«Los muros dividen naciones, culturas y personas. Crecí frente al muro que separa por un lado los Estados Unidos y por otro México. Me llamo Noé Herrera y nací en una ciudad de México, cuyo nombre, Mexicali, viene de México y California. Desde pequeño, me preguntaba por qué es tan difícil atravesar la frontera con los Estados Unidos. Estos dos países tienen muchos rasgos comunes en su cultura, como la comida, la lengua e incluso aspectos económicos. Tengo muchos amigos en ambos lados y mucha gente, como yo, va y viene de México a Estados Unidos y viceversa. Sin embargo, he visto que esta frontera representa un motivo de grandes sufrimientos para nuestros países. Lo vi en muchas familias que se separaron, en los inmigrantes que luchan por encontrar un futuro mejor, en los muchos prejuicios que hemos creado. Pero he visto que la gente es indiferente a esta situación. ¿Por qué? Porque nos hemos acostumbrado a ver esta división». «No hice la misma experiencia que Noé con el muro, puedo decir que desde los Estados Unidos es más fácil atravesar la frontera, que al revés. Me llamo Josef Capacio. Vivo en una ciudad del sur de California, San Diego, cerca de la frontera. Yo también vi la división en los Estados Unidos, pero por suerte aprendí, desde cuando era muy joven, a vivir por la unidad. A lo largo de los años una nueva percepción del mundo se abrió camino dentro de mí. Creciendo, expuesto a la multiculturalidad, no sólo la tolero ahora, sino que la he hecho mía. Pienso que es parte del motivo por el cual Noé y yo nos hicimos amigos. Yo no soy solamente Josef, norteamericano, nacido en una familia emigrada de las Filipinas, y él Noé, de la gran estirpe mexicana. Somos todo esto y algo más aún. Somos dos ciudadanos del mundo. Y no olvidaré nunca cómo nos conocimos. Tras haber pasado un año lejos de mi casa, y habiendo estado en una escuela de formación para jóvenes de los Focolares en Italia, me había entusiasmado con la idea de volver a casa y sostener nuestras iniciativas en California. Un amigo me sugirió que me uniese a un proyecto en Mexicali. Siendo honesto, al principio, no me gustaba la idea. Pero me mordí la lengua y lo escuché. Afortunadamente, después de haber conocido a Noé, me decidí a ir con algunos amigos. Ese día no se puede describir con palabras; fue una maravilla.» «El objetivo era mostrar nuestra visión de un mundo unido a través de una carrera simultánea a lo largo del muro. Había unas 200 personas de los dos lados, con un único mensaje: “Podemos estar divididos por un muro, pero estamos juntos para construir un mundo unido”. Mucha gente, de todas las edades, adhirieron y desde entonces se ha vuelto una cita anual en la que hemos involucrado a los gobiernos locales, de ambos lados. Después de ese primer gran evento, nuestro objetivo se volvió más visible. Josef y yo, con otros amigos de nuestros países, tuvimos la oportunidad de trabajar juntos en muchas actividades sociales, y también con el tiempo, hemos desarrollado relaciones de fraternidad y de verdadera amistad con nuestros vecinos más allá de la frontera. Descubrí que nuestros valores, objetivos y visión del mundo son muy similares. Somos todos iguales y puedo amar a su país como al mío». «Saqué esta foto durante uno de nuestros eventos, que me inspiró esta idea: “Hay, por distintos motivos, fronteras físicas, geopolíticas, económicas, de seguridad. Pero en nuestros corazones no hay barreras. Somos un único pueblo y queremos un mundo unido”. Los que tuvieron el privilegio de mirar a nuestro planeta desde el espacio hablan a menudo de una nueva percepción de la vida humana, en la Tierra. Desde allá arriba no hay fronteras. Desaparecen. Son invisibles, inexistentes. Los motivos por los que seguimos haciendo guerras se vuelven pequeños. Un astronauta llegó a decir incluso: “Desde aquí se ve claramente que sobre la Tierra somos una única humanidad”».
