Movimiento de los Focolares
Living Peace Internacional cumple 10 años

Living Peace Internacional cumple 10 años

Nacido en 2012, el proyecto de educación para la paz “Living Peace” promueve una cultura de paz y fraternidad. Involucra a más de 1.000.000 de jóvenes, adolescentes y niños de 130 países del mundo y está inspirado en el arte de amar de Chiara Lubich. El 5 de febrero de 2022, un evento on line en el canal de Youtube de Living Peace International celebrará su décimo aniversario. “Estaba dando clases en una escuela estadounidense en El Cairo, en Egipto y allí nació esta idea de contribuir a la paz y su cultura para responder a los muchos desafíos que se vivían en Medio Oriente”. Así comienza la historia de Carlos Palma, focolarino y docente, creador del proyecto “Living Peace”, nacido el 5 de febrero de 2012 con el objetivo de promover una cultura de paz, fraternidad y solidaridad. Hoy, después de 10 años, este camino de educación para la paz se ha desarrollado en todo el mundo. Es promovido por la Asociación AMU – Acción por un Mundo Unido, una organización sin fines de lucro en asociación con Teens4Unity y New Humanity, involucrando a más de 80 organizaciones internacionales y más de 1000 escuelas y grupos, involucrando a más de un millón de adolescentes, jóvenes y niños. El 5 de febrero de 14:30 a 16:00 (UTC+1) en el canal de YouTube de Living Peace International con motivo del décimo aniversario del proyecto, se realizará un evento on line traducido al inglés, español, portugués, francés e italiano. “Living Peace” se basa en el “Dado de la Paz” en cuyas caras no hay números, sino frases que ayudan a construir relaciones de paz entre todos. Está inspirado en los puntos de “El arte de amar” que Chiara Lubich había propuesto años antes, con un dado, a los niños del Movimiento de los Focolares. Junto al Dado, se propone también el “Time out”: a las 12 h todos los días, en cada franja horaria, un momento de silencio, de reflexión o de oración por la paz. Nacido inicialmente para las escuelas primarias, pronto se desarrolló también en las escuelas secundarias, llegando a universidades, movimientos juveniles, asociaciones, fundaciones, prisiones, comunidades religiosas, centros de formación artística, etc. ¿Qué significa educar para la paz? La Constitución de la Unesco afirma: “Puesto que las guerras comienzan en la mente de los hombres, es en la mente de los hombres donde deben construirse los baluartes de la Paz”. Educar para la paz no es una disciplina adicional, sino hacer de cada área formativa un instrumento de paz, un camino en el que se desarrolle la creatividad y la autonomía de las niñas y niños y adolescentes frente a los problemas y conflictos, aprendiendo a dialogar. Educar para la paz significa, por tanto, promover acciones concretas por la paz y la reconciliación desde las escuelas y llegando a todos los centros de formación posibles. “En 2013 fui nombrado embajador de la paz por el Círculo Universal de Embajadores de la Paz (Francia/Suiza), nos cuenta Carlos Palma. Dos años después nació la idea de nombrar también jóvenes embajadores de la paz de entre 6 y 25 años. Hoy son 600 jóvenes embajadores en todo el mundo que portan el ‘Dado de la Paz’ por todas partes, protagonistas de las más variadas acciones en todos los campos. También se ha convertido en un tema de estudio y de profundización en algunas universidades. Gracias a los jóvenes embajadores, se creó el “Dado por la Paz” en braille para personas ciegas y se creó el formato Peace Got Talent que, siguiendo el ejemplo del formato televisivo conocido en varias partes del mundo, da espacio a jóvenes talentos para promover paz”. Luego llegó la pandemia. “Pero a pesar de ello – concluye Carlos Palma – los jóvenes han seguido y siguen de mil maneras, a través de la web y las redes sociales, promoviendo la paz y la fraternidad”. Para obtener más información, visite el sitio web en este link.

Lorenzo Russo

Fue definido el procedimiento de apoyo a las víctimas de abusos del ex focolarino francés J.M.M.

Para mantener el compromiso con las víctimas de J.M.M., ex focolarino francés condenado por abusos a menores, el Movimiento de los Focolares ha elaborado un procedimiento de ayuda psicológica que se ofrece a las víctimas que deseen utilizarlo. Este servicio (véase el anexo) se ofrece como parte de la encuesta independiente realizada por GCPS Consulting, que escuchó las opiniones de algunas víctimas.  Obviamente, esta ayuda es un primer paso hacia los compromisos que el Movimiento quiere asumir para el futuro y tras la publicación del informe de GCPS Consulting. En este sentido, el Movimiento de los Focolares ha reconocido que la Red Simon es un instrumento adecuado para acoger, escuchar y acompañar a las víctimas y a las personas afectadas por estos sufrimientos. La Red Simon está formada por psicoterapeutas, psiquiatras y acompañantes espirituales dispuestos a ofrecer un itinerario psicológico o psiquiátrico en las diferentes etapas de la investigación a quienes lo necesiten o lo soliciten. El acuerdo entre el Movimiento de los Focolares y la Red Simon pretende que las víctimas puedan utilizar este servicio lo más cerca posible de su lugar de residencia (la red cubre la mayor parte de Francia). También es posible, para aquellos que no deseen utilizar esta red de apoyo proporcionada por el Movimiento de los Focolares, recurrir a otros profesionales de su confianza. En cualquier caso, tanto los profesionales de la Red Simon como los de confianza de las víctimas individuales, acordarán todos los aspectos del proceso de acompañamiento psicológico o psiquiátrico con un profesional independiente identificado por el Movimiento de los Focolares en la persona del Dr. Alexis Vancappel, que asumirá el papel de coordinador de este aspecto. El Dr. Vancappel es psicólogo, especializado en terapia cognitiva conductual y neuropsicología. Trabaja como psicólogo clínico en la Clínica Psiquiátrica Universitaria del CHU de Tours. – Es miembro del Centres experts dépression résistante (CEDR), Fondation Fondamentale, Red nacional multidisciplinar, dedicada a la investigación de la depresión resistente. – Miembro del Laboratorio Inserm, Equipe Imagerie et Cerveau – Laboratorio médico dedicado al estudio de la neuropsiquiatría funcional. – Miembro del Laboratorio Qualipsy – Laboratorio de Psicología dedicado al estudio de la calidad de vida.

Los detalles relativos a otros compromisos asumidos por el Movimiento de los Focolares con las víctimas, incluida la indemnización por daños y perjuicios, se acordarán después de que GCPS Consulting publique su informe, previsto en el primer trimestre de 2022.

Stefania Tanesini

Adjunto: Procedimiento de apoyo psicológico a las víctimas

Chiara Lubich: La unidad

En esta ocasión nos detenemos en la piedra angular fundamental de la Espiritualidad de la Unidad. Chiara Lubich nos muestra el camino para obtener la gracia de la unidad del Padre. Aquí, en este punto típico nuestro, está implícito ese “algo más” de lo que es requerido, en general, en las espiritualidades individuales, al menos a lo largo de su historia. Ese “algo más” que, como sabemos, es reciprocidad y unidad. La unidad. Pero ¿qué es la unidad? ¿Se puede realizar la unidad? La unidad es lo que Dios quiere de nosotros. La unidad es realizar la oración de Jesús: “Padre, que sean uno como tú y yo. Yo en ellos y tú en mí, para que sean uno” (Cf. Jn 17, 21). Pero la unidad no se puede realizar solo con nuestras fuerzas. Puede realizarla solo una gracia especial, que desciende del Padre si encuentra una disposición especial en nosotros, un requisito preciso y necesario. Este requisito es el amor recíproco, ordenado por Jesús, puesto en práctica. Su amor recíproco, el que Él quiere y que –como sabemos– no es simple amistad espiritual, o estar de acuerdo, o buen entendimiento. Es amarse unos a otros como Él nos amó. O sea, hasta el abandono: hasta el desapego completo de las cosas y de las criaturas, materiales y espirituales, para poder “hacernos uno” con los otros recíprocamente, perfectamente. De esta manera hacemos nuestra parte y estamos en condiciones de recibir la gracia de la unidad, que no faltará, que no puede faltar. […] Debemos recordar que en nuestra espiritualidad comunitaria hay una gracia más; que el Cielo se nos puede abrir a cada momento; y nosotros, si hacemos lo que Él nos pide, invadidos por esta gracia, podemos hacer mucho, mucho por el Reino de Dios. […] Durante el próximo mes ¡esforcémonos por obtener siempre este regalo! Y no lo esperemos solo para ser felices, sino para estar capacitados para nuestra típica evangelización. Ya saben cuál es: “Que sean uno para que el mundo crea” (Jn 17, 21). En el mundo hay mucha necesidad de fe, de creer. Y todos estamos llamados a evangelizar. […] Que cualquier persona que observe a dos o más de nosotros unidos (en el focolar, en los núcleos, en las unidades, en nuestras reuniones o casualmente juntos) quede impactado por un rayo de nuestra fe y crea: crea en el amor porque lo ha visto. Empecemos ya. Esto quiere el Señor de nosotros. Lo quiere a través de nuestro carisma impreso en nuestros Estatutos: La unidad es la premisa de cualquier otra voluntad de Dios. Luego podremos también hablar para difundir el Evangelio. Pero solo después.

Chiara Lubich

(Chiara Lubich, Conversazioni, Cittá Nuova, 2019, p. 523-524) https://youtu.be/PqxbaGBkeo8

Jornada Gen Mundial: Juntos por un bien más grande

Los Gen, jóvenes de los Focolares, apuntan a la santidad. Son jóvenes como todos, con sus alegrías,  dolores,  sueños y dificultades.  Pero saben que a una meta tan audaz no se llega de un día para otro. Se construye momento tras momento y no solos, sino juntos. Lo expresaron a través de sus testimonios de vida,  canciones y relatos en una jornada mundial donde se reunieron durante más de dos horas, el domingo 19 de diciembre de 2021. Margaret Karram, Presidente de los Focolares, en su saludo los invitó a estar atentos y construir con todos relaciones auténticas, profundas, deteniéndose ante cada prójimo para descubrirlo “aquí y ahora”. Les damos la palabra a ellos mediante esta selección de experiencias de vida contadas durante la jornada. Unidad en la diversidad La República de Indonesia reconoce algunas religiones oficiales: el Islam, el Cristianismo, el Hinduismo,  el Budismo, el Confusionismo, y las creencias tradicionales. La población más numerosa es musulmana. Esta diversidad hace que el diálogo interreligioso sea un diálogo de la vida cotidiana. Actualmente estoy haciendo una Maestría en Ciencias Farmacéuticas. En la universidad encuentro muchos amigos provenientes de las distintas islas, pertenecientes a distintas religiones. Algunas de ellas son muy cercanas, son como mis hermanas. Yo soy cristiana católica,  mi amiga de al lado es hindú y las otras son musulmanas. Durante el mes de Ramadán, a menudo acompaño a mis amigos a romper el ayuno. Una vez las invité a romperlo juntos en el Focolar. Se sintieron muy amados. Después de ese encuentro, uno de ellos escribió en su perfil de Instagram: “No tenemos el mismo background, ni religión,  ni edad, tampoco provenimos del mismo país, pero tenemos un sueño, crear una casa mejor para todos, esperar y rezar por un futuro próspero. Esperamos en un mundo universal, como dice el lema de nuestro país, “Bhineka Tunggal Ika” – “Unidad en la diversidad”. Vivo en una residencia donde la mayoría de las chicas son musulmanas. Cuando me transferí ahí, al principio me tenían miedo, porque parecía muy seria y la mayor parte de ellas nunca habían vivido con personas no musulmanas. Un día tenía muchos dulces así que pensé en compartirlos con ellas.  La relación entre nosotros está creciendo. Cocinamos juntas, comemos, hacemos deporte, jugamos juntas. Nuestra experiencia de convivencia ha expandido nuestro horizonte y estamos felices por ello. Tika (Indonesia) Amar más allá de nuestras fuerzas Tengo una hermana que estudia arquitectura. Desde hacía tres meses estaba dedicada a su trabajo de graduación trasnochado a menudo. Tenía que presentar un proyecto de una ciudad, preparar la documentación, la presentación y las maquetas. Normalmente los estudiantes recién ingresados ayudan a los avanzados, pero debido al COVID-19 mi hermana tenía que hacer todo sola. A un cierto punto me pidió ayuda a mí y a mi mamá. Le respondí con alegría: “¡Está bien! ¡Yo te ayudo!”. Sin embargo después pensé: “También yo tengo muchas tareas en este momento”. y me pregunté: “¿Habrá sido la decisión más sabia decirle que sí la voy a ayudar? Es una tarea importante para su graduación,  ¿lograré hacerla bien? ¿No sería mejor otra persona que conozca la materia?”. Sin embargo, viendo a mi hermana en dificultades pensé: “Si termino antes mis tareas voy a poder darle una mano”. Así, cada noche me quedaba ayudándola con sus tareas con todo el corazón, como si fueran las mías. Al final pudo entregar el trabajo concluido a tiempo, exitosamente. Me agradeció mucho y se sintió feliz por haber completado el trabajo, no solo ella, sino con la fuerza de todos. Sería mentira si dijera que ayudé a mi hermana al cien por ciento, sin quejarme, pero no me arrepiento de haberlo hecho, sentí mi corazón aliviado y contento. Además, dentro de mí sentí una pequeña alegría. Me vino a la mente la frase del Evangelio que dice: “Quien permanece en el amor vive en Dios y Dios vive en él”, y pensé: “¿Quizás Dios habrá vivido en mí?”. Rosa (Corea) Entre la guerra y la esperanza Estoy estudiando Ingeniería Informática. Desde niño trato de vivir la espiritualidad de los Focolares. En el último período sentía muy lejana la relación con Jesús y con María. Me preguntaba dónde está Dios y por qué Él permite las dificultades que vivimos en Siria, como la falta de electricidad, el aumento de los precios, la dura situación económica. Además, todo esto tenía incidencia en mi relación con los demás. Recientemente estuve un mes en Londres visitando a mis hermanas y participé en un fin de semana con los gen, los jóvenes de los Focolares. Esta experiencia me ayudó a encontrar muchas respuestas y a encontrarme a mí mismo viviendo la espiritualidad de la unidad. Nunca olvidaré el amor que encontré en los gen, un amor que llenó mi corazón… era como si nos conociéramos desde hacía mucho tiempo. Estas experiencias me impresionaron tanto que sentí que como consecuencia algo empezaba a cambiar dentro de mí. Cuando recién regresé a Siria también aquí había un congreso en el que puede participar. Por primera vez, debido a las difíciles situaciones de la guerra, después de 10 años logramos volver a encontrarnos. Fue una experiencia rica caracterizada por el amor recíproco y vivida como en una única familia. Experimenté que la paz interior crecía dentro de mí día tras día. Las experiencias vividas en esos dos fines de semana con los gen y las personas que encontré,  me dejaron una huella profunda en el corazón y me ayudaron a volver a ser la persona positiva que era, que mira hacia adelante con valentía. Existen períodos en donde, debido a la presión a la que estamos sometidos en la vida, perdemos la esperanza… es como si fuera el fin del mundo y ya no existiera nada. Pero si nuevamente experimentamos a Dios, Él con su gracia nos permite volver a Él y así descubrimos que las cosas difíciles que hemos vivido han sido como una pequeña participación nuestra a los sufrimientos de Jesús en la cruz. Nos damos cuenta que nuestros dolores son pequeños delante de Su sufrimiento vivido para redimirnos. Una cosa que siento que tengo que decir es que cuando vivimos momentos dolorosos en la vida, que parece que no tienen fin, ellos pueden terminar siendo luz, pero depende de nosotros pedir ayuda a Dios en la oración. Él siempre está dispuesto a ayudarnos y con gran esperanza podemos volver a empezar y también tener una relación cada vez más fuerte con Él. Paolo (Aleppo, Siria) Encontrar a los que más sufren Después del terremoto de hace dos años en Croacia decidimos emprender una actividad yendo a los lugares del epicentro. Buscando la mejor forma de poder ser útiles, el párroco de Sisak nos sorprendió, al pedirnos que colaboráramos con él preparando a un grupo de chicos para la primera comunión. Nos pusimos de acuerdo para ir todas las semanas durante algunos meses a la aldea de Capranske Poljane donde viven gitanos musulmanes y cristianos (ortodoxos y católicos). Con ellos estudiábamos el catecismo, hacíamos obras de teatro, juegos… A partir de estos encuentros nacieron relaciones bellísimas que continúan y siguen creciendo  también hoy. A través de los focolarinos también conocimos y visitamos una familia de Petrinja, que vive en una situación muy difícil (debido al terremoto pero también por la situación socioeconómica en la que se encuentran). Con la  ayuda de Cáritas logramos comprar material y herramientas para reparar su casa y para que pudieran regresar a trabajar. ¡En ellos renació la esperanza! En un encuentro con los gen sentí que tenía que dar un paso fuera de mi zona de confort -inspirado por el ejemplo de muchos en el mundo- quise “salir a la calle” para tratar de amar a los demás como a mí mismo. Un día fuimos a Sisak para hablar con el párroco de cómo seguir ayudando a la comunidad de gitanos y después fuimos a visitar a esta familia de Petrinja para llevarle algunas cosas de primera necesidad. Vimos cómo habían usado el dinero que habíamos recogido para arreglar su casa ¡que ahora es realmente acogedora! También les llevamos una laptop para que los niños puedan seguir sus clases on line. Me sentí como en mi casa. Había un lindísimo clima de familia. Aunque en ese momento no había hecho nada concreto por su situación, di lo que podía, a mí mismo con mi buena voluntad y un poco de mi tiempo. Estoy agradecido a Dios que me ha dado esta oportunidad de amar y quiero seguir amando porque he experimentado una alegría centuplicada que quiero compartir con los demás y ahora con ustedes. Thiana y Peter (Croacia)

Un alma gemela más allá del muro

Un encuentro capaz de superar grandes obstáculos; un salto en el amor que acerca y genera unidad. Bella Gal, una judía que vive cerca de Tel Aviv, cuenta sobre su amistad con E., una cristiana palestina. Hace algunos años tuve un encuentro muy interesante y profundo con una mujer palestina, cristiana, profesora universitaria, durante una conferencia en Jerusalén donde ella estaba dando un discurso. Su nombre es E. Ella ha criado sola a sus hijos, mientras su esposo estuvo en una prisión israelí durante 10 años. Fue puesto en libertad por problemas de salud y lamentablemente murió poco después. A pesar del sufrimiento, E. no desistió de vivir y educó a sus hijos, que ahora son profesionales, cada uno en su área de especialización. Su discurso era muy interesante, pero al mismo tiempo, muy triste. Al final del discurso, sin esperar la sesión de preguntas y respuestas, salí de la sala. No podía soportar escuchar su historia. Me recordó mi sufrimiento, mi primera infancia y mis padres que murieron durante el Holocausto. Quizás fue muy egoísta de mi parte, pero E. me dio un ejemplo y una lección muy importante para “hacer que cada encuentro sea provechoso”. Después de salir de la sala, fui a sentarme en la cafetería. De repente sentí que alguien puso una mano en mi hombro. Era E. quien me dijo: “Te he visto en mi conferencia y también te he visto salir al final. ¿Pasó algo? ¿Te he ofendido?”. Aunque E. tenía todas las razones del mundo para ser hostil conmigo, nos acercamos con gran compasión, dándonos cuenta de que ambas habíamos sufrido, pero habíamos encontrado nuestra fuerza interior, recogido los fragmentos y abrazamos esa situación. Después de hablar y llorar, E. y yo inmediatamente nos sentimos conectadas, y experimentamos un gran amor y aprecio mutuo la una por la otra. Hemos podido unirnos profundamente como mujeres y ver más allá de las diferencias de nuestra nación. A lo largo de los años, E. también ha ocupado importantes cargos políticos y esto históricamente es un logro importante para una mujer cristiana que vive en ese contexto. Hoy, debo admitirlo, E. es mi alma gemela más allá del muro.

