proceso regenerador a personas vulnerables como, por ejemplo, las mujeres que, habiendo pagado su pena en la cárcel, encuentran dificultades para reintegrarse a la sociedad, encontrar un puesto de trabajo y obtener una independencia económica. Ésta es la misión del “Project Lía”, una asociación sin fines de lucro y una empresa social que surgió en la ciudad de Indianápolis (USA). «Estas mujeres que tratan de reinsertarse en la sociedad, aprenden, a través nuestro, a crear objetos decorativos y muebles, en un ambiente de trabajo educativo, que es un espacio de comprensión y respeto recíproco, donde se transforman  los materiales pero también la vida de las personas a través de relaciones basadas en la reciprocidad y la confianza», explica Elizabeth Wallin fundadora y directora ejecutiva de ética empresarial, salud y bienestar, además de promover la participación en la vida comunitaria y social». Según las estadísticas publicadas en el sitio web del proyecto, tomadas de los datos del “Bureau of Justice”, en los últimos tres decenios y medio, la población carcelaria femenina de los Estados Unidos ha crecido en más del 700 por ciento. En 1980, eran 12.144 las mujeres bajo la jurisdicción estatal o federal. Una cifra que ascendió a más de 100.000, en el 2015. Si, se suman a esta cifra las detenidas en las estructuras carcelarias locales, en libertad condicional o bajo arresto domiciliario, la suma llega a superar el millón de mujeres. «Cuando estas personas salen de la cárcel», continúa Elizabeth Wallin «deben encontrar un trabajo estable y una casa, mientras tratan de reanudar las relaciones con la propia familia. Si a esto, se asocia el estigma generado por la cárcel y la discriminación racial, es muy difícil para ellas lograr reintegrarse, y es posible que se produzca una reincidencia». “Project Lía”, ha elegido trabajar con las mujeres porque, ayudándolas, se refuerza indirectamente la familia y la comunidad. Según importantes estudios, la responsabilidad hace que estas mujeres piensen “comunitariamente”, invirtiendo el 90% de su ganancia en su propia familia. Llegando a este punto, alguien se puede preguntar ¿cuál fue la idea inspiradora? «Durante un viaje a Argentina», relata Elizabeth, «participé en la organización de un festival juvenil que tenía como título “No te detengas”. Un festival que reunió a más de 1.000 jóvenes. Hablaba de aquellas jaulas en las cuales a menudo nos quedamos aprisionados por miedo, por las presiones de los demás, por el conformismo o los prejuicios. Volviendo a los Estados Unidos, me di cuenta de que aquí las mujeres que salían de la prisión continuaban siendo “prisioneras” de una jaula más grande y sistemática. Para mí, “Project Lia” es una respuesta al miedo, a las presiones, al conformismo y a los prejuicios de un sistema de justicia penal y de una sociedad que, incluso después de haber descontado la culpa, continúa “aprisionando” a las ex convictas, sin ofrecerles posibilidades de una verdadera integración social». En síntesis, se trata de un proyecto inclusivo, que apunta a construir puentes de verdadera solidaridad social. Habiendo llegado a este punto, la única curiosidad que permanece insatisfecha es el nombre: ¿Por qué el nombre “Lía”? Elizabeth me explica que «”Lía” es el nombre de una mujer que dedicó toda su vida a construir puentes entre personas de razas, culturas, religiones y procedencias sociales distintas. Su nombre completo era Lía Brunet. Ella era de Trento y fue una de las primeras compañeras de Chiara Lubich, la fundadora del Movimiento de los Focolares». En 1961, Lía Brunet llegó a la Argentina, allí, en el corazón de la “Pampa Argentina” (en la Provincia de Buenos Aires), nació la ciudadela que hoy lleva su nombre. Fue allí donde también Elizabeth pudo experimentar el ideal de un mundo unido.   Fuente: United World Project

Evangelio vivido: “Te basta mi gracia”

