Abr 4, 2018 | Sin categorizar
“Serán tomados en serio”, aseguró el Papa. ¿Cuántas veces ocurre que los jóvenes de esta sociedad no se han sentido considerados, verdaderamente escuchados, y tomados en serio? “Tal vez no nos toman en serio porque tienen miedo a que nuestra falta de experiencia pueda llevarnos a equivocarnos en todo. Tal vez es verdad que debemos aprender mucho, pero por otro lado nosotros tenemos algo que los adultos no tienen, que es el ser jóvenes hoy, aquí y ahora. Una experiencia distinta de la que vivieron ellos. Precisamos su experiencia seguramente, pero tenemos este plus que ellos no tienen. Por su lado, los jóvenes no debemos caer en la crítica improductiva hacia los adultos, ni tratar de destruir al otro, sino más bien se puede cultivar un diálogo intergeneracional profundo y sin juicios. Jóvenes y adultos tienen particularidades que ofrecen la posibilidad de un enriquecimiento recíproco fructífero: la persona adulta se rejuvenece y el joven madura”. Por lo tanto además de la experiencia del diálogo con jóvenes de otras Iglesias, credos y convicciones, hicieron también la experiencia del diálogo entre generaciones. “En realidad las dos dimensiones no están separadas, y la dimensión religiosa no se separa de nuestra humanidad, de nuestra realidad cotidiana. Es un error separar la vida espiritual de la cotidiana, pues la trascendencia forma parte del hombre. Comprender que somos seres limitados y buscar las respuestas yendo más allá de nosotros mismos es un tema antropológico, propio de nuestra humanidad. El diálogo intergeneracional es un hecho porque existen personas de edades diferentes. La humanidad se renueva y dentro de este hecho, existe también el aspecto espiritual que caracteriza a todas las edades, tanto a los mayores como a los jóvenes.
El Papa quiso que este Sínodo sobre los jóvenes fuese también un sínodo para los jóvenes, con los jóvenes y de los jóvenes. ¿Se sintieron de verdad protagonistas en estos días? “Sí mucho, y estamos conmovidos por esta apertura total en primer lugar del Papa y después de la Iglesia. Sus representantes que estaban allí para acompañarnos no se entrometieron: el Cardenal Lorenzo Baldisseri y Monseñor Fabio Fabene estaban allí para escucharnos. En ellos he visto la figura de María que hace pleno silencio y hace espacio para que nazca la Palabra, como un telón de fondo, una presencia silenciosa que hace que la Palabra surja. Estaban allí para escuchar ya sea durante los momentos de trabajo, como en los momentos de esparcimiento fuera del programa. Cuando preguntábamos algo nos respondían, de lo contrario estaban en silencio. Veíamos como se reflejaban en sus rostros la reacción ante las temáticas que afrontábamos, sobre lo que estaban de acuerdo y aquello que les hacían daño y esto nos ayudaba a encontrar el equilibrio que el Papa nos pidió el primer día: hablen siendo “cara duras” pero sean humildes y si se equivocan pidan disculpas. Esto ocurrió en los momentos de la elaboración del documento final. Alguno usó un lenguaje tal vez demasiado crítico, pero poco a poco encontramos este equilibrio, también porque contábamos con su presencia que nos ayudaba. Por lo tanto se sintió de verdad también el apoyo de la Iglesia jerárquica, de los adultos. No todo fue perfecto, pero esto forma parte de la realidad”. ¿Qué te impresionó cuando se terminó el trabajo? “Cuando el documento final fue aprobado, escuché a jóvenes de distintos países- uno de las islas Samoa, un asiático, un africano, un europeo y un latinoamericano- que decían que este documento refleja lo que los jóvenes son hoy. Son las mismas cosas que piensan mis amigos, son las mismas preguntas que nos hacemos nosotros, y esto me dio mucha alegría porque era éste el sentido de nuestro encuentro: el de poder abordar temáticas que de lo contrario no serían nunca abordadas. Es verdad que no todos estuvimos de acuerdo en todo, porque hay matices distintos en cada región, pero las problemáticas y las inquietudes principales, el vivir y la búsqueda de sentido en su profundidad está reflejada en el documento con todas las contradicciones que existen: algunos piensan de un modo, otros piensan de forma completamente distinta, pero las inquietudes y las aspiraciones son las mismas. Por lo tanto me dio mucha alegría ver que este trabajo de 5 días y de 300 jóvenes de todo el mundo y de todas las realidades, refleja esencialmente lo que el joven es hoy, ya sea en Medio Oriente como en Asia o en África. Somos conscientes de que éste es un momento histórico para la Iglesia, no sólo porque es la primera vez que se abre a escuchar a los jóvenes de este modo sino porque de ahora en adelante no se podrá actuar sin tener en cuenta este encuentro y lo que surgió de él. Es un comienzo y estamos contentos de haber podido participar”. Lee el documento completo (inglés, italiano, español)