Bella Gal

Una profundización sobre la unidad

Acaba de aparecer el libro “La unidad. Una mirada desde el Paraíso 49 de Chiara Lubich”, preparado por Stefan Tobler y Judith Povilus (Città Nuova, Roma 2021). Próximamente se publicará en otros idiomas. Un estudio polifacético que nos ayuda a comprender qué es la unidad, pilar central de la espiritualidad de los Focolares. “La unidad es nuestra vocación específica”[1]; “La unidad, por tanto, es nuestro ideal y no otro”[2]. Chiara Lubich conocía bien la misión de la obra al que había dado vida. Si “la unidad es lo que caracteriza al Movimiento de los Focolares”[3], éste está llamado a cuestionarse sobre la herencia que ha recibido y sobre cómo desarrollarse de manera creativa y fiel. ¿Cómo vivir hoy la unidad en los focolares, en los núcleos, entre quienes comparten la “Palabra de vida”? ¿Cómo seguir un camino con audacia y libertad que evite autoritarismos e individualismos, que permita el pleno desarrollo de los dones personales y la búsqueda de objetivos comunes? ¿Cómo recorrer el difícil camino de una comunión que requiere la salvaguarda de la autonomía legítima y la búsqueda de la identidad y la aceptación, la integración, la apertura a lo diferente? El tema pone el dedo en la llaga a toda la Obra. Al mismo tiempo, el legado de Chiara Lubich es mucho más amplio: la unidad concierne al mundo eclesial, las relaciones entre religiones, culturas, naciones… A petición del Centro Opera di María, la Escuela Abba se ha interrogado, desde hace algunos años, sobre este tema, partiendo, como es de su naturaleza, de la experiencia vivida por Chiara Lubich en los años 1949-1951. Así ha nacido el libro “La unidad. Una mirada desde el Paraíso 49 de Chiara Lubich”. Está dividido en tres partes. El primero, “Fundamentos”, ofrece una mirada global sobre la unidad desde un punto de vista bíblico, teológico y espiritual. Los escritos de Chiara están cortados con toda su profundidad y audacia. Tomados en su contexto, muestran la “lógica” divina, la de un Dios cuyo “interior” “no debe pensarse como un todo en el que desaparecen las diferencias, al contrario: Dios es el Uno precisamente siendo multiplicidad infinita”, una dinámica que se refleja en la creación. Como escribe Chiara, El Padre “dice: ‘Amor’ en tonos infinitos”, indicando la extraordinaria riqueza de las infinitas manifestaciones de su amor. La segunda parte del libro propone una lectura de algunos textos del Paraíso 49, para poner de manifiesto las intuiciones bases sobre la unidad. Así, páginas o fórmulas se iluminan con una nueva luz que el paso del tiempo o una perezosa repetición han vuelto en ocasiones incomprensibles o inaceptables. ¿Para vivir la unidad es necesario anular la propia personalidad o más bien el “don de sí mismo sin reservas, en la lógica de la vida de Dios que lleva a ‘correr el riesgo’ de ‘perder’ la propia”? ¿Qué significa vivir “según el modelo de la Trinidad”? ¿Hay una nivelación en la unidad o más bien la epifanía de la pluralidad? Se afrontan con claridad malentendidos que pueden llevar a una comprensión inexacta de expresiones como “perder”, “morir”, “anularse”, y se pone en evidencia la fecundidad de un amor exigente y total que conduce a la plena realización de uno mismo. “Se ha visto claramente – afirma Chiara – que cada uno de nosotros tiene una personalidad muy distinta, inconfundible”, que es “la palabra que Dios pronunció al crearnos”. La unidad aparece entonces dinámica, en constante evolución, creativa, necesitada del aporte de todos, respetuosa de cada uno y de todos. En este contexto, también se incluye la aportación y la posición única e irrepetible de la persona de Chiara como instrumento de mediación del carisma y fundadora. La tercera parte del libro se abre a diferentes disciplinas que se inspiran en los dictados de Paraíso 49 para una propuesta que concierne su campo específico. Esta última parte es la que requirió mayor atención metodológica. Dado que el lenguaje del Paraíso 49 es predominantemente de naturaleza religiosa, nos preguntamos cómo escribir un libro transdisciplinario en torno a una palabra multisemántica – unidad -, sin el riesgo de hablar de cosas diferentes y de mezclar lenguajes. Si las realidades sociales y los aportes académicos en los más diversos campos nacieron de un Movimiento y una espiritualidad que se definen de la “unidad”, esto significa que hay un denominador común, un punto de partida y una base estable que lo hace posible para todos, aun trabajando en los diferentes campos, reconocer un horizonte común en la unidad, incluso cuando se expresan en el lenguaje específico de su propia disciplina. Sólo se trazan unas pocas líneas intuitivas en ciertos campos de la vida social y del pensamiento que requerirán un mayor desarrollo. El libro es el resultado de un lento proceso de la Escuela Abba. Durante más de dos años, comenzando alrededor de 2017, el Paraíso 49 se ha leído a la luz de este tema específico. Cada una de las doce contribuciones lleva la firma de sus respectivos autores, quienes conservan su propio estilo, competencia y metodología específica. Al mismo tiempo es fruto de la comunión de todo en un grupo; una forma de trabajar que requería un ejercicio de “unidad” – ¡en consonancia con el tema mismo! – no siempre fácil, para acoger y comprender al otro en su diversidad, por procedencia de diferentes países, por diferentes formaciones científicas y áreas disciplinarias y metodológicas específicas. El libro se limita a leer algunas páginas del Paraíso 49. Por tanto, no pretende agotar un tema tan amplio y exigente, aunque, gracias a la profundidad de los textos de referencia, ofrece una gran riqueza de reflexiones y propuestas.

 Fabio Ciardi 

  1. L’unità e Gesù Abbandonato, Città Nuova, Roma 1984, p. 26.
  2. [2], p. 43.
  3. [3], p. 26.

 

Fue aplazada la publicación del informe sobre el ex-focolarino francés JMM

GCPS Consulting anunció en noviembre pasado una prórroga acerca de la difusión de los resultados de la investigación independiente para el primer trimestre de 2022. La investigación concerniente a los abusos sexuales por parte de JMM, exmiembro consagrado francés de los Focolares, está necesitando más tiempo del previsto. Lo anunció el pasado mes de noviembre en una nota GCPS Consulting, la sociedad consultora especializada a la que el Movimiento ha encomendado la investigación independiente. “El proceso de recopilación de información está extendiéndose mucho más allá del cronograma previsto -dice- y la Comisión está planeando entrevistas con personas clave dentro de los Focolares (…) también como parte de una revisión de las disposiciones de salvaguardia. Como nota positiva, esto demuestra que el proceso es minucioso y completo (…). Nuestro objetivo es publicarlo lo antes posible en el primer trimestre de 2022”. Al expresar su pesar por la demora, la Comisión encargada espera que “todas las partes interesadas comprendan que se ha ampliado el alcance del trabajo y que el objetivo es reflejar plenamente las voces de todos aquellos que han aportado pruebas y otras informaciones a la Comisión”.

Stefania Tanesini

Chiara Lubich: caminar a contra corriente

La Palabra de vida de este mes de enero de 2022 dice que los Magos llegaron a Belén siguiendo la estrella para honrar al Niño Jesús. También nosotros podemos honrarlo con nuestras opciones de vida, como propone Chiara Lubich en este fragmento. Tú estás en el mundo. Y ¿quién no lo ve? Pero no eres del mundo. Y esto supone una gran diferencia. Esto te clasifica entre quienes se nutren no de las cosas que son del mundo, sino de las que te expresa la voz de Dios dentro de ti. Esa está en el corazón de cada hombre y –si la escuchas– te introduce en un reino que no es de este mundo, donde se viven el amor verdadero, la justicia, la pureza, la mansedumbre, la pobreza; donde rige el dominio de uno mismo. (…) No es propia del cristiano la vida cómoda y tranquila, y Cristo no pidió y no te pide menos si quieres seguirlo. El mundo te embiste como un río arrollador, y tú debes caminar a contracorriente. Para el cristiano el mundo es una selva impenetrable en la que hay que mirar dónde poner los pies. ¿Y dónde hay que ponerlos? En las huellas que el propio Cristo te marcó cuando pasó por esta tierra, en sus palabras.

Chiara Lubich

(Chiara Lubich, en Palabras de Vida/1, preparado por Fabio Ciardi, Ciudad Nueva, Madrid 2020, pp. 109-111)

México: Visitas Virtuales a las comunidades cristianas

En estos días en los que en el hemisferio norte se celebra la Semana de oración por la unidad de los cristianos 2022, desde México nos cuentan cómo se ideó el proyecto ecuménico “Visitas Virtuales a las comunidades cristianas”, nacido hace un año para promover la unidad entre las distintas Iglesias. “México es un país con una mayoría católica. Viviendo la espiritualidad de la unidad, hemos descubierto el anhelo por la unidad de los cristianos y desde hace varios años cultivamos relaciones ecuménicas muy bonitas”. Son las palabras de Dolores Longi, esposa de Pablo, ambos voluntarios en el Movimiento de los Focolares, que desde hace años coordinan el diálogo ecuménico en México.  Junto a su hija Úrsula, focolarina, en febrero del año pasado, iniciaron el proyecto “Visitas virtuales a las comunidades cristianas” con la finalidad de extender el ecumenismo más allá de la Semana de oración por la unidad y empezar un camino de fraternidad y comunión de experiencias. Desde los comienzos, los objetivos de este proyecto han sido conocer cómo vive cada tradición y cómo expresa la fe dentro de la sociedad en la que está integrada; además de querer identificar la manera de colaborar por el bien de toda la sociedad. Úrsula, ¿cómo se han concretizado estas visitas virtuales y por dónde han empezado? “Para llevar adelante el proyecto se creó una verdadera Comisión Central formada por nosotros, el Oficial de Ecumenismo para la Iglesia Anglicana de México y Presidente del Consejo Interreligioso del país, el Secretario de la Comisión de Diálogo ecuménico e interreligioso de la Conferencia Episcopal Mexicana, una docente de “Teología Ecuménica” de la Universidad Pontificia de México y una de Ecumenismo en la Universidad Anahuac de la ciudad de  Querétaro, además de un sacerdote de la Conferencia de los Misioneros Ecuménicos. La primera visita fue a la Iglesia anglicana para luego pasar a las Iglesias católicas orientales. Todas nos donaron verdaderas “joyas” (la historia, los ministerios, el testimonio de fe y de caridad de jóvenes y adultos). En el encuentro con la Iglesia anglicana estaban presentes varios sacerdotes anglicanos y el Obispo anglicano emérito de Uruguay, Mons. Miguel Tamayo, que contó sobre los encuentros de Obispos de varias Iglesias promovidos por el Movimiento de los Focolares.  En cada una de nuestras “visitas virtuales” tuvimos un momento de diálogo en pequeños grupos, que nos dio la oportunidad de conocernos más y entablar relaciones de amistad con las personas de las diferentes Iglesias”. Pablo, ¿qué momentos relevantes hubo y qué tipo de afluencia se constató? “En el programa del año hubo un momento de oración en coincidencia con el día de Pentecostés (período en el que en el hemisferio sur celebramos la Semana de oración por la unidad de los cristianos) y otras siete Visitas Virtuales a distintas Iglesias el último jueves de cada mes, además de un festival ecuménico de lecturas bíblicas y cantos al comenzar el Adviento.  Para la difusión de la iniciativa en las redes sociales y con el objetivo de generar una comunidad ecuménica, abrimos canales WhatsApp, Telegram y Facebook, que en los primeros meses del proyecto alcanzaron a más de  10.500 personas de Ecuador, Perú, Argentina, Venezuela, Colombia, Costa Rica, Honduras y Estados Unidos, además de varias ciudades de México. Dolores, ¿qué les ha dejado esta experiencia? “Hemos quedado sorprendidos por la gran respuesta que esta iniciativa ha tenido y estamos muy contentos por haber hecho un aporte,  en nuestra medida, al crecimiento del espíritu de unidad en y entre nuestras Iglesias. Nos damos cuenta de que podemos realizar ya lo que el Concilio Vaticano II proponía en el número 5 de la Unitatis Redintegratio: ‘El empeño por el restablecimiento de la unión corresponde a la Iglesia entera, afecta tanto a los fieles como a los pastores, a cada uno según su propio valor, ya en la vida cristiana diaria, ya en las investigaciones teológicas e históricas. Este interés manifiesta la unión fraterna existente ya de alguna manera entre todos los cristianos, y conduce a la plena y perfecta unidad, según la benevolencia de Dios’ ”.

Maria Grazia Berretta

Chiara Lubich en diálogo con el mundo: la palabra se hace regalo

El 21 de enero de 2022 tendrá lugar en el auditorio de la sede internacional del Movimiento de los Focolares (Rocca di Papa – Italia) la presentación del libro ‘Chiara Lubich en diálogo con el mundo, perspectivas interculturales, lingüísticas y literarias en sus escritos’, editado por la casa editorial Rubbettino. “Los escritos de los autores y autoras definidos ‘maestros del espíritu’ a menudo son “considerados solamente como libros de edificación espiritual (…) ofrecidos al público en versiones antológicas y a las que se suman breves críticas literarias. Pero en realidad a menudo se trata de obras de gran valor literario, testimonio de una lengua viva, creativa y valiente[1]”. Con estas palabras, Anna Maria Rossi, lingüista, docente, colaboradora del Centro Chiara Lubich, introduce al lector dentro de un camino de conocimiento, el que propone el libro “Chiara Lubich en diálogo con el mundo, perspectivas interculturales, lingüísticas y literarias en sus escritos”  (editado por Rubbettino) de cuyo texto estuvo a cargo junto a Vincenzo Crupi. Esta obra recoge las ponencias presentadas durante el Congreso homónimo, que tuvo lugar en Trento (Italia) del 24 al 25 de septiembre, con ocasión del centenario del nacimiento de Chiara Lubich. La propuesta de publicar este libro “fue acogida con mucho agrado y sin reservas porque responde perfectamente con la línea de la colección ‘Iride’ de la Editorial Rubbettino, nacida con el objetivo de ‘convertirse en un punto de encuentro para estudiosos italianos y extranjeros que permita  responder a una exigencia de información dialéctica’ sobre las mejores producciones en el campo de la crítica literaria, de la lingüística y de la filología” afirmó Rocco Mario Morano, Director de la colección. “El volumen sobre Chiara Lubich -continua- suma a esta área de investigación, el prestigio de la vastedad y profundidad del análisis que se puede encontrar en los ensayos de los 25 estudiosos que, desde distintos lugares del mundo, hicieron fructificar sus experiencias de lectura y su propia sensibilidad y competencias desde varios ámbitos disciplinarios que son su objeto de estudio”. Para describir su experiencia espiritual, Chiara Lubich como autora, agrega Moreno, presta una atención especial al utilizar “modelos de escritura siempre consonantes a la exigencia primaria de comunicar sus impulsos interiores y su pensamiento, impregnado de una elevada espiritualidad y de una gran religiosidad (…). A partir de aquí se deriva además la exigencia de someter sus textos a revisiones continuas para permitir a quien los lee el penetrar los significados más profundos en todos sus matices (…), un refinamiento que no prescinde nunca (…) del deseo vivo y de la alegría inmensa de donar la Palabra como acto de amor a todos los hombres de buena voluntad del mundo entero, independientemente de su credo religioso, político o filosófico”. El libro, que será presentado el 21 de enero de 2022 en la sede internacional del Movimiento de los Focolares, profundiza en la primera parte de la lectura de los textos escritos por Chiara Lubich entre 1949 y 1951, más conocidos como “Paraíso 49”. La palabra, mediante un atento análisis del texto y el estudio detallado del lenguaje místico, transmite el mensaje de una experiencia muy profunda que “mediante imágenes y metáforas -explica Anna Maria Rossi- ofrece elementos para hacer comparaciones intertextuales”. Pero la palabra es también vista como medio que conduce a un ideal, a la unidad. Por eso, la segunda parte del libro analiza escritos de Lubich que revelan su ser “mujer del diálogo”, dirigida siempre al otro, atenta a la dimensión multicultural de sus interlocutores; una mujer capaz de edificar con la palabra, construir abatiendo las diferencias, viviendo plenamente el amor evangélico. Un amor que, incluso en el pasaje de un idioma a otro, mediante la delicadísima tarea de la traducción, prevé la confrontación, el intercambio con el otro, la existencia de una relación entre traductor y autor, como nos explica Regina Célia Pereira da Silva, Docente de Idioma Portugués de la Universidad para Extranjeros de Siena (Italia), especialista en Traducción, Estrategias y Tecnologías de la Información Lingüística: “Las palabras de Chiara no provienen de una simple teoría religiosa, sino que son el fruto de su vida real, concreta, que brota del encuentro con lo divino. Solo si el traductor hace la misma experiencia, del donarse diciendo, logrará comprender tales realidades, viviéndolas, no individualmente, sino en modo colectivo”. Con el fin de donar al mundo una experiencia tan fuerte respetando la voluntad del autor y eliminando toda posibilidad de ambigüedad en el lenguaje, no solo es útil expresarse en la misma lengua, sino que es necesario que el traductor done su idea, se vacíe, esté dispuesto a perderla; y es necesario que se establezca un diálogo entre “autor, traductor y los lectores del texto que -continua Regina Pereira-, y esto presupone una nueva dinámica que es típica de Chiara Lubich (…) la de penetrar en las necesidades del otro para compartirlas y si es posible dar el primer paso. Exige humildad y amor. La relación autor-traductor se injerta en una nueva comunicación basada en la nada que, porque es un vacío, acoge totalmente al otro con su identidad y bagaje cultural. El traductor o el lector entran en el texto, en el autor y adquieren su experiencia que los enriquece”.

Maria Grazia Berretta

[1] Rossi, Anna Maria in Chiara Lubich in Dialogo con il mondo, prospettive interculturali, linguistiche e letterarie nei suoi scritti, a cura di Anna Maria Rossi, Vincenzo Crupi, Rubbettino Editore, 2021, p. 11.

Chiara Lubich: Donde hay caridad y amor, allí está Dios

Comienza en el hemisferio norte la Semana de Oración por la Unidad de los Cristianos (18-21 de enero de 2022). Los cristianos de Oriente Medio, que han preparado las propuestas para esta semana, dicen: “El camino nuevo de las Iglesias es el camino de la unidad visible que perseguimos con sacrificio, valentía y audacia a fin de que, día tras día, “Dios reine realmente en todos” (1 Cor 15,28)”. En una entrevista realizada por la TV bávara en 1988 en Montet (Suiza), Chiara Lubich habló precisamente de cómo avanzar en el camino de la unidad de los cristianos. Si hablamos de unidad entre los cristianos, tenemos que pensar que el primer promotor no fue un cristiano de una o de otra Iglesia. Sabemos que es el Espíritu Santo el que empuja a los cristianos hacia la unidad. El programa, antes de estar en nosotros, está en Dios. Entonces, somos realmente personas prudentes y sabias si lo seguimos a Él y lo hacemos escuchando su voz que habla en nuestro interior y nos dice: da este paso, ahora da este otro. Las Iglesias se han situado en estas dos vías: construir la unidad en la caridad, el diálogo de la caridad, típico de Atenágoras y de Pablo VI y, además, el diálogo en la verdad entre las Iglesias, o también entre grupos de Iglesias. Estaría muy bien tener como base el ideal de la caridad, porque mediante la caridad se establece la presencia de Cristo en medio de nosotros. Donde está la caridad y el amor allí está Dios. Y bien, si Él está en medio de nosotros, puede sugerir e iluminar también a los teólogos sobre los caminos que llevan a la unidad y a encontrar una única verdad, una única verdad considerada, quizá, desde muchos puntos de vista. ¿Qué es lo que hace falta? Continuar en esta línea que las Iglesias han tomado, haciendo el diálogo de la caridad; y sobre este, el diálogo en la verdad, de la verdad. Con respecto a la unidad de la humanidad, veo que hay muchos impulsos hacia la unidad y un pequeño impulso es también el nuestro. Lo que pienso es que tienen que derribarse muchas barreras; si caen las barreras muchas cosas se resuelven (…) Si difundimos el cristianismo y lo reavivamos en nuestras Iglesias, si logramos testimoniar mejor a Cristo y difundimos principios cristianos mediante el diálogo con las otras religiones y con los hombres de buena voluntad, seguramente seremos cada vez más uno; Jesús vino a la tierra para construir la fraternidad universal. Pero el final lo conoce solo Dios.