En el pasado mes de abril el “United World Project”, seleccionó a 25 jóvenes representantes de todo el mundo para desarrollar el rol de “Embajadores por un Mundo Unido”, con la función principal de trabajar por el reconocimiento oficial de la Semana Mundo Unido a nivel de Naciones Unidas. Durante el Genfest de Manila, se les ofreció la posibilidad de encontrarse por primera vez, con el objetivo de entrar en contacto directo con las comisiones nacionales de importantes organizaciones internacionales en Filipinas. Los primeros encuentros tuvieron lugar el 5 y 6 de julio visitaron la sede de la FAO y de la UNESCO en Manila con el fin de conocer más a fondo el trabajo de estas organizaciones y comenzar una colaboración para futuros proyectos comunes a través de New Humanity, la ONG que representa al Movimiento de los Focolares a nivel de las Naciones Unidas, dotada de estatus consultivo general desde el 2005 y que, a partir del 2008 es partner UNESCO. Los embajadores pusieron el acento en la necesidad de establecer estas relaciones para enfrentar juntos los grandes desafíos globales como los conflictos, las migraciones y el cambio climático, focalizando la atención en particular en una de las prioridades de la UNESCO, la educación a la ciudadanía global. Estos días en Manila permitieron desarrollar las relaciones entre los mismos embajadores: los encuentros entre estas agencias de las Naciones Unidas fueron una ocasión para reforzar su rol de “ingenieros” para una nueva cultura capaz de ir más allá de las etnias, de las religiones y los grupos sociales, promoviendo un espíritu de unidad entre los pueblos, ya sea a través de las acciones concretas locales como a nivel de organizaciones internacionales. Al mismo tiempo los jóvenes participantes fueron más conscientes de la importancia de desarrollar un equipo mejor preparado y competente en estos temas para reforzar el impacto; su trabajo continuará aunque haya terminado el Genfest gracias a la inspiración, la energía y la unidad experimentada, continuando el compromiso de Embajadores por un Mundo Unido. Michael Grueter
«Estoy realmente contenta de vivir aquí el Genfest con ustedes y con aquellos que están conectados. ¡Los saludo con todo el corazón! Soy testigo de la relación de Chiara con miles de jóvenes de todo el mundo: su diálogo con ellos siempre ha sido apasionante, abierto, sincero, caracterizado por la confianza. Era exigente así como lo son ustedes y estaba convencida de que las nuevas generaciones, que tienen en el corazón el ideal de la unidad, forman a hombres y mujeres nuevos que irradian esta luz, testimoniando que el mundo unido es posible, porque está ya presente y vivo entre nosotros, como hoy aquí. También yo he tenido la fortuna de conocer a jóvenes de todas partes del mundo y siempre me ha fascinado y enriquecido su vitalidad, creatividad, valentía. Chiara los ha retado a ser hombres y mujeres de la unidad, que logran llevar en su corazón los tesoros característicos de cada cultura y donarlos a los demás: mujeres y hombres mundo. En el Genfest de 2012 ustedes lanzaron un proyecto ambicioso, el Proyecto Mundo Unido. En estos años han llevado adelante muchas concreciones y la propuesta fundamental del proyecto –promover y difundir la cultura de la fraternidad– se ha extendido a otros muchos, también adultos y chicos. Sé que dentro de poco se lanzará un nuevo itinerario en continuidad con el proyecto que ya se está desarrollando, que nos hará transitar a todos por sus muchos caminos para realizar un mundo unido. Tenemos un objetivo grandísimo, pero sabemos que son los grandes ideales los que hacen la historia. Nuestro objetivo es: “Que todos sean uno”. ¡Ese “todos” es nuestro horizonte! Hacer nuestro aquel sueño de Dios nos une al Cielo y al mismo tiempo nos inserta fuertemente en la historia de la humanidad para que emerja en ella el camino hacia la fraternidad universal. Con la propuesta, que se lanzará ahora, el Genfest se concluye; todos regresamos a nuestros Países, a nuestras ciudades. ¿Qué haremos? Ese mundo unido, que estamos viviendo aquí, lo llevaremos por todas partes, allí donde vayamos para realizarlo en nuestra familia, en el ambiente de