En el comedor Había un colega que nunca venía al comedor. Por su carácter beligerante casi no tenía amigos. Un día le insistí que vinera y como respuesta me confió el drama que estaba viviendo con su hijo drogadicto. Lo escuché profundamente, después vino conmigo a comer. Los colegas, viendo la cordialidad con la que hablábamos entre  nosotros, desde entonces asumieron hacia él una actitud de respeto. O.F. – Eslovaquia Un regalo En la oficina donde trabajo me ofrecí junto con otra colega, a recoger el dinero para comprar un regalo para un empleado que estaba por pensionarse. Cuando había que comprar el regalo, la colega me dijo que bastaba gastar la mitad de la cifra y que el resto nos lo podíamos dividir entre nosotros. Le contesté que no me parecía justo, pero ella replicó que esa era la costumbre. Me quedé en silencio, haciéndole entender que no pensaba de ese modo. Poco después vino a pedirme disculpas, y desde ese día nos hicimos amigas. F.M. – Italia Una rosa y una promesa Desde hace tiempo me ocupo de mantener abierto el oratorio de la parroquia para que los chicos tengan un lugar donde reunirse cuando están libres de la escuela. El compromiso no es poca cosa. A veces entre los chicos se desencadenan peleas y no siempre es fácil devolver la calma. Una vez, por separar a dos que estaban peleando, recibí un golpe destinado a uno de los dos. Por el susto ambos se escaparon. Pero poco después, el que involuntariamente me golpeó regresó con una rosa y la promesa de ser más bueno.  F.B. – Suiza Pasantía Mientras yo estaba haciendo la práctica en el hospital me llamó la atención un paciente. Leí su expediente clínico y me entere que, debido a la diabetes, le habían amputado un dedo y medio pie. Lamentablemente la situación se había agravado y los médicos habían decidido amputarle toda la pierna. Asumí la situación y decidí hablarle de la próxima operación. Él se desesperó y yo traté de consolarlo. «Mira – le dije – tengo un regalo para ti, no es algo material». Juntos leímos la Palabra de Vida. Al día siguiente, cuando lo estaban llevando a la sala de operaciones, me vio y me dijo: «Tengo fe. ¡Creamos juntos!».  C. – Argentina En voz baja Quería restablecer la relación con mi hermana con quien habíamos tenido una diferencia, pero nunca encontraba el valor y no me decidía. Al día siguiente de una noche de lucha, la encontré en la cocina y le dije “hola”, pero tan bajo que ella no escuchó. Pensé para mí mismo: «Ahora tengo que repetirlo más fuerte», pero también pensé pero no, y «mi amor propio…». Volví a decir “hola” con voz fuerte y convencida. Ella se quedó sorprendida y nos sonreímos.  D.B. – Italia

Jesús pasa, y los jóvenes lo siguen

Jesús pasa, y los jóvenes lo siguen

«Para seguir a Jesús hay que ser jóvenes, o hacerse jóvenes. Él nos pide incluso que nos volvamos como niños: todos los días, en todo momento, liberándonos de la enfermedad de la senilidad espiritual. Que si el espíritu envejece, de alguna manera se anquilosa, y como tal no se presta ya a volar. Por lo tanto, cada vez hay que renacer, recomenzar, hacerse un hombre nuevo: Jesús. Se dice a menudo, como un lugar común, que la juventud de nuestro tiempo es escéptica, o incluso cínica… Si ello es cierto, se trata sólo de una pose, o tal vez de una moda, en las que pesa el asombro, mezclado con el estupor, de una generación que ha nacido a la vida en medio de un derroche inhumano y enorme de energías para fabricar la muerte. Un asombro que aumenta al ver la ignorancia con la que se insiste en el error, mientras se siguen introduciendo en la convivencia los explosivos de un maquiavelismo especulativo y ruin. Es el materialismo que asusta o desilusiona, o frena a esta juventud, que, por naturaleza, reacciona frente a un tenor de vida hecho sólo de cálculos económicos, sólo de diversiones sensoriales, sólo de lucha por el estómago… Ésta es la lección divina de esta crisis humana, en la que derramamos ríos de lágrimas, de tinta y de coca-cola: no se puede vivir sin lo absoluto. Jesús pasa, y los jóvenes lo siguen si lo ven: si el verlo no está impedido por el surgimiento de criaturas humanas, soberbias, o sea que se sienten más que los demás por dinero o poder político… Si los jóvenes descubren, tan sólo apenas, el rostro juvenil, puro y divino de Jesús, dejan padre y madre, noviazgo y dinero, comodidades y lisonjas, y lo siguen, primero por los senderos del apostolado y después por los del calvario. Ellos quieren a Cristo, y a Cristo crucificado. A Cristo entero, todo en todos: un único ideal. Y quieren su espíritu, que es la caridad: esa sangre divina, que vence a la muerte; que es inteligencia y sabiduría y vínculo de unidad.» Igino Giordani