                                               Chiara Lubich

 (Chiara Lubich, Una espiritualidad para la unidad de los cristianos, Città Nuova, 2020, p. 122-123)

Evangelio vivido: Dones preciosos

Donarse y dar lo que más queremos al otro es el gesto más grande que el hombre, saliendo de sí mismo, puede cumplir; es hacer la experiencia de los Reyes Magos que, desde el lejano Oriente, llegaron a la gruta trayendo dones preciosos para honrar al Rey de Reyes. La consecuencia de compartir Soy médico, estoy pensionada desde hace tres años. En los últimos años de mi actividad laboral, antes de la pandemia, desarrollé mi servicio en un centro de vacunación. El trabajo era muy intenso. Estaba bastante cansada y esperaba ansiosamente mi pensión. Con la llegada de la pandemia, y la campaña de vacunación general, se solicitó la disponibilidad de todas las fuerzas necesarias (incluso se convocó al personal médico y de enfermería en pensión), esto suscitó en mí la exigencia de volver al campo, y comprometerme concretamente para contribuir a frenar la ola que nos estaba arrollando. Empecé la campaña de vacunación en un gran centro. Era una empresa desafiante. Como médico me toca hacer la anamnesis de las personas antes de vacunarse y garantizar la idoneidad para una vacuna segura. Se trata de abrir el corazón, además de la mente y los conocimientos científicos y escuchar profundamente a cada persona que tengo delante, entenderla y acompañarla a tomar una decisión consciente sobre lo que es mejor hacer para su bien y el de la colectividad.  He podido compartir muchas situaciones dolorosas de enfermedades personales, de historias y sucesos familiares, de temores, ansias, desilusiones, de ideales y proyectos destruidos por la pandemia, de muerte de seres queridos, pero también de alegrías, de esperanza, de liberación, de valentía, de confianza en la ciencia y en la comunidad. Las expresiones que he escuchado que nos dirigen son: “gracias, nos han salvado, nos dan paz… no veía la hora de venir a vacunarme… estoy emocionada… me vacuno no solo por mí, sino por los demás”. Pero la expresión de un señor me dió la medida de lo que puede ser mi servicio a la humanidad. Me dijo: “Yo no soy creyente, pero si Dios existe, lo encontré hoy en usted”. Agradecí a Dios por esta reacción pero sobre todo porque he experimentado la fuerza de la unidad en todo lo que hago y ést es el testimonio del Dios-Trinidad que se manifiesta a través de el “focolar ambulante” que he querido llevar conmigo. (M.P. – Italia) Azúcar y zapatos Una noche, regresando a casa, vi a mis hijas preocupadas; una pariente había venido a pedir azúcar y se había llevado el poco que nos quedaba. Las tranquilicé diciéndoles que ella tenía más necesidad. Pocos minutos después llegó una persona conocida con uan bolsa llena de comida para nosotros, entre varias cosas dentro había el doble del azúcar que habíamos dado. Tiempo después con la primera ganancia que recibimos logramos comprar un par de zapatos para nuestra hija mayor. Un día regresando de la escuela me dijo que pensaba regalárselos a una compañera que tenía los zapatos rotos: “mamá nos ha enseñado que a los pobres les tenemos que dar las cosas mejores” – dijo. Sabiendo cuánto sacrificio nos habían costado, me quedé perpleja pero no sentí que podía contradecirla. Tres días después una señora nos trajo un par de zapatos nuevos del mismo número. Se los había comprado a su hija pero le habían quedado pequeños. Nuestra hija la miró sorprendida y feliz. Desde que tratamos de vivir la palabras de Jesús, experimentamos que Dios es Padre y nos lleva de la mano. (C.E. – México)

A cargo de Maria Grazia Berretta

(tomado de Il Vangelo del Giorno (El Evangelio del día), Città Nuova, año VIII, n.1, enero-febrero 2022)

La sinodalidad de América Latina

La sinodalidad de América Latina

La realización de la Asamblea Eclesial de la Iglesia en América Latina es una experiencia inédita, un caminar junto a todo el Pueblo de Dios en un proceso que tuvo su ápice a finales de noviembre pasado, pero que ahora prosigue para actuar las orientaciones prioritarias que emergieron. “Hemos vivido  una verdadera experiencia de sinodalidad, en la escucha recíproca y en el discernimiento comunitario de lo que el Espíritu quiere decir a su Iglesia. Hemos caminado juntos reconociendo nuestra poliédrica diversidad, pero sobre todo aquello que nos une y, en el diálogo, nuestro corazón de discípulos ha mirado la realidad que vive el continente, en sus dolores y esperanzas”. Así se expresaron los 885 miembros de la Asamblea Eclesial Latinoamericana y del Caribe, que tuvo  lugar del 21 al 28 de noviembre en formato virtual y presencial en México, con representantes de todos los países del continente americano. “El Papa Francisco -dijo Susana Nuin, focolarina uruguaya, coordinadora del Cebitepal, el organismo de la Consejo Episcopal Latinoamericana y del Caribe (CELAM) que se dedica a la formación- el 24 de enero de 2021 inauguró el proceso de esta primera asamblea eclesial, con la indicación de hacer partícipe a todo el Santo pueblo de Dios, es decir a cardenales, obispos, sacerdotes, religiosos y religiosas, laicos y laicas, involucrando todas las generaciones y todas las culturas”. Ha sido un camino en el que participaron en un tiempo de “escucha” todas las diócesis, las parroquias, las comunidades y los Movimientos. Llegaron 70.000 respuestas colectivas o individuales que conformaron un libro. A partir de este material surgieron las grandes líneas sobre las que se trabajó en distintos grupos. “Según mi parecer -continua Nuin- el de los grupos fue un espacio muy interesante, por el compromiso y el interés de los participantes. Se trabajaron 3 horas seguidas, con mucha libertad de expresión, con deseo de cambio”. “Para mí fue una experiencia de auténtica sinodalidad -interviene Sandra Ferreira Ribeiro, focolarina brasileña, corresponsable del Centro “Uno”, la Secretaría para el diálogo entre cristianos de distintas Iglesias de los Focolares-. Todos los días, en los trabajos de grupo había una pregunta distinta a la que había que responder con base en la temática afrontada en la primera parte de la jornada. En nuestro grupo éramos 14 personas de distintos países, vocaciones y edades, todos conectados a través del zoom. En un primer momento se escuchaba el pensamiento de cada uno, después se trataba de priorizar lo que había emergido, haciendo una síntesis”. Un trabajo intenso y fecundo, intercalado con pausas breves, que incluso a veces se omitían para proseguir el diálogo y así hacer llegar siempre al equipo coordinador alguna reflexión personal. Los medios telemáticos permitieron una mayor participación a pesar de que representaron un límite para el conocimiento recíproco espontáneo, ese que surge en “los pasillos”, en los intervalos y que, también, forma parte de la sinodalidad. Los momentos de oración, muy bien preparados especialmente por los religiosos y las religiosas, expresaron los distintos aportes culturales con símbolos y expresiones musicales basadas en la Palabra. Como en todo camino sinodal también hubo espacio para disentir, para el intercambio de puntos de vista que a veces eran divergentes, pero que en ningún momento llevaron a choques o rupturas. Fue a propósito el no querer realizar un documento final, porque todavía hay muchas cosas que poner en práctica del documento de Aparecida (2007). Además esta Asamblea es solo un paso en el camino emprendido que debe continuar y continuará. Lo que se decidió fue lanzar un mensaje a todo el Pueblo de Dios de América Latina y el Caribe, que contenía los desafíos y las orientaciones pastorales prioritarias, que van desde un nuevo impulso como Iglesia en salida al protagonismo de los jóvenes y de las mujeres; desde la promoción de la vida humana, desde la concepción hasta la muerte natural, a la formación a la sinodalidad. Los desafíos incluyen la escucha y el acompañamiento a los pobres, excluidos y descartados, con el fin de redescubrir el valor de los pueblos originarios, la inculturación y la interculturalidad; la prioridad es poner en práctica los sueños de “Querida Amazonia”[1] para la defensa de la vida, la tierra y las culturas originarias y afrodescendientes. Y no por último, prestar mucha atención a las víctimas de los abusos ocurridos en el contexto eclesial y trabajar para la prevención. Entre los invitados, estaba presente el Cardenal Marc Ouelet, prefecto de la Congregación para los Obispos y Presidente de la Comisión Pontificia para América Latina, el Cardenal Mario Grech, Secretario General del Sínodo de los Obispos, y representantes de las conferencias episcopales regionales, quienes siguieron con mucho interés todo el trabajo. “Ha sido un momento privilegiado el poder encontrar la Iglesia de América Latina -concluye Sandra-. En mi grupo había obispos, sacerdotes, religiosos y laicos. Encontré esa Iglesia precisamente en sus miembros, en las personas que expresaban sus propios anhelos y preocupaciones. Ha sido emocionante ver una Iglesia latinoamericana viva, dinámica y su deseo de llevar la fraternidad, el Reino de Dios; su deseo de llevar realmente Jesús a todos”.

Carlos Mana

Para descargar el mensaje final:  https://www.cec.org.co/sites/default/files/MENSAJE%20FINAL-Asamblea-Eclesial.pdf [1]“Querida Amazonia” e una esortazione apostolica postsinodale del 2020 di Papa Francesco in risposta al Sinodo dei Vescovi della regione Panamazónica tenutosi a Roma nel ottobre del 2019.

El secreto de Palmira

El secreto de Palmira

Palmira Frizzera, una de las primeras compañeras de Chiara Lubich, que falleció el 5 de enero de 2022, vivirá en el recuerdo y en la vida muchos -focolarinas, focolarinos, jóvenes, familias- que ha acompañado en su formación en la Mariápolis Foco (Montet, Suiza), la ciudadela de los Focolares en la que vivió durante más de 40 años. Recordamos algunos momentos que marcaron su camino de vida. “Señorita, ya no se puede hacer nada por su vista, sus ojos”. Un diagnóstico gravísimo que recibió Palmira Frizzera del oftalmólogo, algunos meses después de su llegada al primer focolar de Plaza Cappuccini en Trento (Italia). Palmira tenía 18 años cuando había conocido el primer grupo de focolarinas en el 1945. Los problemas a la vista los tenía desde hacía tiempo y ya le habían provocado la interrupción de su sueño de ir como misionera a la India. Pero ahora el problema era más grave. Después de varias visitas a especialistas, ese día había ido a ver un oculista de Trento acompañada por Natalia Dallapiccola, otra de las primeras compañeras de Chiara Lubich. “El médico me auscultó detenidamente -contó Palmira a un grupo de chicas en el 2004- y después dijo: ‘el ojo derecho ya está perdido y el ojo izquierdo está por perderlo’”.

Palmira Frizzera con Chiara Lubich. © CSC Audiovisivi

¡Un balde de agua fría! “Apenas dejé el consultorio, todavía en la escalera, estallé en llanto. Lloraba y pensaba: con mis 21 años me quedaré ciega y justo ahora que he encontrado el ideal más hermoso de mi vida, que nadie me puede quitar. Ahora que encontré la alegría de vivir y que la quisiera gritar al mundo entero, tendré que quedarme ciega. Y lloraba”. Llovía y, resguardándose con un paraguas, Natalia la tenía del brazo y la acompañaba en silencio. “En un momento -continúa- me detuve en medio de la calle y le dije: ‘Pero Natalia, ¿Estoy llorando porque perderé la vista? Para ver a Jesús en el hermano no necesito estos ojos, me bastan los ojos del alma y esos, si no lo quiero no los perderé nunca (…). Yo ahora hago un pacto con Jesús y tu serás mi testigo. Si le doy más gloria a Dios con los ojos, que él me los deje, pero si le doy más gloria sin los ojos, que me los quite, porque quiero hacer solo su voluntad’. Después pensé: ¿Jesús en el Evangelio no dijo que es mejor ir al Paraíso sin los ojos que al infierno con los dos ojos?. Desde ese momento no he sufrido más por esto”. “Después le escribí a Chiara Lubich mi experiencia -continúa Palmira-, con alegría, porque estaba feliz, no me faltaba nada”. Mientras tanto se consultan otros especialistas, entre ellos uno que, después de revisarla atentamente le dice que la enfermedad es grave, pero unilateral, había atacado solo al ojo derecho que probablemente lo habría perdido, pero el izquierdo estaba sano y no corría ningún peligro. “ Y sucedió así -sigue Palmiera-. Perdí el ojo derecho, pero con el izquierdo nunca tuve problemas en todos estos años. Se comprende que habría dado más gloria a Dios con los ojos. Y les digo la verdad que con este ojo izquierdo siempre he visto por dos”. Y concluye: “Muchas veces nosotros tenemos miedo de dar algo a Jesús, un afecto, un apego, algo en el estudio. Mientras en cambio, conviene darle siempre todo, porque él no se deja vencer por nuestra generosidad que es siempre poca en comparación a la suya, porque Dios es Amor y él responde siempre con el céntuplo”.

© CSC Audiovisivi

En los años siguientes Palmira tuvo distintas responsabilidades en el Movimiento de los Focolares en Italia. En 1981 Chiara Lubich le pidió de ir, junto a otros focolarinos, a Montet, Suiza, donde estaba naciendo una ciudadela. Tendría que ir solo por tres días a evaluar los trabajos necesarios para la reestructuración. Pasados los tres días los otros partieron y ella se quedó sola, en un departamento de Estavayer, la ciudad vecina. En un momento, le vino el desaliento y un poco de desesperación frente a la grandeza de lo que la esperaba, se arrodilló y recitó el Padre Nuestro. Recuerda: “Cuando llegué a la frase ‘hágase tu voluntad en la tierra como en el cielo’ la dije en voz alta y me invadió una paz que aun no la he perdido”. Esos tres días se convirtieron en 40 años. Palmira construyó la ciudadela junto a otros, acompañó y formó a generaciones de jóvenes. Con simplicidad y franqueza, sus características salientes, se preguntaba en el 2017: “¿Lo logré? No lo se. Yo he tratado siempre de amar con el corazón para no errar, porque con la cabeza  siempre puedo equivocarme, pero si se ama con el corazón, dispuestos a dar la vida, no. Pienso que quien ama, no se equivoca nunca”.

 Carlos Mana

Chiara Lubich: dejar traslucir la luz de Dios

La vida cristiana vivida es luz también hoy día, para llevar los hombres a Dios. Los creyentes, individualmente y como comunidad, tienen que desarrollar una función que Chiara Lubich explica en este fragmento: revelar a través de su vida la presencia de Dios, que se manifiesta allí donde hay dos o tres unidos en su nombre, una presencia prometida a la Iglesia hasta el final de los tiempos. El cristiano no puede huir del mundo, esconderse o considerar la religión como un asunto privado. Él vive en el mundo porque tiene una responsabilidad, una misión ante todos los hombres: ser luz que ilumina. También tú tienes esta tarea, y si no la realizas, tu inutilidad es como la de la sal que ha perdido su sabor o como la de la luz que se vuelve sombra. (…) La luz se manifiesta en las «buenas obras». Resplandece a través de las obras buenas que realizan los cristianos. Me dirás que no solo los cristianos hacen obras buenas. Otros contribuyen al progreso, construyen casas, promueven la justicia… Tienes razón. El cristiano ciertamente hace y debe hacer también todo esto, pero no es esta su única función específica. Debe hacer las obras buenas con un espíritu nuevo, el espíritu que hace que ya no sea él quien vive en sí mismo, sino Cristo en él. (…) Si el cristiano actúa así, es «transparente», y la alabanza que se le dará por lo que hace no le llegará a él sino a Cristo en él, y Dios se hará presente en el mundo a través de él. Así pues, la tarea del cristiano es dejar traslucir esa luz que vive en él, ser «signo» de esta presencia de Dios entre los hombres. (…) Si la obra buena del individuo creyente tiene esta característica, también la comunidad cristiana en medio del mundo debe tener la misma función específica: revelar a través de su vida la presencia de Dios, que se manifiesta allí donde hay dos o tres unidos en su nombre, una presencia prometida a la Iglesia hasta el final de los tiempos.

Chiara Lubich

Chiara Lubich, en Palabras de Vida/1, preparado por Fabio Ciardi, Ciudad Nueva, Madrid 2020, pp. 147-148

Evangelio vivido: Hemos venido a adorarlo (Mt 2,2)

Seguir la Estrella que lleva al Niño Jesús y convertirse en peregrinos. Siguiendo el ejemplo de los Magos, este tiempo es una oportunidad preciosa para volver a ponernos juntos en camino dando testimonio, día tras día, al prójimo de la maravilla que habita en esa gruta y viene a hacer nuevas todas las cosas. Lo positivo en el cambio Al repasar la vida de todo un año marcado por la pandemia imprevista, tengo la impresión de estar viendo una película de acción que nos ha desorientado un poco a todos, padres e hijos. Tener que cambiar programas y ritmo de vida a menudo ha sido duro, agotador, pero también es cierto que ha traído un soplo de aire fresco a nuestra familia. De hecho, hemos notado, nuevas posibilidades de relacionarnos, de necesidades que antes no nos importaban. Si con los hijos la fe había resultado ser un tabú, ahora estamos frente a nuestras debilidades, miedos con dimensiones planetarias, a preguntas que antes estaban dormidas. El verdadero cambio, sin embargo, comenzó cuando nos preguntamos el significado de lo que estaba sucediendo. Acostumbrados a tener respuestas a todas las preguntas, esta vez estábamos desconcertados ante lo desconocido. En resumen, nos encontramos más solidarios no solo entre nosotros en la familia, sino que ampliamos nuestra mirada hacia los demás. Nos encontramos considerando a la humanidad como una familia. (R.F. – Francia) Amor circulando entre los presos Soy voluntario en la prisión de mi ciudad, y con otros me ocupo del “Proyecto lectura Città Nuova”, en el que participan muchos internos semanalmente; además animo la misa dominical. Uno de ellos parecía lamentar no poder acercarse a la Eucaristía porque no tenía la formación catequética, así que le propongo prepararlo. Feliz, me agradece y junto con el capellán elaboramos un programa para las lecciones. Algunos otros presos se agregan espontáneamente. A los pocos meses estamos listos y en la fecha elegida para recibir el sacramento, para mi gran sorpresa, la iglesia se llena: los compañeros de sección, que rara vez asisten a los servicios religiosos, vienen a misa bien vestidos. No solo eso: recordando la infancia, se encargan de los cantos, lecturas, oraciones de los fieles. Emocionados como todos nosotros, disfrutan del ambiente familiar que se ha creado, donde nadie se siente solo. (Antonietta – Italia) De rodillas Vive solo en un tugurio sucio, medio paralizado y reducido a piel y huesos. Debe tener un poco más de 60 años, pero parece mayor. A este hombre que durante años había abandonado la fe y los sacramentos, la primera vez que fui a llevarle alimentos y algo de ropa le propuse rezar juntos. Ya no se acordaba del Padrenuestro, solo conocía el Ave María. Cuando me despedía, le pedí su bendición, aunque si yo era más joven que él, extranjero y, a sus ojos, un extranjero rico. Levanté su mano paralizada e hice la señal de la cruz en mi cabeza. Él, ese pobre hombre, me miró con ojos llenos de alegría, sorpresa y lágrimas. La nuestra ahora se ha convertido en una cita semanal. Cada vez decimos algunas oraciones juntos, que han surgido en su mente. Las recita en voz alta. La única posición posible para estar más cerca de él es arrodillarme junto a su cama, y ​​mientras tanto pienso: “Aquí estoy, Señor, de rodillas ante ti”. (L.B. – Tailandia)

Maria Grazia Berretta

(tomado del Vangelo del Giorno, Città Nuova, año VIII, n.1, enero-febrero de 2022)

Gracias Palmira

Hoy, 5 de enero de 2022, nos dejó Palmira Frizzera, una de las primeras compañeras de Chiara Lubich. Palmira Frizzera nació en Terlago (Trento, Italia), el 9 de abril de 1927. Conoció a Chiara Lubich en 1945 en Trento, en la casa de Piazza Cappuccini, que será el primer focolar. Impresionada por el ideal de la “fraternidad universal” decidió seguirla. En 1947 entró a formar parte del focolar en Trento donde permaneció durante varias años antes de trasladarse a Sicilia, luego a Turín y Roma, siempre en Italia. En la Mariápolis Foco de Montet (Broye, Suiza) vivió durante más de 40 años, donde fue la responsable de la Ciudadela del Movimiento de los Focolares y ocupándose de la formación de las futuras focolarinas. https://www.youtube.com/watch?v=zNDtyrx3GMA&list=PLKhiBjTNojHoPfT9syIwfyLI4sPeqBV0P&index=2

AMAZONIA | Un itinerario que comienza

En Parintins, en el corazón de la selva amazónica, inicia el proyecto “Proteger la infancia y la adolescencia” para la prevención de las violencias sobre los menores, dirigido a los chicos, los padres, los educadores y los profesores. https://www.youtube.com/watch?v=87rUNZJ36fA