Abr 3, 2018 | Sin categorizar

Noemi Sánches de Paraguay
El fructífero diálogo entre personas de Iglesias, religiones y convicciones diferentes es una realidad concreta en muchos países de los cinco continentes, y una iniciativa que habría que impulsar en un mundo a menudo lacerado por divisiones, prejuicios y temores. Es ésta la propuesta que los jóvenes del Movimiento de los Focolares llevaron al encuentro pre-sinodal que tuvo lugar en Roma, del 19 al 24 de marzo, por deseo del Papa Francisco, quien quería escuchar a los jóvenes en vista del Sínodo de los Obispos que se realizará en octubre, sobre el tema: “Los jóvenes, la fe y el discernimiento vocacional”. Entre los participantes en el encuentro, por parte de los Focolares, estuvo también Noemi Sánches, paraguaya de origen brasileño, de 28 años, graduada en Ontología Trinitaria en el Instituto Universitario Sophia de Loppiano, y actualmente cursando el segundo año del Doctorado en Filosofía de la Universidad de Perugia. Le pedimos que nos contara su experiencia. “Soy cristiana, católica y vivo en un Movimiento católico cristiano, por eso siempre he tenido la conciencia de “ser Iglesia” y siento que tengo que vivir mi “ser Iglesia” en todas partes. Sin embargo, participar en el encuentro pre-sinodal me ha dado la posibilidad de experimentar por primera vez esta dimensión dentro de un evento que la misma Iglesia organizó para nosotros jóvenes y con nosotros, para proseguir caminando juntos. Es un caminar no sólo entre nosotros sino con todos, con la humanidad que simbólicamente estaba representada por otras Iglesias, otras religiones y también por no creyentes. Y experimentamos que ¡es una realidad, que es posible, y que en este momento histórico sólo podemos avanzar así! ¿Qué le piden los jóvenes a la Iglesia? “Sobre todo piden apertura, sinceridad y coherencia, modelos coherentes y cercanos, que sean guías, y que no tengan temor de dar a conocer su humanidad, también sus errores, que sepan reconocer estos errores y pedir perdón. Modelos con quienes hablar a corazón abierto, de todo”.
El Papa los invitó a hablar con valentía y “cara dura”, ¿cuáles fueron los temas más difíciles que se anticiparon? Temas muy actuales y quizás polémicos, como la homosexualidad, por ejemplo. Y después se solicitó una posición más concreta con respecto al tema de las migraciones, los refugiados y las guerras. Temas que van más allá de los meros dogmatismos, como la familia en sentido tradicional y cómo vivirla cuando no es exactamente así. No pedimos que se cambie la doctrina, sino entenderla profundamente para poder llevarla a nuestra vida cotidiana. Hoy esto ya se hace, pero quizás de un modo que no llega a los jóvenes”. En el pre-Sínodo representaste a los jóvenes de los Focolares de los cinco continentes. ¿Qué le piden estos jóvenes a la Iglesia y qué proponen? ¿Cuáles experiencias ofrecen, como una especie de modelo? “En línea con la experiencia vivida en Roma con jóvenes de todas las proveniencias, culturas y credos, con quienes no sólo hablamos sino que también vivimos, dormimos y comimos, en un enriquecimiento recíproco de vida y de pensamiento, los jóvenes de los Focolares –que tienen como carisma la unidad y el diálogo- propusimos repetir afuera encuentros de este tipo con personas de todas las realidades. Esta experiencia, de hecho, ayuda a entender que el otro es otro como yo, y que en el fondo tenemos en el corazón las mismas preguntas y los mismos desafíos; que cada uno tiene quizás un enfoque distinto pero eso enriquece al otro que en su cotidianidad quizás vive de otro modo. Por lo tanto cada uno tiene algo que dar, y ese dar ofrece una visión más amplia, una experiencia más completa y enriquecedora. Juntos se puede llegar a dar respuestas concretas a las problemáticas que vivimos todos”.