estudio, de trabajo, en el deporte… Hay un secreto para no perder nunca esta meta, que aquí en el Genfest se nos muestra tan bonita, tan viva, tan fascinante. Lo resumiría en tres palabras: ¡Amar! ¡Recomenzar! ¡Compartir! Amar es el secreto de una vida feliz, plena, interesante, siempre nueva, para nada aburrida, ¡siempre sorprendente! Recomenzar cuando las dificultades, el desánimo, los fracasos, nos aturden, haciendo que vacile nuestra pasión por el mundo unido. Los campeones del mundo se entrenan y vuelven a levantarse después de cada caída, hasta llegar a la meta. Compartir nuestras experiencias, nuestras alegrías, nuestras dificultades, nuestros talentos, nuestros bienes. Usemos todos los medios útiles para crear una red; lancemos las más variadas iniciativas para construir la unidad: operaciones de amplio alcance, local y mundial, y hagamos visible la fraternidad universal. Sabemos que la parte emergente de un iceberg se apoya sobre una base sumergida: del mismo modo la fraternidad se construye sobre gestos cotidianos y acciones realizadas con la fuerte convicción de que el medio más potente, que podemos usar para renovar el mundo, es nuestro corazón. Mientras nuestro corazón esté latiendo, podemos amar, podemos recomenzar, podemos compartir. La fraternidad universal comienza por mi – por nuestro corazón. Es el desafío fascinante que queremos vivir juntos para que el mundo unido llegue a ser un sueño realizado».
MANILA (Filipinas) – Acaba de finalizar la undécima edición del Genfest, en el que 6.000 jóvenes de los Focolares de más de cien países del mundo han puesto en marcha el proyecto “Caminos hacia el mundo unido”: caminos y acciones para acercar personas y pueblos, construyendo relaciones fraternales en los ámbitos de la economía, de la justicia, de la política, del medio ambiente, del diálogo intercultural e interreligioso que se lanzará en todo el mundo. “En la época de las migraciones crecientes y de los nacionalismos que avanzan, como reacción a una globalización exclusivamente económica que descuida la diversidad de culturas y religiones, – resume Maria Voce, presidente de los Focolares – el Genfest propone a los jóvenes un cambio de perspectiva: no detenerse de este lado de los muros personales, sociales y políticos, sino más bien, aceptar sin temor y prejuicios cualquier tipo de diversidad”. En los próximos años, por lo tanto, los Jóvenes por un Mundo Unido de los Focolares se comprometerán a crear una red de actividades, con el objetivo de enraizar en sus ambientes y países, la mentalidad y las prácticas de paz y solidaridad. “El 6 de julio fuimos a la sede de la FAO y de la UNESCO, aquí en Manila – dice Marco Provenzale – para presentar nuestros proyectos y ofrecer a las organizaciones internacionales el compromiso de muchos jóvenes que se convertirán en sus países en embajadores de fraternidad, con una misión precisa: promover acciones “beyond all borders”, como dice el título del Genfest, más allá de las fronteras culturales, sociales y políticas. El Genfest fue una fiesta y un compromiso al mismo tiempo, donde el arte y el entretenimiento también tenían como objetivo expresar la superación de las fronteras, como las dos noches de conciertos que llevaron a Asia al resto del mundo y viceversa. También fue muy visitada la Explo, una exhibición multimedia e interactiva que propuso una lectura a la inversa de la historia del mundo, vista desde la perspectiva de los pasos de paz de la humanidad y la centralidad del compromiso personal para construirla. Y para no quedarse en teoría, la acción Hands for Humanity les ofreció a los participantes la oportunidad de “ensuciarse las manos”: los jóvenes podían elegir entre 12 actividades de solidaridad, acogida y desarrollo urbano que se llevó a cabo en diferentes puntos de Manila. Historias más allá de los muros Sin embargo, las verdaderas protagonistas de esta undécima edición fueron las historias de los jóvenes que viven el drama de la migración y la segregación en la vida cotidiana. “Hoy se habla poco de quién vive el límite en la vida cotidiana – explican los organizadores – de quien vive ante muros, con una sensación de impotencia y deseo de redención”.