Chipre y Grecia, laboratorios de acogida y fraternidad

Chipre y Grecia, laboratorios de acogida y fraternidad

¿Qué ha dejado en Grecia y en Chipre la visita del Papa Francisco, a un mes de distancia? Se lo hemos preguntado a algunos miembros de la comunidad de los Focolares en esos dos países. Un mes después del viaje de Francisco a Grecia y a Chipre,  esta parte del globo sigue estando bajo los reflectores internacionales. Entre las noticias de estos días leemos la historia llena de esperanza de Grace Enjei.  Se trata de una joven de veinticuatro años, camerunesa. Gracias a la visita del Papa y la ayuda de la Comunidad de San Egidio, desde esa “no man’s land” (tierra de nadie) de Chipre, Grace llegó a Roma junto con otras diez personas que solicitaban asilo. Pero nos enteramos también de enésimo naufragio en el Mar Egeo, el día de Navidad, en donde perdieron la vida trece migrantes. Grecia y Chipre.  Dos países con una población relativamente pequeña (los católicos, además, son una minoría religiosa) pero que son el espejo de las principales crisis globales: las fuertes corrientes migratorias y la crisis financiera, además de la sanitaria. En particular, sufren por las preocupantes influencias de carácter político de sus vecinos turcos. A algunos de la comunidad de los Focolares de ambos países les hemos preguntado qué ha dejado este viaje apostólico, cuáles son los pasos que hay que realizar hacia la paz y hacia una convivencia más humana entre todos. Lina Mikellidou, ortodoxa y responsable de la comunidad de los Focolares de Chipre no tiene dudas: “Cuando el Papa Francisco afirmó que hay que hacer de esta isla ‘un laboratorio de fraternidad’ individualizó claramente el problema.  Chipre desde al año 1974 está ocupada por los turcos y la capital Nicosia es la última ciudad europea dividida por un alambre de púa. Los intentos de recomponer esas fracturas no han dado resultados concretos, a pesar del esfuerzo de la comunidad internacional y de las dos partes en los últimos años. Creo que es necesario desarrollar o reforzar plataformas, espacios de diálogo entre las distintas realidades que existen en Chipre, o bien entre cristianos de distintas denominaciones (como armenios, latinos, maronitas y ortodoxos) y también con los musulmanes. Luego, hay que cultivar el espíritu de  ‘unidad en la diversidad’ entre las dos Iglesias hermanas, la Católica y la Ortodoxa.  Finalmente, está el tema de los migrantes. Esa cantidad de refugiados no es sustentable para nuestro país, tanto desde el punto de vista logístico como económico. Mi pueblo es conocido por su generosidad y por el espíritu de acogida. Se ha hecho mucho ya por los migrantes pero seguramente se puede mejorar, tratando de sensibilizar las conciencias, encontrando fondos y estructuras para hacer que estos hermanos nuestros vivan en condiciones más humanas y dignas”. “El Papa nos ha alentado a tener una nueva mirada –concluye Lina–, una atención viva por temáticas  candentes como la de los migrantes y la del diálogo ecuménico. Nos da mucha esperanza la búsqueda de la unidad entre el Papa Francisco y el Patriarca Ecuménico de Constantinopla S. B. Bartolomé.  Es una relación fraterna, hecha de gestos concretos y de profundo diálogo”. Alexandros Oshana, joven de Atenas de la comunidad local de los Focolares sostiene que el camino del diálogo ecuménico es largo aún: “En este sentido –afirma– la visita del Papa ha ofrecido la posibilidad de un nuevo inicio. En sus discursos usaba a menudo las palabras ‘unidad’, ‘fraternidad’, ‘diálogo’. El Papa ponía su esperanza en una iglesia inclusiva, abierta a los que sufren. Francisco nos expresó a todos nosotros griegos católicos al 100%, nuestra intención de estar cerca de los hermanos ortodoxos y de sentirnos ante todo cristianos”. Teniendo ese propósito, a nadie se le pasó por alto el ejemplo que el Papa Francisco quiso dar en primera persona. Para remarcar que la unidad es posible sólo a través de un completo acto de humildad, él mismo le pidió perdón una vez más al Arzobispo ortodoxo Ieronimos por los errores cometidos en el pasado por los católicos para con los ortodoxos. El mismo Arzobispo dijo que él estaba seguro de que será posible  “remover los pesos del pasado, particularmente los que se relacionan con los acontecimientos de la guerra de la independencia griega”. Como signo de fraternidad dijo también que quiere unirse a Francisco “en el enorme reto”  que se refiere a la suerte de los migrantes y que quiere emprender “una acción común por el ambiente”.

Lorenzo Russo con la colaboración de la comunidad de los Focolares de Grecia y Chipre 

Chiara Lubich: construir relaciones nuevas

El pasado 1º de enero, con motivo de la  55° Jornada Mundial de la Paz,   el Papa Francisco afirmaba en su mensaje que: “Dialogar significa escucharse, confrontarse, ponerse de acuerdo y caminar juntos. Fomentar todo esto entre las generaciones significa labrar la dura y estéril tierra del conflicto y la exclusión para cultivar allí las semillas de una paz duradera y compartida”. También Chiara Lubich en este pasaje nos invita a entablar relaciones de diálogo para llegar a una paz verdadera. Jesús vino a construir relaciones totalmente nuevas entre las personas: entre hombre y mujer, entre chico y chica, entre esposo y esposa, entre padres e hijos, entre profesores y alumnos, entre trabajadores y empresarios, entre empleados y directivos, entre ciudadanos y gobernantes, entre raza y raza, entre pueblo y pueblo, entre Estado y Estado. Jesús quiere construir un nuevo orden social, fundado en la justicia, basado en el respeto y en la verdadera fraternidad humana. Jesús quiere darnos, como individuos y como sociedad, la verdadera paz, esa paz divina que solo Él puede dar. Pero, para que esto suceda, es necesario seguirlo, aunque a primera vista parezca ser tan exigente. Es necesario vivir su Palabra, cada uno en la vocación a la que ha sido llamado.

Chiara Lubich

(Chiara Lubich, en Palabras de Vida/1, preparado por Fabio Ciardi, Ciudad Nueva, Madrid, 2020, pp. 379-380)

Diálogo, educación, trabajo: un pacto para generar paz

Diálogo, educación, trabajo: un pacto para generar paz

El Papa Francisco, en el mensaje para la Jornada Mundial de la Paz que se celebra hoy, 1° de enero, lanza una fuerte advertencia a los políticos que invierten en armamento más que en educación. ¿Qué hacer para dar esperanza a los jóvenes y cambiar el rumbo? Le preguntamos al profesor Buonomo, rector de la Pontificia Universidad Lateranense. Hoy, según el Banco Mundial, hay casi 100 millones más de personas que viven en un estado de empobrecimiento debido a la pandemia de Covid-19. Y el gasto militar en el mundo en 2020 a pesar del Covid ha aumentado a casi 2.000 millones de dólares (en el 2019 fue de 1650 millones) según el informe del Instituto Internacional de Estudios para la Paz de Estocolmo (Sipri). Datos que llevaron al papa Francisco a enviar un mensaje duro pero esperanzador para la 55ª Jornada mundial de la paz que se celebra hoy 1 de enero de 2022. El Papa propone tres elementos: diálogo entre generaciones, educación y trabajo: instrumentos para construir una paz duradera. ¿Cómo contextualizar este mensaje en los desafíos que vive la sociedad hoy? Le preguntamos al profesor Vincenzo Buonomo, rector de la Pontificia Universidad Lateranense. ¿Cómo se inicia el diálogo entre las generaciones para construir la paz? ¿En qué se basa la confianza hoy en día, dado que tanto la pandemia como el desarrollo de la tecnología han creado tanta soledad e indiferencia? “En primer lugar, el mensaje del Papa presenta el diálogo no sólo como un objetivo de las relaciones entre generaciones, sino como un método. Y creo que este es el aspecto más importante que se puede observar y es el aspecto que también nos permite poder hacer del diálogo un instrumento eficaz para la paz, porque muchas veces vinculamos el elemento del diálogo solo con la posibilidad de comunicar. En realidad, el diálogo presupone algo más: hay un pacto entre las generaciones, un pacto en el que la palabra dada tiene su propio significado. Muchas veces hemos hecho del diálogo sólo una herramienta técnica y no algo que compartimos y que por tanto se convierte en un método o una acción diaria”. La instrucción y la educación en los últimos años se consideran gastos más que inversiones. Y el gasto militar ha aumentado. ¿Qué medidas deben tomar los políticos para promover una cultura del “cuidado” en lugar de la “guerra”? “La relación entre el educador y el educado es una relación que debe construirse en el día a día sobre la base de renuncias de ambos. Este tipo de metodología educativa también debe servir a las grandes cuestiones a las que se enfrenta la humanidad. El problema de la carrera armamentista y, por tanto, de la sustracción de recursos para otras áreas, es sobre todo la vinculación de las armas a un concepto de poder. Entonces, a través de la educación, debemos intentar hacer funcionar los valores compartidos. Este es el aspecto que destaca el mensaje del Papa, porque si hay valores compartidos, la paz, por ejemplo, se convierte en una forma de superar el conflicto. Pero el conflicto se supera eliminando armamentos, entonces es un concepto que luego va en cadena”. El trabajo es el lugar donde aprendemos a ofrecer nuestra contribución por un mundo más habitable y hermoso y es un factor para preservar la paz. Sin embargo, la precariedad y la explotación laboral han aumentado con la pandemia. Entonces, ¿qué se puede hacer para dar esperanza a los jóvenes para luchar contra la precariedad y la explotación? “El trabajo no es simplemente un elemento que garantiza la paz social como se dice tradicionalmente. El trabajo es algo que garantiza la paz. Si falta el requisito del trabajo, falta la educación, falta la relación intergeneracional, falta el diálogo. Porque del trabajo la persona no solo se sustenta, sino que también expresa su dignidad. Esto lo encontramos en el magisterio de la Iglesia y del papa Francisco, que lo ha subrayado varias veces. En consecuencia, hoy los políticos, o más bien los que tienen responsabilidad, los llamados ‘tomadores de decisiones’, deben hacer del trabajo una prioridad y no uno de los muchos puntos de la agenda política. Creo que las generaciones más jóvenes necesitan no solo un trabajo, sino un trabajo que sea capaz de expresar su cualificación y sobre todo que les haga sentirse protagonistas en las decisiones sobre el trabajo. Por tanto, el elemento que une las tres voces – diálogo, educación, trabajo – es la palabra pacto. El pacto entre generaciones, el pacto educativo, el pacto del trabajo: esta es la palabra clave que los pone en función de la paz. Porque de lo contrario serían tres elementos dispersos y no conjugados entre sí”. Haga clic aquí para leer el mensaje del Papa para la 55ª Jornada mundial de la paz.

Lorenzo Russo

Comienza la recaudación de fondos para las poblaciones filipinas

Comienza la recaudación de fondos para las poblaciones filipinas

Ha iniciado una recaudación de fondos extraordinaria para apoyar a las poblaciones de Filipinas afectadas por el súper tifón Odette-Rai entre el pasado 16 y 17 de diciembre. A continuación, encontrarán todas las indicaciones para el envío de contribuciones a través de las ONG Acción por un Mundo Unido (AMU) y Acción para Familias Nuevas (AFN). “Hace poco que he regresado a Italia desde Cebú y también he recibido noticias esporádicas a través de Messenger –cuenta Alessandra Emide, directora de los programas de Fundación Bukas Palad Cebú– porque en este momento no es fácil acceder a Internet en esas zonas. Los mayores daños se han dado en las islas Visayas, el archipiélago en el centro del país cuya capital es Cebú”. Diez días después, las cifras del súper tifón Odette-Rai, como ha sido llamado, son realmente impresionantes: según el principal coordinador humanitario de Naciones Unidas en Filipinas, Gustavo González, desde que la tormenta azotó el Archipiélago, alrededor de 2 millones de personas se han visto afectadas por la catástrofe y al menos 300 han muerto, pero se teme que esta cifra aumente, porque no todas las víctimas han sido reportadas oficialmente; las inundaciones son muy extensas y los deslizamientos de tierra que han arrasado viviendas son muchísimos. Con unas 300.000 personas evacuadas mientras el súper tifón azotaba las regiones centrales de Filipinas, las necesidades inmediatas y prioritarias incluyen alimentos, agua potable, refugio, combustible, kits de higiene, medicamentos y servicios de protección. Alessandra agrega además que el principal problema son las líneas eléctricas completamente destruidas con el consiguiente bloqueo de la red hídrica. La gente tiene que hacer largas colas para conseguir agua y la falta de electricidad dificulta muchísimo las comunicaciones, los transportes y los suministros. En los supermercados se están agotando los artículos de primera necesidad, la gasolina escasea y el precio se dispara; sin mencionar los enormes daños que han sufrido las casas, muchas de las cuales han sido destruidas. “También el centro de los Focolares en Bukas Palad, en la isla de Cebú, donde trabajo –prosigue Alessandra– ha sufrido daños: vidrios, puertas y ventanas rotas, árboles caídos y, a pesar de ello, alberga a algunas familias que lo han perdido todo. Las autoridades locales dicen que hará falta un mes para comenzar a restaurar la electricidad y el agua, mientras tanto estamos tomando medidas para hacer llegar a las familias contenedores de agua potable, linternas solares y baterías recargables, arroz y alimentos de larga duración”. Giò Francisco cuenta que, junto con los socorristas, también los Jóvenes por un Mundo Unido de Filipinas (Y4UW) han concentrado sus esfuerzos en cuatro de las seis regiones más afectadas, incluida la provincia de Cebú, donde se encuentra Bukas Palad. Hasta ahora, los Jóvenes por un Mundo Unido han recaudado fondos para suministrar cientos de paquetes de comida y agua a las familias de las áreas más inaccesibles. Se trata de primeros auxilios que, sin embargo, no serán suficientes. “Las familias tendrán que recuperarse –dice Giò Francisco– y trabajar, especialmente los muchos que dependen de la agricultura y de la pesca. Las barcas de los pescadores han sido destruidas. Los agricultores han perdido sus cosechas. Basta pensar que una ciudad, famosa por sus plantaciones de plátanos, ha visto desaparecer hasta la última planta. La Coordinación de Emergencia del Movimiento de los Focolares ha lanzado una recaudación de fondos extraordinaria en apoyo de las poblaciones filipinas afectadas y para sostener la reconstrucción. Es posible donar a través de las siguientes cuentas corrientes: Azione per un Mondo Unito ONLUS (AMU) IBAN: IT 58 S 05018 03200 000011204344 . Banca Popolare Etica Código SWIFT/BIC: CCRTIT2T Azione per Famiglie Nuove ONLUS (AFN) IBAN: IT 92 J 05018 03200 000016978561 . Banca Popolare Etica Código SWIFT/BIC: CCRTIT2T84A Motivo: Emergencia por tifón en Filipinas

Stefania Tanesini

Cinco años al ritmo internacional de “Milonga”

Cinco años al ritmo internacional de “Milonga”

Una iniciativa que conjuga las ganas de hacer con las múltiples necesidades que existen en el mundo. Es el deseo que en 2016 generó “Milonga”, un programa de voluntariado internacional intercultural y fraterno. Una nueva oportunidad, una propuesta renovada para llevar ayuda donde sea necesario. Es la misión que aún hoy, después de 5 años, lleva a cabo “Milonga“. Nacida del aporte de Nueva Humanidad, Jóvenes por un Mundo Unido y Uniredes Latinoamericana de organizaciones sociales inspiradas en el carisma de la unidad, con la colaboración de Sociedade Movimento dos Focolares-Brasile, Sumà Fraternidad y Promoción Integral de la Persona, esta plataforma de voluntariado internacional es el resultado de un deseo muy sentido por los jóvenes de experiencias sociales globales. Los primeros voluntarios partieron en 2016 para Bolivia y Brasil. Posteriormente, más de 200 jóvenes siguieron sus pasos, cruzando fronteras para ofrecer su tiempo, su talento, su profesionalidad. Una pequeña pero importante contribución para superar las desigualdades en el mundo. Pero, ¿qué tiene de distintivo “Milonga” en comparación con otros programas de voluntariado? Para Virginia Osorio, integrante uruguaya del Equipo de Coordinación, “Milonga” fue la oportunidad de conectar en red a diferentes actores y así generar un sistema de cooperación internacional diferente, que ponga en el centro la fraternidad, en el que el servicio se fortalezca por la interculturalidad y la formación a una ciudadanía global y local, tejiendo lazos no sólo de norte a sur, sino en todas direcciones.” Los jóvenes de entre 21 y 35 años colaboran en sinergia con el trabajo de las ONG que cada día se empeñan en las distintas periferias del planeta. Marco Provenzale, italiano, dice: “Por eso el programa toma el nombre de un baile latinoamericano de raíces africanas y juega con las siglas ONG: Mil ONG en acción”. Las comunidades y ciudadelas del Movimiento de los Focolares también se han sumado a esta iniciativa como espacios significativos de acción y formación para jóvenes motivados y deseosos de comprometerse con la problemática social. En estos cinco años, “Milonga” ha visto cuánto este camino ha marcado la vida de muchos jóvenes. “La experiencia que tienen entre ellos refleja el papel que juegan como ciudadanos del mundo -prosigue Virginia Osorio-, y los anima a actuar a nivel local, allí donde nace el sufrimiento”. A los muchos que se han ofrecido como voluntarios en los últimos años, durante la pandemia ha habido más de un centenar que han realizado una experiencia intercultural virtual. Esta posibilidad permitió apoyar acciones como la recaudación de fondos, ayuda a los niños en edad escolar, preparación de exámenes, práctica de diferentes idiomas y mucho más. Antonela, joven argentina, hizo un voluntariado virtual en Brasil y ahora se prepara para finalmente hacerlo en persona: “Antes no participaba en cosas de este tipo. Hoy, sin embargo, si no hago algo concreto, me siento vacía. Esta nueva conciencia me fue transmitida por la experiencia que hice con Milonga .”