Acoger es el primer paso

Acoger es el primer paso

A los pies de dos pequeñas montañas, en el corazón de Argentina, en encuentra La Falda, una pequeña ciudad de la provincia de Córdoba, situada en una dulce colina, que forma parte del famoso circuito turístico del Valle de Punilla. Aquí vivía, hasta hace cuatro años, la familia Bongiovanni, Esteban y Victoria, junto con sus dos hijos. Después, en forma inesperada, se transfirieron a San Marcos Sierras, un poco más al norte. Como respuesta generosa a la solicitud de ir a vivir al Hogar Sierra Dorada, una casa de acogida para menores que a su joven edad ya cargan con demasiados y graves problemas. Son historias de maltrato, violencia, abandono, desnutrición. Actualmente el centro hospeda a 28 chicos. «Antes de llegar al Hogar, tenía un pésimo concepto de las casas de acogida para los menores, las imaginaban así como las que se ven en las películas, donde los jóvenes y los niños son agredidos o maltratados. En cambio encontramos una realidad muy distinta, como de una gran familia. Nos esforzamos en mejorar su situación y ayudarlos a vaciar desde dentro de la violencia y las condiciones en las que han vivido, de modo que comprendan que lo normal, a su edad, es vivir en paz, jugar y estudiar». La Casa está la provincia de Córdoba, fue fundada hace casi veinte años por Julio y Patricia y es sostenida por una fundación sin fines de lucro, que trabaja con verdadero espíritu cristiano. Su objetivo es mejorar las condiciones de vida de los chicos y ayudarlos a reintegrarse en su contexto familiar o en el de familias adoptivas. Al inicio Julio y Patricia Laciar no tenían nada, sólo el deseo de querer mejorar la situación de muchos chicos. Poco a poco, gracias a la solidaridad de muchas personas, esta realidad fue creciendo; hoy la Fundación Sierra Dorada administra cuatro Casas-Laboratorio: San Marcos Sierras (donde viven Victoria y Esteban), Embalse de Río Tercero, Rumipal y Salsipuedes, además de distintos programas de acompañamiento familiar, las becas para los voluntarios y otras numerosas actividades. Sentados alrededor de la mesa del comedor de externo, Victoria y Esteban explican: «Muchas personas demuestran una gran solidaridad, especialmente desde que empiezan a cultivar una relación con los chicos. Hay jóvenes extranjeros que vienen para hacer pasantías en trabajo social, pero también hay estudiantes universitarios argentinos. Nuestro trabajo empieza con la acogida. Desde que llegan, tratamos de ofrecerles contención, de darles amor, como una mamá y un papá. Con la ayuda de un equipo de psicólogos, tratamos de ayudarlos a dar un orden a sus vidas. Empezando por el uso del cepillo de dientes, el baño diario, el uso de ropa limpia, hasta educarlos para que sean responsables con sus tareas y las de la escuela». Con una gran sonrisa, Victoria elige unas diez historias que podría relatar. «Hace algunas semanas fuimos todos a un hotel, donde nos invitaron a pasar el fin de semana. No había tendido mi cama pensando que estaba en un hotel. Pero me di cuenta de que los chicos habían dejado sus habitaciones en perfecto orden, y también los baños estaban impecables. Entonces regrese de prisa para arreglar mi cama, porque me di cuenta de que sólo yo no la había hecho». «Tratamos de vivir bien esta vocación de servicio. Pero, ciertamente, no siempre es necesario dejar todo, la propia ciudad, la propia casa, para ir a vivir en una casa con los niños. El servicio se puede vivir en todas partes, con quien está a nuestro lado. A partir de las cosas más pequeñas, como ceder el lugar a una persona anciana en el autobús, o manejar sin agresividad. A partir de los pequeños gestos se difunden las buenas acciones». Y concluye Esteban: «Hemos entendido que Dios no nos abandonará nunca si hacemos las cosas bien, sin esperar nada a cambio, con humildad y confianza. La realidad es que haciendo así… funciona». Fuente: United World Project