Aziz (Iraq)
Estas, son historias de relevancia actual, como la de Noé Herrera (México) y Josef Capacio (EE. UU.), que viven justo más allá de la frontera estatal, entre sus dos países. Noé tiene que afrontar todos los días horas de fila para ir a la escuela al otro lado de la frontera. ¿De dónde le viene la esperanza? De la amistad con Josef y otros chicos norteamericanos con quienes trabaja para difundir una mentalidad compartida de respeto y conocimiento recíproco. Aziz, por otro lado, es iraquí: ahora vive en Francia y hace una pregunta a los jóvenes del Genfest: “¿Alguna vez pensaste que un día, de repente, podrías perder todo: familia, hogar, sueños? Y tú, tú, ¿qué harías?”. Egide y Jean Paul, uno ruandés y el otro burundés, se encontraron en una circunstancia dramática. En una parada de autobús, Jean Paul fue agredido hasta casi matarlo. Egide lo salvó, ayudándolo durante meses. Un gesto extraordinario si uno piensa en la herida que nunca se cerró por el reciente conflicto entre sus países. Entonces, ¿hay una receta para superar los muros y las fronteras cuando todo parece ir en la dirección opuesta?, se pregunta el pueblo del Genfest. Maria Voce propone tres palabras que también son un programa de vida para todos los jóvenes que ahora están regresando a sus países: amar, recomenzar y compartir. Amar a los pueblos de los demás como al propio; recomenzar sin perder la esperanza de que sea posible otro mundo y compartir riqueza, recursos y pesos personales y colectivos. Y concluye desafiando a los jóvenes a ser hombres y mujeres de unidad, personas que llevan en sus corazones los tesoros de cada cultura, pero que también saben dárselos a los demás y ser, en definitiva, hombres y mujeres globales.
MENSAJE de su Santidad Ecuménica, Patriarca Bartolomé Al Genfest internacional 2018, de los Jóvenes por un mundo unido: Más allá de la fronteras (Beyond All Borders – Manila, 6-8 de Julio de 2018) Con una alegría especial os saludamos a todos vosotros, que participáis en la primera edición del Genfest de Manila, cuyo título es “Beyond All Borders”, y que tiene como objetivo la apertura de jóvenes corazones y mentes de la nueva generación del mañana. Sabed que nosotros apoyamos vuestra iniciativa y este deseo de encontraros y compartir vuestras florecientes ideas para superar fronteras sociales y personales; porque sólo a través de un espíritu de solidaridad, respeto y mutuo entendimiento estos obstáculos podrán ser vencidos y podrán dejar de ser causa de división y conflicto entre personas de nuestro mundo. Vosotros os embarcáis en este viaje para afrontar estos desafíos, y os esforzáis por crear una unidad mundial y una convivencia pacífica – por supuesto siempre permaneciendo unidos en vuestras propias nobles aspiraciones y el vínculo de acción y testimonio comunes, que ciertamente son una promesa de un futuro mejor – y nosotros os alentamos a seguir firmes en la visión de este encuentro recordandor bien lo que promovió la fundadora del Movimiento de los Focolares, Chiara Lubich. Que con mis oraciones y deseos, que quieren ser como una “catarata de Dios”, todas las cosas lleguen a su cumplimiento y se transfiguren. Con estas palabras de profunda congratulación, invocamos para vosotros la infinita gracia y misericordia de Dios omnipotente, y quedamos con vosotros en el afecto. En el Patriarcado Ecuménico, 6 de Julio de 2018. Bartolomé, Arzobispo de Constantinopla-Nueva Roma y Patriarca Ecuménico.