Janeth Lucía Cárdenas y equipo de MilONGa

Evangelio Vivido: Sentirse mirados por Dios

En la Encarnación los ojos de Dios le revelaron a María que su pequeña y frágil humanidad servía a Su diseño de salvación. El Adviento puede ser para todos nosotros la oportunidad para volver a empezar a vivir la experiencia más bella, sentirnos mirados por Dios y dejarnos conducir por Él, como hizo con María, para después profundizar cada día con una alegría profunda en el corazón y un canto de alabanza en sus labios. Volver a vivir Un amigo, comprometido en la reinserción de los exconvictos le propuso a nuestra comunidad religiosa que acogiera a uno de ellos por algunos meses, poco después del final de su pena. Pietro, así se llamaba, demostró ser un experto en el mantenimiento de infraestructuras e incansable a la hora de reparar todo lo que era necesario. Una verdadera bendición para nosotros que, no contamos con muchos medios económicos y tampoco tenemos mucho tiempo para dedicarnos a ellos. Un día después de la cena, mientras estábamos en el jardín, Pietro empezó a abrirse: “Estoy agradecido con ustedes no sólo por la hospitalidad recibida, sino por su respeto hacia mí. Los exconvictos a menudo son considerados como apestados y la gente los mantiene a distancia. A pesar de que la inclusión sería la única medicina capaz de sanar ciertas heridas”. Antes de irse nos dejó una tarjeta: “Gracias. Ahora puedo regresar a la sociedad porque sé que también yo tengo algo para aportar”. (F. de O. – Italia) Como el hijo pródigo Cuando un vagabundo llamado A. se abrió conmigo y me contó cómo había terminado en ese estado de miseria, tuve la impresión de volver a ver en él al hijo pródigo de la parábola, en su afán por rescatar su libertad. Ante mi propuesta de regresar donde sus familiares, su primera reacción fue de rechazo, imposible decirles a ellos el nivel al que se había reducido. Solo la idea de presentarse ante sus hermanos y hermanas, todos exitosos y con una vida realizada, aumentaba su humillación. Sin embargo -él lo recordó en ese momento- ellos no habían dejado de amarlo y esperarlo. No dijo más y se quedó en silencio. A. volvió a aparecer después de algunos días. Esta vez me pedía ayuda para comprar el boleto aéreo y regresar a su patria. Sin dudar le di la suma necesaria. Después de no mucho tiempo recibí noticias de su parte: “Era como me había dicho. La alegría de volver a abrazarme fue el verdadero regalo que le podía dar a mi gente. Gracias por recordarme por qué estoy aquí”. (J.G. – España) De la mano Debido a un ictus se me quedó paralizada la parte izquierda del cuerpo. De golpe mi vida cambió. También me afligía todo el caos que esto procuraba en la pequeña empresa que recién había abierto, en la dinámica de mi familia, en mis hijos adolescentes. Me tuve que ejercitar mucho para aceptar este nuevo estilo de vida. Sin embargo, mientras se derrumbaba un mundo, veía abrirse dimensiones que había descuidado y no había sabido apreciar antes, como la vida de fe. De hecho, hacía años que no rezaba. Reconocía que estaba ahí la causa de mi fragilidad, y me resultó espontáneo volver a rezar, no con las palabras aprendidas en el catecismo, sino dialogando. Volví a aprender a conversar con Dios. Mientras tanto proseguía el tratamiento. A un cierto momento la recuperación de todas las funciones a nivel motor me tomó por sorpresa. Ahora que estoy en convalecencia, puedo afirmar que el amor de Dios quiso sumergirme en la vida en un modo pleno y no superficial. Me ha dado una mano y yo me aferré a ella. (D.A. – Argentina)

A cargo de Maria Grazia Berretta

(Tomado de “Vangelo del Giorno” (El Evangelio del día), Città Nuova, año VII, n.4, noviembre-diciembre

Chiara Lubich: creer en la Palabra de Dios

En este periodo de Navidad, la Palabra de Vida de diciembre de 2021 nos invita a vivir palabras dedicadas a María: “Feliz la que ha creído que se cumplirían las cosas que le fueron dichas de parte del Señor” (Lc 1,45). También el texto que sigue está dedicado a la Madre de Dios. En el mismo, Chiara Lubich nos invita a tener, como María, una disponibilidad total a creer y poner en práctica lo anunciado de parte del Señor. En María hay un vínculo estrecho entre fe y maternidad, como fruto de la escucha de la Palabra. Y Lucas aquí nos refiere algo que tiene que ver también con nosotros. Más adelante, en su Evangelio, Jesús dice: “Mi madre y mis hermanos son los que escuchan la Palabra de Dios y la ponen en práctica” (Lc 8, 21). Casi como anticipando estas palabras, Isabel, movida por el Espíritu Santo, nos anuncia que todo discípulo puede volverse “madre” del Señor. La condición es que crea en la Palabra de Dios y la viva. (…) María, después de Jesús, es la que mejor y más perfectamente supo decir “sí” a Dios. Esta es, sobre todo, su santidad y su grandeza. Si Jesús es el Verbo, la Palabra encarnada, María, por su fe en la Palabra, es la Palabra vivida, siendo criatura como nosotros, igual a nosotros. El rol de María, como madre de Dios, es excelso y grandioso. Pero Dios no llama solo a la Virgen a generar a Cristo en sí misma. Si bien de otra manera, todo cristiano tiene un rol semejante: el de encarnar a Cristo hasta repetir, como San Pablo: «Ya no vivo yo, sino que es Cristo quien vive en mí (Gal 2, 20). Pero ¿cómo hacerlo realidad? Con la actitud de María hacia la Palabra de Dios, es decir, con total disponibilidad. Creer, por tanto, con María, que se verificarán todas las promesas contenidas en la Palabra de Jesús y, afrontar como María, si fuera necesario, el riesgo del absurdo que a veces su Palabra comporta. Grandes o pequeñas, pero siempre maravillosas, son las cosas que le suceden a quien cree en la Palabra.

Chiara Lubich

(Chiara Lubich, en Parole di Vita, a cura di Fabio Ciardi, Opere di Chiara Lubich, Città Nuova, 2017, pag. 610-612)

Navidad: hacer que sobre los establos florezcan las estrellas

Acoger al Niño Jesús en la fría cueva de nuestro corazón; dar hospitalidad a aquella Luz que no había encontrado lugar en otro sitio y decidió brillar sobre nosotros, haciendo nuevas todas las cosas. En pocas palabras, Igino Giordani nos narra la Navidad. Jesús nació en un establo para mostrarnos que puede nacer también en nuestro corazón, que es un lugar no muy distinto. Y cuando nace en nuestro corazón, como en la cueva, los ángeles se levantan a cantar, la luz brilla en la noche, y la paz llueve sobre la tierra. Jesús, con su Navidad, inició una Revolución: sacó al hombre de los establos y lo elevó a las estrellas. Esclavo del más fuerte, hizo de él un hermano, un igual. No se puede reducir todo a canciones y velitas. No puede uno burlarse de Dios. El Padre nuestro en el Cielo reclama el pan nuestro en la tierra. Está claro: permanece la acción de quien quiere nuevamente esclavizarnos; volver a quitarnos la libertad. Y esto con distintas formas de presión (…). Desvanece la libertad y desvanece la caridad: y de ese modo se vive según la carne, y en vez de servidores voluntarios de nuestro hermano, nos convertimos en sus explotadores. En cambio, esta es la ley, esta es la justicia: tratar al hermano como me trato a mí. Servicio recíproco, donde justicia y caridad son una cosa sola. Son Dios que vive en nosotros: el Verbo – la Razón – que se encarna entre nosotros, y hace que sobre los establos florezcan las estrellas.

Igino Giordani, «La Via», 24.12.1949

ESCOCIA | Glasgow: grandes religiones, guardianas de la creación

Lorna Gold, presidente del Movimiento Laudato Si’, y Martin Palmer, fundador y presidente de  Faith Invest, explican de qué manera las grandes religiones pueden ser una fuerza impulsora de la sociedad civil en lo que se refiere a cambio climático. Durante la conferencia  COP26, los líderes religiosos presentes participaron en varios eventos que fueron ocasiones para conocerse y dialogar.  Entre éstos, un evento que se realizó en la Mezquita y otro que tuvo como anfitrión al Movimiento de los Focolares. Martin Palmer (Inglaterra) ha transcurrido toda su vida laboral comprometiéndose con las principales religiones de todo el mundo en lo relativo a cuestiones ambientales.  Ello empezó en 1986, cuando el Príncipe Felipe, Duque de Edimburgo –que era presidente internacional de World Wildlife Fund (WWF)– le pidió que reuniera a los representantes de cinco de las principales religiones del mundo para examinar la forma en la que en estos credos  entendían su lugar en la naturaleza. Crearon un programa completo para inducir a las religiones a que colaboraran  con los principales grupos ambientales, la ONU, el Banco Mundial y otros organismos. Lorna Gold es vicepresidente del Consejo del Global Catholic Climate Movement y  presidente del Movimiento Laudato Si’. Coordina el trabajo de éstos respecto de la acción por el clima que realizan las comunidades de fe y llevó adelante una acción para que la Iglesia Católica en Irlanda y a nivel global desinvierta de los combustibles fósiles. En nuestras entrevistas, hablamos de muchos temas que se referían a la COP26, a la crisis climática y a la situación actual… Naturalmente, no fue posible incluirlo todo en el servicio transmitido por la Conexión. Por ejemplo, Martin Palmer nos habló del período especial que estamos atravesando; nos dijo: “Pienso que estamos en el ápice de un gran cambio. El gran cambio es que en lugar de esperar a que sean los gobiernos los que den el ejemplo, es la sociedad civil, son los jóvenes y los ancianos quienes lo hacen.  Trabajo en ello desde hace 40 años.  Pienso en el ascenso de las organizaciones femeninas, que simplemente no estaban en 1997. Pienso en el rol de los indígenas, pienso en el rol de las comunidades de fe, del mundo de las ONG y del mundo de la educación.  Veo que ahora estamos en un momento de transformación. Todavía sigue habiendo muchas personas que piensan que si protestamos, podemos influir sobre los gobiernos… Debo decir que yo no lo creo”. “Las religiones se están encontrando con el mundo financiero, con el mundo de la educación y están diciéndoles: ¿cómo podemos crear una colaboración? Allí donde tenemos el dinero, podemos influir. Tenemos las estructuras. Tenemos los medios para generar un cambio…”. Luego tuvimos un intercambio muy interesante con Lorna Gold acerca de lo que ella definió “ansiedad de clima”, y dijo: “Pienso que es algo que todos afrontaremos, en una medida u otra, porque una vez que aceptas que hay una crisis climática y que no todo  será tan “color de rosa” en el futuro –como habríamos querido– la perspectiva de un mundo unido está bastante lejos; si el cambio climático no puede resolverse… “(…) Trato de gestionar esta ansiedad. Una manera es transcurrir tiempo con la naturaleza.  La naturaleza es una gran sanadora.  Estar al aire libre, meditar en la naturaleza y encontrar a  Dios en la creación. Te hace entender que la naturaleza es bastante resiliente.  La vemos volver a generarse a nuestro alrededor”. “Verdaderamente, creo que este momento que estamos viviendo es una crisis, pero también puede ser un  kairós. Un kairós, como dice el Papa Francisco, es una oportunidad, un momento oportuno para pensar, para convertirnos, para sufrir en nosotros esa profunda conversión ecológica y empezar a movernos en una dirección distinta.”   https://www.youtube.com/watch?v=CYuJpSFYyM8  

Chiara Lubich: compartir

Chiara Lubich en este pasaje nos invita a compartir con el prójimo lo que le falta para tener una vida digna. Es el mejor modo de prepararnos a la Navidad que festejaremos dentro de pocos días. La conversión del corazón, que se necesita para ir al encuentro de Jesús, no consiste en palabras bonitas o impulsos sentimentales, sino en hacer la voluntad de Dios y sobre todo, en amar a nuestro prójimo, en solidarizarnos concretamente y compartir con él cuando carece de lo necesario, nuestros bienes: comida, vestido, alojamiento, asistencia, etc. Es lo que Jesús enseñará más tarde. La vida cristiana, de hecho, no consiste principalmente en largas oraciones y penitencias agotadoras; no requiere cambiar de trabajo o profesión –a menos que esta sea mala en sí misma– sino vivir, en la actividad y en el estado de vida al que pertenecemos, el amor al prójimo. “El que tenga dos túnicas, que las reparta con el que no tiene; el que tenga para comer, que haga lo mismo”. (Lc 3,11). (…) Estamos en el mes en el que se celebra la Navidad. La Navidad para la Iglesia no es una simple conmemoración de un acontecimiento pasado, sino que es la celebración de un misterio siempre presente, siempre actual: el nacimiento de Jesús en nosotros y en medio de nosotros. ¿Cómo prepararnos entonces para la Navidad? ¿Qué hacer para que Jesús nazca o renazca en nosotros y en medio de nosotros? Amando concretamente. Estemos atentos para que nuestro amor al prójimo no se detenga en declaraciones o en sentimientos, sino que siempre pase a la acción a las obras pequeñas o grandes.

Chiara Lubich

(Chiara Lubich, en Parole di Vita, preparado por Fabio Ciardi, Opere di Chiara Lubich, Cittá Nuova, 2017, pag. 422-423)

Universidad Popular Mariana (UPM): El espacio de la conciencia

Universidad Popular Mariana (UPM): El espacio de la conciencia

Se ha inaugurado el 6 de noviembre de 2021 el ciclo de clases del nuevo curso de la Universidad Popular Mariana (UPM) del Movimiento de los Focolares, cuyo título es este año “Donde el hombre está solo con Dios: la conciencia”. Catherine Belzung, experta en neurociencia, y  Emanuele Pili, docente, relatores de la segunda lección, responden a algunas preguntas. La conciencia es el núcleo y el sagrario del hombre, en donde él se encuentra solo con Dios, cuya voz le resuena en la intimidad”. Las palabras que leemos en la Constitución Pastoral  Gaudium et Spes inspiran el título del nuevo curso de la UPM (Universidad Popular Mariana) de los Focolares, pensado para el año académico septentrional 2021-2022: “Donde el hombre está solo con Dios: la conciencia”. Un espacio “santo” es el de la conciencia moral, como explicó Renata Simon, co-responsabile para el aspecto de la sabiduría y el estudio del Movimiento de los Focolares, durante el primer encuentro de este recorrido, el 6 de noviembre de 2021: “La conciencia no encierra al hombre dentro de una impenetrable soledad, como en una celda aislada, sino que lo abre al llamado de Dios”. Analizar el tema en sus varias implicancias y en el contexto de la espiritualidad de la unidad, reflexionar sobre la capacidad de actuar según la responsabilidad de cada uno de entrar en diálogo consigo mismo y con esta voz, son sólo algunos de los objetivos que este curso se propone alcanzar. Un gran reto sobre todo en el mundo actual, como nos explican Cahterine Belzung, experta en neurociencia y docente del Departamento “Imagerie et Cerveau” de la Universidad François Rabelais de Tours (Francia) y Emanuele Pili, profesor adjunto en el Departamento de Teología, Filosofía y Ciencias Humanas del Instituto Universitario Sophia. Ambos serán relatores durante el segundo encuentro programado para el 18 de diciembre de 2021 cuyo tema es: La conciencia en un mundo plural, distintas perspectivas. La clase tratará los aspectos psicológicos relacionados con la conciencia moral, introduciendo de alguna manera la cuestión de la libertad y de sus posibles condicionamientos, materia de reflexión durante el tercer encuentro. Cada uno de nosotros se encuentra ante la situación de tener que escoger según una serie de valores, y ello lo vemos en varias perspectivas disciplinarias –explica Catherine Belzung–. Lo que varía a menudo son los conceptos y el lenguaje utilizado.  En las neurociencias hablamos de ‘mecanismos para tomar una decisión’, en otros campos se habla de ‘conciencia moral’. Hay que construir un diálogo para entender si las varias palabras utilizadas corresponden a un concepto común”. En la acción ¿estamos condicionados neurológicamente o somos libres? Somos personas completamente libres –afirma Catherine Belzung–. Algunas investigaciones han sido mal interpretadas e identifican al hombre como un títere en las manos del propio material genético y del propio cerebro.  En realidad nosotros no estamos determinados por nuestra biología”. Entender qué es lo que obstaculiza poderse escuchar y escuchar la voz de Dios en una realidad ruidosa como la que vivimos, pareciera ser el verdadero problema. “El tiempo en que vivimos –explica Emanuele Pili– es tan ruidoso y frenético que, a veces, se crea como una capa sofocante alrededor de nuestros deseos más íntimos y auténticos.  El hecho que la tecnología está omnipresente y todo lo invade cambia el proceso a través del cual se forma la identidad personal. Por lo tanto, el reto de escuchar nuestra interioridad es efectiva y  no simple de afrontar”. ¿Cómo salir de este callejón cerrado? Lo más importante, creo, es encontrar la forma de perforar la capa que tiende a obstaculizar la posibilidad de entrar en uno mismo – prosigue Emanuele Pili–.  Considero que mucho pasa por descubrir –ayudados también por la experiencia de la pandemia– las relaciones verdaderas y simples, vividas en su dimensión corpórea y emocional, capaces de dejar a un lado superficialidad y mediocridad. (…) Redescubrir la interioridad y el deseo que la inspira es el juego serio de la normalidad de la vida. Tal vez hoy perforar la capa que no nos permite acceder a la interioridad pasa también, y sobre todo, por saber escuchar este grito, a veces mudo o sofocado, del que los jóvenes, en el bien y en el mal, son el más vivo y eficaz testimonio”.

Maria Grazia BerrettaP

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Música de fraternidad en la ruta balcánica

Música de fraternidad en la ruta balcánica

El viaje del conjunto internacional Gen Rosso por la ruta balcánica, donde miles de migrantes viven situaciones dramáticas mientras intentan llegar a Europa buscando un futuro mejor. A partir de esta experiencia nace también el próximo concierto de Navidad con el título  “Refugee” que será transmitido gratuitamente en streaming. “Estamos cansados, muy cansados de vivir en estas condiciones, pero hoy hemos vuelto a encontrar y experimentar la alegría”. Son las palabras de Mariam, visiblemente emocionada, al agradecer al grupo internacional Gen Rosso en el campo de refugiados de Bosnia, después de la jornada transcurrida juntos. Mariam es iraní y junto con otros migrantes hoy vive en el campo de refugiados porque busca un futuro mejor, donde no haya guerras, odio ni persecuciones. Miles de refugiados como ella se encuentran detenidos en medio del frío y el hielo, en la así llamada “ruta balcánica”, con la esperanza de llegar a Europa. El Gen Rosso el mes de octubre de 2021 fue a Bosnia para llevarles alivio y esperanza a estos migrantes también mediante el arte, la música, el baile. Estuvieron en un campo de refugiados administrado por el Jesuit Refugee Service (Jrs), el Servicio de los Jesuitas para los Refugiados que ofrece alojamiento y ayuda de primera necesidad a los solicitantes de asilo y a los migrantes que intentan cruzar la frontera croata. “No teníamos ni la más mínima idea de qué y a quién íbamos a encontrar -explican los miembros de la  banda-, pero teníamos el deseo de hacer sentir la fraternidad a estar personas forzadas a un doloroso peregrinaje durante años”. Los migrantes no sólo necesitan ropa y comida sino también momentos de acogida y serenidad. Al inicio “nos topamos con la mirada interrogadora y un poco desconfiada de familias que se mantenían a distancia. No es fácil empezar una relación con personas provenientes de distintas culturas y tradiciones, para quienes están acostumbrados a la indiferencia, o incluso a la hostilidad, de muchos” explicaron. Quienes rompieron el hielo en un primer momento fueron los niños, que se acercaron para intentar tocar el tamborcito brasileño de Ygor del Gen Rosso. Poco a poco todos se animaron. “Quién sabe qué cosa han vivido estos niños y qué llevan en su corazón -cuenta Michele, el cantante solista de la banda-. Enseguida se creó un lindo ambiente. El hecho de que estuvieran presentes los niños, con su inmediatez y simplicidad, ayudó mucho”. Así empezaron los primeros diálogos. ¿Cómo te llamas? ¿De dónde vienes? Así desde la sospecha se fue abriendo paso la confianza. “Habíamos previsto dividirnos en grupitos – cuentan los músicos-, pero entendimos que todos querían permanecer juntos y después de tanto tiempo, hacer una fiesta, con cantos y danzas individuales y de pueblo, según sus propias tradiciones. Algunas mamás, para mostrarnos una danza típica, nos dejaron a sus niños en los brazos con la confianza que se deposita en los hermanos”. Un refugiado que tenía una pierna herida “agarró mi tambor -cuenta Helânio – sus ojos brillaban, era casi su única forma de expresarse. Me sentí feliz de ofrecerle esta oportunidad”. “Una mujer preguntó si podía bailar -cuenta Raymund, bailarín-. Sentía que alguien la estaba apreciando. Comprendí lo que significa acercarse a ellos a través de la música, que es capaz de reconstruir el alma de las personas, era evidente a través de sus ojos brillantes, que estaban felices”. Es una experiencia imborrable que ha inspirado también el próximo Concierto de Navidad que el Gen Rosso ha titulado precisamente “Refugee”. Tendrá lugar el 18 de diciembre de 2021, a las 21:00 hrs. (UTC+1), en el auditorio de Loppiano -puedes comprar aquí los boletos o a la entrada del auditorio- y será transmitido gratuitamente vía streaming desde la plataforma  web pública.la. Una velada dedicada especialmente a quienes en este momento se encuentran en situaciones de sufrimiento y marginación, con el deseo de llevar alivio, paz y esperanza.