Una semilla lanzada lejos

Una semilla lanzada lejos

Chiara Lubich está entre las mujeres italianas más estimadas y por eso digna de ser recordada, según afirman en el Comité organizador de la “Italian week”. En el festival que dura diez días, y que se realiza en Ottawa, capital de Canadá, del 6 al 25 de junio pasados, figuran nombres ilustres que simbolizan la cultura italiana, desde Giacomo Puccini a Sophia Loren, de Vittorio De Sica a Alda Merini. Fue inesperada la propuesta del Comité de incluir también a Chiara Lubich entre las mujeres italianas a celebrar. Ante la propuesta, la comunidad de los Focolares se preguntó: ¿cómo presentar el carisma de la unidad en una sociedad multicultural y multireligiosa, constantemente en búsqueda de soluciones de convivencia pacífica y respetuosa de todas las diversidades? ¿En una sociedad, en donde la relación con los aborígenes sigue siendo un desafío siempre abierto, con una serie de contradicciones y consecuencias a nivel relacional y social? «Durante el período de preparación del evento –explican entre otros Fernando y Lucie- supimos que algunos musulmanes de Montreal, discípulos del Dr. Shomali, habían participado recientemente en un Congreso promovido por nosotros en Castelgandolfo, cerca de Roma. Ante el deseo de trabajar juntos, dieron su disponibilidad para ofrecer su testimonio». El 16 de junio, escriben, «la sala San Marco, en el centro de la “Little Italy” de Ottawa, empezó a poblarse de personas provenientes de África, de Asia, de Medio Oriente y, naturalmente, de Italia y de Canadá, estaba también presente el Nuncio Apostólico, Mons. Luigi Bonazzi, y el Ministro Fabrizio Nava, en representación de la Embajada italiana». Fueron distintas las experiencias que en ese contexto daban testimonio de la actualidad del carisma de Chiara Lubich. Empezando por la de Jaques, un focolarino que vive en Toronto y es “pionero” de la difusión del ideal de la unidad en Canadá, después de un encuentro casual con dos italianos en Vancouver. Después fue el momento de Anne, gerente de una empresa turística con un nombre emblemático, “Spiritours”, quien habló del descubrimiento de la Economía de Comunión como una posibilidad para vivir concretamente el Evangelio, también en la empresa. Después tomó la palabra María, una focolarina brasileña que está en Montreal, quien dio su testimonio del encuentro con los aborígenes de Wati, en el Gran Norte. Junto con otras cuatro personas, el año pasado, transcurrieron un mes con ellos por solicitud de la Iglesia local. Y también: Edwige, originaria de Togo, quien actualmente vive en Rimouski, en la provincia de Quebec. Después de haber sido una de las primeras estudiantes del Instituto Universitario Sophia de Loppiano, en Italia, empezó a poner a la persona en el centro, y por este estilo de vida suyo, recientemente obtuvo una mención honorífica, normalmente reservada a los docentes de la Universidad que frecuenta actualmente. Después fue el momento de Fátima, quien junto con Mostapha ofreció una experiencia de diálogo entre musulmanes y cristianos, que están en contacto con el carisma de Chiara. «Una de las lecciones más importantes que he aprendido –dijo- es que la unidad es un don de Dios y que una manifestación de la unidad es la armonía en la diversidad». Al final el Nuncio de Canadá, Mons. Luigi Bonazzi, quien se encontró varias veces con la fundadora de los Focolares, contó a los presentes que en el lejano 1975 hizo con ella el pacto de “amar siempre” a pesar de las dificultades, un pacto que siempre lo ha sostenido en su intensa actividad diplomática. Al final del programa propusieron el discurso de Chiara Lubich pronunciado en Washington en el 2000, sobre el tema “el arte de amar”. «Gracias a este evento –concluyen- difundido a través de las redes sociales y de distintos sitios web, la semilla de la espiritualidad de la unidad se ha lanzado lejos también en Canadá, y promete nuevos frutos».