El segundo día está repleto de novedades. Con sus foros y talleres, en total unos 117, y 10 actividades ecológicas, sociales, interculturales e interreligiosas, al pueblo del Genfest se le ofrece una oportunidad única, pasar de la teoría a la práctica en menos de 24 horas. “Learning by doing” , aprender haciendo, es uno de los pilares de la moderna pedagogía profesional. Y es justo ésto lo que los jóvenes están experimentando en estas horas: una escuela de cambio personal y social, la superación de las vallas y los muros no sólo como argumento de discusión y motivo para compartir buenas prácticas, sino también para pasar a la acción y experimentar en el campo, en un contexto “glocal”, como el filipino, con ideas, proyectos y realizaciones procedentes de todo el mundo. Los jóvenes se inscribieron en los talleres desde hace varios meses. Las expectativas son altas. Un chico protugués dice:: «Estoy yendo al foro que se llama “¡Quiero ayudar! Cómo dejar de lado el efecto espectador”. El título es intrigante y además, es así como me siento a veces: un espectador impotente delante de una situación que me supera: la desocupación, el racismo, el sentido de impotencia frente a los desafíos de la vida y en las relaciones humanas. Quisiera lograr superar la sensación de que es demasiado, que no puedo hacer nada para que las cosas cambien”. Un grupo de jóvenes de Cebú participa al forum, muy numeroso por su asistencia “Alimentar la naturaleza”. Kim Atienza, famoso presentador filipino y divulgador de temáticas ambientales, alienta a los jóvenes a conocer a fondo la naturaleza, el ciclo de la vida y sus procesos y les enseña estilos de vida y de producción sustentables. Es posible también hacer una “full immersion” en la cultura asiática, con talleres de origami y cocina fusion, o asistir a laboratorios dedicados al conocimiento y al trabajo sobre sí mismos: como manejar el estrés, los miedos, el cuidado de los demás. Son muchos los espacios dedicados a la economía social, civil y de comunión, a la arquitectura, al lenguaje del cine. No falta la política, pero «esa política que da esperanza». Una chica de Burundi: «Yo estuve en el taller que trataba la corrupción. Estuvimos profundizando las diversas formas de corrupción y los instrumentos para combatirla. Viniendo de un continente donde la corrupción es una plaga, ¿qué fue lo que me dio esperanza? El hecho de que somos jóvenes de todo el mundo para derribar también este muro» Durante la tarde, los jóvenes pasaron a la fase dos de la jornada, “Hands4Humanity”, manos para la humanidad. Les proponen diez actividades de solidaridad, acogida y recalificación urbana en diversos lugares de Manila, para experimentar pequeños gestos que puedan cambiar, lentamente pero de forma irreversible, la realidad circundante, y ofrecer propuestas para la realización de iniciativas “ad hoc”, al regreso en sus ciudades. La elección es amplia: desde el servicio en el comedor a los niños del Centro Social de Bukas Palad, a actividades de limpieza de las calles y otras áreas urbanas, la visita a hospitales, a los ancianos, a los sordomudos, hasta el teatro callejero y el intercambio cultural con las comunidades musulmanas e hindúes. En Tramo Street, en el cordón periférico de Manila, un nutrido grupo de jóvenes procedentes de Australia, Brasil, Europa, además de diversos filipinos, pintan y limpian, junto con la gente del lugar. Un joven californiano explica: «Nunca se me hubiera ocurrido hacer algo por una ciudad que no es la mía, y a donde, tal vez, no vuelva, pero estoy contento, es más, quiero conocer más la ciudad de Manila. Al principio pensaba que no me importaba nada, pero ahora no es más así». «La idea de que el Genfest sea un laboratorio de aprendizaje y experimentación de técnicas de transformación humana y comunitaria es una elección de impacto, sea para los jóvenes como para la ciudad», explica Tina Bonifacio, emprendedora y coordinadora de los forum. «El intento es el de hacer una experiencia real de superación de los límites, sean físicos que mentales. Cada persona, cultura, porción del mundo, tiene siempre algo que dar y compartir con los demás» «Una jornada intensa, pues, para los jóvenes presentes en Manila. Pero no terminó aún: se concluirá esta noche con el concierto internacional donde muchos se exhibirán con canciones y performances. Serán la música y el arte los que relaten otro tramo de “beyond all borders”.