Lorenzo Russo

Evangelio vivido: “Dichosa tú que has creído” (Lucas 1,45)

Tras la visita de la potencia del Altísimo, María acude a la casa de su prima Isabel, con el corazón lleno de alegría. Es el primer gesto misionero que la Madre de Dios realiza después de haber dicho su “sí”. Fue al encuentro del otro con una buena nueva. Navidad es el tiempo en que nosotros también nos proponemos dar este anuncio al mundo con generosidad. Como un charco En mi familia, en nombre de la libertad, nuestros hijos habían perdido toda medida y todo respeto. Un día, para no reaccionar mal y volver a tener la calma, salí a dar un paseo y, como suelo hacer, me puse a rezar el rosario. Pensaba en María. Había sido esposa y madre. Dentro de su corazón, silenciosamente, todo lo guardaba, incluso su dolor. Por más que me sentía como una mezcolanza de negatividad, el hecho de rezar y reflexionar me devolvió la paz y la fuerza para tratar de llevar a mi casa esa serenidad. De golpe, mientras caminaba, vi un charco de agua en el que se reflejaba el cielo.  Así es como yo me sentía: un charco que puede reflejar el cielo. Ello fue suficiente para volver a empezar con una nueva alegría. (F.A. Albania). Juntos Había programado con mi esposo que, regresando del trabajo, él se quedaría en casa para hacerle compañía a nuestro hijo John que tiene síndrome de Down. De ese modo, yo podría participar de un encuentro en mi parroquia, que para mí era muy importante. Sin embargo, últimamente, este pasarnos el uno al otro, de mano en mano, el deber de padres para con John sucedía demasiado a menudo, y como consecuencia de ello había notado en el muchacho reacciones negativas injustificadas.  Reflexionando, decidí renunciaar al encuentro para estar con él. Cuando supo que los tres estaríamos juntos en casa, su actitud desafiante desapareció. Mientras yo preparaba la cena, vino a decirme: “Perdón porque me porté mal contigo, mamá, empecemos de nuevo”. Se refería a algo que había hecho el día anterior y me quería decir que “volviéramos a querernos”. Me gustó que se hubiera acordado de esa ofensa. Mi esposo también estaba presente y la armonía familiar se consolidó. Pasamos una bellísima velada. Cuando John se fue a dormir estaba visiblemente feliz. (R.S. – Usa) En el hospital Ayer por la mañana, en el hospital donde desempeño tareas de voluntariado, fui a saludar a un paciente anciano.  Cuando le pregunté si quería recibir la Eucaristía, me sonrió haciendo un movimiento de la cabeza: “Hace tanto que no comulgo…”.  Le propuse: “¿Quiere rezar una breve oración?”.  Él respondió: “Sí, pero me tiene que ayudar, porque ya no recuerdo cómo se reza”. Empecé yo y, palabra tras palabra, me siguió.  Cuando acabamos la plegaria, sonrió nuevamente: “Me he emocionado”. Y pensar que por su aspecto yo habría dicho que era una persona insensible. Lo saludé con una caricia. (Umberto – Italia)

A cargo de Maria Grazia Berretta

(extraído de “Il Vangelo del Giorno”, Città Nuova, año VII, número 4, noviembre-diciembre 2021) Foto © Joachim Schwind – CSC Audiovisivi

EE.UU. | El trabajo de una empresa familiar para la protección del ambiente

Durante más de 25 años John y Julia Mundell han trabajado en el ámbito de la protección medioambiental. Su empresa, Mundell y Asociados, comenzó trabajando para resolver daños medioambientales y problemas provocados por los residuos tóxicos en Indianápolis. Hoy día el trabajo es conocido en todos los Estados Unidos y en otros países. Trabajar para preservar la tierra es para ellos una vocación para construir la unidad y una respuesta para salvaguardar nuestra casa común para las próximas generaciones. https://vimeo.com/651034029

Escuela Abbà: una flor de cuatro pétalos

Escuela Abbà: una flor de cuatro pétalos

Después de la Asamblea General de los Focolares, a principios del 2021, reinició la Escuela Abbà (Centro de estudios del Movimiento de los Focolares) con una nueva configuración. Para saber más entrevistamos a su Director, Mons. Piero Coda, quien fue el Director del Instituto Universitario Sophia de Loppiano (Italia), recientemente nombrado por el papa Francisco Secretario General de la Comisión Teológica Internacional. Usted estuvo en el primer grupo que Chiara Lubich convocó para conformar la Escuela Abbà: ¿cuáles son los objetivos de este grupo de estudio? ¿Cómo ha sido su experiencia intelectual y espiritual entrando en contacto con el pensamiento y la vida de Lubich? Seguramente por su don especial de Dios, participé en el inicio de esta experiencia con Mons. Klaus Hemmerle desde 1989, antes de que en el ‘90 iniciara oficialmente la Escuela Abbà. El objetivo que Chiara Lubich le confió desde un inicio a este original Centro de Estudios fue estudiar y desmenuzar las implicaciones teológicas, culturales y sociales del carisma de la unidad. Pero antes que nada que hiciera una experiencia de vida comunitaria, a partir del Evangelio de Jesús, en la luz que brota del carisma. Tanto que una de las últimas consignas que Chiara le dio a la Escuela Abbà, en el 2004, fue ésta: “¡Sean un cenáculo de santidad!”. Bien, este es el don y la tarea de la Escuela Abbà, aprender a habitar vitalmente, y también con el pensamiento, ese lugar que nos introduce ante la presencia de Jesús resucitado vivo en medio de los suyos, ese lugar que es la vida de Dios, el seno del Padre. Dicha vida -nos enseña Chiara en consonancia con el Evangelio y la fe de la Iglesia- es la vida misma de la Santísima Trinidad, no solo en los Cielos, sino en medio nuestro: “como en el Cielo así en la Tierra”. Para mí ha sido una experiencia única. La podría describir con las palabras de la carta de Juan: “mis ojos han visto, mis manos han tocado, mis oídos han oído… el Verbo de la vida”, los sentidos del alma se encendieron y han experimentado la luz de Jesús abandonado resucitado para poder mirar de una forma nueva la realidad. De este modo, más que antes, la teología se volvió para mí una realidad vital y fascinante y al mismo tiempo, al estar presentes en la Escuela Abbà expertos de todas las disciplinas hemos podido vivir la unidad también en la comunión de pensamiento, abriendo así el horizonte de la inter y transdisciplinariedad, es decir el descubrimiento de la raíz y de la meta común de todas las formas de saber, llamadas por lo tanto a dialogar entre ellas concretamente. La teología que ejerzo se ha visto extraordinariamente enriquecida en este diálogo conducido no solo a nivel interpersonal, sino también a nivel de relación entre las disciplinas. Recientemente la Escuela Abbà ha vivido un desarrollo ulterior y usted se ha convertido en su director a partir de  marzo 2021. ¿Nos puede decir en qué consiste este desarrollo? La Escuela Abbà tiene más de treinta años de vida y a lo largo de este tiempo se ha desarrollado y enriquecido mucho. Son casi 50 las personas que, en distintos períodos, han entrado a formar parte de ella, hasta el 2004 con la presencia constante y decisiva de Chiara. Después nacieron alrededor de sus miembros grupos de distintas disciplinas: psicología, sociología, política, economía, ciencias naturales, arte, diálogo… Actualmente son más de 300 personas en todo el mundo. Contemporáneamente con la Asamblea General de la Obra de María y como fruto de todo un camino de discernimiento comunitario, se constató que, en estos años, en la “flor” de la Escuela Abbà habían florecido “cuatro pétalos”, y por lo tanto se está tratando de darles una configuración unitaria y al mismo tiempo distinta, que reconozca y promueva este desarrollo al servicio de la misión de la Obra de María. Un “pétalo” está formado por quienes (unas quince personas) están llamadas a proseguir el estudio específico del significado carismático y cultural del evento del ‘49 como expresión peculiar del carisma de la unidad en la experiencia vivida por Chiara, Foco (Igino Giordani), las primeras compañeras y después poco a poco todos los que participan del carisma como un evento de gracia y que custodian el precioso testimonio escrito por la misma Chiara. Un segundo “pétalo” es el que está comprometido con la transmisión de este patrimonio de luz y doctrina a las nuevas generaciones: un grupo de 27 jóvenes estudiosos, con distintas competencias disciplinares, provenientes de todo el mundo. Un tercer “pétalo” recoge a quienes hasta ahora han formado parte de la Escuela Abbà, y que todavía siguen formando parte (un lindo grupo de 29 personas), en la perspectiva de realizar proyectos de investigación inspirados en el carisma y al servicio de la Obra, basados en sus respectivas competencias y experiencias. Y finalmente, el cuarto “pétalo” es el de los grupos disciplinarios esparcidos internacionalmente. ¿Qué proyectos tienen en mente para el futuro? Los proyectos los estamos compartiendo para discernir juntos cuáles emprender y cómo hacerlo. Se perfilan algunas cosas interesantes. La primera es conformar un “léxico” de la vida de unidad, una especie de vademecum, en donde las ideas fundamentales que surgen del carisma de la unidad se puedan presentar en forma universal y enriquecidas a la luz de todo el camino que se ha recorrido. Una segunda cosa es ofrecer un aporte, a partir de las características específicas del carisma, al camino sinodal de la Iglesia que el papa Francisco ha lanzado precisamente ahora. De hecho, creemos en ello hay algo importante, porque Chiara, en el ‘49, dijo que “el Alma” -este sujeto nuevo, personal y comunitario al mismo tiempo, que nace del pacto de unidad- es acogida en el seno de la Trinidad “bajo forma de Iglesia” y es “un grupo” que camina. Y sínodo, precisamente, es el nombre de la Iglesia que camina al lado de todos, empezando por los más pobres y descartados y por todos aquellos en quienes reconocemos el rostro y el grito de Jesús Abandonado. Después está el gran tema antropológico que interpela nuestro tiempo, es especial, la relación entre las personas y especialmente entre lo masculino y lo femenino y entre las distintas culturas. Y finalmente la relación entre las religiones, un signo de los tiempos y un objetivo específico del carisma de la unidad. Un miembro de los Focolares se podría preguntar ¿cómo puedo formar parte de la Escuela Abbà? ¡Toda la Obra de María es Escuela Abbà! Come decía Chiara, el Movimiento nació como una escuela. Tanto en la Escuela Abbà, como en la Obra, se trata de entrar en la escuela decisiva de Dios que hizo Chiara, Foco, las primeras focolarinas, los primeros focolarinos, especialmente en el ‘49. El compromiso por lo tanto es que la Escuela Abbà no sea una casa con las puertas cerradas, sino que sea toda ventanas y toda puertas, para que todos puedan participar en vivo. Veo, por ejemplo, la pequeña experiencia que estamos haciendo en Loppiano al ofrecer algunos estudios para permitir que todos puedan participar de esta luz. Es un hecho extremadamente positivo, también porque esta luz, cuando llega a personas en diversas situaciones, de distintas competencias, de distintas sensibilidades, suscita alegría y creatividad. La Escuela Abbà no es una realidad unidireccional, en el sentido que parte solo de la luz que se ofrece. La luz parte y regresa enriquecida por la experiencia, por las preguntas, por las soluciones que la vida del pueblo de Chiara encuentra y ofrece. Es una circularidad virtuosa, que se debe activar y promover siempre más y mejor.

Carlos Mana

Chiara Lubich: mejorarse y recomenzar

Todos los años cuando se acerca la Navidad, escuchamos la invitación a “preparar el camino al Señor”. (Cf. Is 40,3).  Dios que, desde siempre ha manifestado su deseo ardiente de estar con sus hijos, viene “a habitar entre nosotros”. Chiara Lubich en este escrito sugiere cómo prepararnos a su venida, cómo abrir nuestro corazón a Jesús que nace. Nosotros mismos, muchas veces, advertimos el deseo de encontrar a Jesús, de tenerlo cerca en el camino de la vida, de ser inundados por su luz. Para que Él pueda entrar en nuestra vida hay que quitar los obstáculos. No se trata ya de allanar los caminos, sino de abrirle el corazón. Es Jesús mismo el que enumera algunas de las barreras que cierran nuestro corazón: “robos, homicidios, adulterios, avaricia, maldad, engaño, inmoralidad, envidia, calumnia, soberbia…” (Mc 7, 21-22). A veces se trata de rencores hacia parientes o conocidos, prejuicios raciales, indiferencia ante las necesidades de los que tenemos al lado, faltas de atenciones y de amor en la familia… (…) ¿Cómo prepararle concretamente el camino? Pidiéndole perdón cada vez que nos damos cuenta de que hemos levantado una barrera que impide la comunión con Él. Es un acto sincero de humildad y de verdad con el cual nos presentamos ante Él tal como somos, expresándole nuestra fragilidad, nuestros errores, nuestros pecados. Es un acto de confianza con el cual reconocemos su amor de Padre “misericordioso y lleno de amor”. (Cf. Sal 103, 8). Es la expresión del deseo de mejorarse y volver a empezar. Quizás por la noche, antes de dormir, sea el momento más adecuado para detenerse, analizar la jornada trascurrida y pedirle perdón. También podemos vivir con mayor consciencia e intensidad el momento inicial de la celebración de la Eucaristía cuando, junto con la comunidad, pedimos perdón por nuestros pecados. Es de gran ayuda la confesión personal, sacramento del perdón de Dios, un encuentro con el Señor, a quien podemos ofrecer todos los errores cometidos. Volvemos a empezar salvados, con la certeza de que nos ha renovado, con la alegría de redescubrirnos verdaderos hijos de Dios. Es Dios mismo, con su perdón, el que quita cada obstáculo, el que “allana el camino” y restablece de nuevo la relación de amor con cada uno de nosotros.

Chiara Lubich

(Chiara Lubich, en Parole di Vita, a cura di Fabio Ciardi, Opere di Chiara Lubich, Cittá Nuova, 2017, pag. 766-768)

Tener a un santo como amigo

El 8 de octubre de 2021 concluyó en Génova (Italia) la fase diocesana del proceso de beatificación de  Alberto Michelotti y Carlo Grisolia. Los une la historia de un camino compartido, vivieron una verdadera amistad, capaz de superarlo todo. ¿Cómo podemos “hacernos santos juntos”? No es algo simple. Se requiere tiempo y sobre todo hay que caminar en la misma dirección, tener una misma fuente de luz. Así es la historia de Alberto Michelotti (Génova 1958 – Monte Argentera 1980) y Carlo Grisolia (1960 Boloña – Génova 1980), dos jóvenes de Génova que en algunos aspectos eran muy diferentes el uno del otro, pero estaban vinculados por una amistad y por un único deseo: poner a Dios en el centro de la propia vida. El ideal y el carisma del Movimiento de los Focolares los atrajeron fuertemente, y ello los unió en una relación basada en la comunión y la hermandad.  Ambos partieron al cielo en 1980, a distancia de 40 días el uno del otro; Alberto durante una excursión a la montaña, Carlo por un tumor. Dos amigos y un único proceso de canonización, iniciado por el Cardenal Tarcisio Bertone, arzobispo de Génova en 2005, que el pasado 8 de octubre concluyó su fase diocesana. Pero, ¿quiénes son realmente estos dos jóvenes? Alberto tenía pasta de líder, era un ganador, pero su liderazgo era en el “servicio” y lo acercaba cada vez más al prójimo, sobre todo a los más necesitados y a los jóvenes. Nació y se crió con su familia en las afueras de Génova; junto con sus padres concurría a la parroquia de San Sebastián. Participaba activamente en la vida parroquial y, tras un inicial compromiso con la Acción Católica, a través de un sacerdote, Mario Terrile, conoció la espiritualidad de Chiara Lubich, que lo deslumbró. Justamente durante la Mariápolis de 1977, un encuentro del Movimiento de los Focolares,  Alberto recibiría como un regalo una noticia nueva, algo que cambiaría para siempre su vida: “Dios amor”. Ese mismo año empezó a formar parte de los Gen (Generación Nueva), la rama juvenil del Movimiento, y allí conoció a Carlo con quien experimentaría una profunda unidad, capaz de superar las diferencias de temperamento que los caracterizaban. Carlo, a diferencia de Alberto, era un muchacho más introvertido y poético. Estudiaba agronomía y le gustaba leer, tocar la guitarra y escribir canciones. Era un soñador, una persona con alas, nada que ver con la gran pasión de Alberto por la montaña y la racionalidad matemática, típica de una persona como él era,  estudiante de ingeniería. Sin embargo, los unió algo grande, el deseo de llevar a los demás el ideal evangélico del mundo unido con alegría y entusiasmo y, sobre todo, las ganas de poner en práctica siempre el mensaje de Jesús “donde dos o más están unidos en mi nombre, yo estoy en medio de ellos” (Mateo, 18, 15-20).  Carlo había aprendido de los Focolares, que él conocía desde pequeño gracias a sus padres, la estrategia del “hacerse santos juntos”. Había sido una invitación lanzada por Chiara en un mensaje que para él se convirtió en un punto clave, sobre todo después de su traslado a Génova por el trabajo de su padre. Vir, “verdadero hombre, hombre fuerte” no es sólo el apelativo que la fundadora del Movimiento de los Focolares le atribuyó, sino que también con el tiempo pasó a ser un programa de vida para Carlo que sacaba sus fuerzas de Jesús, la única fuente de energía posible, como escribe en una de sus canciones: “Y respira en el aire el amor que te da este nuevo sol que nace sobre ti”. La amistad entre estos dos jóvenes duró tres años, pero entre las dos almas parecía vislumbrarse realmente la madurez de quienes han compartido mucho, de quienes han hecho la experiencia verdadera de la vida, desentrañándola; una madurez que por lo general es prerrogativa de los sabios. En el camino de búsqueda del Amor auténtico descubrieron la pureza como instrumento para alcanzar juntos la verdadera libertad y compartir este ideal con los amigos. Pensamientos profundos se entrelazaban en una trama de colores, escritos en trozos de papel que sustituían en ese entonces a nuestros mensajes por whatsapp. “Probablemente para ti será el año del servicio militar –le escribe Alberto a Carlo el día de su cumpleaños número diecinueve–. Tal vez se te presenten nuevas dificultades y nuevas alegrías. Como el día de hoy, que empezó con un sol fantástico y ahora, a las 16, se ha transformado en un gris invernal (…). Pero sin duda sabemos que detrás de esas nubes está el sol”. Alberto y Carlo se reflejaban el uno en el otro, reconociendo alegrías y miedos, luchas y conquistas y, confiados en ese Amor que lo puede todo, estaban dispuestos a vivir la frase del Evangelio: “Nadie tiene un amor más grande que éste: dar la vida por sus amigos” (Juan, 15, 13). Alberto perdió su vida en las montañas de Cúneo, el 18 de agosto de 1980, cayendo durante una escalada por un barranco helado en los Alpes Marítimos. Carlo no consiguió asistir a su funeral. El 16 de agosto había regresado del servicio militar para hacerse unos estudios médicos tras una serie de desvanecimientos y parálisis en las extremidades. En pocas horas, después del diagnóstico que no escondía la gravedad de la situación, quedó hospitalizado. Se trataba de una neoplasia. Le contaron de la muerte de Alberto, pero no había tiempo y tenían  que ir urgentemente al hospital. Fueron cuarenta días los que separaron a estos dos amigos antes de volverse a ver, y estar unidos para siempre. En los últimos días transcurridos en el hospital Carlo, aun sin fuerzas, recibía a todos con una gran sonrisa: “Sé adónde estoy yendo –le dice a una enfermera–. Voy a alcanzar a un amigo que partió hace unos días en un accidente en las montañas”. Carlo sentía fuertemente la presencia de Alberto a su lado y no veía la hora de realizar ese “salto en Dios” del que le habló a su madre en el hospital. Una zambullida en la inmensidad que lo llevó a la casa del Padre el 29 de septiembre de 1980. Hoy, a 40 años de distancia, ese invisible pacto sellado en la amistad de Alberto y Carlo es más fuerte que nunca y vive una nueva fase. Lo que mayormente sorprende es cuán extraordinario es este evento. En la historia de la Iglesia nunca había sucedido que el examen canónico de dos causas distintas se llevase en forma paralela y que se refiriese a dos amigos. Para que Alberto y Carlo sean definidos antes beatos y luego santos se necesitan dos milagros acaecidos por su intercesión, pero como la oración es única para ambos, serán, de todas formas, “santos juntos”.  Son la confirmación de una amistad espiritual como posible camino de santidad y la realización en sus vidas de ese “así en la tierra como en el cielo” y de esa alegría verdadera, fruto de una profética inspiración de Chiara: “A ustedes les deseo que se hagan santos, grandes santos, pronto santos. Estoy segura de que les estoy dando en las manos la felicidad”[1].

Maria Grazia Berretta

[1]    Mensaje de Chiara Lubich en “GEN”, Anno XV (1981), n. 4, p. 2-3

Friederike Koller: proximidad y grandes horizontes

Friederike Koller: proximidad y grandes horizontes

Siempre lista, disponible, cercana y al mismo tiempo capaz de ver la perspectiva global. Nos ha dejado el 5 de diciembre. Desde 2014 era consejera del Centro Internacional del Movimiento de los Focolares.