Hindúes en  Loppiano y Asís: encuentro de mentes y corazones

Hindúes en Loppiano y Asís: encuentro de mentes y corazones

«Nuestra delegación hindú-cristiana llega al Instituto Universitario Sophia de Loppiano para profundizar el conocimiento de su original experiencia, y también para conmemorar el décimo quinto aniversario del regalo del cuadro de la Virgen María, pintada por un artista hindú, que domina una de las paredes laterales de la Theotokos, el Santuario de la ciudadela. Los momentos de intercambio con profesores y algunos estudiantes de Sophia son muy ricos. Los académicos indios muestran un gran interés por los estudios que tienen que ver con la formación al diálogo, en una dimensión interdisciplinaria. Momentos de diálogo e interacción profundos permiten el conocimiento recíproco y revelan consonancia entre algunas instituciones que se inspiran en Mahatma Gandhi y Sophia. Se espera que pronto se pueda introducir, en el Instituto Universitario con sede en Loppiano, también estudios y profundizaciones acerca de la figura de este apóstol del diálogo. Un seminario muy interesante, sobre Teología y praxis del diálogo, se lleva a cabo en presencia, no sólo de los estudiantes y de la delegación hindú, sino también de otros jóvenes y adultos de la ciudadela. El tema es vital, pero al mismo tiempo desconocido para muchos. Al atardecer, en el Santuario Theotokos, los hindúes, en procesión, llevan ramos de flores y guirnaldas a la imagine de María, mientras el grupo musical Gen Verde canta un himno. Reverencias y solemnidad crean un clima espiritual profundo. Siguen algunas oraciones espontáneas en sánscrito, tamil e inglés. Luego, el momento sagrado del silencio. El silencio es parte del ser oriental. ¡Qué incómodo es, en cambio, para Occidente! Casi como si no estuviésemos acostumbrados, o por miedo a tener que enfrentarnos con nuestro propio ser. Cuando las culturas y las religiones se encuentran con hombres y mujeres de fe genuina no es necesario recurrir a componendas, sincretismos o anomalías de cualquier tipo. Todo gesto, toda palabra, todo silencio habla de Absoluto, cada uno lo escucha en la propia longitud de onda, pero las vibraciones – como las llaman los indios – son las mismas y llegan hasta el fondo del corazón». Última etapa, Asís. «Llegamos alrededor de las 10.30 de la mañana. Subimos a pie hacia la basílica de San Francisco y desde allí seguimos hasta el cementerio. No puedo hacer a menos que recordar el otoño de 1997, pocas semanas después del terremoto que había golpeado con fuerza la ciudad y había causado muchas víctimas. En esos días habíamos subido a estas colinas con Vinu y Ashok, hijos del Dr. Aram, educador gandhiano, fallecido algunos meses antes. Había querido que parte de sus cenizas fueran llevadas a la patria de San Francisco, que admiraba mucho, y por ello recitaba su oración de paz todas las noches: Señor, hazme un instrumento de tu paz. La peregrinación sigue hacia la cripta de la Basílica, en donde participamos de la oración de la “hora sexta” de los frailes, delante de la tumba de San Francisco. Gran recogimiento, en una atmósfera de fraternidad y espiritualidad. Nuestros amigos siguen en un silencio profundo nuestra oración: un signo de respeto y valorización de la oración de los demás como si fuera la propia. La historia de San Francisco, hombre de paz y de diálogo, sigue atrayendo a hombres y mujeres de todas partes del mundo y de toda creencia religiosa. Asís es realmente el lugar ideal para el diálogo». Fuente: blog de Roberto Catalano

En Tonadico con los hindúes

En Tonadico con los hindúes

«Después de tres años, aquí estoy nuevamente en Tonadico, en el valle de Primiero (Italia del Norte). Con nosotros están los amigos hindúes, que han venido de la India para una “peregrinación” a las fuentes del carisma de la unidad. Son viejos conocidos, sobre todo del mundo académico, con quienes desde hace años compartimos momentos de estudio y de vida, el último de los cuales en enero pasado, cuando estuve en Mumbai. Es una alegría volverse a encontrar juntos. Son personas fascinadas por Chiara Lubich, que quieren profundizar en el conocimiento de su experiencia mística. Y ¿qué ambiente puede ser más apto que Tonadico, en donde Chiara en 1949 tuvo una extraordinaria experiencia de luz? El encuentro empieza con una profunda comunión en un gran espíritu de familia. La mística une las religiones en lo más profundo. Los caminos que cada religión recorre, con los medios que pone a disposición, conducen al corazón del Misterio, único para todas ellas. Los caminos y los instrumentos son distintos, pero el punto de llegada es el mismo, por eso en la mística hay convergencia y nos encontramos unidos. Los lenguajes y las formas, también, son muy diferentes, pero los símbolos son comunes: el sol, la llama, el oro, la nada, el todo… y a través de ellos nos entendemos. Sabemos que “el Camino” es Jesús, pero él, de la manera que sólo él conoce, se hace “Caminante” con todos y conduce a todos al Padre. Entonces, ¡nos deseamos un buen viaje!» El Padre Fabio Ciardi es profesor en el Instituto de Teología de la vida consagrada “Claretianum” (Roma) y director del Centro de estudios de los Misioneros Oblatos de María Inmaculada. Actualmente es responsable de la Escuela Abba, Centro de estudios interdisciplinarios fundado por Chiara Lubich en 1990, con el aporte del obispo Klaus Hemmerle (3 de abril de 1929 – 23 de enero de 1994), conocido teólogo y filósofo. Su objetivo es profundizar el carisma de la unidad desde diferentes puntos de vista. Fuente: Blog F. Ciardi


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