Un testimonio precioso en este tiempo caracterizado por los temores, la desconfianza y los prejuicios, en el que es más fácil construir muros y recintos que puentes, o tender las manos hacia quien es diferente. ¿Cómo fue recibida esta propuesta contracorriente? “Por gracia de Dios, dentro del Movimiento de los Focolares ya desde hace años vivimos esta experiencia y hacemos este tipo de encuentros. Pero también en este espacio de diálogo ofrecido por la Iglesia a los jóvenes, la propuesta fue acogida con alegría y satisfacción, también por otras personas que no conocen el Movimiento y que viven otras realidades. En el momento de las propuestas concretas, en mi grupo, propuse aplicar este modelo de relación también para confrontarnos sobre otras temáticas, siempre en esta dinámica abierta a todos, donde todos participan, conviven, se descubren a sí mismos y a los demás. Todos los jóvenes presentes adhirieron enseguida, y fue un sí unánime. Pero tenemos que admitir que había personas más grandes que escuchaban y hacían comentarios y hacia ellos no sentí rechazo pero sí temor, el temor que causa el impulso a “salir” hacia otros puertos y perder la propia identidad. En cambio los jóvenes que hicieron esta experiencia comprendieron enseguida que en realidad la identidad no se pierde sino que se enriquece. Cierto, contemporáneamente hay que dedicarse a la formación y a profundizar la propia identidad religiosa, pero esta riqueza se puede donar y al donarla, se abre espacio para recibir al otro. El joven que ha vivido esto lo entendió y lo quiere. En este sentido vivimos lo que el Papa Francisco nos dijo al inicio: ustedes, los jóvenes, tienen que soñar los sueños de los mayores pero también profetizar, es decir, ir más allá de ese sueño. Y yo pienso que lo que hemos vivido en Roma ha sido traducir en lo concreto esta exhortación: queremos ser Iglesia y hemos entendido que para hacerlo tenemos que ir más allá de las estructuras tradicionales. La Iglesia es universal y entonces tenemos que estar abiertos, llegar y acoger a todos para ser más plenamente aquello que somos”. Lee el documento integral (inglés, italiano, español)
Abr 2, 2018 | Sin categorizar
Desalojo Habíamos recibido el desalojo y teníamos un mes para dejar el apartamento. En el barrio los alquileres eran muy altos. No teníamos más opción que buscar fuera de la ciudad, esperando encontrar un alojamiento adecuado para nuestras posibilidades. Empezamos a involucrar en la búsqueda a amigos y conocidos, ¡pero nada! Nos pusimos a rezar, como hacíamos ya antes, pero con mucha confianza en Dios. Precisamente a finales del mes supimos que una familia del segundo piso estaba dejando el apartamento. Localizamos por teléfono al propietario, que vivía en otra ciudad y le explicamos nuestra situación. Él aceptó sobre nuestra palabra la propuesta, diciendo: “Entren, cuando venga haremos el nuevo contrato”. Parecía imposible encontrar una casa en el mismo edificio y no tener ni siquiera que hacer una mudanza. Recordamos las palabras de Jesús: “Para quien tiene fe, nada es imposible”. G. – Italia Optimismo Tengo un carácter difícil y por este motivo estoy solo ya con cierta edad, después de intentar el matrimonio o vivir en comunidad. Un sacerdote me aconsejó que acompañara a un chico espástico, para permitirle a su mamá, que era viuda, hacer algunas diligencias. Empecé a frecuentarlos y vi que, a pesar de su difícil situación, estaban siempre contentos y acogían con alegría a cualquiera que fuera a visitarlos. Lentamente entró en mí un optimismo nuevo. Descubrí que la raíz de la serenidad de esa familia era una vida basada en el Evangelio. ¡Y me contagiaron! K. – Eslovaquia El arbusto Debido a un arbusto que, según mi opinión, mi esposo, había sido plantado en el lugar equivocado, entre nosotros se rompió la armonía. Mientras cocinaba, sintiéndome