Friederike Koller cola fundadora del Movimiento de los Focolares Chiara Lubich

Hoy, saber mirar y contener un horizonte que se hace “cada vez más amplio” es un talento necesario para quienes ocupan cargos directivos en organismos internacionales que expresan la gran complejidad que caracteriza este momento. Friederike Koller tenía esta capacidad. Nos dejó el pasado 5 de diciembre después de una enfermedad repentina y una vida intensa, transcurrida principalmente entre Europa y África, pero vivida con mucha gente de todos los continentes. De hecho, de 2014 a 2020 Friederike, focolarina alemana, ocupó el cargo de consejera en el centro internacional del Movimiento de los Focolares como delegada central, junto a Ángel Bartol; es decir, fueron los colaboradores más cercanos de la presidente y copresidente del Movimiento, con una tarea importante y delicada: trabajar para mantener la unidad de las comunidades de los Focolares en el mundo. Un encargo “glocal” podríamos decir, con desafíos continuos y sumamente variados, donde las diversidades culturales, sociales y políticas exigían tener ante los ojos la visión global de pueblos enteros, sin olvidar, sin embargo, la atención a las personas individuales. Friederike era médica de profesión y, como dijo Peter Forst, focolarino alemán, “siempre se ha preocupado por curar, nunca por infligir nuevas heridas. Escuchar, saber esperar, dejarse tocar profundamente por las preguntas, implicarse siempre, estar cerca, afrontar conflictos, ganarse la confianza: estas fueron algunas de sus grandes fortalezas”. La atención a cada uno y las ganas de jugarse por algo grande han caracterizado las elecciones de Friederike desde pequeña: primero la música y la danza porque -explicó- la dejaban “entrar en un mundo que no pasa, que sabe a la eternidad”. Pero, con la adolescencia, surgieron los grandes interrogantes sobre el sentido de la vida. Una búsqueda que la llevó primero a inscribirse en la Facultad de Filosofía y luego a cambiar decididamente el campo de estudio: optará por la Medicina porque podría ayudar a muchas personas y quizás a captar el “secreto” de la vida. Un episodio trágico marcó un paso más hacia el descubrimiento de ese sentido que tanto buscaba: paradójicamente, la absurda muerte de una amiga, tras un grave accidente, hizo brecha a la presencia de Dios en ella y a un primer coloquio con Él. “Por primera vez -dice- aquel Dios que yo sentía solo como un ‘juez’ se convierte en vida, belleza, armonía”. Así descubre en Él la verdad que tanto había buscado. El primer contacto de Friederike con la espiritualidad de los Focolares coincidirá con el descubrimiento de un Evangelio “posible” y practicable. “Mi concepción individualista de pensar y hacer – dice – cayó y poco a poco comencé a mirar a las personas que me rodeaban como verdaderos hermanos y hermanas, confiando en el amor del Padre por cada uno”. La vida se vuelve intensa y rica: en el trabajo, con los jóvenes, atendiendo a los más pobres. “Sentía en mi interior el deseo de entregarme plenamente a Dios; al mismo tiempo me aterrorizaba perder mi libertad”. En ese período profundiza su conocimiento de María, la madre de Jesús: “Un día recordé aquel ‘sí’ que ella había dicho contra toda razón humana, a pesar de todos los miedos que ella también sentía. Me dio el valor de decir mi sí también”. Después de la escuela de formación de las focolarinas en Loppiano (Italia), vuelve a vivir en Alemania, primero en Colonia y luego en Solingen. Trabaja como médica durante quince años, que definirá como “una escuela de humanidad, de compartir, también de humildad y de profundo respeto ante la vida de tantas personas con retos inimaginables”.

Friederike con jóvenes en Nigeria

En 2010, el Movimiento de los Focolares buscaba una focolarina para un cargo de responsabilidad en Nigeria en un momento difícil para la situación social del país, con el estallido de actos terroristas. Friederike, entonces corresponsable de los Focolares en el noroeste de Alemania, no preguntó a otras, se ofrece para trasladarse allí. “Amaba de verdad al pueblo nigeriano –recuerdan las focolarinas de esa tierra– con sus enormes desafíos geográficos, étnicos y religiosos. Supo compartir nuestras heridas, siguió cada situación hasta el fondo. Nos acompañó y nos animó a elegir siempre a los últimos”. Tenía predilección por los que son descartados, por los pobres, los olvidados, unido a una atención a todo aquel que pasaba a su lado y que nunca cambió, incluso cuando ha ocupado cargos importantes. En los últimos años, cada 15 días, era voluntaria en el Centro Astalli de Roma (Italia), que acoge a mujeres migrantes. Preparaba la cena y ayudaba a limpiar la cocina si era necesario. A veces, con los invitados de la estructura, surgía un diálogo espontáneo, en algunos casos su experiencia como médico era valiosa. Permanecía despierta hasta que el último invitado no hubiese llegado a destino, a menudo a altas horas de la noche. A la mañana siguiente, muy temprano partía hacia Rocca di Papa, llegando directamente al trabajo en el Centro Internacional de los Focolares. También vivía el día a día de la vida de comunidad con sencillez y naturalidad. “Hizo todo con mucho cuidado. Con ella era muy difícil ser el primero en amar, inevitablemente siempre se era segundo…”. Fue un regalo conocer a Friederike – recuerda Conleth Burns, un joven irlandés con quien Friederike compartió el trabajo para el proyecto Pathways: “Ella siempre estaba dispuesta, disponible, cercana, capaz de ver el cuadro en una perspectiva global. Para ella, la unidad siempre fue a la vez: grande y pequeño, cotidiano y estratégico, personal y social. Y creo que la mejor forma que tenemos de recordarla es seguir su ejemplo y vivirlo plenamente”.

Anna Lisa Innocenti e Stefania Tanesini

Chiara Lubich: vigilar y orar

Estamos en el tiempo litúrgico del Adviento. Por lo tanto, de espera, de preparación para la Navidad. Un tiempo de vigilia y oración. Pero ¿cómo hacerlo? También aquí nos ayudan las circunstancias, los hermanos y hermanas que llenan nuestros días: el amor que seamos capaces de dar será nuestra oración, agradable al Cielo. “Vigilen y oren” (…). En estas dos palabras está encerrado el secreto para afrontar las situaciones más dramáticas de nuestra vida, pero también las inevitables pruebas cotidianas. Pero hoy, para nosotros, en el ritmo frenético y arrollador de la vida moderna, ¿qué esperanza podemos tener de no dejarnos adormecer por el canto de tantas sirenas? Por otra parte, esas palabras del Evangelio fueron dichas también para nosotros… Jesús no puede pedirnos, tampoco hoy, algo que no seamos capaces de hacer. Por eso, junto con la exhortación, no puede dejar de darnos también el modo que nos permita vivir según su Palabra. ¿Cómo se puede, entonces, permanecer despiertos y en guardia? ¿Cómo se puede permanecer en una actitud de oración constante? Tal vez hemos tratado de hacer todo nuestro esfuerzo posible para cerrarnos en defensa de todo y de todos. Pero ese no es el camino y no tardamos en darnos cuenta de que, tarde o temprano, hay que aflojar. El camino es otro y lo encontramos tanto en el Evangelio como en la misma experiencia humana. Cuando se ama a una persona, el corazón vigila siempre esperándola y cada minuto que pasa sin ella está en función de ella. Vigila bien quien ama. Es propio del amor vigilar. Lo mismo hace quien ama a Jesús. Todo lo hace en función de Él, al que encuentra en las simples manifestaciones de su voluntad, a cada momento, y que encontrará solemnemente el día en que Él venga (…) Esa sonrisa que hay dar, ese trabajo que tenemos que hacer, ese auto que hay que guiar, esa comida por preparar, esa actividad por organizar, esa lágrima derramada por el hermano o la hermana que sufre, ese instrumento que hay que tocar, ese artículo o carta que tenemos que escribir, ese acontecimiento feliz que compartimos alegremente, esa ropa que preparamos… Si lo hacemos por amor, todo, todo puede convertirse en oración. Para mantenerse vigilantes, para orar siempre, es necesario entonces permanecer en el amor: es decir, amar su voluntad y a cada prójimo que ponga a nuestro lado. Hoy amaré. Así vigilaré y oraré en cada momento.

Chiara Lubich

(Chiara Lubich, en Parole di Vita, preparado por Fabio Ciardi, Opere di Chiara Lubich, Cittá Nuova, 2017, pag. 634-636)

Mediterráneo: nuevos relatos sobre la unidad

Mediterráneo: nuevos relatos sobre la unidad

“Plantar semillas de paz y verlas florecer”. Las palabras de Margaret Karram durante la mesa del diálogo: “Semillas de esperanza contra profetas de la desventura: una colaboración entre Religión y Gobierno para una nueva política de unidad mediterránea” con ocasión del Rome MED 2021 organizado por el Ministerio italiano de Asuntos Exteriores y de la Cooperación Internacional y por el ISPI[1].   “Creo que en la región mediterránea las políticas gubernamentales tendrían que crear un ambiente político favorable al pluralismo y a la paridad de ciudadanía”. Con estas palabras,  Margaret Karram, Presidente del Movimiento de los Focolares, intervino en Roma, el 3 de diciembre de 2021, en la séptima edición del  Rome MED 2021 (Mediterranean Dialogues). “Pienso que las religiones también –prosiguió– pueden ser parte de la solución, ofrecer y promover una narración distinta. (…) Cada uno de nosotros tiene un relato propio y debemos escuchar, comprender y respetar el de la otra persona”. El evento, que se llevó a cabo en Roma del 2 al 4 diciembre de 2021, es la iniciativa anual de alto perfil promovida por el Ministerio italiano de Asuntos Exteriores y de la Cooperación Internacional y por el ISPI (Instituto Italiano para los Estudios de Política Internacional), que pone en diálogo a políticos, académicos, empresarios, exponentes religiosos y ONG, acerca de las oportunidades que el Mediterráneo ofrece y de cómo afrontar las numerosas crisis que lo circundan y lo atraviesan. El discurso de Margaret Karram formaba parte del panel cuyo título era: “Semillas de esperanza contra profetas de la desventura: una colaboración entre Religión y Gobierno para una nueva política de unidad mediterránea”. En el diálogo, moderado por Fabio Petito (Head, Religions and International Relations Programme ISPI) y Fadi Daou (cofundador de la Adyan Foundation), intervinieron la Viceministra para los Asuntos Exteriores y la Cooperación Internacional en Italia, Marina Sereni, Noemi di Segni (Presidente de la Unión de las comunidades judías italianas), Azza Karam (Secretario General, Religiones por la paz), Mons. Miroslaw Wachowski (Subsecretario para las Relaciones con los Estados de la Santa Sede) y Haya Aliadoua (Consejero del Secretario General, Liga Musulmana Mundial). La reflexión del panel sobre la crisis de la falta de unidad que ya desde hace tiempo, por varias razones, preocupa a  las orillas del Mediterráneo –escenario de desencuentros entre las varias civilizaciones– fue el hilo conductor de  los temas del debate y, al mismo tiempo, dejó libre espacio a nuevas posibles iniciativas y a una mayor participación de los líderes religiosos y de las comunidades en la vida pública, para promover nuevos caminos de fraternidad y paz. “Justamente ayer –dijo Margaret Karram– el Papa Francisco, llegando a Chipre, destacó que el ‘mare nostrum’ –como lo llamaban los romanos– es ‘el mar de todos los pueblos que a él se asoman para estar en conexión, no para dividirse’[2]. Pienso que ésta es la verdadera identidad del área mediterránea”. Pensar en el Mediterráneo, continuó Margaret Karram, no como una continua crisis sino como una oportunidad para trabajar de manera efectiva: “Estamos presentes como Focolares en esta región del Mediterráneo desde hace más de 50 años.  Ser portadores de compromiso interreligioso en la vida cotidiana, ayudando concretamente en sus necesidades, es la lección que hemos aprendido y que fuertemente valorizamos; creo que las estrategias de alto nivel no tienen un impacto profundo”. Al hablar de acciones concretas la Presidente de los Focolares ofreció algunos ejemplos y testimonios que, desde el Líbano a Siria, manifiestan la importancia de poner en el centro a la persona, el cuidado de las relaciones y de las diversidades y remarcan el rol que las religiones pueden jugar en este campo. “El Amor y el cuidado por todo ser humano son el núcleo de este mensaje –concluyó–.  Las religiones tienen esta capacidad natural de crear una red, de atraer a las personas a un espacio en donde podemos plantar semillas de paz, semillas de esperanza, y verlas florecer”.

Maria Grazia Berretta

[1] El Instituto de Estudios Políticos Internacionales – ISPI, fundado en 1934, es el grupo de expertos italiano más antiguo especializado en asuntos internacionales. [2] Papa Francesco, Encuentro con las autoridades, la sociedad civil y el cuerpo diplomático – “Ceremonial Hall” del Palacio Presidencial en Nicosia (Chipre), 2 de diciembre de 2021. Cfr. https://www.vatican.va/content/francesco/es/speeches/2021/december/documents/20211202-cipro-autorita.html

“Juntos por Europa”: realizar la unidad viviéndola

“Juntos por Europa”: realizar la unidad viviéndola

Por el camino de la diversidad reconciliada. Éste es el corazón del último encuentro de los “Amigos de Juntos por Europa” (JpE), evento que tuvo lugar el 6 de noviembre pasado en Castel Gandolfo (cerca de Roma). Reflexiones y experiencias de vida para una comunión de itinerarios, que se hace cada día más concreta. La red internacional de los Movimientos cristianos en este 2021 también se ha renovado: 16 miembros del Comité de Orientación “Juntos por Europa” (Comunidad San Egidio, YMCA Alemania, Efesia Francia, ENC Austria, Focolares, Schönstatt, Syndesmos) y más de 150 personas conectadas a través de la web se encontraron el 6 de noviembre de 2021 en el Centro Internacional del Movimiento de los Focolares de Castel Gandolfo (Italia) para un momento de compartición y compromiso concreto. Los temas tratados han sido la polarización, la reconciliación y la diversidad reconciliada. La jornada, animada con varios aportes y discursos, recibió la contribución de Gerhard Pross, YMCA (Young Men’s Christian Association) de Esslingen (Alemania), actualmente moderador de “Juntos por Europa”, y de Margaret Karram, Presidente del Movimiento de los Focolares. En su discurso, Pross, invitó a ser “portadores de esperanza”: “En medio de los trastornos y la crisis de nuestro tiempo, podemos vivir la esperanza indestructible del Evangelio y ser mensajeros de Dios”. Margaret Karram, con su mensaje de unidad en tiempos de polarización, alentó a todos a ser “apóstoles del diálogo”: “El hecho de comprometerse con otros horizontes culturales, formas de pensar, costumbres y paradigmas dignos de aprecio, no desorienta, sino que enriquece”. Desde siempre la misión de JpE es el libre converger de Comunidades y Movimientos cristianos de diferentes Iglesias capaces de crear relaciones de comunión en el respeto de las diversidades. Una respuesta efectiva a la constante exigencia de una cultura de la reciprocidad y de la fraternidad. Desde hace tiempo, las Comisiones nacionales y los grupos de trabajo que se han ido formando espontáneamente durante estos años dan su aporte compartiendo su trayectoria. De la República Checa, la narración del viaje que el 9 de mayo de 2021, el Día de Europa, llevó a algunos miembros de JpE a la Montaña Blanca, cerca de Praga.  A distancia de 400 años, en el terreno que los vio enfrentarse durante la guerra de los Treinta años (1618-1648), católicos y protestantes admitieron en público las propias culpas, deseosos de ponerse –en el perdón– al  servicio de la sociedad bohemia, hoy en gran parte no creyente. En Alemania la Comisión Nacional a finales del año 2020 proclamó un año bajo el signo del encuentro y de la amistad.  De hecho, a partir de enero se ha creado un “salón virtual” en donde, una vez al mes, las varias realidades están invitadas a volverse a encontrar y donde, a rotación, es entrevistado un representante de una Comunidad, para conocerse mejor y compartir experiencias. Serbia ofreció su aporte contando la acción de un grupo de Movimientos pertenecientes a distintos países comprometidos en el apoyo a los refugiados: “En Belgrado estamos en contacto a menudo con varias personas en los campamentos de refugiados. Después de presentar el pedido de asilo en Hungría ante la Embajada en Belgrado la espera es generalmente larga y, ofreciéndoles comida y alojamiento, nacen amistadas hermosas que continúan luego en la oración en común y en las visitas recíprocas”. https://www.together4europe.org/il-green-pass-invisibile/

Maria Grazia Berretta

Nace “Nueva Global Foundation”

Una plataforma que crea una red de todas las “Ciudad Nueva” del mundo. El primer evento.

La Unity Conference 2021, con el tema Innovar nuevas formas de inclusión en un mundo dividido, pondrá de relieve cuestiones relacionadas con la construcción de economías más resilientes e inclusivas, con temas sobre la inversión de impacto social y el impacto del cambio climático, entre otros. La conferencia también marca el lanzamiento oficial de la Nuova Global Foundation y se espera que atraiga a participantes de los medios de comunicación, las empresas y la filantropía de más de 21 países de todo el mundo.

El evento, que se celebrará el 30 de noviembre de 2021 entre las 13:00 y las 15:00 horas (GMT +1), se podrá seguir online y en directo en el Centro Mariápolis de Castel Gandolfo (Roma, Italia) contará con la participación entre los relatores de Margaret Karram, presidenta del Movimiento de los Focolares; Jesús Morán, copresidente del Movimiento de los Focolares; el reverendo Kyoichi Sugino, miembro del Consejo de Administración de la Fundación Nuova Global; Réka Szemerkényi, economista, miembro del Consejo de Administración de la Fundación Nuova Global; Richard B. Tantoco, Presidente y Director General de la Energy Development Corporation (EDC); Olayemi Wonuola Keri, Director General de Heckerbella Limited.

Nuova Global Foundation es una plataforma de reciente creación que conecta la red mundial de revistas y editoriales afiliadas a Città Nuova. Su objetivo es apoyar el desarrollo de los medios de comunicación para difundir el ideal de la fraternidad universal y de un mundo unido y hacerlo realidad inspirando a millones de personas.

Nuova Global Foundation es una organización mundial sin ánimo de lucro, fundada por el Movimiento de los Focolares. Sirve como plataforma que apoya el desarrollo de organizaciones de medios de comunicación y proyectos periodísticos que ponen en luz retos y soluciones globales para el bien común y el desarrollo humano mundial. NGF apoya una creciente red mundial de afiliados en 5 continentes y 21 ciudades, que trabajan colectivamente para crear ideas y soluciones para un crecimiento inclusivo y sostenible en nuestra sociedad global.

Para obtener información sobre el programa del evento e inscribirse gratuitamente, visite: https://nuovaglobal.org/unity-conference/

https://www.youtube.com/watch?v=BJslsmsm3fQ&list=PL9YsVtizqrYv18NXXvmKCOG8fN1hSihhE

Chiara Lubich: Cambiar para generar un mundo nuevo

El 4 de marzo de 1989, Chiara Lubich respondía a las preguntas de los animadores de Jóvenes por un Mundo Unido. En este fragmento se refiere al cuidado de la creación, una temática nueva para aquello años y una verdadera urgencia para la humanidad entera todavía hoy. El desarrollo de las ciencias, el desarrollo, de la técnica… ha sido algo enorme, maravilloso, que nos ha dejado atónitos a todos. Pero […] la mayor parte de las veces se ha dado prescindiendo de Dios. Y ahora estamos en un planeta, que como saben, si continuamos así, puede estallar de un momento a otro, o mejor dicho, puede llevarnos a todos a otra catástrofe, que ya no es la atómica, sino la catástrofe… ahora ecológica, etc., a todas estas cosas. […] Parece que los hombres lleven puestas unas enormes botas de montaña y hayan caminado a lo largo de estas décadas así, así, y así dentro del barro, salpicando por todas partes; y hayan lanzado a la atmósfera cosas nocivas, a las aguas cosas que contaminan, a los mares lo mismo; han hechos estragos con los árboles, han estropeado todo. Y sin embargo había grandes descubrimientos, muchas cosas maravillosas, un gran progreso. El bien mezclado con el mal. Pero no actuaron a los ojos de Dios, no escucharon a Dios. Y ahora, también este fenómeno nos obliga a reexaminar las cosas todos juntos desde la perspectiva del mundo unido. Si no resolvemos este problema todos juntos, no lo resolveremos. Esto prueba que todo tiende a la unidad. Hasta las cosas mal hechas nos hacen entender que habría que realizar una fraternidad universal, pero basada en Dios. Sí, sería preciso hacer, hay que vivir en este mundo sin arruinarlo todo, pero recordando que Dios existe. […] En fin, hay un impulso (incluso partiendo de algo negativo) que empuja todo hacia la unidad, que nos obliga a ser una sola cosa, como el problema ecológico, por ejemplo; y nos obliga a formar una fraternidad diferente. […] Miren. Todos los acontecimientos, sobre todo los dolorosos, que son los más difíciles de interpretar, tienen que ser considerados de dos formas […] tal como son, porque materialmente son así; pero viendo que dentro de ellos hay algo, está la mano de Dios, la Providencia de Dios que los transforma, como por una alquimia, y los convierte en combustible para nuestra vida espiritual. Era necesaria la cruz para redimirnos; era necesario ese sufrimiento, ese grito –”Dios mío, ¿por qué me has abandonado?”– para redimirnos. Hace falta también nuestro sufrimiento para lograr crear un mundo nuevo, para cambiar el mundo, cambiar a las personas, cambiar a las criaturas. Hace falta padecer, sufrir.