Finalmente aquí estamos: el Genfest ha iniciado hoy en Manila, en el World Trade Centre. Es la cita más importante, pero más de otros veinte Genfest nacionales se han llevado a cabo o están realizándose en los cinco continentes. El programa, con canciones, coreografías, experiencias, tiene como enfoque la superación de todo tipo de barrera, “Beyond all borders”. Un slogan corajudo, escogido por los mismos protagonistas como respuesta a las distintas formas de división que hoy se experimentan por todas partes, pero también ha sido el motor de las acciones realizadas en estos años de preparación. Desde las primeras fases, el Genfest tuvo la fisonomía de un evento “en colaboración”: cada participante ha sido un protagonista. La primera mañana, que acaba de terminar, empezó con un vídeo de las distintas locations y acciones del “pre” Genfest, que se llevó a cabo en veinte lugares diferentes del Sudeste asiático, desde el 28 de junio hasta el 5 de julio, en donde centenares de jóvenes desarrollaron acciones de solidaridad y servicio a comunidades y proyectos. El micrófono entonces pasó a los presentadores y a los “vloggers”, que acompañarán a los participantes a lo largo de todo el programa. Para los nacidos antes de la mitad de la década de 1990, aclaramos que los vloggers y los influencers son figuras mediáticas que tienen un gran seguimiento en los medios de comunicación social por parte de adolescentes y jóvenes. En los últimos meses, Louis de Burundi, Maria Clara de Brasil y Ceska de Filipinas son parte de esas figuras por el número día a día creciente de seguidores de sus perfiles Instagram y Facebook. Lo que ha caracterizado esta primera jornada han sido los testimonios de fuerte impacto. Como el de Josef Capacio de San Diego (USA) y Noé Herrera de Mexicali (México). En un tiempo de desequilibrios políticos y sociales y de todo tipo de divisiones, decidieron promover la paz justamente a lo largo del muro que divide las dos naciones. El trabajo conjunto de jóvenes estadounidenses y mexicanos – cuenta Noé – permitió descubrir que los valores, los objetivos y la visión del mundo, aun vistos desde fronteras opuestas, no son tan distintos. «Somos todos iguales y puedo amar a su país como al mío». Luego, tenemos la historia de Jean Paul Muhanuzi, de Burundi, y Egide Nduwayezu, de Ruanda. Es la narración de una amistad verdadera que creció en situaciones dramáticas: tras un atentado que ambos sufrieron, pero que dejó a Jean Paul por el suelo con una grave lesión en la espina dorsal, Egide lo dejó todo para sostenerlo durante la fase de rehabilitación que siguió a la operación de la columna vertebral. La superación de barreras, en su caso, llevó al descubrimiento de la belleza de los respectivos pueblos, etnias y tribus. Jaime Zayas, de El Salvador, lanzó desde el escenario la idea de cambiar el “metro cuadrado” de cada uno, como él mismo experimentó en su propio país, en un contexto de violencia urbana y desconfianza generalizada. El esfuerzo fue ser constructor de paz: «Sabemos que nuestro país tiene problemas complejos, pero podemos cambiar en lo cotidiano viviendo relaciones que se fundan en la reciprocidad». Tommaso Carriere, italiano, es co-fundador de la Asociación “Non dalla Guerra”, un proyecto para formar a las personas a la paz, mostrándoles qué es la guerra, cómo nace y cómo se desarrolla. «Contamos lo que hemos visto en países afectados por la guerra y cómo los conflictos destruyen la sociedad, minando la esperanza y la posibilidad de construir un futuro mejor». Desde 2014 la asociacióm promueve campamentos de verano en Jordania, en donde chicos europeos visitan campamentos de refugiados e interactúan con quienes sufren las consecuencias de la guerra. Las voces de esta primera jornada en Manila cuentan itinerarios de vida y proyectos, “fragmentos de fraternidad”, pequeños pasos que acercan a personas y pueblos y alimentan la esperanza.