agitada, intenté confiarle todo a Dios y poco a poco me regresó la calma. Entonces pensé proponerle a mi esposo que plantáramos el arbusto en una maceta, para encontrarle después el lugar apropiado. A él le pareció una buena idea. Nos pedimos disculpas recíprocamente y fuimos juntos a comprar la maceta. Después también encontramos el lugar más apropiado. Ahora, cada vez que miro nuestro arbusto, siento que para nosotros se ha convertido en un signo que nos recuerda siempre que lo que cuenta en nuestra relación es amarnos, estar dispuestos a perder nuestras idea para hacer que el otro esté contento, para que Dios pueda resplandecer entre nosotros. B.– Suiza No sólo la salud física Después de un trasplante de médula ósea, estuve bien por un largo período, hasta que tuve una recaída, y fue necesario realizar un segundo trasplante. En los momentos de angustia, me repetía a mi misma que tenía que donar a María todas mis preocupaciones. Cuando lo hacía con todo el corazón, advertía una paz profunda. Antes siempre le pedía que sanara. Pero ahora he entendido que Dios me quiere llevar a Él precisamente a través de la enfermedad. Entonces, en lugar de rezar por mi salud física, he empezado a pedirle la gracia de poderme acercar más a Él.(S– Usa)
Abr 1, 2018 | Sin categorizar
Te alabamos, Padre, con todas tus criaturas, que salieron de tu mano poderosa. Son tuyas, y están llenas de tu presencia y de tu ternura. Alabado seas. Hijo de Dios, Jesús, por ti fueron creadas todas las cosas. Te formaste en el seno materno de María, te hiciste parte de esta tierra, y miraste este mundo con ojos humanos. Hoy estás vivo en cada criatura con tu gloria de resucitado. Alabado seas. Espíritu Santo, que con tu luz orientas este mundo hacia el amor del Padre y acompañas el gemido de la creación, tú vives también en nuestros corazones para impulsarnos al bien. Alabado seas. Fuente: Papa Francisco, Carta Encíclica Laudato Si’ sobre el cuidado de la casa común (Oración cristiana por nuestra tierra, 246)
Mar 31, 2018 | Sin categorizar
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Hoy más que nunca, mientras se encienden nuevos focos de guerra en diferentes partes del mundo, y tragedias de todo tipo parecen frustrar las expectativas de paz, queremos afirmar nuestra fe en el Hombre-Dios, muerto y resucitado por todos los hombres y para llevar el mundo a su destino de unidad. Él es nuestra esperanza y nuestra alegría. En nombre mío y de todo el Movimiento de los Focolares les expreso mis mejores deseos: que el espíritu del Resucitado nazca y renazca cada día en nosotros y entre nosotros, según la promesa de Jesús: “Donde dos o tres están reunidos en mi nombre, allí estoy yo en medio de ellos” (Mt 18,20). Permanezcamos pues unidos en su nombre, es decir, en su amor, difundiéndolo entre las personas y los pueblos. ¡Feliz Pascua a todos!
Maria Voce
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Mar 31, 2018 | Sin categorizar
Es el triunfo de Jesús resucitado que conocemos y revivimos también en nuestra pequeña experiencia, después de haber abrazado el abandono, o cuando unidos realmente en su nombre, experimentamos los efectos de su vida, los frutos de su Espíritu. El Resucitado debe estar siempre presente y vivo en nosotros [en este año 2000] en el que el mundo espera no sólo personas que creen y lo aman de alguna manera, sino testigos auténticos que puedan decir verdaderamente, como la Magdalena a los apóstoles después de haberlo encontrado cerca de la tumba, aquellas palabras que aunque las conozcamos, son siempre nuevas: “¡Lo hemos visto!”. Sí, lo hemos descubierto en la luz que nos ha iluminado; lo hemos tocado en la paz que nos ha infundido; hemos oído Su voz en el fondo del corazón; hemos saboreado su alegría incomparable. Fuente: Chiara Lubich en conexión telefónica. Castel Gandolfo, Roma, 20 de Abril de 2000.