Chiara Lubich

(Chiara Lubich, Respuestas a las preguntas de los animadores de Jóvenes por un Mundo Unido, Castel Gandolfo, 4 de marzo de 1989).

Perú: Como en familia

El testimonio de una pareja del norte de Perú, sobre cómo han afrontado la enfermedad de la hija sostenida por el amor de Dios y por una gran familia que se sumó a la propia. “Estábamos cenando, cuando me di cuenta de que nuestra hija menor tenía un bulto en la garganta que le producía un gran malestar –cuenta Marisela, la madre–. El médico la examinó y en la ecografía se evidenció un tumor de 5 cm. Nos aconsejó que consultáramos al endocrinólogo para ir más a fondo.  El especialista ordenó hacer una biopsia, que, lamentablemente, confirmó la presencia de un tumor maligno con metástasis. Era necesario operar de urgencia. Fue para nosotros una noticia muy fuerte, que no nos esperábamos Llegando a casa, me encerré en el baño para desahogarme y, llorando, le pregunté a Dios del por qué de este sufrimiento”. “Me sentía muy angustiado, la operación era cara –continúa Luis, el padre– pero traté de evitarle la preocupación económica a Marisela. Pediríamos un préstamo para la intervención quirúrgica que se haría en Lima, la capital, sin embargo, ¿dónde nos alojaríamos durante todo el tiempo que requiriera  la operación y la convalecencia? Nos pusimos en contacto con los responsables del Movimiento de los Focolares, del cual participamos. Nuestro Centro ya estaba ocupado por algunas familias venezolanas inmigradas a Perú a causa de la difícil situación que se vive en ese país, no obstante nos dijeron que un religioso del Movimiento ofrecía para nosotros la casa de huéspedes de su congregación. Sentimos así la cercanía de Dios. En Lima, el especialista en Neoplásicas ordenó, por seguridad, hacer una segunda biopsia y otros exámenes, pero  también esta última esperanza se esfumó con la confirmación del diagnóstico. Nuestra hija rompió en llanto y el médico la consoló, asegurándole que todo iría bien”. “Desde los focolares de Lima se organizaron para juntar una suma de dinero que pusieron a nuestra disposición y que fue suficiente para cubrir el costo de la operación. A su vez, nuestra hija mayor organizó una rifa que sirvió para cubrir otros gastos. La noche antes de la operación vino a visitarnos el Padre Nacho, quien suministró la unción de los enfermos a nuestra hija y nos acompañó hasta la clínica.  Durante la intervención quirúrgica, un ejército de personas rezaba para que todo fuera bien. ¡Y así fue!”. “El médico, luego, nos dijo que se implementaría la Yodo terapia –explica Luis–. ¡Un tratamiento con un costo muy elevado para nosotros! Pero la fe mueve montañas y cura a los enfermos, nos dijimos. La doctora nos ayudó a registrar a nuestra hija en el SIS (Sistema Integral de Salud) y, al verificar sus datos, resultó que estaba ya registrada. Alguien, que no conocíamos, estaba pagando su seguro de salud desde hacía tres meses. ! Fue una gran sorpresa para nosotros! De esta manera  todos los exámenes nos salieron gratis y también la terapia necesaria”. “Una vez más –concluye Marisela–, constatamos el poder de la oración y hoy estamos muy agradecidos a esta gran familia del Movimiento de los Focolares por el amor expresado en mil modos y por no habernos dejado solos en estos momentos tan difíciles”.

Recogida por Gustavo E. Clariá

Evangelio Vivido: la valentía de hacer las paces

Evangelio Vivido: la valentía de hacer las paces Ser constructores de paz quiere decir también actuar con generosidad, ser solidarios con quienes nos rodean, ir más allá y descubrir los caminos que nos permiten acercarnos al otro haciéndole sentir nuestro abrazo. Un dulce En nuestro vecindario vive una familia musulmana. Con motivo de la fiesta que ellos celebran por el final del Ramadan, pensamos ir a felicitarlos y llevarles un dulce (habíamos sabido que se acostumbra hacer así). Dado que no estaban en su casa les escribimos una tarjeta y dejamos el paquete con el dulce y la tarjeta delante de su puerta. Más tarde nos encontramos. Habían salido por los festejos y a su regreso habían encontrado el pequeño regalo. Con una gran sonrisa, el marido nos agradeció diciendo: «Desde hace 25 años vivimos en Suiza y nadie nos había felicitado. ha sido un gran placer».  La alegría en mi corazón era doble. (Adriana – Suiza) De un emparedado al céntuplo En el bolsillo tenía dinero suficiente solo para un emparedado. Al salir de la cafetería, vi a una señora que miraba con esperanza a todos los que comían. Seguramente tenía hambre y esperaba que alguien le diera algo. En el fondo, podía comer algo más tarde, en casa. Así que tomé mi emparedado y se lo di, haciéndola feliz. Después la acompañé a la frutería y le pedí al dueño si le podía dar fruta y que yo se la pagaría al día siguiente. Él en cambio le dio una bolsa llena de fruta gratis. Me sentí muy feliz al ver cómo de un emparedado puede derivar el céntuplo. (F.M. – India) Un café fue suficiente En el trabajo después del regreso de las vacaciones me esperaba una sorpresa, un nuevo empleado, al terminar la capacitación, se había acomodado en mi oficina. No solo porque había invadido “mi” espacio, pero desde el primer momento me resultó antipático por su forma de actuar y de hablar de todo y de todos… ¿Lograría trabajar con él? Y pensar que había regresado después de restaurar mis fuerzas, pero sobre todo mi espíritu. De hecho, con toda la familia había participado en un retiro basado en cómo vivir el Evangelio en la vida cotidiana. Y justo estaba ahí a prueba, tenía que trabajar codo a codo con ese tipo “difícil”. Me estaba preguntando cómo hacer para amar a alguien así, cuando de lejos me llegó aroma de café… ¡Idea! Enseguida fui a buscar dos, para mí y para él. Sorprendido por el gesto inesperado, el colega me dijo: «¿Cómo hiciste para saber que necesitaba un café?». Riendo le dije que era adivino. A partir de ese simple gesto de cortesía las cosas cambiaron y después nos volvimos verdaderamente amigos. (V.J.M. – España)

a cargo de Maria Grazia Berretta

(tomado de “Il Vangelo del Giorno” (El Evangelio del día), Città Nuova, año VII, n.4, noviembre-diciembre 2021)

Afganistán: Una amistad que salva la vida

A partir de la acogida de un grupo de afganos en una estructura del Movimiento de los Focolares en Italia, la historia de la amistad que hizo posible su llegada. La amistad entre Costanza Quatriglio, directora de cine italiana, y dos actores afganos, Basir Ahang y Mohammad Jan, de etnia Hazara, que desde hace años son víctimas de persecuciones. https://vimeo.com/620774318

Chiara Lubich: mejor que ayer

Si tratamos de mejorar cada día, podemos ser, también nosotros constructores de paz como nos invita a hacer la Palabra de Vida de este mes de noviembre de 2021. Nosotros aspiramos– porque así lo quiere nuestro Ideal– a la unidad del mundo entero. Y por esto (para que haya paz en todas partes) rezamos todos los días en el time-out. Ahora bien, uno de los medios que tenemos para lograr este fin es comprometer en el mismo, (por la unidad y por tanto por la paz), al mayor número posible de personas, en cuanto fieles de una religión (…). Por lo tanto, les invito a todos a reavivar la relación con ellos, ya que fieles de las diversas religiones los hay por todas partes. Ciertamente, lo que nos pide la voluntad de Dios es siempre algo revolucionario. Sabemos que en este campo existen siglos de inmovilidad a nuestras espaldas, y con frecuencia, de hostilidad; por lo tanto, es una lucha por la paz la que tenemos que emprender y es necesario prever, entrenarse y prepararse. Por esto querría aconsejar, primero a mí misma y después a todos ustedes, algo que nos ayude en las próximas semanas a tener un apoyo más, a añadir algo a lo que ya hacemos, a estar más vigilantes que antes, a crecer y crecer continuamente, para no fallar (sabemos que si no se avanza se retrocede): algo que nos haga mejorar cada día más en el vivir nuestro Ideal. Este algo podría consistir en decirnos a nosotros mismos, antes de hacer cada acción: “Hoy mejor que ayer”. Muchas acciones de nuestra vida tienen aspectos que se repiten: rezamos todos los días, comemos todos los días, salimos, estudiamos, trabajamos, encontramos a personas, dormimos, paseamos, hacemos las tareas de la casa, descansamos, etc. Pues bien, realicemos cada acción precediéndola de un “mejor que ayer”, y comprometámonos a ello. Así seremos como Dios nos quiere: somos un Movimiento y no nos está permitido detenernos. Tendremos más gracias y más facilidad para poner en práctica la tarea específica de este mes: tomar en gran consideración a los fieles de otras religiones y colaborar con ellos para la paz y la unidad del mundo.

Chiara Lubich

(Cf. Chiara Lubich, Santificarse juntos, Ciudad Nueva, Madrid, 1994, pp. 78-80)

India / Nepal: Una red de esperanza durante la pandemia

Muchas luces en la pesadilla del Covid en India y Nepal: una red de ayuda que trabaja para proporcionar oxígeno a los hospitales de la ciudad de Mumbai y la historia de un padre que se curó gracias a este oxígeno; jóvenes del Movimiento de los Focolares que procuran alimentos para un centenar de familias del lugar; la comunidad del Movimiento de Nepal que, gracias a la ayuda recibida, proporciona alimentos, material escolar, medicinas y ayuda económica a personas con dificultades. https://vimeo.com/619795257

Las Mariápolis a pesar del COVID

Las Mariápolis a pesar del COVID

También este año se llevó a cabo la Mariápolis, o “Ciudad de María”, en diversas partes del mundo, que desde el inicio del Movimiento de los Focolares reúne por algunos días a personas de los más variados orígenes, que quieren conocer el espíritu y estilo de vida de los Focolares, animándolos a vivir un laboratorio de fraternidad universal. “Veníamos de todas partes de Francia y muchos expresaron la alegría de redescubrir las relaciones presenciales y descubrir que la unidad se puede vivir a pesar del futuro incierto”. Con estas palabras las y los focolarinos en Francia relatan los días que vivieron en la Mariápolis de Ressins. Se celebró en forma presencial y ha sido muy lindo volver a vernos después del largo período de COVID. “Tomar impulso… para vivir la fraternidad hoy”, así era el título del evento al que asistieron más de 300 personas. También en Eslovenia se celebró en forma presencial con 200 participantes la Mariápolis titulada El amor: medicina para todo. “Caminando con los niños – dice Bárbara, presente en el evento con sus tres hijos pequeños, a quien hace un año se le descubrió un cáncer – escuché la voz de Jesús que me dijo: No te envié esta enfermedad porque no te amo, sino porque te amo aún más”. La enfermedad despertó un gran amor entre ella y su esposo y una extraordinaria confianza en Dios. Las palabras de Chiara Lubich y las experiencias ayudaron a descubrir la preciosidad de las relaciones, construidas por amor. En Paraguay la Mariápolis se llevó a cabo online. Los “gritos de la humanidad sufriente”, el “grito de la creación” y “los gritos de las nuevas generaciones” fueron los temas abordados. “Hemos podido ver las desigualdades e intolerancias de nuestra sociedad y cómo podemos responder a estos gritos de sufrimiento”, dice Silvia. La alegría de la Mariápolis se sintió, no solo de los paraguayos sino también de las personas de diversas partes del mundo que participaron. En la zona de San Pablo, Brasil, la Mariápolis titulada Nueva Cultura, estableciendo diálogos, se llevó a cabo online con más de 1300 personas conectadas y más de 4000 visitas en YouTube. A continuación, algunas impresiones. “El tema de la ecología con la presentación del Dado de la Tierra ha ampliado mi visión de cómo cuidar y mejorar nuestra casa común”. “Lo que me pasó hoy muestra la acción de Dios. ¡Me levanté feliz y lista para amar más! Fui al mercado y a la salida me encontré frente a mi hermana con quien no hablamos desde hace 10 años. Pensé que no podía perdonarla, pero en cambio le dije que sí a Jesús y fui a hablar con ella”. Finalmente, en Venezuela la Mariápolis ha sido definido como “un oasis en el desierto” debido al COVID y la incertidumbre del futuro. Escriben desde la comunidad local: “Nos llenó de esperanza y ha reforzado en cada corazón el reconocernos como familia de Chiara”. “Prometo convertirme en un superhéroe que siempre cuidará el planeta – dice un niño de 9 años -, que ayudaré a todas las personas y seré un buen ciudadano, dando ejemplo con mi vida y haciendo siempre el bien”. Una señora con COVID que siguió desde su cama dice: “¡Aquí estoy! Yo también estoy… la mejor experiencia que podía vivir en este momento es sentirme rodeada del amor de Dios a través de todos ustedes”.

Lorenzo Russo

Evangelio Vivido: “Bienaventurados los que trabajan por la paz porque serán llamados hijos de Dios” (Mt 5, 9)

Como un sitio siempre abierto donde todos están llamados a “hacer”. Esta es la paz, no solo la ausencia de guerra o un concepto abstracto. Es algo que debemos construir juntos afrontando todas las dificultades y partiendo por lo pequeño. Otro Rob Rob se había ido de casa después de una discusión que pareció poner fin a nuestro matrimonio. Habían pasado dos años desde su partida, sin noticias de él salvo alguna información dada por sus padres: estaba haciendo las audiciones para una película y empezaba a incursionar en el mundo del cine. Cuando regresó de Italia decepcionado y sin un centavo, parecía un perro apaleado. Llorando, pidió perdón. El hombre que había amado, estimado y elegido como compañero de vida me parecía ahora un extraño, un fracaso. ¿A dónde estaba su orgullo? ¿Y la belleza que era su vanagloria? En cuanto a mí, durante la ausencia de mi esposo me había acercado más a la fe y había comenzado a apoyar mi vida en valores que había descuidado. Cuando regresó, me pareció que Dios estaba probando mi fe. Salí reforzada. Ahora él también ha encontrado no solo una nueva paz, sino que juntos estamos descubriendo una nueva forma de vida. Solo ahora parece que estoy empezando a conocer a otro Rob. (R. H. – Suiza) Constructores de unidad Durante una reunión de trabajo online, en mi grupo integrado por miembros de diferentes países, luego de las distintas presentaciones, alguien arriesgó imprudentemente las definiciones de los demás según el “color” político, con acentos de nacionalismo y fascismo. La tensión que surgió terminó degenerando en un escandaloso intercambio de palabras. Como periodista que había viajado mucho y también había estudiado la historia de los países en cuestión, mi opinión era muy diferente a la de quien, por otro lado, se basaba en rumores y en lo que decían los medios. Ese día la sesión fue un verdadero fracaso. Al día siguiente, preparándome para otro grupo de trabajo, estaba dispuesto a resaltar en cada participante solo los elementos que construyen y no los que dividen. Las cosas fueron de otra manera, tanto que cuando llegó mi turno de intervenir, todos se sintieron valorados. De ahí una reflexión: uno puede llegar a ser, aunque sólo sea en silencio, cómplice de la desintegración o bien un elemento constructivo y de unidad. La realización del sueño de Jesús “que todos sean uno” es costosa. (G.M. – Hungría) En el silencio En el hospital tenía que hacer guardia nocturna con otro médico. Cristiano, pero no practicante, al verme asistir a misa casi todos los días, a menudo se burlaba de mí. Nuestro turno duraba toda la noche, pero él me dejaba al final de la tarde y eso significaba mucho más trabajo para mí. A pesar de esto, traté de mantener una actitud abierta hacia él, sin juzgar, durante un mes, dos… Un día expresó el deseo de venir a misa conmigo («En estos meses, por tu forma de amar en silencio, he aprendido muchas cosas»). Desde entonces, no solo hace su turno hasta el final, sino que se preocupa que no me canse demasiado durante la noche. (Bashar – Iraq)

Maria Grazia Berretta

(tomado de Il Vangelo del Giorno, Città Nuova, año VII, n.4, noviembre-diciembre de 2021)

Brasil: Directamente a tu casa

Una entrega a domicilio especial, se trata de una actividad alternativa que la Espiga Dorada (Espiga Dourada), la panadería que está en la entrada de la Mariápolis Ginetta (San Pablo, Brasil), ha creado para poder garantizar su servicio cotidiano también en época de pandemia. “Esta emergencia realmente ha cambiado todo, pero al mismo tiempo nos ha donado una visión nueva, distinta, diría que mucho más bella, más libre. Nos dimos cuenta de las nuevas necesidades que las personas tienen”. Son las palabras de Adriana Valle, focolarina italiana quien se trasladó a Brasil hace ya más de 41 años. A pocos pasos de la Mariápolis Ginetta, la ciudadela de los Focolares que está a la entrada de San Pablo, se encuentra la Espiga Dorada (Espiga Dourada) y Adriana es la responsable de esta actividad que empezó en 1988 en la calle y solo después se convirtió en una verdadera panadería. Hoy como entonces, en este lugar se ofrece a los clientes mucho más que un simple pan, es un punto de referencia para todos los que quieren participar en esta misión que ni siquiera el Covid ha podido frenar. “La pandemia llegó de forma repentina y puso en crisis todos nuestros planes -continua Adriana. A pesar de que estábamos entre las pocas actividades que podían seguir abiertas, la normativa no nos permitía continuar nuestro trabajo como siempre. No podíamos acercarnos a la gente, servirles en la mesa y los clientes sólo podían entrar y llevarse el pan rápidamente, impidiendo incluso una breve conversación. Muchos ya no salían de sus casas y fue entonces que nos preguntamos qué podíamos hacer por estas personas, para hacerles llegar nuestros productos y nuestra presencia en este período tan difícil. Fue así que nació la idea de crear un servicio de entrega a domicilio. Involucramos a una persona adherente del Movimiento de los Focolares que en ese momento estaba sin trabajo y con una camioneta empezamos las entregas. Llegó una lluvia de pedidos. Empezamos a crear nuevos productos, a ofrecer también comida caliente, a hacer paquetitos con productos de primera necesidad y nos dimos cuenta que, cuando las personas los recibían estaban felices. Además, gracias a la Providencia, logramos superar la crisis económica y esto nos ha permitido mantener a todos nuestros empleados”. ¿Qué tipo de experiencias han vivido en este período? “Hemos asistido a verdaderos milagros de amor en este tiempo de pandemia. Durante la fiesta de la madre del año pasado todavía estaba prohibido encontrarse y recibimos muchísimos pedidos por parte de los hijos de nuestras clientas quienes, no pudiendo visitar a sus mamás, querían enviarles un cesto de regalo. Conociendo los gustos de las personas preparamos los pedidos en forma personalizada y también escribimos tarjetitas de felicitación. Trabajamos día y noche en ese período y lo mismo sucedió para Navidad. Llenar la soledad de las personas, incluso solo con una sonrisa, no tiene precio. La pandemia también nos ha permitido conocer mejor a nuestros empleados. Muchos tenían que tomar medios de transporte público para venir al trabajo y esto era un riesgo para su salud. Entonces algunos jóvenes y algunos focolarinos se ofrecieron para irlos a buscar en la mañana y llevarlos de regreso a su casa en la noche. Se creó una bellísima red de ayuda y, a través se este servicio, al acercarnos a la cotidianidad de ellos, llegamos a saber también de algunas dificultades que estos empleados estaban viviendo. Nos pusimos en acción, para dar una mano, como se hace en una familia, y esto realmente involucró a todos. Incluso un cliente nuestro que no es creyente, al enterarse de las dificultades que pasaban algunas persona que conocíamos, todos los meses nos deja pequeños aportes y es así como, poco a poco, la masa sigue creciendo y esta levadura del amor, sigue difundiéndose”. Adriana, ¿qué representa para ti hoy la Espiga Dorada? “Este lugar nació para amar a la gente y aquí todos se pueden sentir en casa. El nuestro es un lugar de paso para muchísimas personas que pertenecen a todas las clases sociales. Empresarios, personas acaudaladas, pero también obreros, hombres y mujeres sencillos. Todos entran aquí pero difícilmente lo hacen sólo para comprar algo. Algunas veces vienen para que les demos los buenos días, para intercambiar un par de palabras, para pedir ayuda. Las personas más pobres vienen en la madrugada para retirar el pan del día anterior que les donamos, quienes en cambio tienen más posibilidades nos dejan un aporte”.

Maria Grazia Berretta

Mira también: Brasil: Las “chicas del pan” | ConexiónCH (focolare.org)