Después de haber recorrido pasajes de la realidad juvenil de los años ’80, como la salida a vida pública después de los tumultos de las plazas en distintas capitales del mundo. Chiara Lubich explica cómo los jóvenes «han creído en la posibilidad de un renacimiento de nuestro planeta y se arremangaron para proporcionar un remedio. Y lo hicieron con una riqueza de iniciativas increíble». Y continúa: «Ahí están, pues, recorriendo ya diversos caminos para alcanzar la meta de un mundo unido: el de la unidad entre razas, de la unidad entre los pueblos, el camino del desarrollo, de la unidad entre ricos y pobres, de la unidad entre generaciones, entre naciones en guerra para lograr la paz, entre fieles de distintas religiones, entre el hombre y la naturaleza, entre personas de ideologías distintas, el camino de la unidad con las minorías étnicas, con los que están solos o con quien de alguna manera sufre (…) Ellos, sin respeto humano, reconocieron que Jesús es el camino – de hecho él dijo: “Yo soy el camino” (Jn 14, 6) – y lo han recorrido tratando de actuar a la letra su doctrina, poniendo en práctica la Palabra de Dios. Por otra parte, ¿de quién podrían fiarse los jóvenes sino de él? Llevan y propugnan en su corazón ideales que sólo él puede ayudarles a realizar. Aman, buscan, quieren la libertad. Y ¿quién mejor se la puede dar sino Jesús, que ha dicho: “Si os mantenéis fieles a mi palabra, (…) conoceréis la verdad y la verdad os hará libres” (Jn 8, 31-32)? Los jóvenes quieren que se respete la naturaleza y en muchas naciones combaten por salvar al hombre de la autodestrucción a causa de la contaminación ambiental. ¿Quién puede responder mejor a este deseo sino quien creó la naturaleza para el hombre? Los jóvenes aman, quieren la paz. Y ¿quién se la puede garantizar sino él, que ha dicho: “Os dejo la paz, os doy mi paz; no os la doy como la da el mundo” (Jn 14, 27)? Los jóvenes quieren que sean respetados los derechos humanos. ¿Acaso Cristo no vino a la tierra para anunciar la Buena Nueva justamente a los pobres, para proclamar la liberación a los cautivos, devolver la vista a los ciegos, para dar la libertad a los oprimidos (cfr. Lc 4, 18)? Los jóvenes piden justicia social. ¿Dónde encuentran mejor el valor para afrontar cara a cara contradicciones, miserias e hipocresías, llagas abiertas de la sociedad de consumo sino en quien llama bienaventurado a quien tiene hambre y sed de justicia” (Mt 5, 6)? A los jóvenes no les gustan las divisiones. ¿Quién los podrá satisfacer sino quien ve a la humanidad como una cosa sola y ha venido para derribar las barreras entre grupos, minorías, razas, pueblos? A los jóvenes les atrae la no violencia. ¿Dónde pueden encontrar su ideal mejor personificado sino en quien ha dicho que hay que amar incluso a los propios enemigos y con ello ha llevado la no violencia hasta sus últimas consecuencias? Los jóvenes aman la solidaridad, la comunión de los bienes entre ricos y pobres. Jesús, que ha dicho que hay que dar a quien pide y que no hay que dar la espalda a quien solicita un préstamo, es para ellos modelo de solidaridad. Y así como los primeros cristianos habían comprendido sus palabras en modo tal que ninguno consideraba suyo lo que le pertenecía, así también los jóvenes encuentran en Jesús la realización de todas sus exigencias. (…) Sí, los jóvenes con Cristo, los jóvenes y Cristo, los caminos y el Camino: son estos los binomios que pueden darnos verdadera esperanza (…) Vayan adelante, queridísimos jóvenes, con paso seguro. Vayan adelante con perseverancia. Con sus acciones iluminen y con su fe resplandezcan ante la humanidad que conduce muchas veces una existencia mediocre y sin sentido, y demuestren que se puede evitar cualquier desunidad y que siempre se puede construir la unidad. Digan claramente que este ideal no es una utopía. Que, al contrario, sólo quien tiene grandes ideales hace la historia. (Extraído del: Mensaje de Chiara Lubich en el Genfest, Mollens, 24 de marzo de 1987 – Fuente: www.centrochiaralubich.org)
El Papa Francisco estará en Bari (Italia), el sábado 7 de julio, para el encuentro ecuménico de reflexión y oración con los Patriarcas y Jefes de las Iglesias de Medio Oriente. El Cardenal Leonardo Sandri, Prefecto de la Congregación para las Iglesias Orientales y el Cardenal Kurt Koch, Presidente del Consejo Pontificio para la Unidad de los Cristianos, presentaron el evento en la Sala de Prensa de la Santa Sede. “La idea de un encuentro como el que tendrá lugar en Bari tiene tiempo y ha surgido de varias personas –comentó el Cardenal Sandri- distintas Iglesias o Patriarcas refrieron directamente al Santo Padre. En Bari van a rezar con el Papa francisco, Bartolomé I, Patriarca ecuménico de Constantinopla y Tawadros II, Patriarca de la Iglesia Copto-ortodossa di Alessandria”. El evento tiene en sí mismo un gran valor ecuménico y no tiene precedentes en el historia del ecumenismo, tendrá dos momentos; la oración en la rivera del mar, junto con los fieles, y el momento de reflexión y escucha recíprocas, entre el Santo Padre y los Jefes de las Iglesias y Comunidades Eclesiales de Medio Oriente, donde cada uno llevará su propio punto de vista, observaciones y propuestas. La ciudad de Bari ha sido definida como “ventana hacia el Oriente” porque custodia la antigua tumba de San Nicolás, a quien veneran los católicos y los ortodoxos.