Mar 30, 2018 | Sin categorizar
«Sábado Santo. María está sola. Sola con su hijo-Dios muerto. ¿Un abismo de angustia insondable, una laceración infinita? Sí, pero Ella estaba firme en pie, convirtiéndose así en un ejemplo excelso, monumental de todas las virtudes. Ella espera, ella cree: las palabras de Jesús, que durante su vida, anunciaban su muerte, pero también su resurrección, aunque otros las habían olvidado, Ella jamás las había olvidado: Conservaba todas estas cosas, meditándolas en su corazón (cf. Lc 2, 51). Por lo tanto, no sucumbe ante el dolor: espera.» Fuente: Chiara Lubich en conexión telefónica. Castel Gandolfo, Roma, 20 de Abril de 2000.
Mar 30, 2018 | Sin categorizar
“Paz, amor, confianza, equidad, libertad y justicia”. Pero también seguridad, escucha, consideración y participación. Es lo que desean los jóvenes de todo el mundo, de todas las latitudes, de todos los credos y convicciones, de cualquier condición social, económica y cultural. Jóvenes que también donde están, “no se ven reflejados ya en las religiones tradicionales y no se definirían como religiosos”, es más, “están abiertos a la espiritualidad”, deseosos de gastar su vida por los demás y por el bien común, y están en búsqueda de guías que los ayuden a descubrir la propia vocación y a dar sentido a su propia vida. Lo contaron ellos mismos en ocasión del encuentro que se realizó en Roma desde el 19 al 24 de marzo, considerado como un momento de preparación al XV Sínodo ordinario de Obispos. El Papa Francisco desea realizar este Sínodo sobre el tema “Los jóvenes, la fe y el discernimiento vocacional” y el Sínodo será en el mes de octubre. Son más de 300 los que están físicamente presentes y más de 15 mil conectados por web. Ellos le comunicaron a la Iglesia –que por primera vez los recibió para escucharlos en un encuentro de este tipo- sobre sus sueños y sus desafíos, y dicen qué esperan de los ministros de Dios y qué le piden a la sociedad. Ofrecieron sus testimonios y sus propuestas para que el anuncio del Evangelio llegue al mayor número de jóvenes con un lenguaje adaptado y una actitud humilde y dialogante. Siguiendo la indicación del Papa Francisco, que les pidió que dialoguen libremente, invitándolos a que sean “cara dura” y que digan también cosas incómodas, los muchachos dijeron con fuerza que querían “modelos atractivos, coherentes y aunténticos”, “testimonios vivos, que estén en grado de evangelizar a través de su vida”, “hombres y mujeres que sean capaces de expresar con pasión su fe y su relación con Jesús, y al mismo tiempo que alienten a otros a acercarse”. A la Iglesia le piden que sea acogedora y misericordiosa, humilde y humana, inclusiva, coherente y creíble, capaz “de entrar en empatía con todos los jóvenes del mundo” y exprese “ternura” también hacia aquellos “que no sigan aquéllos que creemos sean los standard”. Y se esperan “explicaciones racionales y críticas a problemas complejos”, como los temas de la sexualidad, “las adicciones, los fracasos matrimoniales, las familias disgregadas”, y “los grandes problemas sociales, como el crimen organizado y la manipulación de seres humanos, la violencia, la corrupción, la explotación, el feminicidio, toda forma de persecución y degradación del ambiente natural” Admiten que no tienen una visión unitaria sobre temas complejos como la acogida a los emigrantes y a los refugiados, aúnque reconocen “el deber universal del cuidado de la dignidad de cada persona humana”, y afirman que “existe frecuentemente gran desacuerdo entre los jóvenes, ya sea en la Iglesia como en el mundo, respecto a las enseñanzas que hoy son particularmente debatidas”. Entre ellas “la contracepción, el aborto, la homosexualidad, la convivencia, el matrimonio y también la forma en que se percibe el sacerdocio”. No obstante ésto, también aquellos que no comparten plenamente las enseñanzas oficiales “desean, de todos modos, formar parte de la Iglesia” Y es más, ellos están espantados por la “inestabilidad social, política y económica” y a la Iglesia le piden que sea “solidaria y brinde