Jefe de sector El responsable de nuestro sector, desde hacía algún tiempo, parecía un motor en su máxima potencia. Todos tratábamos de evitarlo. Un día, hablando con mi abuela, ella me contó que el abuelo había pasado por un período de agotamiento durante el cual parecía un caballo desbocado. Su curación la facilitó la atmósfera de serenidad que la familia supo construir a su lado. Al día siguiente me reuní con algunos colegas y les propuse que ayudáramos a nuestro jefe, tratando de escucharlo con serenidad y ayudarlo en cada deseo suyo. No todos estaban de acuerdo, pero la mayoría comprendió. Después de algún tiempo, el jefe nos confió las tragedias que estaba viviendo en su familia. Y nos agradeció diciendo: “Con la ayuda que ustedes me dieron, me aumentó la esperanza». C. M. – EspañaCambio de ruta A los 61 años conocí a unos jóvenes comprometidos en poner en práctica el Evangelio. Me asombraba su serenidad y armonía. Yo había sido marinero y sabía bien lo difícil que era vivir juntos. Esto me impulsó a querer conocer más, por lo tanto compré un Evangelio. Leyéndolo por primera vez, comprendí que debía cambiar de ruta: no era suficiente ser honesto, no robar, para sentirme cómodo. También tenía que amar a los demás, sin excluir a nadie. Esto implicó un cambio radical en mi modo de pensar y de ser, comenzando por mi familia. En efecto, mientras con los extraños yo estaba siempre sonriente y conversaba con gusto, en cambio en mi casa hablaba poco, solamente lo necesario y también de modo autoritario. G. – ItaliaBullying Sentí en carne propia el “bullying”. Cuando era joven, algunos compañeros de la escuela decidieron agarrar a golpes al primer compañero pelirrojo que fuera al baño. Y había sido yo. Ahora soy profesor. Un día, antes de la clase, un alumno me vino a buscar a la sala de profesores. Me confesó que tenía el encargo de tender una trampa a su mejor amigo, y que si no lo hacía, iba a sufrir él, el mismo tratamiento. Estaba asustado y temblaba. Durante la clase, relaté lo que me había pasado a mí. Les pregunté a mis alumnos “como juzgaban ellos esta acción” y mis palabras fueron seguidas por palabras y largos silencios. Después de algunos días me enteré que la trampa no se había ejecutado. H.N. HungríaEl regreso de papá La noticia de que papá había vuelto a Italia con su nueva esposa, a pasar un período de vacaciones, revolucionó mi vida y la de mi hermana. Después de la separación de nuestros padres, vivimos años difíciles. Desde nuestro regreso al país con mamá, hasta que ella falleció por una enfermedad incurable, la relación entre nosotras era serena, pero esta notica de que papá llegaba, ponía a flote sentimientos olvidados y sufrimientos superados. “¡No lo quiero ver!”, fue el primer impulso. Después se abrió paso un pensamiento: “Dios, descubierto como único valor, nos recordaba que había que amar a nuestros enemigos”. El encuentro con papá estuvo bien, tratamos sólo de amarlo. Se había construido un puente entre nosotros. E. R. – Italia