protección a aquéllos que luchan en las periferias”. Quieren una guía segura, porque “las respuestas simplísticas no son suficientes”. Y se esperan que la Iglesia reconozca los propios errores, las faltas y las llagas más dolorosas: sólo así podrá ser creíble y confiable. Los jóvenes piden estar más involucrados en los organismos eclesiales, que puedan participar también con roles de responsabilidad y de liderazgo en los contextos más amplios como en los pequeños grupos parroquiales, y subrayan la exigencia de dar mayor espacio a las mujeres, a sus talentos y a su sensibilidad. Quieren ser buscados, y encontrados, por la Iglesia en los lugares a los cuales asisten, reales y virtuales, desde los bares hasta las canchas de deportes, en las redes sociales. Y quieren saber más sobre los Sacramentos y participar en los eventos a gran escala como las JMJ pero también en los pequeños grupos diocesanos o parroquiales. Buscan inclusión: “también en los grupos pequeños locales donde podamos expresar nuestros interrogantes y compartir la fraternidad cristiana lo cual es de primaria importancia para conservar la fe” Son jóvenes que están en la búsqueda de su propia vocación en el mundo y un sentido más profundo de dar la vida, custodian y cultivan una espiritualidad propia y reconocen – casi siempre- que la Iglesia es un interlocutor importante. Ahora la palabra se la pasan a la Iglesia, que en su anuncio, de ahora en adelante, no podrá no tener en cuenta su voz. La cita es para la Asamblea sinodal de octubre, pero mientras tanto el Papa aseguró que “serán tomados en serio”. Claudia Di Lorenzi Lea el documento
Mar 29, 2018 | Sin categorizar
«Acabo de escribir un libro sobre Él titulado: “El grito” (1). Se lo he dedicado a Él con la intención de escribirlo también en vuestro nombre, en nombre de toda la Obra de María “como –esta es la dedicatoria– una carta de amor a Jesús Abandonado”. En el libro se habla de Aquel que, en la única vida que Dios nos ha dado, un día, un día preciso, diferente para cada uno, nos llamó a seguirlo, a donarnos a Él. Y se comprende –y lo declaro allí– que todo lo que quiero decir en aquellas páginas, no puede ser simplemente un tema, aunque familiar, cálido, sentido; quiere ser más bien un canto, un himno de alegría y sobre todo de gratitud a Él. Lo había dado todo: una vida al lado de María, en medio de las incomodidades y en la obediencia. Tres años de predicación, tres horas en la cruz, desde la cual perdona a los verdugos, abre el Paraíso al ladrón, nos da a su Madre. Le quedaba la divinidad. Su unión con el Padre, la dulcísima e inefable unión con Él, que lo había hecho tan potente en la tierra, como Hijo de Dios, y tan majestuoso en la cruz; este sentimiento de la presencia de Dios, debía ir desapareciendo en el fondo de su alma, hasta dejar de sentirlo; separarlo de algún modo de Aquel con el cual había dicho que Él era una sola cosa, y grita: “Dios mío, Dios mío, ¿por qué me has abandonado?” (Mt 27, 46).» Fuente: Chiara Lubich en conexión telefónica. Castel Gandolfo, Roma, 20 de Abril de 2000. (1) C.LUBICH, Il grido, Roma 20036.
Mar 28, 2018 | Sin categorizar
Entonces, hoy, Amor. Jueves Santo, día en el cual, a lo largo de los años, hemos experimentado a menudo la dulzura de una intimidad especial con Dios y nos recuerda la profusión de amor que el Cielo derramó sobre la Tierra. Amor sobre todo la Eucaristía que nos fue donada ese día. Amor el sacerdocio que es servicio de amor y nos da, entre otras cosas, la posibilidad de la Eucaristía. Amor, la unidad, efecto del amor que Jesús, un día como hoy, ha implorado al Padre: “Que todos sean uno, como tú y yo” (cf. Jn 17, 21). Amor el mandamiento nuevo que Él reveló ese día antes de morir: “Como yo os he amado, así debéis amaros unos a otros. En esto reconocerán todos que sois mis discípulos: en que os amáis unos a otros” (Jn 13, 34-35). Este mandamiento nos permite vivir aquí en la tierra según el modelo de la Santísima Trinidad. Fuente: Chiara Lubich en conexión telefónica. Castel Gandolfo, Roma, 20 de Abril de 2000.